segunda-feira, 29 de julho de 2019

SETE VISÕES SUBMERSAS – ENQUETE SOBRE SURREALISMO | AMIRAH GAZEL | CARLOS FERNÁNDEZ | FABIO RINCONES


1 | A un siglo de depuración del surrealismo, registrado su rechazo a ser confundido con una escuela o apenas más un ismo, es imposible descartar la propiedad estética de cualquier obra de creación. ¿Cuál es tu entendimiento de un ideal estético del surrealismo?

AMIRAH GAZEL | Si hubiese una estética del surrealismo yo la definiría como la anagogía poética en la unión de dos contextos antagónicos.
El absoluto del surrealismo no obedece solo a la imagen o expresión creativa, involucra la metafísica del ser que está detrás de la representación vidente y mágica del inconsciente.

CARLOS FERNÁNDEZ | A mi modo de ver la misma palabra surrealismo es errónea para definir este tipo de corriente que trasciende lo artístico para entrar en lo onírico e incluso lo metafísico. Hace poco asistí en Madrid a una exposición de Chirico en la cual se exhibían sus pinturas metafísicas donde explora la vida interior de los objetos. Si partimos de la realidad tal como está concebida podemos pensar que los objetos no pueden tener vida interior ya que solamente son eso, objetos. Sin embargo Chirico los dota de vida propia, elevándolos a un plano más alto y es por eso que estoy más de acuerdo con el término suprarrealismo que con el de surrealismo. Muchos autores rumanos, que son principalmente los que yo conozco y en los que más he profundizado, hablan de ese suprarrealismo ya que no consideran que esté por debajo de lo real sino en un plano distinto, posiblemente más elevado de lo que podemos considerar la realidad tal como se entiende ésta. Otro tema mucho más complejo sería entrar en qué consideramos como realidad pero eso quizá compete a los filósofos más que a los artistas.
El valor estético en este caso no depende sólo del observador de la obra sino que hay una sinergia y una interacción entre autor y digamos “consumidor” de ese tipo de arte muy subjetiva en cada caso, por lo que la clasificación es difícil. Una misma obra puede gustar o aborrecer según muchos parámetros como pueden ser el estado de ánimo, la visión subjetiva, los cánones establecidos que condicionan los gustos de los consumidores de arte y así cientos de variables más. Lo que sí creo es que el artista una vez que expone su obra la pierde definitivamente y la entrega a los espectadores, lectores o melómanos para que éstos la posean a su manera, a su propio modo estético. Invito al lector a escuchar temas de música improvisada o mecánica y que luego opine. No sólo hablamos de pintura o de textos. El surrealismo, o suprarrealismo, puede ser incluso una forma de vida y no hace falta que nombre a ningún autor sobradamente conocido que tuvo una biografía claramente al margen de lo que consideramos normal.

FABIO RINCONES | Entendiéndose el surrealismo como una realidad que se supera, un ideal estético seria la permanencia del acto surrealista que no esté sujeto a un contexto y tiempo específico.

OSCAR JAIRO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ | Observo que el surrealismo, como un movimiento estético, siendo lo estético aquí, lo que está transformándose continua e incesantemente es más que lo que extático, o sea, aquello que se sabe, por aquello que se intuye, que está en movimiento, que cada vez es más intenso, más excesivo, más inestable, más irresistible a su manera, en cada uno de quienes se relacione concretamente con el surrealismo (Relaciones concretas, Breton sobre G. Braque). Y si tenemos una estética del surrealismo, no es más que la del escándalo de la rebelión, de su destrucción en la rebelión no de su continuidad en la forma, sino en la formación de formas o no, de lo que es y será todavía el surrealismo. Como estética es una invocación tensional, o sea, interminable y por ello mismo inabarcable, por lo que podría llamarse entonces, estética del surrealismo. Es necesaria entonces, la estética de la disidencia o de la contradicción que serían aquellas que propiciarían nuevos elementos de inquietud insaciable a lo que llamamos surrealismo, que quizá en otro mediodía, no se llamará así, contra nosotros, que lo nombramos en este momento. Instante calcinado, sin pararrayos.

2 | Las clásicas expulsiones de surrealistas llevadas a cabo en la formación original parisina fueron de naturaleza conductual. La mala calidad de una obra jamás fue un aspecto que llegó a juicio. Incluso hoy, aunque las expulsiones ya no son un hecho corriente, surrealistas cuando comentan a sus pares, lo hacen considerando simpatías y adhesiones, lo que acentúa la existencia de una cofradía. ¿Hasta qué punto ese club de amigos distorsiona el entendimiento que se podría tener de la más relevante revolución cultural del siglo XX?

AMIRAH GAZEL | El surrealismo se ha resignado siempre a presenciar su maravillosa revolución. Es un singular afán cultivado por un grupo de existencias, “amigos”, de más de 30 países implicados, que renunciando al reconocimiento y a los riesgos de vida se ahondaron y ahondan en la construcción de otra realidad: la del secreto del sentido.
Club es una palabra corriente para definir lo indefinible de una reunión invisible que se materializa a través de manifestaciones, publicaciones, eventos y las obras que viajan de un lado a otro.
Esta “cofradía” ha sido siempre mal interpretada para su propia desdicha. Triste aquellos que no tuvieron o no tienen la virtud de conocer y disfrutar de la esencia de lo que es realmente ser surrealista.

CARLOS FERNÁNDEZ | Los círculos surrealistas fueron claramente clasistas y no sólo eso, tuvieron un comportamiento claramente machista. Las pocas mujeres que frecuentaban a los dadaístas del café Voltaire en Zurich no tenían un papel relevante en el movimiento emergente. Por el contrario en la mayoría de casos eran meras acompañantes de sus sesudas parejas. Miren los casos de Nadja y Dora Maar, musas de André Bretón y de Picasso. A muchas de ellas no se les reconocía el talento, en algunos casos igual o superior al de aquellos hombres que se jactaban de haber comenzado una revolución estética, social o sexual. Cojan cualquier manual sobre el tema y echen un vistazo a los autores. No aparecen prácticamente mujeres salvo para ejercer de musas, de modelos o de apoyo a las actividades de los hombres. Mujeres como Leonora Carrington, nunca tan conocida ni valorada en su época como su amante el célebre Max Ernst, ya casado con Dorotea Tanning; Frida Kahlo, valorada por André Breton pero más conocida en su época como la mujer de Diego Rivera; o algunas más como la andrógina fotógrafa Claude Cahun y sus fotografías de género neutro o la estadounidense Katherine Linn Sage, conocida como Kay Sage.
Creo que en muchos casos la provocación y el escándalo estaban perfectamente planificados. La herencia actual de las reuniones surrealistas de los cabarets son las conocidas jam sessions de poesía que están de moda en cada café literario y librería bar de todos los rincones del mundo y en las que cada autor presenta lo que le da la real gana creyendo en muchos casos en lo excelso de su obra (a veces lo es) y en lo malditos que están porque nadie los publica a pesar de la calidad tremenda de sus rimas. Eso crea envidias, escisiones, círculos cerrados y expulsiones dogmáticas. Eso sí que se lo reconozco a los surrealistas, ellos no juzgaban la calidad de lo creado sino que creían en la bondad intrínseca de lo humano y, por tanto, consideraban cada creación como un parto maravilloso sólo por el hecho de haber sido concebido. Si han creado escuela creo que es algo evidente. Muchos autores actuales siguen utilizando materiales reciclados como hacía Duchamp o hemos visto venderse a precios disparatados collages tipo Kurt Schwitters pero en realidad no se ha inventado nada nuevo sino que se ha seguido la corriente. Algunos de ellos que sí han innovado y han sido denostados y digamos… “expulsados” de los círculos surrealistas ortodoxos modernos. ¿Recuerdan la exposición de aquel artista, Damien Hirst, que hacía esculturas con órganos humanos o Marc Quinn, que hizo una escultura con su propia sangre congelada? Siempre habrá simpatías y aversiones hacia ciertos autores. Eso es universal y atemporal.

FABIO RINCONES | El hecho de una cofradía como acto natural entre individuos que practican y comparten un ideal, afecta en principio el ejercicio surrealista, pues al ser una consecuencia sofisticada del Dadá, en principio debería subvertir todo orden y convenciones sociales.

OSCAR JAIRO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ | Considero (sin consideración ni considerandos) que las exclusiones son necesarias en la medida en que aquellos con los que se decide el destino de uno mismo, no se puede estar ni hacer nada. Intervenciones de los otros, que no deben estar en concordancia con uno mismo. Breton decía que la coincidencia debía ser turbadora, tener el carácter de una turbación y no de una adhesión. No es la causa surrealista, la de la adhesión, sino lo contrario en su sentido más poderoso y de mayor cantidad de excitación del furor y la furia, la irritación y la indicación revolucionaria, es la que provoca la contradicción, la disidencia. No somos los mismos. Cada uno constituye y realiza un movimiento en sí mismo. Y sí hay un o unos movimientos tendencialmente surrealistas en el mundo, es necesario y se hace necesario. Y sí, hay un movimiento surrealista en cada uno de los que se nombran como tal y quieren mostrarse como tal, ello no es problema, cada uno hace su surrealismo a su manera. Problema dramático, si es que uno diciéndose que es surrealista no lo sea, y no se adhiera a sí mismo como surrealista. Ya lo decían críticamente Henein, Lely, Yunan o la Mansour, que su surrealismo no es de adhesiones si no de sí mismos, o sea, de sus intenciones y decisiones. Nada más que la libertad de surrealismo, nada más condenable que el condicionamiento a la libertad surrealista, incluidos los “surrealistas”. Todo y nada es surrealismo, todos y nadie, es surrealista. (Moscas surrealistas). Es necesario que sea así, dado entonces que el surrealismo en esa equivocada ortodoxia, moriría. Y muere. Invencionar un surrealismo, desde la cantidad misma de principios surrealistas, para cada uno y así no habría tarea obscena de las exclusiones, que tanto interesan a otros, a mí no. ¿Gracq sería hoy o no surrealista? ¿Leiris sería hoy o no surrealista? ¿Queneau sería hoy o no surrealista? Entonces, el humor y la irascibilidad crítica serían entonces, hoy contrarias al surrealismo, no podría decirse, sin que unos y otros tuviéramos humor o ira.

3 | Las revistas surrealistas –antes impresas, hoy también virtuales y con una larga recuperación de los inicios de esta actividad en ediciones facsiladas y en formato pdf–, forman un acervo incomparable frente a cualquier otro movimiento, escuela o vanguardia a lo largo de los siglos. Defiendo que las más valiosas son aquellas que jamás refutaron otras perspectivas de vida y obra, ajenas y/o complementarias del surrealismo. Tales revistas son, a mi ver, el espacio entrañable de una contra ortodoxia, pleno ejercicio de generosidad y compartición de mundos dispersos. Sin embargo, todavía se mantiene, declarado o no, inmenso rechazo del surrealismo justamente por su principio ortodoxo. ¿Cómo separar aquí la cizaña y el trigo?

AMIRAH GAZEL | Los catálogos, libros, revistas, fanzines… son la huella de un largo e interminable viaje, es lo que permanece de tan mágica luz. Sean físicos o virtuales siempre estará allí el hilo conductor etéreo de la aventura humana. El Surrealismo habita fuera del tiempo y avanza al mismo tiempo con él en una sola cosecha.

CARLOS FERNÁNDEZ | El surrealismo es difícil de enjaular en libros por lo que la salida natural que tuvo siempre para darse a conocer fue el formato revista, las performances en cabarets, las exposiciones en espacios alternativos a los circuitos y museos conocidos etc. Esto ocurrió así hasta que fue catalogado como corriente artística en si misma a pesar de que nunca quiso serlo y muchas obras se encerraron en los ahora llamados museos de arte moderno y en publicaciones especializadas y carísimas. Las galerías de arte comercializaban el producto y, para colmo de males se cobra por asistir a estas manifestaciones y algunos autores han hecho fortunas desde la extravagancia o simplemente desde la creación honrada de obras en las que creen pero el espíritu original dadá ha sido corrompido en la gran mayoría de los casos. El arte ya no es un fin en sí mismo sino un medio para ser admirado tanto la obra como el autor, proporcionando de paso unos pingües beneficios. Contra esto surgió asimismo el arte de lo efímero como pueden ser los graffitis o el arte en arena, espectáculos luminosos y tantas técnicas más encaminadas más a impactar en el momento que a perdurar y aun así también se ha hecho industria de estas modalidades.
¿Conocen a Banksy? Empezó llenando las calles de Bristol de maravillosas pintadas callejeras llenas de mensaje e ironía. Pura crítica social acompañada de un innegable “oficio” donde se reconoce a un excelente pintor. ¿Creen que Banksy pensaba que se iban a pagar millones de libras por una obra suya o que se iban a organizar tours turísticos por Bristol para admirar sus graffitis? ¿Ortodoxia o heterodoxia? Ramón Gómez de la Serna decía del dadaíamo y del surrealismo que era la única escuela en la que no podía haber falsificadores. Créanme. A día de hoy, los hay. Menos mal que existen revistas sin ánimo de lucro o si lo tienen es por pura supervivencia que aún se acercan más a los artistas que a los críticos y que mantienen la ilusión intacta de aquellos felices comienzos del siglo XX. El trigo sobresaldrá siempre por mucha cizaña que brote en el campo del arte. Es responsabilidad de todos los que amamos el suprarrealismo no ya quitar la cizaña, que es algo casi imposible, sino regar el trigo para que despunte y pueda seguir haciéndose pan del arte más auténtico, no sólo del comercial, aunque también lo sea, o no.

FABIO RINCONES | Plantear una revisión y reformación del ejercicio surrealista en la obra, quizás acuñando un nuevo término que denote el surrealismo como una constante más allá de los movimientos y períodos

OSCAR JAIRO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ | En la medida (sin medida) cada uno, desde su intensidad ecléctica, su interés intolerable, su necesidad irónica, se relaciona con el surrealismo, desde estas intervenciones que son en sí mismo y por los medios de comunicación. Nada es comunicable entonces o todo lo es, de una manera u otra. Comunicar el surrealismo, hacerlo proyecto de uno mismo y de otros, está contenido en lo incontenible de una decisión crítica, y hace relación a un destino. ¿Qué es el destino? Un carácter. ¿Qué es el carácter? Un imán. La vida imantada en el surrealismo, es un hierro y como tal se vive. Y ello no quiere decir entonces, que estoy contra unos, contra otros y contra todos, sino en mí mismo, haciendo y formando la membrana de mi surrealismo, de mi intervención surrealista, como decía Baudelaire de mis proyectiles, sí de los proyectiles surrealistas. Como en lo uno y lo otro, eso es el surrealismo. Como lo real maravilloso que se instala en uno mismo, para después no ser nada, sino el vacío. Como el inconsciente que se dice en la naturaleza de sí mismo, al vaciarse y cada quién decide inexorablemente como “ser” (es demasiado) surrealista o no. La censura, no la crítica, es demasiado necesitada. La cisura en el surrealismo. Tanto teorético, mediocre básicamente, historiador de contenciones esquemáticas, medidor de incidencias obtusas, no tiene como acceder al surrealismo, como tratado de los sentidos y las irritaciones medusales. Y sí quienes se llaman surrealistas o hacen surrealismo, sin el surrealismo, tendrán sus razones que se examinarán, sin discriminarlas ni destruirlas. ¿Borramos entonces, a Bachelard, queridos señores surrealistas?

4 | Dos denominaciones siempre me llamaron la atención, dentro del ambiente surrealista, no porque me parezcan inapropiadas, sino antes por la partición que llevan entre sí de elogio y rechazo: movimiento surrealista y civilización surrealista. ¿Hasta dónde esas denominaciones se distinguen y qué representan a punto de parecer antípodas?

AMIRAH GAZEL | Podríamos hablar más bien de una constelación del inconsciente colectivo de la humanidad. En donde estamos todos mágicamente presentes sin que la muerte o la vida opaque la trágica poesía de existir.

CARLOS FERNÁNDEZ | A mi modo de ver el movimiento surrealista es más estético mientras que la civilización surrealista es la influencia que el movimiento ha tenido en lo cotidiano y ahí quiero abrir una puerta a la importancia del diseño. Es un campo que no he tocado a propósito en las tres preguntas anteriores reservándome para esta cuarta pregunta.
Tengamos en cuenta el enorme impacto que actualmente tiene el diseño en nuestras vidas. La evolución constante de soluciones al mobiliario, a los teléfonos móviles, los ordenadores portátiles, los automóviles y sí una infinidad de cosas que pueden llegar hasta las etiquetas del vino o los chupetes de los bebés. Pues bien, creyendo que lo estamos inventando todo, no hemos inventado casi nada nuevo. Diferente sí, innovador también pero si echamos la vista a los primeros años del siglo XX y después seguimos avanzando en las décadas posteriores vemos que se produce una ruptura con lo clásico en todos los campos gracias al surrealismo. Aparecen teléfonos cuyo auricular es una langosta; diseños de trajes y vestidos delirantes para la época, a cuyos diseñadores los tachaban de locos extravagantes, la silla Thonet de madera curvada o la Cantilever, la primera oscilante de la historia, rarezas de la época; la arquitectura de Gaudí, con bóvedas imposibles, columnas inusuales, comunión con la naturaleza en la elección de formas y materiales… Miren los edificios de los contemporáneos Victor Enrich o Matias Jung. ¿No son maneras de crear una civilización surrealista? (Donde digo surrealista lean siempre en mi la palabra suprarrealista, por favor). No creo que sean antípodas en ningún caso. Antes al contrario. El movimiento surrealista ha sido el fulminante que ha hecho explotar una forma de civilización que nunca se pensó que podía construirse tan rápido.

FABIO RINCONES | A mi parecer, el término civilización surrealista se convierte en un oxímoron, al superponer dos conceptos totalmente contrarios como la estructura que representa una civilización y el surrealismo que sugiere una constante reivindicación de valores que se encuentren fuera de cualquier estructura convencional.

OSCAR JAIRO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ | Hay quienes, sin duda, quieran e intenten llevar y considerar al surrealismo en ese sentido, en esa perspectiva, porque cada quién hace lo que desee con el surrealismo. Podría decirse, que hay un surrealismo invertebrado y otro de otra manera, no lo dudemos, así es. Es mí surrealismo un surrealismo de trompeta de mercurio y para otro, lo será de intención de las hélices de las hortensias en mayo, por decirlo de una manera. Fábrica surrealista, no existe y para otro, puede haber y es necesaria para la dimensión surrealista de la fábrica, y así. Otros que dicen del surrealismo y no saben de él. Invenciones surrealistas, sin el surrealismo, quiero decir, que todo puede ser y está dentro de la diseminación de lo surreal. Y unos dirán, esto es surrealismo y otros dirán, esto es surrealismo, entonces quizá decir y leer a Crevel, Desnos, y otros no, es surrealismo, el surrealismo es una cosa y otra, debemos decirlo. Cuando se establece y determina una cosa, muere. Es la extinción del sentido. Y lo que ha de dimensionarse en todo momento del surrealismo es el sentido de surrealismo, desde cada surrealista como lo hacemos con Heisler, Toyen, Styrsk, Nezval, TEIGE etc., por no decir de ese surrealismo, de esa visión surrealista, allí en lo que antes era y ya no es CHECOESLOVAQUIA!!! Y sí, el surrealismo es una suscitación súbita de las sensaciones (SSS) y desde allí lo poseo, sin carácter determinante ni decisivo, sino incisivo y tentacular en la formación (deformación) de mis sensaciones y del carácter de mi conocimiento intuitivo, como ciencia de la intuición y eso sí, si no es ciencia o es considerado como tal, me da lo mismo. Rebelión del sentido, que es un principio surrealista para mí, no dicho, pero que puedo extraer de Malcolm de Chazal: Estamos todavía en el estado burgués de la poesía, en la que la música de las palabras, metida entre las dos riendas del diccionario y de la gramática, debe obedecer a estas dos o sufrir el látigo de la ignominia. La poesía no puede ser viva y liberada, mientras los poetas no se atrevan a cambiar el sexo de las palabras, a voluntad, con el fin de crear disonancias y asonancias para encontrar las necesidades de la musicalidad del verbo y las modulaciones del pensamiento. La poesía no será angélica sino el día que las palabras sean plásticas. Es así, para nosotros, y también, no es así.

5 | Es común evocar en el surrealismo su potencia imaginativa y su carácter experimental, en rigor aspectos complementarios. Sin embargo, en la incuestionable imposibilidad de una renovación perenne en el ambiente de la creación artística, en muchos casos, lo que se verifica en el surrealismo son una repetición de recursos, modos de ser y trucos de lenguaje. ¿Cómo lidiar con esas oscilaciones tan comunes a cualquier territorio creativo?

AMIRAH GAZEL | Si observamos con buen ojo es ahí en donde reconocemos la autenticad del creador. Sin caridad, el inmortal recomenzar del sueño, el manantial del pensamiento y lenguaje que fusionan en el eterno cuestionamiento del misterioso punto de encuentro entre el ser o no ser.

CARLOS FERNÁNDEZ | Empiezo la respuesta con otra pregunta: ¿Es la imaginación infinita? Si la imaginación no tiene límites conocidos hasta ahora, ¿por qué vamos a pensar que no se puede renovar permanentemente la creación artística? La repetición de recursos o la utilización de los conocidos son herramientas cuyo uso me parece de lo más respetable. ¿Por qué no hacer un cadáver exquisito del siglo XXI con el fin de realzar una presentación poética o utilizar los automatismos digitales en un cuadro? El resultado siempre será distinto. Muchos dicen además que lo importante no es el destino sino el viaje y los recursos a veces son las piezas necesarias que llevan a los autores a resultados novedosos. No creo en una renovación finita. Si así fuera no nos dejaríamos sorprender ya por una película nueva, un cuadro en movimiento o un texto que nos toca el corazón de un modo absolutamente novedoso y jamás sentido hasta entones. Quizá un coetáneo de Lope o de Quevedo jamás pensó que unos siglos después nacería un tal García Lorca que nos iba a llegar tan hondo. Hoy pensamos que todo está inventado y que nada es sino repetición de lo ya hecho pero nada más lejos de la realidad. Las nuevas tecnologías nos permiten innovar en videoarte por ejemplo y las películas que hubiera podido hacer Buñuel con la tecnología actual nos hubieran dejado con la boca abierta. ¿Se imaginan a Victor Brauner o a Dalí o a Picasso pintando mediante ordenador? Dejen volar su imaginación.

FABIO RINCONES | La posibilidad de adaptar, desarrollar lenguajes y discursos a nuevos recursos tecnológicos y producción artística, hace pertinente la revisión y oscilación entre movimientos como el surrealismo y el ejercicio de oficios habituales dentro de la sociedad como el activismo político, con la finalidad de poder brindar el ímpetu de lo que fue el movimiento en un contexto histórico, a un contexto actual, fuera de un idealismo romántico y nostálgico, más bien como motor y como la oportunidad de renovar y reestructurar convenciones.

OSCAR JAIRO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ | Yo concito en que son decisionales, las estructuras o no que cada quién pueda hacer, decirse, extraer del surrealismo. No sé por qué se ha determinado unas maneras de hacer excavación zodiacal o medusal, al surrealismo o del surrealismo. Extraer, excavar se han hecho un problema para quién se interese deseantemente (la demencia como una incitación e iniciación de carácter surrealista) por el surrealismo. Condicionamientos del sí y el no. ¿Dónde queda el intersticio, lo intersticial para hacer esa invasión, intervención al surrealismo? ¿Dónde hoy o quién, o quienes hoy han decidido el carácter y la temperatura de esa invasión maravillosa, libre y hedonista del surrealismo? No, una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa, en el sentido, porque el sentido y las sensaciones surrealistas no son de dominio y poder de nadie; porque no están relaciones con los formatos o las mediciones racionales de la intensidad o el misterio. ¿Cómo sería un misterio medido, establecido? Recordemos las críticas al surrealismo, que son necesarias e inevitables, inherentes al surrealismo mismo? ¿O habrá, entonces una quema de libros críticos al surrealismo? ¿O habrá censores exterminadores a los disidentes del surrealismo? No. Nunca será así.

6 | Aldo Pellegrini es uno de los raros estudiosos del surrealismo que trató específicamente de su ambiente poético. En una bibliografía surrealista, la tónica refuerza la relevancia de la imagen plástica. Tal adjetivo siempre me pareció una falla crítica, porque la esencia renovadora, ya a principios del siglo XX, se refiere a la imagen en sí y sus múltiples perspectivas. Esta es una de las innumerables adulteraciones de los principios surrealistas o incluso entre ellos poco se percibió la inexistencia de una distinción –excepto meramente técnica– entre imagen plástica y poética?

AMIRAH GAZEL | Habitamos poéticamente sobre la tierra. La imagen plástica es poesía.

CARLOS FERNÁNDEZ | Esta es una pregunta compleja porque depende de quién la responda. Yo creo que la distinción entre imagen plástica y poética se da sólo en textos poéticos con intención de ser eso, textos, pero la mayoría de textos poéticos surrealistas tienen una intención plástica, incluso los automatismos, quizá más ellos que otros. Recuerdo poemas silábicos de Gherasim Luca que son pura imagen plástica. Su conocido poema silábico con la letra “p” que yo mismo he representado alguna vez con el colectivo Arín Dodó, evoca cientos de imágenes plásticas distintas. Nosotros lo hemos interpretado con música, con baile e incluso con pintura automática así que creo que puedo afirmar, siempre desde mi punto de vista subjetivo, que la distinción entre imagen plástica y poética es inexistente o muy débil.
Uno de los miembros del grupo de Gherasim Luca, el también rumano Dolfi Trost, creador de la grafomanía entópica, donde se cogen las impurezas de un papel blanco y entre esos puntos se realizan líneas curvas que los unen logrando obras de arte al azar también hacía poemas. Los caligramas de Apollinaire expresaban asimismo poemas de forma gráfica. Creo, en definitiva que en surrealismo más que de distinción deberíamos hablar de integración. No se pueden alterar los principios surrealistas porque tales principios no tienen unas líneas claras. Lo único claro era la transgresión y la ruptura con lo establecido. Los medios para lograrlo eran diversos y entre esas herramientas estaban tanto la poesía como la imagen plástica pero frecuentemente olvidamos integrar a la danza o la música, tanto o más importantes aunque menos conocidas en los manuales del surrealismo.

FABIO RINCONES | Es necesario trascender el ámbito de la plástica, la poética y el uso nostálgico del término de manera referencial a una época específica, para poder brindar el concepto de lo que sugiere el surrealismo a un tiempo presente y a un ámbito global aun pertinente.

OSCAR JAIRO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ | El arte, las artes en el surrealismo y más en Aldo Pellegrini fue decisiva en su formación, en sus intencionalidades surrealistas, en su inclinación surrealista, en su obsesión maravillosa por el surrealismo, como un medio de provocación de cambiar un orden establecido, formalizante. O sea, como transformar el surrealismo en nuestro medio, que no entre nosotros, porque el nosotros surrealista, se realiza desde muchas indicaciones, desde intensidades indiciales raras, nuevas e insólitas. Y así lo concibió y sintió Aldo Pellegrini y otros surrealistas, como los del surrealismo chileno, sin duda, como Enrique Gómez-Correa, Jorge Cáceres, Teófilo Cid, Braulio Arenas etc. No es de dar nombres, indiciar nombres, aquí, o por lo menos para mí. Es de indicar los mares del surrealismo, las inundaciones e inmersiones desde y con el surrealismo que en América ha sido y serán de otras intensidades e intenciones, lo maravilloso, el misterio, la insaciable condición de la locura, la realidad de la naturaleza barroca, la incitación por lo indecible, la historia contra la historia, de nuestra excitación excéntrica, es lo buscamos. Pluralidades, no. Excesividad sostenida sobre la concentración del yo surrealista, que se ha hecho desde las féminas tentaculares del surrealismo como María Meleck Vivanco, Carmen Bruna etc., de las que tuve conocimiento por el querido Raúl Henao, cuyos nombres en el surrealismo no serán nunca exterminados. Contra el extermino, estamos. Censores, no. Exterminadores, no, dice el surrealismo en el momento de mayor censura y exterminio de todos, por la condición de instantaneidad que se le quiere dar a la historia, al vaciarla de su carácter y de su necesidad. No es historicismo, es historia, que es otra cosa.

7 | En su surgimiento, las expectativas sociales del surrealismo giraban en torno a lo que entonces se presentaba como acciones revolucionarias, en especial lo que tomaba por base a las proposiciones de Marx y Freud. Octavio Paz llegó a declarar que el siglo XX sería recordado como el siglo de Freud y del Surrealismo. Al eliminar a Marx de sus profecías se olvidó –esto si de hecho se trata de olvido– que el mercado derrotaría, para decir lo menos, todas las pretensiones revolucionarias, sin dejar de lado las dos destacadas por el mexicano. ¿Cómo evaluar el tema en nuestra época? Ante un virulento absolutismo del mercado, ¿qué hubo con las fuerzas deflagradas por Freud, Marx y el Surrealismo?

AMIRAH GAZEL | El sueño no depende de Freud, Marx o de otros, como cité anteriormente estamos fuera del tiempo. Hemos alcanzado tanto valor en esta persecución del espectro fugaz de la materia que el Surrealismo continúa a ser un insaciable deseo de realidad paralela que le da sentido al sin sentido de forma poética.

CARLOS FERNÁNDEZ | Cada contexto histórico tiene unas expectativas sobre lo que va a significar una acción novedosa desde el punto de vista político, artístico, social, literario etc. El conjunto de todas ellas en armonía puede crear una corriente de pensamiento, de acción que derrote a lo anteriormente establecido. Luego, el tiempo pone a cada cosa en su lugar y a posteriori se juzga lo que ha sucedido y se ven los resultados de la acción trasformadora que ha tenido en las sociedades distintas que existen en la faz de la tierra. Por ejemplo creo que la corriente surrealista ha influido poco o nada en las tribus amazónicas de Brasil. Por el contrario, el surrealismo ha sido decisivo en la evolución social y política de Europa a principios del siglo XX y muchos de esos cambios se expandieron a otros continentes, adoptando allí las costumbres, ritos y creencias de cada región. Los surrealistas argentinos vivieron un surrealismo distinto de los rumanos, franceses, españoles, peruanos o brasileños. Unos estarían más conectados a la naturaleza, otros a los mitos, a los dioses ancestrales o cualesquiera que sean las fuentes de las que se nutren. Sí es cierto que todos han tenido un ojo puesto en Europa y dentro de Europa todos han tenido la vista vuelta hacia París. Hoy en día el mercado marca una dictadura difícil de regatear pero hay artistas, editores, revistas o estudiosos del surrealismo que burlan ese mercado e innovan y mantienen viva la esencia de lo que fue. Se incorporan nuevas tecnologías y se hacen cosas que en el siglo XX parecían impensables. Las fuerzas deflagradas por Marx y Freud siguen vigentes pero hay fuerzas nuevas que son tan revolucionarias como aquellas y algunas que seguro estallarán y aún no las hemos visto en acción. Sigan a autores como Max Sauco, fotopintura a un nivel altísimo, pintores como el rumano Mihai Criste, muy daliniano, el irlandés Jimmy Lawlor, que recuerda al mejor Magritte, el video arte de Bill Viola, Jana Sterbak y sus polémicas obras como los vestidos hechos con filetes de vaca… Y así podríamos poner cientos de ejemplos más. El problema de la derrota, dicho esto entre comillas, del surrealismo es que nadie se podía imaginar que el siglo XX sería recordado por ser el de las guerras más sangrientas que ha sufrido la humanidad tanto como el que más ha evolucionado la tecnología y la industria. Parece que el mundo estuvo detenido por siglos y despertó en menos de ochenta años adquiriendo una velocidad de vértigo.. Lo que espero es que eso nos haga recapacitar para que el siglo XXI suponga de verdad el cambio social que Marx y el surrealismo soñaron un día. Que seamos capaces de transformar el mundo desde la creatividad, desde la originalidad y el surrealismo depende únicamente de nosotros. Si queremos estar a dictado del mercado eso es lo que tendremos, si por el contrario queremos otra cosa los que tenemos la fuerza somos los miles o millones que aún no hemos sido arrastrados por la corriente única. Las pequeñas revoluciones suman para hacer una gran revolución.
Gracias por darme voz con tus preguntas, Floriano y ten muy claro que el suprarrealismo sigue vivo.

FABIO RINCONES | Consecuencias de orden racional, al no plantear un movimiento irracional como una paralela que pueda equilibrar el ejercicio racional, el surrealismo queda desplazado a un ideal romántico, contextual y sujeto a una época especifica en lugar, tal como sucede con tales planteamientos filosóficos y políticos.

OSCAR JAIRO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ | La revolución, si así la llamamos todavía, no tiene una condición que la condicione, que la domine, que la instaure e instale en una estructura determinada, porque de ser así, sería una revolución sin revolución, como dice André Thirion, en ese fascinante y hermoso libro: Revolucionarios sin revolución. La revolución surrealista, es una y ella misma, no hay comunicabilidad revolucionaria, la revolución es incomunicable, en este momento, por lo que cada quién está haciendo y se involucra, con sus tensiones y obsesiones, en su revolución. ¿A quién y cómo y desde dónde comunicarle los principios de una revolución que no sea la de él? Nadie puede hacerse ya con la revolución de otro, por mucho que lo intente y lo quiera. Cada vez más, hay una concentración en la radioactividad del yo, pero un yo hacia sí mismo y hacia los otros, que hace vulnerable la relación revolucionaria, como resultado de una coherencia, de una consistencia en sus métodos y maneras de hacerla. La revolución y el sentido revolucionario son, entonces de una cantidad indecible y nueva e irritada de caracteres (La Bruyére) revolucionarios. No existen mediciones de la revolución, nadie tiene como ni formad de saber dónde hay una revolución, donde se está iniciando una, nada de eso. Ese es ideal realizado del surrealismo, que no hay una revolución determinada, construida para todos, sino que cada uno comienza y termina una y así otra, y otra más, cuando se disiente, se contradice, se rebela contra un orden establecido, contra una dominación, contra una instancia de sometimiento, tal y como veo yo, a Benjamín Péret, por nombrarlo a él y a su revolución, así y sus críticos lo intentaran quemar como los Débord etc., cuando decía: “El poeta actual no tiene otro recurso que ser revolucionario o no ser poeta, pues debe lanzarse de continuo a lo desconocido; el paso que dio el día antes no le dispensa del paso que dará mañana, puesto que todo está por comenzar a diario, y lo que ha adquirido a la hora del sueño cae hecho polvo con su sueño. Para él no existe ninguna imposición de padre de familia, sino el riesgo y la aventura indefinidamente renovadas. Sólo a este precio puede llamarse poeta y pretender tomar legítima posición en la extrema vanguardia del movimiento cultural, allí donde no tiene que recibir alabanzas ni laureles, sino golpear con todas sus fuerzas para derribar las barreras que nacen sin cesar del hábito y la rutina.” Y los que busquen en Marx y en Freud, y en sí mismos una relación con el surrealismo, entonces que desarrollen las tareas necesarias y básicas en ese sentido, desde lo que llamaré necesidad de construir su masa tentacular de sentido, y que las medusas zodiacales, no surrealistas, lo iluminen, sin mística.

Carlos Fernández | Amirah Gazel | Fabio Rincones
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EDIÇÃO COMEMORATIVA | CENTENÁRIO DO SURREALISMO 1919-2019
Artista convidada: Marcelle Ferron (Canadá, 1924- 2001)


Agulha Revista de Cultura
20 ANOS O MUNDO CONOSCO
Número 139 | Agosto de 2019
editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com
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