Madrid. España. Rafael Sánchez Ferlosio (1927), es no sólo uno de los grandes escritores de la segunda mitad del siglo XX, sino también uno de los más radicales y lucidos de lengua española. En 1951 publicó su primer libro, Industrias y andaduras de Alfanhuí; en 1955 obtuvo el Premio Nadal y el Premio Nacional de la Crítica con su novela El jarama. Su obra narrativa continuó con El escudo de Jotán, El Geco (cuentos y fragmentos) y El testimonio de Yarfoz. Ha publicado también El alma y la vergüenza, Ensayos y artículos 1 y 11 y Vendrán más años malos y nos harán más ciegos, que ganó los premios Nacional de Ensayo y Ciudad de Barcelona. Ferlosio ha otorgado a sus ensayos la fuerza y la arquitectura necesarias para convertirlos en imprescindibles. Un argumento poderoso y una palabra aguda como el filo del puñal se han alimentado mutuamente en las grandes incursiones reflexivas de un escritor ajeno a la retórica y a las componendas. Sus libros más recientes son El alma de la vergüenza, La hija de la guerra y la madre patria y Non olet.
Por el conjunto total de su obra se le entregó en 2005 el Premio Cervantes de Literatura, cuya concesión fue una de las mejores noticias para el mundo literario en mucho tiempo porque representa el reconocimiento de la obra de un hombre riguroso, de un intruso que ha dedicado buena parte de su vida a desmontar las escenografías de la mentira. Su discurso fue denso, largo, brillante, literario; un discurso más para leer que para oír; un ensayo de creación pura, lleno de digresiones, hallazgos, viajes en el tiempo, reflexiones y sutil intención política. “En el castellano de hoy en día – dice Ferlosio a sus ochenta años –, “felicidad” y “satisfacción”, vienen a usarse como palabras casi sinónimas, lo cual me hace pensar, si no será que en un mundo de sujetos cada vez más dominados por el paradigma competitivo del “ganar y perder”, el lugar de la felicidad viene siendo usurpado y, colmado por la satisfacción como única forma conocida de contento humano”. [MAM]
MAM Usted es uno de los últimos grandes escritores de la segunda mitad del siglo XX; pero también un personaje difícil, ¿se considera ambas cosas? Se lo pregunto porque al final se ha convertido en ambas cosas.
RSF Bueno, lo primero no lo sé yo. Lo segundo sí; no me gusta aparecer en público, y en verdad, me cuesta dar entrevistas… Aunque creo que siempre se escribe para los demás. Pero yo no escribo con la necesidad inmediata de publicar. Siempre digo que yo sé hacer punto y final, pero que lo que no sé es hacer jerséis. No digo que a veces no salga unos jerséis. Yo, a lo que he dedicado muchas horas de mi vida, es a ese pensar escribiendo. He escrito trescientas veces más de lo que publicado.
MAM Una de sus máximas preocupaciones es el uso del lenguaje, incluso es el tema central de su libro El alma y la vergüenza, ¿cree que el concepto de lenguaje literario sufre cambios complicados actualmente?
RSF Llevo años ocupándome de cuestiones relacionadas con el lenguaje y tengo muchos cuadernos repletos de notas. No podría adentrarme en los hechos de la significación en cuanto tal, que están naturalmente más allá de la lingüística. Me ocupo más bien de los problemas morfológicos y sintácticos, de los valores de campo que adquieren las palabras (en la terminología de Bühler), de sus funciones, del lugar que ocupan en las frases, de los quiebres sintácticos. Lo preocupante es hoy que el trabajo actual de los académicos se centren más en la semántica y literatura, y dejan del lado los temas estructurales, formales y morfológicos. De eso trata mi libro, y con ello deseo hacer una propuesta diferente de uso y desuso del concepto del lenguaje.
MAM Una muestra maestra de su manejo del lenguaje en su novela El Jarama. Un texto sorprende y que marcó a varias generaciones de escritores, ¿cómo fue escrita: con espontaneidad o rigor estructural?
RSF Ahora me aburre mucho leer novelas, y desde luego, escribirlas. No se me ocurre nada. Digamos que El jarama la escribí con una cierta espontaneidad como las otras dos novelas que he hecho. Lo que más me divirtió de escribirla fue el habla, hacer los diálogos. Dicen los críticos que es una novela clave de la literatura española, yo no lo sé. Hacen tesis y tesis, estudios críticos y literarios, pero la verdad es que a mí ya me tiene aburrido. Quizá, porque no me gusta. No me gusta…
MAM ¿Por qué se le complica escribir novelas y no otros géneros literarios como el ensayo?
RSF No lo sé, pero es verdad. El género que más he escrito en estos últimos años es el ensayo. Mi última novela fue El testimonio de Yarfoz, que era un texto que ya tenía escrito y luego la completé, y junté una mezcla autobiográfica con otra que no lo era, y bueno, salió el texto. A mí me gusta más que El jarama, porque tiene historias “bonitas” para mi gusto. Pero también es cierto que no tuvo un éxito como las otras, porque no aparecen guiones de diálogos. Peto lo que me interesa es contar y ensayar sobre lo que pienso cotidianamente.
MAM ¿Y el ensayo se le revela como su género por excelencia para expresar su pensamiento?
RSF Bueno, pues sí. Mis últimos trabajos son libros de ensayos, o mejor dicho, son diversos textos publicados en periódicos y luego se vuelven en libro. Te podría decir, que primero incurrí en la prosa, y finalmente, tras muchos años de gramática, encontré la lengua y sus problemas de estructura. Este es quizá, junto con las guerras estúpidas que hemos tenido, son los temas que más me preocupan y me ocupan en mi trabajo diario. Por otra parte, creo que a los hombres les gusta la guerra, siempre les ha gustado. Hay que ver esas imágenes de los ataques de Israel a Damasco, donde los sirios disponían de cohetes tierra- aire buscadores, y que por añadidura dejaban trazado en el aire la estela de su recorrido, ¿la gente se refugió? No. Niños y jóvenes subían a las azoteas y veían como el cohete sirio destruía al misil israelí, toda Siria era júbilo y alegría. Entonces, concluyes que la guerra le gusta a la gente, aunque sea en su territorio. Nuestra civilización sigue teniendo por centro la guerra, el poder y la victoria.
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Miguel Angel Muñoz (México, 1972). Poeta, historiador y crítico de arte. Es autor de los libros de ensayo: La imaginación del instante: signos de José Luis Cuevas (2001), Materia y pintura: aproximaciones a la obra de Albert Ràfols-Casamada (2002), y Travesías (2004). Es director de la revista literaria Tinta Seca. Contacto: miguelamunozpalos@prodigy.net.mx. Página ilustrada con obras de Luisa Richter (Venezuela).
El período de enero de 2010 hasta diciembre de 2011 Agulha Revista de Cultura cambia su nombre para Agulha Hispânica, bajo la coordinación editorial general de Floriano Martins, para atender la necesidad de circulación periódica de ideas, reflexiones, propuestas, acompañamiento crítico de aspectos relevantes en lo que se refiere al tema de la cultura en América Hispánica. La revista, de circulación bimestral, ha tratado de temas generales ligados al arte y a la cultura, constituyendo un fórum amplio de discusión de asuntos diversos, estableciendo puntos de contacto entre los países hispano-americanos que posibiliten mayor articulación entre sus referentes. Acompañamiento general de traducción y revisión a cargo de Gladys Mendía y Floriano Martins. |
quarta-feira, 19 de novembro de 2014
Rafael Sánchez Ferlosio y sus novelas | Miguel Ángel Muñoz
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