quinta-feira, 3 de agosto de 2017

ALFONSO PEÑA | Conversa con Claudio Willer


AP | Claudio, eres poseedor de un amplísimo recorrido por la palabra, has forjado tu propio universo, en vos y en tu poesía la oralidad se funde en una especie de alquimia, de ceremonial… Te imagino en tu mesa, debajo de un árbol, meditando algún tema… Sin embargo, has subrayado, que algunas veces sentís que lo que escribís es filosofía… ¿Filosofía poetizada?

CW | ¡Vivan los buenos lectores! Sí, me he manifestado mucho a favor de la filosofía en el campo de la crítica, de los estudios literarios. Considero que abordajes filosóficos deberían preceder aquellas orientadas por las teorías propiamente literarias, tomadas como paradigma. Especialmente, en las lectura de la poesía. Yo debería haber estudiado filosofía de modo más sistemático. O quizá me hubiera resultado aburrido, o causara alguna molestia… Tal vez el currículo no coincidiese con mis intereses. Es como, si yo me hubiera graduado en Letras –y no en Psicología y Sociología– puede ser que polemizara con medio mundo durante el curso. Sobre el sentido de lo que escribo, mis evaluaciones oscilan. Más que meditar sobre un tema, dejo las palabras, las “frases sibilinas”, como dijo Breton, “que vengan a mí, que fluyan”. Para los paradigmas, me acuerdo de la propuesta osada de Harold Bloom, de que estudios de cábala luriánica y gnosis valentiniana deberían preceder aquel de las teorías propiamente literarias. De hecho, estudiar más el Corpus Hermeticum y “escrituras” gnósticas –escribí una tesis y publiqué un libro al respecto, Un obscuro encanto: gnosis, gnosticismo y la poesía moderna– mejoró la calidad de mi lectura, como crítico. Historia de las religiones y antropología también ayudan bastante. Chamanismo y su relación con la poesía, sistematicé algo para un curso reciente: me llevó a un estado de alucinación de ver chamanismo en todo lo que leía de nuestro gran poeta Jorge de Lima –seguidamente–, me convencí de que era eso mismo, de que Jorge de Lima fue un poeta-chamán. Y un erudito, holístico, con aquella ambición desmesurada de saber todo y abarcar todo.

AP | Tu temática es vasta, transitás por el amor libre, el erotismo, la ciudad, viajes internos y externos, lo misterioso de la existencia, el devenir angustiante, las incestuosas olas del mar…Es un ábaco multiforme, sin embargo, es una escritura contundente, que no tiene apelaciones… Un lector avisado puede abrir un libro tuyo al azar y al encontrarse con tus poemas dice ¡zas! es Willer… ¿No deja de ser un incentivo…?

CW | Me gustó mucho el “ábaco multiforme” –una imagen poética para caracterizar mis imágenes poéticas–. Caleidoscopio, también puede ser. Lectores de mis poemas contribuyen enormemente para mi propia lectura de ellos. Lo que escogen para sesiones de lectura en voz alta, para circular en el medio digital, para grabaciones y eventuales filmaciones. Uno de los poemas de Extrañas experiencias, “La llegada del tiempo”, sobre el mes de abril, nunca le había puesto mucha atención –una lectora muy querida lo puso a circular en las redes sociales, recientemente– lo leí y pensé “¡qué belleza!” –sensación de ver el poema por primera vez. Soy distraído, creo– y ya escribí que creación poética es distracción –o sea, no, el elogio de la distracción, quién lo hizo fue Breton, yo escribí (¿parafraseando?) que “el poema es despreocupación”. Al final de esta entrevista, reproduzco el poema.

AP | Tu escritura tiene muchos elementos que podemos destacar, sin embargo, creo que ella no sería la misma si no estuviese liada a la forma… Considero que es una herramienta imprescindible en tu poesía, cuando nos adentramos en ella nos encontramos con largas tiradas verbales, nada complacientes, vertiginosas, a veces me recuerdan estrellas de mar, bulbos de plata, extrañas figuras geométricas, etc… ¿Son tus sueños?

CW | Es excelente que tú puedas ver la forma, saber escuchar mi prosodia y sus correlatos visuales. He insistido, incluso en talleres literarios, que para leer poesía es necesario saber escuchar el poema. Mis poemas son, claro, oníricos, siguen lo que sería una lógica de los sueños. Pero transcripción de sueño, solo publiqué una vez. Consciente de lo que dice Alexandrian, en Le surréalisme et les rêves, un libro espléndido, en el cual el relato del sueño es un segundo sueño. Diría que la memoria es más fuerte, como impulso del poema. Los recuerdos. Tengo ese sesgo memorista hace tiempo, ya está presente en los poemas de los años de 1970, como “A princípio”, también publicado en Poemas para leer en voz alta. Pero el poema no es un relato de lo que se recuerda, sin embargo, puede ser traducción o correlato verbal de emociones, impresiones e impactos provocados por el recuerdo.

AP | El maravilloso poeta surrealista Roberto Piva, apuntó en el prólogo de Anotaciones para un apocalipsis, que tu poesía era “Transitoria sagrada” y agrega: “como en una fecundación obscena, encantadoramente larval y nocturna”. ¿Qué incidencia pueden tener estas palabras de Piva en tu poética?

CW | Piva fue un extraordinario lector de poesía. La evaluación de él tiene un valor especial. Inmediatamente entendió lo que yo hacía. Se refiere, en ese prefacio, a nuestras conversaciones, nuestros diálogos. Observe que la antinomia transitoria-sagrada está emparentada con los pares de opuestos con lo que Breton define la belleza convulsiva, en L’amour fou, y las series de antinomias de Octavio Paz, para definir poesía como la “Otra voz” –que Piva aún no había leído, hasta entonces–.
Al encontrarnos con tus imágenes y metáforas percibimos el tono combativo, impugnador. No es la palabra como un dardo venenoso, es un conjuro mágico que permite que el lector ingrese a conductos “prohibidos”, donde el peligro ronda y lo maravilloso está latente… El poeta se transmuta en médium...
Sí. “Conjuro mágico”: tú reproduces lo que Octavio Paz dice sobre la creencia en el valor mágico de la palabra y las afinidades entre el poeta y el mago en El arco y la lira. Como me gustó leer ese libro –por primera vez, más o menos en 1965–.

AP | Retornemos a la presencia luminosa de Roberto Piva, ¿cómo fue tu relación con él?

CW | Piva fue un innovador de la poesía brasileña, un gran representante de la rebelión poética, una extraordinaria fuente de informaciones. Sigo muy agradecido con él, entre otros motivos, por la enorme cantidad de recomendaciones de lectura. Compartía informaciones, estimulaba lecturas. En 1963, me leía por teléfono fragmentos de ¡Liberté o l’amour! de Robert Desnos, por ejemplo. ¿Quién, en Brasil, sabía de ¡Liberté o l’amour! de Robert Desnos, en aquél entonces? Poco después, me alertó sobre Octavio Paz –después de El arco y la lira–, fui leyendo lo demás, compraba los libros de él que encontraba en las librerías o los que recién salían. Eros y civilización de Marcuse, –otra recomendación de él– lo leí
en la edición de la Gallimard, antes de que circulara más ampliamente por aquí. Una torre de ejemplares de las ediciones beat, de la City Lights y New Directions que él trajo a casa, en 1961… Y eso siguió, a lo largo de las décadas. A finales de los años de 1990: “Willer, tú tienes que leer Historia de la filosofía oculta de Alexandrian, es ¡fundamental!” (el entusiasmo de Piva, lo que él recomendaba o afirmaba siempre puede ser acompañado por el signo de exclamación). Al situar el gnosticismo como capítulo inicial de la historia del ocultismo, História da filosofía oculta fue decisivo para configurar mi tesis y posterior libro, Um obscuro encanto: gnose, gnosticismo y la poesia moderna. Ya en las décadas de 2000: “Willer, lea La literatura y los dioses, de ¡Roberto Calasso!” El capítulo sobre Lautréamont, “Elucubraciones de un serial killer”! En mi Um obscuro encanto, lo que escribí sobre Mallarmé es fundamentado en el respectivo capítulo de Calasso sobre el “poeta obscuro”; en charlas recientes sobre Lautréamont, también he utilizado el respectivo capítulo, “Elucubraciones de un serial killer”, de Calasso. Generoso: cuando me invitaron para traducir Lautréamont, en 1970, me dejó una edición de “Scritti scelti” con traducciones para el italiano de algunas estrofas y artículos importantes, como los de Rémy de Gourmont y Léon Bloy –los resguardo hasta hoy–. Eso, el aspecto bibliográfico de nuestra amistad, permeaba toda suerte de episodios, incluso extravagancias –algunas mencionadas en el libro Os dentes da memória– en compañía de otros amigos.

AP | En esa complicidad que mantuvieron por tantos años, se me ocurre que en toda esa interacción tuvieron que hacer poesía automática, colectiva, gestual, recordás algún poema o verso de esas complicidades con la palabra.

CW | Ciertamente. Lo que mejor sucedió fue, –pienso–, “As palavras da tribo”, escrito por Piva, Juan Hernandes y por mí, del cual me apropié y que publiqué en Jardins da provocação –consignando, obviamente, la autoría colectiva–.

AP | Quiero destacar tu trabajo como traductor: tengo en mis manos Os cantos de Maldoror del Conde de Lautréamont con sus poemas y las cartas, naturalmente, traducido por vos… Es un volumen exquisito, y la segunda edición está muy bien cuidada. Maldoror ya no es solo un libro de culto para poetas, escritores, esoteristas, alquimistas, etc, ahora es una obra capital que contiene elementos algunas veces indescifrables y punzantes para las diversas culturas… Para nosotros, contiene una razón de más para estudiarlo, es que Isidore Ducasse era uruguayo y es el “Sol negro” que alumbra el surrealismo en el continente…y en otros ámbitos. ¿Tu percepción de Maldoror?

CW | Llevo con frecuencia Os Cantos de Maldoror e Poesias para mis talleres literarios, además de dar charlas sobre él y de publicar “Ensayos y artículos”, agreguemos un capítulo sobre su relación con Dios en Um obscuro encanto. Lautréamont es al mismo tiempo siniestro, terrible, y jocoso, un maestro del humor negro por la exageración. Es pedagógico, por dos aspectos. Uno, de cómo crear textos brillantes transgrediendo todas las reglas del buen escribir; incidiendo, por medio de la parodia, en todas las muletillas, lugares comunes, de propósito, y así viola todas las reglas relativas a la concisión o economía. Otro, por el “pillaje” de otros autores: muestra que la creación literaria es lectura del otro. “El plagio es necesario”, “La poesía debe ser hecha por todos” etc. Además del prólogo de mi traducción, publiqué sobre la relación de él con Baudelaire (ninguna novedad especial, otros también lo hicieron).

AP | Otras traducciones importantes que has realizado (entre muchas otras) son los escritos de Antonín Artaud y el Kaddish de Allen Ginsberg. Dos de los artistas rebeldes, insumisos, incomparables, outsiders. Es posible que en algunos de tus poemas se hallen intertextualidades con estos creadores… ¿Tu opinión?

CW | Ciertamente. Ya parafraseé un poema de Ginsberg sin darme cuenta, en el final de “É assim que debe ser feito”, mi poema sobre los cuerpos. En relación a esas traducciones, que tuvieron óptima aceptación, soy un afortunado, tuve mucha suerte. Algunos amigos las destacaron, me recomendaron a editores para que me invitaran y publicaran mis versiones, respectivamente, de Lautréamont y Artaud. Sincronía con mis preferencias.

AP | Vos me dijiste una vez: me interesa lo indígena, los indios, el chamanismo y la poesía… ¿Podés revelar tus pesquisas en relación a este tema y de qué tratan “Tus charlas sobre chamanismo”?

CW | Durante el régimen militar y de un modo reciente, hasta nuestros días, reaccionarios se manifiestan en favor de la “integración” del indio, o sea, de su extinción como cultura; del fin de la diversidad. Ya compartí la advertencia de Octavio Paz, de que destruir culturas arcaicas no es solo la destrucción del pasado, significa la destrucción del futuro. También Lévi-Strauss emitió una alerta semejante: al desvanecerse esas culturas, nosotros iremos junto a ellas, también nos destruiremos. Ya presencié muchos episodios chamánicos, paranormales o sobrenaturales, en el contexto de otros cultos. Mi contacto más directo con indios brasileños fue en el Parque Nacional del Xingu, me quedé por allá unos diez días, en 1967. Hubiese deseado quedarme más tiempo, y debería haber investigado más. Conversé con un chamán del calibre del Camaiurá Tacumã y no le pregunté sobre iniciación y el despertar de la vocación. En los cursos y charlas más recientes, mi enfoque es doble. En el chamanismo como origen de la poesía y relación íntima con el mundo mítico; y como relación también íntima con Gaia, con el ambiente en su integridad. Dar cursos y charlas es un modo de aprender; posibilitan más reflexión, una percepción más aguda del tema.

AP | Y no solo lo anterior, sobre las pesquisas, creo que tenés suficiente información para armar el tinglado de un volumen con tus investigaciones e indagaciones… ¿Caminás en esa dirección?

CW | ¿Sobre chamanismo? Tal vez. Más que información, tendría algunas preguntas –por ejemplo–, sobre el mismo chamanismo, o chamanismos asemejados, sin embargo, ocurriendo en el contexto de cosmogonías y teogonías distintas, entre otros puntos. Tengo material o tema para algo más extenso sobre Jorge de Lima –por más que ya haya sido bien estudiado– como poeta chamánico. Me gustaría publicar un libro sobre surrealismo, agregando algo de lo publicado en artículos o de lo que ya mencioné en cursos y charlas. Pero solo en caso de ser subvencionado. Basta de trabajar “de gratis”. Es necesario que el trabajo intelectual sea más valorado por aquí, por estos rumbos. No se puede aceptar que pongan como pretexto la crisis económica brasileña, desposeer de esta forma la cultura, la producción del conocimiento. Y algunos cenáculos universitarios podrían adoptarme o darme más apoyo.

AP | Y los “desterrados” no solo son informaciones cotidianas en los medios escritos y electrónicos que llegan vía Internet, satélite, de los “desplazados y migrantes” en el Medio Oriente, en África, etc… Nuestros “desterrados” están en las periferias de nuestro continente, en las orillas del Putumayo colombiano, del Usumacinta fronterizo Guatemala /México, también en la Cuenca Amazónica… Es catastrófico lo que sucede en esas inmensidades forestales donde los auténticos originarios son desplazados y prácticamente borrados de sus territorios por sicarios, asesinos a sueldo y empresarios brutales y capitalistas… ¿Tu mirada?

CW | Pero es estimulante que surjan más críticas, movimientos de resistencia, movilizaciones en los grandes centros. Hoy, es blanco de críticas lo que hace algunas décadas era dado como natural, el exterminio o integración forzada de indios. No obstante, el interés –no solamente el interés, pero también la solidaridad, el apoyo– de culturas tradicionales necesita crecer. En el caso brasileño, vivimos una contienda, un momento de grave tensión entre fuerzas obscurantistas, muy poderosas, con representación parlamentaria, y avances reales en las defensa de nuestros indígenas.

AP | Claudio, de un modo íntimo encuentro en tus prosas poéticas una gran pigmentación surreal, con belleza, juego, y magia cotidiana… Me remito a tu libro Días circulares: “La ciudad y su esqueleto múltiple e inevitable, sus animales incendiados y torbellinos de hambres sin fin. Dentro de ella, el gran estómago absorbiendo todas las contemplaciones. Vitrales pulverizados envuelven a los grandes predios, la magia se coloca al alcance de todos bajo forma de un pasamanos que apunta la muerte de la Perspectiva…”
¡Hallazgo del lenguaje total!

CW | Repito: ¡vivan los buenos lectores! Me gustaría que tú escribieras sobre mi poesía.



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CLAUDIO WILLER (Brasil, 1940). Poeta, ensaísta e tradutor. Esta entrevista realizada por Alfonso Peña integra um volume de diálogos com poetas e artistas surrealistas, preparado pelo editor costarriquenho, um de nossos mais antigos e presentes colaboradores. Texto traduzido ao espanhol por Eva Schnell. Página ilustrada com obras de Felícia Leirner (Brasil), artista convidada desta edição.

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ÍNDICE # 100

EDITORIAL | 100 números e a dinâmica imóvel do cotidiano

AGACÍ DIMITRUCA | Tiempos griego-españoles

ALFONSO PEÑA | Conversa con Claudio Willer

ANDREA OBERHUBER | O livro surrealista como espaço transfronteiriço: Lise Deharme e Gisèle Prassinos

ANTONIO CABALLERO | Harold Alvarado Tenorio y un libro a cuchilladas

DANIEL VERGINELLI GALANTIN | Eliane Robert Moraes: perversos, amantes e outros trágicos

ELVA PENICHE MONTFORT | Fotografía y surrealismo: fetiches de Kati Horna

ESTELLE IRIZARRY | Eugene Granell: correspondencias entre creación pictórica y literaria

ESTER FRIDMAN | A linguagem simbólica no Zaratustra de Nietzsche

FLORIANO MARTINS | Enquete sobre Erotismo e Sexualidade – Parte 1

FLORIANO MARTINS | Enquete sobre Erotismo e Sexualidade – Parte 2

FLORIANO MARTINS | Enquete sobre Erotismo e Sexualidade – Parte 3

HAROLD ALVARADO TENORIO | 100 años de poesía en Colombia

ISABEL BARRAGÁN DE TURNER | La isla mágica de Rogelio Sinán

JOSÉ ÁNGEL LEYVA | Víctor Gaviria: El poeta y el cine

LUIS FERNANDO CUARTAS | La ilusión siniestra de los cuerpos y los engaños de la metamorfosis

MARIA LÚCIA DAL FARRA | Herberto Helder, sigilosamente Herberto

NICOLAU SAIÃO | Recordando uma comunicação de Mário Cesariny

RICARDO ECHÁVARRI | El poeta Arthur Cravan em México

SUSANA WALD | En el espejo retrovisor

ULISES VARSOVIA Esencia y excedencia de la poesía contemporánea

ARTISTA CONVIDADA | FELÍCIA LEIRNER | GISELDA LEIRNER | Felícia Leirner, minha mãe


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Agulha Revista de Cultura
Número 100 | Julho de 2017
editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com
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revisão de textos & difusão | FLORIANO MARTINS | MÁRCIO SIMÕES
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