sábado, 30 de novembro de 2019

20 ANOS O MUNDO CONOSCO – Parte 10


Na Agulha Hispânica # 9 (maio de 2011) insiro no corpo do editorial uma conversa que tive com o jornalista venezuelano Miguel Antonio Guevara acerca de meu trabalho editorial. Trata-se de diálogo relevante porque ali tratamos dos destinos da Agulha Revista de Cultura em sua nova fase, bem como da criação e desenvolvimento de dois outros projetos editoriais, a Banda Hispânica e a Banda Lusófona, surgidos ainda no decorrer de nossa parceria com o Jornal de Poesia. Reproduzo ainda nesta nossa edição comemorativa dos 20 anos da Agulha Revista de Cultura o último editorial da Agulha Hispânica (novembro de 2011). Os dois referidos textos se somam a uma série de depoimentos e arquivos que registram a importância do trabalho editorial da Agulha Revista de Cultura e seus desdobramentos na consolidação de parcerias em alguns países. Aqui estamos, 20 anos o mundo conosco. E seguiremos. Abraxas

MIGUEL ANTONIO GUEVARA | Breve diálogo con Floriano Martins

MAG | Con todo respeto, poeta. Usted es una de esas personas que con bastante esfuerzo y dedicación ha mostrado a gran parte de los ávidos investigadores y lectores de la poesía latinoamericana que el Brasil es mucho más que fútbol, samba y carnaval. Me refiero precisamente a ese esclarecimiento en torno al desconocimiento que existe entre nosotros mismos, habitantes de este gran territorio. ¿Cree usted que actualmente podemos hablar de un mayor reconocimiento de la palabra, y me refiero especialmente al acervo literario de habla portuguesa, que desde hace tanto lo tenemos al lado y por distintas brechas, entre ellas la del idioma, nos han impedido acceder a ella? Por otro lado, ¿cree usted que a través del Internet se ha llevado la voz poética brasileña a nuevos lugares, a nuevos lectores? Basta con colocar “poetas brasileños” en un buscador para recibir decenas de nombres.

FM | Yo no tengo participación, por ejemplo, en el conocimiento que los venezolanos tienen de literatura brasileña. Creo que el catálogo de la Biblioteca Ayacucho habla por si solo. Yo he publicado muestras de la poesía brasileña en España, México, República Dominicana, pero no en Venezuela. Una lástima que todavía no tenga sido posible la edición de la obra poética de Carlos Drummond de Andrade, preparada por mí para Ayacucho. Drummond fue poeta mucho leído en español hace décadas, pero actualmente ya no se encuentran sus libros en este idioma. Hay otros brasileños importantes, como Jorge de Lima,
Murilo Mendes, Raul Bopp, Augusto Meyer, Gerardo Mello Mourão, que aún no se conocen en tu país. El problema más grande tiene que ver con los herederos. Por otro lado, no hay problema con el fútbol, la samba y el carnaval. Son aspectos fuertes, característicos de toda una cultura. Lo que pasa es que esas fuerzas fueron como que destrozadas por exceso de intromisión del mercado en la magia de sus acentos. Pero lejos de sembrar nostalgia, lo que tenemos que hacer es buscar nuevos mecanismos de explorar la creación y sus trucos de difusión. Por supuesto que la Internet es parte de eso, pero no es todo, tampoco es Dios que va a arreglar todos los dilemas de la cosa. En cuanto a eso de buscar a los poetas brasileños en la Internet, bueno, puedes encontrar varios en el Proyecto Editorial Banda Lusófona (que incluye también poetas de lengua portuguesa en los demás países que hablan ese idioma), así como en páginas particulares (blogs) y una que otra publicación periódica. El principal espacio en este sentido es el Jornal de Poesía, que dirige Soares Feitosa, que es nuestro asociado. Ahora mismo estamos buscando una manera de actualizar las páginas, su contenido y también su diseño. Sin embargo, sigue faltando la creación – que en mi entender es una responsabilidad de naturaleza institucional – de un sitio amplio donde se pueda encontrar reunida la obra de nuestros más importantes poetas. En verdad, hay que buscar un equilibrio en la participación del Estado en su actuación en el ambiente cultural. No puede el Estado ser resbaladizo, como en Brasil, así como no lo puede ser demasiado pegajoso, como en Venezuela. Las dos situaciones hacen daño a la cultura. Como todo en la vida, hay que buscar equilibrio.

MAG | La palabra, la poesía misma es encuentro. Encuentro con el pasado, con el presente. Ahora mismo vivimos ese encuentro del poema, de la escritura a pulso a la del presente y las nuevas formas. Todo se acelera y continúa acelerándose vertiginosamente, mucha gente ha abandonado los diarios escritos a mano. La máquina de escribir. También la infructuosa vía hacia las editoriales para dar a conocer su voz. En la red se encuentran cientos de portales digitales, diferentes espacios que a través de sencillos editores de texto nos ofrecen la difusión de la palabra para seguir asumiendo el oficio, dando rienda suelta a la exclusa abierta de la palabra. Usted mismo es partícipe del Proyecto Editorial Banda Hispánica que tiene proyección mundial gracias a estas nuevas vías. ¿Qué tan válido sería argumentar, o mejor dicho, redimensionar la teoría, el análisis literario de siempre en una visión basada en esa disposición a recibir directamente la crítica del lector, de cualquier persona que sea capaz de acceder a nuestros espacios en donde ponemos a disposición la obra ejecutada?

FM | La aceptación del arte no es fruto de una imposición, sino de una descubierta. Por supuesto que un programa de gobierno, en su concepción más sinistra, puede llevar toda una población a desfrutar mala poesía. Es posible, pero seguro un día, por ventanas olvidadas de ese sistema perverso, pasará un trozo de sensibilidad que posará su mirada en buena poesía. La Internet es un mecanismo sólo de circulación, más amplia que el libro, por ejemplo, de poesía. Pero lo que acaba por imponer su lectura, imponer la descubierta de un poema, de un poeta, es la calidad de la obra. Lo mismo pasa con los creadores, con los poetas. Si es un tipo cerrado, harto de vanidad, que se toma demasiado en serio, no importa que su crítico llegue a través del periódico impreso o de la pantalla de la computadora. Simplemente no tendrá ojos para él.

MAG | En entrevista realizada en Venezuela por el poeta Hermes Vargas usted afirma que en éste nuestro continente suramericano, poseemos una de las tradiciones líricas más fuertes del mundo. En pleno siglo XXI, ¿cómo asumimos una posición inclinada en el sentido de originalidad, si se ha escrito tanto es posible seguir participando en un contexto de autenticidad, después de tanta información y tanto que se ha dicho y hecho?

FM | Es un riesgo poner demasiada importancia en la información cuando el tema es originalidad. El hecho de que se agranden los desafíos es motivo para que uno se quede todavía más atento a las resultantes de esa relación. Nuestro tiempo es el tiempo del arte machacado por el mercado y la política. El mismo Octavio Paz ya llamaba la atención de eso hace décadas. Cambiamos, en nombre de esas dos fuerzas, los conceptos de avaluación del arte. Y el inmediatismo, que es el palco de lectura de lo que se produce en nuestro tiempo, es un verdadero enemigo de la creación artística. En gran parte, por esa razón es que la fuerte tradición lírica de que hablo, en nuestro continente, ya no sea tan expresiva y reveladora.

MAG | Un detalle excelente de la plataforma de publicación o muestrarios online, es que precisamente en esos espacios nos exponemos a una inmediata confrontación con el público, un contacto directo. Ejemplo preciso es una nota que transcribió un poeta venezolano amigo mío en una red social. Se trata precisamente de su entrevista en Escritura conquistada a Luis Alberto Crespo, en donde usted mismo comenta: “Al contrario de países como Puerto Rico y Uruguay, casi no se verifica, en Venezuela, la presencia de mujeres que escriban poemas. Casos aislados son Ana Enriqueta Terán y Hanni Ossott”. Usted no se imagina la cantidad de respuestas que recibió sobre todo con eso de “Casi no se verifica”. ¿Cómo nos justifican Floriano Martins y Luis Alberto Crespo tantos nombres pasados por alto, dejando de lado tantísimas voces femeninas de nuestro territorio? Sobre todo tomando en cuenta la importancia del documento que usted realiza, que ciertamente, tiene una repercusión continental.

FM | Hablas de cantidad, algo que no sirve sin calidad. En Venezuela no hay una mujer poeta de fuerza expresiva como las argentinas Olga Orozco u Alejandra Pizarnik. Lo mismo en relación a las uruguayas Marosa di Giorgio u Amanda Berenguer. Igual que la peruana Blanca Varela. Pero eso no llega a ser un problema, no estamos proponiendo una pelea de géneros, diciendo que la poesía hecha por hombres es mejor, o que la poesía en Argentina o Perú sea mejor que la venezolana, nada de eso. Es simplemente una verificación. Cambiemos Venezuela por México o Chile, da igual. Peor que en Chile la presencia de un Premio Nobel (Gabriela Mistral) no fue suficiente para generar una presencia femenina más expresiva en su lírica. Yo particularmente no veo dilema en eso. La referencia al tema, en la entrevista, fue simplemente para saber la opinión de Luís Alberto Crespo. Yo hablé en dos nombres, pero en las antologías internacionales de la poesía hispano-americana, por ejemplo, simplemente no hay poetas venezolanas. Pero también no hay bolivianas o paraguayas. Lo primero que uno piensa sería en el fuerte influjo agrario en la historia de cada país, o sea, que todo eso no tiene que ver propiamente con la poesía, pero con la situación que enfrenta (sufre) la mujer en su ambiente cultural. Era el tema que yo esperaba fuera desarrollado por el entrevistado.


AGULHA HISPÂNICA FINIS TERRAE

Em janeiro de 2010 publicamos o número inicial da revista Agulha Hispânica. Completamos agora, em novembro de 2012, seu ciclo previsto de 12 edições e um total de 132 matérias, todas elas dedicadas às artes e à cultura de língua espanhola. As cartas de navegação indicam que construíamos aqui uma ponte em duplo sentido. De um lado, a conclusão de uma primeira fase (1999-2009) da Agulha Revista de Cultura; de outro, a sempre necessária recordação de que o Brasil não é um continente em si, mas sim parte de uma terra mais vasta, em sua grande maioria determinada por uma cultura de língua espanhola. Graças a este segundo aspecto, tratamos de definir melhor os nossos projetos editoriais, criando ao lado da já existente Banda Hispânica um equivalente a que intitulamos Banda Lusófona.
A partir de janeiro de 2012 cuidaremos de uma segunda fase da Agulha Revista de Cultura, de acordo com o que já antecipamos em sua edição # 0 (setembro de 2011). O conjunto de matérias publicadas pela Agulha Hispânica poderá ser visitado pelo leitor interessado a qualquer momento em nosso portal.
Em dois anos de circulação da Agulha Hispânica, há um balanço mínimo que cabe aqui observar. Houve certa decepção da parte de colaboradores de língua portuguesa quando dissemos que os temas de interesse da revista circunscreviam-se à cultura e às artes de língua espanhola. Um acompanhamento estatístico permitiu verificar que fomos mais visitados por leitores de língua espanhola do que leitores de língua portuguesa. A ideia de despertar a atenção, no leitor brasileiro, acerca de um ambiente cultural de um idioma vizinho, não funcionou. O poeta argentino Aldo Pellegrini, em 1966, ao publicar na Espanha sua Antología de la poesía viva latino-americana, dizia, no prólogo, que “Brasil y la América hispana comparten los mismos problemas y utilizan un idioma accesible para cualquiera de las partes”. O desejo, mais do que constatação, de Pellegrini, é algo que não se verificou até hoje, exceto em um ambiente circunstancial que mais reflete uma justificativa da ausência de diálogo do que propriamente um interesse de aproximação cultural. Mesmo nas mesas de negociação comerciais ou diplomáticas encontramos desinteresse mútuo em maior conhecimento da língua ou da cultura dos países envolvidos.
Brasil e América Hispânica são dois mundos desencontrados. Os pontos em comum são de uma graça magnífica, porém é uma terra de cegos, em que ninguém quer ver; nativos simplesmente se regozijam da cegueira que os impede de compartilhar um mundo tão vasto e rico, tão múltiplo e afinado em uma legitimidade mestiça que dota o próprio continente americano de uma potencialidade invejável. Aventurar-se como o fez Ken Burns (1953) pelas vísceras da formação do jazz nos Estados Unidos e a partir dessa viagem compor um documentário que reflete essencialmente uma riqueza mestiça, é algo que nos falta à América Latina, naquele sentido de estabelecer diferenças, similitudes, singularidades, afinidades, uma viagem musical cujas entranhas podem dar a senha para descobrir outras viagens, no mundo plástico, na literatura etc. Não justifica eleger os Estados Unidos como um inimigo comum, ao mesmo tempo em que não fazemos nada por mergulhar em nossa história e buscar conhecimento ulterior e pontos coincidentes.
A história da colonização do continente americano é a mesma, de uma ponta a outra de nossa vastidão territorial, sob muitos aspectos. Exploração humana e de recursos minerais, escravidão e deformação religiosa. O balanço de meio milênio não nos torna mais ou menos vítimas ao norte ou ao sul. Desastres ecológicos, acidentes “naturais” provocados, racismos disfarçados em truques de inclusão
social, não há governos mais ou menos cretinos em toda a extensão territorial. Cada um participa com seu talento para a desagregação. E à sua maneira, ao modo da conveniência de cada um, as castas intelectuais são coniventes, passivas ou ativas, desse processo de desintegração cultural.
Eu sempre encontrei muita dificuldade no meio intelectual de meu país ao dizer: “temos uma responsabilidade direta nisto…”, em grande parte por esse alheamento que tanto caracteriza o intelectual no Brasil, essa ideia distorcida de que errados são os outros. Um país sem diálogo, que avança (não evolui) por negociações sob a mesa, subterfúgios, arranjos irreveláveis, subornos etc. Uma mesma casta se julga no direito de dissociar-se em defesa ou acusação de Cuba, Estados Unidos, Venezuela, Honduras, sob inúmeros aspectos alheia à essência, alimentada futilmente pelos efeitos de mídia. O Brasil abandonou à própria sorte sua região central e se fez cego em relação à fronteira com os demais países sul-americanos. A única ponte possível, nos dois casos, é a da prevaricação política, do tráfico em suas múltiplas formas corrosivas, a prostituição etc. Nem os poetas da região escrevem sobre o tema. Ninguém se compromete com nada neste país. Terra de Pilatos, aqui ninguém suja as mãos. O país olha para um mar fictício, talvez sonhando com D. Sebastião que venha nos trazer a glória excelsa na terra.
Contudo, a maravilha da existência humana é que os desafios não se esgotam. Concluímos este breve ciclo de dois anos da revista Agulha Hispânica, que assume nova forma de circulação dentro do Projeto Editorial Banda Hispânica, ao mesmo tempo em que inauguramos, já em janeiro de 2012, a nova fase da Agulha Revista de Cultura. Sempre contando com a cumplicidade irmã do Jornal de Poesia, avançamos em mais uma etapa, plenamente conscientes de nossa contribuição à cultura.


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EDIÇÃO COMEMORATIVA | CENTENÁRIO DO SURREALISMO 1919-2019
Artista convidada: Susana Wald (Hungria, 1937)
Susana Wald



Agulha Revista de Cultura
20 ANOS O MUNDO CONOSCO
Número 147 | Dezembro de 2019
editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com
logo & design | FLORIANO MARTINS
revisão de textos & difusão | FLORIANO MARTINS | MÁRCIO SIMÕES
ARC Edições © 2019


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