1. NUEVA TURBULENCIA DE SENTIDO
Y DIMENSIÓN LITERARIA | La
noche, se daba como una noche hecha a la medida de quienes como una masa crítica
y sensible, se instalaron anoche en Otraparte,
para participar e intervenir, lúcidos y lucidos, en la invocación que hacían esa
noche (media luna se observaba en medio de la noche irritada, por su condición de
locomotora barroca, para decirlo a la manera de los nadaístas) y a la que los llamaban:
la Revista Innombrable, Non Colectivo y la Corporación Otraparte.
Y decimos que lúcidos y lucidos, porque muchos
de los que allí estaban, se exhibían poderosamente, como tratando de tentacular
la noche, de poseer la esencia misma de la rebeldía de Gonzalo, de transmitirle
a él, lo que ellos eran y porque estaban allí. Rebeldes como él, exhibían su rebeldía;
todos, sentían, por lo que observábamos, esa necesidad. O sea, que todavía la rebelión
es esencial, es de la búsqueda de cada uno. Mientras observábamos, nosotros, como
todos, escuchábamos lo que le decía Gonzalo a Rosa Girasol, en una entrevista que
le hizo para Eco Contemporáneo (Buenos
Aires), que presento el querido Michael Smith, y que nos proporcionó, una visión
nueva de las hermosas y críticas tesis de Gonzalo sobre la vida, el arte, la libertad,
la muerte. Era escucharlo de nuevo provocando, incitando desde su irrevocable paroxismo,
desde el que nos decía y nos dirá: El arte
tiene una ética: la libertad; Tal vez
me integre al sol cuando muera; La nada es la esperanza del ser; No hay forma pura. El vacío contiene aire;
o: Nada de dogmas ni para el arte ni para
la vida.
Por eso en su intervención Víctor
Bustamante nos decía, con ironía y con humor neonadaísta, como se llama y ha llamado
su movimiento: Sé de poetas que se pasean
por la pasarela eléctrica… Sé de poetas eliminando a sus contradictores… Sé de poetas
ahogados alrededor de un pocillo de tinto…
Sé de poetas encerrados en sus cavernas… Mostraba pues su intención real y crítica
sobre la dimensión, si es que la tienen, porque aquí dimensión quiere decir dimensión
estética (Marcuse) y cuál es la proyección y el alcance de ella en la realidad,
cuál su incidencia como sí lo hizo Gonzalo y lo hicieron los nadaístas.
Fernando Cuartas, propuso desde
la tribuna sin tribunal, la tribuna de la noche lunar, sus tribulaciones en y desde
la vida y la lectura que él hace de Gonzalo, e indica que no podría tener imitadores,
que nunca busco eso ni quiso formar el nadaísmo para eso, y sobre ello mostró que:
El problema es que a los nuevos emulantes
nos le queda bien parasitar su nombre y hacer alardes de un anarquismo decadente,
donde el mayor azar y la sorpresa es cómo conseguir un estipendio para jugar a “niños
necios”. Creo que el legado de Gonzalo no fue construir un “ismo”, fue el acto de
vivir a la enemiga como diría su mentor cercano Fernando González.
Y mientras todo esto ocurría y se desencadenaban
las tormentas de la risa, los modos de inquirir desde la escucha, los teatros del
absurdo de la naturaleza misma del ser, las miradas que iban posesivas y sutiles
de una a otra y hermosas del delirio entre
unos y otros, dos muchachos se instalaron con todo su poder, su libertad y rebeldía,
a escribir en lo inmediato y lo súbito, el
CÁDAVER EXQUISITO, tal y como lo
propusieron, como uno de los elementos con y desde los que se podía participar en
la exaltación de la vida y muerte de Gonzalo, en esa noche, quienes lo coordinaron
extraordinariamente. Noche como un mediodía, que se movía en cada intervención con
exuberancia de forma y contenido, pero también sabiendo que, como decía Gonzalo:
El silencio es la forma de una relación más
profunda.
Gonzalo estaba aquí esta noche, como estaba y lo vi esa tarde melancólica (la
lluvia la hacía más melancólica) en mi vida, en la sala de velación de Campos de Paz, haciendo su intervención insurrecta
e indestructible entre nosotros.
2. DEL TEATRO EN GONZALO ARANGO | No es que los relatos o las crónicas de Gonzalo Arango sean en sí y por ellos mismos textos teatrales, sino que son los lectores del teatro, los que hacen teatro, los que los llevan al teatro; los instalan, los transforman como textos teatrales. Es una inmediación que hacen, en la que proyectan de una nueva manera el relato o la crónica. Y en realidad, con cada relato o crónica se pueden construir textos teatrales. Y al teatro que se hace en la ciudad le interesan porque hay en ellos una constante para mí, que es de carácter dramático, teatral. Gestual. La vida misma de Gonzalo Arango quizá lo era.
*****
Yo diría que aquí
ya estamos en relación con una obra otra, que es la que se ha transformado tras
la inmediación que hace el lector teatral. O sea quién se interesa y se obsesiona además, por instalar el texto en
el teatro, de darle otros sentido y proveerlo de otra dimensión narrativa y teatral.
Y desde el teatro, se puede hacer esta tarea, la de transformar el relato o la crónica
en teatro, para que también el lector de esos relatos y crónicas, pueda tener una
manera nueva de leerlos. Y quién nos lo ha leído, también pueda tener la forma de
abordarlos como su futuro lector. O sea, en otros términos que a uno y otro lector,
se les provoque y le den mayor consistencia a su condición de lectores. Es una relación
nueva, la que hacen, propuesta y desarrollada totalmente por el teatro. Mediada
por el teatro.
*****
En ese sentido
puedo decir, que la cualidad de los relatos (Prosas para leer en la silla eléctrica) y las crónicas (Reportajes) de Gonzalo Arango, se concentran
en el hecho mismo de que él se intervine, incide y se prueba en sí mismo, desde
sí mismo. Y su manera de relacionarse con su realidad, con la realidad de los otros
y la realidad de su medio. Es decidido, es determinante en sus obsesiones, en sus
excesos y en sus contradicciones. Tiene conciencia de lo que buscaba, de lo que
realizaba y de lo que no. Era un místico y un rebelde, y así lo decía, así se consideraba
y lo mostraba. No tenía miedo de hacerlo y ahí queda todo ello, insaciable delirio,
hermoso delirio, en sus relatos y en sus crónicas; y en su historia, que es lo que
se evidencia en el teatro. Y dado que él también escribió teatro: Los ratones van al infierno o HK 111.
*****
Considero que
la intensidad de la rebeldía, lo que llamo una estética de la ira; la manera libre de decir las cosas, la prueba
de sí mismo ante sí y ante otros, la condición de su temperamento, su carácter decidido
por violentar los condicionamientos, por liberarse del miedo, por indicarnos la
tendenciosidad que hay que tener para llevar la vida de uno, sin necesidad de nada
que no sea ella misma; todo ello, sin duda, está en todos los libros de Gonzalo
Arango, los que aún expelen su hermoso tóxico.
ÓSCAR
JAIRO GONZÁLEZ HERNÁNDEZ (Colômbia, 1957). Poeta e crítico de arte, um
dos diretores da revista Punto Seguido.
Edição preparada por Floriano Martins. Agradecimentos a Omar Castillo, Óscar Jairo González
Hernández e José Ángel Leyva. Página ilustrada com obras de Jacques Callot (França, 1592-1635), artista convidado da presente edição.
*****
Agulha Revista de Cultura
Número 121 | Outubro de 2018
editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com
logo & design | FLORIANO MARTINS
revisão de textos & difusão | FLORIANO MARTINS | MÁRCIO
SIMÕES
Nenhum comentário:
Postar um comentário