Agulha Revista de Cultura: AGULHA REVISTA DE CULTURA # 197

• EDITORIAL – PARTITURAS DO MARAVILHOSO – EQUADOR

Com esta edição da Agulha Revista de Cultura dedicada ao Equador nós concluímos a série “Partituras do maravilhoso”, cuja visita na íntegra pode ser feita através deste enlace: https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2021/10/agulha-revista-de-cultura-projeto.html. São 20 números, cada um deles funcionando como uma cartografia mágica acerca das artes e da cultura de todos os países ibero-americanos. De janeiro a dezembro, contamos com a participação de quase 200 colaboradores, dentre os quais destacamos aquelas pessoas que aceitaram nosso convite para organizar a edição respectiva de seu país de origem: Adriano Corrales Arias (Costa Rica), Daisy Zamora (Nicarágua), Enrique de Santiago (Chile), Francisco Morales Santos (Guatemala), Gabriel Jiménez Emán (Venezuela), José Ángel Leyva (México), Juana M. Ramos (El Salvador), Luis Fernando Cuartas (Colombia), Reina María Rodríguez (Cuba), Renée Ferrer (Paraguai), Soledad Alvarez (República Dominicana), Vanessa Droz (Puerto Rico), e Vilma Tapia Anaya (Bolívia). As demais edições, inclusive o número dedicado ao Brasil, foram organizados por Floriano Martins. Cumpre também agradecer a generosidade dos 20 artistas plásticos que cederam as imagens de suas obras para acompanhar cada edição: Berta Marenco (Nicarágua, 1949), Cecilia Vignolo (Uruguai, 1971), Flor María Bouhot (Colombia, 1949), Helena García Moreno (Equador, 1968), Scarlett Rovelaz (Honduras, 1987), Dhara Rivera (Puerto Rico, 1952), Elvira Espejo (Bolívia, 1981), Leda Astorga (Costa Rica, 1957), Liza Alas (El Salvador, 1982), Ángel Ramírez (Cuba, 1954), Ela Urriola (Panamá, 1971), Javier Payeras (Guatemala, 1974), José García Cordero (República Dominicana, 1951), Luis Scafati (Argentina, 1947), Marcos Tedeschi (Brasil, 1982), Miguel Ángel Huerta Zuñiga (Chile, 1964), Pablo Amaringo (Peru, 1938-2009), Ricardo Domínguez (Venezuela, 1956-2014), Ricardo Migliorisi (Paraguai, 1948-2019), Saúl Kaminer (México, 1952). “Partituras do maravilhoso” expressa o nosso desejo e incondicional colaboração pelo diálogo entre nossas culturas.

Nesta última edição contamos com a presença de Helena García Moreno (Equador, 1968), como artista convidada. Helena é uma jovem e brilhante escultora que vive atualmente na Alemanha, tendo já exposto em coletivas em países como Inglaterra, Japão, Bélgica, Estados Unidos. Autodidata, tanto na escultura quanto na pintura, uma singularidade em seu processo de criação a aproxima de modo fascinante da música. Ela mesma observa: “Enquanto um artista talha uma peça, a cada golpe ele constrói um ritmo, a sua própria música. Essas vibrações alegram a sua jornada e são as melodias de seu trabalho.” Há poucos dias nos falamos em uma chamada de vídeo pela Internet. Foi uma bela conversa em torno da luz, do ambiente climático da Leipzig onde ela mora. Os dias seguintes foram de preparação da presente mostra, que apresenta aos leitores de Agulha Revista de Cultura 44 peças de seu trabalho tanto pictórico quanto escultórico.

Acerca de sua poética, certa vez escreveu o jornalista Juan Carlos Morales a nota que segue:

Los países tienen sus íconos: los fabulosos moais de la isla de Pascua, esos monolitos de piedra que ahora se venden en miniatura como souvenirs; los infinitos fridas khalos que abundan en camisetas o jarros, o los infaltables ‘che guevaras’, convertidos en selfies hasta con Obama. (Yo también tengo un afiche de ustedes en mi cuarto. F. Che Guevara, decía un grafiti en Argentina).

En nuestro caso, las Venus de Valdivia que, en esta lógica, al inicio tuvieron suerte porque su factura fue encomendada a los propios comuneros de La Pila, descendientes del pueblo ancestral, merced a un proyecto cultural del Banco Central. Con el abandono, la población se ha dedicado a la reproducción de objetos para el hogar, de la peor factura. Eso que nos recuerda Ernesto Sábato, cuando dice que en la tribu más ‘salvaje’ de África o del Amazonas no se encuentra la vulgaridad que nos inunda por doquier.

Era hora de hacer una crítica.

Es con esta deconstrucción irónica de nuestras simbologías que podemos entender la propuesta de Helena García Moreno, artista ecuatoriana radicada en Alemania, cuando nos presenta su Valdivia en bikini, esa prenda creada por el francés Louis Reard en 1946 y antes en un mosaico romano.

Sin embargo, para deconstruir un ícono, primero hay que conocerlo. Por eso se acercó al museo Weilbauer de la PUCE-Quito para mirar esos relieves del pasado en sus 1.874 piezas. Durante diez años impartió la técnica, mientras el director Patricio Moncayo dictaba la teoría y los estudiantes eran llevados a las comunidades alfareras del país profundo.

Es curioso, porque esta artista que promueve lo ecuatoriano en su galería en Leipzig también pasó por su propio proceso deconstructivo, puesto que está especializada en barroco, al ser parte del renombrado taller Bernardo de Legarda, una iniciativa que se formó para impulsar la tradición de la Escuela quiteña. Sí, tuvo que trabajar con los cristos dolientes y ensangrentados que nos llegaron en carabela. Y ese es el otro punto. Occidente siempre ha mirado la contribución, en este caso de lo precolombino, como meros objetos, aunque los curas doctrineros -con su extirpación de idolatrías en la época colonial- tenían claro que los ídolos representaban deidades.

En el caso que nos ocupa, el libro Danzas silbadoras, editado por Karen Stothert, sobre la labor encomiable de Olaf Holm, nos da las pistas. El investigador asegura que las Venus de Valdivia, entre muchas interpretaciones, representarían un rito de fertilidad o sanación, tendrían “una función curativa en manos del shamán, las mismas que, una vez terminadas la ceremonia, son deshechas y quebradas. Rara vez encontramos figurillas enteras”.

Así, esta pintura, que puede ser apreciada en su recientemente inaugurada exposición en el Cafelibro, es parte de una línea de dotar de nuevos símbolos de lo que somos. Está el caso de Nadín Ospina, que utiliza iconografía pop para resemantizarla en lo precolombino. Estas Valdivias, además del logo del Ministerio de Cultura, aún tienen mucho que contarnos en este país de bruma que tiene miedo de mirarse desnudo.

Nos próximos dias publicaremos as duas últimas edições da Agulha Revista de Cultura de 2021, ano marcado pela referida série que agora concluímos. Logo nos primeiros dias de 2022 será a vez da edição de número 200, dando início à publicação de uma nova série histórica: “Surrealismo Surrealistas”, como parte das comemorações do centenário do movimento, que atipicamente tem por marco tanto o aparecimento da revista Littérature (1919) quanto a publicação do Primeiro Manifesto do Surrealismo (1924).

Os Editores