Paradójicamente
para hablar de la inspiración debo recurrir a ésta; y para comenzar se me
ocurre que lo mejor es con las propias palabras de Homero o de aquellos aedos
que se hicieron llamar así: “Canta, oh
diosa, la cólera del Pelida Aquileo; cólera funesta que causó infinitos males a
los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes, a quienes
hizo presa de perros y pasto de aves —cumplíase la voluntad de Zeus—desde que
se separaron disputando el Atrida, rey de hombres, y el divino Aquileo”,
(La Ilíada, Canto I) El origen de la palabra, su etimología, es: 1- Del latín inspiratĭo, la inspiración es el proceso
o el resultado de inspirarse o respirar (hacer que el aire del exterior ingrese
a los pulmones, impulsar pensamientos en la mente). El concepto tiene dos
grandes usos: por un lado hace referencia a la iluminación que una divinidad o
una fuerza sobrenatural aporta a una persona mientras que, por otra parte, el
término nombra al ingreso de aire al organismo a través de la nariz. 2- Cosa, persona
o deidad que favorece el espíritu creador del artista.
Homero le solicita a la
diosa que cante la epopeya; es ella quien lo hará a través del poeta; será su
inspiración, su deidad la que narrará los hechos acaecidos en Ilión. Sin
embargo habría que diferenciar inspiración de posesión; ésta última se da por
medio del “ingreso” de una entidad, por ejemplo un dios, en un sacerdote o
sacerdotiza. El ejemplo más claro en Grecia se produce en el famoso oráculo de
Delfos donde la pitonisa (sacerdotiza de Apolo que daba los oráculos en Delfos
sentada sobre un trípode) era poseída por el dios; la Pitia era objetivo del
“entusiasmo” (estar poseído por un dios), similar a los médiums modernos. Esto
era considerado como “locura profética”, de acuerdo al investigador E. R.
Dodds, en su libro “Los griegos y lo irracional”, Capítulo III, Las bendiciones
de la locura, publicado en Revista de Occidente, Madrid, 1960. Siguiendo a este
autor, hay otro tipo de locura y es la
“divina” definida como “posesión de las Musas”, (en Grecia había nueve musas
que eran las fuentes de inspiración para poetas, músicos o pensadores, entre
otros; eran las siguientes: Calíope, la musa de la poesía épica y la
elocuencia. Erato, la de la canción amatoria. Melpómene, la de la tragedia. Talía,
la fuente de inspiración para la poesía bucólica y también para la comedia.
Urania, la musa de la astronomía y las ciencias. Clío, la de la epopeya.
Euterpe, la de la música. Polimnia, la de la poesía sacra y los cantos
sagrados. Terpsícore, la inspiración para la danza). La creación poética, desde
este punto de vista, posee un elemento que no es “tomado” sino “dado”; dice
Dodds con respecto al autor de La Ilíada: “Siempre pregunta a las musas qué ha
de decir, nunca cómo decirlo, y lo que pregunta son siempre hechos”. Por gracia
divina tanto el poeta como el vidente gozaban de un conocimiento vedado a otros
hombres.
Es la Musa y no el poeta
el que actúa similar a la Pitia; el poeta no pide para él ser “poseído” sino
desempeñarse como intérprete de la Musa en trance. En esto radica la diferencia
entre “vidente” y “poeta”. La poesía es entendida como una revelación diferente
de la razón y por encima de ésta. Para los poetas románticos la inspiración
también era concebida desde la perspectiva griega; era una cuestión de locura o
irracionalidad lo que despertaba en ellos el deseo de componer sus obras.
También se servían de sustancias alucinatorias para elaborar sus creaciones
artísticas, pero estas son un elemento “externo” al igual que la inspiración,
no obstante, se diferencian de grado desde su origen natural. En un texto de
Charles Baudelaire cuyas raíces son de origen románticas dice: “Existen mujeres
que inspiran el deseo de gozarlas y vencerlas; pero aquélla producía el anhelo
de morir lentamente bajo su mirada”., (Pequeños Poemas en Prosa, El deseo de
pintar, XXXII). El deseo aquí aparece junto a la inspiración; el concepto de
deseo es: del latín desidium, deseo es
la acción y efecto de desear (anhelar, sentir apetencia, aspirar a algo). El
concepto permite nombrar al movimiento afectivo o impulso hacia algo que se
apetece; así el deseo es una cuestión de aspirar como la inspiración, lo que lo
lleva a identificarse semánticamente con este último concepto. Los poetas son
inspirados, y también hay una cuota de deseo para poder componer sus obras.
Para Freud la
inspiración era producto del interior del sujeto; de una psiquis que tenía un
conflicto psicológico que no ha sido resuelto o de un trauma de la niñez.
Debido a este concepto, los poetas surrealistas se sumergieron en el mundo del
inconsciente a través de la escritura automática para construir sus obras.
También la inspiración
está relacionada con el estilo, o sea la forma de componer, la huella que deja
el artista en la obra que es personal e inimitable; El estilo, como concepto,
hace referencia a un conjunto de rasgos específicos de toda composición
artística,. En las obras literarias el estilo se vincula con el lenguaje y el
modo de componer de acuerdo a una época determinada (Renacimiento, Barroco,
Clasicismo, etc.). Sin embargo, el estilo varía, evidentemente, de una época a
otra, y es debido a eso que el artista, según su inspiración, elaborará su obra
condicionado por la Historia. Dice Octavio Paz:”El poeta se alimenta de
estilos. Sin ellos, no habría poemas. Los estilos nacen, crecen y mueren. Los
poemas permanecen y cada uno de ellos constituye una unidad autosuficiente, un
ejemplar aislado, que no se repetirá jamás. (…)
Moral, filosofía,
costumbres, artes, todo, en fin, lo que constituye la expresión de un período
determinado participa de lo que llamamos estilo. Todo estilo es histórico y
todos los productos de una época, desde sus utensilios más simples hasta sus
obras más desinteresadas, están impregnados de historia, es decir, de estilo”,
(El Arco y la Lira).
Por lo tanto el artista
cuando está inspirado, se encontrará inmerso en un contexto histórico que lo
determinará para su creación; la inspiración, se diría que es “independiente”
de la época, ya que ésta es una entidad que trasciende lo temporal, mientras
que el estilo se ajusta a lo histórico.
El concepto de daimon es variado en Grecia. Para
Sócrates el daimon (que sería una especie de inspiración), posee una impronta
religiosa, con poderes sobrenaturales; este se situaba dentro del individuo por
lo cual le permitía establecer un contacto con los dioses; era una entidad
divina situada entre los dioses y los hombres. Esta potencia interior que tiene
carácter irracional, según el filósofo, se encuentra dominada por la razón.
Sócrates se dejaba conducir por el daimon al cual lo denominaba “una voz profética dentro de mí, proveniente
de un poder superior”. Considera que todos los individuos poseen un daimon
interior.
Es así que, la
inspiración y el daimon, se identifican particularmente por una cuestión de
“estado de situación”; la inspiración para el poeta vendría desde “afuera”,
mientras que el daimon sería una entidad “interna”; pero ambas comparten algo
en común: la posibilidad de que el artista o el filósofo puedan manifestarse en
sus discursos con un estilo particular de acuerdo al momento histórico que les
tocó vivir.
Hacia fines del siglo XX
y comienzos del XXI, la Ciencia que se especializa, en sus variadas ramas, del
funcionamiento del cerebro, ha relacionado la inspiración con la creatividad
y la inteligencia emocional. La
creatividad ha sido estudiada en aquellos individuos creativos que se
encuentran en determinados estados
mentales, por medio de los cuales, nace la inspiración. La creatividad es una capacidad de
generar ideas innovadoras o conceptos originales, también pude
relacionar conceptos o ideas ya conocidos que en ocasiones producen soluciones novedosas. La creatividad se
asemeja al "pensamiento
original", o al
"pensamiento divergente". La creatividad podría ser una habilidad
típica de la cognición
humana.
Las personas creativas pueden distinguirse, entre diversos aspectos, en
dos grupos distintos: el artístico y el científico. Por lo pronto, la inspiración se articula para manifestarse en los
individuos creativos cuando se realiza una función cerebral determinada, por lo que el cerebro actúa de manera
semejante a una orquesta, en donde interactúan varias áreas entre sí. Antes se
pensaba que el cerebro tenía zonas exclusivas de funcionamiento hasta que por
medio de imagenología se pudo determinar lo contrario.
Hasta el momento se va
relacionando la inspiración con los descubrimientos científicos. Sin embargo,
¿la inspiración poética cabría dentro
de estos estudios? También se vincula a la creatividad como efecto de la
inspiración al funcionamiento de los hemisferios cerebrales: el izquierdo y el derecho.
La neurobiología, ha estudiado por factores biológicos que en su mayoría son debidos a
la herencia. La maduración mental corre de acuerdo a un ritmo establecido por los
genes; la influencia del ambiente, tanto
social como natural, influye en el individuo creativo. También se ha
investigado las relaciones anatómicas específicas entre las funciones
intelectuales y los grupos de células del cerebro; la conciencia del propio "yo", el "subconsciente", el
"superyó", Los procesos de la memoria, el lóbulo frontal y la personalidad, los neurotransmisores, el pensamiento, por ejemplo; todo
es tan complejo, que es posible que el funcionamiento de la creatividad como
consecuencia de la inspiración, involucre a la totalidad del cerebro y no solo
a regiones determinadas del mismo.
Fluidez: es la capacidad para
producir ideas y asociaciones de ideas sobre un concepto, objeto o situación.
Originalidad: es la facilidad para
ver las cosas, de forma única y diferente.
Elaboración: capacidad que hace posible construir cualquier cosa partiendo de una
información previa. Por ejemplo: el
nombre de un objeto o idea queda en el tiempo a través del lenguaje o de un
sistema de comunicación, mientras que el objeto o la idea desaparece, así:
la rosa, queda su nombre (generativo), pero la flor (objeto) desaparece, muere
se desvanece…
Abstracción: la capacidad de
analizar los componentes de un proyecto y de comprender las relaciones entre
los elementos que lo constituyen; extraer características de un todo ya
elaborado.
Síntesis: lo opuesto a la abstracción; capacidad de combinar varios componentes
para llegar a un todo creativo. Es decir, es un proceso que partiendo del
análisis de los elementos de un problema es capaz de crear nuevas definiciones
concluyentes de la realidad del asunto estudiado. El análisis detalla,
describe, mientras la síntesis concluye con explicaciones creativas del
funcionamiento de un sistema o un problema. Esto es debido a que la síntesis
origina la redefinición al establecer
nuevas relaciones entre las partes de un sistema, sea cual sea el ámbito de
actuación (social, político, laboral. comunicativo, etc.).
En cuanto a la inteligencia emocional vinculada con la inspiración, en
este caso, poética, implicaría un desarrollo temático que escapa a este
artículo. Evidentemente hay una conexión entre ellas, por lo que dejo al lector
el final abierto para que profundice en esa temática.
Una cosa es clara: que la inspiración
poética ha sido considerada desde distintos ángulos de estudio y del
pensamiento de carácter mítico; a través del tiempo fue, y es vista, como un
fenómeno que abre las puertas de diversas dimensiones cognitivas; en cuanto a
su etiología, tal vez nunca se encuentre por ser tan inasible como el aire.
*****
Federico Rivero Scarani (Uruguay,
1969). Poeta, narrador, ensayista y traductor. Obras: La Lira el Cobre y el Sur (1993), Ecos de la Estigia (1998), Atmósferas
(1999), Synteresis perdida (2005), Cuentos Completos (2007), El agua de las estrellas (2013), Desde el Ocaso (2014). Página
ilustrada com obras de Arthur Bispo do Rosário (Brasil), artista convidado
desta edição de ARC.
Agulha
Revista de Cultura
Fase
II | Número 16 | Maio de 2016
editor
geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
editor
assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com
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& design | FLORIANO MARTINS
revisão
de textos & difusão | FLORIANO MARTINS | MÁRCIO SIMÕES
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de tradução
ALLAN VIDIGAL | ECLAIR ANTONIO ALMEIDA FILHO | FLORIANO MARTINS
GLADYS MENDÍA | MÁRCIO SIMÕES
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