El destino usual de toda revista
literaria independiente en México es fenecer a los pocos meses, o si bien le va,
editarse unos cuantos años. Normalmente estas publicaciones emergen con un ímpetu
juvenil, manteniéndose con entusiasmo un breve periodo, animadas por la novedad
y la experimentación, antes de que los problemas económicos, la exclusión de la
publicidad institucional y empresarial, el agotamiento de colaboradores, la divergencia
de intereses y la falta de apoyo de los lectores, ahoguen su continuidad. Estas
revistas, además, deben combatir la lógica de mercado que intenta someterlas, demandando
publicaciones lustrosas y pirotécnicas, que aseguren estruendosas novedades hasta
su rápida disolución, para que puedan ser rápidamente suplidas por otro breve estallido.
Luna Zeta, después del entusiasmo de las primeras impresiones, volcó sus
esfuerzos hacia una laboriosa consolidación del grupo editorial, evitando naufragar
en estos 10 años de travesía, sorteando toda serie de desastres económicos, indolencias
políticas y pesares existenciales.
Surgido en noviembre de 1998, el proyecto Luna Zeta fue precedido por el
suplemento El Exilio, creación de un grupo de amigos en 1994 (después difundido
en el semanario La Hora hasta el año 2000). El Exilio mantuvo una
postura contestataria y provocadora, al presentar mediante un diseño experimental
colaboraciones literarias y de crítica social de un grupo de estudiantes y artistas
noveles, quienes deseaban iniciar un camino propio al generar un medio de expresión
alternativo en el cual imprimir sus primeros trabajos artísticos.
El nombre de la revista, Luna Zeta, es un nombre formulado mediante
un método aleatorio, que puede evocar tanto la cosmovisión, el rito milenario, el
abecedario y los ciclos de su simbología (inclusive los arcanos de la cábala), y
la tradición, como los mitos urbanos con sus agudas realidades, la musicalidad de
las palabras y las sensuales mareas verbales. Al emerger Luna Zeta en 1998,
se concreta la posibilidad de construir una revista que incluya expresiones literarias
y periodísticas críticas, resaltando las expresiones gráficas y visuales que le
dan un amplio reconocimiento a la entidad, tanto por la relevancia creativa de algunos
artistas oaxaqueños como de otros creadores que residen temporalmente en la ciudad.
Por ello, la portada de cada número trasluce una intensa frase literaria, ante una
extendida imagen (pintura o fotografía), que destaca la propuesta de artistas vinculados
al proyecto o a esta entidad, y desecha la estrategia convencional de exhibir el
menú de colaboradores afamados en la cubierta.
Desde su irrupción en el medio oaxaqueño, la publicación generó polémica
y una amplia aceptación de colaboradores y artistas independientes. En esos años,
los artistas y autores toleraban una monótona oferta editorial en Oaxaca; ésta los
condicionaba a participar en exiguos espacios solamente por el linaje heredado,
por avivar simpatías personales, integrar un taller literario o por seguir intereses
gubernamentales. La difusión de los trabajos literarios estaba acaparada por pequeños
grupos, los cuales reproducían el esquema del poder oficial, al ser jerárquicos,
autocomplacientes y acríticos, ávidos de recibir canonjías. Esta situación, que
prevaleció en el medio cultural hace 10 años, fue poco a poco socavándose en Oaxaca,
hasta que hoy en día es menos ostensible por la favorable emergencia de múltiples
dinámicas culturales y artísticas, con el apoyo, la difusión y la revaloración de
la sociedad civil. Sin embargo, todavía no se erradican del medio algunas prácticas
viciadas que privilegian a quienes siempre han estado más cerca del poder con una
desmedida ambición económica y protagónica. De ahí, la ineludible responsabilidad
de artistas locales y medios independientes por mantenerse alerta, a fin de cuestionar
y exigir igualdad y transparencia en el ejercicio de los recursos destinados a la
cultura.
Actualmente este periplo editorial lo realizamos principalmente Abraham Nahón,
como coordinador editorial y Judith Romero, Jorge Pech y Juan Carlos Rosas en el
Consejo Editorial. Con este equipo de trabajo, vinculado a las artes, a la literatura
y al periodismo, se ha fortalecido la propuesta editorial según las habilidades,
preferencias estéticas y quehacer creativo de cada uno de los integrantes. El trabajo
de Efraín Velasco, Dunia Calderón, Gerardo Escalante y Alfonso Gazga, al inicio
enriqueció el proyecto editorial de manera directa, al poder colaborar en el consejo
editorial, pero sus diversas actividades personales tanto laborales como creativas
han limitado desde hace un año su participación.
La revista se ha nutrido de tres grandes afluentes: la literatura, las artes
visuales y la crítica social. Presentadas generalmente en cinco secciones que concentran
los géneros tratados: Lunario (poesía y narrativa), Novilunio (ensayo),
Lúnula (entrevista y crónica), Estadilunio (literatura de otras entidades)
y Abezetario (Reseña). Además de la sección Oaxaca, que presenta textos
sobre el estado escritos por autores provenientes de otros países o de otras regiones
de México. Destacan, en dos dossiers por número, la gráfica, fotografía, pintura
y escultura de artistas locales y reconocidos a nivel nacional e internacional.
La publicación de una revista literaria en un territorio lleno de contradicciones
sociales y culturales, como el de Oaxaca, compromete a sus colaboradores a tratar
temas inusuales en este tipo de ediciones. Es imprescindible, por las circunstancias
sociales de la entidad, difundir fuertes críticas a las desigualdades sociales,
a los conflictos que han ido creciendo en el estado y a las agresiones contra el
patrimonio natural y cultural que cometen autoridades y grupos político-empresariales
en territorio oaxaqueño. Asimismo, se ha seguido la premisa de que solamente con
pluralidad de voces y posiciones es posible contribuir a una literatura viva, con
capacidad para generar inquietudes, interrogaciones, dudas e inclusive disensiones
creativas sobre la época en que nos toca existir. De acuerdo con esta visión, se
han tratado de eliminar posiciones localistas o chauvinistas, al confrontar la producción
literaria local con la de diversas partes de México y del mundo, principalmente
de Latinoamérica, España, Francia, Canadá y Estados Unidos.
El conjunto de logros de Luna Zeta es significativo pero induce también
a reconsiderar continuamente la pertinencia de los intereses de la publicación,
sus alcances y los nuevos derroteros. Por eso, a partir del número 28, editado en
diciembre de 2008 (con el tema “Viajes y Viajeros”), cambiamos el formato de la
revista y reestructuramos su diseño. Este número especial integra a algunos de los
colaboradores más cercanos a la publicación que han participado en estos diez años;
la gran mayoría presenta material ad hoc al tema sugerido, como una muestra
de solidaridad para celebrar esta aparición y permanencia.
Planes habrá. Esperemos que el tiempo, los recursos y los esfuerzos se conjunten
para proseguir nuestra labor cultural y editorial. Los agradecimientos serían vastos
e insuficientes para todos aquellos que han contribuido con este proyecto. Es imprescindible
subrayar el apoyo de los colaboradores, principales artífices de la calidad lograda
en cada número, y de las instituciones culturales y empresarios que han reconocido
nuestra labor y apoyado este proyecto, así como de la extensa red de lugares que
permiten que se difunda la publicación a nivel local y nacional. Y desde luego,
agradecer la generosidad de los lectores y amigos que siempre han estado cerca.
10 BREVES REFLEXIONES SOBRE LA EDICIÓN DE LA LUNA
ZETA (10 AÑOS DE SU PUBLICACIÓN DESDE OAXACA, MÉXICO)
1. A quien sufra de hastío o afirme que en la vida ya no hay aventuras, le
recomiendo que haga una revista cultural independiente. Podrá tener una travesía
colmada de emociones, desafíos, tropezones y desengaños como antídotos altamente
efectivos contra el aburrimiento. Fácilmente, el oficio editorial puede transformarse
en un cuento de ficción o novela negra, donde uno se cree y hasta se sueña como
perseguidor (de poetas, ensayistas, pintores, fotógrafos, anunciantes, diseñadores,
impresores, etc), aunque sin darnos cuenta, como ya bien lo sentenció el gran cronopio,
en realidad es uno el perseguido.
2. Como lunas ETA o luna Zetas, se esperaría que escondiéramos un gran arsenal,
tuviéramos una clandestinidad financiada o al menos que provoquemos terror en una
sociedad atrofiada por la corrupción de jueces y guardianes. O como luna seta (con
s), con fortuna, podríamos propiciar viajes alucinantes y visionarios, emparentados
con aquella fuerza generadora que la oaxaqueña, sabia y poeta, María Sabina, encontraba
en la palabra y en otras sustancias esenciales. Pero somos Luna Zeta, y nuestro
nombre es más fruto del azar, referido a la cosmovisión, la fertilidad, las mareas
verbales, y el viaje por el abecedario.
En realidad, a estas alturas, el nombre importa poco, y con el paso del tiempo,
se vuelve transitorio y lo que toma relevancia, como en una persona que conocemos
hace años, es más bien su congruencia, sus cuestionamientos y su creatividad revelada.
3. El dilema de generar nuevos espacios o seguir la inercia existente se
ha dado desde hace tiempo. Cuando surge entre los jóvenes una iniciativa cultural,
sólo hay 2 opciones, o se adhieren a un proyecto, un taller o a una publicación
ya elaborada y encarrilada, o todo se inicia desde cero y se busca un camino propio.
Nosotros elegimos esta última opción, y ya no hay posibilidad de arrepentimiento.
Hemos aprendido que una decisión así se acepta, se goza y se sufre, pero el dilema
sigue ahí, insistiendo.
4. Al realizar una publicación fuera de instituciones, academias y fundaciones
privadas, se vive no sólo un desamparo económico sino una marginación estructural.
No estar con nadie es el papel ideal del crítico, pero es la posición más incómoda
para seguir sobreviviendo. Incluso, para difundir un pensamiento de izquierda debes
someterte a un partido político, a una doctrina, a grupos intelectuales o a un poderoso
magnate de oposición. Si no, el poder siempre buscará someterte o hacerte invisible.
Y efectivamente, hay números críticos que no caben en ningún revistero.
5. Un problema central en México es la censura, pero es más grave la autocensura.
Muchas revistas culturales independientes no ejercen su independencia y su libertad,
y le huyen a temas de crítica social. Parece que la cultura se observa bajo la mirada
reduccionista de la derecha radical. Pero es mucho más amplio el concepto de cultura,
y es sumamente importante integrar lo que pasa en la calle, en los suburbios, en
las comunidades y en la vida cotidiana, además de cuestionar el desempeño de autoridades
y atestiguar los procesos culturales y movimientos sociales. El conflicto social
de 2006 que paralizó totalmente a la ciudad de Oaxaca nos dio una clara lección.
Los artistas e intelectuales deben ejercer una crítica constante y honesta para
mejorar las formas de convivencia y tratar de evitar que los poderes fácticos como
el ejército, el Estado, los medios masivos de comunicación o la iglesia, retomen
el control total de la conciencia, propagando las rémoras del poder: autoritarismo,
verticalidad, autocomplacencia, ignorancia, corrupción.
6. Si alguien busca enriquecerse o
vivir suntuosamente de la cultura, que no cometa el error de hacer una revista literaria
en el sur del país. Estas actividades escapan totalmente a la doctrina capitalista,
al no generar recursos para el colectivo que las realiza, pues son más bien, pretextos
para un autoaprendizaje y una forma de ejercitar la creación literaria, la crítica
y la edición, y de paso, hacerse de algunos muy buenos amigos. Pero el dinero y
el éxito jamás figurarán en estas temporales páginas. Incluso, hay quien relega
y no aprecia una publicación de este tipo considerándola un acto inútil, para soñadores
e ilusos. Ante este rígido señalamiento habría que contestar como lo hizo Borges
cuando le cuestionaron la inutilidad de la poesía, preguntándole ¿y para qué sirve
la poesía? Magistralmente contestó: Y para qué sirven los amaneceres?
7. Tenemos una larga tradición de importantes revistas y suplementos culturales
en nuestro país: El Hijo Pródigo, Letras de México, Contemporáneos, Plural,
Revista Mexicana de Cultura, la Cultura en México, etc. Lo curioso es
que al evocarlas, nos referimos principalmente al centro del país o a una gran ciudad
y poco se sabe de la cultura de las periferias. La asimetría en el modelo de desarrollo
es evidente, el centro del país concentra más del 70% de becas y apoyos culturales
develando el carácter centrípeto de la cultura mexicana. Padecemos de un provincianismo
del centro. El peso colonial resalta en nuestra historia común. Incluso, desde el
imperio Azteca, el centro teológico del país dominaba desde el altiplano. Seguimos
en ese modelo, y, desgraciadamente, para los que siguen esta visión centralista
y colonial, los “creadores” y la “creación” sólo brotan ahí.
8. Se hacen profundas amistades en
estos entrecruzamientos creativos. Pero también uno trata con egos insoportables,
e intelectuales presuntuosos y arrogantes. Definitivamente, hay escritores y artistas
que sólo son tolerables en la página impresa.
9. Una revista también concentra visiones, imágenes y escritos de historias
personales, de vidas que animan esta publicación, de momentos cruciales, de lenguajes
de dolor, de rabia, de esperanza. Una revista está colmada de historias, siendo
el sitio ideal donde conviven la individualidad y la colectividad, la realidad y
la imaginación.
10. Para los amantes de la estadística, podemos mencionarles que en Luna
Zeta se han incluido más de 300 colaboradores y artistas a los largo de estos 10
años, lo cual agradecemos enormemente, pues ellos son los principales artífices
de nuestra publicación. Nuestro primer número, en 1998, evocaba a André Breton con
su frase: “No será el miedo a la locura lo que nos obligue a bajar la bandera de
la imaginación”. De ahí se han desplegado múltiples frases e imágenes que esperamos
provoquen algo en el lector. En 2008, el pensamiento poético de Bashô inaugura una
nueva etapa en nuestro número de Viajes y viajeros: “No busques el camino de los
antiguos: busca lo que ellos buscaron”. Esperemos que la apuesta y el riesgo valgan
la pena. Y que sea el lector quien siempre ponga el punto final a todas estas palabras.
*****
Organização a
cargo de Floriano Martins © 2017 ARC Edições
Artista convidado
| Pierre Fudaryli (México, 1984)
Imagens © Acervo
Resto do Mundo
Esta edição
integra o projeto de séries especiais da Agulha Revista de Cultura, assim
estruturado:
1 PRIMEIRA ANTOLOGIA
ARC FASE I (1999-2009)
2 VIAGENS DO
SURREALISMO, I
3 O RIO DA MEMÓRIA,
I
4 VANGUARDAS
NO SÉCULO XX
5 VOZES POÉTICAS
6 PROJETO EDITORIAL
BANDA HISPÂNICA
7 VIAGENS DO
SURREALISMO, II
8 O RIO DA MEMÓRIA,
II
9 SEGUNDA ANTOLOGIA
ARC FASE I (1999-2009)
A Agulha Revista
de Cultura teve em sua primeira fase a coordenação editorial de Floriano Martins
e Claudio Willer, tendo sido hospedada no portal Jornal de Poesia. No biênio 2010-2011 restringiu seu ambiente ao mundo
de língua espanhola, sob o título de Agulha
Hispânica, sob a coordenação editorial apenas de Floriano Martins. Desde 2012
retoma seu projeto original, desta vez sob a coordenação editorial de Floriano Martins
e Márcio Simões.
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