sábado, 30 de novembro de 2019

Agulha Revista de Cultura # 147 | Dezembro de 2019


20 ANOS O MUNDO CONOSCO

Nosso editorial desta vez é um imenso salão de festas, em que reunimos todos os amigos nesses 20 anos em que regularmente produzimos a Agulha Revista de Cultura e suas atividades paralelas, destacadamente os catálogos do selo ARC Edições, da Sol Negro Edições e da coleção “O amor pelas palavras” (ARC Edições/Editora Cintra). Também mantemos acesas as nossas mais profundas relações com as revistas Blanco Móvil (México), Matérika (Costa Rica) e o TriploV (Portugual). Recordamos o apoio fundamental que nos deu na primeira década o Jornal de Poesia, através de seu criador, Soares Feitosa, assim como a cumplicidade editorial, neste mesmo período, com o poeta Claudio Willer. Motivo de júbilo indisfarçável a premiação, em 2007, da ABCA (Associação Brasileira de Críticos de Arte). As cumplicidades mais recentes com três outras destacadas revistas, Athena (Portugal), Diversos Afins e Acrobata (ambas no Brasil). Além da sempre boa acolhida da parte de publicações espalhadas pelo mundo que dão notícias de nosso trabalho.
Impossível referir o nome de tantos colaboradores ao longo de duas décadas, mas estão presentes em nossa memória e aqui os lembramos em nome daqueles que estão conosco na presente edição. Ao mesmo tempo complexo e prazeroso o trabalho editorial que realizamos em Agulha Revista de Cultura. Eventuais empecilhos sempre foram previsíveis, de modo que jamais nos consumiram a alma. Nos 147 números publicados até aqui montamos uma galeria com este exato número de artistas plásticos, o que por si só é um feito extraordinário. Criamos palco de reflexão sobre arte e cultura em inúmeros países do mundo, em especial aqueles que integram a América Latina.
Há 10 anos teimamos, Márcio Simões e eu, nesta segunda fase da revista, contra um cenário violentamente desestimulante, tema em que nos acompanham muito bem demais editores de revistas resistentes. Se seremos recordados ou não é preocupação que não nos cabe. Somente neste último ano, foram 240 matérias publicadas (ensaios, entrevistas, artigos), o que confirma a natureza incansável de nossa teimosia. Tampouco nos queixamos de reconhecimento internacional, sempre referida que é a revista em diversos países. Enfim, como frisamos, são 20 anos o mundo conosco.
Seguimos. Em duas semanas concluímos a pauta de 2019, quando então teremos um período de trabalho interno, organização de um índice geral que facilite a pesquisadores encontrar os assuntos de seu interesse. Também serão criados quatro volumes para inclusão na coleção “O amor pelas palavras”, de circulação pela Amazon. Com isto ampliaremos ainda mais o horizonte de nossos leitores. ARC Edições/Editora Cintra e Sol Negro Edições continuarão ampliando seus respectivos catálogos, e logo retornará a revista com periodicidade desta vez trimestral, por todo 2020.
Ao contrário da habitual presença de um artista convidado para cada edição, neste número de comemoração de nossos 20 anos estão conosco 10 artistas, ao lado de 18 depoimentos que dão conta da relevância de nosso trabalho. Um agradecimento especial à artista Amirah Gazel, por ter nos presenteado com o cartaz dos 20 anos. Bons vinhos, boa música, o coração em festa. Até aqui chegamos. Não há mais como parar. Abraxas

Os Editores


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• ÍNDICE

Parte 1 | MARIA ESTELA GUEDES, ZUCA SARDAN, VIVIANE DE SANTANA PAULO

Parte 2 | CARLOS BARBARITO, EDUARDO MOSCHES, NELSON DE PAULA

Parte 3 | OMAR CASTILLO

Parte 4 | ALFONSO PEÑA & AMIRAH GAZEL

Parte 5 | R. LEONTINO FILHO, JAN DOČEKAL, JOHN WELSON

Parte 6 | ANNA APOLINÁRIO, LEDA RITA CINTRA

Parte 7 | CLAUDIO WILLER, FLORIANO MARTINS

Parte 8 | FABRÍCIO BRANDÃO, JOSÉ ÁNGEL LEYVA

Parte 9 | FLORIANO MARTINS, MARIA ESTELA GUEDES

Parte 10 | FLORIANO MARTINS, MIGUEL ANTONIO GUEVARA



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Floriano Martins

Márcio Simões

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EDIÇÃO COMEMORATIVA | CENTENÁRIO DO SURREALISMO 1919-2019
Artistas convidados: Cruzeiro Seixas (Portugal, 1920), Enrique de Santiago (Chile, 1961), Fernando Casás (Galiza, 1946), Glaucia Maria Olinger (Brasil, 1944), Hélio Rola (Brasil, 1936), Jair Glass (Brasil, 1948), Juliana Hoffmann (Brasil, 1965), Leila Ferraz (Brasil, 1944), Susana Wald (Hungria, 1937) e Valdir Rocha (Brasil, 1951)


Agulha Revista de Cultura
20 ANOS O MUNDO CONOSCO
Número 147 | Dezembro de 2019
editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com
logo & design | FLORIANO MARTINS
revisão de textos & difusão | FLORIANO MARTINS | MÁRCIO SIMÕES
ARC Edições © 2019


20 ANOS O MUNDO CONOSCO – Parte 10


Na Agulha Hispânica # 9 (maio de 2011) insiro no corpo do editorial uma conversa que tive com o jornalista venezuelano Miguel Antonio Guevara acerca de meu trabalho editorial. Trata-se de diálogo relevante porque ali tratamos dos destinos da Agulha Revista de Cultura em sua nova fase, bem como da criação e desenvolvimento de dois outros projetos editoriais, a Banda Hispânica e a Banda Lusófona, surgidos ainda no decorrer de nossa parceria com o Jornal de Poesia. Reproduzo ainda nesta nossa edição comemorativa dos 20 anos da Agulha Revista de Cultura o último editorial da Agulha Hispânica (novembro de 2011). Os dois referidos textos se somam a uma série de depoimentos e arquivos que registram a importância do trabalho editorial da Agulha Revista de Cultura e seus desdobramentos na consolidação de parcerias em alguns países. Aqui estamos, 20 anos o mundo conosco. E seguiremos. Abraxas

MIGUEL ANTONIO GUEVARA | Breve diálogo con Floriano Martins

MAG | Con todo respeto, poeta. Usted es una de esas personas que con bastante esfuerzo y dedicación ha mostrado a gran parte de los ávidos investigadores y lectores de la poesía latinoamericana que el Brasil es mucho más que fútbol, samba y carnaval. Me refiero precisamente a ese esclarecimiento en torno al desconocimiento que existe entre nosotros mismos, habitantes de este gran territorio. ¿Cree usted que actualmente podemos hablar de un mayor reconocimiento de la palabra, y me refiero especialmente al acervo literario de habla portuguesa, que desde hace tanto lo tenemos al lado y por distintas brechas, entre ellas la del idioma, nos han impedido acceder a ella? Por otro lado, ¿cree usted que a través del Internet se ha llevado la voz poética brasileña a nuevos lugares, a nuevos lectores? Basta con colocar “poetas brasileños” en un buscador para recibir decenas de nombres.

FM | Yo no tengo participación, por ejemplo, en el conocimiento que los venezolanos tienen de literatura brasileña. Creo que el catálogo de la Biblioteca Ayacucho habla por si solo. Yo he publicado muestras de la poesía brasileña en España, México, República Dominicana, pero no en Venezuela. Una lástima que todavía no tenga sido posible la edición de la obra poética de Carlos Drummond de Andrade, preparada por mí para Ayacucho. Drummond fue poeta mucho leído en español hace décadas, pero actualmente ya no se encuentran sus libros en este idioma. Hay otros brasileños importantes, como Jorge de Lima,
Murilo Mendes, Raul Bopp, Augusto Meyer, Gerardo Mello Mourão, que aún no se conocen en tu país. El problema más grande tiene que ver con los herederos. Por otro lado, no hay problema con el fútbol, la samba y el carnaval. Son aspectos fuertes, característicos de toda una cultura. Lo que pasa es que esas fuerzas fueron como que destrozadas por exceso de intromisión del mercado en la magia de sus acentos. Pero lejos de sembrar nostalgia, lo que tenemos que hacer es buscar nuevos mecanismos de explorar la creación y sus trucos de difusión. Por supuesto que la Internet es parte de eso, pero no es todo, tampoco es Dios que va a arreglar todos los dilemas de la cosa. En cuanto a eso de buscar a los poetas brasileños en la Internet, bueno, puedes encontrar varios en el Proyecto Editorial Banda Lusófona (que incluye también poetas de lengua portuguesa en los demás países que hablan ese idioma), así como en páginas particulares (blogs) y una que otra publicación periódica. El principal espacio en este sentido es el Jornal de Poesía, que dirige Soares Feitosa, que es nuestro asociado. Ahora mismo estamos buscando una manera de actualizar las páginas, su contenido y también su diseño. Sin embargo, sigue faltando la creación – que en mi entender es una responsabilidad de naturaleza institucional – de un sitio amplio donde se pueda encontrar reunida la obra de nuestros más importantes poetas. En verdad, hay que buscar un equilibrio en la participación del Estado en su actuación en el ambiente cultural. No puede el Estado ser resbaladizo, como en Brasil, así como no lo puede ser demasiado pegajoso, como en Venezuela. Las dos situaciones hacen daño a la cultura. Como todo en la vida, hay que buscar equilibrio.

MAG | La palabra, la poesía misma es encuentro. Encuentro con el pasado, con el presente. Ahora mismo vivimos ese encuentro del poema, de la escritura a pulso a la del presente y las nuevas formas. Todo se acelera y continúa acelerándose vertiginosamente, mucha gente ha abandonado los diarios escritos a mano. La máquina de escribir. También la infructuosa vía hacia las editoriales para dar a conocer su voz. En la red se encuentran cientos de portales digitales, diferentes espacios que a través de sencillos editores de texto nos ofrecen la difusión de la palabra para seguir asumiendo el oficio, dando rienda suelta a la exclusa abierta de la palabra. Usted mismo es partícipe del Proyecto Editorial Banda Hispánica que tiene proyección mundial gracias a estas nuevas vías. ¿Qué tan válido sería argumentar, o mejor dicho, redimensionar la teoría, el análisis literario de siempre en una visión basada en esa disposición a recibir directamente la crítica del lector, de cualquier persona que sea capaz de acceder a nuestros espacios en donde ponemos a disposición la obra ejecutada?

FM | La aceptación del arte no es fruto de una imposición, sino de una descubierta. Por supuesto que un programa de gobierno, en su concepción más sinistra, puede llevar toda una población a desfrutar mala poesía. Es posible, pero seguro un día, por ventanas olvidadas de ese sistema perverso, pasará un trozo de sensibilidad que posará su mirada en buena poesía. La Internet es un mecanismo sólo de circulación, más amplia que el libro, por ejemplo, de poesía. Pero lo que acaba por imponer su lectura, imponer la descubierta de un poema, de un poeta, es la calidad de la obra. Lo mismo pasa con los creadores, con los poetas. Si es un tipo cerrado, harto de vanidad, que se toma demasiado en serio, no importa que su crítico llegue a través del periódico impreso o de la pantalla de la computadora. Simplemente no tendrá ojos para él.

MAG | En entrevista realizada en Venezuela por el poeta Hermes Vargas usted afirma que en éste nuestro continente suramericano, poseemos una de las tradiciones líricas más fuertes del mundo. En pleno siglo XXI, ¿cómo asumimos una posición inclinada en el sentido de originalidad, si se ha escrito tanto es posible seguir participando en un contexto de autenticidad, después de tanta información y tanto que se ha dicho y hecho?

FM | Es un riesgo poner demasiada importancia en la información cuando el tema es originalidad. El hecho de que se agranden los desafíos es motivo para que uno se quede todavía más atento a las resultantes de esa relación. Nuestro tiempo es el tiempo del arte machacado por el mercado y la política. El mismo Octavio Paz ya llamaba la atención de eso hace décadas. Cambiamos, en nombre de esas dos fuerzas, los conceptos de avaluación del arte. Y el inmediatismo, que es el palco de lectura de lo que se produce en nuestro tiempo, es un verdadero enemigo de la creación artística. En gran parte, por esa razón es que la fuerte tradición lírica de que hablo, en nuestro continente, ya no sea tan expresiva y reveladora.

MAG | Un detalle excelente de la plataforma de publicación o muestrarios online, es que precisamente en esos espacios nos exponemos a una inmediata confrontación con el público, un contacto directo. Ejemplo preciso es una nota que transcribió un poeta venezolano amigo mío en una red social. Se trata precisamente de su entrevista en Escritura conquistada a Luis Alberto Crespo, en donde usted mismo comenta: “Al contrario de países como Puerto Rico y Uruguay, casi no se verifica, en Venezuela, la presencia de mujeres que escriban poemas. Casos aislados son Ana Enriqueta Terán y Hanni Ossott”. Usted no se imagina la cantidad de respuestas que recibió sobre todo con eso de “Casi no se verifica”. ¿Cómo nos justifican Floriano Martins y Luis Alberto Crespo tantos nombres pasados por alto, dejando de lado tantísimas voces femeninas de nuestro territorio? Sobre todo tomando en cuenta la importancia del documento que usted realiza, que ciertamente, tiene una repercusión continental.

FM | Hablas de cantidad, algo que no sirve sin calidad. En Venezuela no hay una mujer poeta de fuerza expresiva como las argentinas Olga Orozco u Alejandra Pizarnik. Lo mismo en relación a las uruguayas Marosa di Giorgio u Amanda Berenguer. Igual que la peruana Blanca Varela. Pero eso no llega a ser un problema, no estamos proponiendo una pelea de géneros, diciendo que la poesía hecha por hombres es mejor, o que la poesía en Argentina o Perú sea mejor que la venezolana, nada de eso. Es simplemente una verificación. Cambiemos Venezuela por México o Chile, da igual. Peor que en Chile la presencia de un Premio Nobel (Gabriela Mistral) no fue suficiente para generar una presencia femenina más expresiva en su lírica. Yo particularmente no veo dilema en eso. La referencia al tema, en la entrevista, fue simplemente para saber la opinión de Luís Alberto Crespo. Yo hablé en dos nombres, pero en las antologías internacionales de la poesía hispano-americana, por ejemplo, simplemente no hay poetas venezolanas. Pero también no hay bolivianas o paraguayas. Lo primero que uno piensa sería en el fuerte influjo agrario en la historia de cada país, o sea, que todo eso no tiene que ver propiamente con la poesía, pero con la situación que enfrenta (sufre) la mujer en su ambiente cultural. Era el tema que yo esperaba fuera desarrollado por el entrevistado.


AGULHA HISPÂNICA FINIS TERRAE

Em janeiro de 2010 publicamos o número inicial da revista Agulha Hispânica. Completamos agora, em novembro de 2012, seu ciclo previsto de 12 edições e um total de 132 matérias, todas elas dedicadas às artes e à cultura de língua espanhola. As cartas de navegação indicam que construíamos aqui uma ponte em duplo sentido. De um lado, a conclusão de uma primeira fase (1999-2009) da Agulha Revista de Cultura; de outro, a sempre necessária recordação de que o Brasil não é um continente em si, mas sim parte de uma terra mais vasta, em sua grande maioria determinada por uma cultura de língua espanhola. Graças a este segundo aspecto, tratamos de definir melhor os nossos projetos editoriais, criando ao lado da já existente Banda Hispânica um equivalente a que intitulamos Banda Lusófona.
A partir de janeiro de 2012 cuidaremos de uma segunda fase da Agulha Revista de Cultura, de acordo com o que já antecipamos em sua edição # 0 (setembro de 2011). O conjunto de matérias publicadas pela Agulha Hispânica poderá ser visitado pelo leitor interessado a qualquer momento em nosso portal.
Em dois anos de circulação da Agulha Hispânica, há um balanço mínimo que cabe aqui observar. Houve certa decepção da parte de colaboradores de língua portuguesa quando dissemos que os temas de interesse da revista circunscreviam-se à cultura e às artes de língua espanhola. Um acompanhamento estatístico permitiu verificar que fomos mais visitados por leitores de língua espanhola do que leitores de língua portuguesa. A ideia de despertar a atenção, no leitor brasileiro, acerca de um ambiente cultural de um idioma vizinho, não funcionou. O poeta argentino Aldo Pellegrini, em 1966, ao publicar na Espanha sua Antología de la poesía viva latino-americana, dizia, no prólogo, que “Brasil y la América hispana comparten los mismos problemas y utilizan un idioma accesible para cualquiera de las partes”. O desejo, mais do que constatação, de Pellegrini, é algo que não se verificou até hoje, exceto em um ambiente circunstancial que mais reflete uma justificativa da ausência de diálogo do que propriamente um interesse de aproximação cultural. Mesmo nas mesas de negociação comerciais ou diplomáticas encontramos desinteresse mútuo em maior conhecimento da língua ou da cultura dos países envolvidos.
Brasil e América Hispânica são dois mundos desencontrados. Os pontos em comum são de uma graça magnífica, porém é uma terra de cegos, em que ninguém quer ver; nativos simplesmente se regozijam da cegueira que os impede de compartilhar um mundo tão vasto e rico, tão múltiplo e afinado em uma legitimidade mestiça que dota o próprio continente americano de uma potencialidade invejável. Aventurar-se como o fez Ken Burns (1953) pelas vísceras da formação do jazz nos Estados Unidos e a partir dessa viagem compor um documentário que reflete essencialmente uma riqueza mestiça, é algo que nos falta à América Latina, naquele sentido de estabelecer diferenças, similitudes, singularidades, afinidades, uma viagem musical cujas entranhas podem dar a senha para descobrir outras viagens, no mundo plástico, na literatura etc. Não justifica eleger os Estados Unidos como um inimigo comum, ao mesmo tempo em que não fazemos nada por mergulhar em nossa história e buscar conhecimento ulterior e pontos coincidentes.
A história da colonização do continente americano é a mesma, de uma ponta a outra de nossa vastidão territorial, sob muitos aspectos. Exploração humana e de recursos minerais, escravidão e deformação religiosa. O balanço de meio milênio não nos torna mais ou menos vítimas ao norte ou ao sul. Desastres ecológicos, acidentes “naturais” provocados, racismos disfarçados em truques de inclusão
social, não há governos mais ou menos cretinos em toda a extensão territorial. Cada um participa com seu talento para a desagregação. E à sua maneira, ao modo da conveniência de cada um, as castas intelectuais são coniventes, passivas ou ativas, desse processo de desintegração cultural.
Eu sempre encontrei muita dificuldade no meio intelectual de meu país ao dizer: “temos uma responsabilidade direta nisto…”, em grande parte por esse alheamento que tanto caracteriza o intelectual no Brasil, essa ideia distorcida de que errados são os outros. Um país sem diálogo, que avança (não evolui) por negociações sob a mesa, subterfúgios, arranjos irreveláveis, subornos etc. Uma mesma casta se julga no direito de dissociar-se em defesa ou acusação de Cuba, Estados Unidos, Venezuela, Honduras, sob inúmeros aspectos alheia à essência, alimentada futilmente pelos efeitos de mídia. O Brasil abandonou à própria sorte sua região central e se fez cego em relação à fronteira com os demais países sul-americanos. A única ponte possível, nos dois casos, é a da prevaricação política, do tráfico em suas múltiplas formas corrosivas, a prostituição etc. Nem os poetas da região escrevem sobre o tema. Ninguém se compromete com nada neste país. Terra de Pilatos, aqui ninguém suja as mãos. O país olha para um mar fictício, talvez sonhando com D. Sebastião que venha nos trazer a glória excelsa na terra.
Contudo, a maravilha da existência humana é que os desafios não se esgotam. Concluímos este breve ciclo de dois anos da revista Agulha Hispânica, que assume nova forma de circulação dentro do Projeto Editorial Banda Hispânica, ao mesmo tempo em que inauguramos, já em janeiro de 2012, a nova fase da Agulha Revista de Cultura. Sempre contando com a cumplicidade irmã do Jornal de Poesia, avançamos em mais uma etapa, plenamente conscientes de nossa contribuição à cultura.


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EDIÇÃO COMEMORATIVA | CENTENÁRIO DO SURREALISMO 1919-2019
Artista convidada: Susana Wald (Hungria, 1937)
Susana Wald



Agulha Revista de Cultura
20 ANOS O MUNDO CONOSCO
Número 147 | Dezembro de 2019
editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com
logo & design | FLORIANO MARTINS
revisão de textos & difusão | FLORIANO MARTINS | MÁRCIO SIMÕES
ARC Edições © 2019


20 ANOS O MUNDO CONOSCO – Parte 9


FLORIANO MARTINS | A perenidade exaltada da Agulha Revista de Cultura

Em 2007 a Agulha Revista de Cultura recebeu o Prêmio Antonio Bento, da ABCA – Associação Brasileira de Críticos de Arte, como melhor veículo de comunicação no país. Em 2009 fui convidado para ser o curador geral da VIII Bienal Internacional do Livro do Ceará, ocasião em que se resolveu homenagear todas as culturas de línguas portuguesa e espanhola, em um evento bastante singular por sua imperativa elasticidade no volume de convidados e sua correspondente pauta de atividades. Ao participar de uma mesa-redonda, disse algumas palavras que acabam por situar o projeto daquela edição da Bienal como uma extensão do trabalho editorial da Agulha Revista de Cultura:

Creio que a perspectiva internacionalista evocada pelo tema aqui proposto nos leva a pensar acerca do funcionamento de uma política cultural do Estado. A ausência de um mecanismo desta natureza, em defesa do patrimônio artístico brasileiro, tem sido uma preocupação sempre isolada de alguns gestores culturais, artistas e intelectuais. Áreas da criação que dão mais visibilidade encontram melhor oportunidade, porém não de forma sistemática ou de relevância crítica. Também o Estado opera de maneira oportunista em geral sensibilizando-se por uma agenda de efemérides.
Evidente que sempre que falo em Estado aqui eu me refiro à esfera nacional.
O escritor brasileiro, de uma maneira geral, está (sempre esteve) por conta própria, de tal forma que nossa literatura sequer deve ser pensada como um ingrediente do patrimônio cultural brasileiro. Sua internacionalização – que não é tanta ao ponto de corresponder à sua grandeza – se deu quase sempre por esforços movidos pelos próprios escritores e, em grande parte, por seus tradutores. Foi graças a Curt Meyer-Clason que João Guimarães Rosa teve a quase totalidade de sua obra publicada na Alemanha. Há também o caso em que a literatura brasileira se difunde no exterior por interesse da política cultural de um outro país, que reconhece sua qualidade e a exigência natural de que a mesma integre um catálogo editorial internacional. Um exemplo que se pode mencionar aqui é o da Fundación Biblioteca Ayacucho, na Venezuela, que tem publicado mais de duas dezenas de autores brasileiros, em obras críticas que abrangem poesia, crônica, conto, romance, filosofia, sociologia e crítica literária. Ali estão autores como Darcy Ribeiro, Sérgio Buarque de Holanda, Machado de Assis, Jorge Amado, José Lins do Rego, Oswald de Andrade.
Há dois anos fui convidado para preparar aquela que seria a primeira edição bilíngue desta já plenamente consolidada coleção, um volume crítico dedicado à poesia de Carlos Drummond de Andrade. Enquanto preparava este livro, confirmei que Drummond é o poeta brasileiro mais publicado no exterior. É também o mais publicado em espanhol, embora tenham se passado mais de três
décadas desde a última edição de um livro seu neste idioma. Drummond volta então à circulação em âmbito espanhol por conta do reconhecimento de uma grande casa editorial venezuelana. No entanto, o livro até este momento não saiu. E aqui entra um outro ingrediente que não é particularidade brasileira, porém nos confunde a todos. O livro não saiu porque a guarda dos direitos autorais de Drummond está em mãos de um neto advogado que reside em Buenos Aires e que… Bom, não nos cabe agora discutir os dividendos que familiares cobram pela memória de seus mortos. O caso é que temos um forte agregado à ausência de política cultural do Estado em relação à difusão internacional de nosso patrimônio literário.
Passemos a página.
Para entender melhor o que digo a respeito do tema, gostaria de mencionar outro exemplo. Desde 2004 o governo português disponibiliza uma verba anual para editoras brasileiras interessadas em publicar autores não somente de Portugal, mas também da África Portuguesa. Graças a este convênio dezenas de autores portugueses foram já publicados no Brasil. A Escrituras Editora, de São Paulo, chegou a criar uma coleção, de nome Ponte Velha, que atende a este notável empenho do Estado, no caso o governo português, no que diz respeito ao que efetivamente se deve chamar de política cultural. Ao meu lado encontra-se o editor Raimundo Gadelha, que certamente terá muito a comentar.
Não há no Brasil um correspondente a este tipo de ação cultural? A Biblioteca Nacional possui um programa de apoio à tradução de autores brasileiros para o espanhol? Em 2006 a Agulha Revista de Cultura divulgou o regulamento para editoras em vários países de língua espanhola. Os casos que manifestaram interesse não foram atendidos. O que nos leva a mais um ingrediente, o da ação política interferindo nos destinos da cultura. Recapitulando temos que o Estado se ausenta, o acaso insiste, os herdeiros cobram lucros impensáveis, o acaso insiste, o Estado se deixa manipular por sua política de costumes, o acaso insiste. E nesta ciranda encontra-se entregue o destino da literatura brasileira em seu imperativo de internacionalização.

Em boa hora a referência à coleção Ponte Velha da Escrituras Editora, que eu coordenei por cinco anos, tendo ali organizado a edição de obras completas, antologias ou mesmo volumes esparsos de 30 destacados nomes na tradição lírica de língua portuguesa (excetuando o Brasil, país-editor). Foram publicados livros de autores como Cruzeiro Seixas, João Barrento, Maria Estela Guedes, Luiza Neto Jorge, Luiz Pacheco, Armando Silva Carvalho, Ana Hatherly, Maria Tereza Horta, Fernando Echevarría, entre outros. Uma vez mais tratei ali de imprimir o selo espiritual da Agulha Revista de Cultura, em sua amplitude universalista.
A respeito da ausência do Estado, vale recordar o que acrescentei, em entrevista que concedi a Álvaro Alves de Faria, em 2007:

Não há reciprocidade em nenhum dos dois aspectos aqui mencionados, ou seja, não há apoio do nosso Ministério da Cultura para a publicação de autores brasileiros em Portugal, nem há ali (e não diria por consequência) sistematização na presença editorial de nossos escritores. Por outro lado, tem sido quase insignificante a recepção dada pela imprensa a este fato editorial. Mantém-se no Brasil certa fixação por modismos e por aspectos pitorescos, alguns até bem atléticos, o que acaba por conduzir a uma atrofia do ponto de vista de percepção do objeto estético em seu valor intrínseco. Naturalmente não é este o espírito que norteia a aposta editorial da Escrituras e sua coleção Ponte Velha.

Outra referência ao mesmo espírito são as nossas parcerias estabelecidas, ao longo de duas décadas, com publicações similares, tais como Matérika (Costa Rica), La Otra e Blanco Móvil (ambas no México), TriploV (Portugal). Seus editores, respectivamente, Alfonso Peña, José Ángel Leyva, Eduardo Mosches e Maria Estela Guedes, generosamente propiciaram a realização de projetos paralelos que incluíam a publicação de livros e organização de edições especiais de suas revistas. Também por ocasião da referida Bienal, foram publicados pela primeira vez no Brasil, livros de Juan Gelman, Pablo Antonio Cuadra e uma antologia de jovens poetas mexicanos. O caso específico de Maria Estela Guedes foi ainda mais ousado, considerando que em 2009 criamos uma revista paralela, Revista Triplov de Artes, Religiões e Ciências, cuja parceria rendeu a edição de cinco números. Na mesma ocasião, concluo a primeira fase da Agulha Revista de
Cultura e passo a editar a Agulha Hispânica, por dois anos, voltada exclusivamente para assuntos ligados à cultura e às artes nos países hispano-americanos. Com os planos de retomar a edição da Agulha e a criação de um selo editorial, ARC Edições, não houve como seguir no trabalho de coedição com a Maria Estela Guedes, e coube a ela seguir sozinha, o que faz brilhantemente até hoje.
Reproduzo aqui o trecho final de informativa entrevista que nos fez Luís Reis, em 2009, quando anunciamos a edição da referida parceria:

MARIA ESTELA GUEDES | A Agulha, já o disse, é neste momento a mais importante publicação electrónica em língua portuguesa. A sua importância é intrínseca, como repositório de informação e  cultura literária, e extrínseca, por isto se entendendo que a sua esfera de influência ultrapassa as fronteiras do virtual para interagir com o presencial. Claudio Willer e Floriano Martins, editores da Agulha, estabeleceram contato com inúmeros escritores brasileiros e de outros países e promoveram o contato entre eles. São embaixadores do Brasil no mundo.
O TriploV é mais novo dois anos, sempre foi mais pluridisciplinar e por isso pode parecer caótico, os meus critérios de publicação têm sido mais estratégicos do que estéticos, e para além disso é-me difícil falar de mim. De qualquer modo, os resultados e a esfera de ação de ambos é similar. O TriploV também é um veículo poderoso, em termos de audiência.

FLORIANO MARTINS | A Agulha Revista de Cultura me parece que cumpriu, em seus 10 anos de aventura editorial, o papel que motivou sua existência: o de transformar-se em uma mesa de debate dos principais temas que envolvem a cultura e as artes em nosso tempo. Quando surgimos não havia este espaço na imprensa no Brasil. Virtual ou impressa, esta área permanece ainda com enorme carência, já quase de todo naufragada nas águas do entretenimento, sem oferecer ao público um espaço de reflexão, conhecimento, multiplicidade de oportunidades, e não apenas a informação com caráter comercial. Em geral, a imprensa trata seu público como mero cliente, o que é uma lástima, e a área do chamado jornalismo cultural acabou adotando a fórmula. Agulha foi um espaço praticamente solitário, ao longo de uma década e com 70 números publicados, uma mesa farta que tem em seu acervo – sua madeira de lei – uma média de 1.800 ensaios e entrevistas, os mais diversos temas, verdadeira prática de política cultural em um país mais afeito ao fuxico cultural. E foi além da simples edição de seus números: seus editores foram convidados para eventos literários em diversos países; definiu contratos editoriais, seja na área de poesia, ensaio ou tradução; formou parcerias com grupos editoriais também em âmbito internacional; ampliou o espaço de difusão de inúmeras revistas, inclusive com um intercâmbio de edições especiais dedicadas a alguns países; e claro: agora estamos aqui, dando a este caráter cultural uma nova configuração, através da criação da Revista Triplov de Artes, Religiões e Ciências. Evidente que a Agulha Revista de Cultura tornou-se um consistente veículo de reflexão e circulação de ideias. Sem dúvida que seus leitores se reconhecem nela.

Um aspecto que sempre se pôs em destaque, para o bem ou para o mal, foi o vínculo da Agulha Revista de Cultura com o Surrealismo. Na parte inicial do editorial que escrevi para o número 4 da Revista Triplov de Artes, Religiões e Ciências, em 2010, observei o que segue:

Editores da Revista TriploV de Artes, Religiões e Ciências iniciaram 2010 indo aos Estados Unidos. Maria Estela Guedes flanou pelas ruas de Nova York, fotografando e visitando maravilhas. Tão logo retornou a Portugal tratou de dar uma conferência no “Encontro Internacional sobre Realismos Antigos e Novos”, no Instituto Científico Bento da Rocha Cabral (Lisboa, fevereiro de 2010). O texto, intitulado “Realismos em Nova Iorque”, encontra-se publicado no presente número, e trata com fascinante pluma de estabelecer um parâmetro entre arte e realismo, pontuando eventos artísticos em cartaz em Nova York, em uma leitura algo polêmica e que pode ser entendida como contraponto ao trabalho que foi realizar no mesmo país o outro editor de nossa revista. Este, Floriano Martins, por sua vez, ainda se encontra por lá, precisamente em Ohio, como professor visitante da Universidade de Cincinnati, convidado para dar o seminário “Correntes de vanguarda na América Latina”. Ao tratar essencialmente do surrealismo, o seminário o faz revendo precursores, comentando as diversas vanguardas europeias e os movimentos ligados à contracultura na América dos anos 1960 do século passado. Destinado a um curso de doutoramento, coordenado pelo poeta e ensaísta Armando Romero, o conteúdo do seminário, que se distribui por 30 horas ao longo de 10 semanas, inclui material previamente distribuído aos alunos para diálogo em classe, apresentação de documentários e audiovisuais, oficina de colagens, jogos, enquetes etc., concluindo-se com a entrega de resenhas sobre diversos livros indicados aos alunos no início do curso. São livros de poetas como Ludwig Zeller, Braulio Arenas, Juan Calzadilla, Claudio Willer, entre outros. A dinâmica tem permitido aos estudantes um melhor aproveitamento do tema, inclusive não evitando as críticas eventuais ao surrealismo, bem como avaliando seus diversos desdobramentos, dos mais ortodoxos – em grande parte apenas mera diluição do que se pretendia há quase um século – aos mais consistentes e renovados.

Dada a importância inquestionável do Surrealismo e sua leitura quando muito avessa disseminada no Brasil, era antes de tudo uma questão de honestidade intelectual dos editores da Agulha Revista de Cultura dar ao tema a visibilidade crítica que ele impunha. Aos inúmeros ensaios que
dedicamos ao tema, Claudio Willer e eu, se somam livros que publiquei, tais como Un poco más de surrealismo no hará ningún daño a la realidad (México, 2015) e Um novo continente – Poesia e Surrealismo na América (Brasil, 2016).
Esta memória que trato de registrar agora imprime naturalmente coerência editorial a um trabalho que me define como intelectual atuante e do qual me orgulho. Antes mesmo da Agulha Revista de Cultura eu já havia tecido o caminho que deveria tomar, em publicações como o jornal Resto do Mundo e a revista Xilo, respectivamente editadas em parceria com Sérgio Campos e Adriano Espínola. Não apenas no que diz respeito à natureza das publicações, mas também no espírito de cooperação, a imperativa necessidade de definir o mundo através da convivência.
Significativo avanço nas coordenadas de navegação da revista foi o encontro com o poeta e editor Márcio Simões, em 2012, o que nos levou a desenhar um projeto que envolvia novo design da revista, bem como a parceria editorial com os selos Sol Negro Edições e ARC Edições, que vínhamos já, isoladamente dirigindo. Márcio inicia comigo o que então chamávamos de fase II da Agulha Revista de Cultura, como editor assistente, cumplicidade que mantemos até hoje. Também situo de modo destacado a parceria com Leda Rita Cintra, da Editora Cintra, ao criarmos uma coleção de livros virtuais, de circulação pela Amazon, intitulada “O amor pelas palavras”, sem esquecer de mencionar que tais livros também podem ser adquiridos em sua versão impressa sob encomenda. Considerando a referência a 1919 como surgimento do Surrealismo, planejamos para 2019 a publicação de 24 edições quinzenais da revista dedicadas à comemoração crítica do centenário. Este mês de dezembro concluímos a pauta, e certamente surge nos leitores aquela natural preocupação com os desdobramentos da revista.
2020 será ano dedicado à organização interna, o que envolve primeiramente a criação de um índice geral de matérias, logo seguido da publicação de quatro volumes, pela referida coleção “O amor pelas palavras”, com a íntegra dos 20 anos de pauta da Agulha Revista de Cultura. Cumprida esta etapa de registro integral da revista, retornamos então com uma pauta renovada. Como disse um dos nossos colaboradores, 20 anos não é nada, de modo que estamos sempre começando. Nessa perenidade exaltada é que estimamos nossas vidas. Abraxas


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EDIÇÃO COMEMORATIVA | CENTENÁRIO DO SURREALISMO 1919-2019
Artista convidada: Juliana Hoffmann (Brasil, 1965)
Juliana Hoffmann


Agulha Revista de Cultura
20 ANOS O MUNDO CONOSCO
Número 147 | Dezembro de 2019
editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com
logo & design | FLORIANO MARTINS
revisão de textos & difusão | FLORIANO MARTINS | MÁRCIO SIMÕES
ARC Edições © 2019


20 ANOS O MUNDO CONOSCO – Parte 8


FABRÍCIO BRANDÃO | Sob os ímpetos da tenacidade

Os últimos suspiros de uma década começam a se manifestar. Ano de 1999, flerte com auroras esperadas. Enquanto alguns fazem extrapolações sob o impacto da virada de uma nova era, outros entendem o momento como oportunidade de seguir adiante, colecionando ações de ressignificação da vida. Mas há projetos e projetos, pretensões que correm o risco de apenas avolumar o transcurso difuso da história humana. No marco temporal que caracteriza o ambiente de esperas por um novo século, mais ainda por um tão propalado novo milênio, há toda sorte de expectativas, sejam elas de foro pessoal ou coletivo. Por certo, cada indivíduo carrega em si a simbologia de seus anseios, podendo desejar que o resultado disso, de algum modo, seja compartilhado com seus semelhantes.
Mas por qual razão falo aqui da possibilidade de se levar a cabo projetos de vida fazendo remissão ao pretérito ano de 1999? Para melhor situar o leitor, contextualizo dizendo que está assinalado na década de 1990 um importante período através do qual as produções autorais tidas em torno dos feitos culturais ganharam novo impulso. Começa a se desenhar com vigor na vasta paisagem digital um panorama de ações que, suportado por novas e mais acessíveis ferramentas tecnológicas, possibilita a criadores de conteúdo razoável e relativa autonomia. É a época da aparição dos blogs e sites independentes, um boom de sensações que seduz a muitos pela perspectiva de liberdade de criação, mas, sobretudo, de ofertar aos autores alternativas de circulação de suas obras.
A assim chamada revolução eletrônica, pensada pelo viés de um estudioso como Roger Chartier, por exemplo, aparece caracterizada por uma mudança significativa de modelo: autores criam seus próprios espaços de produção e divulgação. O resultado dessa alteração de rumos viabiliza, em muitos casos, uma acumulação de papéis, ou seja, muitos desses autores passam a se tornar também editores e distribuidores de seus próprios conteúdos.
O terreno da Literatura e das Artes em geral foi amplamente influenciado por esse novo estágio revolucionário. A partir da segunda metade dos anos 1990, um crescente número de suportes independentes dedicados à Literatura começa a despontar no contexto de produção e divulgação online no Brasil. Publicar passou a ser uma condição não mais exclusiva dos grandes grupos e corporações midiáticas. Dentro desse painel de mudança, tributário das potencialidades de comunicação e interação advindas da Internet, projetos robustos e comprometidos com a qualidade foram surgindo. Eis o caso da Agulha Revista de Cultura, iniciativa que motiva o texto deste que aqui vos fala.
Marcada por sua vigorosa atuação pelo front literário, a Agulha Revista de Cultura é um verdadeiro exemplo de obstinação do seu criador, o poeta Floriano Martins. Cabem parênteses aqui para ressaltar que manter um projeto editorial ativo depois de 20 anos é algo para poucos, ainda mais num país como o nosso, bem distante de valorizar de modo assertivo e contundente ações culturais efetivas. Assim, na minha experiência de editor, posso atestar que são raros os periódicos que sobreviveram no transcurso do tempo abarcado por esta revista.
Na trajetória da Agulha Revista de Cultura, há o olhar especial para a Literatura praticada nas paragens latino-americanas, a chamada banda hispânica que contempla a produção de poetas e ensaístas de diversos países. Do mesmo modo, a banda lusófona também foi abraçada pelo traçado editorial regido por Floriano Martins. É perceptível o engajamento em se lidar com temas que destrincham não somente vertentes literárias, como também aspectos ligados às outras artes, dos quais um dos mais significativos, apenas para citar, remonta a incursões no Surrealismo.
Nas raias da independência, Floriano não apenas dinamizou a revista atraindo colaboradores diversos e suas contribuições contundentes no terreno do pensamento crítico, mas também criou um selo editorial próprio, ARC Edições. Uma numerosa rede de contatos e intercâmbios com autores e artistas restou estabelecida e, arrisco dizer, o projeto editorial da Agulha Revista de Cultura se mantém como um dos mais importantes no cenário cultural do Brasil e também da América Latina. Isso se dá em razão não do mero volume numérico de publicações constantes em suas páginas, mas pelo fato de que toda uma diversidade temática vem associada a uma correspondência direta com a qualidade de encontros humanos movimentada pela revista.
Certa feita, numa entrevista concedida a mim, em junho de 2008, para a revista Diversos Afins, Floriano, quando interpelado sobre sua missão em fazer da Agulha Revista de Cultura um projeto que encontrava cada vez mais fôlego ao longo dos anos, afirmou ter como premissa a “declarada aposta em não ceder aos vícios de caserna”. Na ocasião, ele se referia a alguns equívocos que, a seu ver, costumavam impregnar o jornalismo cultural praticado no Brasil, dentre eles a existência de uma “crítica subjetiva com seus apelos fáceis”. Esse tipo de pensamento é uma pequena demonstração do comprometimento com que o editor conduziria os caminhos do periódico até os dias atuais. Arrematando seu pensamento, ele ainda diria, naquela mesma resposta, que o ideal de diversidade de colaboradores e temas renovados era um objetivo importante. Passados alguns bons anos, o fato é que a comprovação dos desdobramentos práticos dessa fala hoje pode ser feita com facilidade em consulta ao vasto acervo da revista.
Quem se dedica a conduzir uma iniciativa de tal monta sabe que impreterivelmente lidará com prazos, expectativas, ajustes, trocas de ideias, em suma, aprendizados permanentes. Acima de tudo, um editor como Floriano, nas mais distintas fases da Agulha Revista de Cultura (e aqui cabe lembrar os desafios típicos de mudanças de plataforma, do ferramental tecnológico e de parceiros envolvidos), soube manter vivo o sentido da existência da revista. Assim, chega a impressionar, por exemplo, o caráter de continuidade que se sustenta com o projeto, tendo em vista que, não importa qual seja a época e suas respectivas procelas, novas edições despontam alicerçadas por editoriais consistentes e que revelam uma preocupação com a manutenção do debate sobre os afins culturais.
Outro papel valioso da revista tem sido justamente o de convidar seus leitores para uma permanente reflexão crítica que envolve a compreensão dos papéis dos atores sociais articuladores do processo cultural. Nesse contexto, não são apenas autores e artistas os principais convocados a participar, mas principalmente quem lê o periódico, pois o exercício analítico da discussão temática ali engendrada não viabiliza passividades no nível dos comportamentos, ainda que num primeiro momento esteja situada no plano mental das observações e leituras.
Ouso dizer que a contribuição mais significativa da Agulha Revista de Cultura nos 20 anos agora alcançados seja a de se constituir como uma verdadeira comunidade cultural internacional, através da qual o estreitar de laços e diálogos arregimentou pessoas em torno de incursões pela Literatura e Arte contemporâneas. Numa perspectiva transnacional, a revista atravessou territórios geográficos, retirando de cada um deles dicções próprias emanadas pela expressão dos seus mais variados colaboradores. Do todo, formou-se um acervo representativo no que se refere a pensar identidades, saberes, olhares e linguagens. Suponho que o espírito que move alguém a articular e manter tudo isso seja o da inquietude, esta mesma que não nos deixa sucumbir diante das agruras mundanas e rechaça veementemente qualquer tentativa de reproduzir o pensamento único.


JOSÉ ÁNGEL LEYVA | Cibercultura en tiempos de analfabetismo global (2010)

Conozco desde hace diez años a Floriano Martins (Brasil, 1957), primero en la virtualidad y tiempo después en persona, en mutuos desplazamientos y complicidades entre México y Brasil. Supe de él porque su nombre pululaba en la Red como abejas en primavera. Sabía que existía porque amigos comunes me hablan de su apariencia y su infatigable dinamismo cibernético, además del empuje de Agulha Revista de Cultura en toda América Latina. Tiempo después lo vi desempeñarse con éxito en la gestoría cultural en acciones como la Bienal del libro de Ceará, en la elaboración de numerosas antologías literarias, entrevistas culturales, traducciones, investigaciones sobre fenómenos como el surrealismo y en torno a personajes del mundo intelectual y artístico, además de su trabajo editorial. Pero sobre todo, Martins circulaba y circula en Internet con sus poemas visuales y verbales. Su trayectoria como agente cultural está asentada de manera particular en sus proyectos editoriales. Si no fuese porque lo conozco bien y nos une una amistad entrañable, seguiría cautivo de mis dudas iniciales, cuando me cuestioné, ¿no será Floriano Martins una invención de cibernautas brasileños, no será un virus electrónico o una marca registrada? Pero no, Floriano existe y se desempeña de manera global, solitaria, desde su casa en Fortaleza, en el Barrio de Água Fria. Esta conversación se hizo en chat, mirándonos las caras y escuchando nuestras voces, escribiendo. Comenzamos…

JAL Eres una persona formada en el Brasil de las máquinas Olivetti, en el ritmo de la tecla mecánica y la hoja en blanco. Eres lo que llamamos un migrante cibernético. ¿Cómo fue tu transición hacia la computación y el descubrimiento de Internet como herramientas de comunicación y creación?

FM El mundo no ha pasado así de una era para otra, por efecto mágico. Todo sigue aún mezclado y de algún modo bien confuso. El encantamiento con los aparatos tecnológicos ha llevado a muchas equivocaciones. Internet no es una herramienta de creación. No se trata de una guitarra, un bolígrafo o una cámara fotográfica. Es una herramienta de transmisión de la creación, o sea, una herramienta de comunicación. Por supuesto, sorprende su inmediatez en una época casi agotada, justamente por la ansiedad de lo inmediato. Nuestras sociedades son movidas por efecto de marketing; son sociedades que sufren a diario la tempestad de las frases-efecto del mundo de la publicidad. Hacer que circule cultura por las venas de la Internet es un desafío permanente.

JAL En un país continental como Brasil es difícil tejer un sistema de comunicación individual con una comunidad tan vasta de poco más 200 millones de habitantes. Tú lo has hecho no sólo en tu país sino entre los países de habla hispana y portuguesa desde tu estudio y con el empeño de una araña que amplía su red de contactos estratégicos. ¿Qué ha representado el proyecto Agulha/Banda Hispánica? ¿Qué sorpresas has tenido en tus expectativas de comunicación y culturales?

FM El milagro está en la locura. El primer plano fue la creación de lo que llamas red de contactos estratégicos. Hoy contamos con 150 mil direcciones electrónicas vigentes, confirmadas, un número en permanente actualización. En los primeros diez años trabajaba conmigo en la coedición de Agulha Revista de Cultura el poeta Claudio Willer. Esta revista cerró sus actividades editoriales el año pasado. Creí necesario concentrar mi trabajo en dos bases concretas, las culturas de lenguas española y portuguesa. Así que desde enero de 2010 traté de crear el Proyecto Editorial Banda Hispánica y el Proyecto Editorial Banda Lusófona. Son dos espacios de difusión de la poesía de más de 20 países en el mundo. Además, el Proyecto Editorial Banda Hispánica incluye la revista Agulha Hispânica y una colección de libros virtuales, Colección de Arena. Trabajamos para abrir y ampliar los puentes de contacto entre todas esas culturas. Es indispensable la presencia de contactos en varios sitios, en grados distintos. Los más cercanos a nosotros, en términos de complicidad, son las revistas La Otra (México) –una relación que existe desde sus primeros momentos, cuando todavía se publicaba la revista Alforja; Matérika (Costa Rica), TriploV (Portugal) y ahora más recientemente la brasileña Via Política. Pero a través de estas mismas publicaciones, así como de otras, tenemos actuación en el mundo impreso, en proyectos editoriales que tratan también de la publicación de libros, entre ellos la revista Blanco Móvil (México) y las Ediciones Nephelibata (Brasil). En nuestro caso, el mundo posible está definido por la presencia constante del Jornal de Poesia, donde estamos anclados. Además contamos también con una página en Facebook, que permite una más amplia circulación. Creo que sólo con mencionar la existencia concreta de esos puentes de comunicación ya estamos hablando de expectativas atendidas, de la riqueza de un proyecto que avanza y avanza y avanza.

JAL También está el portal brasileño Cronopios, que señala una movilización de más de 2 millones de páginas ¿Cuál es la relación o relaciones directas entre la realidad virtual, el soporte electrónico en el que trabajas, y la realidad real que vives cotidianamente? ¿Qué cambios adviertes ha sufrido tu persona en la toma de decisiones y en la manera de sentir y definir el mundo global y el local?

FM Es increíble esa facilidad para hablar de Internet como si fuera un ser vivo. Imaginemos los cambios favorables a cualquier actividad humana cuando uno alcanza nuevas herramientas, más modernas y con nuevas capacidades exploratorias. Por supuesto que es una maravilla manejar un coche automático. Pero detrás de la máquina estará siempre el hombre y el cambio verdadero está definido por su actuación. Es indiscutible que las relaciones de trabajo ganan en su relación con el tiempo y espacio en que se mueven, es una obviedad. Por otro lado, no veo la importancia de buscar comparaciones entre las dos cosas.

JAL Hay una lucha entre ese mundo virtual, de lectores y conversadores, navegantes, comunicadores, exploradores y la realidad de nuestros países, el analfabetismo total y funcional. Hay grandes sectores de la población que están al margen de este avance tecnológico y este espacio que habitamos los cibernautas porque aún no arriban a la lecto-escritura: sociedades ágrafas en su mayor parte. ¿Cómo vislumbras esta contradicción, estas dos velocidades educativas en el contexto de nuestros países latinoamericanos?

FM La gente que vive o está al margen de la realidad no tiene que ver propiamente con las herramientas, sino con la violencia con que tratamos de estructurar nuestras sociedades. Siempre hubo analfabetismo total y funcional, con o sin Internet. La velocidad con que circulan las informaciones es un espejismo: nos hace creer que las cosas están peores. Tampoco mejores. Vivimos en una parálisis capaz de enloquecernos sólo de pensarla. Son de una barbarie total las formas como nuestras sociedades tratan temas básicos como educación, salud, habitación y la asistencia social en sus patrones más elementales. Lo peor de todo eso es que siempre que uno habla de los errores de nuestras sociedades apunta todos los dedos hacia los gobernantes. Es preciso entender que un intelectual o un artista, al formar parte de un gobierno, sea como secretario de cultura o como presidente de una biblioteca nacional, es parte del juego. No veo entonces una contradicción con lo que sugiere la pregunta. A juzgar por el casi inexistente porcentaje de compromiso de la clase intelectual, además de los visibles negocios generados en nombre de la caída de calidad en el arte, sometido a los caprichos de la llamada cultura de masas, yo diría que los más cultos son los verdaderos incultos. Son los verdaderos criminales.

JAL ¿Crees que el ciberespacio fomente o provoque una nueva sensibilidad, un nuevo diálogo, una nueva lecto-escritura?

FM Como un nuevo bolígrafo o una nueva guitarra…

JAL ¿Qué es lo mejor y lo peor que vives en ese nuevo hábitat cultural llamado Internet?

FM No considero lo peor en ningún sentido. Toda la basura que circula en Internet, por ejemplo, es la basura humana, no tiene que ver propiamente con la herramienta. El hombre es el principio y fin de todas las cosas, el rey absoluto de la gracia y desgracia en la tierra.

JAL Dices que Internet moviliza un mundo de basura informativa y cultural. Si algo produce esta sociedad de consumo son desechos. Creíamos haber ganado tiempo con las herramientas electrónicas pero ahora nos enfrascamos al dilema de la confusión y la discriminación informativa, la ciberbasura. ¿Cuál es tu experiencia en este aspecto, entre tu tiempo y tus resultados creativos?

FM Lo que pasa es que no cambiamos de hombre –ni de hambre, si pensamos en nuestra hambre milenaria de poder--. Detrás de las máquinas está el mismo hombre. El escenario sigue con su raíz en la educación. La cultura es un reflejo de la sociedad. La educación funciona como su casa motriz, la fuente de cambios. Pero la educación no implica sólo conocimientos, también incluye despertar y estimular la sensibilidad, la generosidad, la complicidad, el sueño, en fin, tratar de ubicar al hombre en su sitio terrenal, social, cósmico. Sucede que no llegamos a buen término ni siquiera en la educación, como mero instrumento de transmisión de conocimiento. La basura que circula en Internet tiene por lo menos tres fuentes principales. La primera es la violencia de los virus, la estupidez criminal de gente que simplemente desea el mal del otro. La segunda es la tempestad de anuncios, la vorágine de la publicidad. La tercera es esa mezcla de inocencia y vanidad que hace que la gente sienta la necesidad de presentarse, de mostrarse, de exhibirse, ya sea mostrando un texto, una obra de arte, sus fotos familiares, sus confesiones, sus puntos de vista sobre una infinidad de temas etc. Pero todo es parte del mismo circo, además, reflejo exacto de nuestro tiempo.

JAL Es cierto, la tecnología no hace mejores personas. Solemos pensar que gracias a estas nuevas herramientas de comunicación e información se democratizan las sociedades, pero ¿quién nos salva de ese Mundo Feliz descrito por Aldous Huxley o del 1984, del Gran Hermano, de Orwell? Poco a poco, el mercado también muda sus barreras de peaje para imponerlas a los navegantes de la Red. ¿Has reflexionado sobre la gratuidad de tu labor y la imposibilidad de llevarla a cabo cuando cada acción tenga un costo y una acción legal para el cibernauta? Que de hecho ya las tiene.

FM Nosotros tenemos dos áreas de actuación en que cobramos algo. La colección de libros virtuales y la realización de documentales. Es verdad que el Gran Hermano en este caso se llama el Gran Mercado. Pero siempre regresamos al punto de partida, al nido de la parálisis humana. El problema no está en el mercado, sino en su práctica en proporciones deshumanas. Por supuesto que es plenamente posible ofertar servicios artísticos y culturales de buena calidad por Internet, de manera contractual, o sea, como un trabajo igual a lo que se realiza en otros ambientes de comunicación. Desde ya pensamos que para el proyecto cultural que realizamos lo mejor sería convertirlo en una fundación. Ya veremos.

JAL Por último ¿puedes imaginar, y cómo, tu vida profesional e intelectual sin estas herramientas de la cibercultura?

FM Por supuesto que no. Es una prueba de que algo en el hombre puede cambiar, ¿no? (risas) Pero sabemos muy bien que, en general, los artistas e intelectuales no se acercan mucho a Internet y todavía menos en el sentido como nos aproximamos quienes realizamos el trabajo que aquí estamos tratando. Es lo mismo, por ejemplo, con las revistas impresas. Hay dos o tres poetas que se interesan en crear revistas para divulgar la poesía, y millares de poetas que desean simplemente publicar sus poemas.


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EDIÇÃO COMEMORATIVA | CENTENÁRIO DO SURREALISMO 1919-2019
Artista convidado: Fernando Casás (Galiza, 1946)
Fernando Casás


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Número 147 | Dezembro de 2019
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