En la obra escultórica de Licia Salvatore las
emociones fluyen, drenan dentro de un espacio aleatorio, sensible, cuyo proceso
siempre se nos revela ahí en la orilla; como ese constante ir y venir de olas que
llegan a la playa. Sus piezas nos invitan a ver, a contemplar, a meditar y reflexionar
sobre la fusión y relación existente entre la madera, la piedra y el movimiento
del agua para conectar al hombre a un encuentro más humano y espiritual. O como
ella misma nos advierte: ‘Esa fusión entre ambos materiales, significan los
complementos de los opuestos, como el Ying y el Yang, el complementario entre la
madera y la piedra. En esa cercanía entre ambos materiales, que son tan disímiles,
se conjugan lo material con lo espiritual, la esencia con la energía, la cercanía
con la lejanía, la dureza con lo sensible, lo material con lo etéreo, el lleno con
el vacío, el movimiento con la quietud’.
FF | ¿Qué hechos marcaron el comienzo de su
actividad como escultora? ¿Cuándo y cómo comenzó a esculpir?
LS | Cuando cumplí 30 años empecé a sentir
que debía hacer algo más en mi vida, que debía expresarme. Primero pensé en escribir
un libro, ya que la poesía me cautivó desde muy pequeña. Era tan sólo un deseo personal
para dejarlo engavetado. Nunca fue mi intención dentro de ese deseo de expresarme
hacerlo público y mucho menos ser famosa por escribir, era mi rebeldía, quizás también
mis sentimientos, mis inquietudes, mis necesidades…
FF | ¿Ese deseo de escribir comenzó desde
la niñez, desde su temprana juventud?
LS | A los 11 años comencé a interesarme por
la poesía y a escribir mucha poesía, casi a diario, pensé que por ahí era que iba
a seguir drenando mi inquietud espiritual. Escribí hasta los 15 años, durante todo
el bachillerato hasta que entré a la Universidad y todo se paralizó. Luego reinicié
la escritura a los 20 años y como por dos años más. Después la abandoné completamente,
Mi leiv motiv ya no se encontraba entre
mis pensamientos cotidianos, aunque siempre seguí leyendo poesía. Siempre me quedaron
esas ganas de retomar la poesía. Siempre he llevado dentro de mí ese deseo de seguir
escribiendo. Pensé que debía escribir nuevamente.
Pero cuando me
contratan para trabajar en Pequiven en un Proyecto de Construcción, tuve la oportunidad
de conocer el comedor en el cual hay una puerta gigante tallada en madera, ensamblada
y pintada al óleo, aquella primera impresión me llegó al alma. Ver la magnitud de
aquel trabajo y lo hermoso que era. Ahí fue que sentí eso era lo que quería hacer:
arte. Casualmente en los meses contiguos la empresa realiza un taller de sensibilización
artística dictado por una artista venezolana, pintora que vivía en estados unidos
y se encontraba en la zona, fueron dos días donde tuve un contacto más directo con
la producción artística, tanto teórica como practica, porque hicimos unos ejercicios
en pintura, un cuadro en colectivo que se colocó luego en el área de calidad de
Vida de Pequiven. Comencé a averiguar dentro de la empresa quien había realizado
ese trabajo hasta que me dijeron que era del artista plástico Gregorio Torres y
casualmente era en ese momento director de la EAPAR de Barcelona. Ahí comienza mi
odisea para poder llegar a la Escuela de Arte y poder recibir clases, ya que mi
horario laboral me impedía asistir a los talleres.
Asistí a clases
particulares de dibujo como inicio a mi deseo de querer estudiar arte. Finalmente
logro hacer una visita a la Reverón y estaba decidida a inscribirme en talleres
de pintura al óleo, pero me encuentro al entrar con el Taller de Escultura, entré
y había cabillas, cemento, mallas, arcilla, arena, piedras….me sentí totalmente
identificada y me inscribí entonces en los talleres libres de escultura, luego de
dos años decidí dejar mi trabajo en el área de la construcción e iniciar estudios
formales en Arte Puro en la EAPAR. ¡Y fue mi mejor elección de vida!
FF | Además de escultora es educadora ¿Qué
objetivo persigue usted propiamente con su actividad educativa?
LS | Dar clases nunca fue algo que me planteé
yo misma. Fui llamada por el Gobernador del Estado, que conoció mi trabajo, a través
de los directivos de la EAPAR para cubrir la cátedra de talla en piedra, la cual
estaba vacante. Dije que sí, con algo de incertidumbre ya que no soy docente, pero
que trataría de acuerdo a mi experiencia y manejo de la técnica poder trasmitirla
a los alumnos.
Luego de iniciarme
en la enseñanza, me di cuenta que es una herramienta adicional a mi trabajo, es
valor agregado a mi proceso creativo. Descubro un universo de posibilidades de analizar
los contenidos plásticos de una manera diferente cuando se trata de enseñar a otros,
a como uno hace el análisis para sí mismo. La experimentación plástica se amplía,
se enriquece con maravillosos encuentros, con aciertos y desaciertos que enriquecen
mi visión. Enseñando se sigue aprendiendo.
Luego abrí las
puertas de mi taller dos tardes a la semana, a petición de muchas personas para
impartir clases particulares y en éste momento trabajo con niños desde los 4 años,
que ha sido la experiencia más enriquecedora dentro mi experiencia como docente.
Ese contacto con el arte primordial, primario, sin ataduras, sin interferencia con
el cual trabajan los niños es algo que me llena espiritualmente y enriquece mi alma.
Me hace tener contacto con lo esencial, con la inocencia. Es grandioso. ¡Cuando
trabajo con los niños llego a casa con mi corazón lleno de arte puro y auténtico!
Mi primer objetivo
en toda ésta experiencia de dar clases es desarrollar y avivar la creatividad del
individuo, niño o adulto. El desarrollo de la creatividad nos hace enfrentarnos
de manera diferente ante la presencia de una circunstancia con resolución de problema,
ser creativo nos ayuda a resolver situaciones del mundo cotidiano, sin que sea necesario
ser artista plástico para ello. La creatividad es herramienta fundamental en todas
las profesiones, en la creatividad radica el éxito o el fracaso de una situación
cualquiera.
FF | ¿El oficio de escultor o escultora ha
dejado alguna huella en la Licia educadora?
LS | Por supuesto,
el amor y la pasión con que yo asumo mi trabajo de escultora lo trasmito a mis alumnos.
Como docente siempre les hablo tanto a niños como adultos del compromiso que significa
el Arte, de lo enriquecedor que resulta expresarnos a través de la materia. Les
hablo que el estar cerca del Arte nos hace más sensibles y por lo tanto, mejores
personas.
FF | ¿A qué escultores
sigue desde sus inicios como artista?
LS | A medida que iba teniendo conocimiento
profundo de la historia del arte, me sentí identificada con varios escultores, entre
ellos: Constantin Brancusi, Henry Moore, Barbara Hepworth e Isamu Noguchi.
Conociendo artistas
venezolanos, las propuestas plásticas que me llevaron a estudiarlos en profundidad
fueron Francisco Narváez, Carlos Mendoza, Harry Abend, Pedro Barreto y Valentín
Malaver. Trabajaron los materiales a los cuales yo me siento identificada, la piedra
y la madera.
FF | En su obra es evidente la influencia
que ejercieron sobre su trabajo escultores como Pedro Barreto, Gregorio Torres y
Valentín Malaver. ¿Qué escultores o artistas plásticos la han marcado más y por
qué?
LS | Sí, en mi obra hay evidencias y rastros
de todos ellos, es inevitable ya que me identifico con las mismas formas geométricas
y orgánicas de sus propuestas plásticas. Pedro Barreto es una influencia importante
en mi trabajo, pasé 5 años con él trabajando en su taller y teniendo un contacto
directo con uno de los escultores más creativos que ha tenido el país. Barreto fue
muy valioso en mi proceso formativo, me trató siempre como una igual a él, eso hizo
que sintiera mucha seguridad en mi propuesta y que no dudara nunca de mi intuición,
la cual me enseñó a reconocerla y desarrollarla, eso es muy importante a la hora
de decidir cuando está terminada una escultura. Valentín, me dio el profundo y gran
amor por las piedras, a entenderlas, a saber buscarlas, hablarles y respetarlas.
Me enseñó a dejarme llevar por sus formas originarias e intervenirlas sólo cuando
fuese necesario y en su justa medida. Gregorio Torres me transmite hoy en día todo
su conocimiento, el cual es muy extenso tanto académico como de experimentación
y trabajo de taller. Siempre tiene la palabra justa para un análisis plástico de
mi proceso y una lectura visionaria sobre lo que hago. Su apoyo es muy importante
para mí. Siempre le consulto cuando debo aclararme en mis ideas. Mis primeros intentos
con la madera los experimenté en su taller.
Pero debo decir
algo muy valioso que me enseñaron ellos tres: la constancia, el oficio y la disciplina
del taller, cómo la única vía para poder lograr una propuesta plástica reflexiva,
coherente, individual y llena de sentimientos propios.
FF | ¿Qué personas la han ayudado en su proceso
creativo, en su trayectoria y oficio como escultora?
LS | Mis tres maestros me ayudaron desde mis
inicios, creyeron en mí y el apoyo de ellos fue incondicional. Muchísima gente me
ha apoyado en toda mi trayectoria, amigos, familiares, coleccionistas, alumnos,
lo pude evidenciar cuando me llega la invitación a participar en la Bienal de Florencia
del 2015, donde me vi en la necesidad de solicitar públicamente apoyo para poder
costear todos los gastos que involucraban esa invitación, traslado de obras, pasajes
aéreos, estadía, comida, catálogo, etc. Las personas me ayudaron con aporte económico
y con palabras de aliento y admiración por mi trabajo que hacía que me sintiera
cada día comprometida a llegar a la meta propuesta. Mis primos fueron los principales
patrocinantes de esa aventura, al igual que una amiga que ahora vive en Canadá y
un amigo del colegio el cual me regaló los pasajes para Florencia, ésta tiene una
anécdota extraordinaria.
Y es que alguien
me pregunto en estos días, ¿cómo es eso que tu escribías poesía? Entonces me puso
a rememorar mis inicios en esto de escribir, como necesidad inmediata y a mi manera
poder manifestar mis sentimientos. Y te reitero que cuando yo tenía 11 años empecé
a escribir poesía. Estando en el colegio había un niñito que me caía muy mal, porque
él me perseguía para ser su novia. ¿Novia? ¡Si yo todavía jugaba con la barbie!
Así, pasó un tiempo, hasta que no recuerdo ni cómo ni cuándo ni porque…le dije que
sí. Entonces empezamos a ser novios, de esos que sólo se agarran las manos. Empecé
a sentir bonito por ese niñito fastidioso que me caía mal. ¡Pero no podía contárselo
a nadie, en mi casa imposible! Sólo lo sabían mis amiguitas del colegio. Pero sentía
la necesidad de expresar todo aquello que me hacía sentir, descubrir ese sentimiento
de cariño, esa sensación de amor, de compañerismo, de esa sensación de querer verlo
cada mañana, esas mariposas en la barriga. Ese descubrir de las cosas del corazón….de
los sentimientos, la ansiedad, la ilusión, el soñar. Fue ahí donde comencé a escribir
poesía, para poder drenar toda aquella emotividad que bullía dentro de mí y que
me era hasta ese momento ajena, un lápiz y un papel fueron los cómplices en esa
aventura, que no hice sino escribir todo lo que sentía por él. A partir de allí
es que empiezo a escribir, algunos escritos con métrica poética, sonetos y prosa
moderna. Me cambiaron de colegio y a ese niñito no lo pude ver más, entonces me
dedique a seguir escribiendo lo que no le podía decir. Pasé todo mi bachillerato
escribiéndole a ese amor perdido, extraviado, a la imposibilidad de estar juntos
y que para mí a esa corta edad decretaba como el amor de mi vida. Muchos de esos
escritos ya no están, pero otros tantos aun los conservo.
Lo anecdótico
de esa historia es que ése niño de hace 40 años, por el que comencé a escribir poesía,
mi fuente de inspiración en todos los momentos en los que decidí escribir, fue quien
me regaló los pasajes para ir a Florencia. Se enteró por las redes sociales, se
comunicó conmigo y quiso que le contara de que se trataba esa invitación, cuando
terminé de contarle me dijo “¡Bueno, yo te regalo los pasajes para que vayas. Vale
por todos los regalos que no te he dado en la vida!” Lloré y le agradecí con todo
mi corazón su generosidad.
FF | ¿Cómo ha evolucionado su trabajo? ¿Qué
importancia le concede usted a la técnica?
LS | La técnica es muy importante, es la que
me permite desarrollar y llevar a cabo todas mis ideas, lo que se me ocurre. El
dominio de ella me hace arriesgarme en la propuesta y en la experimentación con
otros materiales. Mi trabajo ha evolucionado de manera coherente, tengo más libertades
a la hora de hacerme planteamientos de ensamblaje. Tengo propuestas que aún no salen
del taller y a lo mejor, jamás saldrán, son un poco diferentes a lo actual, pero
se siguen viendo los rastros de mi presente en ellas.
FF | ¿Qué importancia tiene en su obra la
naturaleza?
LS | La naturaleza tiene una importancia absoluta
dentro de mi obra. Las formas contenidas en la naturaleza contrastadas con la geometría
son el recurso expresivo por el cual me manifiesto en mis esculturas.
Mi trabajo es
una propuesta basada en el equilibrio. En la naturaleza hay equilibrio para que
todos los ecosistemas, subsistemas puedan sobrevivir y no extinguirse. Las relaciones
interpersonales están primordialmente siendo exitosas si existe el equilibrio. En
los animales, en las plantas, el equilibrio es primordial para continuar existiendo.
Unos nacen otros mueren. De igual forma en mi trabajo la propuesta de utilizar elementos
tan diferentes dentro de una misma composición tratando de transmitir una fusión
visual de un todo contenido en un mismo espacio, es lo que llamo el equilibrio.
La geometría fractal, la de la naturaleza, con la euclidiana en contraste en un
mismo espacio, en el cual pueden dialogar y confluir, armonizar sin competir, estar
y poder ser, eso es lo que está en mi trabajo. Mi vida ha estado centrada en la
búsqueda del equilibrio, en todos los ámbitos personales y profesionales. Creo fielmente
en el equilibrio como el único elemento necesario para una vida plena y feliz.
FF | ¿De qué manera vive Licia Salvatore el
proceso creativo?
LS | Lo vivo con todos mis sentidos y en cada
segundo de mi vida… ni más ni menos.
FF | ¿Crees que la escultura tradicional debe
trascenderse o reinventarse?
LS | Ambas cosas. La escultura tradicional
nos da pie para su estudio y su reinterpretación basados en el mundo actual. Las
filosofías estéticas han venido cambiando a través de las épocas, por lo tanto los
planteamientos plásticos deben ir en avance constante. La escultura tradicional
debe trascender, debe seguir presente porque nos permite ver esa evolución y no
debe apartarse como propuesta plástica ya que su vigencia, a mi parecer no se ha
perdido. Y al transcender, podemos permitirnos reinventarla, reinterpretarla, apropiárnosla
y volverla vigente.
FF | ¿Cuál es la clave fundamental de conexión
inmediata entre su obra y el público?
LS | El artista debe encontrarse con su naturaleza,
con su “si mismo”, “consigo mismo”, con su esencia, y doblegarse a esa fuerza interior
que le exige presencia física en el mundo material, esa fuerza por la que crea,
con la que intuye y percibe su entorno de una manera especial, el artista tiene
la obligación de expresar su conexión con el mundo espiritual para que sea gozo
y deleite de quien la percibe. Siento que las personas que se conectan con mi trabajo
son porque se encuentran en el mismo nivel espiritual que yo. Mis obras llevan una
gran carga de pasión, de entrega, están hechas con mi esencia más primaria, que
me producen un regocijo explosivo cuando están terminadas. Creo que eso lo percibe
quien se conecta con ellas.
FF | ¿Cómo ha sido
-y es-, su relación con los pintores?
FF | En los últimos años, su proyección nacional
e internacional es notoria en el medio artístico local. ¿A qué cree usted se debe
ese reconocimiento?
LS | A la disciplina y constancia con la que
asumí el oficio de ser escultora. No hay otra cosa en la que yo crea más, que en
mi trabajo. Vivo con una lealtad absoluta a mis pensamientos, a mis creencias y
a mi discurso. Soy coherente entre lo que pienso, lo que digo y lo que hago. No
permito que mi esencia sea invadida de una intención distinta de lo que me hace
ser artista, eso que nos hace únicos y auténticos. El creativo debe ser todo arte,
vivir el arte y vivir como artista. Yo lo hago en todo momento lo que me lleva a
una comunión entre el mundo real y el de mis ideas. Mi absoluto compromiso ante
las Artes. Creo que eso lo resume todo. Me avala mi compromiso de ser escultora.
FF | ¿Cómo influye su trabajo en el proceso
histórico que vivimos actualmente?
LS | Mi trabajo plástico
mantiene vigente técnicas y materiales de la escultura clásica o tradicional. Utilizando
la piedra y la madera, que son materiales ancestrales dentro de la representación
artística, comunico una adaptabilidad de la materia con la propuesta contemporánea.
Reafirmo con el uso de esos materiales que la afinidad con ellos es atemporal, es
decir, es independiente de la época en la que se viva, los materiales deben tener
una conexión directa con el artista, para que éste pueda ver y lograr lo que tiene
que expresar a través de ellos. La piedra desde la prehistoria hasta la actualidad
ha sido uno de los materiales más utilizados en la escultura. La talla en piedra,
ha tenido altos y bajos dentro de la historia del arte, donde ha cedido espacio
a otros materiales como el bronce y materiales de la era moderna. También por cambio
de gustos o de función de la escultura. Pero siempre ha conseguido defensores.
Defiendo
la talla en piedra como lo hicieron en su momento Brancusi, quien veía en la talla
en piedra la única vía para llegar a la escultura y Bárbara Hepworth que se oponía
radicalmente en los años 50 a la tendencia de dejar la labor de talla por anticuada
o no contemporánea, y así muchos otros escultores.
SU TRABAJO EN PALABRAS
Esa fusión entre ambos
materiales, significan los complementos de los opuestos, como el Ying y el Yang,
el complementario entre la madera y la piedra. En esa cercanía entre ambos materiales,
que son tan disímiles, se conjugan lo material con lo espiritual, la esencia con
la energía, la cercanía con la lejanía, la dureza con lo sensible, lo material con
lo etéreo, el lleno con el vacío, el movimiento con la quietud.
La asociación entre
la Piedra y la Madera, involucra un tratamiento especial de la expresividad de la
materia en el espacio físico, ya que estos dos materiales poseen un lenguaje propio,
tienen fronteras propias que confrontadas con propósitos creativos, determinan el
momento y la manera en que debe llevarse a cabo dicha asociación. Lo mismo ocurre
con las formas rígidas y las sensuales. Mi trabajo propone fusionar esa visión entre
materia, forma y vacío, donde ambos materiales y las formas se asocian en una composición
y se integran de forma armónica y conceptual, sin romper con la estética del volumen
planteado. Las líneas rígidas y geométricas en comunión con las líneas orgánicas
y sensuales de la naturaleza se conjugan en un dialogo que armoniza y exalta la
calidez de los ritmos y el vacio es el espacio para dejar fluir la energía y pueda
existir la fusión entre forma y materia
Son precisamente estas
formas rígidas y sensuales las que lograron que la fusión entre el material blando
y el pétreo se combinen como si fuesen uno y sin embargo cada uno mantiene su fisonomía
que lo caracteriza. Donde se conjugan como una reflexión y dialogo armónico, orgánico
y elegante. Las obras se encuentran en un punto de equilibrio, se levantan hacia
el espacio en todas direcciones, se curvan y doblan de forma grácil entre los llenos
y vacíos que se dejan entrever en la zona de unión de los elementos naturales que
intervinieron en la composición.
En algún momento, del
proceso creativo, puedo estar consciente de lo que ocurre pero no me preocupo si
me equivoco, existe libertad intuitiva absoluta, lo hago con libertad de acción,
donde el único compromiso que existe entre la obra y yo, es su esencia y nada más.
Las emociones fluyen, drenan dentro del proceso y es ahí, donde de forma involuntaria
se transmite todo el sentir, lo que uno tiene que decir, lo que perturba o lo que
hace feliz. Lo espiritualizo a través de las formas, que fluyen de un subconsciente
visionario.
*****
FRANKLIN FERNÁNDEZ (Venezuela, 1973). Artista plástico, ensayista y promotor cultural. Ha publicado
los libros La Imagen Doble (entrevistas a artistas plásticos y poetas hispanoamericanos,
2006); Simples (poemario, 2006); La Escritura y tú (aforismos,
2010). Página ilustrada con obras de Licia Salvatore (Venezuela).
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