quinta-feira, 15 de agosto de 2024

MARGARITA DRAGO | Esteban Escalona – Tal vez Manhattan / Maybe Manhattan: En busca de la ciudad deseada



La ciudad de Nueva York siempre lo atrajo. Le fascinaban las ostentosas imágenes que exhibían las series de televisión y el cine.  Movido por un sueño tempranamente urdido, Esteban Escalona se lanza a la aventura de explorarla, descubrirla en sus historias, personajes, espacios y facetas ocultas. Los versos del poeta de Alexandria le resuenan como inevitable sentencia: “No hallarás otra tierra / no hallarás otro mar. / Esta ciudad siempre te perseguirá”. Al igual que un niño desesperado por entrar al juego que le ofrece la gran ciudad, se columpia y transita puentes que lo llevan a desenterrar memorias atesoradas en su Chile natal. Lo que en su tierra imaginaba “irreal y lejano” se torna absolutamente posible por la magia del sueño y el vuelo.  De allí la urgencia por guardar registro de cada hallazgo en un libro que se fue fraguando en el tiempo y al ritmo del peregrinaje. Así nació Tal vez Manhattan / Maybe Manhattan, su colección bilingüe de crónicas citadinas.  

El primer encuentro en su andar cotidiano lo confronta con las extrañas formas de pronunciación de su nombre: Astephan, Steve, Estebán…  Si bien en un primer momento el hecho lo sorprende y desubica, no lo decepciona ni intimida, lo prepara para un nuevo desafío, “la esperanza de encontrar otra identidad con la que pueda seguir soñando en Nueva York” (19). Como el flǎneur baudelairiano, el apasionado caminante del siglo XIX, la recorre y retrata en una exuberancia de imágenes que invaden todos los sentidos. A través de una prosa amena y fluida, Escalona nos invita a deambular sus calles, a perdernos en sus vericuetos, cautivados por la majestuosidad de sus tiendas; ebrios por la intensidad de sus olores; inmersos en una profusa sinfonía, en la que se confunden el chirrido de los trenes con el eco de las conversaciones, la risa, las voces de los cantantes del subway, la estridencia de las sirenas de las ambulancias, los coches de policía y bomberos…

 

“El presente es tan excitante que me confunde” (51), declara. Pero no todo es glamoroso en esta gran urbe de exagerados contrastes. Como el moderno flǎneur urbano, observa y describe con mirada crítica las despiadadas prácticas del capitalismo, y su modelo que transforma a las inmensas mayorías en masas olvidadas, o en robóticos personajes amoldados a su sistema. “Los carros dormitorio”, por ejemplo, albergue de los desterrados del mundo […] son un misterio del dolor humano y la soledad constante de la gran ciudad” (71), anota conmovido. Los hombres y mujeres que se refugian en los vagones del subway son los herederos de generaciones de inmigrantes que trabajaron por la conquista del falaz ‘sueño americano’.  Esta inmisericorde realidad le duele al cronista; pero su mirada poética los trasciende. Ellos son, para Escalona, “los espíritus que salen de las alcantarillas arrastrándose sobre el pavimento” […] “transformado una noche común en una noche de ensueño” (24).

 

La ciudad no deja de asombrarlo. Hay ocasiones en que, como un ente vivo que se nutre de las costumbres humanas, ella también se resiste a los cambios. “Las cabinas telefónicas - afirma- son un símbolo de resistencia a la tecnología y a la desaparición de la memoria” (65). A veces, movido por el instintivo rechazo al “culto de lo inmediato”, y frente al deseo de degustar lo que Byung Chul Han define como “aroma del tiempo”, regresa ilusionado a la cabina telefónica en la que mantuvo una alucinante conversación con una recepcionista de voz metálica, solo por el placer de esperar su llamada. El teléfono “nunca más ha vuelto a sonar” (64).   

 

“La ciudad que buscamos no siempre está en lo que vemos -expresa con decepción y nostalgia- también puede estar en nuestros recuerdos” (51). No existe ni un ritmo ni un rumbo que dé sentido y significación a la vida en esta ciudad cuadriculada.  El tiempo se escapa; nada concluye, todo es efímero y fugaz.  “El tiempo -allá, en el sur- tenía esa pausada forma de vivir que extraño” (39), concluye.  Añora “la brisa salina de Talcahuano”, el mar, las calles del barrio, la lluvia, los barcos de papel, las rancheras que cantaban sus ancianas tías en los campos del sur de Chile; la imagen del padre puliendo y dando forma a la madera, conectado a ella de una manera que ya no existe. Escenas de la niñez y la adolescencia llegan a su mente cuando contempla la lluvia caer sobre esta ciudad cuadriculada mientras escucha When the rain begins to fall. Tal vez, piensa, “todas esas imágenes y memorias fueron inventadas para soportar las intensas emociones de una ciudad totalmente desconocida” (51).

 


¿Dónde encontrar el punto medio, el balance entre aquella ciudad sureña que, como fotografía quedó fija en el tiempo, y esta, que en un juego alucinante de luces y de sombras lo sumerge en un maremágnum de imágenes? Escalona, al igual que los buscadores y creadores de sueños, halla refugio en los infinitos mundos ficcionales posibles que descubre al recorrer los pasillos de las vastas librerías, y donde sentir el aroma de las historias que aguardan en los anaqueles le provoca un desbordado deleite.  

 

El universo de los libros en el que estuvo sumergido desde su adolescencia, lo ha convertido en ingenioso fabricante de historias, narrativas que le permiten entender su mundo y disfrutar el viaje, caótico y deslumbrante, con mirada inocente e inquisitiva. Así, diseña y edifica otra ciudad, “la Nueva York de otra galaxia”, la que la estatua del Ángel de las Aguas del Central Park le permitiera ver en el sombrío espejismo de una noche. En esa ciudad, réplica de la real, circulan “habitantes que sueñan con una metrópolis en constante transformación” (28); “sofisticados” transeúntes que “disfrutan el placer del tiempo y la compañía más que el consumo”; espacio donde es posible “leer versos de poetas inexistentes” (29); sitio donde sus habitantes “nacen para soñar” (28).  En su imaginario, la ciudad real y la inventada, la urbe que lo deslumbrara en la infancia, la que lo persigue y “siempre perseguirá”, le ha permitido cruzar la frontera donde realidad y ficción se diluyen para hacer viable la realización de todos los sueños posibles. 

 

Trabajos citados

Escalona, Esteban. Tal vez Manhattan / Maybe Manhattan. Editorial Five Points, 2023.

Han, Byung-Chul. El aroma del tiempo: Un ensayo filosófico sobre el arte de demorarse. Editorial Herder, 2015.

 


MARGARITA DRAGO (Argentina, 1946). Reside en Nueva York desde que salió de la cárcel, donde ejerce como profesora de Lengua y Literatura Hispanoamericana en York College (CUNY). Como exprisionera política y escritora ha participado en congresos, coloquios, ferias del libro y festivales de poesía en los Estados Unidos, Argentina, Perú, Brasil, México, Honduras, El Salvador, República Dominicana, Puerto Rico, Cuba, Canadá, España y Francia.  Es autora de Fragmentos de la memoria: Recuerdos de una experiencia carcelaria (1975-1980) (Editorial Campana, 2007) -declarado de interés cultural por la Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina- y de la edición ampliada del mismo, Fragmentos de la memoria. Mi vida en dos batallas (Editorial Dunken, 2022); de la edición italiana Frammenti della memoria. La mia vita in due battaglie (Officine Pindariche Editore, 2023); de los poemarios: Con la memoria al ras de la garganta (Editorial Campana 2013), Quedó la puerta abierta (Proyecto Editorial La Chifurnia, 2016),  Hijas de los vuelos (Editorial El Mono Armado, 2016), Un gato de ojos grandes me mira fijamente (miCieloediciones, 2017),  Heme aquí (Proyecto Editorial La Chifurnia, 2017), Con la memoria al ras de la garganta/Con la memoria stretta in gola (Associazione Culturale Agape, 2018 y Officine Editore, 2022), Sé vuelo (Proyecto Editorial La Chifurnia, 2018); Un cuerpo que aún palpita (Editorial Novel Arte, 2023); Palabra ardiente (El Ángel Editor, 2023); del estudio académico Sor María de Jesús Tomelín (1579-1637)concepcionista poblana: La construcción fallida de una santa (Editorial Pliegos, 2019); Nosotras en libertad (Editorial Caravana,  2022).  Es coautora de Tomamos la palabra: mujeres en la guerra civil de El Salvador (1980-1992), (UCA Editores, 2016).  Es subdirectora de la revista semestral de literatura EntreTmas Revista Digital y curadora, junto a Juana M. Ramos, de Palabra-Imagen-Escena, un espacio artístico creado para la difusión de las creaciones de poetas, narradores, dramaturgos y artistas visuales que producen su obra en español en NY. Sus poemas, relatos y ensayos han aparecido en antologías y publicaciones impresas y digitales en Estados Unidos, América Latina, España e Italia.




JULIA OTXOA (Espanha, 1953). Poeta, narradora y artista gráfica Entre sus últimas exposiciones : “Llocs de Pas” Espectáculo colectivo audiovisual-MACBA-Barcelona 2006, “Absinthe Review” Nueva York 2007; “New Sleepingfis Review”, Nueva York 2007; “Certamen Internacional de Fotografía Surrealista”, Eibar 2007; “Fragmentos de Entusiasmo”-Catálogo de la exposición Antología de la Poesía Visual española 1964-2006”-“Poesía Visual Española” (Antología) Editorial Calambur,Madrid,2007; “La Fira Mágica”, Exposición colectiva de Poesía Visual Ayuntamiento de Santa Susana Barcelona, 2007; “Homenaje a Manuel Altolaguirre”, Exposición Poesía Visual – Instituto Cervantes en Fez (Marruecos, 2007 ); “Miguel Hernández – Muestra de Poesía Visual” (Universidad Miguel Hernández-Elche, 2008); “Exposición libros de artista”, Museo de San Telmo San Sebastián, 2023; “Tres senderos que convergen”, Centro cultural Oquendo, San Sebastián. Julia Otxoa es la artista invitada de esta edición de Agulha Revista de Cultura.


 


Agulha Revista de Cultura

Número 254 | agosto de 2024

Artista convidada: Julia Otxoa (España, 1953)

Editores:

Floriano Martins | floriano.agulha@gmail.com

Elys Regina Zils | elysre@gmail.com

ARC Edições © 2024


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