sábado, 23 de novembro de 2024

Agulha Revista de Cultura # 257 | novembro de 2024

 

∞ editorial | Las capas de arena vislumbradas a través del cristal afilado de la memoria

 


01 | Del 15 al 17 de noviembre, el centro de la ciudad de São Paulo se iluminó con la celebración del centenario de la publicación del Primer Manifiesto del Surrealismo. ¿Por qué es importante este momento en la Biblioteca Mário de Andrade? Porque nos recuerda que su presencia es a la vez centenaria y una máquina poética en perpetuo movimiento, cuya energía, sin embargo, nunca puede considerarse hipotética. El surrealismo es una especie de concentración de fuerzas mágicas, que de alguna manera nos recuerda al movimiento browniano, un fenómeno físico que describe el desplazamiento aleatorio de partículas suspendidas en un líquido, incluso cuando ese líquido está en calma. En el caso del Surrealismo, su acción se desarrolla tanto en el genio como en la sangre. Y su permanencia entre nosotros afirma que el humanismo resiste a todos y cada uno de los impactos, y que queda inmediatamente liberado de toda presión contraria, como un acontecimiento eléctrico insobornable que permea toda creación artística. Los editores de Agulha Revista de Cultura estuvieron presentes en la citada celebración, el “IV Festival Mário de Andrade – 100 años de Surrealismo”. Con destacadas mesas de reflexión sobre la presencia del Surrealismo en Brasil, el evento sorprendió a todos con la presencia de la poeta Leila Ferraz, una de las activas defensoras cuando, en la década de 1960, el Surrealismo afirmó su expresión en tierras brasileñas. Leila fue muy aplaudida por el público. Elys Regina Zils, que presentó la mesa de abertura, junto a otra inmensa poeta, Maria Lúcia Dal Farra, dejó muy claro que ese era el momento culminante de esos días. Las dos poetas recordaron a otros dos igualmente importantes, Claudio Willer y Sergio Lima, muertos hace poco, observando los diferentes caminos que ambos siguieron como las dinámicas predichas por el surrealismo en torno a los vasos comunicantes. Es evidente que los tres días de celebración tuvieron todo tipo de significados. Otro evento en torno al Surrealismo, un poco antes, de 09 de octubre hasta 13 de noviembre, gracias al ágil esfuerzo de Lucas Fortunato, junto al Grupo Marginália de Estudios Transdisciplinarios en Comunicación y Cultura de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte, ha dado una confirmación de la importancia de este recuerdo. Allí se celebró el seminario “Arte, Revuelta y Cultura: 100 años del Manifiesto Surrealista”. Una vez más estuvieron presentes los editores de Agulha Revista de Cultura, en una mesa titulada “El Surrealismo en Brasil y el Mundo”. Para los que quieran saber un poco más, aquí les dejo el enlace a este encuentro: www.youtube.com/watch?v=SdKHbdcVaGk. Estos dos momentos demuestran la vitalidad descrita anteriormente. Y, naturalmente, contradicen el estado degradante en el que se encuentra inmerso el país, en el que cada movimiento se estanca como un barco que ha perdido su fuerza motriz.

 


02 | En una noche el mar se expande hasta que ya no queda ni un hueso de su memoria sumergido en la concha del horizonte. Las horas contenidas dibujan una línea imaginaria que nos lleva a creer que la eternidad es un coral que aprendió a volar. Sin embargo, nada se imita en esta nueva composición del espacio. Sé que lo que te cuento puede parecer absurdo, pero el verbo es el más absurdo de nuestros discursos, y dentro de cada verbo aprendemos el delicado poder de las metamorfosis. El descubrimiento de la penúltima etapa es un error cósmico. Siéntate bajo la frondosa higuera y cree que todos los frutos están destinados a nuestra boca. Esta sería la iconografía primitiva con la que preservamos el mundo. Somos seres portadores de fábulas. Regamos el jardín de las Hespérides y la inmortalidad es la gobernante de todos los conflictos en la evolución de las especies. La noche es un trueno. La prosperidad es una canasta con bosques y viento. El hidromiel es el fruto de la montaña. Los cuerpos son redes eléctricas cuando tocan los sueños. El tuyo depende de sus efectos. Como el prodigio de todas las asociaciones entre signos opuestos. Un grupo de mujeres rememora sus orígenes en torno a mi sombra mientras baila y la imagen suaviza sus vestimentas. Cuando Dios me descubrió estaba pintando a la mujer sublime y busqué refugio en las tintas. Todos soñamos con la imagen descrita como nuestra semejanza. Pero no somos psíquicos, pronto lo aprendemos. Somos una prueba rara, en un espacio tan limitado. Los pequeños acordes olvidados en las grietas del tiempo que soñamos habitar como si fuera posible un amor proyectado en cada hueco de la memoria, estos acordes son como una de las condiciones más secretas para que permanezcamos en silencio cuando llega la temporada de mayores riesgos y aterriza en nuestros cuerpos dibujados en la piel de los huracanes. Te espero allí en la primera esquina y prometo que la muerte nunca descubrirá las ganas con las que digo sí a cada sugerencia del azar.

 

03 | Suzanne van Damme (Bélgica, 1901-1986) abrió la puerta central de su ávida paleta cromática y recortó un mundo de significados mágicos, una figuración de escenarios aleteantes, en una cadencia que reflejaba el ballet de las formas en una invaluable mecánica de quienes están descubriendo nuevas formas expresivas de la realidad dentro de uno mismo. Su formación inicial se debió a James Ensor, pero pronto sus pinturas y pinceles viajarían a través de otras fuerzas de desplazamiento, especialmente cuando en los años treinta se mudó de Bruselas a París y allí descubrió al poeta y pintor italiano Bruno Capacci, con quien se casó. Una década después llegará el turno de su encuentro decisivo con el Surrealismo, sobre todo gracias al diálogo de afinidades que mantiene su pintura con Toyen y Kurt Seligmann. Es de lamentar, sin embargo, que su obra surrealista de pinturas haya sido comprada por coleccionistas y rara vez aparezca en colecciones públicas. Suzanne van Damme es la artista invitada en esta edición de Agulha Revista de Cultura. 

Os Editores 

 

 

∞ índice

 

ARTURO GUTIÉRREZ PLAZA | La obra poética de Juan calzadilla: entre la urbe y las formas que huyen

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2024/11/arturo-gutierrez-plaza-la-obra-poetica.html

 

CARLOS M. LUIS | Eros, violencia y Surrealismo

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EDUARDO BRAVO PEZOA | Cartas a Madre-Tiniebla – Correspondencia entre Enrique Gómez-Correa y Ludwig Zeller (1974-1978)

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EMILIO COCO | El surrealismo en Italia

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2024/11/emilio-coco-el-surrealismo-en-italia.html

 

FLORIANO MARTINS | Não se deve dar descanso ao vento: conversa sobre Surrealismo: Leonardo Froes, Paulo Antonio Paranaguá, Viviane de Santana Paulo

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2024/11/floriano-martins-nao-se-deve-dar.html

 

FLORIANO MARTINS | Surrealismo y sus primeras visiones en Latinoamérica

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GARRETT CAPLES | Surrealism is a Romantic Critique of the Avant-Garde from Within

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2024/11/garrett-caples-surrealism-is-romantic.html

 

JULIA OTXOA | Los asombrados ojos de la poesía

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STEVEN HARRIS | Sources for Surrealism in Canadá

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THOMAZ ALBORNOZ NEVES | Georges Schéhadé, poesia e fábula

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Libreto # 8 – As resenhas da Agulha


SIMONE SAURESSIG | La Minuana, de Lucio Carvalho

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Pablo Queralt | Dados, de Tomas Pablo Las Peñas

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CLAUDIO GUERRERO VALENZUELA | Acerca de Nombradero, de Yanina Audisio

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TERESA KORONDI | Acuareza, de Graciela Estévez

https://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2024/11/teresa-korondi-acuareza-de-graciela.html

AZRIEL BIBLIOWICZ | La nueva crónica de Indias y Maramargo, de Gloria Guardia

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Agulha Revista de Cultura

Número 257 | novembro de 2024

Artista convidada: Suzanne van Damme (Bélgica, 1901-1986)

Editores:

Floriano Martins | floriano.agulha@gmail.com

Elys Regina Zils | elysre@gmail.com

ARC Edições © 2024


∞ contatos

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FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com

ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com

 




AZRIEL BIBLIOWICZ | La nueva crónica de Indias y Maramargo, de Gloria Guardia

 


De acuerdo con la catedrática chilena Antonia Viu, en el año de 1979, Alejo Carpentier proclamó: “La Nueva Crónica de Indias”, que venía a ser la poética para el encuentro entre la ficción, el mito e historia. Este escritor franco-cubano sostenía que la narrativa hispanoamericana debería adoptar un arte poética para dar cuenta del agitado mundo en que nos rodea como latinoamericanos.

 Desde dicha perspectiva literaria, la nueva crónica de indias establecería otra mirada sobre la realidad contemporánea en donde las escritoras y escritores hispanoamericanos ejercerían, al igual que los antiguos cronistas de indias, la reescritura de nuestra compleja realidad, y como bien lo afirmó la escritora Helena Poniatowska, en la que el documento pasaría a ser el arte del futuro.

La literatura en medio de su verosimilitud genera preguntas que llevan a quebrar las lógicas y certezas que se han creído como las únicas factibles. Su propósito es cuestionar, desmitificar y acabar con la unicidad, la versión totalitaria, que en muchas ocasiones se teje alrededor de la historia entendida como ciencia. “Ganamos el paraíso cuando nos desprendemos de la historia única”, nos afirma la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie. La literatura nunca ha dejado de entretejerse con la historia, y aprovecha hoy la inmensa información que circula y ella es fundamental para volver de nuevo a los hechos a partir de otras relecturas.

Sin lugar a duda, la obra de Gloria Guardia es un ejemplo de cómo se trabaja la relación entre la literatura, historia y el mito a partir de documentos que usan para su encuentro y elaboraciones.  Gloria fue merecedora de varios premios literarios tanto nacionales como internacionales. En esta trilogía, por ejemplo, no se esconden las fuentes y por lo contrario, las enseña y destaca compartiéndolas con sus lectores. Su labor es la búsqueda, y el encuentro con lo inusual, su acercamiento a la otra cara de la moneda, lo que se quería desconocer y que termina por ser un aporte a la nueva crónica de indias. En otras palabras, sus textos vienen acompañados de un ars poética, una cronología de los hechos y de una exposición detallada de cómo se ha alimentado su escritura. 

Gabriel García Márquez consideraba que el buen escritor, al igual que un buen sastre, no debía mostrar sus costuras, pero es exactamente lo que esta autora hace en los textos de su trilogía, mostrar las costuras, y me llama la atención exactamente que en su literatura, nos revela como fue su encuentro con lo enigmático, renovador, inaccesible y misterioso. Las grandes obras de arte siempre serán novedosas, y por ello mismo, aportes al conocimiento.

En alguna ocasión me decía el escritor y director de cine español Manuel Gutiérrez Aragón, que la novela “es un género desagradecido”, por esconder las costuras y las fuentes de las que beben, y en cierta forma hay una especie de apropiación de los aportes que subyace detrás de este hecho.

Hoy día, gracias a la labor de múltiples autoras que han trabajado la relación entre la historia y la literatura, me pregunto si esta actitud “desagradecida” no será más una característica más masculina, de género e histórica, ya que la visión del autor un como dios, el gran demiurgo creando un mundo total, no deja de ser soberbia y en esta época, ya se entiende como anacrónica.


La literatura hecha por mujeres, por lo general, busca a ser más generosa, agradecida, prudente y nos lleva a comprender que toda producción, es en últimas también una obra colectiva. Todas y todos los que trabajamos en este oficio del escritor terminamos por ser recolectores de información que en últimas entretejemos, combinamos, para encontrar otros sentidos, y aun cuando la labor tiende a ser solitaria, no por ello es el producto de una sola mente.

Durante siglos muchas mujeres vivieron en la trastienda de la producción y hoy día, se les comienza a reconocer sus aportes en las obras con las que colaboraron. Evidentemente la nueva literatura realizada por mujeres no se contenta con solo tener una habitación propia sino también por demostrar que la literatura es una forma de encuentro, descubrimiento y que no se logra de manera espontánea sino el producto de la labor investigativa y el rigor.

Si bien Gloria Guardia tiene mas de una novela en donde entretejió la historia latinoamericana con la ficción, creo que su obra magna es Maramargo, compuesta por 3 libros: El último juego, Lobos al anochecer y El jardín de las cenizas. Esta trilogía cubre diversas etapas en la larga lucha de los panameños frente al colonialismo norteamericano que perduró 97 años. Las novelas nos llevan a través de la historia de Panamá desde su compleja separación con Colombia, cuando Estados Unidos impuso, a principio de siglo sus demandas coloniales, apoderándose de la zona del canal y declarándola territorio norteamericano. Y concluye con la entrega del canal el 14 de diciembre de 1999 reconociendo la soberanía del Panamá sobre la zona del canal. Los escritores, sabemos que los temas políticos pueden resultar riesgosos, en términos literarios, pero El último juego es un ejemplo de cómo se urde la ficción con la historia. Gloria Guardia sabía que lo cotidiano y la vida íntima de los seres humanos termina por ser el corazón de las novelas.

Roberto Garrido es el protagonista-narrador de la primera novela de la saga de Maramargo y el representante del gobierno de General Omar Torrijos en las negociaciones canaleras entre Panamá y los Estados Unidos. La novela inicia como si estuviéramos en un diálogo entre Garrido y su amante Mariana Paniza a quién la llama a lo largo de la obra, Mariana-Marina-María-miamor y recuerda la nefasta noche que vivieron de 1976.   Pero, gracias al manejo impecable de las técnicas literarias, se nos conduce a un dramático monólogo, elaborado a partir de asociaciones libres que van fragmentando los tiempos, espacios y temas. En medio de una narración frenética se transporta al lector a diversos terrenos disimiles, donde se entreteje lo político, con lo cotidiano y trivial. A lo largo de las páginas de esta corriente de la consciencia se enlazan las noticias de la radio, las propagandas, los titulares de prensa, una rayuela, que curiosamente también es un obituario, las señales de tráfico que se cruzan en la narración, las revistas de vanidades, los palacios de la ciudad, los famosos restaurantes, lo que comen y toman, en fin, todo aquello que en medio de los Whiskey y las banalidades de las clases dominantes que se revela en toda su mezquindad.

El corazón de la novela es una fiesta que Roberto Garrido y su esposa Queta ofrecen en su lujosa residencia en honor al Embajador Wilson de los Estados Unidos y se subrayan las adulaciones al diplomático y su esposa. Y el baile, que se presenta como otro juego, en el que Queta decide sacar al Embajador y enseñarle los pasos y a quien le dice: its quite simple, Mr. Ambassador just fallow us, quite simple…(es muy fácil, Sr. Embajador, solo síganos, muy fácil)  Y los asistentes palmeaban y cantaban, “panameño/ panameño/ panameño vida mía, yo quiero que tú me lleves al tambor de la alegría.”  Pero, de pronto irrumpen la fiesta unos guerrilleros pertenecientes al comando Urracá y las balas comienzan a tronar y rebotar en las paredes, quebrando vasos, botellas, y ceniceros. Los invitados, corren intentando esconderse entre los árboles nativos y los pinos de la casa traídos desde Miami en la piscina o intentando saltar la tapia. Pero, los guerrilleros los acorralan. Y les gritan: ¡Ustedes traidores-vende-patria, contra la pared y pongan los brazos en alto! Y todos al unísono repetían: ¡Bases No! Óigalo bien Garrido, ¡Eso nunca!... Panamá Soberana en la zona del Canal.

A medida en que pasan los hechos Roberto le va contando a Mariana-Marina-Mariamor, lo que sucede después del asalto, en esa noche en donde los juegos de poder, los engaños se volvieron peligrosos y que en últimas termina por anudarlos a todos.  La novela navega entre el juego político y el amor, ambos complejos y llenos de trampas. No es casual que el comandante guerrillero les diga: “Ustedes han buscado siempre el juego de las negociaciones con el poder central imperialista, algo así como negociar con Ustedes mismos…” 

Las diversas miradas sobre la realidad política contrastan y se contraponen a lo largo de sus páginas. Gloria Guardia nos lleva también a entender que la elite panameña se encuentra a su vez enfrascada en una encrucijada histórica, ya que entre ellos prevalece una visión extranjerizante que contrasta con el nacionalismo de las clases populares.

La contradicción entre las necesidades del poder y el pueblo, lo devela también Garrido en la entrevista que sostiene con el corresponsal del Wall Street Journal. Y si bien duda en conferir la entrevista, no obstante, por último acepta, porque al fin y al cabo es el periódico de Wall Street y la clase dirigente norteamericana. Durante el encuentro, de nuevo en medio de un flujo de consciencia y sopesando lo deberá decir, se da cuenta y se repite a si mismo…Te cuidado, se te acusa de revisionista, calla, en verdad, si lo soy, lo somos todos, lo es también él, eso es mi General (Torrijos) Mariana, es un revisionista como tantos otros, pero algunos dicen lo contrario, incluso lo han llegado de acusar de abolicionista y comunista…

En últimas el gobierno negocia con los guerrilleros quienes salen del país en un avión a Trípoli con los 3 millones de dólares que pidieron de rescate por rehenes.

Ahora bien este asalto guerrillero no es un hecho histórico y no se produjo en 1976 cuando se escribió esta novela, pero si ocurrió en Colombia en 1982 en la Embajada de la Republica Dominicana. Por algo se dice que la ficción se adelanta a la realidad. Pero, este diálogo-monólogo sin duda a ratos enternecedor y dramático entre Garrido y Mariana-Marina- Miamor conmueve por su intensidad y solo al final de la novela venimos a descubrir que Roberto Garrido le ha estado hablando a lo largo de toda la novela, no tanto a su amante, sino a su recuerdo.

 

El segundo tomo de la trilogía, Lobos al amanecer, nos lleva al 2 de enero de 1955, cuando en el hipódromo Juan Franco, el presidente y militar panameño Juan José Remón es asesinado mientras celebraba con sus amigos el triunfo de su yegua Valley Star. La carrera también fue arreglada como todos los “juegos” que tienen lugar a lo largo de la trilogía. Esta es una novela negra, que revela el complejo contubernio entre el poder militar, el político con las mafias tanto nacionales como internacionales que se apoderaron de Panamá.

La novela nos camina por los pasillos de la corrupción y del bajo mundo, durante la década de los 50, y las alianzas entre las mafias y las agencias de inteligencia como la CIA que operaban sin prohibiciones ni empacho alguno. En este contubernio tumbaban presidentes de la región como fue el caso de Jacobo Árbenz en Guatemala, derrocado por la CIA por no ser un títere del Imperio. La novela inicia con un epígrafe diciente de Jorge Luis Borges, “zumban las balas en la tarde última. Hay muerte y hay cenizas en el viento.”

La obra describe cómo se planificó el magnicidio del coronel Remón. También los oscuros negocios de Remón así como los de su mujer o la “niña Ceci” o “la Dama de la bondad”, y como ella su modelo era nada menos que Evita Perón. La conducta de Remón y su mujer resultaron a la larga inaceptable e incomodos para los intereses norteamericanos, pero no tanto por su corrupción o sus negocios con drogas, sino por sus posiciones nacionalistas que no le gustaron para nada a presidente Eisenhower.

Esta novela también explica porque y cómo se transformó Colón, el puerto panameño del Atlántico, en el lugar predilecto para los negocios y tráfico de la mafia. Y los dólares empezaron a llenar sus arcas de manera desmedida. No es una casualidad que Panamá terminará por convertirse en un gran centro financiero y un paraíso fiscal.

Al final la novela nos cuenta la verdad del magnicidio de Remón, pero que sólo se vino a revelar cuarenta años después cuando los periodistas del Washington Post e informantes claves reventaron el bombazo y revelaron detalles sustanciales del enlace mafia/CIA en múltiples operaciones alrededor del mundo, entre ellos el homicidio del presidente Remón en Panamá. El trabajo documental termina por jugar un papel central en esta obra.

La novela concluye con Ana Lorena, la protagonista revisando, los archivos de su padre un reconocido abogado y político sobre el magnicidio y la manera en que injustamente la prensa de la época se empeñó en asegurar que el vicepresidente José Ramón Guizado era el autor intelectual del asesinato. A Guizado se le expulsó de la Presidencia, encarceló y torturó sobre la base de falsos testimonios. Solo años después, se revisó su caso y fue declarado inocente.

La novela termina analizando como los norteamericanos, nunca aceptaron ningún mediador y se mantuvieron firmes en que los tratados anteriores no podían ser modificados. Todos los presidentes panameños de ahí en adelante quedaron amarrados a la cláusula de la “mordaza perpetua” impuesta por los gobiernos norteamericanos.

 

En el tercer volumen titulado, El jardín de las cenizas, la narradora y personaje central es Elvira Garrido de Arosemena. Una señora notable y aristócrata, hija de proceres perteneciente a los fundadores de la República que cuenta con 93 años y gracias a su longevidad ha sido testigo presencial de gran parte de los eventos de la historia de Panamá.

Los capítulos, de esta novela vienen con unas fechas en su encabezado, lo que le da un sabor de diario. Y sin embargo más que un diario continuo, da saltos en el tiempo. Este hecho tampoco resulta casual ya que el libro, le confiere especial importancia a la memoria, a recordar, volver a los hechos estableciendo con ello otras perspectivas y contextos. Por ello, al igual que la fragilidad de la memoria, los saltos en el tiempo en la narración resultan dicientes.

La novela rota alrededor del 14 de diciembre de 1999, día de la ceremonia de la transferencia del canal a Panamá. El volumen recorre los diferentes tratados, hasta llegar al de Torrijos-Carter. Durante la ceremonia se nos cuenta que ni el presidente Clinton ni la secretaria de Estado Madeleine Albright, asistieron al evento. Estados Unidos envió como su representante al expresidente Carter, quien jugó un papel central en la entrega del Canal a sus verdaderos dueños.

Elvira afirma que el pasado ha dejado de ser monopolio de los historiadores y que su versión sobre los hechos, y que desde el lugar y tiempo en que ella los ha experimentado termina por validar su perspectiva y dice que es tan legitima como la de cualquiera que se jacta de ser una autoridad en la materia.

Vuelve al televisor para acabar de ver la transmisión y reflexiona sobre las ironías de la historia, y como Omar Torrijos haya quedado como un héroe y un estadista y no un dictador. Pero también analiza como detrás de todo, ha habido razones geopolíticas que llevaron a Carter a entregar el canal. Y más que un acto de filantropía, fueron las tensiones y que el canal corría el peligro de ser saboteado por grupos izquierdistas que ganaban terreno día a día a menos que se negociara un documento acorde con los tiempos. También se buscaba que Panamá fuera un amigo y ante todo aliado de los Estados Unidos en la región y que no terminara bajo a orbita rusa.

La trilogía muestra la compleja historia del colonialismo norteamericano y que tuvo su mayor prototipo en Panamá, así como la degradación de las clases dirigentes en América Latina ante el imperio de las drogas, el dinero fácil y la corrupción.

Esta trilogía incluye una interesante cronología y una lista de agradecimiento a los historiadores y personajes que le colaboraron y facilitaron información valiosa para construir ésta obra. La cronología a dos columnas, contrasta la ficción con la historia, donde a la izquierda encontramos los acontecimientos centrales en la ficción de Maramargo y a la derecha los datos de los principales hechos históricos de Panamá entre 1.868-1.999.

No creo casual que Gloria Guardia concluya su trilogía con un cuadro cronológico a dos columnas enseñándonos las correspondencias y diferencias entre la novela e historia.

Diversos críticos han hablado de la muerte del autor. Pero, reconocer que la literatura también es un tejido compuesto por múltiples hilos y una labor colectiva, es un hecho que no la demerita, antes por lo contrario permite elaborar una realidad más compleja y aumenta nuestra comprensión de la misma.

La nueva crónica de indias, es el producto de diversas voces, como bien nos lo demuestran esta destacada autora panameña cuando entreteje diversas fuentes para cuestionar y generar una mirada distinta, reveladora y fascinante de la historia, a través de la buena literatura. 

 

 


Azriel Bibliowicz (Colômbia, 1949) é doutor em Sociologia pela Universidade Cornell e foi professor visitante e professor de Sociologia e Literatura em diversas universidades dos Estados Unidos e da Europa. Colunista do El Espectador, em 1981 recebeu o Prêmio Nacional Simón Bolívar de Jornalismo. Desde 1983 está vinculado à Universidade Nacional da Colômbia, onde foi agraciado com a Medalha de Mérito Acadêmico em 2004. Entre seus romances estão: El rumor del astracán (O Rumor de Astracão); Flaubert: historia de una cama (Flaubert: The Story of a Bed), Migas de pan ( Breadcrumbs, a ser lançado em 2023,  pela Tusquets Editores LatAm) e Del agua al desierto (From Water to Desert , Tusquets Editores LatAm ).
 



SUZANNE VAN DAMME (Bélgica, 1901-1986). Pintora posimpresionista belga que evolucionó hacia el surrealismo en la década de 1940. Se formó en las Academias de Bruselas y Gante y en el Studio L’Effort de Bruselas. Durante su estancia en Ostende, recibió la influencia de James Ensor. A principios de la década de 1930, Van Damme se mudó a París, donde conoció al pintor y poeta italiano Bruno Capacci, quien se convirtió en su marido. Ella pasó mucho tiempo en París, el sur de Francia, Londres y Florencia. En 1941 entró en contacto con los surrealistas y participó en la Exposición Internacional Surrealista de 1947 en París, organizada por Breton y Duchamp. Sus obras de los años 1940 hacen claramente referencia a Picasso, De Chirico, Seligmann y también a Toyen. Expuso en la Bienal de Venecia en 1935, 1954 y 1962 y en la Bienal de São Paulo en 1953. Cuando más tarde se mudó a Florencia, comenzó a crear obras más abstractas antes de desarrollar un lenguaje muy personal lleno de signos y símbolos. Sus obras se convirtieron entonces en conjuntos de ideogramas compuestos por minipinturas con elementos abstractos y figurativos. Es de lamentar, sin embargo, que su obra surrealista de pinturas haya sido comprada por coleccionistas y rara vez aparezca en colecciones públicas. Suzanne van Damme es la artista invitada en esta edición de Agulha Revista de Cultura.



Agulha Revista de Cultura

Número 257 | novembro de 2024

Artista convidada: Suzanne van Damme (Bélgica, 1901-1986)

Editores:

Floriano Martins | floriano.agulha@gmail.com

Elys Regina Zils | elysre@gmail.com

ARC Edições © 2024


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FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com

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TERESA KORONDI | Acuareza, de Graciela Estévez

 


Acuareza, la más reciente obra de Graciela Estévez (Montevideo, 1965), publicada en 2024 por la editorial Yaugurú, se alza como una exploración poética que continúa la senda trazada por su primer libro, Cavar, refundaciones de la duda (Deletreo Ediciones, 2022), el cual fuera galardonado con una mención en la categoría Ópera Prima de los Premios Anuales de Literatura en 2023. En esta nueva entrega, Estévez lleva su indagación sobre el lenguaje y la memoria un paso más allá, explorando y transgrediendo sus límites, y sumergiéndose en un universo poético donde la lengua es tanto herramienta como misterio.

Si bien Cavar recorría los laberintos de la introspección, jugando con los contrastes entre la abundancia y el silencio –un blanco resonando como eco de preguntas sin respuestas–, Acuareza se adentra en un terreno en el que la voz poética se libera, permitiendo que el lenguaje fluya sin ataduras. La autora no solo crea con las palabras y se permite neologizar, sino que además se deja crear por ellas en una danza audaz donde la espontaneidad y la búsqueda formal se entrelazan; llevando a quien lee, a un ejercicio de indagación que evoca la estilística de Karl Vossler, que sostenía que el sentido estético del lenguaje trasciende sus estructuras y sistemas, lo hace móvil, cuestión que se refleja en la obra de Estévez al desafiar la correctitud del decir.

En Acuareza, la experimentación se convierte en una invitación a deconstruir el lenguaje, a desprenderse de la secuencia temporal y sumergirse en un presente total, un presente orgánico donde las palabras son otro nombre propio de la vida, como destaca Rafael Courtoisie en la contratapa.

La influencia neobarroca de autores como José Lezama Lima y Severo Sarduy, así como la herencia neobarrosa de Néstor Perlongher y las lecturas contemporáneas del poeta uruguayo Gerardo Ciancio, se hacen evidentes en la densidad y espesura estilística de su poesía. Porque la escritura de Estévez es oscura, densa y abundante, características que me llevan a representarla con el agua del río y su barro, en la tensión de sus texturas y opacidades. Asimismo, la propuesta inicia con 3 citas –Orfila Bardesio, Cristina Peri Rossi y Olga Orozco–, apuntalando esta tensión desde el comienzo de la lectura.


Entre las múltiples posibilidades de esta obra asoma también la tradición modernista y sensual de Marosa di Giorgio. Un fragmento del texto, por ejemplo, refleja este parentesco: Maricia, amapolas rojas, negras, oscurísimas aguas, nocturnio de hadas, malabares, desiré, designios, ditirambos, manglar, templo, todo fluido en consonantes y vocales líquidas. Consonan moradas nocturnas, nadie mora en el viento, velamen, arrecifes áureos, zafiros, en boca la voz del agua.

Con una mano impulsiva y espontánea, Estévez permite que el lenguaje cobre vida en enumeraciones, aliteraciones y encadenamientos; en un arte poético donde la palabra es, a la vez, melodía y pala que desentierra recuerdos familiares y los expone en la intemperie. Como si siguiera cavando, la autora persiste en refundar la duda, esa misma que nos proponía en su obra anterior.

En sus 30 poemas, Acuareza –que también es acuarela y color–  se despliega en un abanico cromático y alusivo: el blanco de la pureza, el negro de la oscuridad, el rojo de la pasión y la herencia familiar, el turquesa del mar y la joya, el verde de la naturaleza, todos entrelazados en una urdimbre neobarroca donde cultura y memoria se fusionan con el paisaje. Estévez escribe: tienta la lisura verde y tersa, espeja esa continuidad del bosque, inmaculada piel de la inocencia. Cada verso está cargado de simbolismo, desafiando y atrayendo al lector en un aggiornado canto de sirenas.

El poemario se enriquece al incorporar múltiples tonalidades interpretativas: el azul del spleen, el violeta de la sororidad que enfrenta el juicio de la abuela asociado al luto, y el amarillo que se presenta como libertad resplandeciente. En este libro, Estévez nos invita a un juego con las palabras, desafiando los convencionalismos de lo poético y liberándose de las estructuras, creando una belleza que se palpa y se cuestiona al mismo tiempo. Es un salto hacia lo profundo donde la poeta se deja llevar por una corriente de creación genuina, resultando en un ejercicio de memoria y una búsqueda de identidad transformadas en arte.


Graciela Estévez Rivero, poeta y narradora (Montevideo,1965). Primer premio en Cuentos del taller, otorgado por la Fundación Lolita Rubial, 2011 y 2013. Segundo premio en poesía, Concurso Ignacio “Nacho” Suárez, Poesía Reunida, Rumbo Editorial, 2017. Segundo premio en el Concurso Palabras para Idea Vilariño y Mario Benedetti, SINTEP, 2020. En 2022 publica Cavar- refundaciones de la duda, Deletreo Editorial, Mención Ópera Prima en Poesía, MEC 2023. En 2024 publica Acuareza, Yaugurú ediciones. Sus poemas han sido incluidos en muestras de poesía actual y revistas. Ha participado del Encuentro Internacional de Poesía Esteros (2022 y 2024) entre otros.

 


TERESA KORONDI (Uruguay, 1966) es una poeta, narradora y comunicadora uruguaya que también traduce textos literarios. Es Diplomada en Apreciación y Estudios Poéticos por la Fundación La Poeteca, Caracas, Venezuela. Ha dictado talleres, conferencias y lecturas en festivales e instituciones educativas de varios países, entre ellas la Universidad Federal de Pelotas (Brasil) y la Universidad de Palermo (Buenos Aires), siendo publicada en el libro Reflexión Académica en Diseño y Comunicación Nº XLIV (2020). Forma parte de la Tercera Muestra de Poemas Ilustrados Nancy Bacelo Edición 2022, del Programa para el Fortalecimiento de las Artes de la Intendencia Municipal de Montevideo. Algunas de sus publicaciones son: Bo (disco poesía-canción, Fondo Nacional de Música, 2014), La enunciación (Editorial Yaugurú 2016), Escandinavia (Ediciones Del Azahar 2018), Par (Editorial Yaugurú 2021), Corre, corre (Colección IberLetras de Editorial Contexto y Asociación Cultural Iberoamericana de Huelva, 2021), Rodó porque rodaba (Premio Nacional Poesía Inédita del Ministerio de Educación y Cultura, 2021 – Solazul Ediciones 2023) y Otaku (Textos Intrusos, Argentina, 2023). Fue antóloga de la muestra Del Salvo al Barolo: un rioplatario poético (Textos Intrusos, Argentina, 2019) e integra Haikuscopio, Antología rioplatense de haikus (Ed. La pequeña gran Nilson, 2024) en el marco del Programa de Fomento al Sector del Libro del Ministerio de Cultura de Argentina.



SUZANNE VAN DAMME (Bélgica, 1901-1986). Pintora posimpresionista belga que evolucionó hacia el surrealismo en la década de 1940. Se formó en las Academias de Bruselas y Gante y en el Studio L’Effort de Bruselas. Durante su estancia en Ostende, recibió la influencia de James Ensor. A principios de la década de 1930, Van Damme se mudó a París, donde conoció al pintor y poeta italiano Bruno Capacci, quien se convirtió en su marido. Ella pasó mucho tiempo en París, el sur de Francia, Londres y Florencia. En 1941 entró en contacto con los surrealistas y participó en la Exposición Internacional Surrealista de 1947 en París, organizada por Breton y Duchamp. Sus obras de los años 1940 hacen claramente referencia a Picasso, De Chirico, Seligmann y también a Toyen. Expuso en la Bienal de Venecia en 1935, 1954 y 1962 y en la Bienal de São Paulo en 1953. Cuando más tarde se mudó a Florencia, comenzó a crear obras más abstractas antes de desarrollar un lenguaje muy personal lleno de signos y símbolos. Sus obras se convirtieron entonces en conjuntos de ideogramas compuestos por minipinturas con elementos abstractos y figurativos. Es de lamentar, sin embargo, que su obra surrealista de pinturas haya sido comprada por coleccionistas y rara vez aparezca en colecciones públicas. Suzanne van Damme es la artista invitada en esta edición de Agulha Revista de Cultura.



Agulha Revista de Cultura

Número 257 | novembro de 2024

Artista convidada: Suzanne van Damme (Bélgica, 1901-1986)

Editores:

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ARC Edições © 2024


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