Dentro de los archivos inventariados, apareció un objeto intrigante
y significativo, que fue trasladado desde Toronto cuando la pareja se mudó a Oaxaca
en los noventa. Se trata de una caja de cartón que contiene sobres blancos ordenados
y numerados del 1 al 120 que Susana llama catálogo
y que contienen todo tipo de anotaciones relacionadas a la producción de cuadros
que realizó en sus inicios como pintora de acrílico en mediano y gran formato (desde
1980). Cada sobre lleva un título inscrito e incluye –cuando está completo– una
tarjeta descriptiva del cuadro (ficha técnica, anécdotas), una diapositiva y fotografías
del proceso de la obra. Este formato de archivo da cuenta de lo acuciosa de la metodología
de Susana Wald y de la honestidad con que aborda su proceso creativo. Así, esta
caja transmite información que rodea la producción de una obra y que muchas veces
ignoramos. Por último, para nosotros espectadores de una obra tan densa y prolífica
como la de Susana Wald, este archivo tiene una vocación memorial, ya que sirve como
certificado de cuadros que ya no existen o no están en posesión de la artista.
La perspectiva de género aplicada a la Historia del arte ha permitido
revitalizar los testimonios de muchas artistas invisibilizadas por el relato de
la Historia –realizado, hasta hace no mucho tiempo atrás, sólo por hombres-. Uno
de los conflictos que atraviesa esta revitalización es justamente la falta de archivo
y memoria consagrada a mujeres artistas de los siglos pasados. De allí la importancia
de realizar entrevistas e indagar cuanto uno pueda sobre las maneras en que las
artistas plantean su obra, su trabajo, su vida. La perspectiva de género aplicada
a la historia del arte funciona como clave analítica para reactualizar los objetos
de una producción artística, en este caso citamos esta caja que contiene anotaciones
de toda índole (contexto, origen de la obra, recortes de diario, etc.).
El siguiente extracto de entrevista realizada durante la estadía
de un mes en que trabajamos junto a Susana Wald en la digitalización de su archivo,
aborda una reflexión espontánea de la artista respecto a su archivo, al feminismo,
a la sicología y a su proceso creativo en general. El principio del extracto es
interesante ya que hace mención a un autorretrato que la artista no finalizó y que
se encuentra hoy extraviado. Lo interesante es que Susana Wald archivó esta pintura
y la incluyó en su archivo-memoria, siendo la única obra que no existe pero que
fue archivada –a su manera- dentro de su caja-catálogo.
MB | ¿Y por qué crees tú
que lo guardaste igual y no tiraste o dijiste bueno, si no funciona el cuadro no lo archivo?
SW | No sé, esto es un archivo
mío, personal. Y yo soy una persona honesta conmigo misma. Después de todo sí, soy
honesta. Y desde los sesenta, del '64 en adelante yo trato de entender el fondo
sicológico de las cosas. Y en ese lento proceso, larguísimo, de ahí hasta el 2000,
yo gota a gota voy tratando de entender y de completar este nivel de acceso a lo
real. Y en ese sentido te tengo que contar que por ejemplo la sicología de Jung,
la de Freud no me ayuda nada, es la sicología de Jung la que me ayuda. Pero no estoy
sola en esto. El movimiento feminista en los años en que yo he sido testigo y no
participante, no tenía tampoco otra medida más que gestos violentísimos de quemar
porta tetas o algo por el estilo. Pero esas son manifestaciones prácticamente infantiles.
Si una cosa no le gusta al niño, rompe el juguete. Y las mujeres demoran también,
las mujeres de mi generación demoran, las que son incluso analistas junguianas,
demoran hasta por lo menos los ochenta, incluso los noventa en empezar a hacer publicaciones
que ahora son totalmente básicas para toda mujer que quiere leer. Por ejemplo, esta
mujer que escribe Las diosas de cada mujer. [1] Tiene mi edad y es una publicación
no tan antigua. Hasta que pasa tiempo. Y ese tipo de libros ayuda mucho a las mujeres
de mi generación y de las siguientes también. Pero para mi generación ese libro
es una bomba y es una bomba por el hecho de que te pone delante un espejo digamos,
sicológico, totalmente fehaciente, nítido y creíble. Y cambia entonces. O Betty
de Shong Meador que escribe el libro que yo traduje,
[2] eso cambia. Es un libro muy
reciente.
MB | ¿En algunos de esos
libros aparece el tema de los arquetipos y Artemis, figura en la que se basa tú
serie de 19 cuadros realizados entre el 2016 y 2017?
SW | Sí, en los de la Jean
Shinoda Bolen, sí. Ella ya [lo] propone en el primer libro y lo que pasa es que
luego Jean Shinoda Bolen a medida que envejece y sus clientes envejecen, porque
ella es analista practicante (ella escribe esto, por eso se sabe), lo dice con todas
sus letras: a medida que envejece se da cuenta que el primer libro ya no sirve para
la mujer mayor de cincuenta años. La mujer después de los cincuenta años, es decir,
después de la menopausia entra inevitablemente en otra fase en el desarrollo humano
como mujer. Cuando ya no es capaz de concebir hijos. Jean Shinoda Bolen dice que
se observa desde hace doce mil años atrás, que con cada luna la mujer menstrúa.
Este asunto lleva a las primeras religiones y se va viendo que de repente la mujer
no menstrúa y luego hay un niño. Entonces en el principio de la vida de la mujer
la sangre menstrual se convierte en una criatura. ¿Pero luego, cuando no hay sangre
menstrual? Entonces hay una especie de sangre menstrual metafórica y eso se convierte
según explica Bolen, en la sabiduría. Y efectivamente hay algo en eso, es verídica
su percepción. Si se experimenta la menopausia y pasan unos cinco o seis años más
y una se estabiliza. Porque la menopausia misma es un evento fuerte. Así como la
llegada de la menstruación es un evento fuerte. Son los dos hitos grandes en la
vida de una mujer. No solo sexual porque es obvio que hay un aspecto sexual, pero
esa no es su expresión única, ni si quiera probablemente la básica. Si no que hay
aspectos sicológicos y profundos en esto. Y en ese sentido a los 52 años, cuando
pinto esto [3]
yo estoy en transición, todavía no estoy menopaúsica. Voy donde mi médico y le digo
“¿oye pero cuándo?”. Me dijo “no sabemos”. No había información para él, que era
médico, ni para mí, que buscaba por todos lados. Todos los libros que se publican
sobre la menopausia son posteriores al momento en que yo estoy pintando esto.
MB | ¿Por qué es un tabú crees tú? ¿Por qué no hay mujeres que se hagan cargo de estudiarlo?
SW
| Eso sería decirlo desde el punto de vista de ahora. El
patriarcado aplasta toda la sabiduría femenina. Ponen a la hoguera a la mujer sabia,
durante […] Hay gente que calcula que son una cantidad espantosa las mujeres que
se han quemado. La mujer que usa la sabiduría para el parto, o para la arbolaria.
Es intolerable en el patriarcado cristiano. No sé en otro lado qué tal. Pero no
solo católico, sino que protestante, ¿están las Brujas de Salem, no? Es una cosa
que parte desde el punto de vista judío fariseo – y esto es explicación de Susana-
que lo manifiesta en sus escritos Pablo de Tarso, el así llamado San Pablo, cuando
le explica a su discípulo Timoteo que “la mujer no debe oírse ni verse”. Es decir,
eso es una tradición que viene del Judaísmo. Y también, porque Pablo tiene una educación
griega, también de la misoginia de Grecia. Se combinan esos dos en la persona de
Pablo que es un hombre místico muy interesante en todo lo demás. Pero en este sentido
manifiesta para nosotros lo que había como ideología entre los varones. Y cuyo dominio
en esa época, sobre las mujeres, es total. Y ese dominio se mantiene hasta hace
muy poco tiempo. Y hay lugares, como por ejemplo en Oaxaca, donde todavía el dominio
del varón se mantiene. Hace muy poco he oído que una mujer que está pariendo en
la Sierra, el marido no deja que se abra de piernas, le sujeta las piernas. Digamos
que a uno no se le ocurre que eso pueda ser, ¿no?
MB
| Todavía… claro.
SW
| A nosotros ya no se nos ocurre. Pero existe todavía y ha
de haber otros lugares, en otras creencias y sistemas sociales en que esto sigue.
Yo encuentro que todas las conquistas del feminismo son muy frágiles. Somos muy
pocas, y en tiempos muy recientes. Y para cualquier cambio humano profundo se necesita
mucha gente y muchas generaciones. En esto del feminismo no creo que hayamos completado
dos generaciones todavía, digamos de los logros. Y si tu lees a gente como Betty
Friedan en tiempos más recientes, te das cuenta que sus insights son en su vejez. Como en el caso de Bolen que es muy amiga
de Friedan. Hay insights que se dan en
la vejez para ella misma. Entonces, por ejemplo ella hace este libro sobre Artemis,
¿te lo he mostrado? Es un libro bonito. Bastante recientemente, porque ella misma
se describe a sí misma como una Artemis. Y yo desde la primera vez que leí Diosas en la mujer vieja, he estado muy identificada
con ese arquetipo. Yo me siento bien en eso.
MB
| Te interpela.
SW
| Sí. Yo no soy Afrodita, ni Atena, aunque soy más Atena
que Afrodita. Pero donde me siento completamente identificada es en el arquetipo
de Artemis. Porque también no es un solo arquetipo el que te ajusta. Siempre son
varios, no somos simples, ni somos tampoco unilaterales. Ningún ser humano, mujer
ni hombre.
MB
| Además Artemis tiene muchas lecturas…
SW
| Desde muchos ángulos.
MB | Claro, y no solamente es Artemis, sino que también es Hécate, es Selene.
SW | Bueno,
lo que pasa es que la diosa siempre es triple. Y Artemis es la mujer fértil que
no tiene hijos pero que protege a la parturienta, etc. De doncella, ella obtiene
los favores con los cuales desarrolla su identidad y luego si la asocias a Hécate
es porque ya está en otra fase. Hécate es la mujer que ya no es fértil, pasada de
la época de procrear. Es fabuloso cómo se disfruta la vida más una vez que sale
del embrollo uno que en mi caso se mantuvo como seis u ocho años.
MB
| ¿Y qué me dices del autorretrato perteneciente a la serie
Artemis, que haces para celebrar tus 80 años?
SW
| Yo estoy partiendo, decido hacer una serie de cuadros para
celebrar mis ochenta años. Y parto en forma 100% automática. Puedo mostrarte pedazos
de eso y se puede fotografiar de cerca, realmente no se tiene idea a dónde va eso.
Hay una paleta que elige uno al trabajar porque te gustó así o asá. Incluyes o no
incluyes un color y empieza uno a aplicar eso y escucho música y de repente aparece
una curva y resulta que tengo una foto que me hizo una joven, entonces agarro eso
y coincide… es decir todo es azar objetivo, es surrealismo puro. Coincide el pedazo
de frente que asoma del sombrero que ella ha fotografiado con una curva que yo tengo
en la tela. Entonces sin pesar de que si va a caber o no, de que la proporción o
esto, empiezo a trazar y surge el rostro. Ese es el autorretrato. Surge en una forma
brutalmente fuerte, como “Las Mujeres de”. [4] No hay cognición ninguna en esa fase del trabajo.
MB
| Una necesidad interior, casi.
SW
| Es totalmente inconsciente el impulso. Y luego claro, cuando
ya tengo rostro empiezo un trabajo y que lo describe Breton, bueno él no publica
una cosa puramente automática, solamente en Pez
Soluble. Y luego en el resto de las cosas hay un trabajo que hace después con
el material que surgió en forma inconsciente y lo conviertes en algo literario,
qué se yo, y en mi caso en algo pictórico. Entonces la aplicación de los últimos
tonos de luz y todo eso ya es consciente. Totalmente. Y también uso para eso la
foto, donde cae la luz, qué se yo. Pero ese es ya un trabajo consciente.
MB
| Y haciendo una relectura o la lectura que yo como historiadora
por ejemplo puedo hacer que, conociendo todo el antecedente de este autorretrato
que no llevaste a cabo, que ya en tus ochenta que estás más parada en tus dos pies
y más consciente de tu personalidad e identidad como pintora, ¿te parece coherente
que este autorretrato inicie esta serie? Que Hallada en el Fuego inicie la Serie “Artemis”.
SW
| Desde luego. Porque yo estoy entrando en la “Selva Oscura”.
Yo me llamo Wald, me llamo “selva”. Y lo sé desde el primer momento en que parto
con el trabajo. Y yo tengo una serie de dibujos hechos en el año 1999-2000, en ese
tiempo crítico de mi salida del problema de fondo y ese se llama La selva oscura también. Y se refiere al verso que aparece
en la primera estrofa de la Divina Comedia de Dante. Y visto desde el punto de los
junguianos, la selva oscura del Dante es lo que ahora mencionamos como inconsciente.
Y para el Dante como hombre saliendo del Medio Evo, es una oscuridad, es la voluntad
de Dios, se llama de muchas maneras y es todo lo mismo. Y no importa que estés oyendo
voces o teniendo alucinaciones, es lo que luego Freud y Jung elaboran como la idea
del inconsciente. Ahora, Freud todavía titubea y lo llama el “sub consciente” porque
dice que es lo que se te acumuló en vida. Y Jung dice que no, que es mucho más que
eso, que incluye el conocimiento de la humanidad entera. Y que ya nacemos con algo.
Cosa que los hace pelearse. Y a no dirigirse más. Primero ellos colaboran carne
y uña juntos. Pero esa propuesta de Jung le resulta inconcebible a Freud. Freud
está inscrito al cien en el siglo XIX y es un revolucionario absoluto de esa mentalidad.
Es una bomba. Más allá de lo que propone este francés….
MB
| Charcot.
SW
| Charcot, [5]
que conoce a fondo a Freud y es su antecedente. Pero Freud aporta una cosa completamente
intolerable para la gente de su época y Jung aporta algo que es intolerable para
Freud. Y que es lo que recogen las analistas de las mujeres, que a su vez aportan
cosas que Jung no ha podido ver por nada del mundo. Ahora, Freud en su exasperación
dice “¿qué quieren las mujeres?” y yo le digo “¿y por qué no les preguntas?”. Y
lo que hace Jung es que les pregunta. La mayor parte de sus colaboradoras son mujeres.
La Marie-Louise von Franz. Él trabaja con mujeres, su secretaria es mujer, la gente
con quien él se deja analizar, son mujeres. Entonces Jung llega a un cierto punto,
pero ni comparado a lo que llegan las otras analistas después de los ochenta. No
hay comparación. Jung muere en los sesenta y ha puesto los cimientos, pero edificios
siguen construyéndose. Y no acaba. Mi contribución es también una parte, eso lo
veo yo ahora, no lo veo en el momento en que lo estoy haciendo. Las Mujeres de son
una contribución cabalmente importante al estudio de la sicología femenina. Hay
una idea de mueble. El mueble no sabe que es mueble entonces hace un mueble como
un chiste. Pero yo soy mueble. Yo soy la silla en la cual se sienta la gente. O
el sofá, como decía un sicólogo a quien consulté una vez “usted no es el sofá” pero
yo no supe que no era el sofá. Y sin embargo me meto a hacer cosas que provienen
también de algunas pinturas, no conscientemente y no en forma imitativa, pero Dalí
es el que hace mueble de la mujer cuando hace la mujer con cajones.”
MB | Me
acuerdo que me comentaste sobre cómo llegaste a hacer la primera Mujer de que le mandas a (Edouard) Jaguer
[6] en una servilleta, y que provenía
de este mueble de Kurt Seligman… [7]
SW | No, no. Yo hago el dibujo en forma completamente juguetona, pero yo conozco el cuadro de Seligman y él ha hecho y mandado a construir con un tapisero un mueble que es una silla y las patas son piernas de mujeres con zapatos y todo. Muy bonito. El “ultramueble” lo llama él.
MB
| ¿Y qué puentes puedes hacer entre el Ultramueble de Seligman y tu serie “Las Mujeres
de”?
SW
| Bueno, yo conozco la iconografía surrealista, estoy educada
en eso. Entonces a mí me sucede constantemente que mientras hago una cosa, lo hago,
estoy haciéndolo y después me siento a mirarlo y después digo “mmmm”. Aquí, por
ejemplo, en este cuadro, [8] he pintado
una cosa que yo no tenía intención de pintar, pero está ahí. Es un símbolo de Inana,
que es una cosa de hace 4400 años. Ahora, yo había leído un libro sobre esta simbología
y todo cuando pinté este cuadro, pero al pintar el cuadro yo no estoy pensando en
nada. Y hace solamente tres semanas que me di cuenta que está… ¿entiendes? Porque
lo he podido racionalizar otro poco. Y todo el proceso sicológico es un proceso
de racionalización de los impulsos. Como te dijera, es un volcán el inconsciente:
constantemente te hecha cosas para arriba y cuando se enfría la lava puedes tú ver
qué propiedades tiene.
MB
| Toma tiempo esta digestión…
SW
| Y muchas veces en la lava caliente encuentras una burbuja
y solamente cuando la rompes en loza aparece la amatista. Y eso ya de por sí es
una metáfora interesante porque hay que romper muchas veces el embrujo de la manifestación
inconsciente para llegar a la concientización, entonces ya se enfrió. Entonces hay
que esperar otro tiempo y en eso estoy yo ahora. Ahora yo estoy así entre fases.
Eso me ha pasado varias veces en la vida, he llegado a completar un ciclo y tiene
que empezar otro.
MB
| ¿Y registras este “entre fase”?
SW
| Ahí tengo unos cuadritos que ahora no tengo idea qué diablos
dicen. Claro que lo registro. Y cualquier cosa que me nace hago algún garabato y
lo guardo. Es constante, este es un trabajo que yo hago constantemente. No sé si
aquí hay algún ejemplo porque no están. Ahora qué es, no tengo idea, pero ese día
me nació la idea. Ahora empiezo a desarrollar esto, que fue en febrero de este año
(2019). Entonces es constante en mi vida, yo constantemente estoy haciendo unas
huebaditas que hacen que surja algo después.
MB
| Anotar siempre es bueno, ya sea en forma de dibujo o en
escritura.
SW
| Eso aprendí. Incluso, si surgen unas imágenes mientras
me estoy durmiendo no me dejo dormir. Me levanto, me odio a mí misma, me digo: “¡Quiero
dormir!”. Pero no me meto a dormir hasta que no lo tengo fijo, así defino mi dibujo
como éste.
NOTAS
1. Jean Shinoda
Bolen, Las diosas de cada mujer: una nueva
psicología femenina, 2010, Edición DEBOLSILLO, España.
2. Se refiere al
libro Tres
grandes poemas de Enjeduana dedicados a Inana,
publicado por la editorial de la Universidad Autónoma de la Ciudad de Méxica (UNAM)
el 2009. El titulo origianl
es Inanna, Lady of Largest Heart de
Betty De Shong Meador publicado por la University of Texas Press en
2001.
3. Se refiere al autorretrato que hoy día no existe en
formato físico.
4. Se refiere a
la serie de retratos de mujeres asociadas a oficios realizados por hombres que realiza
entre 1982 y 1989.
5. Se refiere a Jean-Martin Charcot (1825-1863),
neurólogo francés y profesor de anatomía patológica. Sus trabajos sobre la hipnosis
y la histeria, que se encuentran en el origen de la Escuela de la Salpêtriêre en
París, inspiraron a Sigmund Freud quien fue su alumno y uno de sus primeros traductores
en alemán.
6. Edouard Jaguer (1924-2006) fue un poeta,
dibujante y crítico de arte francés, fundador, junto con su esposa Anne Ethuin,
del grupo de reflexión y expresión artística Phases en el cual Susana Wald y Ludwig
Zeller participaron en la mitad de la década del setenta. El grupo reunía a pintores,
poetas, escritores europeos y latinoamericanos.
7. Kurt Seligman (1900-1962) fue un pintor
y grabador surrealista suizo-estadounidense.
8. Síntesis Emblemática, 2010, acrílico sobre tela
*****
Agulha Revista de Cultura
UMA AGULHA NO MUNDO INTEIRO
Número 160 | novembro de 2020
Artista
convidada: Susana Wald (Hungria, 1937)
Fotógrafa
convidada: Dulce Ángel Vargas (México, 1981)
editor geral | FLORIANO MARTINS
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