Julio
de 2016. La poesía del brasileño Floriano Martins se encuentra con la narrativa
del costarricense Alfonso Peña justo en la casa mágica de sus actuaciones como
editores y promotores culturales, a través de sus periódicos, Resto do mundo (Brasil) e Andrómeda (Costa Rica), y la abertura
generosa de esas publicaciones a todo lo que pertenecía al mundo de la creación
artística en varios países. Desde entonces, inicio de los años ’80, los dos
siguen compartiendo producciones culturales y la amistad.
FLORIANO MARTINS | Hace muchas décadas que venimos trabajando, siempre con un “espantoso”
grado de intensidad. Es parte de nuestra naturaleza, por cierto, considero que
habernos conocido fue una joya del azar objetivo, una fortuna cósmica. Recuerdo
que siempre lidiábamos con la edición, el periodismo cultural, y gracias a esta
búsqueda del otro fue que nos conocimos. Ya platicaremos sobre los primeros
pasos, pero hoy pienso en el conjunto de cosas que juntos realizamos y es algo
increíble: ediciones de libros y revistas, producciones de muestras de grabados
y fotografías, traducciones, una bienal del libro, una exposición del
surrealismo – todo eso en una dimensión internacional, logrando una red de
complicidad cada vez más amplia. El surrealismo tiene su tríada definida por el
amor, la poesía y la libertad. Hay una fuerza que es capaz de sumar las tres
piezas de la magia surrealista, que es la fraternidad. Esta me parece ser el
poder absoluto de nuestras realizaciones. Aquí podemos hablar del “mobiliario”
de nuestro espíritu. Inicio con la curiosidad de que me cuentes cómo te mueves
dentro de tu vida, en los espacios oníricos y pragmáticos que conforman tu
existencia.
ALFONSO PEÑA | Floriano, si bien sostienes que más adelante platicaremos sobre nuestra
estupenda relación, voy a tomar un momento para viajar al comienzo de nuestro
encuentro, ya que considero que es un tema importante. Recuerdo cuando llegó el
primer ejemplar de Resto do Mundo, el
tabloide que vos editabas en Fortaleza, para mí eso fue estimulante, pues en
esa edición se le daba un lugar destacado al Surrealismo y si mal no recuerdo se hablaba de “Mundo mágico”…
Antes de esa coincidencia contigo, yo tenía un fluido intercambio y amistad con
los poetas de Punto Seguido de
Medellín: Jhon Sosa, Luis Fernando Cuartas, Óscar González, con algunos
escritores y pintores argentinos
surrealistas: cito a Carlos Barbarito, merced al canje de publicaciones había
entrado en contacto con la creación luminosa de Ludwig Zeller y tenía vínculos y complicidades con
el artista Juan Bernal Ponce, chileno exiliado en Costa Rica y que era
surrealista. Y por supuesto, la presencia del escritor y editor Tomás Saraví,
que sin ser un surrealista dogmático, era practicante… En esos años (1983) yo
estaba totalmente “encendido”, “impregnado” por la realidad paralela, y todo lo
que tuviese que ver con lo maravilloso, con los sueños, con la poesía y el collage como un camino para abordar realidades
distintas a las convencionales… Desde
años atrás había experimentado con “la tijera” y la poesía; creaba unas cajas
de madera (encontradas en las calles y posteriormente modificadas) y algunos
“ensambles” sobre viejas paredes y muros con fotocopias de periódicos
amarillentos que en forma automática y gestual interveníamos… Con el colectivo
informal del “Lobo Púrpura” realizamos un collage en la pared principal del
antro (de 300cm x 220cm) contestatario, iconoclasta… Era una gran
efervescencia; de ahí que nuestro encuentro fortalece los enunciados creativos
y amistosos; felizmente son totalizantes, impugnadores, que nos llevó por los
caminos de la imaginación y la libertad creativa. Es increíble lo que vos acotás ¡y todo lo que no se dice!, lo que conforma el “corpus”
de toda esta interacción…
Después
de citar la prehistoria, me parece que la “coincidencia amistosa” es un As
surreal dentro de toda la baraja existencial. Si me siento en el diván, te
cuento que me leí a Allan Poe, con poca edad. Era un intercambio “inverosímil”
que mantenía con un amigo de infancia y fíjate que aún en la actualidad
conservamos esa “rara costumbre”. Esas lecturas “góticas”, llenas de
“psicosis”, inmersiones a la “ventana desconocida” me abrieron con los años la
imaginación, lo hermético, lo maravilloso. Luego se sumarían otras lecturas de
sello semejante que me reafirmaron en la concepción de mi escogencia artística…
No nombro ninguna referencia porque la lista es abundante, sin ser presuntuoso,
te lo digo. Quizás soy un soñador…
Mi
filosofía (el modo de conducirme en la realidad), no ha cambiado mucho, sigo
creyendo en la magia, en lo sorpresivo, mi fuente es entre otros el
inconsciente. Cada segundo, cada minuto que transcurre dentro de la realidad
trivial, cruel e histriónica está concatenado a la imagen poética. Por eso es
que acumulo datos, experiencias, visiones, sueños, alucinaciones que
posteriormente se conformarán en “un mosaico”: collage visual poético… Es probable que por medio de esos elementos
guiados se configuren los proyectos, las propuestas, los embriones de las
ediciones, los libros, lo automático. No
puedo obviar “los obstáculos”, “los desencantos”, con que la realidad repele a
nuestra cosmovisión onírica, no obstante, soy de la idea que hay que responder
como “guerrero cósmico” para sobreponernos a las adversidades y cortapisas que
el sistema establece.
Coincido
con vos: sin la “triada” con la que está conformado el surrealismo no es
posible que “dos locos” como nosotros podamos coincidir en la misma esquina de
la alfombra mágica…
FLORIANO MARTINS | Si, recuerdo ahora que fue algo fascinante la experiencia de realización
del tabloide Resto do Mundo. Yo había
trabajado en una impresora gráfica, de ese modo aprendí el oficio de diseñador,
lo necesario para montar en mi casa la matriz de cada número del periódico. Era
la aventura total: elegir los textos, traducir, revisar, montar… y luego llevar
todo eso a las máquinas de impresión. Lo mejor: las máquinas eran de un amigo,
Lauro Maciel, editor y gráfico, allí sacábamos cada edición sin costo, mientras
tomábamos buena cerveza. Hasta hoy no sé por qué he dejado de publicar Resto do Mundo. Creo que la muerte de
Sérgio Campos –el otro editor– fue decisiva. No recuerdo el tiraje de cada
número, pero yo mismo cuidaba de su distribución, por correo común. Y llegaban
cartas de todas partes, efecto mágico.
En
esa época tú editabas Andrómeda, y
desde Costa Rica me llegaba otro mundo mágico, fascinante, con su plástica
renovadora, recuerdo que de inmediato tratamos de intercambiar materiales
artísticos y literarios, algo que seguimos haciendo hasta el día de hoy. Creo
que lo primero mío que publicó Andrómeda,
fue una entrevista que trabajé con el crítico español Jorge Rodríguez Padrón.
Ese fue un nombre fundamental en mi vida, un tipo de maestro improvisado por el
azar, que me ha enseñado muchas cosas respecto a la tradición lírica en lengua
española. Después que intensificamos nuestras afinidades, Alfos, tratamos de
realizar la edición maravillosa de tu novela La novena generación, traducida por mí, publicada justamente por Edições
Resto do Mundo. El artista Eduardo Eloy creó una serie de monotipias en
papel artesanal especialmente para esta edición. Era el año 2000 y de pronto me
encontré en San José, para la presentación del libro, que fue como la primera
consagración de nuestra complicidad. De inmediato agendamos una muy buena
fiesta para la presentación del libro, con una muestra de las obras de Eloy.
La
presencia de Eloy fue decisiva para que nosotros tratásemos de ampliar nuestra
confabulación por el mundo plástico, algo que ahora te toca recordar.
ALFONSO PEÑA | La génesis de la revista Andrómeda
fue un hecho que linda con lo maravilloso. Algunos amigos nos reuníamos a tomar
cerveza en un bar en los alrededores de la Universidad de Costa Rica. Recuerdo
al poeta Rodolfo Cerdeño, a los vates hondureños José Luis Quesada y Fausto
Maradiaga, el grabador cuscatleco José David. Por esos años era muy común que
los escritores y artistas “no oficiales” no tuviéramos espacios para publicar
nuestros textos y exponer los dibujos y grabados. Otros amigos, de igual modo
se “lamentaban” de la misma circunstancia. Una tarde, como una especie de
“dardo” tirado al azar, murmuramos: “editemos una revista”; una voz señaló “se
llamará Andrómeda”. Juntamos poemas,
cuentos, grabados y circulamos la primera entrega. La edición se agotó
rápidamente, y teníamos el compromiso “moral” de editar un segundo número. No
recuerdo como brotó esa edición, de donde salió el dinero para financiarlo, sin
embargo, los materiales eran cuidados y de primera mano. Fue tanto el impacto
que el poeta nicaragüense Pablo Antonio Cuadra nos dedicó un par de páginas en
el suplemento La Prensa Literaria. A
partir de ese momento nos percatamos que teníamos una herramienta muy eficaz
para difundir literatura, poesía,
gráfica, etc… Y aquello fue increíble,
se sumaron los poetas de muchas latitudes, a la redacción de la revista llegaban
colaboraciones de mucho calibre, comenzó el canje de publicaciones con otras
revistas y un largo etcétera… Fueron 33 números que navegaron con propiedad y
una fundamentada identidad… Igual que
vos, tengo muchos amigos que con frecuencia citan, preguntan, rememoran, la
revista Andrómeda… De vez en cuando,
en algunas ocasiones hojeamos de un modo fragmentario las ediciones y nos
“asombramos” del equipo de colaboradores, de las temáticas, del perfil
vanguardista de Andrómeda… y también,
de uno que otro “yerro”…
No
solo a nosotros nos condujo de un modo íntegro las “conversas” magistrales con Jorge Rodríguez Padrón, sostengo que
muchos escritores, poetas, pintores y lectores, quedaban encandilados y
sorprendidos de esas “cátedras” verbales donde vos y Jorge transitaban por la
poesía hispanoamericana, la creación contemporánea, la filosofía y el surrealismo. Ese número fue extraordinario: dimos a conocer en
Centroamérica la creación desenfadada de Charles Bukowski, con preámbulo y entrevista
del escritor chileno Poli Délano, publicamos textos inéditos de Alfredo Cardona Peña, un ensayo de Luis
Ferrero dedicado a Joaquín García Monge, entre otros colaboradores, y el número
se veía fortalecido por el diseño gráfico que era contundente: Félix Arburola
en acción… y para presumir, la “muestra gráfica” del número era del
maestro catalán colombiano Juan Antonio
Roda. Rodríguez Padrón, ejercía su “crítica literaria” de un modo honesto,
mesurado, con el ojo del conocedor sobre lo que apuntaba en sus propuestas. Sin
embargo, mantenía el bajo perfil. Un día en la correspondencia que sostuve con
él, me expresó: “¡Por favor! No sé hasta dónde quieren llegar Floriano y tú,
con esos despliegues para mis humildes reflexiones…”
Cuando
escribí La novena generación, más o
menos llevé a la “página en blanco” el propósito inicial, escribir un libro con
la sensibilidad de la poesía y el collage: retazos de canciones,
intertextualidad, azar, lenguaje poético y jazz sincopado… Conforme el libro se
deslizó entre los diferentes ámbitos, obtuvo algunas buenas críticas… Un día de
tantos, sin previo aviso me llegó tu traducción y eso fue muy emotivo. Recuerdo
que vos me hiciste preguntas sobre algunos términos invención y juego de
lenguaje. En agosto del 2000, me parece, vos llegaste a San José, después de un
itinerario galopante por tierras panameñas. Venías en compañía de la entusiasta
poeta panameña Consuelo Tomás, y un fardo de aventuras donde diste charlas,
recitales… y abundante “cerveja”.
La
complicidad con Eduardo Eloy, fue muy especial. Él trabajo los diversos textos
al recrear la temática en espontáneas monotipias, en un bello papel reciclado.
Mantuvo el lenguaje gráfico de los grabadores brasileños, o de algunos
nordestinos. El libro quedó como una bella pieza de arte y literatura. Y fue
como el “conejillo de indias” para ponerlo en práctica en futuras ediciones. El
lanzamiento del libro fue una gran fiesta, con amigos, poetas, pintores.
Posteriormente la expo de Eloy la llevamos a ciudad de Panamá y estuvo expuesta
itinerante por seis ciudades.
A
partir de esa complicidad, comenzamos a trabajar en conjunto y las
colaboraciones iban en ambas direcciones. Tanto en Agulha Revista de Cultura (1999) http://arcagulharevistadecultura.blogspot.com.br/, como en Matérika (2000) www.revistamaterika.com, incluimos
desde la apertura de las publicaciones: muestras poéticas brasileñas,
grabadores costarricenses, entrevistas y textos emblemáticos a compositores y
músicos, cito a Ray Tico, Compay Segundo, Jovino Santos Neto. La sana
práctica de la inclusión de artistas visuales les daba a las
ediciones un alto punto de creatividad, imaginación, ángulo, abstracción, color…
En
tu “roteiro” vivencial en San José, La Fortuna, Naranjo, Zarcero, Volcán
Arenal, y ciudad de Alajuela, de pronto fuimos invitados a “unos guaros” donde
el escultor Edgar Zúñiga. Considero que a los lectores les encantará escuchar lo
que sucedió en esa reunión y su posterior desenlace y materialización…
FLORIANO MARTINS | El proyecto de conversaciones con Jorge Rodríguez Padrón creció mucho,
se ha desarrollado en tres largos diálogos precedidos de una presentación que
luego he tratado de publicar en su totalidad en la revista de la Universidad de
La Laguna en Canarias. Todavía tengo deseos de sacar un librito con esas
charlas que sí, reflejen el pensamiento de un crítico español y un poeta
brasileño acerca de la tradición lírica hispanoamericana. Luego editamos en una
colección de libros virtuales de Agulha
Revista de Cultura una antología de los libros de Rodríguez Padrón: Puerta lateral. Y recientemente dedicamos a este crítico una edición especial de la
revista, en nuestra serie titulada O rio da memoria,
donde se reproducen los tres diálogos.
Recuerdo por supuesto, la tarde/noche
maravillosa que disfrutamos en el “atelier” de Edgar Zúñiga, donde incluso he
conocido a Francisco Proaño Arnadi, entonces embajador de Ecuador en Costa
Rica. Con él he realizado, tiempo después, una larga entrevista acerca de
varios aspectos fundamentales de la cultura en su país. Por último, Proaño ha
participado, al lado de otro destacado crítico ecuatoriano, Raúl Serrano
Sánchez, en mi proyecto sobre las vanguardias en Hispanoamérica: Vanguardias en el Siglo XX.
Esta remembranza es como un valor agregado de esa tarde maravillosa. El valor
principal fue haber conocido al maestro y sus fascinantes esculturas. Recuerdo
que fue inmediata nuestra afinidad desde la noche de presentación de La novena generación en la Galería
Andrómeda. El estar allí, con más tiempo
libre para el desarrollo de nuestras afinidades y en medio de sus obras, eso
fue algo mágico, sobre todo cuando tú te acercaste a nosotros y propusiste que
editemos un libro juntos, poeta y escultor.
Así
nació la idea de una edición en tres idiomas de mi poemario Cenizas del sol, de inmediato traducido
al español y al inglés. Los poemas, igual que las esculturas, eran piezas algo
insólitas en el mundo de la lírica y la plástica. Mis poemas eran en prosa,
relatos imaginarios de una vieja señora en su lecho de muerte. Las esculturas,
una serie de rostros tallados en maderos antiguos, de construcciones demolidas,
en general viejas iglesias, otro tipo de relatos de la población de un sitio ya
inexistente. En los dos casos, el alto voltaje humanista de dos creadores que,
como el mismo Zúñiga afirma, creamos una obra personal que refleja nuestra
visión de la realidad. El libro es también un encuentro de nuestras
reflexiones, pues, además de la prosa poética y las esculturas, al final se
reproducen dos entrevistas, en que cada uno de nosotros, interroga al otro
acerca de sus conceptos y expectativas. Es un libro muy rico, muy bien
diseñado, por supuesto, un raro encuentro entre un poeta y un escultor. Las
traducciones fueron realizadas por
Margaret Jull Costa, Benjamin Valdivia y Saúl Ibargoyen, además de la presencia
de Guillermo Fernández quien firma la presentación. Sin embargo, tú fuiste el
conductor de todo con el equipo de Ediciones
Andrómeda, el volumen es espléndido y sería muy oportuno hacer una segunda
edición.
Posteriormente,
empezaste con las ediciones del “desplegable” Manija, de larga circulación por todas partes, siempre con una
pareja de artistas visuales y poetas. No obstante, uno de los puntos altos de
nuestras colaboraciones comunes me parece haber sido la realización de una
muestra de artistas del grabado, de Ceará y Costa Rica. Incluso se imprimió un
catálogo bilingüe, muy preciso. Ceará siempre ha sido un centro de creación de
grabados muy expresivo en el país, pero era la primera vez que los
presentábamos al público. Y la conjunción con
grabadores contemporáneos de Costa
Rica, fue un éxito en la utilización de
este lenguaje. Y fue maravilloso como logramos agenciarnos una galería donde
exponer los trabajos de seis artistas de Costa Rica, al lado de seis de Ceará.
También tuvimos la presencia de dos de los grabadores de tu país, así que la
muestra obtuvo excelente resultado. ¿Cómo se dio la muestra en San José?
ALFONSO PEÑA | Es muy cierto lo que decís de tu relación con Jorge Rodríguez Padrón, recuerdo una complicidad que hicimos
con el periódico Graphiti que dirigía
el poeta Rodolfo Cerdeño y donde publicamos otra de tus extensas conversaciones
con el crítico canario. Coincido en que una edición impresa será un gran
beneficio para los lectores
iberoamericanos.
El
resultado del encuentro con Edgar Zúñiga fue muy beneficioso. El taller de Zúñiga está configurado de
piezas en madera, horcones y columnas, bronces, y creo que también de piezas de
imaginero religioso. Él es hermanastro del maestro Paco Zúñiga que realizó una
carrera muy exitosa y brillante en México. Incluso en su familia hay una
antigua tradición por la imagen religiosa
y entre los diferentes miembros hay varios escultores e imagineros. En ese
tiempo yo tenía una buena relación con Edgar. Cuando estuvimos en su taller
hubo un clima cálido y amigable entre los diferentes cofrades y artistas que
asistimos a aquella velada. El embajador de Ecuador era bastante amigo de
Edgar, de ese modo fue que lo conocimos.
Francisco Proaño nos propuso algunos eventos e intercambios que la verdad
quedaron a medias e inconclusos.
La
edición de Cinzas do sol, en tres
idiomas, adicionado de reproducciones de columnas de madera e intervenidas, se
constituyó en un desafío. La edición es muy cuidada, con una bella estructura
gráfica entre los diferentes segmentos; destaca la distribución y diagramación
entre el poema enfrentado a una columna escultórica de Edgar. Toda la página
con fondos negros, grises y blancos. El epílogo del poemario está armado a base
de preguntas y respuestas entre un poeta brasileño y un escultor costarricense.
El volumen tuvo una gran aceptación entre lectores y las personas que buscan y
coleccionan estos libros de “arte”. No era una edición sencilla, tenía su
riesgo pues la impresión en negro, gris y blanco de esos volúmenes tan
complicados, no es un asunto fácil. Sin embargo, trabajamos con un equipo de
diseño e impresión de alta calidad y lúcido. Meses antes Ediciones Andrómeda había editado y publicado un catálogo muy bello
y exquisito de “las maderas y horcones” de Edgar Zúñiga. La experiencia cuenta,
por eso tu libro tuvo una producción que la llevamos a buen término. Creo que
será sobresaliente que se realice una segunda edición.
Me
permito recordar la producción de un volumen emblemático. Tu antología
surrealista Un nuevo continente, antología
del surrealismo en la poesía de Nuestra América. La edición fue un trabajo
exhaustivo, ya que el volumen, además de los “grandes nombres del surrealismo
en América” está conformado con la colección de los retratos de los poetas
surrealistas latinoamericanos que realizó el artista costarricense Fabio
Herrera. Considero que es un volumen de una importancia capital. En ese momento
prácticamente no existía un documento impreso con esta información valiosa y
actualizada. En esta edición de la antología surrealista intervinieron un
nutrido grupo de amigos: editores, traductores, investigadores, poetas,
colaboradores etc. El volumen incluyó la edición de una carpeta de obra gráfica
con los retratos de Herrera. Aquellas fueron unas jornadas maravillosas, comenzábamos
a trabajar en El taller de la Imaginación,
en la impresión de las serigrafías desde las 5 de la mañana. Esa carpeta
surrealista es todo un logro. Y se ha divulgado y expuesto en diferentes
ciudades y ámbitos. La antología tuvo una gran acogida entre los lectores
avisados del continente. El libro se vendía por correo electrónico, en las
principales librerías del país. Participamos en diferentes ferias del libro en
México, Colombia, Cuba, Ecuador, Perú, San José, en la Feria de la Frontera en
Baja California. La noche del lanzamiento invitamos al hijo de Max Jiménez, ya
que vos le dedicaste el volumen a Max. Ese lanzamiento fue muy emocionante ya
que en la presentación estuvimos compartiendo con el maestro Felo García, el
escritor Tomás Saraví y el hijo de Max, Roberto Jiménez, que era un ameno
conversador y narró historias y pasajes inéditos de nuestro artista. ¡Una noche
de candilejas!
La
concepción del artefacto gráfico/poético Manija,
no lo tengo claro del todo. Creo que fue en un viaje por Suramérica, en un
avión, tomando un “drink” de whisky. En mi
asiento de la aeronave encontré una plaquete
poética y después de leerla, divagué un rato y pensé en por qué no editar un
artefacto poético. A los días le expuse la idea al editor y cómplice Tomás Saraví
y él estuvo totalmente de acuerdo. Le confiamos al diseñador de origen uruguayo
Fernando Francia, un boceto: le dimos poesía+gráfica y a los pocos días
teníamos el primer ejemplar: Manija:
comunica, abre puertas, es un puente continental… La primera edición fue
impresa en los talleres gráficos del TEC, con la colaboración del poeta Adriano
Corrales, para acompañar la presentación en San José del poeta cubano Félix
Contreras, que desdichadamente no logró eludir las aduanas cubanas. La primera
edición muestra poemas del poeta insular y gráfica del artista bogotano Carlos
Penagos. Desde el embrión nuestra idea fue una edición bimensual, con una
publicación doble de ediciones, por ejemplo: 1 y 2; 3 y 4. Muy pronto la
respuesta fue gratificante, lúdica, mágica… Se distribuía gratuita y de mano en
mano, en Ferias de Arte, Ferias del
Libro, en parques y avenidas; por correo postal y con el tiempo
enviábamos una cantidad considerable de ejemplares a diferentes contactos en algunas
capitales de Latinoamérica que se encargaban de distribuirlas. En Manija, dimos a conocer poetas
relegados, activos, y algunos noveles. Por sus páginas en miniatura desfilaron
poetas como Carlos Martínez Rivas, Eunice Odio, José Ángel Leyva, Jacobo
Fijman, Lêdo Ivo, Claudio Willer, María Baranda, Rodolfo Alonso, Paco
Amighetti, Carlos Barbarito, Alfonso
Chase, Floriano Martins, Sila Chanto,
Rodolfo Hasler… ¡Un festejo, una celebración de la palabra escrita y la imagen
visual…! Recuerdo una mañana que me encontraba con vos y otros poetas en la
Feria de la Poesía en Granada, Nicaragua, y de súbito se acercó un reconocido
poeta nicaragüense y nos dijo, –Manija
en mano–: “Ustedes no son poetas, son guerrilleros de la imaginación”. Fueron 54 ediciones, y la misma cantidad de poetas y artistas visuales.
Alunas veces me sorprende la llegada de un correo electrónico de lejana
geografía, que tanto tiempo después de haber publicado la última edición,
solicita información sobre Manija y
la opción de publicar poemas, dibujos… o ¿Cómo se consigue? ¿Cuánto cuesta la colección?
Costa
Rica tiene una fructífera tradición en la disciplina del grabado en sus
diferentes manifestaciones: xilografía, cromoxilografía, serigrafía, grabado en
metal, punta seca. Desde los años treinta del siglo XX, destacaron algunos
artistas que crearon en 1934: “El álbum de grabados”, era una “colección de
xilografías” donde participaron distinguidos artistas: Francisco Amighetti,
Manuel de la Cruz González, Francisco Zúñiga, Teodorico Quirós, entre otros. De
igual modo Max Jiménez, ilustraba sus poemarios con sus xilografías, la
estrategia consistía en la estampación con el “taco original” en las páginas
del libro, se puede considerar que esas “mixturas” de Max son verdaderas
joyitas surrealistas… y quizás, se adelantó a las ediciones contemporáneas
artesanales, numeradas y firmadas por los artistas, donde interactúan la poesía
con el grabado…
La
expo “El surco de la gubia”, fue la muestra a la que vos te referís. Estuvo
conformada por los grabadores Sila Chanto, Fabio Herrera, Eduardo Brenes,
Alberto Murillo, Hernán Arévalo, Rudy Espinoza. En los noventas, estos artistas
tuvieron mucha vigencia. En la actualidad algunos de ellos continúan llenos de
vigor creativo (Herrera, Arévalo, Murillo); Sila Chanto, falleció
prematuramente el año
pasado, y Brenes desertó y se dedica a labores económicamente más rentables; y
el que era considerado el “maestro”: Rudy Espinoza, no dio el salto esperado,
en calidad, rigor y proyección latinoamericana, como si lo hizo en su tiempo
Francisco “Paco” Amighetti. El proyecto fue interactivo y audaz: proyectamos y
publicamos un catálogo muy expresivo como bien decís, y editamos una carpeta de
obra gráfica de los 6 grabadores con sus diferentes temáticas en la técnica de
la serigrafía, la colección lleva el título homónimo de la expo. En estos
grabados destacan los diversos símbolos y rasgos temáticos: figuración,
abstracción, animalística, mixturas geométricas y gráfica experimental… La expo
fue promocionada en los suplementos de
los periódicos más importantes del país y creo que contribuimos en lo posible
con el desarrollo del grabado en Costa Rica. Antes de finalizar y pasar a otro
recodo de la conversa, quisiera agregar que el grabado en Costa Rica y en
Mesoamérica, tiene sus orígenes en las culturas primigenias. Nuestros ancestros
fueron artistas del “grabado” con una gran solvencia, sensibilidad, y fueron
insignes comunicadores dese hace miles de años. En reiteradas ocasiones
conversé sobre este tema con maestros como Francisco Amighetti, Harold Fonseca,
Carmen Santos, Felo García y Juan Bernal Ponce.
Es una alegría que el Museo del Jade con sus excelentes instalaciones haya organizado la muestra Diseño simbólico sobre la roca. En las
diversas estancias se exhiben y presenta un recorrido por los petrograbados (inscripciones
sobre rocas), pictografías (pintura rupestre), realizadas por artistas indígenas
prehispánicos, en diversas zonas del país. Parafraseando a Sergio García,
curador de la exposición: “Estas manifestaciones eran un medio para comunicar su cosmovisión, sus
actividades cotidianas, sus creencias y rituales. Ellos crearon un sistema de
símbolos aceptados socialmente para transmitir una gran cantidad de
información”. Las rúbricas las llevaban a cabo tanto en rocas individuales
(paredes de río y esferas) como en gigantescos muros y farallones de piedra.
Destacan las propuestas plurales: líneas, óvalos, círculos, cruces, curvas,
soles y representaciones “mágicas” de animales prehispánicos. La exhibición
muestra las diversas técnicas que recrearon los artistas indígenas costarricenses para realizar las
inscripciones o como apuntamos en la actualidad “estampaciones”: raspado,
incisión, golpeteo, picado y perforación. Las herramientas (martillo y
cinceles) también eran de piedra. Uno de los ejemplos más sorprendentes es el
sitio El farallón, que se localiza en una finca en Cañas,
Guanacaste. Subraya, el arqueólogo
Sergio García: “Ubicado en el cañón del río Cabuyo, podría decirse que era como
una especie de Facebook precolombino: un muro de piedra de 50 metros de largo
por 30 metros de alto en el que los pobladores precolombinos dejaron testimonio
gráfico de su vida cotidiana. Los grabados abarcan una superficie de 17 metros
de largo por 7,2 metros de alto”.
Flor, para nosotros que somos apasionados de
la imagen gráfica y poética ¿no te parece un trabajo sobrenatural y
sorprendente?
FLORIANO MARTINS | Bueno, aquí hay temas para toda una vida… Me gustaría primero recordar
el marco de lo que fue la publicación de Un
nuevo continente, antología del surrealismo en la poesía de Nuestra América.
Tu relato de la producción del mismo en Costa Rica es brillante, el libro ha
seguido el viaje de muchas formas. Luego de la publicación de la antología por Andrómeda me llegó una invitación para
ampliar la edición para la editorial venezolana Monte Ávila. Fue todo un logro y yo estaba muy contento con los
viajes, críticas, presentaciones, sin embargo, algo me seguía faltando. La idea
de mi trabajo de investigación acerca del surrealismo tenía por blanco el
ámbito brasileño… Y aquí el tema no despertaba la menor atención. Continué
laborando y luego finalicé un libro que hace poco publicó la Editorial de la Universidad Autónoma de
la Ciudad de México: Un poco más de
surrealismo no hará ningún daño a la realidad. En esta ocasión no se trata
de una antología de poemas, sino de un extenso volumen de ensayos. Una vez más,
buena recepción, presentación en la Feria del Palacio de Minería en la capital
mexicana, pero nada de Brasil. ¿Por qué un libro de esta naturaleza no interesa
al mercado editorial brasileño? Unos años antes se presentó
una edición especial de la revista Atalaya
Intermundos en Lisboa, Portugal, edición dedicada al surrealismo y
preparada por mí y Maria Estela Guedes, que dirige el portal TriploV, hace casi 20 años, sitio en que
se dispone hasta hoy de un dossier sobre el surrealismo internacional. En
Brasil del mismo modo, salió un voluminoso tomo dedicado al surrealismo, por la
editorial Perspectiva, volumen en que
participo con tres ensayos. La antología que salió por Andrómeda y que fue ampliada para Monte Ávila tuvo nueva revisión y edición; no obstante, en Brasil
es imposible la edición de la antología. Ese fue un trabajo infernal, hubo que
preparar todo, contar con la solidaridad de amigos traductores, la complicidad
de parientes y editores de los poetas muertos, etc. Nadie piensa en esas cosas,
el tortuoso camino que hay que recorrer hasta que un libro llegue a las manos
del lector. Ahora, he decidido tomar un riesgo casi suicida: editar yo mismo,
por mi sello ARC Edições, un amplio registro crítico del surrealismo en todo el
continente americano: Um novo continente
– Poesia e Surrealismo na América, son alrededor de 600 páginas, es el
estudio más completo sobre el surrealismo en nuestro continente, es el
resultado de la aventura iniciada en Andrómeda.
Vamos a ver que logramos ahora, en Brasil, aunque este es el más misterioso de
todos los países del mundo.
Alfos, hablas de nuestra pasión, por la
imagen. Es un tema fascinante, porque nosotros venimos de matrices que algunas
veces son consideradas diferentes: la narrativa y la lírica. Con el paso del
tiempo, por la fuerza conjunta de la necesidad y el talento, encaramos el
periodismo, el mundo aventurero de la producción cultural, los matices entre
gastos y olvidados de la crítica etc., pero en verdad lo que somos, en esencia,
es otra cosa. Somos creadores. Recuerdo mi alegría al convivir con los
personajes de tu libro que traduje. Y tus cuentos, construidos allí, eran la
configuración de algo mayor, igual como yo pensaba respecto a la creación de
mis poemas. Es como si tus piezas narrativas pudieran crear un tipo distinto de
expectativa, en mí, por supuesto, como su primer lector, y, luego, en los
demás. ¿Qué tipo de desafío puedo imponerme que me transporte en el
descubrimiento de otros mundos, de otras perspectivas de la mirada? Yo traducía
tus relatos mientras pensaba en eso. Porque la creación no es un reflejo de los
obstáculos del tiempo en que vivimos, sino de nuestra exigencia de la vida, en
su ambiente ético y estético. Cuando decimos que Da Vinci, por ejemplo, es la
cara del Renacimiento, hay un error clásico, porque, en verdad, es todo el
contrario, el Renacimiento tiene la cara de Da Vinci. Creo que fue Joseph Goebbels quien percibió la necesidad, para el poder, del cambio de ángulo. No fue
la iglesia, sino el hombre principal de Hitler. Hay que pensar en cuanto el
ambiente nazi ha distorsionado nuestra visión del mundo. Yo creo que el tema,
Alfos, tiene mucho que ver con la manera como, tú y yo, estamos presentes en
nuestras creaciones. ¿Qué piensas?
ALFONSO PEÑA | Con respecto a Da Vinci, que más se puede agregar al millón y resto de
volúmenes dedicados a sus inventos, a sus genialidades, a sus propuestas y teorías, a sus deleites
vedados y esotéricos, al menos para mí minúsculo mortal… Y si se habla de
Gobbels, Hitler, el Nacional Socialismo, las SS, son campos minados, ciénagas, ahí está
entubada “la estética del mal…”, y lamento muchísimo que últimamente escucho muchas
citas de personas sensibles e inteligentes que les hacen la coba a estos
personajes enfermizos, infames, denigradores del arte, y la naturaleza digna
del ser humano…
Efectivamente,
podemos emprender un viaje al fondo de nosotros mismos (viaje al fondo de la
noche); son muchos los temas, las ideas, las imágenes, que flotan y conforman
recovecos e intersticios en este tapete. Cuando te hablo de la imagen gráfica y
poética, pienso en tus poemas, tus fotografías, tus ensambles, nuestras
propuestas gráfico poéticas, en las fusiones literarias que yo realizo, solo y
en compañía, de un modo musical y
espontáneo. Hay que admitir que en la actualidad muchas de estas expresiones
mixturadas y reinventadas son totalmente válidas y genuinas. Fíjate que desde
hace aproximadamente medio siglo se discute sobre la muerte de la poesía, se
arguye la novela murió… Más bien considero que en los últimos tiempos, hay una
gran conexión de medios que hacen más interesante el panorama de la literatura
y la poesía, lo mismo que la gráfica, la música, la pintura. Podemos considerar
que una servilleta escrita por ambos lados y que circula en la mesa de un
restaurante es poesía, una partitura musical es literatura, lo mismo que las
letras de las canciones… Incluso la ópera, el rock, se pueden considerar
literatura, o subproductos literarios. Los géneros tradicionales impregnados de
humedad, fenecieron hace mucho tiempo… Se puede hacer una fotografía, se procesa en un programa
artesanal en un ordenador y se le da otro matiz, se desvirtúa y se reconstruye,
luego se imprime en papel y se interviene con lápices de colores, marcadores y
una dosis de tijera, ¿cuál es el resultado de toda esta fusión? Pero no nos
detengamos ahí, esa matriz se puede procesar de nuevo y se le proporciona otro
lenguaje y se lleva a la impresión artesanal, el grabado en metal o la
serigrafía artística, quizás hasta la cerámica… De igual modo, o en alguna
variante podemos hacerlo con la poesía, la narrativa, el ensayo, los textos
creativos.
Más
allá de las especulaciones con nombres fastuosos y rimbombantes que nos
proporciona la historia universal lo que vos hacés, Floriano, con tus poemas
llenos de virtualidad, verticalidad, y una alta dosis de juego, (el componente lúdico es muy importante en tus textos, en tus
complicidades poéticas, rupturistas, con
otros poetas y artistas, como recién lo has hecho con Manuel Iris, Zuca Zardan,
Leila Ferraz), eso para mí representa la creación auténtica realizada con
imaginación, con lenguaje esencial, y por supuesto subversiva… En algunas áreas
del proceso creativo coincidimos, por ejemplo “la galería marginal de tipos”
con que vos bautizaste a los personajes
de La novena generación, tiene muchos
ingredientes de lo que te he citado… Son personajes-fusionados, construidos-deconstruidos,
inventados e imaginados en diversas circunstancias, puedo partir de un sueño y
de repente llevarlo por senderos inasibles, peligrosos, más allá de un lenguaje
precioso y preciso, el mismo lenguaje opta por la respuesta, por la defensa de
la escritura. No comulgo con ciertas frases anquilosadas de ciertos escritores
ordenados, pulcros, sin máculas, antisépticos (¡me alarman!) donde se trata de
dar cátedra sobre la claridad del lenguaje, del mensaje, de la forma, mejor,
¡metamos el dedo en el ventilador!
Por
último, considero de rigor dedicarle unas líneas a la expo surrealista Las llaves del deseo, (Costa Rica,
Cartago, marzo, 2016). Es un evento impresionante como casi todo lo que está
enlazado con el surrealismo. Un día de tantos coincidí en una actividad
cultural con la artista Amirah Gazel. Creo que era la segunda vez que hablaba
con ella. Conversamos unos minutos y de súbito en medio de su sonrisa me
propuso: “Nosotros tenemos que organizar una exposición del
Surrealismo en Centroamérica”. No pasó mucho tiempo para que esa frase se
hiciera realidad. ¡Pregúntame cómo, de qué modo! La respuesta se la endosamos a
la triada surrealista. Como en toda organización, se sabe que hay que vencer
obstáculos, que hay que armarse de valor y trabajo para sacar adelante un
compromiso, una tarea de este fuste… Fue emocionante vivir milímetro a
milímetro la conformación de la expo: el abordaje de las obras, los correos
electrónicos, la red de amigos, los contactos… la solidaridad… la
confraternidad… Por eso anotamos que el surrealismo se mueve dentro de los parámetros de la realidad paralela… No es gratuito y
sencillo “manejar”, “mover”, “coordinar” con 107 artistas, 350 obras, 27 países…
Durante todo este tiempo la expo y su background
ha sido un éxito a todas luces… Los medios respondieron a las mil maravillas,
los espectadores que asistieron quedaron
asombrados al ver obras de relieve internacional… Sin embargo, la expo aún no
tiene término, el 1 de setiembre se inaugurará en la capital del país, en un
espacio emblemático como lo es La Biblioteca Nacional. Nos interesa el diálogo
con los niños y jóvenes, además de los adultos. Queremos que se acerquen, que
conozcan a los artistas y la filosofía surrealista, que valoren que hay otras
realidades y no la idea estática de que solo hay un mundo posible… De continuo
será exhibida en Panamá, y te adelanto que hay solicitudes para llevarla a
Lima, Madrid, México… ¡Es como una gran marejada! Hace unos días, entre broma y
serio, tomando una copa de vino tinto, Amirah apuntó: “En el 2024 se cumplirá
el centenario del “Primer Manifiesto Surrealista, ¿dónde lo celebraremos?”.
Página
ilustrada con obras de Armando Reverón (Venezuela), artista invitado de esta
edición de ARC.
Amigos: acabo de leer la frondosa entrevista. Tanto el entrevistador como el entrevistado, amigos desde hace... Y, para aumentar la espesura, hermosa por cierto, aparezco -como una sombra, un fantasma-. Gracias. Los abrazo a la distancia, en una tarde apacible, silenciosa.
ResponderExcluirCarlos, vos siempre "merghulando" en todos los meandros cyber, desde hace... viajamos en el mismo bajel!! abrazo!
ResponderExcluirAlfonso