INTRODUCCIÓN: Hemos reunido aquí una selección
de testimonios de diversas personas que estuvieron presentes en diferentes ocasiones
en el Festival Internacional de Poesía de Medellín, testimonios que fueron solicitados
para esta edición, así como otros que fueron enviados directamente a Fernando Rendón,
con el fin de destacar la importancia de este evento en el panorama poético de nuestro
tiempo. [FM]
1.
La idea de que la poesía pueda salvar una ciudad,
cambiar la imagen de un país, sólo se le puede ocurrir a aquellos que creen en los
sueños dentro de los sueños, pero a la vez están siempre muy despiertos, como reflexionaba
Rilke, o como hubiera podido pensar Borges, sino le hubiera tocado en suerte fundar
su ciudad y no tener que reconstruirla a partir de los escombros.
No otra cosa me viene al encuentro cuando
recapacito en lo que es y ha sido y seguirá siendo el Festival de Poesía de Medellín:
esta empresa de poetas a todo corazón, poetas que comprendieron que si la palabra
controlada por las fuerzas de poder, era el arma destructora de la sociedad colombiana,
esa misma palabra, envuelta en poesía, podía ser constructora no sólo de una realidad
en sueños sino en vida.
Aunados a los esfuerzos de otros hombres
y mujeres tan corajudos como ellos, estos poetas de Medellín, con las herramientas
de versos y metáforas, levantaron la ciudad, le colocaron una columna vertebral
allí donde habitaba una masa humana humillada por su propia miseria. Y así, el Festival
de Poesía de Medellín no fue y sigue siendo sólo una empresa de celebración de la
belleza, del alma de los pueblos que va dentro del poema, sino la presencia decisiva
de esa luz que ayuda a disipar las sombras en las que lamentablemente nuestro país
ha vivido por mucho tiempo. Que la comunidad mundial así lo haya reconocido, que
hoy en día miles de poetas de todo el mundo celebren la realidad de la poesía en
Medellín, es prueba contundente de esto.
Creo oportuno señalar aquí que hace varios
años salió en Italia el libro Mappe Colombiane, del poeta Alessio Brandolini, hermoso
libro que tuve la fortuna de prologar y que surgió de la visita de este poeta al
Festival. Este libro, franco, directo al corazón del país, hubiera sido impensable
sin los caminos que los poetas de Medellín, gracias al Festival, mantienen abiertos.
Y así como éste, muchos poetas más han escrito y continuarán escribiendo sobre Colombia.
A comienzos de este siglo, en Atenas, el poeta griego Tassos Denegri me recordaba
todo su amor por Colombia, y la felicidad de sus días en Medellín. Tuve la fortuna
de acompañar a este amigo poeta, tan querido siempre y tan lamentado por su ausencia,
en sus días en el Festival. Fuera de la intensa belleza de la lectura de sus poemas
en cárceles (esta vez de mujeres) y en barriadas pobres, un día libre fuimos con
nuestras esposas a ese pueblo cercano a Medellín que se llama Santafé de Antioquia.
Pueblo hermoso con un viejo puente sobre el río Cauca, río que me acompaña desde
mi infancia en Cali, miles de kilómetros al sur. Tassos me contaba de nuevo de su
amor por Colombia desde los días en que un grupo de estudiantes colombianos en Roma
le enseñaron que uno puede ser un magnífico estudiante al mismo tiempo que un empedernido
parrandero. También, y esto fue muy profundo, el poeta colombiano Jaime Jaramillo
Escobar, amigo mío desde mi infancia de poeta rebelde nadaísta, quien no asistía
al Festival por ser un poco huraño y muy reservado, me pidió el favor de presentarle
a Tassos. Su propósito era besarle la mano a quien cargaba la sangre y el espíritu
de Homero. Y así lo hizo. Tassos estaba muy sorprendido, como se puede suponer.
Muchos poetas amigos y admirados pude
ver en el Festival durante las dos o tres veces que allí participé. Recuerdo a Rafael
Cadenas bailando rumba con mi esposa Constanza a instancias de su esposa Milena,
quien quería verlo bailar una vez en su vida. También están presentes en mi memoria
poetas como Rogelio Echavarría con quien me unió siempre una gran amistad, Mario
Rivero tratando de sacudirse su contagio con el nadaísmo en su juventud, Juan Manuel
Roca exhibiendo su ingenio desde el barroco bar, y los poetas de mi viejo Cali Orietta
Lozano, Horacio Benavides, Julián Malatesta. Y muchos más, siempre en esa fiesta
de amor donde vuelan y bailan las palabras.
Hubo una época en que el Festival sufrió
una embestida de fuerzas oscuras, rabiosas y malignas, la cual recuerdo con profunda
tristeza. Algunos poetas colombianos se lanzaron injustamente y sin razón contra
el Festival de Poesía, esgrimiendo diferencias políticas tan circunstanciales y
perecederas, como es el hecho de que tiempo atrás estos mismos poetas habían sido
defensores de esas mismas ideas que ahora abominaban. Estos poetas me llevaron a
pensar en la intolerancia que desarrollan esos fumadores y bebedores, que han dejado
de serlo, contra aquellos que todavía celebran su liberadora oralidad. Uno de ellos
que ahora se bautizaba en la extrema derecha política, recuerdo, celebraba años
antes las obras completas de Mao, sin importarle para nada el horror de la “revolución
cultural”. Afortunadamente, poco tiempo después, esa turba enceguecida por odios
personales e ideológicos, se dispersó y fue despareciendo poco a poco.
Personalmente nunca he defendido ninguna
idea política, nunca he seguido a un líder o comandante. Abomino la facilidad de
lo circunstancial. Me adhiero a la siempreviva poesía, a ese grano de arena que
no puede aplastar lo que de más vil tiene el hombre: la pobreza de ser. Por eso
hoy desde mi casa al lado del río Ohio, levanto mi mano para saludar desde esta
tribuna abierta por el gran amigo y poeta Floriano Martins, a mis amigos del Festival
de Poesía de Medellín, festejar con ellos su libertad de pensar, de vivir, de crear,
que es nuestra libertad, la libertad de la poesía.
ARMANDO ROMERO | Poeta, narrador, ensayista, Colombia
2.
El Festival Internacional de Poesía de Medellín, ese milagro que desde hace
treinta y cinco años —cuando en Colombia aún se sufría el azote de la narcoviolencia—,
nos ha dado acceso a poetas que de otra forma no habrían enriquecido nuestras vidas.
La persistencia y excelencia del Festival ha logrado mantener en alto la bandera
de la poesía en momentos en los que la esperanza se pierde e invade el desánimo.
Nunca he asistido, me encantaría ir; pero ver en los videos
que publican cómo cientos de personas se congregan a escuchar a poetas de países
muy lejanos, que quizás hasta desconocen, me parece una bendición. La Memoria Audiovisual
de las lecturas que se guarda en su página web, los más de mil videos subtitulados
en español de noventa lenguas, que incluyen a casi mil poetas provenientes de ciento
setenta países y cuarenta y una naciones indígenas, constituye uno de los mejores
regalos que la ciudad de Medellín le ha hecho al mundo.
Este espacio imprescindible para la poesía me permitió escuchar
por primera vez, entre otros, la "Canción de los dos mundos” del colombiano
William Ospina, los poemas en maya quiché de Humberto Ak’abal, la maravilla de “En
el principio” de la maorí Katarina Kawana de la nación Aotearoa de Nueva Zelanda
y leer también” La Creación” de la hondureña imprescindible, Amanda Castro.
Solo quiero expresar mi inmensa gratitud a los organizadores
del Festival Internacional de Poesía de Medellín y mi esperanza de que sigan por
muchos años más.
MARITHELMA COSTA | Poeta, Puerto Rico
3.
En estos tiempos oscuros, en esta hora en la que la humanidad se coloca en las
fronteras de la rabia, el vacío y la incertidumbre, frente a la crueldad del genocidio
sionista en Palestina y la amenaza de una invasión estadounidense en el Caribe,
los poetas nos acercamos a los lugares que nos unen; a ese foco de todas las luces
que por tres décadas ha dado voz y arraigo mundial a lo creativo: el FESTIVAL INTERNACIONAL
DE POESÍA DE MEDELLÍN, que hoy sufre la embestida de los poderes más mezquinos que
amenazan con estrangular su misión y libertad.
Como panameña, nieta de colombianos, crecí mirando
siempre hacia la Patria Grande, a los países del Libertador Bolívar; estudiando
entre asombros la obra épica que nos dio historia en una misma identidad. Por ello,
cuando fui invitada al Festival —aunque era el año de la pandemia— participé con
entusiasmo y muchísimo agradecimiento porque sabía de su importancia, de su extensión
sin fronteras, y me sentí parte de un concierto literario sin igual.
Hoy me entristece que se atente contra el futuro de
esta institución pionera y gigantesca que es el Festival Internacional de Poesía
de Medellín: símbolo de resistencia, patrimonio de la humanidad y expositor solidario
de todas las culturas. Me entristece, además, porque este empeño destructivo se
dirige contra Medellín, una ciudad que supo alzarse —como ave Fénix— de sus duras
turbulencias y que ahora brilla establecida como piedra fundacional de todos los
festivales mundiales de poesía.
La humanidad atraviesa un momento existencial de espanto
colectivo. Es la hora de los desafíos y, por lo tanto, de tomar partido. No dejemos
que la indiferencia nos aturda. Unamos nuestras voces como poetas, como intelectuales,
como seres solidarios y sensibles y protestemos contra la iniquidad que atenta contra
la existencia del Festival Internacional de Poesía de Medellín. Esta no es una petición
banal: es una cuestión de decidir entre cultura o aniquilamiento.
En mitad de la rabia y la tristeza —pero también con
esperanza— levanto mi voz en protesta y ofrezco desde aquí todo mi apoyo al poeta,
gestor y director del evento, Fernando Rendón, a la querida Gloria Chvatal, a Luis
Eduardo Rendón y a toda la estructura de organización para que el Festival Internacional
de Poesía de Medellín continúe siendo ese gran amplificador de voces que el mundo
necesita para contrarrestar la banalidad, la incultura y la indiferencia.
GIOVANNA BENEDETTI | Poeta, Panamá
4.
No ha existido en los últimos años un festival de poesía como el Festival de
poesía de Medellín. ¿Cuál ha sido su valor excepcional? Podría resumirlo en su lema:
la poesía como reconciliación de la humanidad.
Medellín fue la ciudad conocida por la violencia, el
terror, el narcotráfico, especialmente en los años 80 y 90. ¿Qué hacer contra esta
cultura de la muerte? Era la pregunta. La respuesta vino de la poesía. Los poetas
Fernando Rendón, Gabriel Jaime Franco y muchos y muchas más se unieron a este sueño
convocando, en abril de 1991, al Primer Festival de Poesía de Medellín. Unir poesía
y ciudad promoviendo la paz, fue su primer objetivo.
35 años han pasado, el festival ha crecido hasta tal
punto en que Medellín se ha convertido en la capital mundial de la poesía. Diferentes
idiomas, razas, pueblos y culturas reunidos en una ciudad que expande la voz poética
de Asia, Oceanía, Naciones Indígenas, Europa, América y África, por eso, no es extraño
que en 2006 recibiera el Premio Nobel Alternativo “por su labor de promover el diálogo
y la paz por medio de la poesía”.
Tuve el honor de ser invitada en 2019 a la versión
29° del Festival. Ya algunos poetas de mi país habían sido testigos de su cordialidad,
generosidad y grandeza. Mi compañera ese año fue la poeta de la Nación Mapuche Maribel
Mora Curriao, quien fue una de las inauguradoras del evento dedicado ese año a las
comunidades y soberanía de los pueblos.
El ambiente cálido, afectivo y festivo me hizo compartir
de manera cercana intercambiando conversaciones, libros y poemas con poetas tan
distintos como Shen Haobo, de la república Popular China, Tyehimba Jess, de los
Estados Unidos, Margarita Losada, de Colombia, Rethabile Masilo, de Leshoto, Amale
Haddazi, de Marruecos entre muchos otros y otras. Conocer a través de sus poemas,
la realidad de otros países y regiones que añoran la paz. Reencontrarme, también,
con amigas-poetas queridas, como Diana Bellessi, de Argentina. Llegar hasta pueblos
pequeños de distintos Municipios de Antioquia a compartir lecturas con alumnas y
alumnos de colegios; recorrer calles de pequeñas ciudades con nombres bíblicos,
en que la violencia pasada dejó sus marcas y donde ahora los y las jóvenes han dejado
sus poemas como muestras de reconciliación. Conocer el Proyecto Gulliver, dirigido
a niños, niñas y adolescentes que han vivido conflictos.
Cómo no admirar y replicar en nuestros países y comunidades
la forma en que este Festival recoge lo mejor de la poesía, admirar y reconocer
los esfuerzo de sus fundadores y continuadores: hombres y mujeres poetas que han
logrado la unión de seres humanos que, desde otra lógica, se han comprometido con
la acción: en este caso, la instalación a través de los años de una gran comunidad
pensante que lucha mediante la palabra, canción, danza, signo, contra la ferocidad
del sistema y las mentes que están detrás, las que en pocos años con promesas baratas
o incumplidas se han apropiado o absorbido la libertad de otras mentes, de otros
seres. ¿Cómo detener esa avalancha?
Y aquí está la grandeza del Festival de Poesía de Medellín que durante
tres décadas nos ha mostrado la forma quieta, sin armas, para resistir la avalancha:
la poesía y la unión.
Hoy este Festival se ve amenazado por una derecha política
que, desde el Municipio, quiere imponer su lógica y terminar con la efectividad
de un evento que contradice su actuar. La poesía no tiene armas que dividen, matan,
secuestran. El gran mérito de este Festival de Poesía es que muestra, contagia,
engrandece, comunica y hace pensar, crear.
Es absolutamente indispensable que el Festival de Poesía de Medellín, tal como
se ha desarrollado hasta ahora, continúe con su labor mundial en pro de la paz y
la humanidad.
SOLEDAD FARIÑA | Poeta, Chile
5.
Triste fue mi sentir al enterarme
de las dificultades que atraviesan, cuestionando la supervivencia misma del festival.
El mundo más que nunca tiene necesidad de poesía, para cantar al amor frente a la
pandemia de odio, para promover solidaridad entre los habitantes del planeta frente
a los constructores de muros y excavadores de grietas, para valorar la sensibilidad
humana frente a artificiales inteligencias y un desarrollo tecnológico cuyas consecuencias
estamos lejos de imaginar.
Más allá de divisiones
políticas y discursos pre moldeados el mundo tiene necesidad de la palabra poética
para acercarse a la verdad, salir del laberinto, reencontrar la luz.
Participé del Festival
Internacional de Poesía de Medellín, pude apreciar personalmente el valor de esos
momentos compartidos con otros poetas y un público numeroso que, en escuelas, universidades,
asociaciones barriales, clubes deportivos… asistía con avidez a nuestras lecturas,
produciendo la alquimia que le dio renombre internacional a vuestro festival.
Si esta modesta misiva
solidaria llega a quienes tienen poder de decisión sobre la continuidad del Festival
Internacional de Poesía de Medellín, les pido por favor considerar que se trata
de más que un festival, se trata de un oasis de vida y esperanza, de horizontes
solidarios. Los desiertos hostiles crecen, sepamos cultivar estos oasis.
JOSÉ MUCHNIK | Poeta,
Argentina
6.
En el tiempo casi como si fuese
un milagro fueron dejando atrás, el penoso y dolido nombre de el cartel de Medellín que sembró la muerte
a diestra y siniestra en su territorio; ya es casi olvido, o al menos ya la bella
Medellin no está asociada al antojo de Pablo Escobar y sus secuaces. La profunda
y valiente lucha desde la palabra poética que ha emprendido Fernando Rendón y un
comprometido equipo de trabajo, durante 35años asocia, para el mundo todo, la palabra
Poesía a su emblemático nombre.
Lejos la guerra y
la muerte, cerca la palabra construyendo belleza y justicia. Hoy y gracias a la
perseverancia y capacidad de gestión de sus organizadores la asociación inmediata
al oír su nombre: es Festival Internacional de Poesía de Medellín.
Estuve en el año
2017 y vivencié el modo de construcción de un trabajo que realiza la Escuela de
Poesía de Medellín y el proyecto Gulliver, que no empieza y acaba en los días que
dura el Festival, al visitar escuelas, municipios, teatros y bibliotecas, en cada
uno de estos sitios pude comprobar que la participación de la comunidad es el producto
de una participación activa y comprometida en el día a día.
Exigimos la continuidad
de este faro de libre expresión, de reconocimiento a la diversidad de lenguas y
de voces, de poesía compartida, de uno de los pocos donde el arte es resistencia,
belleza y compromiso.
Con gratitud siempre
TINA ELORRIAGA |
Poeta, Argentina
7.
Queridos amigos poetas de Medellín:
Con todos los amigos
poetas de Francia estoy a vuestro lado: el Festival que organizáis (¡con corazón
y profesionalismo!) en Medellín es un acontecimiento mundial: ¡atrae las miradas
del mundo entero sobre Colombia, desde donde se extiende un mensaje de paz por la
escucha y la creatividad!
¡Es el mundo que
se da cita en esta ciudad magnífica y en los pueblos más pequeños de las montañas
circundantes donde la poesía es compartida, escuchada y esperada!
Jack Lang nuestro
ministro de Cultura siempre pone como ejemplo este fascinante lugar de Colombia
donde late el corazón de la poesía más inmensamente compartida! Es la idea misma
de cultura, de multiplicación de las lenguas, es la riqueza humana que es vuestra
tradición y también vuestro proyecto: esto nos es vital, para la amistad de cada
uno y la conciencia universal.
¡Qué mensaje para
la juventud del mundo! Su mensaje se ha vuelto aún más importante en la era informática,
donde los jóvenes aprenden de usted estos valores fundamentales: la palabra, la
creatividad, la escucha, el encuentro, en una palabra: la poesía. ¡Viva el festival
de Medellín!
ALAIN BORER | Poeta,
Francia
8.
El Festival de Medellín se creó
cuando la gente necesitaba un apoyo espiritual como la poesía para guiarlos hacia
la bondad y el humanismo.
¡Todos los colombianos
deberían estar orgullosos del Festival de Medellín, porque es el festival más grandioso
y famoso! ¡Es fácil destruir algo tan bueno, pero muy difícil de crear! No todos
los países, ni todos los organizadores y poetas, son capaces de organizarlo a tal
escala.
¡El gobierno de la
ciudad de Medellín hizo un gran trabajo apoyando a su principal instigador, el gran
poeta y glorioso colombiano Fernando Rendón! Debes continuar apoyando esta misión
sagrada.
Si destruyes un proyecto
tan grande del siglo, serás avergonzado. ¡Que la historia los registre con letras
de oro como amables mecenas de poetas del siglo XXI, en lugar de villanos! Creo
que entiende nuestra petición. En nombre de los poetas, con gran respeto,
ALTYNAI TEMIROVA
| Poeta, Kirguistán
9.
Concejo de Medellín
Gobierno de Colombia
Les saluda Susy Delgado,
poeta y periodista paraguaya que ha tenido el privilegio de participar de uno de
los encuentros anuales del Festival Internacional de Poesía de Medellín y vino siguiendo
con interés y admiración la andadura de esta fiesta mundial de la poesía a través
de los años.
Considero que este
festival es uno de los acontecimientos culturales de mayor importancia y proyección
cultural no solo en América sino en el mundo. Concebido y desarrollado en torno
al arte mayor de la literatura –la poesía-, ha logrado convocar a centenares de
sus cultores, destacados representantes de la enorme diversidad lingüística y cultural
del planeta. Y ha convertido estas reuniones grandes por sí mismas, en semilleros
que van extendiendo su maravillosa carga sensibilizadora hacia todos los puntos
cardinales. Se ha ubicado en el sitial de paradigma en su género, inspirador de
numerosas y variadas iniciativas de promoción y difusión de la poesía.
En un tiempo agobiado
por las inequidades que en muchos casos se expresan en dolorosos desencuentros,
la palabra poética sigue siendo simiente de paz y convivencia armónica que debe
preservarse entre las más caras riquezas culturales.
Por estas razones
aquí resumidas, me permito solicitar de ustedes –y por su intermedio a las autoridades
y entidades colombianas pertinentes- el apoyo a la continuidad del Festival Internacional
de Poesía de Medellín, considerada fundamental por mí e innumerables escritores
y personas del mundo.
Agradeciendo su atención,
les saluda
SUSY DELGADO | Poeta,
Paraguay
10.
Ante las amenazas y otros agravios
que enfrenta el Festival Internacional de Poesía de Medellín, un evento que ha sido
un faro cultural para nuestra región, hago un alto para dejar patente mi admiración
y respeto hacia lo que representa este encuentro, el cual ha ayudado a crear una
identidad poética a nivel regional, dándole un rostro nuevo a esta geografía.
La obra que se ha
generado a lo largo de tantos años de ejercicio poético define una grafía tan diversa
y resonante, cuya espina ha logrado congregarnos alrededor de la misma herida, la
misma sutura y de la misma sangre que late en nuestras venas.
En esta imaginería
de guerras silenciosas, donde el progreso arrasa con la diversidad, la expresión
poética recrea nuevas realidades y encuentra un modo sensible y sostenible de llevar
adelante tanta humanidad postergada. La poesía nos da la posibilidad de respirar
en medio de la adversidad, ella es el aire de todas las artes y en ese sentido su
alimento es indispensable.
Creo que el Festival
Internacional de Poesía de Medellín alberga un hecho vivencial fundamental para
el mundo, ya que en este espacio la palabra se convierte en un acto de respiración
e inspiración, una bocanada de aliento que cada poeta ha logrado modular a lo largo
de las distintas ediciones.
Para quienes hemos
participado de esta cita, la experiencia se ha convertido en un continuo canto de
gratitud y de reconocimiento a la vida, que se ha ido profundizando con el tiempo,
un gesto aireado y profundamente nuestro, un gesto primigenio que en sí mismo encierra
un soplo indispensable para seguir.
SHIRLEY VILLALBA
FERNANDO DE LA MORA | Paraguay
11.
Con profunda consternación e indignación,
me he enterado de que el Festival Mundial de Poesía de Medellín se verá privado
de su financiamiento.
Debes saber que este
Festival da voz a poetas de países pobres, poetas que de otro modo carecerían de
los medios económicos para viajar y participar en la comunidad poética mundial,
en nombre de la solidaridad, la paz y la resistencia.
No tengas miedo:
ningún poema puede detener tus guerras o tus tratos comerciales. Solo permítenos
seguir soñando con un mundo sin guerra, un mundo que exija justicia. No nos quites
ese sueño.
Durante 35 años,
el Festival ha acogido a casi 2.100 poetas de 197 países. Debe preservarse a toda
costa—como símbolo y punto de encuentro de las fuerzas poéticas y espirituales que
el mundo necesita hoy.
Con saludos combativos,
SOTIRIOS PASAKAS
| Grecia
12.
Soy Taniya Chakraborty de India.
Creo que ya es hora de expresar mis sentimientos sobre el Festival de Poesía de
Medellín. En mi opinión, el Festival de Poesía de Medellín es uno de los festivales
literarios más preciados porque nutre pensamientos superiores que unen a muchas
naciones.
Recuerdo que incluso
durante la pandemia de COVID-19, el festival logró mantener su legado. El Festival
de Poesía de Medellín respeta todos los aspectos culturales y literarios de los
idiomas de origen en todo el mundo. Antes de la publicación de mi poema, su traductor
habló conmigo con gran atención. No es simplemente un festival; es un taller concentrado
de literatura.
Deseo que este festival
esté al lado de las generaciones futuras. El mundo entero está en una crisis de
trauma mental, ansiedad y pensamientos de guerra. En el medio, esta es la única
forma en que podemos llegar a las personas; esta es la búsqueda de la felicidad
a través de la poesía.Este festival tiene un nombre enorme en todo el mundo porque
todos saben que es un centro cultural para intercambiar pensamientos e inteligencia
de la manera más extraordinaria. Siempre espero con ansias este festival.
Desde India, como
escritor, como poeta y como ser humano, deseo que el festival de poesía de Medellín
viva mucho. Tengo un gran respeto por todos los miembros del festival, especialmente
por el Director Fernando Rendón, un gran hombre y poeta que ha prosperado toda su
vida por la poesía. Por favor, preserven este festival por el bien de la humanidad.
TANIYA CHAKRABORTY
| Poeta, India
13.
Tuve la suerte de asistir en 2016
al emblemático Festival Internacional de Poesía de Medellín. No hace falta reiterar
—como lo han hecho en estos días desde todos los continentes— que es una instancia
única en el mundo para los poetas, una cita a los que todos quieren asistir. No
solo porque tiene en su haber 35 años de existencia, sino porque ha realizado la
proeza de reunir a cerca de dos mil poetas de todo el mundo. Toda una maravilla.
Guardo en la memoria
de mi paso por allí no solo la Clausura en el Parque de los Deseos de la hermosa
Medellín ante más de cinco mil personas, sino la mañana en que di un taller a niños
dentro del “Proyecto Gulliver”, que acerca la poesía a los chicos y sus familias,
en distintas comunas, durante todo el año. El festival también me trasladó a Bucaramanga
y a Carolina del Príncipe, entre otros auditorios y bibliotecas donde nos recibieron
con las manos abiertas.
También fue impactante
una noche en que teníamos previsto un recital en un anfiteatro que comenzaba exactamente
a la misma hora en que la Selección Colombia jugaba un partido clave. Pensábamos
que seríamos de la partida solo los poetas, el equipo de producción del festival
y algún que otro distraído. El auditorio con capacidad para unas quinientas personas
estuvo para nuestra sorpresa casi colmado. Y fue una fiesta.
Relato estas anécdotas
que guarda una memoria caprichosa como la mía porque creo que solo lo memorable
se conserva intacto con imágenes, gestos, colores y hasta aromas. Lo cuento porque
unas dos mil almas que reinciden en el alto oficio de la poesía tienen estas memorias
y seguramente su efecto impacta en distantes puntos del planeta como un rayo de
luz esperanzada.
Conocí allí a destacadas
figuras de la literatura con quienes de alguna forma aún mantengo cercanía o con
quienes realicé como poeta o gestora cultural diversas acciones: Hugo Mujica, Emilio
Coco, Pablo Montoya o Juan Carlos Mestre, entre otros muchos hombres y mujeres.
En suma, sería no
solo una picardía sino una terrible guadaña a la cultura de Colombia, de Hispanoamérica
y del mundo todo el cese del mítico Festival Internacional de Poesía de Medellín
que es faro y emblema. Comunión y raíz. Unión. Fe en el poder de la poesía.
CAROLINA ZAMUDIO
| Poeta, Argentina, Fundadora y directora de la Fundación Cultural Esteros
14.
He tenido la fortuna de estar dos
veces en el Festival Internacional de Poesía de Medellín. Una verdadera fiesta de
la palabra y del espíritu. Un lugar donde se llenan salas, auditorios, teatros,
como si fueran estadios de fútbol. Un Festival donde participan poetas de todos
los continentes. Un encuentro para la paz del mundo.
Antes, Medellín era
un lugar peligroso porque se ponían coche-bombas, pero después llegó el Festival
de Poesía a sanar heridas, y hoy Medellín se reconoce en el mundo, entre otras cosas,
por el Festival de Poesía.
La poesía es la savia
de una sociedad. No se ve, pero está allí, presente, dando vida. Todos se fijan
en los frutos de los árboles, en la producción, en la economía, pero nadie, al ver
un árbol, piensa en la savia que nutre desde la raíz. No se ve, sin embargo, es
lo que da vida. Así es la poesía para la sociedad.
Pero a todo árbol
que da frutos le lanzan piedras. Hay quienes pretenden hoy torpedear la organización
y el financiamiento del Festival. Yo quiero pedir, desde Venezuela, que cesen las
hostilidades, las mezquindades, los resentimientos contra el Festival, y manifestar
mi total solidaridad con el Festival Internacional de Poesía de Medellín, que dirige
Fernando Rendón y un maravilloso grupo de poetas.
Ser poeta no es ningún
privilegio. Es la máxima responsabilidad. El mayor de los riesgos. El más peligroso
de los peligros. El poeta siempre está en la línea de fuego, en un mundo que pareciera
avanzar vertiginosamente hacia las tinieblas y la autodestrucción. Por eso el poeta
debe hablar. Todo lo que calle será utilizado en su contra.
La poesía es el avío
para el que se va, pero también es el alimento espiritual para el que se queda.
Si nuestros poemas, cuentos, leyendas, historias, acompañan a alguien en esta vida,
si le dan fuerza para seguir el camino, si le ayudan a vivir, estaremos felices
cuando ya seamos humus, viento y lluvia.
Larga vida para el
Festival Internacional de Poesía de Medellín.
GONZALO FRAGUI |
Poeta, Venezuela
15.
Desde la Unión General de Escritores
y Poetas de Palestina, expresamos nuestra plena solidaridad con el Festival Internacional
de Poesía de Medellín, considerado uno de los festivales poéticos más importantes
del mundo. Gracias a él, la ciudad de Medellín se ha convertido en una capital mundial
de la poesía, un refugio de belleza, poesía y alegría, que celebra la estética y
el bien común.
Las restricciones
impuestas al festival y a sus organizadores constituyen una ofensa sin precedentes
e inaceptable contra la poesía y contra este evento que, a lo largo de 35 años,
ha acogido a los poetas más destacados del mundo.
Desde aquí, desde
Palestina, y en nombre de todos los poetas palestinos que han escrito con su sangre
y siguen escribiendo, alzamos nuestra voz en solidaridad, reafirmando la necesidad
de garantizar la continuidad del festival y la importancia de apoyarlo y sostenerlo,
para que siga siendo un faro cultural y un punto de encuentro para poetas de todo
el mundo.
Asimismo, anunciamos
el lanzamiento del Premio Internacional de Poesía de Palestina, en cooperación con
el Festival Internacional de Poesía de Medellín, con un valor de 10.000 dólares,
otorgado por la Unión General de Escritores y Poetas de Palestina, como expresión
de nuestro apoyo ilimitado al festival y de la importancia de su continuidad en
la celebración de la vida, la belleza y la poesía.
La poesía seguirá
siendo un puente de bondad, alegría y esperanza frente a la oscuridad, la fealdad
y la derrota.
Con todo nuestro
respeto y aprecio,
MURAD AL-SUDANI |
Secretario General, Unión General de Escritores y Poetas de Palestina
16.
En el Festival Internacional de
Poesía de Medellín se escribe un poema colectivo: el texto se convierte un cerro
ancestral que converge en un teatro a espacio abierto y se escucha en árabe, ruso,
inglés, húngaro, chino, francés, croata, mapuche, lenguas originarias, español;
entre otros idiomas y dialectos. Es multifónico y, a su vez, resulta ser un solo
abrazo entre los invitados y el público. Mujeres, ancianos, niños, niñas, jóvenes
y hombres leen y re-crean el poema en el ritual sutil de la escucha plena. Han pasado
35 años para lograr ese silencio que ocurre también en los templos en que lo espiritual
habita las montañas. Treinta y cinco reencuentros en donde la confianza plena de
la poesía dentro de la vida surge efecto.
Las personas de comunas
y municipios ensueñan un mundo mejor. Y avivan los versos con su afecto por la palabra.
Un equipo de artistas planea cada paso y cree firmemente en la transformación social
a través de la poesía. Un equipo enorme, no sólo por cantidad, también por lo grande
de su hacer, por lo generoso de su andar en esta tierra dolida, dando un remanso
a quienes se acercan a los recitales de manera consciente o desprevenida.
Entre otras cosas,
el Festival se dedica a la construcción de una cultura de paz, una pedagogía poética
y la visibilidad de nuestro país ante el mundo, para ser y hacer de la poesía un
Gran lugar mejor para todos, llamado UniVerso, debe seguir por muchos años más.
Quienes hemos estado como invitados al Festival Internacional de Poesía de Medellín,
sabemos que la poesía permite la migración de la muerte a la vida, en un país que
tanto la reclama.
Entonces ¿Puede siquiera
pensarse en que deje de existir un espacio donde esto sucede? El Festival de poesía
de Medellín no puede, ni debe dejar de existir: sería deshonrar el patrimonio cultural
inmaterial de nuestro país.
MÓNICA LUCÍA SUÁREZ
BELTRÁN | Poeta colombiana, Consejera distrital de cultura en Literatura
17.
El Festival de Poesía de Medellín,
seguramente es el más importante del mundo. A lo largo de más de treinta años viene
atrayendo a dos mil poetas de cerca de doscientos países del mundo y logra reunir
en un coliseo a cinco mil espectadores en sus momentos estelares y llevar la poesía
a diferentes lugares más allá de los límites de la ciudad.
Es un espectáculo
grandioso que honra a Colombia y una atracción turística para cientos y miles de
aficionados a la lírica de todo el planeta. Dirigido por el poeta Fernando Rendón,
el Festival se prepara todo el año y cuenta con colaboradores voluntarios de todo
el valle de Aburrá y de allende las fronteras de Colombia.
En estos momentos
especialmente complejos para todos los habitantes de todos los continentes, el Festival
de Poesía de Medellín cumple un papel especial en favor de la paz y la fraternidad
entre todos los seres humanos.
Desde que comenzó
el Festival, el Perú ha sido representado por varios de sus más destacados poetas,
entre ellos Luis La Hoz, Enrique Sánchez Hernani, Carlos López Degregori, que han
leído algunos de sus mejores versos ante públicos ávidos de recibir su palabra fina
y bien trabajada.
Aparte de conocer
a poetas de todo el orbe, los hispanoamericanos que acudimos a este Festival tenemos
la ocasión histórica de disfrutar de cerca la viva tradición colombiana que honra
a la lengua castellana, por la profusión de los poetas que no quieren otra cosa
que ponderar con la calidad de sus versos, la vida de la gente que anhela la paz
y el sosiego para todo el género humano. La rica tradición que viene de José Asunción
Silva, Guillermo Valencia, se enriquece día con tantos poetas de calidad como León
de Greiff, Luis Carlos López, Meira Delmar, Jaime Jaramillo, J. Mario Arbeláez,
Elkim Restrepo, Piedad Bonett, María Mercedes Carranza. Ellos, a su vez, generan
interés en muchos jóvenes que sienten la poesía no solamente como un oasis, sino
como una palanca para actuar mejor en la sociedad.
La poesía en sus
primeros tiempos fue preferentemente oral, se juntaba un público que escuchaba embelesado
las historias que los aedas decían casi siempre de memoria. Conforme ha ido pasando
el tiempo, la poesía se ha difundido más de forma escrita. Los llamados clérigos
en la edad media, sacerdotes algunos y otros civiles, escogieron las bibliotecas
como lugares de solaz. Pero los juglares no han desaparecido, ahora son goliardos,
hombres de lugares conventuales para escribir, pero ganados por la oralidad para
llegar a más personas. Eso es lo que hace el Festival de Poesía de Medellín, junta
en una fiesta de la palabra la escritura con la oralidad.
MARCO MARTOS | Poeta,
Perú
18.
En 1994, durante un viaje que hicimos
Leonardo Padura y yo a Medellín, Fernando Rendón nos ofreció que convocáramos en
La Gaceta de Cuba, revista en la que trabajábamos, un concurso de poesía cuyo premio
consistiría en que el autor premiado participara en el imprescindible Festival de
Poesía, además de, como es natural, la publicación de los textos en las páginas
de nuestra revista.
El poeta Víctor Rodríguez
Núñez, quien vivía entonces en esa ciudad, participó e impulsó aquellas conversaciones
fundadoras.
Desde entonces y
hasta años muy recientes, existió ese Premio, que se convirtió en uno de los más
importantes de nuestro país. Fueron galardonados poetas consagrados y jóvenes que
se dieron a conocer a través de él. Norberto Codina, director de La Gaceta de Cuba
hasta 2021, era el encargado de coordinarlo.
También, Fernando
Rendón nos pedía que le propusiéramos nombres de otros poetas cubanos a invitar,
de manera que cada año eran varios los cubanos que asistían y, a su regreso, nos
contaban, maravillados, sus experiencias, en especial los intercambios con colegas
de muchas partes del planeta, y las lecturas que escuchaban con devoción cientos
de personas.
No soy capaz de imaginar
un mundo sin el Festival de Poesía de Medellín.
ARTURO ARANGO | Escritor,
Cuba
19.
Hay pocos lugares en la tierra
donde la poesía pueda encontrar un hogar entre los poetas del mundo. Donde la pasión
y el poder de la poesía puedan alcanzar la máxima expresión de su propósito: ofrecer
su don a los corazones de las personas. Durante 35 años, el Festival Internacional
de Poesía de Medellín ha ofrecido ese lugar. Rindo homenaje a los poetas que, durante
generaciones, han ofrecido sus poemas para enriquecer y garantizar que el espíritu
de lo sagrado en la palabra hablada llegue a quienes vienen a escuchar. Como poeta
invitado, he sido testigo de la increíble asistencia a los foros presentados en
Medellín y en los pueblos de montaña de Colombia. La poesía vive en el alma de los
ríos y los bosques y de su gente. La poesía vive en los pueblos indígenas y en su
increíble conocimiento del mundo antiguo. Nosotros, los poetas que comprendemos
el deseo de libertad de nuestros pueblos y alimentamos sus sueños más profundos,
debemos ofrecer nuestras voces para garantizar que el Festival Internacional de
Poesía de Medellín continúe. Los tiempos en que vivimos son confusos para los pueblos
de la Madre Tierra. Los míticos y antiguos que establecieron los credos por los
que vivimos saben que la poesía es la música del alma. Colombia está dotada de este
conocimiento. No debe perderse.
Con esperanza para la Madre Tierra
y sus habitantes.
LANCE HENSON | Jefe y poeta de
la nación cheyenne de Oklahoma, Director de “Words from the edge”
20.
Medellín, desde el inicio mismo
de sus célebres Festivales Internacionales de Poesía, se ha convertido en el centro
capital de la literatura, del arte y de la cultura colombiana, con proyección latinoamericana
y universal. Poetas de todos los continentes, sin otra exigencia que la maravillosa
dignidad y relevancia de su obra, llegan a Medellín hermanados por su palabra y
su Poesía. Se diría que esta –la Poesía– se vuelve allí una sola y misma voluntad
de acercamiento, de fraternidad y de paz entre los pueblos del mundo.
Yo, Jaime Quezada,
poeta de Chile –la tierra de Gabriela Mistral y de Pablo Neruda, nuestros poetas
tutelares en la americanidad literaria contemporánea–, he tenido la honrosa y grande
dicha de participar en tan memorable Festival de Poesía de Medellín.
Uno más con mi voz
y mi palabra entre otros tantos de tantos poetas del mundo en Colombia. Quedó, y
para siempre en mí, ese muy plural sentido de hermandad y fraternidad dada por la
Poesía y por esa maravillosa respuesta y presencia de las gentes todas de Medellín
en sus escuelas, en sus campus universitarios, en sus bibliotecas, en sus sindicatos,
en sus estadios públicos. Pues el Festival, bella y pluralmente une y congrega.
Valoro el significativo
esfuerzo creador y la voluntad de acción de los organizadores del Festival Internacional
de Poesía de Medellín, que año a año han mantenido la llama viva de la Poesía en
Colombia, es decir, en el mundo. Esa llama, iluminadora en su trascendencia universal,
es también un memorable acto de paz y de humanidad.
JAIME QUEZADA | Chile,
Presidente Fundación Premio Nobel Gabriela Mistral
21.
El Festival Internacional de Poesía
de Medellín es, como todos los encuentros dedicados a la palabra poética, una alta
manifestación del espíritu humano. Cuando fui invitada en 2011, sentí que no llegaba
solo a un festival, sino a un territorio consagrado a la poesía como energía sagrada,
como respiración del alma del mundo. Allí comprendí que la poesía puede ser una
forma de oración colectiva, una invocación de vida frente a las sombras de la historia.
Defender la poesía es defender la posibilidad de un mundo guiado por la sensibilidad,
la memoria y la solidaridad: valores que hoy son más urgentes que nunca.
En una ciudad como
Medellín, que aprendió a transformar su dolor en creación, la poesía se alza como
un árbol de voces que cobija a todos los pueblos. Durante décadas, el Festival ha
convocado a poetas de todos los lugares del mundo para hermanar culturas y celebrar
la unidad esencial de la existencia. Cada verso pronunciado en sus montañas se eleva
como una luz compartida, un llamado a la conciencia planetaria, a la reconciliación
profunda del ser con la tierra y con los otros. Allí, las palabras se vuelven puente:
unen lenguas, sanan heridas, despiertan memorias. En cada lectura, en cada mirada
compartida, se siente cómo respira el mundo entero. Ese es su verdadero sentido:
no solamente un evento poético, sino un movimiento espiritual que busca la comunión
entre los pueblos mediante la belleza y la imaginación.
RAQUEL LANSEROS
| Poeta, España
22.
Querido Sr. Fernando Rendón y Miembros
del Concejo Municipal de Medellín,
Les escribo desde
Estambul, Türkiye, con respecto al recorte de fondos propuesto para el Festival
Internacional de Poesía de Medellín.
Durante 35 años,
este festival ha reunido a casi 2.100 poetas de 197 naciones. Se erige como una
de las plataformas más importantes del mundo para el diálogo intercultural. Entre
los poetas a nivel internacional, una invitación a participar conlleva un reconocimiento
sustancial.
Este festival es
igualmente significativo para la propia Colombia. La reputación internacional de
Medellín como centro cultural está directamente vinculada a este festival. El evento
posiciona a Colombia como líder en diplomacia cultural, atrayendo la atención internacional,
fomentando el turismo cultural y fortaleciendo el poder blando del país. Esta visibilidad
tiene un valor medible para la posición global de Colombia.
Una reducción en
la financiación de este festival afectaría significativamente la infraestructura
que tardó décadas en construirse. Los festivales de poesía no son ornamentales,
funcionan como espacios donde el lenguaje se convierte en una herramienta para comprender
a través de las divisiones políticas y culturales.
El compromiso de
Medellín con este festival refleja una mayor inversión en diplomacia cultural e
intercambio internacional. La decisión que tenga ante usted determinará si esa inversión
continúa creciendo y si Colombia mantiene esta forma distintiva de presencia internacional.
Asistí al festival
como poeta invitado en 2023. Adjunto mi artículo "Una Magia Llamada Festival
de Poesía de Medellín" publicado el 10 de agosto de 2020 en Cumhuriyet, uno
de los periódicos más antiguos y prestigiosos de Türkiye. El artículo documenta
la edición virtual de 2020, en la que también participé, que demostró la capacidad
del festival para adaptarse y mantener el compromiso global incluso durante un confinamiento
pandémico. Ese año demostró claramente que este festival sirve a una comunidad mundial,
no solo a una local.
El Festival Internacional
de Poesía de Medellín representa conocimiento institucional, redes internacionales
e infraestructura cultural que no pueden replicarse fácilmente.
NURDURAN DUMAN |
Poeta, dramaturga y periodista, Turquía
23.
Estimados miembros del Concejo
de Medellín,
El Festival Internacional
de Poesía de Medellín es una antorcha que ha estado ardiendo durante 35 años, iluminando
a la comunidad poética mundial. Ha enseñado a muchos y ha sido imitado por muchos
festivales de poesía en todo el mundo, al tiempo que ha sido el motivo de la creación
de nuevos festivales de poesía en todo el mundo. Es la más grande y brillante de
todo el mundo, porque tiene una organización impecable, metas altas, reúne cada
año lo mejor que el mundo de la poesía tiene para mostrar y se ha convertido en
una fábrica de fermentación de nuevas avenidas, tendencias y corrientes poéticas.
Sería una pena detener esta institución que da energía a la dignidad colectiva.
Necesitamos este festival como necesitamos oxígeno para respirar. Les hago un llamado
para que continúe su existencia porque la ciudad de Medellín, con este festival,
seguirá siendo el centro indiscutible de la poesía mundial.
Con gran respeto,
DINOS SIOTIS | Director
del Festival Literario Internacional de Tinos, Director del Festival Mundial de
Poesía de Atenas, Fundador del Círculo de Poetas y La Red de Poetas, Grecia
24.
Si las palabras han sido hechas para ayudar a construir
la casa de la verdad y no para destruirla, pocas veces como ahora tienen estas,
más sentido para alzarse en defensa de una de las nobles causas del humanismo y
la cultura, la casa de los diálogos que hospedó durante décadas la conciencia y
las voces de la diversidad de los pueblos del mundo: el Festival Internacional de
Poesía de Medellín.
He sido partícipe
de esa asamblea de diálogos en libertad que de tan extraordinaria manera tanto ha
contribuido al diálogo por la paz, la fraternidad entre las naciones y a que se
extinguiera el infierno de la violencia hasta convertirse en símbolo universal de
la tolerancia y refugio ético de una civilización que ha de apostar por la tolerancia
y la convivencia como un mejor e irrenunciable modo de vivir, pensar y reflexionar
sobre el destino de la mujer y del hombre en nuestro planeta.
Resulta inconcebible
que después de 35 años de tal ingente esfuerzo pudiera cuestionarse hoy la extraordinaria
contribución del Festival de Medellín al conocimiento y la educación, al avance
y progreso del saber, al diálogo de la conciencia poética y la hermandad de cuanto
representa la literatura en la conversación del mundo.
Manifiesto mi total
apoyo a tal tarea y asumo la defensa de su continuidad en defensa de los más altos
valores que ha de seguir representando, bajo el imperativo categórico de la memoria
y la repoblación espiritual de nuestro mundo. No existe mayor argumento que el testimonio
del buen trabajo que dio voz a la asamblea de los poetas de todo el orbe, la inteligencia
creativa de los pueblos, la asamblea de la imaginación con que se ha de seguir imaginando
un mejor futuro para el horizonte de la humanidad que el irrefutable y noble quehacer
con que el Festival Internacional de Poesía de Medellín ha de seguir representando
y dar así continuidad a todos los sueños pendientes de ser soñados. Defender, salvar
el Festival el Festival de Medellín, se constituye hoy en una obligación moral y
ética para con la cultura democrática y la perdurable memoria de la belleza como
resistencia a todas las formas del males que inquietan y abruman a la sociedad humana.
Larga vida al más libre de los espacios de las ideas y la creatividad del ser contemporáneo.
JUAN CARLOS MESTRE
| Poeta, España
LUCAS FIER (Brasil, 1989). Surrealista
contemporáneo, su obra está impregnada de temas como el erotismo, lo sagrado y
la herejía, desafiando los límites entre lo sagrado y lo profano, la realidad y
el sueño, la objetividad y la subjetividad. Explorando elementos simbólicos con
gran detalle y una técnica orientada al realismo, fusiona estados oníricos,
psicodélicos y fantásticos para exaltar la materialidad de los cuerpos, la
opulencia de la vida y la fascinación por el misterio. Es doctor en Historia
por la UFPR, máster en Artes por la Facultad de Artes de Paraná (Unespar)
(2021) y licenciado en Dibujo por la Escuela de Música y Bellas Artes de Paraná
(Unespar) (2012). En sus obras utiliza óleo, grafito, bolígrafo, tinta china,
acuarela y acrílico. Artista invitado de esta edición de Agulha Revista de Cultura.
Agulha Revista de Cultura
CODINOME ABRAXAS # 08 – FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA DE MEDELLÍN (COLOMBIA)
Artista convidado: Lucas Fier (Brasil, 1989)
Editores:
Floriano Martins | floriano.agulha@gmail.com
Elys Regina Zils | elysre@gmail.com
ARC Edições © 2025
∞ contatos
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FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com