LAS VANGUARDIAS
EN COSTA RICA
ACA | Es difícil señalar el punto inicial de la vanguardia en mi país, si entendemos
vanguardia por la antonomasia europea. Incluso es difícil hablar strictu sensu
de vanguardia en Costa Rica, dado que no hubo manifiestos ni grupos específicos
que se autoproclamaran como vanguardistas, tampoco líderes o jefes de grupos o movimientos,
ni hubo escándalos, lanzamientos imprevistos o poses orquestadas; por eso la historiografía
tradicional no reconoce la existencia de una vanguardia costarricense. Hubo, eso
sí, una serie de artistas y escritores que percibían la necesidad de realizar cambios
drásticos en la forma de hacer arte y de escribir, pero sus esfuerzos no fueron
mancomunados, sino individuales, salvo algunos grupos, pero en las artes visuales,
especialmente de escultores. Tal vez el artista que rompe primero con el modernismo
tardío y con el poder cultural de los intelectuales liberales, conocidos como el
“Olimpo”, sea Max Jiménez, auténtico representante de la vanguardia dado que fue
un creador integral y polifuncional: pintor, escultor, dibujante, grabador, poeta,
narrador y ensayista. Fue él quien trajo las primeras evidencias de las vanguardias
europeas y escribió y produjo arte de vanguardia.
El ambiente
cultural de entonces era muy tolerante en términos de que convivían o coexistían
varias tendencias artístico culturales: los criollistas, los modernistas y posmodernistas
y un grupo de jóvenes que pujaban por realizar un “arte moderno” (que no modernista)
y que podríamos interpretar como vanguardista. Ese ambiente cultural lo recoge muy
bien la revista más importante de la época, el Repertorio Americano (1919-1958)
dirigida por Joaquín García Monge (narrador, ensayista, educador, periodista y editor)
donde publicaban todas las tendencias dado que García Monge creía en un panamericanismo
ecuménico y abierto a la discusión de ideas, con una visión un tanto ácrata. Probablemente
esa revista, por su influencia y permanencia, opacó la posibilidad de verdaderas
publicaciones vanguardistas lo que, a su vez, impidió el surgimiento de grupos.
Aunque debe detallarse que hubo otras revistas como Pandemonium, Páginas
Ilustradas y Renovación, que publicaron reseñas y comentarios sobre la
producción literaria europea e hispanoamericana.
FM | Los movimientos locales, ¿estaban de acuerdo con las ideas de las vanguardias
europeas correspondientes o acaso agregaban algo distinto?
ACA | En general los movimientos locales acarrean lo que provenía de Europa pero
bajo una “nueva sensibilidad”. Es decir, lo distinto sería una búsqueda, en el caso
de las artes visuales, especialmente de la pintura y la escultura, del mundo precolombino
o indígena (Francisco Zúñiga, Juan Manuel “Indio” Sánchez y Néstor Zeledón Varela,
escultores) o de la tradición afroamericana y de lo rural primitivo, caso de Max
Jiménez. Lo otro sería una suerte de interés por confrontar y cuestionar el mundo
idílico del arte y la literatura liberales costarricenses ofreciendo una realidad
distinta, más telúrica, ambigua y de diferenciación social, es decir, sometiendo
a juicio los valores establecidos, y por otra parte poniendo en entredicho el poder
cultural de los grupos artísticos y literarios representantes del poder político
y económico, oligárquico en general. En otras palabras, se tomaba conciencia de
la vinculación de las letras y el arte con la realidad social e histórica a sabiendas
de que aquellas correspondían a esas realidades.
FM | ¿Qué relaciones mantenían estos mismos movimientos con las corrientes estéticas
de los demás países hispanoamericanos?
ACA | No se puede hablar de relaciones estrictas pues como dijimos no hubo grupos
ni publicaciones propiamente vanguardistas. Hubo sí artistas y escritores como Max
Jiménez que mantuvieron una relación personal y epistolar con los artistas más representativos
de las vanguardias latinoamericanas. O algunos que estudiaron en otros países, caso
del poeta Isaac Felipe Azofeifa en Chile, o Francisco Amiguetti (artista y poeta)
en Argentina, lo que les permitió cierta relación con las vanguardias de esos países.
Por otra parte, el Repertorio Americano y otras revistas de la época dieron a conocer
la obra de algunos de esos vanguardistas publicando artículos, poemas, gráfica,
traducciones y referencias sobre los principales movimientos europeos e hispanoamericanos.
FM | ¿Qué aportes significativos de las vanguardias fueron incorporados a la
tradición lírica y cuáles son sus efectos en los días de hoy?
ACA | Lo primero que se debe decir es que fue una generación de escritores y artistas
quienes hicieron posible la vanguardia costarricense y no un grupo con su respectivo
líder. Esta generación tomó conciencia, en primer lugar, del papel y la condición
de la cultura hispanoamericana en el entorno occidental moderno, y en segundo lugar,
la afirmación y elaboración de una cultura propia, es decir, americana, autóctona,
popular. En esa perspectiva la poesía costarricense ha sido un campo de batalla
entre nacionalistas y cosmopolitas, entre tradicionalistas y rupturistas, entre
los canónicos y los experimentadores; los segundos siempre fueron los vanguardistas.
La vanguardia
lo que hizo fue quitarle la etiqueta a la poesía para desmitificar un país ideal
creado por modernistas y posmodernistas. Así creó un nuevo lenguaje directo y anclado
en el presente, lenguaje que se suponía medio de indagación y de conocimiento de
la realidad. Ese nuevo lenguaje pasó por fases nativistas, expresionistas y surrealistas,
entroncando con las rutas de la poesía vanguardista hispanoamericana (como el Creacionismo
de Huidobro) con altibajos y hallazgos. Para el poeta de vanguardia costarricense
lo fundamental fue inventariar un país y una realidad desde la perspectiva directa
del ciudadano con una visión simultánea donde pasado y futuro son siempre un efímero
presente, pero teniendo conciencia de su originalidad y con una fe absoluta en la
fuerza renovadora de la palabra.
FM | Los documentos esenciales de las vanguardias, ¿se han recuperado?, ¿es posible
tener acceso a ellos?
ACA | Como ya se dijo la vanguardia en Costa Rica no produjo manifiestos ni publicaciones propias o exclusivas. Por tanto, no hay documentos a mano sobre su actividad. En cambio, sí se ha recuperado e inventariado lo publicado en diversas publicaciones de la época (artículos, reseñas, comentarios etc.), así como las polémicas que se desarrollaron en torno al vanguardismo o al “arte moderno” o “nuevo”. Igual hay una buena presencia de la poesía y narrativa publicadas. También se tiene acceso a muchos ensayos que aportaron a la vanguardia en términos de lucha ideológica, estética, social y política como sustrato de la actividad propiamente literaria y artística y, en algunos casos, estrechamente vinculadas.
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Escritura Conquistada – Poesía Hispanoamericana reúne ensayos, entrevistas, encuestas y prólogos de libros firmados por
Floriano Martins, además de muestra parcial de su correspondencia pasiva.
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- Escritura Conquistada - Poesía Hispanoamericana -
Floriano Martins
ARC Edições | Agulha Revista de Cultura
Fortaleza CE Brasil 2021
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