AP | Claudio, eres poseedor de un amplísimo
recorrido por la palabra, has forjado tu propio universo, en vos y en tu poesía
la oralidad se funde en una especie de alquimia, de ceremonial… Te imagino en tu
mesa, debajo de un árbol, meditando algún tema… Sin embargo, has subrayado, que
algunas veces sentís que lo que escribís es filosofía… ¿Filosofía poetizada?
CW | ¡Vivan los buenos lectores! Sí,
me he manifestado mucho a favor de la filosofía en el campo de la crítica, de los
estudios literarios. Considero que abordajes filosóficos deberían preceder aquellas
orientadas por las teorías propiamente literarias, tomadas como paradigma. Especialmente,
en las lectura de la poesía. Yo debería haber estudiado filosofía de modo más sistemático.
O quizá me hubiera resultado aburrido,
o causara alguna molestia…
Tal vez el currículo no coincidiese con mis intereses. Es como, si yo me hubiera
graduado en Letras –y no en Psicología y Sociología– puede ser que polemizara con
medio mundo durante el curso. Sobre el sentido de lo que escribo, mis evaluaciones
oscilan. Más que meditar sobre un tema, dejo las palabras, las “frases sibilinas”,
como dijo Breton, “que vengan a mí, que fluyan”. Para los paradigmas, me acuerdo
de la propuesta osada de Harold Bloom, de que estudios de cábala luriánica y gnosis
valentiniana deberían preceder aquel de las teorías propiamente literarias. De hecho,
estudiar más el Corpus Hermeticum y “escrituras”
gnósticas –escribí una tesis y publiqué un libro al respecto, Un obscuro encanto: gnosis, gnosticismo y la
poesía moderna– mejoró la calidad de mi lectura, como crítico. Historia de las
religiones y antropología también ayudan bastante. Chamanismo y su relación con
la poesía, sistematicé algo para un curso reciente: me llevó a un estado de alucinación
de ver chamanismo en todo lo que leía de nuestro gran poeta Jorge de Lima –seguidamente–,
me convencí de que era eso mismo, de que Jorge de Lima fue un poeta-chamán. Y un
erudito, holístico, con aquella ambición desmesurada de saber todo y abarcar todo.
AP | Tu temática es vasta, transitás
por el amor libre, el erotismo, la ciudad, viajes internos y externos, lo misterioso
de la existencia, el devenir angustiante, las incestuosas olas del mar…Es un ábaco
multiforme, sin embargo, es una escritura contundente, que no tiene apelaciones…
Un lector avisado puede abrir un libro tuyo al azar y al encontrarse con tus poemas
dice ¡zas! es Willer… ¿No deja de ser un incentivo…?
CW | Me gustó mucho el “ábaco multiforme”
–una imagen poética para caracterizar mis imágenes poéticas–. Caleidoscopio, también
puede ser. Lectores de mis poemas contribuyen enormemente para mi propia lectura
de ellos. Lo que escogen para sesiones de lectura en voz alta, para circular en
el medio digital, para grabaciones y eventuales filmaciones. Uno de los poemas de
Extrañas experiencias, “La llegada del tiempo”, sobre
el mes de abril, nunca le había puesto mucha atención –una lectora muy querida lo
puso a circular en las redes sociales, recientemente– lo leí y pensé “¡qué belleza!”
–sensación de ver el poema por primera vez. Soy distraído, creo– y ya escribí que
creación poética es distracción –o sea, no, el elogio de la distracción, quién lo
hizo fue Breton, yo escribí (¿parafraseando?) que “el poema es despreocupación”.
Al final de esta entrevista, reproduzco el poema.
AP | Tu escritura tiene muchos elementos
que podemos destacar, sin embargo, creo que ella no sería la misma si no estuviese
liada a la forma… Considero que es una herramienta imprescindible en tu poesía,
cuando nos adentramos en ella nos encontramos con largas tiradas verbales, nada
complacientes, vertiginosas, a veces me recuerdan estrellas de mar, bulbos de plata,
extrañas figuras geométricas, etc… ¿Son tus sueños?
CW | Es excelente que tú puedas ver
la forma, saber escuchar mi prosodia y sus correlatos visuales. He insistido, incluso
en talleres literarios, que para leer poesía es necesario saber escuchar el poema.
Mis poemas son, claro, oníricos, siguen lo que sería una lógica de los sueños. Pero
transcripción de sueño, solo publiqué una vez. Consciente de lo que dice Alexandrian,
en Le surréalisme et les rêves, un libro
espléndido, en el cual el relato del sueño es un segundo sueño. Diría que la memoria
es más fuerte, como impulso del poema. Los recuerdos. Tengo ese sesgo memorista
hace tiempo, ya está presente en los poemas de los años de 1970, como “A princípio”,
también publicado en Poemas para leer en voz
alta. Pero el poema no es un relato de lo que se recuerda, sin embargo, puede
ser traducción o correlato verbal de emociones, impresiones e impactos provocados
por el recuerdo.
AP | El maravilloso poeta surrealista
Roberto Piva, apuntó en el prólogo de Anotaciones para un apocalipsis, que tu poesía
era “Transitoria sagrada” y agrega: “como en una fecundación obscena, encantadoramente
larval y nocturna”. ¿Qué incidencia pueden tener estas palabras de Piva en tu poética?
CW | Piva fue un extraordinario lector
de poesía. La evaluación de él tiene un valor especial. Inmediatamente entendió
lo que yo hacía. Se refiere, en ese prefacio, a nuestras conversaciones, nuestros
diálogos. Observe que la antinomia transitoria-sagrada está emparentada con los
pares de opuestos con lo que Breton define la belleza convulsiva, en L’amour fou, y las series de antinomias de
Octavio Paz, para definir poesía como la “Otra voz” –que Piva aún no había leído,
hasta entonces–.
Al
encontrarnos con tus imágenes y metáforas percibimos el tono combativo, impugnador.
No es la palabra como un dardo venenoso, es un conjuro mágico que permite que el
lector ingrese a conductos “prohibidos”, donde el peligro ronda y lo maravilloso
está latente… El poeta se transmuta en médium...
Sí.
“Conjuro mágico”: tú reproduces lo que Octavio Paz dice sobre la creencia en el
valor mágico de la palabra y las afinidades entre el poeta y el mago en El arco y la lira. Como me gustó leer ese
libro –por primera vez, más o menos en 1965–.
AP | Retornemos a la presencia luminosa
de Roberto Piva, ¿cómo fue tu relación con él?
CW | Piva fue un innovador de la poesía
brasileña, un gran representante de la rebelión poética, una extraordinaria fuente
de informaciones. Sigo muy agradecido con él, entre otros motivos, por la enorme
cantidad de recomendaciones de lectura. Compartía informaciones, estimulaba lecturas.
En 1963, me leía por teléfono fragmentos de ¡Liberté o l’amour! de Robert Desnos, por ejemplo. ¿Quién, en Brasil,
sabía de ¡Liberté o l’amour! de Robert
Desnos, en aquél entonces? Poco después, me alertó sobre Octavio Paz –después de
El arco y la lira–, fui leyendo lo demás,
compraba los libros de él que encontraba en las librerías o los que recién salían.
Eros y civilización de Marcuse, –otra
recomendación de él– lo leí
en la edición de la Gallimard, antes de que circulara más ampliamente por aquí. Una torre de ejemplares de las ediciones beat, de la City Lights y New Directions que él trajo a casa, en 1961… Y eso siguió, a lo largo de las décadas. A finales de los años de 1990: “Willer, tú tienes que leer Historia de la filosofía oculta de Alexandrian, es ¡fundamental!” (el entusiasmo de Piva, lo que él recomendaba o afirmaba siempre puede ser acompañado por el signo de exclamación). Al situar el gnosticismo como capítulo inicial de la historia del ocultismo, História da filosofía oculta fue decisivo para configurar mi tesis y posterior libro, Um obscuro encanto: gnose, gnosticismo y la poesia moderna. Ya en las décadas de 2000: “Willer, lea La literatura y los dioses, de ¡Roberto Calasso!” El capítulo sobre Lautréamont, “Elucubraciones de un serial killer”! En mi Um obscuro encanto, lo que escribí sobre Mallarmé es fundamentado en el respectivo capítulo de Calasso sobre el “poeta obscuro”; en charlas recientes sobre Lautréamont, también he utilizado el respectivo capítulo, “Elucubraciones de un serial killer”, de Calasso. Generoso: cuando me invitaron para traducir Lautréamont, en 1970, me dejó una edición de “Scritti scelti” con traducciones para el italiano de algunas estrofas y artículos importantes, como los de Rémy de Gourmont y Léon Bloy –los resguardo hasta hoy–. Eso, el aspecto bibliográfico de nuestra amistad, permeaba toda suerte de episodios, incluso extravagancias –algunas mencionadas en el libro Os dentes da memória– en compañía de otros amigos.
en la edición de la Gallimard, antes de que circulara más ampliamente por aquí. Una torre de ejemplares de las ediciones beat, de la City Lights y New Directions que él trajo a casa, en 1961… Y eso siguió, a lo largo de las décadas. A finales de los años de 1990: “Willer, tú tienes que leer Historia de la filosofía oculta de Alexandrian, es ¡fundamental!” (el entusiasmo de Piva, lo que él recomendaba o afirmaba siempre puede ser acompañado por el signo de exclamación). Al situar el gnosticismo como capítulo inicial de la historia del ocultismo, História da filosofía oculta fue decisivo para configurar mi tesis y posterior libro, Um obscuro encanto: gnose, gnosticismo y la poesia moderna. Ya en las décadas de 2000: “Willer, lea La literatura y los dioses, de ¡Roberto Calasso!” El capítulo sobre Lautréamont, “Elucubraciones de un serial killer”! En mi Um obscuro encanto, lo que escribí sobre Mallarmé es fundamentado en el respectivo capítulo de Calasso sobre el “poeta obscuro”; en charlas recientes sobre Lautréamont, también he utilizado el respectivo capítulo, “Elucubraciones de un serial killer”, de Calasso. Generoso: cuando me invitaron para traducir Lautréamont, en 1970, me dejó una edición de “Scritti scelti” con traducciones para el italiano de algunas estrofas y artículos importantes, como los de Rémy de Gourmont y Léon Bloy –los resguardo hasta hoy–. Eso, el aspecto bibliográfico de nuestra amistad, permeaba toda suerte de episodios, incluso extravagancias –algunas mencionadas en el libro Os dentes da memória– en compañía de otros amigos.
AP | En esa complicidad que mantuvieron
por tantos años, se me ocurre que en toda esa interacción tuvieron que hacer poesía
automática, colectiva, gestual, recordás algún poema o verso de esas complicidades
con la palabra.
CW | Ciertamente. Lo que mejor sucedió
fue, –pienso–, “As palavras da tribo”, escrito por Piva, Juan Hernandes y por mí,
del cual me apropié y que publiqué en Jardins
da provocação –consignando, obviamente, la autoría colectiva–.
AP | Quiero destacar tu trabajo como
traductor: tengo en mis manos Os cantos de Maldoror del Conde de Lautréamont con
sus poemas y las cartas, naturalmente, traducido por vos… Es un volumen exquisito,
y la segunda edición está muy bien cuidada. Maldoror ya no es solo un libro de culto
para poetas, escritores, esoteristas, alquimistas, etc, ahora es una obra capital
que contiene elementos algunas veces indescifrables y punzantes para las diversas
culturas… Para nosotros, contiene una razón de más para estudiarlo, es que Isidore
Ducasse era uruguayo y es el “Sol negro” que alumbra el surrealismo en el continente…y
en otros ámbitos. ¿Tu percepción de Maldoror?
CW | Llevo con frecuencia Os Cantos de Maldoror e Poesias para mis talleres literarios, además
de dar charlas sobre él y de publicar “Ensayos y artículos”, agreguemos un capítulo
sobre su relación con Dios en Um obscuro encanto.
Lautréamont es al mismo tiempo siniestro, terrible, y jocoso, un maestro del humor
negro por la exageración. Es pedagógico, por dos aspectos. Uno, de cómo crear textos
brillantes transgrediendo todas las reglas del buen escribir; incidiendo, por medio
de la parodia, en todas las muletillas, lugares comunes, de propósito, y así viola
todas las reglas relativas a la concisión o economía. Otro, por el “pillaje” de
otros autores: muestra que la creación literaria es lectura del otro. “El plagio
es necesario”, “La poesía debe ser hecha por todos” etc. Además del prólogo de
mi traducción, publiqué sobre la relación de él con Baudelaire (ninguna novedad especial, otros también lo hicieron).
AP | Otras traducciones importantes
que has realizado (entre muchas otras) son los escritos de Antonín Artaud y el Kaddish
de Allen Ginsberg. Dos de los artistas rebeldes, insumisos, incomparables, outsiders.
Es posible que en algunos de tus poemas se hallen intertextualidades con estos creadores…
¿Tu opinión?
CW | Ciertamente. Ya parafraseé un poema
de Ginsberg sin darme cuenta, en el final de “É assim que debe ser feito”, mi poema
sobre los cuerpos. En relación a esas traducciones, que tuvieron óptima aceptación,
soy un afortunado, tuve mucha suerte. Algunos amigos las destacaron, me recomendaron
a editores para que me invitaran y publicaran mis versiones, respectivamente, de
Lautréamont y Artaud. Sincronía con mis preferencias.
AP | Vos me dijiste una vez: me interesa
lo indígena, los indios, el chamanismo y la poesía… ¿Podés revelar tus pesquisas
en relación a este tema y de qué tratan “Tus charlas sobre chamanismo”?
CW | Durante el régimen militar y de
un modo reciente, hasta nuestros días, reaccionarios se manifiestan en favor de
la “integración” del indio, o sea, de su extinción como cultura; del fin de la diversidad.
Ya compartí la advertencia de Octavio Paz, de que destruir culturas arcaicas no
es solo la destrucción del pasado, significa la destrucción del futuro. También
Lévi-Strauss emitió una alerta semejante: al desvanecerse esas culturas, nosotros
iremos junto a ellas, también nos destruiremos. Ya presencié muchos episodios chamánicos,
paranormales o sobrenaturales, en el contexto de otros cultos. Mi contacto más directo
con indios brasileños fue en el Parque Nacional del Xingu, me quedé por allá unos
diez días, en 1967. Hubiese deseado quedarme más tiempo, y debería haber investigado
más. Conversé con un chamán del calibre del Camaiurá Tacumã y no le pregunté sobre
iniciación y el despertar de la vocación. En los cursos y charlas más recientes,
mi enfoque es doble. En el chamanismo como origen de la poesía y relación íntima
con el mundo mítico; y como relación también íntima con Gaia, con el ambiente en
su integridad. Dar cursos y charlas es un modo de aprender; posibilitan más reflexión,
una percepción más aguda del tema.
AP | Y no solo lo anterior, sobre las
pesquisas, creo que tenés suficiente información para armar el tinglado de un volumen
con tus investigaciones e indagaciones… ¿Caminás en esa dirección?
CW | ¿Sobre chamanismo? Tal vez. Más
que información, tendría algunas preguntas –por ejemplo–, sobre el mismo chamanismo,
o chamanismos asemejados, sin embargo, ocurriendo en el contexto de cosmogonías
y teogonías distintas, entre otros puntos. Tengo material o tema para algo más extenso
sobre Jorge de Lima –por más que ya haya sido bien estudiado– como poeta chamánico.
Me gustaría publicar un libro sobre surrealismo, agregando algo de lo publicado
en artículos o de lo que ya mencioné en cursos y charlas. Pero solo en caso de ser
subvencionado. Basta de trabajar “de gratis”. Es necesario que el trabajo intelectual
sea más valorado por aquí, por estos rumbos. No se puede aceptar que pongan como
pretexto la crisis económica brasileña, desposeer de esta forma la cultura, la producción
del conocimiento. Y algunos cenáculos universitarios podrían adoptarme o darme más
apoyo.
AP | Y los “desterrados” no solo son
informaciones cotidianas en los medios escritos y electrónicos que llegan vía Internet,
satélite, de los “desplazados y migrantes” en el Medio Oriente, en África, etc…
Nuestros “desterrados” están en las periferias de nuestro continente, en las orillas
del Putumayo colombiano, del Usumacinta fronterizo Guatemala /México, también en
la Cuenca Amazónica… Es catastrófico lo que sucede en esas inmensidades forestales
donde los auténticos originarios son desplazados y prácticamente borrados de sus
territorios por sicarios, asesinos a sueldo y empresarios brutales y capitalistas…
¿Tu mirada?
CW | Pero es estimulante que surjan
más críticas, movimientos de resistencia, movilizaciones en los grandes centros.
Hoy, es blanco de críticas lo que hace algunas décadas era dado como natural, el
exterminio o integración forzada de indios. No obstante, el interés –no solamente
el interés, pero también la solidaridad, el apoyo– de culturas tradicionales necesita
crecer. En el caso brasileño, vivimos una contienda, un momento de grave tensión
entre fuerzas obscurantistas, muy poderosas, con representación parlamentaria, y
avances reales en las defensa de nuestros indígenas.
AP | Claudio, de un modo íntimo encuentro
en tus prosas poéticas una gran pigmentación surreal, con belleza, juego, y magia
cotidiana… Me remito a tu libro Días circulares: “La ciudad y su esqueleto múltiple
e inevitable, sus animales incendiados y torbellinos de hambres sin fin. Dentro
de ella, el gran estómago absorbiendo todas las contemplaciones. Vitrales pulverizados
envuelven a los grandes predios, la magia se coloca al alcance de todos bajo forma
de un pasamanos que apunta la muerte de la Perspectiva…”
¡Hallazgo
del lenguaje total!
CW | Repito: ¡vivan los buenos lectores!
Me gustaría que tú escribieras sobre mi poesía.
***
CLAUDIO
WILLER (Brasil, 1940). Poeta, ensaísta e tradutor. Esta
entrevista realizada por Alfonso Peña integra um volume de diálogos com poetas
e artistas surrealistas, preparado pelo editor costarriquenho, um de nossos
mais antigos e presentes colaboradores. Texto traduzido ao espanhol por Eva
Schnell. Página ilustrada com obras de Felícia Leirner (Brasil), artista convidada
desta edição.
***
***
● ÍNDICE # 100
EDITORIAL | 100
números e a dinâmica imóvel do cotidiano
http://arcagulharevistadecultura.blogspot.com.br/2017/08/agulha-revista-de-cultura-100-julho-de.html
AGACÍ DIMITRUCA |
Tiempos griego-españoles
ALFONSO PEÑA | Conversa con Claudio Willer
ANDREA
OBERHUBER | O livro surrealista como espaço transfronteiriço: Lise Deharme e
Gisèle Prassinos
ANTONIO CABALLERO | Harold Alvarado Tenorio y un libro a cuchilladas
DANIEL
VERGINELLI GALANTIN | Eliane Robert Moraes: perversos, amantes e outros
trágicos
ELVA PENICHE MONTFORT | Fotografía y surrealismo: fetiches de Kati Horna
ESTELLE IRIZARRY | Eugene Granell: correspondencias entre creación
pictórica y literaria
ESTER
FRIDMAN | A linguagem simbólica
no Zaratustra de Nietzsche
FLORIANO
MARTINS | Enquete sobre Erotismo e Sexualidade – Parte 1
FLORIANO
MARTINS | Enquete sobre Erotismo e Sexualidade – Parte 2
FLORIANO
MARTINS | Enquete sobre Erotismo e Sexualidade – Parte 3
HAROLD ALVARADO TENORIO | 100 años de poesía en Colombia
ISABEL BARRAGÁN DE TURNER | La isla mágica de Rogelio Sinán
JOSÉ ÁNGEL LEYVA | Víctor Gaviria: El poeta y el cine
LUIS FERNANDO CUARTAS | La ilusión siniestra de los cuerpos y los
engaños de la metamorfosis
MARIA LÚCIA
DAL FARRA | Herberto Helder, sigilosamente Herberto
NICOLAU
SAIÃO | Recordando uma comunicação de Mário Cesariny
RICARDO ECHÁVARRI | El poeta Arthur Cravan em México
SUSANA WALD | En el espejo retrovisor
ULISES VARSOVIA | Esencia y excedencia de la poesía contemporánea
ARTISTA
CONVIDADA | FELÍCIA LEIRNER | GISELDA LEIRNER | Felícia Leirner, minha mãe
Agulha Revista de Cultura
Número 100 | Julho de 2017
editor geral | FLORIANO MARTINS
| floriano.agulha@gmail.com
editor assistente | MÁRCIO SIMÕES
| mxsimoes@hotmail.com
logo & design | FLORIANO
MARTINS
revisão de textos & difusão
| FLORIANO MARTINS | MÁRCIO SIMÕES
equipe de tradução
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