terça-feira, 25 de novembro de 2014

ALFONSO PEÑA & FABIO HERRERA | De la colección de retratos de la familia Brito a la exuberancia de la naturaleza en Tapantí: Gerardo González y su música abstracta





[PRESENTACIÓNCADA CUADRO UN MUNDO | Pintó una hamburguesa, el retrato de la familia del Presidente Brito, una muchacha con sombrilla, un autorretrato con anteojos, la flor que come moscas, cuadros de hojas con cruces rojas, helechos en el muro o cucarachillas en el aire.
Gerardo González, excelente dibujante de rostros de perfil con palabras insonoras que salen de la boca semi abierta, donde no hay palabras, es una mancha plasta y deslizante con gravedad física y gravedad visual.
Gerardo González hace que las cosas que él ve estén presentes en sus dibujos y pinturas para que luego las recordemos por siempre. El Artista, pintor del Pacífico Tropical por nacimiento, es amistoso con la superficie que pinta. Cada una de sus pinturas es un mundo.
El placer visual por la vida de su entorno, cosas e imágenes concisas donde no hay dudas, todo es exacto, no existen líneas demás. Cada elemento existe para decir algo, como la música, existe en el perfecto orden de la composición.
El artista sabe lo que pinta y cómo lo pinta, conocedor de los secretos del material plástico. Usa los recursos naturales de la pintura con maestría y concepto, existiendo en la superficie de la creación. Cada elemento existe en sí mismo, un pulpo, un caballo, una mujer, un sapo o un militar.
Lo conocí al final de los sesenta, cuando era un joven trabajando en la Dirección General de Artes y Letras, algunos años después me regaló una cantidad de sus dibujos a plumilla con tinta y grafito, tesoros de un Gran Artista, tuve la fortuna de adquirir, algunas de sus obras de los años ochenta. 
Gerardo no figura en los escenarios públicos, al contrario en silencio y meditativo ha permanecido protegido por la Naturaleza que lo inspira, al calor de su taller de pintor, constante y responsable con su oficio.
Libre como creador, comprometido con su sensibilidad productiva. Lo admiro mucho, su pintura siempre me ha cautivado y es causa de regocijo, que un conjunto de obras recientes se exponga en el Museo de Arte Costarricense.
Esta colección de nuevas pinturas, son el fruto maduro de un pintor que ha sido constante y consecutivo con su pensamiento y acción. Cada pintura es un festín de existencia, donde todos y cada uno de los elementos viven en armonía y a la vez en desarmonía, van en un sentido, dirigidos como en manada o torrentes de vida, aun por nacer, como cardumen pictórico.
Es la propia materia a fecundar, el inmenso cuerpo mental del Artista. Paciencia, meditación y placer por la vida. Aceptación del ser, códigos a interpretar. Total goce de la creación. [Fabio Herrera]

[LA ENTREVISTAAP | En el año 1969, vos presentás tu primera exposición; no se trata de pintura, más bien es una serie de técnicas gráficas: dibujo, grabado, linóleo, punta seca, xilografía… Para el lector de Agulha Revista de Cultura será interesante que rememores esta muestra y el resultado que obtuviste de ella.

GG | En el año 1969, las artes gráficas eran muy importantes en el mundo plástico internacional. En San José, Costa Rica, la única técnica de grabado que se practicaba entre los artistas plásticos era la cromoxilografía del maestro Francisco Amighetti, era lo más avanzado. Aunque sabíamos que en otros países se trabajaban la litografía en piedras originales, el aguafuerte como lo hacía Rembrandt, el linóleo estilo Picasso, el intaglio y otras técnicas como la serigrafía que empezaba a destacar gracias al Pop art como una forma de masificar el consumo de arte.
 Un pequeño grupo de artistas incipientes nos organizamos para formar un taller de grabado; conseguimos una prensa y piedras de Bavaria para hacer litografías. Al igual que practicábamos las otras técnicas. Un compañero destacado era el artista guatemalteco Moisés Barrios. Gracias a esto hice mi primera exposición individual ese año con diversas técnicas de grabados, exceptuando la serigrafía que trabajaría años después. La actitud mental que requiere la gráfica, incluyendo el dibujo, nunca me abandonó y es la base que me sustenta para hacer pintura. De hecho participé en la Bienal de grabado de Puerto Rico, en la de Buenos aires, y en la III Bienal de Artes Gráficas del Museo de la Tertulia de Cali, Colombia, donde obtuve una mención honorífica.

AP | Vayamos a la exposición El Álbum de los Recuerdos del Presidente Brito, que con el paso del tiempo se erigió en uno de los mitos que se ciernen sobre tu figura de artista contemporáneo.

GG | Mi pintura nació en este clima político. Era imposible cerrar los ojos. Cuando se dio el cambio de poder y José Figueres quedó por tercera vez presidente en Costa Rica, se me ocurrió pintar una serie de cuadros relacionados con este hecho. Era el año 1970, para una semana santa y de una sentada pinté como treinta obras que titulé “El Álbum de los Recuerdos del Presidente Brito”. Cerré los ojos por un momento y pensé que toda esa pesadilla política ya había pasado, que todo era un recuerdo, que solamente quedaban fotografías de esa vieja época. Y miré los cuadros desfilar por mi mente uno a uno: “Teresa Brito, primera dama”, “Narciso y Espolón”, encargados de la guerra, “Brito con los bananeros del Sur”, “Carta y rosa para Madame Maclovia”, la amante del presidente, “Emisión”, aquí sale el rostro del presidente en una estampilla, “Juan Agallón Brito”, hermano del presidente, ministro de economía. Y para no cansarlos así destaqué: el peculado, el abuso de poder, el tráfico de influencias, el nepotismo, la acción del corruptor y otros delitos típicos de nuestros políticos en el poder. Hice la exposición en la galería oficial del gobierno en Artes y Letras…, pero mi exposición fue clausurada el día de la inauguración y solamente fue abierta una semana después. Tuvo mucho éxito y fue muy visitada. Esta exposición la llevé a New York ese mismo año, allí mi amigo, el destacado crítico de arte, el colombiano Luis Medina, que estaba metido en teatro siendo muy joven, expuso las pinturas y logré venderlas todas. Solamente una de ellas quedó en Costa Rica “Retrato de Teresa Brito”.

AP | Finales de los sesentas y principio de los setentas, eran años de compromiso político; Centroamérica era un “campo fértil para la creación artística”; vos estabas “comprometido” con el arte contestatario… Conversemos en relación a un hecho ineludible, la metáfora visual de las hamburguesas… ¿De qué trataba esto?

GG | En el año 1970 me quedé en New York nueve meses pero volví en el 72 otra larga temporada para estudiar grabado. Cuando regresé a Costa Rica me di cuenta que nosotros no teníamos un lenguaje plástico propio que me permitiera expresar la disconformidad con el sistema entreguista en que nos habían sumido nuestros políticos y la opinión general manipulada en todos los años anteriores por los cuatro periódicos y los tres canales de televisión del país. Nuestros ojos estaban en Hollywood, en las marcas de productos extranjeros, en las modas de París y New York, en las galerías extranjeras vistas a través de la revista Art in América. La revista Vanidades y las novelitas de Corín Tellado. Lo que teníamos en pintura era una tradición folklorista que venía con los impresionistas en manos de varios maestros locales: muy bella y con la ternura del amor al terruño que nuestro bello paisaje inspira. Pero esto no me servía de mucho para comunicar conceptos más contemporáneos, yo tenía como ejemplo: al grupo español “Crónicas de la Realidad” con los artistas Rafael Solves, Manolo Valdés, Juan A. Toledo o al grupo argentino “Otra Figuración” con Rómulo Maccio, Deira, De la Vega y Noé. Y toda la vivencia del Pop Art gringo y por supuesto mi niñez estuvo llena de todo tipo de historietas animadas o comics y ya traía esta escuela. Francis Bacon, el colombiano Obregón, Los muralistas mexicanos Orosco, Siqueiros, al peruano Fernando de Sziszlo a José Luis Cuevas el dibujante mexicano. Y muchos otros maestros. Ajusté un lenguaje propio basado en la nueva figuración con elementos del pop especialmente utilizando las secuencias de las tiras cómicas.
Logré realizar obras como” Degeneración de un Militar” que es la secuencia de la transformación de una larva en militar, varios paneles que lograron participar por Costa Rica en la Bienal de San Pablo en el año 1973, junto con las obras del guatemalteco Arnoldo Ramírez Amaya, alias el Tecolote, y fotografías testimoniales de Mauro Calanchina, con quienes formamos el grupo “Testimonio del Absurdo Diario” por Centroamérica. Otra obra que participó en la Bienal fue “No. Mejor Reinen Ustedes” es la imagen religiosa popular del niño Jesús que dice Yo Reinaré, la cual mira al espectador sonriente y en la secuencia cambia el rostro casi al llanto y dice: No, mejor reinen ustedes después de mirar fijamente al espectador.
También realicé entre muchas, una obra que era una enorme hamburguesa llena de porquería y en medio de ella una figura humana desesperada. Como protesta por la llegada de Mac Donald a nuestro país y el cambio de nuestras sanas costumbres alimentarias por la porquería gringa.



AP | A lo largo de las décadas, de generación en generación, se conversa y se polemiza sobre un hecho muy importante en el cual participaste: la destrucción de los grabados rumanos. En la actualidad podría verse como una “acción en vivo”… ¿Acto político?...

GG | El año de 1973 lo tengo muy presente. Para entonces ya había renunciado a mi profesorado en filosofía en la universidad de Costa Rica porque percibí muy pobres espiritualmente a los filósofos occidentales y no se estudiaba la filosofía oriental, no la conocían, también había renunciado a la Escuela de Bellas Artes de la misma universidad después de dos años en ella por considerarla lenta y aburrida, especialmente el profesorado estaba muy conforme con el sistema y no tenían interés en el arte vivo, solo el arte dormido y aprobado por el sistema. Debo aclarar que en ese momento ningún artista vendía su obra porque nadie compraba cuadros. Nuestra pequeña élite intelectual aprobaba o disentía a su gusto, pero la clase privilegiada económicamente no tenía la costumbre aún de llevar a su casa una obra de arte. Trabajé como profesor de dibujo, como diseñador gráfico, como fotógrafo, como coordinador de actividades culturales para el recién creado Ministerio de Cultura. Gané el primer premio a la mejor portada de los últimos años en la Editorial Costa Rica. En eso llegó al país una exposición de grabados de artistas Rumanos. Aquí se juntan una serie de hechos y situaciones de diferentes procedencias como un vórtice del universo y justamente recaen por un instante sobre mi persona. El Presidente José Figueres que fue muy bueno en algunas cosas y pésimo en otras trajo la embajada del tirano Nicolás Ceausescu, un asesino ladrón que sometió a Rumania por mucho tiempo (1968 – 1989) con el falso pretexto del socialismo para que Rusia lo apoyara en su perversa saga. Figueres lo trajo como a un buen socio comercial, para que invirtiera su dinero sucio en Costa Rica. Faltaban más de 20 años para que su tiranía cayera. Rumanía es un pueblo muy culto, legítimos descendientes de Alejandro Magno. Hablan una lengua romance hermana del español por esas vicisitudes de la historia. Cada pueblo tiene su apogeo y sus caídas como si la ley de causa y efecto se cobrase en la vuelta de las acciones. Fui a la inauguración de la exposición de grabadores rumanos en la sala de exposiciones del Museo Nacional con un grupo de amigos de aquella época. Fuimos los únicos invitados en llegar, aparte del delegado del gobierno nuestro y el embajador rumano, su esposa y su preciosa hija, una mujer muy culta y refinada que nos explicó en perfecto castellano grabado por grabado sobre el tema y su autor. Me comprometí a escribir algo para publicarlo en algún periódico local. Comimos y bebimos a reventar pues nadie llegó como si apestaran o estuvieran los rumanos y sus grabados contaminados. Los ticos somos así de desconfiados y repugnantes. Hasta ese momento yo no sabía mucho de Rumanía, algunos partidos políticos de izquierda estaban fascinados con la llegada de los rumanos, aun no sé por qué, ni que esperaban de este pacto.
Por otro lado cada día yo me separaba más y más del sistema establecido, cada día me decepcionaba más y más de lo aprendido y del curso que llevaba mi vida, se me cayó el matrimonio o lo dejé caer porque no servía, era una tortura estar esclavizado al sistema y a una mujer que aborrecía el arte, a mi persona y a la pintura con todo y los artistas. Dejé caer el trabajo en el Ministerio de Cultura, ya no tenía sentido trabajar para la mediocridad que me rodeaba. Hacía trabajitos llamados free lance, por cierto dos de ellos eran un par de portadas de libros para el presidente Figueres que ya había entregado y estaba por cobrar. Me dediqué más a la fotografía en blanco y negro y tenía mi propio taller de revelado.
Mis lecturas habían cambiado desde hacía un tiempo: El Kibalión de Hermes Trimegisto, El Tao Te King de Lao She, todo lo de Gurdief, de Ouspensqui, En Busca de lo Milagroso, El libro tibetano de los Muertos, El I Ching. Y todo cuanto libro esotérico cayera en mis manos. Hasta que un día llegó media dosis de ácido lisérgico (LSD). Había que probarlo y el viaje fue fantástico, lo malo fue que quedé desajustado por algún tiempo. No supe lidiar con los ajustes sociales. La parte de alucinaciones eran maravillosas vivencias, pero cuando me correspondía socializar la pifiaba. Tuve problemas serios y es allí donde entran a escena los grabados de Rumanía.
A los tres días de la inauguración de la exposición de los grabados Rumanos, una mañana volví para tratar de escribir algunas notas y cuando voy viendo de nuevo los grabados me horroricé por la tristeza y el miedo que reflejaban las imágenes de tal manera que en fracción de segundos visualicé algo mejor. En lugar de escribir, opté por romper algunos grabados. Todavía no sé cómo llegué a esta conclusión en ese momento. Por supuesto que de no estar bajo los efectos de la droga hubiera elegido otro camino. Empecé por romper los más pequeños hasta llegar a uno grande que estaba enmarcado con madera, allí me detuve y salí rápidamente de la sala de exposiciones. En total fueron cuatro los que rompí pero era muy consciente de que algunos grabados tenían hasta doscientos cincuenta copias. Lo que sucedió posteriormente fue asombroso y mágico. Miles de personas fueron a visitar la exposición atraída por la publicidad del vándalo destructor, salió en todos los periódicos como un gran desastre evitable. Lo más interesante fue que Rumanía y Costa Rica, un mes después se olvidaron de tener relaciones diplomáticas. Contra mi persona no hubo ningún cargo legal y volví a recuperar mis cabales. Poco tiempo después me fui para México D. F. donde coseché algunos logros y permanecí por cinco años. Visitaba el país con regularidad.

AP | Refirámonos a la relación que tuviste, por esos años, con el excelente creador chapín, Ramírez Amaya, el célebre “Tecolote de jade”.

GG | Ramírez Amaya, es un dibujante guatemalteco con una formación militar. Disciplina, estrategia, táctica. Control de la ira, técnicas de sobrevivencia, defensa personal, etc., estudió todo esto en una academia militar de Guatemala, estaba listo para graduarse y fue echado de la academia por cuestionar al general director de ésta, cuando apoyó a otro general que derrocó con un golpe militar a un presidente civil para crear una dictadura militar. Desde entonces es un rebelde con técnicas de militar. Excelente dibujante. Un grafista de primera línea. Al mismo tiempo era una persona peligrosa para todo el que viviese cerca de él, porque siempre estuvo metido en algún problema peligroso. He dejado de verlo. Sé que está muy bien en ciudad de Guatemala.

AP | Existe un texto tuyo donde haces una breve descripción de tu taller: “Entre las montañas del bosque nuboso de Tapantí, donde las aguas caen del cielo está anclado mi taller. Salgo a caminar por hondonadas y cimas, cámara en mano, buscando siempre la misteriosa presencia de una flor mágica o de un bicho inconcebible. Este gran territorio contiene todas las maravillas que necesito…” Podrías hacer un retrato a fondo de tu taller y el entorno donde preparaste “Bosque adentro” tu muestra de acrílicos que se presentará en los meses de febrero/marzo en el Museo de Arte Costarricense.

GG | Puedo añadir que mi taller es mucho más amplio de lo que presento en “Bosque Adentro”. Hago escultura, murales en cerámica sobre vidriada, o en técnicas de engobe y en mosaico. Además cuento con un tallercito de ebanistería para preparar bastidores y telas. Está la parte de fotografía y computación. Y la mesa de dibujo donde hago algo de diseño y programo mis cuadros. También he de decirte que trabajo animales tropicales a la aguada, este es un trabajo que presentaré cuando haya pasado la racha de los temas vegetales como los que presento en “Bosque adentro”.
El macizo de Talamanca , es la cordillera más alta y fornida de Costa Rica.
El Parque Nacional Tapantí – Macizo de la Muerte se estableció el 14 de enero del año 2000 y es parte de la masa boscosa continua más extensa del país, que incluye una población de robles muy bien conservada.
El sector Tapantí es uno de los sitios más lluviosos del mundo con un promedio anual de 7.000 mm; en el resto del área silvestre protegida la precipitación anual promedio es de 3.000 anuales. Su topografía abrupta combinada con las altas precipitaciones, facilita la presencia de más de 150 ríos. El área es atravesada por el Río Grande de Orosí, en el que desembocan gran cantidad de cursos de agua, suministrando agua de calidad para la sociedad costarricense. Su red hídrica abastece de agua al 50% del Gran Área Metropolitana y tiene una gran importancia para los múltiples proyectos de generación hidroeléctrica que se ubican en la cuenca del río Reventazón, aspecto estratégico para el desarrollo del país.
Es una de las regiones de mayor diversidad biológica de Costa Rica y se han descubierto gran cantidad de especies endémicas. Por su ubicación geográfica (alturas desde 700 hasta 3491 msnm) protege gran variedad de ecosistemas como páramos, turberas, ciénegas, sabanas no arboladas, bosques de jaúl y bosques nubosos, constituidos estos últimos fundamentalmente por robledales de altura.
Allí está situado mi taller. Tengo mis modelos a flor de piel. Vivo con ellos, entre ellos. Se han vuelto parte de mi existencia. Sean vegetales, animales, o minerales. Me he dicho que el reino humano lo continuaré pintando al final de mi vida, y digo continuaré porque fue con la figura humana que empecé a pintar.

AP | Es certero afirmar que de la naturaleza salen muchos de tus temas. Ese es tu laboratorio de imágenes. ¿Podrías intentar una síntesis?

GG | Para mí, la naturaleza comienza en la mente. No hay nada que no sea mental, todo parte y regresa a la mente. Es la primera ley de la existencia. Todo es mental por tanto toda manifestación material es un reflejo de múltiples causas que tienen un origen mental. No lo digo yo lo dicen las paredes de alguna pirámide de Egipto. Es la primera ley del universo material o burdo. Pero debemos entender que toda manifestación plástica tiene que ver con la forma y ésta es percibida por los cinco sentidos (los murciélagos ven por el oído) estos cinco sentidos le envían información al cerebro donde se encuentra el sexto sentido mental una especie de centro que procesa la información de esta realidad burda o plástica. La palabra “plástica” quiere decir superficie y es dentro de este concepto que la pintura, la escultura y la gráfica tienen su expresión o manifestación formal. Podemos decir también material. E l aspecto conceptual está en todo momento acompañando esta manifestación formal, el hecho de que nosotros los humanos queramos redirigirla en una dirección determinada es pura manipulación retorica que refleja nuestro estado de locura global. Aquí nacen los movimientos o tendencias plásticas. Aclarados estos puntos puedo decirte que en mi pintura tuve la necesidad de dividir en cuatro reinos mis observaciones plásticas, con el fin de facilitar el manejo de los materiales y las técnicas con que trabajo, me ayuda a ordenar mi sensibilidad con el modelo y a tratar su estado de ser o existencialidad acertadamente.
Sea mineral, vegetal, animal o humano. Pero todos estos reinos son de naturaleza mental y fácilmente trabajables a nivel plástico

AP | Cuando se practica una mirada retrospectiva a tu trabajo (sean rostros, perfiles, mujeres con sombrillas, caballos, flores, rupturas en el mar, minerales…) siempre se encuentran segmentos y destellos que nos llevan a la abstracción.

GG | Con los años el ojo se va entrenando por no decir que la mente se transforma y no necesita todo el dibujo formal para entender el modelo, digamos que lo lee de un tirón sin todo el argumento descriptivo de la situación. Eso es abstracción. Síntesis. Sinestesia.

AP | Para finalizar me parece que es muy importante escuchar tu opinión sobre el Japón, donde viviste una extensa temporada.

GG | La experiencia de Japón fue maravillosa y dolorosa para mí. En la parte puramente plástica es grandioso el logro de los nipones, tienen formas y lenguajes muy refinados y variados. Es una cultura ininterrumpida por milenios y fortalecida por decisión propia. Lo más asombroso de los japoneses es que no permiten la mediocridad en ninguna de sus manifestaciones; sin embargo son desalmados y deshumanizados consigo mismo y con los demás. 


ALFONSO PEÑA (Costa Rica, 1950). Narrador, ensaísta e editor. Autor de Noches de celofán (1996), La novena generación (1991) e Labios pintados de azul (2004). Dirige Revista Matérika. Contacto: manija05@yahoo.es.) / FABIO HERRERA (Costa Rica, 1954). Artista plástico. Entrevista realizada en febrero de 2013. Página ilustrada con obras de Gerardo González (Costa Rica).

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