sábado, 30 de novembro de 2019

20 ANOS O MUNDO CONOSCO – Parte 2


CARLOS BARBARITO | Vinte años no es nada

Veinte años no es nada – canta Carlos Gardel. Pero son veinte años, uno antes del nuevo milenio, entonces yo tenía cuarenta y cuatro y no me dolían, o me dolían menos, los huesos. Cierro los ojos y trato de recordar cuándo supe de Agulha Revista de Cultura, de Floriano Martins. No lo logro. La memoria es algo complicado –canta Luis Alberto Spinetta. Resulta paradójico: por entonces yo era un tanto menos escéptico que ahora y es ahora cuando debiera yo celebrar ciertos y felices logros –tengo material para varios libros, trabajo en un nuevo libro de arte. Pero no. Esto no impide, afortunadamente, que salude un nuevo aniversario de Agulha y abrace, a la distancia a Floriano, con quien no hubo hasta hoy un encuentro personal para darnos la mano, conversar y beber café o alguna bebida espirituosa.
En Agulha encontré, desde el primer momento, un espacio donde acomodar mi flacura. Y si fuera gordo, también hubiera hallado un lugar. No sólo delgadez, también mi tono próximo a la locura, mis obsesiones, mi frecuente sensación de no calzar, cuadrar, lo que me arroja a la intemperie a la que temo.
Agulha, entonces, una casa mientras afuera llueve y sopla el viento. Lo dije en alguna parte, son varios los que me afilian al Surrealismo cuando, creo, entro y salgo de él. Pero, lo pienso, deben tener cierta razón: el Surrealismo es, mire donde lo mire y diga lo que diga mi poesía, es faro, aduana favorable, referente. Como lo es Agulha Revista de Cultura, que cumple una edad juvenil, deseosa, perfecta para el viaje y el amor.


EDUARDO MOSCHES | Una aguja que crea tejidos literarios

Las revistas son el centro vivo de una cultura en movimiento, en un momento dado crean el entorno que estimulan la lectura, la escritura y la investigación.
Instigando y provocando, la discusión, la crítica y la polémica, en los cuerpos vivientes de una sociedad y una cultura. Son el presente por donde transitan las ideas y la cultura de un país; en fin, son, en el fondo, el espejo que refleja la luz de una tradición literaria.
Las revistas han servido de refugio o plataforma a muchas generaciones y movimientos literarios, y de ahí que han constituido instituciones literarias esenciales en el devenir y perfil de no pocas tradiciones culturales.
Algunas dejaron una impronta o huella en la memoria editorial y cultural de una región, país o continente.
Y una de estas revistas, que son las que marcan huella profunda en el conocimiento y en el intercambio entre escritores de los diferentes países de nuestro subcontinente, y en los lectores amantes de la literatura, es la brasileña Agulha Revista de Cultura, la cual cumple 20 años de existencia.
Una revista, creación e impulso de Floriano Martins, poeta, editor, traductor y artista plástico, que ha acompañado e impulsado un intenso acercamiento a las literaturas en español, de los países de la denominada Latinoamérica. Ha provocado y espoleado la ruptura del desconocimiento entre las escrituras escritas en portugués y en español, limitando sustancialmente, la ignorancia entre las creaciones y los creadores en nuestros espacios existenciales.
Descomponer las fronteras del desconocimiento – La revista ha acogido a cientos de escritores y muestras importantes de la creación literaria en español y en portugués. Ha contribuido a tejer el panorama de las letras del continente.
Un saludo y reconocimiento a estos 20 años de tarea intensa y constante, y el pleno deseo de que Agulha Revista de Cultura continúe siendo expresión persistente de la devoción y la entrega a la literatura y su difusión.


NELSON DE PAULA | Agulha no palheiro

Somos todos humildes viajantes no tempo.
Por enquanto, atrelados a este mundinho por força da gravidade e da incapacidade de criar meios de transporte mais adequados ao universo.
Inerente aos limites da telemetria, há também uma acomodação genética ao redor do alimento e da água.
Como tendas no deserto, as cabeças pensantes se encolheram debaixo dos turbantes, muitas vezes transubstanciados em vendas.
Por isso mesmo, alguns visionários se lançaram contra o tempo. Ou melhor, a favor das ondas inexoráveis da temporalidade.
Se nas viagens pelo espaço, uns dos problemas é a ausência do ar – eles se depararam com um problema novo: a Inteligência rarefeita.
Por muitas circunstâncias diferentes, a nossa nave entalou no predomínio da mediocridade, no culto ao mediano.
A lama parou as hélices e a proa, antes voltada para o Infinito, murchou, tal qual espiga de milho embolorada.
Estranho corte na superfície da Eternidade. Após, antever o império dos sentidos as luzes da ribalta se apagaram e sobrou um cantinho burocrático, regido pelo carimbo dos donos do cartório.
Nesse pano de fundo fantasmagórico, mas não surreal, pelo contrário, real demais, os ventos de noroeste rarearam, impedindo as chuvas de fertilizarem o solo.
A grama virou palha. E foi sendo empilhada pelas sucessivas safras de vinhos apenas toleráveis.
Um ou outro buquê diferenciado. Graças ao bom Senhor!
Confesso que tive momentos de grande desânimo.
Vontade de envelhecer longe de tudo.
O cansaço do guerreiro é algo imenso. Batalhas não têm sabor.
Memórias repletas de feridas, não formam novos sonhos.
Nem pesadelos.
Apenas falta de movimento.
Talvez seja o limbo.
Ou o pântano, onde lentamente vão desaparecendo as possíveis futuras fadas.
Então, em uma curiosa manhã de brisa, resolvi remexer aquela palha velha toda, antes que pegasse fogo.
E não é que achei uma agulha!
Fiquei imensamente curioso.
Será que dava para colocar uma linha e costurar os buracos do meu coração.
Escolhi um ótimo fio lilás e passei pelo buraco, com muito cuidado.
Rapidamente comecei o trabalho.
Lógico que passei dos limites, entusiasmado pela oportunidade.
Bordei arco-íris, cachoeiras de metano incandescente e grous com cara de tacho.
Uma beleza.
E compartilhei!!! Violando assim, o limite principal da máquina do tempo – potencializar o instante, criando uma escada acima da torre de babel.
Lembrei da história do camelo. Escolhi o maior que achei. E tentei passar.
Passou ele mais uma inteira manada de criaturas fantásticas.
Editoração em cinemascope, para quem ainda lembra o que é isso.
Porta para outros mundos. Sem restrições.
Fiz amigos, troquei experiências.
Respirei consciência.
Cumplicidade.
Sem vassalagem.
A nada.
Amizade.
Acima de tudo.
E entrelinhas.
Onde se lê o que se quer.
E onde se grava uma rota para qualquer lugar.
Segura não, mas emocionante.
Ainda mais, quando tudo se desenrola a partir de uma espiadela pela fresta.
Do ponto de vista do voyeur, a porta é uma janela.
Por culpa do buraco da fechadura.
Melhor ainda, quando o buraco é o da agulha.
Legítima formação de quadrilha.


*****

EDIÇÃO COMEMORATIVA | CENTENÁRIO DO SURREALISMO 1919-2019
Artista convidado: Jair Glass (Brasil, 1948)
Jair Glass


Agulha Revista de Cultura
20 ANOS O MUNDO CONOSCO
Número 147 | Dezembro de 2019
editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com
logo & design | FLORIANO MARTINS
revisão de textos & difusão | FLORIANO MARTINS | MÁRCIO SIMÕES
ARC Edições © 2019



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