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terça-feira, 12 de setembro de 2017

MANUEL MORA SERRANO | Tres fabulillas


1. El día que Dios oye al pobre

Cuando instalaron las computadoras en el cielo junto a la simplificación del trabajo aparecieron unos extraños ángeles tecnócratas expertos en diagramaciones que rodearon al Hijo: Junto a él o en alegres grupos que entraban o salían de las habitaciones del Padre.
Aunque todos estaban hechos del mismo material que el tiempo se sabe que es imposible a un ángel tener edad: Algunos habían encanecido: Otros andaban encorvados por haberse pasado milenios anotando las plegarias en enormes libros: Estos viejos ángeles habían cumplido con gozo tan ingente labor: Estas muestras físicas habían sido su orgullo: Por eso habían empezado a murmurar: Hasta a criticar con esa abrumadora unanimidad tradicional en los conservadores que el ya probado método de la oración en los templos con los avisos lumínicos de las candelas había sido muy eficaz: Además: De aquel oficio vivían muchos seres humanos: Que en otros siglos quienes entraban o salían de las habitaciones del Padre eran ellos: Que además tenían fieles propios que los invocaban por sus nombres: Ellos a su vez conocían los gentilicios de sus creyentes: El contacto era más directamente pleno: Que a veces se decían mentirillas piadosas en favor de sus creyentes: Era verdad: Así el Padre los colmaba de bienes: Uno de los ángeles más viejos evocaba con lágrimas cuando intercedió por Aspecio Torres un habitante del planeta tierra que El Benevolente lo hizo rico: Eso ahora no se podía: Por ejemplo Aspecio Torres era simplemente un número:  El creyente un millón doscientos mil: Además esto no era lo peor del nuevo sistema: Ahora quedaba constancia no solo escrita sino filmada en las horribles máquinas: Naturalmente jamás hacían públicas sus protestas: Eran ideas del Hijo que siempre había sido un renovador: Todos recordaban cuando modificó las leyes para instituir el arrepentimiento para el perdón de los pecados derogando la antigua tradición del castigo para la salvación: Claro que amaban al Hijo: Hasta lo respetaban: Disfrutaban cuando lo veían siempre alegremente juvenil por la modernización: Pero siempre rezongando entre sí lo llamaban vanguardista más por celos que por despecho al verlo rodeado de esos extraños ángeles barbados o con gafas que mostraban tanta seguridad a medida que el Hijo continuaba introduciendo nuevas cosas: Por eso los viejos ángeles aprovechaban cualquier oportunidad para intentar desairarlo ante el Padre.
Las computadoras habían registrado una plegaria original: Se armó un revuelo en los altos salones: El creyente dos mil millones veintiocho mil: Que parecía un terrícola pobre había tenido la osadía de hacer un ruego escandaloso: Los jóvenes ángeles intelectuales se veían eufóricos: Se sabía que solo se alegraban cuando sucedía lo insólito: Los viejos ángeles se dieron cuenta de que un creyente actual por el alto número de la ficha: Además como no se podía cambiar tilde de la plegaria ellos podían probar al Padre que nadie puede impunemente cambiar las cosas aquí arriba sin que se modifiquen abajo: Cuando todos se hubieron reunido en el gran salón se dio lectura a la escandalosa plegaria: He aquí el texto:

Ni debo quejarme ni me quejo Padre: Me diste hasta el hambre: Algo que negaste a los ricos: Pusiste en mi interior el espíritu de conformación: Por eso ni el odio ni la envidia habitaron en mi pecho: Me has devuelto mi sudor con justicia: Has permitido que nunca comiera bocado que no hubiera ganado honestamente: Al darme la alegría de vivir me proporcionaste una mujer prudentemente honrada que ha sido solidaria en mi pobreza; Jamás reclamó lujos vanos: Me diste hijos obedientes con  nietos traviesos: Al no desear lo de otros me has permitido disfrutar la auténtica felicidad humana: Es por eso Padre que nada quiero de ti sino darte las gracias hoy como  todos los días de mi vida por haberme dado con la vida la resignación con salud.

Como el Padre no estaba presente el Hijo señaló: Es una hermosa plegaria: Pero los viejos ángeles corearon: Será hermosa pero blasfema.
 Era el día en que el Padre oía al pobre: Siempre se le mostraba la más original de las plegarias: Aunque hubo otras interesantes pese a las manifiestas discrepancias entre los jóvenes con los viejos fue elegida a unanimidad.
 Se armó un escándalo: El rumor pobló los espacios inconmensurables como sucede cotidianamente en la tierra: Se vieron avanzar por las avenidas o por los corredores a los más viejos ángeles que tenían siglos sin probar su alas que volaban por todos los rincones con una agilidad que hubieran envidiado los jóvenes si en ese lugar hubiera existido ese sentimiento crepuscular: Iban proclamando que las computadoras habían registrado una plegaria blasfema: Era indudablemente una noticia interesante: Hubo una conmoción verdadera ya que al fin sucedía algo excitante: Realmente si la vida celestial es sumamente aburrida después de la introducción de las máquinas el silencio era mayor: La abulia absoluta.
 Cuando el Padre llegó la sala mayor del cielo estaba totalmente llena rompiendo todos los récords conocidos: Se vio al creyente que era un terrícola pobre habitante rural del siglo veinte en la Era del Hijo: Se constató que había sido una plegaria sincera dicha con limpio corazón: El Padre no dejó traslucir emoción alguna: Además no le veían el rostro:  Estaba de espaldas a la multitud contemplando la pantalla.
 Por tradición el Hijo tomaba la palabra como abogado de los hombres pero el decano de los ángeles no pudo contenerse proclamando:

Esto es intolerable: Ese hombre tiene que ser ateo: Ese no querer nada del Padre es la blasfemia más grande que en todos los milenios que tengo he oído.

Cuando se calmó el murmullo se oyó hablar al Hijo:

Padre esta es la plegaria que hemos escogido hoy: Te la ofrecemos para tu juicio inapelable: Ya has oído lo que piensan los venerables ángeles: Lo han acusado no solo de ateo sino de blasfemo: Me parece que su pecado mayor ha sido utilizar términos personales en la misma: Si te fijas bien no ha usado los clisés al uso: Ha despreciado los lugares comunes: Aprovecho la ocasión para recordarte que gracias a las computadoras no se ha traducido sino que se ha podido repetir textualmente la plegaria que podrá volver a oírse hasta el fin de los tiempos.

Hemos disfrutado de la poesía en la plegaria del pobre: La poesía: Parecen haberlo olvidado nuestros queridos ángeles: Consiste en evitar el lugar común: Eso parece ser lo escandaloso: Lo blasfemo Padre mío: Tú que conoces el corazón de los humildes sabes que  jamás deben tomarse literalmente las palabras: Que nadie debe juzgar con ligereza a los de corazón sano: Creo que hay modestia sincera en la plegaria: Pero los venerables ángeles dicen que hay blasfemia: Que hable su vocero mayor: Luego juzga tú: ¡Oh clemente y misericordioso!
El mismo ángel cargado de años volvió a hablar:

Nosotros acusamos al creyente dos mil millones veintiocho mil del planeta tierra de haber cometido herejía con soberbia por no haber usado ninguno de los términos que la ortodoxia religiosa aconseja: La que los verdaderos creyentes practican: Del mismo modo que el verdadero católico se conoce por la capacidad de resistencia que tiene para repetir avemarías con padrenuestros en el Santo Rosario todo cristiano se conoce por repetir textualmente la Santa Biblia sin cambiar palabra de lo sagrado: Así debe hacer el bueno: El santo: Repetir las palabras sabidas: Las acostumbradas: Toda originalidad por ser desvío de la norma es peligrosa: Es subversiva: Va contra los más sagrados intereses de la eternidad: ¡Ay: Si así fuera!: Si se permitiera la autonomía en todo la tierra saldría de su órbita:  El caos se enseñorearía de nuevo en el universo: No criticaré si hay o no poesía en esa plegaria: Yo no sé para qué pueda servir la poesía en cosas de la fe: Si bien respeto al Hijo no estoy de acuerdo con su defensa: Pedimos que ese hombre sea declarado blasfemo: Exigimos castigo para él: Que conozca la pobreza verdadera: La que no deja dormir al ambicioso: La que no deja pegar los ojos al envidioso: Que conozca estos sentimientos para que pueda entonces dar las gracias si todavía agradece.

Lentamente se puso en pie al irse volteando el Padre: Todo se iluminó con su presencia: Lo oyeron con la natural humildad sin que despegara los labios: Las palabras del Padre se oyen en el corazón: Diciéndoles:

Hijos e hijas míos: Hemos oído la plegaria del creyente dos mil millones veintiocho mil del planeta tierra: Hemos podido constatar que es un campesino pobre: Ha sido acusado no solo de ateo sino de blasfemo: Mi Hijo ha concluido diciendo que cree en su sinceridad.

Antes de dar mi veredicto debo aclarar algunas cosas de una vez para siempre: Como ha dicho mi Hijo hemos probado ya la utilidad de las nuevas máquinas: Ello viene a demostrar una vez más que es útil innovar: ¿Acaso no he vivido creando sin hastío desde el principio de los tiempos?: Diría que ateo sería aquel que estuviera en contra de la evolución: Creer es crear: Como para juzgar con claridad es necesario pesar las culpas del acusado: Volvamos a oír la plegaria suya.
Luego haremos un sumario como era costumbre de mis viejos queridos ángeles: Él ha dicho en síntesis que me agradece todo hasta el hambre que se la negué a los ricos: Ha dicho que le di espíritu de conformación: Que la felicidad humana consiste en no desear lo que no se tiene: Ha dicho que le he devuelto su sudor con justicia: Que siempre ha comido con su trabajo honradamente: Que le di una mujer prudentemente honesta que nunca le ha reclamado lujos vanos: Que le di hijos obedientes con nietos traviesos como deben ser los retoños de la sangre: Que como no ha deseado lo que no ha tenido me daba las gracias todos los días de su vida por haberle dado la vida no solo con resignación sino con salud.
En verdad como ha dicho mi Hijo este creyente me ha conmovido: Nadie puede ser conmovido si no es por lo patético o lo poético: En esa plegaria hay poesía evidente: Solo hay poesía donde hay originalidad: En aquello que está expresado de manera diferente: En la ausencia del lugar común: Ese pobre habló con la gracia lírica verdadera: Es por eso que nos ha conmovido: Yo creo que ha dicho cosas hermosas: Que ha dicho cosas sustanciales de la vida humana: Del existir mismo: Ojalá oír aquí tanta belleza no tanto clisé huero con monótona repetición: Ese hombre sabe que la felicidad consiste en aceptar con alegría lo que se tiene: Que al no anidar envida en el pecho ni desear lo ajeno cumple con una ley hecha por mí: Es que unos deben disfrutar  pero otros deben padecer: Esa es la creación: Así es la creación.
Pero mis viejos ángeles desean que castigue la sinceridad de ese hombre siendo esta la primera vez en milenios de milenios que hemos oído a un pobre que no se queja: Que nada pide: En vez de pedirme que lo premie me exigen que lo castigue:

Ello me produce una gran turbación: Una enorme tristeza al saber que en tantos milenios junto a mí todavía no conocen el corazón del hombre bueno.

No hay blasfemia en su plegaria sino originalidad que para un conservador es pecado grande: No es ateo: Invocó mi nombre: Nadie invoca mi nombre en vano: Por eso oído el parecer de mi Hijo cuyas conclusiones acojo: Respecto a la acusación de mis viejos queridos ángeles voy a dictar mi sentencia inapelable:
Si el creyente dos millones veintiocho mil desea vivir en pobreza con regocijo: Que la disfrute con su familia en salud: No le daré la riqueza que sataniza haciendo rutinarios a los hombres: No se la doy: No solo por no haberla pedido sino pensándolo bien: ¿Cuál sería nuestra función? ¿Qué haríamos nosotros con el aburrimiento mortal de siempre oír lo mismo? ¡Además se han preguntado ustedes lo aburrida que sería la creación si no hubiera pobres!


2. Cucarachas

Sostengo que nosotros los Cucarachas debemos cambiar: Nuestra conducta es reprochable: Debemos laborar como lo hacen otros seres pequeños como las hormigas que si bien no son útiles a nuestros tiranos: Trabajan para sí: Son organizados: Por meritorios se citan como ejemplo.
Estoy en desacuerdo con el joven Elías: Sus ideas son subversivas: Así no se habla con dignidad hermanos Cucarachas: Ustedes me han dado el título de Venerable Patriarca que he llevado con orgullo en mis muchos días: Soy Simeón todavía Elías: Soy la máxima autoridad: Nunca olvides eso: Aunque debiste pedir mi venia como la de los otros venerables a la juventud se le excusan las vehemencias: Yo lo que he dicho siempre es que si nosotros hemos vivido milenios siendo las criaturas activas más antiguas del planeta es por haber sostenido la tradición respetando los preceptos sagrados.
Si manteniendo la misma conducta sobrevivimos a todas las catástrofes: A terremotos: Diluvios: Heladas: Guerras etcétera adaptándonos a todos los climas: Nutriéndonos  de todo sobrante humano o animal: ¿Para qué vamos a cambiar?: ¿Para complacer a un joven radical aun con sus antenitas calientes que no solo comió o digirió buenos libros como nosotros sino que intoxicado al calor de televisores o computadores modernos ha escuchado a los jóvenes humanos con ideas venenosas?: No hermanos: Con nuestro sistema hemos triunfado: Oigamos la voz de la experiencia: La voz de la cordura. Seamos sensatos: Debemos vivir con la misma honorabilidad que nuestros gloriosos antepasados tanto a costa del hombre como de la naturaleza: Así tendremos garantizada la supervivencia y nuestra raza inmoral no perecerá.
Viva la cordura: Viva la cordura: Gritaban los más viejos Cucarachas.
 Hermanos: Hermanas: Calma: Cordura: Cuando dije que los humanos son nuestros venerables protectores digo bien: A la superioridad hay que rendirle pleitesía: Nobleza obliga: Es cierto que nos han perseguido con saña: No debo negar lo evidente pero no lo hacen por maldad: ¿Cómo pueden actuar así unos seres tan magníficos: Tan perfectos: creadores de cosas asombrosas de rico sabor?: No noo: Al inferior corresponde la investigación del desprecio del superior:  Por eso en mis muchas noches de trabajo arduo: En medio de las faenas más peligrosas: Después de largos días de encierro meditando llegué a la clarividencia de que se nos persigue por despedir cierto olor que a ellos molesta: Eso es todo: Nuestra misión ecológica como se dice ahora: ¡Eso es para que Elías como los suyos sepan que también vemos televisión!: Ha sido la de limpiar la tierra de desperdicios grasientos: Somos saneadores naturales: Ellos se molestan cuando eliminamos los hilos de seda o de lana de sus ropas manchadas: No aprecian nuestros esfuerzos de limpieza: No nos comprenden: Advierten que fuimos nosotros por haber   dejado la rúbrica de nuestro ser en ese aroma que les molesta: Los he oído: Dicen que es pestilente: ¿Pestilente hermanos?: ¡Pestilente hermanos!: ¡Cuánto dolor he experimentado ante ese descubrimiento fatal!: Nosotros no podemos entenderlos: Los que apestan son ellos sobre todo ellas con esos perfumes intensamente turbadores: ¿Habrase visto cosa igual a la untarse un jardín en la piel?: Aunque soy viejo todavía me conmuevo cuando siento el olor más delicioso del universo: El de una hembra Cucaracha en celo: Eso es divino: Los trasportes celestiales de un Cucaracha enamorado al sentir esa esencia de la amada en el aire no se parece a nada humano: Danzamos en las noches veraniegas cuando hasta los más ancianos rejuvenecemos cuando ese efluvio divino nos llega hasta los más profundos rincones del deseo.
 Espero me perdonen: Es fatal dejarse llevar del entusiasmo lírico: Es muy traicionero: Uno se desvía de lo importante: De lo básico: De lo esencial: Regresemos al cauce de la cordura.
Viva la cordura: Viva la cordura: Gritaban los más viejos cucarachas.
Hermanos todo se debe a ese olor fatal para ellos: Por eso junto a los demás Venerables que en el fondo somos liberalmente democráticos para armonizar con las nuevas ideas: Peligrosas en su solo enunciado: Todo lo nuevo nomás por serlo produce malestar: Basta que lo parezca para que no comulguemos con ello: Empero superando la molestia que nos causa escucharemos al joven Elías que hasta ahora había actuado con decoro ingiriendo su cuota de libros a pesar de sus desvíos modernistas: Pero primero para contemporizar voy a proponer dos cosas: Una dolorosa pero necesaria: Sugiero solemnemente a esta asamblea que los cirujanos más hábiles extirpen radicalmente las glándulas odoríferas: La  segunda es que se abran inmediatamente escuelas modernas donde se enseñen avanzados métodos de sabotaje para engañar definitivamente las fuerzas que nos han perseguido: ¡He dicho!
 Un aplauso cerrado coronó la vigorosa exposición del Venerable Patriarca Simeón Cucaracha: Después de un espeso silencio se escuchó un coro rítmico:

Viva la cordura: Viva la cordura: Gritaban las más viejas cucarachas.

El joven Elías negro de ira: Hermoso como un dios rebelde a trancos subió hasta el tapón de la botella de vinagre que dominaba la repisa como un rascacielos de cristal: Al verlo subir tan decidido se calmó la claque conservadora: En el silencio de la cocina se oyó su voz:

Venerable Patriarca Simeón Cucaracha: ¿Venerable?: ¿Patriarca?: ¡Bien!: Me rendiré por hoy ante la tradición: Venerable Patriarca Simeón Cucaracha te hemos oído: Por primera vez en nuestras jóvenes vidas no hemos perdido una sola palabra de tu discurso: No nos sorprendiste: Encontramos natural que acostumbrados a tu retórica decadente tus parciales crean que has pronunciado una pieza brillante.
Para ellos lo fue: Por ti habló una vez más esperando que por última la voz conservadora: En los pueblos hay que oír otras voces: Los tiempos cambian como las maneras de decir las cosas se modifican: En el mundo Simeón cambiamos o perecemos: Hay que marchar al ritmo del universo: Cada quien tiene que vivir su época o desaparecer.
Es ley de vida: Ley de la historia: Por eso puedo decirte con todo desenfado sin respeto alguno que te hemos visto tal como eres un viejo: Un pobre miserable reaccionario: Nada en tu discurso honra nuestra raza: Aunque no hayamos madurado los jóvenes somos el pasado: El presente: El futuro al mismo tiempo: No pensamos como tú: A nosotros Simeón todos esos milenios que hemos vivido como bien has dicho sin ser apreciados por las cosas del universo nos llenan de sonrojo y humillación: Puse el ejemplo de las pequeñas hormigas diciendo que tenían más honra que nosotros: ¡Es verdad!: Hemos padecido el terror por la implacable persecución no de esos venerables como indignamente has dicho: No: De nuestros amos tiránicos como debiste decir: Las cosas deben llamarse por sus nombres: Para un revolucionario es obligación ineludible decir la verdad sin eufemismos decadentes.
Nosotros compañeros Cucarachas también meditamos pensando en nuestra realidad: Esa no es solo misión de ancianos: Ha llegado el momento de iniciar una nueva era: Me dirijo tanto a ti Simeón como a tus simeonístas: Vivimos tiempos nuevos: A ellos nos tenemos que someter para no perecer: Ha llegado compañeros Cucarachas la hora cero de la Revolución Utilitaria.

Un silencio terrible arropó la asamblea: Absolutamente nadie se movía: Los Cucarachas sorbían en el aire las palabras de Elías.

Nosotros compañeros Cucarachas solo podemos vanagloriarnos: Eso es: Tener vana gloria de haber huido durante millones de años: Durante todo ese enorme tiempo solo hemos hecho bien una cosa: Huir: Nunca se ha dicho que hubo una batalla campal ni una guerra ni siquiera una guerrilla: Me avergonzaba comiendo la historia tragando las proezas de los héroes: Entre los Cucarachas jamás se necesitó un poeta: En todas las épocas como en todas partes nos han maldecido: Nos han perseguido tanto por vagos como por ladrones: No solo por despedir ese olor que ahora este energúmeno de Simeón plantea que no exista sugiriendo que nos quitemos lo único que nos distingue: Lo que nos personaliza: Lo que nos hace cucarachas no hormigas: Ese agradable aroma hermoso que describió con altura lírica en el único momento feliz de su perorata: Lo reconocemos: El revolucionario elogia lo valedero del enemigo aunque no baste este reconocimiento para respetarlo: Él quiere que desaparezca la rúbrica de nuestro ser como dijo con gracia: Eso quiere la canalla reaccionaria: Por esa mala causa nuestros abuelos: Nuestros bisabuelos: Hasta nuestros tatarabuelos aplaudieron con tanto calor  clamando cordura: ¡Carajo!: Cordura se precisa para hacer lo conveniente: Lo justo: No lo peor: Ha llegado señores la hora del cambio: Yo no le hablo a esa claque conservadora que ha sido cómplice de crímenes o robos: No: Yo hablo únicamente a los Cucarachas realmente dignos: A los que no temen al trabajo ni a la lucha: Hablo a los que deseen emancipar nuestra raza levantando nuestros nombres para borrar siglos de oprobios cobardes: Hablo compañeros Cucarachas a los que deseen: A los que necesiten la Revolución Utilitaria.

El silencio era tan denso como la noche en torno a la casa: Ni los grillos frotaban sus élitros en la lejanía: Únicamente el hilar de las arañas se oía en la cocina: El discurso no acababa de ser totalmente asimilado: Las emociones con las pasiones desatadas en la multitud eran muchas: Elías con su irreverencia despertaba odios callados: Temores ciertos: Los jóvenes se veían ansiosos mientras él permanecía erguido sobre el tapón de la botella de vinagre como sobre un rascacielos de cristal mientras Simeón trataba de escurrirse en vano por entre los viejos patriarcas que lo abandonaban.
La duda estaba sembrada en lo más hondo: A nadie le gustaba la idea de quedarse sin el magnífico olor deleitador: Como una descarga eléctrica se oyó una gritería atronadora cuando se vio a jóvenes Cucarachas radicales que con voces vigorosamente potentes coreaban: Revolución: Libertad: Revolución: Libertad como habían oído a los hombres hacer cuando mataban a sus tiranos particulares: Embriagados de la pasión partidista sin que nadie pudiera evitarlo avanzaron sobre Simón Cucaracha a quien con toda su venerabilidad descuartizaron.
Elías había descendido de la botella como quien baja del monte sagrado: Se diría que traía las tablas de la ley: Era el nuevo jefe ungido por el pueblo: Apartó a los rebeldes: Hizo a un lado a los curiosos: Frente al cadáver de su enemigo exclamó:

Simeón Cucaracha perdona la vehemencia revolucionaria: Alguna vez fuiste rebelde: ¿Qué joven no lo es?: Tu lengua te perdió: De nuevo la lengua ha castigado al cuerpo: Estamos compañeros ante un hecho consumado: El vibrante orador: El brillante hombre de estado que fue Simeón ya es solo un despojo sombrío: Que los dioses tutelares de nuestra raza lo acojan con beneplácito dándole la juventud perenne permitiéndole como premio pero como castigo a la vez deleitarse en el paraíso de los Cucarachas con el aroma de las jóvenes hembras las noches de verano mientras su espíritu dance gozoso en el viento del estío por los siglos de los siglos.
Revolución: Libertad: Revolución: Libertad: Gritaban los Cucarachas.

Olvidando en un rincón el cadáver de Simeón tomaron a Elías: Enarbolándolo como bandera lo pasearon en triunfo.
En ese momento de gloria se hizo luz en la cocina.
Hubo una desbandada general: Huyeron enterrando cuerpos: Cabezas: Patas: Antenas detrás de vasos: Platos: Ollas: Estufas: Cuanto resquicio encontraron: Solo Elías siempre hermoso como el dios rebelde de los Cucarachas permaneció en el mismo lugar donde lo habían arrojado sus parciales al producirse la estampida había caído firme sobre sus patas por eso cuando el ser humano: Una mujer lo persiguió esquivó el golpe manteniéndose desafiante con las antenas en algo sin huir ni retroceder: Ella lo miró asqueada: Sintió miedo: Retrocedió impresionada apagando de un golpe la luz.
 Elías Cucaracha al arriesgar su vida: Al resistir sin temor la amenaza del enemigo más cruel pasó inmediatamente de líder político a héroe legendario: Desde ese momento no hubo oposición.
 Revolución: Libertad: Revolución: Libertad: Gritaban los Cucarachas.
 Embriagados del triunfo: Temerosos de que ese momento de fervor pasase: Antes de que llegara el pesimismo apenas tuvieron tiempo Elías con sus ayudantes de organizar la partida: Como los cucarachas no guardan cosas pronto estuvieron listos para partir.
Multitudes de cucarachas solidarizados emergieron de armarios: Cajetas: Zafacones tomando como lábaro un papel roto de chocolatines color tierra que iba a ser su consigna: Desafiantes: Orgullos iniciaron la marcha encabezados por Elías.
Se proponía Revolución: Se contestaba  utilitaria.
Rítmicamente: Revolución: Utilitaria: Revolución: utilitaria: Gritaban los  Cucarachas.
En imponente orden en fila india marchaban cantando: Sumándoseles al pasar los demás blátidos del mundo alertados por las fanfarrias de los himnos de triunfo rumbo a la tierra de promisión.
 El éxodo duró varias semanas: Hubo motines: Rebeliones: Protestas: Fueron perseguidos por aves: Felinos: Por los hombres: Perdieron muchas vidas: Los más viejos no soportaron: Al igual que a otros les llegó la hora: Solo las preñadas o los recién nacidos o los ancianos como los infantes fueron ayudados por todos: Encontraron muchos obstáculos: Cañadas desbordadas: Ríos crecidos por la lluvia: Los quemó el sol: Luego de mil penalidades arribaron a su tierra: La llamaron El País de Elías.
 Desde ese momento fueron libremente soberanos pero pobres: Muy pobres: Padecieron hambre: Plantaron la tierra: Esperaron las cosechas: Comieron frutas: Vivieron con dignidad por primera vez en su historia.
 Empero añoraban el pasado: Los viejos contaban del paraíso doméstico donde manaba comida de ollas o cazuelas: De los roperos de los niños abundantes en grasas dulces: De los interminables tesoros que había en las basuras: Todo sin tener que trabajar: Durmiendo el santo día: Disfrutando la ancha noche.
 Elías sentía esos rumores en sus finas antenas pero ya estaba envejeciendo: De sus 365 había vivido 300 días de grandes luchas: De duros afanes: Era casi un anciano valetudinario como Simeón la noche memorable de la independencia.
Juan Cucaracha de apenas cien días un radical ardoroso formado en la comuna revolucionaria pidió a Elías que le apadrinara dejándole hablar a la asamblea: Al darle el bautismo político el ya viejo patriarca expresó:

Compañeros Cucarachas debemos dar paso a la juventud: La vida no es eterna: No voy a cometer el error que costó lo poco que le quedaba a Simeón: Su líder ya está viejo: Casi ciego: Su final llegará pronto: En sus días fue un brioso rebelde que los convenció para iniciar esta aventura hermosa: Sabe que hizo lo mejor siendo sincero con sus sentimientos: Con sus ideas: A un gobernante solo se le puede reclamar que sea consecuente con sus principios actuando de buena fe  haciendo lo posible para hacer felices a sus gobernados:  Lo intentó: A ustedes les consta que lo intentó de buena fe pero no es un mago sino un simple: Un humilde cucaracha.
Juan es joven: Serio: Honesto: Bendito él como la sociedad que lo ha producido: Algo extraño en política en cualquier tiempo aun entre nosotros que practicamos el socialismo: Parece tener ideas claras de la democracia: Como tenemos que dar oportunidad a todo el que tenga ideas nuevas siendo digno: Debemos escucharlo: ¡Habla Juan Cucaracha!
 El joven político subiendo al lugar más elevado manifestó:
Camaradas Cucarachas pertenezco a una generación sin vínculos con el pasado simeónico: Solo hemos conocido el régimen del nuevo Venerable Patriarca Elías: Aunque nos hemos nutrido con los relatos de aquellos que conocieron la historia laborando en las bibliotecas: Viendo la televisión: Entrando en los computadores alimentando sus inteligencias hemos sido sanos: Por eso tenemos autoridad moral suficiente para enjuiciar la Revolución.
Venerable Elías: Camarada Elías tu lucha no ha sido vana: Tenemos libertad: Conocemos la fuerza que da el orden con autoridad: El bien que representa el trabajo honrado: Pero tú lo has dicho: Eres viejo ya:  Pronto deberás entregar tus restos: Eso nos angustia: Nos llena de aprensión: La nieve condecora tus antenas ayer tan vibrantes como heroicas en la batalla de la repisa: Tus alas ya no revolotean en las noches de estío sintiendo el olor maravilloso de las hembras en celo: ¡No eres inmortal para suerte tuya como para desgracia nuestra!: ¿Qué pasaría si de pronto tú dejaras de existir?: Tendríamos un vacío enorme: Podrían provocar la ruina del país: Destruir las instituciones las oscuras sabandijas que se esconden en los sótanos podridos del poder:
Siempre fuimos gobernados por caudillos o patriarcas: Algunos fueron justos como tú que si bien llegaste al lugar más alto siempre nos dispensaste un trato igualitario: Te lo agradecemos: Como bien dijiste solo eres un simple cucaracha: ¡Cuánta grandeza en tu  humildad! ¡Qué gran suerte para una nación como la nuestra  haber tenido un líder de tu estirpe!: ¿No puede nuestro pueblo dar otros líderes?: ¿Que es un líder Camaradas?:  No es solo aquel que baja del monte sagrado para librar la batalla como fue tu caso Elías: Líder entendemos nosotros: Corrígeme si me equivoco: Es el que une a su carisma natural el don de mando que usa con mesura firme: Es también en política el que actúa de  buena fe teniendo un proyecto de un gobierno tan justo como decente: Sin justicia: Sin decencia no existe la felicidad: Como nadie debe mandar a perpetuidad es tiempo de pensar seriamente en nuestro futuro inmediato: Por eso proponemos lo mismo que hemos oído decir que hace el enemigo grande: Elecciones: Hagamos elecciones: Hagamos elecciones camaradas cucarachas.

Elecciones: Gritaban los Cucarachas.

Hubo una consulta electoral libre: Eligieron a Juan Cucaracha por amplia mayoría de votos.
 Su gobierno era bueno: Los Cucarachas del País de Elías mantuvieron su libertad alcanzando el prólogo de la felicidad que es a lo más que pueden aspirar los seres vivientes: Nadie puede ser feliz: Todo aburre en el universo: La dicha es solo ese pequeño momento en el que no nos mata el aburrimiento.
 Un día: en el 364 de la vida del Venerable Patriarca: Uno como el día de la independencia del País de Elías sus habitantes que habían resistido ataques de todas las plagas imaginables: Aves: Lagartos: Culebras: Cuanta especie dañina: Avistaron al enemigo mayor: Alguien merodeaba por sus dominios. Habían sido descubiertos.
 Siempre aparecerán en la tierra descubridores humanos que destruirán la felicidad reinante: Detrás del primero vienen otros indefectiblemente: Actúan así: Son geófagos los hombres: Suelen enviar ejércitos para destruir lo ajeno: Ellos no aman con mayor intensidad alguna salvo a sus mujeres particulares como la buena tierra: Dijo Elías.
Se asombraron de la calidad de esta: Al probar los frutos descubrieron por el olor delatador que estaban en el país de las cucarachas.
Al fin los hombres pudieron descifrar un enigma que los traía sumamente preocupados e inquietos: Los ecólogos habían dicho que esos insectos eran útiles: Se necesitaban: Si era cierto que hacían daño destruyendo cosas eso propiciaba más comercio: El lucro es lo más sagrado para los hombres: Hasta su mal olor era necesario: Formaba parte de la cotidianeidad: Estaban a punto de quebrar industrias de insecticidas: Habría desempleados: En suma urgía reintegrar las cucarachas a la vida humana.
Siendo buena la tierra era negocio redondo.
Se fueron pero regresarán armados advirtió Elías: Son abusadores: No importa que estemos indefensos: Ellos siempre serán así.
Los Cucarachas pelearon bajo el mando del presidente Juan: Morían por millares: Avanzaban sin retroceder: Para ellos no había mañana: Quien defiende la tierra carnal no teme: La muerte es su alegría: Escribieron páginas de inútiles heroicidades.
Empero en medio de la lucha circulaba un nombre prohibido ya olvidado: Hablaban de Simeón Cucaracha: Le decían Venerable: Añoraban el tiempo bueno del sabotaje: Del robo: De las huidas cortas: Del peligro gozoso al amparo de las casas seguras.
Pelearon: Fueron derrotados: Todos habían visto a Juan Cucaracha saltar encima del que encabezaba la pelea: Arañarle el rostro: Escurrirse por el cuello de su camisa: Observando cuando el hombre lo tomó entre sus dedos: Lo arrojó al suelo: Lo pisoteó echándole encima pesticidas: Vieron también los últimos: Los que luego huyeron para contar lo sucedido a Elías ciego: Viejo: Cojo: Inmóvil en su sitio: Permaneciendo como en la heroica noche de la repisa con sus antenas en alto: Inútilmente en alto esta vez que les dijo al pasarle en estampida al lado antes de caer fulminado:

Compañeros Cucarachas: No me castiguen con su desprecio: No creo merecerlo: No podrán negar que algunas veces fuimos dignos: Libres: Felices: El problema no es ese: No importa que seamos buenos: Libres: Laboriosos: Que no molestemos a nadie: El problema no es ese: El caso es que hagamos lo que hagamos: Desgraciadamente siempre seremos cucarachas.


3. La sangrienta lucha de Tronilo y Kimbro

Alto era el día cuando Tronilo regresó: Nos hizo señas de que debíamos acampar cerca de un arroyo que bajaba de las lomas con aguas frías que invitaban al baño.
 Por dos días estuvimos esperando haciendo entretanto cortas excursiones por los alrededores cazando cabras alzadas: Pescando dajaos o róbalos en los charcos próximos que asábamos sazonados con jugo de limones con un poco de sal:
Al segundo día el olor a verraco era tan intenso que los perros aullaban desesperados cuando el brisal soplaba: Temíamos que estos gritos de guerra lo alejaran: Mas Tronilo nos indicó que Kimbro se acercaría para tratar de sorprenderlo como había hecho con su padre en pareja con Fénix.
Al tercer día Tronilo hizo señal de partir: Había hecho varias excursiones: Al parecer tenía el rumbo preciso: El astuto verraco elegía el escenario: Se había quedado en un lugar llano cerca de un río caudaloso donde las hierbas lo tapaban.
Lo seguimos: Cerca del medio día llegamos a un prado de altas yerbas echando de menos la presencia de ganados vacunos en tan jugosa pradera.
Dejamos pastar libremente a los bueyes mientras observábamos desde un altozano próximo la vega cruzada por el ancho río.
Del otro lado se veía una montaña imponente: Sin saber la causa me resultaba familiar sin haber andado por esos predios.
Tronilo desapareció con su perro: Nosotros hicimos desayuno en la colina protegidos por frondosos árboles.
Mientras Diomedes cocinaba Tronilo con su perro habían bajado: A pesar de su elevada estatura no se veía entre las hierbas: El olor a verraco era tan intenso que casi mareaba: Entonces vimos al cuervo el mismo parlanchín que habíamos visto durante el viaje: El que en la casa cuando quemamos el camastro de don Leonardo había ahuyentado a unas rezagadas mauras: Parecía tan amigo de Tronilo como de Verania: Sin duda alguna se trataba del famoso Vocerío que según ella era un alto personaje en la corte de la abuela Domitila: Claramente indicaba a Tronilo con su ala derecha que a su espalda estaba Kimbro repitiendo su nombre insistentemente: Lo hubiera sorprendido de no ser por sus gritos de alerta.
Como estábamos cerca en ese momento vimos las hierbas moviéndose como las olas de un mar vegetal que ya no cubrían totalmente a Tronilo: Llamé a mi hermano para que prestáramos atención a aquellos gigantes salvajes que parecían dos canoas abriéndose paso en el oleaje verde de la vega: ¡Ese es Kiiimbro!: Exclamé: En mi voz había ese tono ritual de reverencia ante lo monumental.
Tronilo nos hizo señas de que amarráramos nuestros canes: Quería que lo dejáramos pelear solo con su perro que le adelantaba un paso: Los atamos pero el olor a verraco los excitaba tanto que deseando entrar en la pelea ladraban llamando a Dego: Por largo rato siguieron aullando desesperadamente.
Vimos al cuervo queriendo distraer al verraco intentando bajar para herirlo entre los ojos: Tronilo rechazó su ayuda haciendo señas de que lo dejara tranquilo cesando sus gritos.
Pese a lo dramático del encuentro vimos al gigantesco mudo sonreír.
La venganza de su padre era la misión más importante de su vida: A partir de ese momento dejaría de ser muchacho convirtiéndose en un hombre.
Hasta en ese instante de dramática tensión tuvo un rasgo de humor: En un momento que ambos se habían detenido estudiándose nos señaló los talones mirando hacia la montaña indicación de que era la Loma de las Ciguapas.
Luego lo vimos sonreír al sacar el afilado cuchillo que desde la muerte de su padre amolaba en sus piedras gastando parte del duro acero.
Lo empuñó decidido: Hincándose reverente elevó sus manos mirando al cielo para dedicar la lucha a su padre: Observábamos aquel espectáculo temiendo que el verraco aprovechara su distracción.
Luego se despojó de la ropa: Iba a pelear lealmente sin ventajas: Sería una pelea limpia luchando  como la naturaleza los había enviado al mundo.
Todo estaba inmóvil: La brisa misma parecía que se había detenido: No ondulaba ni una brizna de hierba cuando de pronto sentimos que algo se movía: Donde estaba era invisible su enemigo: Avanzó hacia un lado donde era más rala la hierba para tener mayor visibilidad con más facilidad de movimientos.
El verraco asomó su largo hocico: Brillaron al sol sus colmillos: Entre el oscuro pecho resplandecían las cachas del alfanje: Tronilo quiso indicarnos que ese dato además de la mancha blanca en la testuz indicaba sin dudas que se trataba de Kimbro desviando hacia nosotros fugazmente la mirada.
El astuto jabalí permanecía esperando entre las hierbas que avanzara: Mientras Tronilo aspiraba a pleno pulmón el aire enverracado se quedaba expirando: Hasta que lo vimos decidido a enfrentarlo lanzando gritos horribles para atraer al cimarrón avanzando un par de pasos junto a su perro.
Volvimos a ver su gran alzada: A pesar de su gordura se notaban sus poderosos músculos: Más que una gran canoa parecía un barco negro: Sus ojos vomitaban fuego mientras pateaba rudamente el suelo con sus poderosas patas: Como había dicho Verania era ciertamente un líder de la naturaleza.
Dego avanzó feroz: Kimbro experto en evadir perros lo atacó sacándolo fuera de combate a la primera embestida con tal rudeza que al caer herido entre las hierbas quedó inmovilizado.
Cuando hicimos ademanes de soltar los nuestros Tronilo desvió por un segundo la mirada haciendo hizo señas de que lo dejáramos solo.
Reía disfrutando cada minuto como si fuese el último que viviría sobre la tierra: Lo comprendimos: Como él estábamos en esos lugares para realizar una venganza.
Se hincó nuevamente en tierra: Esperó la embestida de aquel aparato bravío que gruñía aterradoramente: Vimos cuando lo atacaba: Lo hirió en un muslo: Aunque sangraba aparentemente fue superficial: Se notaba serenamente tranquilo.
Tenía el cuchillo en la mano: Había errado su cuchillada al caer al suelo: La rapidez del verraco lo había sorprendido: Sin embargo atinó a tactarse entre los muslos comprobando que su hombría estaba incólume: Al notar que el verraco también estaba herido reaccionó de una manera insólita iniciando una erección justamente cuando Kimbro volvía rabioso con los ojos cerrados cargando sobre él: Aquel gesto de virilidad salvaje nos llamó poderosamente la atención: Nos hizo comprender que no solo el sexo puede inducir a tal heroicidad.
Contemplar la mirada de un puerco cimarrón ciego de ira antes de embestir hipnotizaría al más valiente: La visión de sus ojos amarillentos inyectados de fuego helaría la sangre en las venas a cualquiera menos a nuestro primo.
Tronilo sabía que su única ventaja sería milimétrica: Debía moverse después que calculara bien dónde atacarlo: Se preparó para ello desviando otra vez la vista hacia nosotros.
Como estaba hecho de la pasta de los héroes sostuvo la mirada: Se movió una o dos pulgadas a su izquierda agachándose de nuevo: De ese modo si el verraco perdía el rumbo él podría esquivar su ataque: Ahora no se distraía se concentró en su misión mientras Kimbro después de embestir abriendo sus ojos  pudo llegarle.
 Ahora la ventaja era suya: Con el cuchillo en la boca cuando pasó a su lado agarró sus grandes orejas saltando sobre su lomo.
 Temimos que se le cayera el arma o que la incipiente erección lo estorbara: ¡Qué va!: Hacía meses que practicaba esta pirueta: Su agilidad de jinete lo salvó milagrosamente.
Frente a esta acción estuvimos a punto de aplaudir emocionados por la perfección de sus ágiles movimientos ya que el éxito de esta operación realmente le daba una ventaja en apariencia insuperable.
Pero el astuto Kimbro frenó en seco para quitárselo de encima en medio del galope tendido que llevaba: Tronilo permaneció agarrado a las orejas sabiendo que con ello le iba como en verdad le iba la vida misma.
Jamás vimos cabalgata semejante: Si domar un toro para hacerlo un manso buey es trabajo de fuerza imaginen lo que era aquel espectáculo salvaje de aquellos dos energúmenos velludos en medio del hierbazal pisoteado tanto yendo como viniendo en círculos concéntricos.
Hasta que al fin logró tirar el animal al suelo: Mas este volvió a levantarse: Tronilo rápidamente a encaramarse cabalgándolo agarrado a sus orejas con el cuchillo apretado entre los dientes.
Hasta que al fin vimos cómo agarrado solo de la oreja izquierda tomó con su derecha la cacha del cuchillo hundiéndolo en la garganta oscura del verraco una más otra más otra vez hasta que brotó un chorro de sangre oscura.
Se apeó dejando caer aquel espléndido animal herido de muerte sobre la hierba apisonada: Rápidamente sacó el alfanje: Antes de que dejara de respirar lo restregó en el corazón del jabalí: Mientras lo hacía su erección iba en aumento: Entonces Diomedes me dijo: Se está transformando en Príapo: ¡Míralo!: ¡Es el hijo de  Afrodita revivido!
Él no se había dado cuenta de ese hecho: Como había visto a su padre hacer cortó con mano experta las partes verendas para evitar que las glándulas másculas pestificaran la carne: Luego limpió el alfanjillo sobre la hirsuta pelambre del derrumbado cuerpo del verraco.
Ni nos miró mientras lo elevaba al cielo haciéndolo brillar a la luz del sol en ofrenda a su padre muerto: ¡La venganza estaba  consumada!
Permanecíamos sin despegar los ojos de la escena donde los dos gigantes habían demostrado tanta astucia con tanto valor: Nuestros ojos iban de uno al otro: De mi amigo que ahora admiraba queriéndolo mucho más al enorme cerdo de negra pelambre inmóvil en la tierra.
Como ha referido Plinio así pasó: Lo inesperado fue la reacción de Tronilo después de dedicarle a su padre el cadáver de su enemigo.
Estaba ahí como un macho cabrío o un garañón de las sabanas aunque no había nada de dionisíaco en su espléndida manifestación de su masculinidad.
Todo había sido tan involuntario que seguía sin darse cuenta: De haberlo notado se hubiera abochornado: A cualquier hombre le molesta que lo vean en ese estado si no es en condiciones de utilizarlo para los altos fines de perpetuar la especie: Ocurrió que al bajar la tensión: Consumada la venganza elevó los brazos al cielo como si adorara al sol echando el cuerpo hacia atrás mientras su monumental sexo erecto eyaculaba un torrente de semen disparado a los vientos seguido de inmediato de un chorro espeso de orina en plena erección soltando sonoros pedos como petardos en una celebración.
Se dio cuenta de lo que sucedía al estremecerse su cuerpo con el orgasmo o las ventaciones: Entonces bajó los ojos comprobando lo que había sucedido: Nosotros sabiendo el trance por el que pasaba nos volteamos aparentando estar distraídos mientras soltábamos a los perros para no avergonzarlo en medio de ese percance viril: Al volver el rostro lo vimos de espaldas cabizbajo visiblemente conturbado manando sangre de la herida: Esperando que bajara su erección.
Al fin se irguió como un dios de la montaña al lado del espléndido animal ensangrentado tanto de la suya como del verraco: En vez de sonreír como antes de la lucha o de celebrar su triunfo como cuando se desnudaba al aprestarse a la pelea: Se quedó contemplando el magnífico ejemplar que había dejado sin vida: Fuera para esconder su vergüenza o realmente sentirlo se compungió mirando con tristeza aquel despojo sombrío de la naturaleza: Aquel fruto inigualable de la tierra comenzando a dar gritos estridentes parecidos a los que lanzara cuando mató a Fénix o cuando aulló junto a sus perros sobre la tumba de su padre.
Eran unos alaridos insoportables que nos erizaban los pelos poniendo a los perros a aullar acompañándolo.
Hasta el herido Dego comenzó a gemir: Luego se tiró sobre el cadáver del imponente verraco magnificado por la muerte:
  Eran dos espléndidos salvajes de los montes ofreciendo un cuadro de una belleza primitiva de tal grandeza que bien pedía el pincel o exigía la epopeya.
  Aquel enorme mudo tirado encima de la bestia que acababa de matar en una lucha parejamente leal nos estaba asombrando al no dar la sensación de haber destruido un rival sino a un amigo entrañable.
Aquel triunfador que esperábamos ufano: Orgulloso de su hazaña por haber cumplido la promesa a don Leonardo de vengarlo gritaba acariciando la oscura piel del asesino de su padre sin preocuparse de su herida ni de nosotros ni de cosa alguna.
 Aquel salvaje gritaba desesperado con la ronquera dolorosa de los mudos abrazado al cadáver tinto en sangre de Kimbro
rindiéndole un tributo montaraz en un ritual que ningún ser civilizado podía comprender: Por grotesco que fuera ese espectáculo bajo el solazo implacable a nosotros nos pareció magnífico en su ruda grandiosidad.
 El hombre siempre asistirá pasmado a lo extraordinario: Mas que la magia de Aparicio volando por los aires aquello era una hipérbole primitiva de la realidad que nos encantaba asimilar conmoviéndonos: Luego se levantó como quien despierta de una larga siesta: Miró en torno: Se limpió tanto la sangre como el semen al descuido: Se desperezó abriendo los brazos poniendo el pie de la pierna sana sobre el verraco durante un largo rato: Un poco más tarde como si nada hubiera pasado trotó cojeando hacia nosotros.
 Nos adelantamos para felicitarlo pero no nos hizo caso: Actuó como quien no precisa ninguna atención por lo hecho: Pensamos que lo haría para que olvidáramos la escena de su orgasmo o sus ventaciones que seguía siendo una acción viril tan o más visiblemente heroica que la lucha con el verraco:
Pasó a nuestro lado sin mirarnos: Impregnando el aire con la aroma salvaje de su olor a macho: ¡A hombre!: ¡A verraco!: ¡A sangre!: ¡A semen!: ¡Tronilo olía a héroe!


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MANUEL MORA SERRANO (República Dominicana, 1933). Poeta, romancista e ensaísta. Página ilustrada com obras de Wolfgang Paalen (Suíça, 1905-1959), artista convidado desta edição de ARC.


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ÍNDICE # 102

EDITORIAL | O amor pelas palavras

ALFONSO PEÑA | Cali Rivera & el arte para ser libres

HAROLD ALVARADO TENORIO | Los Nuevos y León de Greiff

JACOB KLINTOWITZ | Click – a arte da inclusão

JACOB KLINTOWITZ | Marcos Coelho Benjamim

JOSÉ ÁNGEL LEYVA | Eduardo García Aguilar, extranjero y sin banderas, el mundo es la raíz

MANUEL MORA SERRANO | Tres fabulillas

MARIA LÚCIA DAL FARRA | Da bike ao helicóptero: Vergílio Ferreira e Herberto Helder

MARIA LÚCIA DAL FARRA | Vergílio Ferreira e a nostalgia da aura

RAFAEL RUILOBA | Rogelio Sinán y sus voces mágicas

RICARDO ECHÁVARRI | México en la poesía surrealista

ARTISTA CONVIDADO | WOLFGANG PAALEN, por Aldo Pellegrini

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Agulha Revista de Cultura
Número 102 | Setembro de 2017
editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com
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revisão de textos & difusão | FLORIANO MARTINS | MÁRCIO SIMÕES
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