Periodista y locutor
de radio, en 1950 ganó con O galo, inspirado en un anuncio de sal de frutas, un
concurso promovido por Jornal de Letras en cuyo jurado estaba Manuel Bandeira. El
texto anunció la rotura definitiva con su mocedad literaria y la toma de postura
ante el estado de la poesía local donde parecían no haber llegado los ruidos de
la vanguardia modernista y sobrevivía el rebuscado lenguaje sentimental sostenido
en un desinterés por la política y cierta pedantería gramatical de las salas marmóreas,
jarrones orientales, cuerpos delicados y retratos de los poemas de Alberto de Oliveira
y Olavo Bilac.
El gallo
inmóvil en el patio.
Un gallo Gallo
de impresionante cresta,
como guerrero medieval.
Armado contra la muerte,
con su pico
y sus espuelas,
se pasea.
Mide los pasos. Se detiene.
Inclina la testa coronada
y se pregunta:
- ¿qué hago yo aquí?
- ¿de qué me defiendo?
Camina por el patio
El cemento ignora sus pasos.
Un gallo son las plumas
que florecen de la carne muda,
el córneo pico, las rapacidades
y el ojo sin amor.
Solidez grave.
¿Qué sostiene tal arquitectura?
¿Sabrá que,
en el centro de su cuerpo,
crece un grito?
¿Cómo, sin embargo,
contener,
una vez cumplido,
el canto ineludible?
Ahora agita las alas,
va a morir,
curva el urgente cuello
de donde mana
el rojo canto.
Pero la piedra, la tarde,
y el propio feroz gallo
sobreviven al grito.
Es inútil el canto.
A pesar de todo,
de su porte marcial,
el gallo permanece
solo y desamparado,
en un zaguán del mundo.
¡Pobre ave guerrera!
Ahora en el arcano
de su cuerpo
crece otro grito;
uno que sin esas plumas
espuelas y cresta
y la mirada de odio
no sería ni ronco ni sangriento.
Un grito,
lóbrego fruto del gallo
que afuera solo es
complemento del alba.
[Galo, galo]
El concretismo y
el neo-concretismo de los hermanos Campos, tuvieron como correlato histórico la
aparición de las tiranías y censuras de expresión mas severas que haya conocido
la cultura brasileña y como sucedió en muchos momentos de la historia, hicieron
juego al poder promoviendo efectos literarios donde se extinguía la comunicación
y se daba exclusiva preeminencia a la experimentación, resultando en últimas una
parodia del dolor que causaba el silencio de la censura. Durante al menos dos décadas,
entre 1964 y 1984, la cultura y la política brasilera estuvieron sometidas a la
reprensión y banalización de la vida con la colaboración de un sector dominante
de la Intelligentsia.
El golpe de estado
de 1964 fue ampliamente apoyado por la gran prensa [O Globo, Jornal do Brasil y
Diario de Noticias], los patronos, los latifundistas y sectores de la iglesia católica
que creían que João Goulart iba camino de instaurar un gobierno similar al soviético
o al chino de entonces. Los militares instauraron un régimen que conservó en la
apariencia las instituciones democráticas, pero impedía a los opositores el ejercicio
de los derechos políticos mediante Actos Institucionales que lentamente suplantaron
la constitución. De esta manera se liquidaron las fuerzas de opositoras, se decretó
la abolición de los partidos políticos, se impuso la censura a los medios de comunicación
y el arresto y tortura de los disidentes.
En la lechería la tarde se comparte
en yogures, cuajadas, vasos de
leche
y mi rostro en el espejo.
Son las cuatro de la tarde, en
mayo.
Tengo 33 años y gastritis.
Amo la vida que está llena de niños,
flores y mujeres, la vida,
ese derecho a estar en el mundo,
tener dos pies y manos, una cara,
y hambre de todo y esperanza.
Ese derecho de todos
que nada ni nadie
puede abolir o dejar.
¡Pero cuántos amigos presos!
Cuántos en cárceles oscuras
donde la tarde apesta a orina y
terror.
Hay muchas familias sin rumbo esta
tarde
en los suburbios de hierro y gas
donde juega irredenta la infancia
de la clase obrera.
Aquí estoy. El espejo
no guardará la huella de este rostro,
asi salga del lugar,
si muero
o si me matan.
Estoy y no estaré, un día,
en parte alguna.
Así que, ¿qué importa?
La lucha común enciende la sangre
y golpea mi pecho
como patada de un recuerdo.
[Mayo, 1964]
Procurando hacer
una síntesis de las teorías y trabajos de Pound, Joyce, Cummings y Mallarmé, los
Concretistas intentaron una interacción entre la palabra escrita y oral con la música,
las artes y los medios masivos de comunicación, resultando ataduras meramente experimentales
que invalidan toda comunicación personal, enajenando las palabras en su sintaxis
y prosodias. El lector y el oyente de los poemas concretos no encontraban un eco
de sus experiencias diarias o históricas, ni un trasunto de su vida afectiva, y
menos un panorama de sus sueños y pesadillas. Como en el poema de Gullar, el poeta-gallo
que canta-grita lo hace en vano porque está sólo. La canción entonces ocupó los
lugares que tiranía y formalismo vaciaron de lucha y sentido. João Gilberto, Tom
Jobim, Vinícius de Morães, Gaetano Veloso y Gilberto Gil fueron el lenitivo de esos
largos años de penumbra.
Ferreira Gullar decidió
hacerse poeta, según ha contado, luego de redactar un poema para celebrar el Uno
de Mayo. La maestra le dio nota alta porque consideró, a pesar de las faltas gramaticales,
que la idea de celebrar el día del trabajo precisamente porque nadie trabaja, era
original. Ese éxito escolar pronosticaba que podría vivir de algo distinto al comercio
de verduras de su padre, pero además, había visto una foto de Vinícius de Moraes
donde cantaba y tocaba la guitarra y pensó que eso era lo que quería hacer, algo
alegre y no un trabajo pesado que hiciera la vida imposible. Pero fue con la publicación
de A luta Corporal (1954) cuando la crítica se interesó en sus textos.
Desde Baudelaire,
Rimbaud o Mallarmé los poetas no representaron más los papeles e importancia de
que habían gozado durante la Edad de la Fe o la Ilustración, no tuvieron más confianza
en sus palabras y el público fue una minoría creciente y elitista. Ni el mundo burgués,
ni la clase obrera, ofrecerían alivio o cura a su neurastenia y si algo les atrajo
entre tanta incomprensión fue esa clase moribunda, la aristocracia, que ofrece,
derrotada, una altivez espiritual que desdeña la avaricia del burgués y la ignorancia
del obrero.
A partir de A luta
corporal Gullar concebirá la poesía como la otra realidad, original e intangible,
que el arte agrega al mundo en una suerte de ritual mágico, donde la plena conciencia
de su inutilidad y artificialidad dotan al nuevo objeto de una tensión que tanto
poeta como lector alcanzan limites que pueden terminar en un paradojal espasmo o
parálisis. La industria para alcanzar esos niveles sintácticos y prosódicos serán
los cortes y disposiciones en la frase y las palabras como si fuesen una gesticulación
verbal. Las dos nociones [lucha y cuerpo] revelan las intenciones de Gullar. El
cuerpo está en lucha con el mundo para asirlo, entenderlo, gozarlo, padecerlo. En
él residen los presentimientos, las venganzas, las aventuras. Nada metafísico asiste
al hombre, sólo el mundo concreto de su cuerpo. Gullar entra -con la mirada- a saco
en los objetos y los vacía: aves, frutas, mundo, fueron carnaza de su poesía. Cada
objeto y sujeto le mueven a buscar, a escarbar en su ser, la esencia que determina
su naturaleza, el misterio que ocultan.
¿De qué vale intentar
rescatar con palabras
todo lo que por los vientos
entre nubes y risas
se llevó el verano
con el viejo periódico?
El sueño en la boca,
en la cama el incendio,
en la noche el llamado
son apenas ahora
esta luminiscencia
este espasmo
de la quijada
en el rostro.
La poesía es presente.
[No corpo]
Entonces vuelve los
ojos hacia la colectividad y descubre, en la vida cotidiana, el manantial donde
brotan los poemas de Dentro da Noite Veloz [1975].
En los años sesentas
los intelectuales de la izquierda brasilera trataron de vincular la producción cultural
con los asuntos sociales del pueblo. El Centro Popular de Cultura, vinculado al
Sindicato Nacional de Estudiantes, fue creado por Janio Quadros. Gullar estuvo vinculado
a él durante casi cuatro años hasta cuando fue destruido por la dictadura, periodo
que coincide con un crecimiento de la clase media y la búsqueda o reinvención de
un carácter nacional que no estuviese “contaminado” por los imperialismos de entonces.
Una suerte de “hegemonía cultural de la izquierda” tanto en el campo como en las
ciudades.
Dentro da Noite Veloz
fue un intento por asir la vida, con sus manifestaciones y elementos, en medio de
conflictos sociales, políticos y sicológicos. Para lograrlo abandonó sus saberes
líricos y escribió como un cantante de feria, haciendo un arte “pobre” que “concientizase
a la gente”. Lo concreto en estos poemas es todo lo que está atado a las luchas
del individuo y la colectividad; el hombre que trabaja y la mujer que trabaja; sus
afectos y rencores, con una poesía vivida en la extensión de los cuerpos, oscuros
o vibrantes, con carencias, sedientos, cálidos, haciendo que la palabra sea sabia
de la vida:
Sin esperanza alguna
ante una vitrina de carteras
me detengo, en domingo,
en la Avenida de Nuestra Señora
de Copacabana
cuando el crepúsculo cae sobre
el barrio.
Sin esperanza alguna te espero.
Entre la gente que va y viene
entra y sale de bares y cines
de repente
aparece tu rostro y desaparece
y el corazon se dispara.
Te veo en el restaurante,
en la cola del cine;
de azul conduces un auto;
a pie cruzas la calle
espejismo que se desintegra
con la luz de la tarde
y se esfuma en las nubes.
La ciudad es grande
tiene cuatro millones
y tú apenas eres una.
En algún lugar estás a esta hora,
caminando o inmóvil,
tal vez en la otra cuadra
tal vez en la playa
tal vez converses en un bar distante
o en el balcón de ese edificio
enfrente
tal vez estés viniendo a mi encuentro,
sin que lo sepas, mezclada a las
personas
que veo a lo largo de la avenida.
¡Qué esperanza tan pobre!
Una oportunidad entre cuatro millones.
Ah, si al menos fueses mil
dispersa en este mundo.
La noche se alza comercial
en las constelaciones de la avenida.
Sin ninguna esperanza prosigo.
Mi corazón repite y repite tu nombre
ahogado en el estruendo de los
automotores,
llevado por el humo quemado de
la gasolina.
[Pela rua]
Poema Sujo (1975),
su obra maestra, resume esta nueva actitud y visión del mundo en un texto sinfónico
donde concurren por igual yo, nosotros, historia y eterno presente. Mito y mímesis
a través de la memoria, es una larga exposición real o imaginaria de la ciudad del
poeta. São Luís do Maranhão, cosas, seres, luces, voces, olores, fugas, frivolidades,
sucesiones, olvidos, indiferencia, miedo y pasión. Una memoria-saudade y una memoria
desencantada, que borra cualquier pretensión que no sea la música misma, el tono
del poema.
El hombre está en la ciudad
como una cosa está en otra
y la ciudad está en el hombre
que está en otra ciudad
pero variados son los modos
en que una cosa
está en otra cosa:
el hombre, por ejemplo,
no está en la ciudad
como un árbol está
en cualquier otro
ni como un árbol
está en cualquiera de sus hojas
(aún rodando lejos de él)
El hombre no está en la ciudad
como un árbol está en un libro
cuando un viento allí lo trashoja.
La ciudad está en el hombre
pero no de la misma manera
en que un pájaro está en un árbol
no de la misma manera en que un
pájaro
(la imagen de él)
está/ba en el agua
y tampoco de la misma manera
que el susto del pájaro
está en el pájaro que yo escribo
La ciudad está en el hombre
casi como el árbol vuela
en el pájaro que lo deja
cada cosa está en otra
a su manera
y de manera distinta
de cómo está en sí misma
la ciudad no está en el hombre
del mismo modo que en sus
almacenes plazas y calles.
[Poema sujo, fragmento]
Escrito y rescrito
en Buenos Aires entre la muerte de Perón y el ascenso al poder de Jorge Videla,
luego de haber deambulado por Moscú, Santiago de Chile y Lima, cuando el dictador
argentino comenzó a perseguir y desaparecer intelectuales y disidentes y los políticos
brasileños exiliados en el país austral fueron detenidos y entregados a Brasilia,
Gullar creyó que el poema sería lo último que podría hacer en su vida y que debía
decirlo todo mientras aun tuviese tiempo. De allí su tono de alegato contra las
tiranías, exhibiendo una poesía extremadamente impura como quería Neruda, plagada
de manchas del alma y el cuerpo vomita la memoria de su vida y la vida de los otros.
No hay duda que su registro recuerda las arquitecturas sintácticas de João Guimarães
Rosa en Grande Sertão: Veredas, acumulando voces que se funden en un solo crisol
mientras infringe las normas gramaticales, maltrata los preceptos, pasa de las tradiciones
y las desobedece. Verso y prosa se hacen una catarata testimonial del individuo
Gullar y el hombre brasileño. Un poema, en últimas, sobre la Vida, la inverosímil.
Al cumplir cincuenta
años, Toda poesía recogió su obra. Desde entonces los homenajes no se interrumpieron.
Recibió los Premios Moliere, Jabuti, Alphonsus de Guimarães, Fundação Conrado Wessel
de Ciência e Cultura, Machado de Assis da Academia Brasileira de Letras, Luís de
Camões; es celebrado en el Festival de Poesía de Rotterdan y nueve profesores titulares
de universidades de Brasil, Portugal y Estados Unidos lo candidatizaron para el
Premio Nobel de Literatura.
“En mi larga experiencia
en la lucha política –dijo Ferreira Gullar- puedo afirmar que la poesía sostiene
la capacidad de indignarse y al mismo tiempo de hacernos dignos, de mantener la
dignidad del ser humano. En ese sentido la poesía es peligrosa para los poderosos”.
Falleció de neumonía,
a los 86 años, en Río de Janeiro, donde fue velado en la Biblioteca Nacional y la
sede de la Academia Brasileña de Letras donde ocupó una silla, a finales de 2014,
después de haberse pasado años diciendo que nunca lo haría. Los últimos años los
dedicó a escribir en la prensa artículos contra el partido de gobierno de Lula da
Silva y los regímenes de izquierdas de muchos países. En una entrevista [“Quando ser de esquerda
dava cadeia, ninguém era. Agora que dá prêmio, todo mundo é”, Revista Veja, Rio
de Janeiro, 23 de setiembre de 2012] había dicho:
“¿De derechas, yo?
Era lo que me faltaba. La cuestión está muy clara. Cuando por ser de izquierdas
te podían mandar a la cárcel, nadie lo era. Ahora que da premio, todo el mundo lo
es. Pensar eso con respecto a mí no es honesto. Porque lo que estoy diciendo es
que el socialismo acabó, estableció dictaduras, no creó democracia en ninguna parte
y mató a una gran cantidad de gente. Todo eso es verdad. No me lo estoy inventando”.
En español su poesía
ha sido publicada en Hombre común y otros poemas, traducción y selección de Santiago
Kovadloff, Buenos Aires, 1979; La lucha corporal y otros incendios, Caracas, 1977;
Poemas, traducción de Antonio Cisneros, prólogo de Mirko Lauer, Lima, 1987 y Antología,
presentación y versiones de Harold Alvarado Tenorio, Bogotá, 2004.
Véase Alcides Villaça: A poesia de Ferreira
Gullar, São Paulo, 1984. Alexandre Pilati: A condição de autor periférico em Ferreira
Gullar, Brasilia, 2008. Alfredo Bosi: Roteiro do poeta Ferreira Gullar, en Céu e
Inferno: ensaios de crítica literária e ideología, São Paulo, 2003. Beth Brait:
Ferreira Gullar, São Paulo, 1981. Camila Moraes: Ferreira Gullar: “Espero que o
PT seja tirado do Governo, é um desastre”, en El Pais, Rio de Janeiro, 21 de octubre
de 2014. Claudia Dias: Na vertigem da vida: a poesia de Ferreira Gullar, Rio de
Janeiro, 2008. Cristiane Lira: Na prosa e na poesia, percursos do exílio em Ferreira
Gullar, Athens, 2002. Hans Jurgen Schmitt: Poesía, Passion, Revolution, en Frankfurter
Rundschau, Frankfurt, 23.5.87. Ivan Junqueira: As vozes da noite veloz, prefacio
a Dentro da Noite Veloz, de Ferreira Gullar, Rio de Janeiro, 1998. João Luiz Lafeta:
Traduser-se (ensaio sobre a poesía de Ferreira Gullar), en O Nacional e o popular
na cultura brasileira, São Paulo, 1982. Santiago Kovadloff: Entrevista con Ferreira
Gullar, en Crisis, nº 10, Buenos Aires, 1974.
HAROLD ALVARADO TENORIO (Colômbia, 1945). Poeta, ensaísta, tradutor. Aprendeu a ler, escrever, somar e subtrair no quadro-negro na escola de um descendente de escravos e mais tarde em uma escola onde um matemático e geógrafo lhe ensinou a vastidão do mundo num globo frágil enquanto a fazia ler Oscar Wilde, Shakespeare. Jorge Isaacs ou Knut Hamsun. Na Universidade Nacional da Colômbia promoveu a criação da carreira de estudos literários após anos de desdém pelas literaturas nacionais, foi Diretor do Departamento de Literatura, exercendo atividades como jornalista no jornal La Prensa onde dirigia a página de Cultura, que lhe valeu o Prêmio Simón Bolívar. Em Pequim trabalhou como consultor cultural para a editora China Today e publicou a antologia Chinese Love Poems, que desde então foi republicada em vários países. Criou a revista virtual e impressa Arquitrave, da qual é diretor. Harold traduziu a poesia de Cavafys e Eliot. A sua poesia foi traduzida para diversas línguas e colabora com diversos meios literários e jornalísticos da América e da Europa.
FRANKLIN CASCAES (Brasil, 1908-1983). Folclorista, ceramista, antropólogo, gravurista e escritor. Dedicou sua vida ao estudo da cultura açoriana na Ilha de Santa Catarina e região, incluindo aspectos folclóricos, culturais, suas lendas e superstições. Usou uma linguagem fonética para retratar a fala do povo no cotidiano. Seu trabalho somente passou a ser divulgado em 1974, quando tinha 66 anos. A Universidade Federal de Santa Catarina mantém um arquivo com a obra de Cascaes, aproximadamente 4.000 peças em cerâmica, madeira, cestaria, gesso, gravuras em nanquim e desenhos a lápis, além de um razoável conjunto de escritos que envolvem lendas, contos, crônicas e cartas, todos resultados do trabalho de 30 anos do escritor junto a população ilhoa coletando depoimentos, histórias e estórias místicas em torno das bruxas, herança cultural açoriana. Por sugestão de Elys Regina Zils, Franklin Cascaes é o artista convidado da presente edição de Agulha Revista de Cultura.
Agulha Revista de Cultura
Número 261 | junho de 2025
Artista convidado: Franklin Cascaes (Brasil, 1908-1983)
Editores:
Floriano Martins | floriano.agulha@gmail.com
Elys Regina Zils | elysre@gmail.com
ARC Edições © 2025
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