Hija de una famosa compositora de valses peruanos, de familia matriarcal
y casada con el artista Fernando de Szyszlo, sus versos se han retroalimentado
con el oficio pictórico. Sin discursos hechos, rebelde contra la injusticia
humana, no le gusta teorizar sobre su poesía ni tampoco hablar de su vida
personal. Como viajera incansable, comulga con la globalidad de las artes a
través de la poesía -para ella una forma de vida- y encuentra en las obras el
sentido de la trascendencia.
MPB
| ¿Cuál
diría usted que es su principal motivación como poeta?
BV
| La vida misma. Todas las
siuaciones de la gente, los dolores, las alegrías, la miseria. La poesía es una
lucha con las palabras y con mis sentimientos. Es una manera de explorarme.
MPB
| ¿Cuándo
comenzó a escribir?
BV
| Muy pequeña; si había que
hacer un soneto, lo hacía perfecto. Pero eso no es escribir. Comencé a hacerlo
cuando fui a la Universidad San Marcos de Lima, donde estudié literatura y me
di cuenta que me interesaba la creación, no la información. Los mejores
maestros que he tenido han sido mis compañeros de estudio, mis amigos Javier
Sologuren, Sebastián Salazar Bondy y Jorge Eduardo Eielson, quienes me
enseñaron más cosas que los mismos profesores. También conocí a viejos poetas
peruanos que están muriendo ya, como Emilio Adolfo Westphalen, quien ha sido mi
gran maestro junto a Omar Villarán y César Moro. Fui una pésima alumna en la
universidad, pero buena en la vida.
MPB
| A su
parecer, ¿qué tiene en común la Generación del 50?
BV
| ¡Nada! Sólo un grupo compartió
la calidad de la poesía que hicimos. Nos dividieron entre poetas puros y poetas
sociales. Yo estaba entre los puros, aunque después mi poesía ha sido menos
pura.
MPB
| ¿Qué
la condujo desde el Perú a Francia y posteriormente a Estados Unidos?
BV
| Yo fui a París en 1949, el
mismo día que me casé con Szyszlo, porque todos los jóvenes de mi época
pensaban que era el centro del mundo artístico, donde las ideas estaban naciendo.
En 1954 viajamos a Florencia, donde vivimos un año, y partimos luego a
Washington y a Nueva York por la carrera de Szyszlo. Buscábamos una
identidad...Las ciudades tienen que ver con descubrir el contraste entre ser
sudamericana en relación a París y a los Estados Unidos.
MPB
| ¿Cómo
influyeron estos lugares en su vida y en su obra?
BV
| En París conocí a mucha gente
que ha sido definitiva en mi vida, como Octavio Paz, Carlos Martínez Rivas y
Julio Cortázar. Más tarde, cuando volví sola -porque tuve un primer divorcio
con Szyszlo-, conocí a Sartre y a Simone de Beauvoir.
MPB
| ¿Fueron
amigos?
BV
| Con Simone de Beauvoir, sí.
Ella siempre me escuchó. Le interesaban las mujeres que estábamos tratando de
hacer algo en la vida. Era la amistad de una persona que tiene más de cincuenta
con otra de veinte y tantos que era yo.
MPB
| ¿Cómo
asume el legado existencialista de la posguerra?
BV
| En Lima ya había leído a Camus
y a Sartre. De Simone de Beauvoir me impresionó mucho su libro El
segundo sexo, porque en ese momento estaba muy preocupada por mi
condición femenina. No soy feminista, pero me perturbaba que por ser mujer
había que sentir de determinada manera. Por ejemplo, me ha indignado siempre
que consideren a las mujeres como autoras de poesía erótica. Creo que el
erotismo está estupendo si la poesía es buena, pero detesto que les pongan en
la frente un papelito que diga "poesía erótica".
MPB
| ¿A
qué se debe que en algunos poemas suyos el hablante lírico sea masculino?
BV
| Eso fue al principio, porque
generalmente la poesía ha sido un asunto de hombres. Era una manera de hacerme
oír. Después hablaré con voz de mujer. Octavio lo dice muy bonito: "No hay
nada más mujeril que la voz de Blanca Varela". No dice
"femenina", sino "mujeril", porque en un poema digo
"mis hijos" a los piojos. Se trata de la maternidad que se abre.
MPB
| ¿Cómo
se desarrolló en usted el vínculo poesía-pintura? ¿Nutrición mutua?
BV
| Creo que sí. A Szyszlo siempre
le interesaba la poesía y cuando se casó conmigo, más todavía, porque tuvimos
muchos amigos como Octavio Paz y Carlos Martinez Rivas, poeta nicaragüense del
cual se conoce poco, perteneciente al grupo de Mejías Sánchez y Cardenal.
MPB
| ¿Cuál
fue su relación con Octavio Paz, a quién le dedica el poema "Del orden de
las cosas"?
BV
| Nos conocimos en París, cuando
Octavio era Primer Secreatrio en la Embajada de México, a través del poeta
Enrique Peña Barrenechea. Yo era muy tímida, y Octavio fue una de las personas
que más me alentaron a escribir. Nos incorporó a un grupo donde había gente muy
importante de todas las nacionalidades y nos reuníamos cada semana en un café
de París. A través de él conocimos a André Breton, quien nos invitó a su casa
junto a su mujer, Elisa Bindhoff, que era chilena.
MPB
| ¿Qué
significó la amistad de André Breton?
BV
| Fue muy importante. Era un
hombre sumamente cortés. Me impresionó mucho la modestia con que vivía. Afianzó
en mí la idea, que he conservado toda mi vida, de que de la poesía no podemos
esperar grandes cosas, ni éxito, ni dinero, ni nada por el estilo. Eso es lo
que me importa de la poesía, porque desconfío muchísimo del éxito.
MPB
| A usted se la ha considerado una poeta
surrealista. ¿Cómo se manifiesta ese influjo en su obra poética?
BV
| Después de ese movimiento,
todos los poetas han hecho algo de poesía surrealista. Yo soy más bien
"parasurrealista", cercana a la poesía del surrealismo. Lo que a mí
me gustaba, más que su poesía misma, las imágenes o la escritura automática,
era la actitud rebelde, no ser convencional.
MPB
| En su obra aparecen varias alusiones a la
divinidad. ¿Qué papel desempeña Dios en sus versos?
BV
| Tengo una relación muy
conflictiva con Dios, que se nota en la poesía. Pienso que hay una gran
injusticia; nos han hechado al mundo no sé para qué. No soy creyente, soy
agnóstica, pero tengo un terrible rigor ético. Me preocupan mucho los
principios morales y eso no tiene nada que ver con la religión, va al lado.
MPB
| Da la impresión de que a usted le preocupa más
el contenido que la forma de sus poemas. Utiliza el verso libre y la prosa
poética...
BV
| La poesía tiene una música
interior: la respiración del individuo, del ser humano. Yo creo en la poesía
como expresión y creación, no como asunto verbal ni juego de palabras. Soy muy
feroz a veces... uso adjetivos que no son los que poéticamente tiene prestigio
y no me importa, porque la necesidad del poema es mucho más importante que mi
propia necesidad. La poesía para mí es un motivo para vivir. Si tengo una
religión, sería la poesía.
MPB
| En varios poemas suyos se trasluce el tema de
la fugacidad de la vida...
BV
| La muerte es ¡fatal!, ahí
está, no hay más remedio que acostumbrarse a vivir con su presencia. Todo es
muy efímero, salvo el arte, lo mejor que queda del ser humano. Pero no me
horroriza la muerte; me horroriza el decaimiento del individuo, la decadencia
física, intelectual y moral.
MPB
| ¿Entonces
el sentido de trascendencia está en las obras?
BV
| En el arte, en las creaciones
humanas. Pienso en el placer con que leemos hoy día cierta poesía del Siglo de
Oro, Shakepeare, las tragedias griegas... Cómo el hombre siempre ha sido sabio
desde épocas inmemoriales. ¡Eso me fascina, me deslumbra, eso es la eternidad!
¿Quién está más vivo que Leonardo Da Vinci, Platón, Aristóteles, o toda la
gente que construyó las iglesias del Barroco, las pirámides o Machu-Picchu?
*****
Organização a cargo de Floriano Martins © 2016 ARC Edições
Artista convidado | Fernando de Szyszlo (Peru, 1925)
Agradecimentos: Hildebrando Perez Grande
Imagens © Acervo Resto do Mundo
Esta edição integra o projeto de séries especiais da Agulha
Revista de Cultura, assim estruturado:
1 PRIMEIRA ANTOLOGIA ARC FASE I (1999-2009)
2 VIAGENS DO SURREALISMO, I
3 O RIO DA MEMÓRIA, I
4 VANGUARDAS NO SÉCULO XX
5 VOZES POÉTICAS
6 PROJETO EDITORIAL BANDA HISPÂNICA
7 VIAGENS DO SURREALISMO, II
8 O RIO DA MEMÓRIA, II
9 SEGUNDA ANTOLOGIA ARC FASE I (1999-2009)
10 AGULHA HISPÂNICA (2010-2011)
A Agulha Revista de Cultura teve em sua primeira fase a
coordenação editorial de Floriano Martins e Claudio Willer, tendo sido
hospedada no portal Jornal de Poesia. No biênio 2010-2011 restringiu seu
ambiente ao mundo de língua espanhola, sob o título de Agulha Hispânica, sob a
coordenação editorial apenas de Floriano Martins. Desde 2012 retoma seu projeto
original, desta vez sob a coordenação editorial de Floriano Martins e Márcio
Simões.
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