sexta-feira, 23 de novembro de 2018

VICENTE JIMÉNEZ | CORRESPONDÊNCIA VIRTUAL 2005-2006



----- Original Message -----
Querido Floriano,
Acepte, por favor, mis disculpas por no haberle contestado su carta del 24 de noviembre hasta hoy. Créame que no ha sido por falta de interés de mi parte. Le agradezco, ante todo, su invitación a colaborar en las publicaciones que dirige, Agulha Revista de Cultura y Banda Hispánica, las cuales conozco y leo asiduamente desde hace algún tiempo, así como en el dossier “Surrealismo” de TriploV. Para mí será un placer enviarle algún texto para su consideración y posible publicación en una próxima oportunidad. Ocurre que en estos momentos estamos muy atareados por acá con proyectos en los que estamos trabajando con el mutuo amigo Enrique Lechuga, de Sonámbula, y con mi buen amigo Fernando Palenzuela en la edición digital de la revista Alacrán Azul, en cuya versión original colaboré en los años 70 con José Antonio Arcocha y el propio Fernando, co-directores y fundadores de la misma. Además, tengo un libro en preparación, Las claves prometidas: proyección del surrealismo en la poesía cubana contemporánea (ensayos) que, como usted podrá imaginar, toma mucho de mi tiempo y energías.
De usted y de su obra puedo decir que ya tenía conocimiento, si bien por referencias, pero especialmente gracias a Enrique. Como escritor, poeta, investigador y divulgador del surrealismo en la poesía de las Américas, su obra es notabilísima y altamente encomiable. Menciona usted en su carta que tiene en preparación una 2ª edición - revisada y ampliada - de su libro Un Nuevo ContinenteAntología del Surrealismo en la Poesía de Nuestra América, y me envía algunas reseñas del mismo. Las reseñas destacan acertadamente los méritos de la obra y su significativa contribución a un más amplio conocimiento tanto del surrealismo como de la mejor poesía que se ha escrito, y se escribe, en el Hemisferio. Ya Enrique me había informado que usted estaba en contacto con él con vista a la nueva edición, y que tenía usted el propósito de añadir un buen número de poetas que, por distintos motivos, fueran excluidos en la versión original del libro. Yo le felicito por sus esfuerzos, particularmente en la selección de los poetas, pues, como ya sabemos, las antologías raramente logran complacer en esto a los lectores y críticos más avezados de manera unánime. Así ocurrió en el pasado con las antologías de Pellegrini y de Baciú.
Debo confesarle que hace unos meses, cuando pude conseguir el libro (lo ordené directamente de la editorial en San José, Costa Rica, ya que por acá el libro no parece haber tenido muy buena distribución), yo mismo tuve muchos reparos a su selección tal como apareciera en la antología. Con respecto a los poetas cubanos, a quienes conozco bien en virtud de mis investigaciones en la preparación del libro que le menciono arriba, me sorprendió que incluyera solamente a un notable poeta y escritor, Lorenzo García Vega, quien siempre ha rechazado el surrealismo -como movimiento, como aventura, como visión y aun como lenguaje poético--, autor de una excelente obra muy personal que resiste, para quienes la conocemos, todo intento de clasificación. Sin embargo, poetas como José Alvarez Baragaño (1932-1962), José Antonio Arcocha (1938-1997) y Fernando Palenzuela (1938), los máximos exponentes de la poesía surrealista en Cuba --quienes, por supuesto, figuran prominentemente en mi libro--, no entraron en su selección. Ahora, por supuesto, me complace mucho el que, por la atinada y generosa intervención del amigo Enrique Lechuga, haya “descubierto” e incluido a Fernando Palenzuela entre los poetas seleccionados para la nueva edición de la antología. He sabido, por este último, que en los últimos días también se ha interesado por Baragaño, lo cual es muy atinado de su parte. (Baciú, por cierto, en su antología que no incluye a ningún poeta cubano, después de mencionar a Wifredo Lam en la pintura, escribe: “Debe también ser mencionada la poesía de José Baragaño, poeta mal conocido”. Eso es todo. Y esto lo
dice en 1974, cuando los tres libros capitales de Baragaño, a más de un memorable ensayo sobre Lam, ya habían sido publicados entre 1952 y 1960). En cuanto a Arcocha, no sé si habrá leido en Sonámbula (en Dossier Surrealista) mi ensayo “Las claves secretas de José Antonio Arcocha”. Si lo desea, puedo hacerle llegar los poemas así como otros textos y más información sobre este otro poeta cubano que, en mi opinión, tampoco ha recibido aún el reconocimiento que merece.
Por lo demás, también me extrañó el que, con la excepción del argentino Alejandro Puga, la antología no presentara a poetas de la generación actual como, por ejemplo, algunos de los jóvenes poetas chilenos de Derrame, activos militantes del surrealismo; los brasileños de DeCollage, a quienes supongo usted conozca bien; el dominicano Pastor de Moya, entre otros. Por otra parte, acierta usted al presentar, por primera vez, a poetas del Brasil, Canadá, Estados Unidos, Martinica (en Aimé Césaire, gran poeta), y Rep. Dominicana (en Freddy Gatón Arce, poeta mayor). Pero, en fin de cuentas, como usted bien dice en el ensayo introductorio, “una antología no pasa de ser un viaje por el universo de las sugestiones”.
Me gustaría dialogar y reflexionar con usted sobre estos temas, pero ya estas líneas se van extendiendo demasiado. Otra vez, discúlpeme por mi tardanza en escribirle. Y gracias, de nuevo, por invitarme a colaborar en sus publicaciones que tanto hacen por mantener viva la llama del surrealismo en el continente americano. Estemos en contacto.
Un fuerte abrazo, 
Vicente Jiménez


Querido Floriano,
Recibí su carta del 2 de diciembre actual. Gracias, de nuevo, por su invitación a colaborar en sus proyectos editoriales o publicaciones que coordina - Banda Hispánica, Agulha Revista de Cultura y el dossier “Surrealismo” en TriploV. De hecho, hoy he visto en Banda Hispánica que ya ha incorporado a José Antonio Arcocha al elenco de escritores y poetas de Cuba en esa publicación, y le felicito por ello, a más de agradecerle, al mismo tiempo, el que haya escogido mi ensayo sobre Arcocha para presentar a este poco conocido poeta surrealista cubano ante la comunidad latinoamericana que lee sus publicaciones.
Tengo entendido, a través del amigo Fernando Palenzuela, que ya recibió el libro de éste, Amuletos del sueño, así como los dos números de Alacrán Azul. En la edición digital de esta revista, que aparecerá en los próximos meses, verá que el contenido surrealista será más acentuado, pues así lo hemos planeado Palenzuela y yo. Creemos, como usted, que esta es la oportunidad para difundir la obra de los escritores, poetas y artistas con visión surrealista latinoamericanos, y, a estos fines, queremos sumar a Alacrán Azul en la Red al grupo de publicaciones que usted dirige, así como al esfuerzo que realiza el amigo Enrique Lechuga con Sonámbula, a la revista Derrame de los amigos chilenos, y al grupo DeCollage del Brasil, entre otros.
Cuando yo me refería, en mi carta anterior, a “la antología de Pellegrini” pensaba en la Antología de la poesía viva latinoamericana (1966), no en la que dedicara a la poesía surrealista en lengua francesa. En efecto, ni una ni otra fueron diseñadas por Pellegrini para recoger la poesía de proyección surrealista en Latinoamérica, de ahí que en la primera aparecieran muchos poetas que no tenían vinculación alguna con el surrealismo (como es el caso de los poetas cubanos incluidos en la misma), y que en la segunda Pellegrini sólo se ocupara de aquellos poetas que escribieron en francés. Yo coincido con usted en la crítica que le hace a la antología de Baciu, quien fue, en mi opinión, muy rígido en su arbitraria clasificación de los poetas de proyección surrealista latinoamericanos, por lo que habría de excluir a muchos poetas que no consideraba puramente surrealistas, a quienes llamaba para-surrealistas o “surrealizantes”. La segunda edición, revisada y ampliada, de Un Nuevo Continente habrá de empezar a llenar el vacío que existe desde hace ya mucho tiempo en la poesía de nuestro Hemisferio creado por las numerosas antologías poéticas que, sistemáticamente, han ignorado la mejor poesía que se ha escrito y se escribe entre nosotros. Permítame, pues, felicitarle desde ahora por su ingente labor de investigación que ha de resultar muy pronto en la publicación de su nueva antología y que, en el pasado, nos ha dado textos y libros capitales para el conocimiento de nuestra poesía, como El Comienzo de la Búsqueda, y que, en un futuro próximo, nos dará los varios proyectos que usted me anuncia en su carta.
Bueno, amigo mío, sigamos en contacto.
Abraxas,
Vicente Jiménez

Querido Floriano,
Gracias por la información sobre cómo y a quién pedir tus libros en circulación. Permíteme que yo lo haga directamente para que no incurras en gastos de envío. Acá también el correo postal se hace imposible en estos días de Pascuas y Año Nuevo, luego, como tú dices, es mejor esperar hasta el mes de enero para el trasiego de libros. De todas maneras, mi dirección es como sigue:
Vicente Jiménez


Querido Floriano,
Me complace tu interés en los textos sobre Baragaño en Alacrán Azul #2, específicamente “Rescate de Baragaño”, por José Antonio Arcocha, y el mío, “Mi amigo Baragaño”. Como ya has visto, quisimos dedicar un dossier, Baragaño entre nosotros, en AA a este gran poeta y amigo en un momento en que, por cierto, ya Baragaño tenía casi diez años de muerto y apenas se hablaba de él, ni en Cuba ni, mucho menos, en el exterior. Desde entonces, ha sido incluido en algunas antologías de poetas cubanos editadas en la Isla y también en el extranjero, pero sin destacar la posición muy prominente que, a mi juicio, debiera reconocérsele en la poesía cubana contemporánea. Como habrás notado, tanto Arcocha como yo lo criticábamos entonces fuertemente por su posición política en Cuba, ya que desde su vuelta a la Isla en 1959 hasta su súbita muerte en 1962, militó activamente en las filas de la revolución. Como miliciano, en 1961 tomó parte activa en la movilización de Bahía de Cochinos (Playa Girón) y en la campaña del Escambray. Baragaño, cuando yo lo conocí, a mediados de los años 50, no creía en la viabilidad de una revolución en Cuba y se identificaba más bien con el anarquismo. Entonces sólo se le conocía en La Habana como “poeta maldito”, y se burlaba de la cultura oficial en Cuba. No le publicaban su poesía. Pasaba hambre y saltaba de un hotel a otro (casi siempre abandonando pertenencias personales, libros y manuscritos) justo antes que lo echaran por falta de pago. Con el triunfo de la revolución, Guillermo Cabrera Infante y Carlos Franqui, director del periódico Revolución, lo invitaron a colaborar en el mismo y en el suplemento literario Lunes de Revolución que aquél dirigía. Baragaño escribió columnas y artículos encendidos en que denunciaba a los “insumergibles” de siempre, a los intelectuales que nunca se habían interesado por la política en el pasado pero ya buscaban cómo integrarse a las filas de la revolución triunfante. Atacó a José Lezama Lima y al grupo de la revista Orígenes por lo que éstos representaran en el escenario cubano, en lo cultural así como en lo político.  Hizo, en La Habana cundida del fervor revolucionario de 1959-1961, así como en los tiempos difíciles antes de la revolución, más enemigos que amigos. Permaneció fiel a la revolución hasta su muerte, aunque se cree que poco antes de morir empezaba a criticar duramente a la nueva cultura oficial y a los estalinistas que la dirigían con el asentimiento de Guevara y Castro. Como poeta, llegó a escribir poesía que él creyó necesaria en aquel momento, poesía cargada de marcado contenido social, “en un intento por aprehender la nueva realidad” (Enrique Saínz, prólogo a José Alvarez Baragaño: Poesía color de libertad, UNEAC, La Habana, 1977, volumen que recoge la poesía publicada más poemas inéditos y otros no recogidos en libro).
Fernando Palenzuela me ha comentado que Baragaño no podía sino participar directamente en el proceso revolucionario que se iniciara en Cuba en enero de 1959. Lo hizo, además, no desde el escritorio o sólo con la pluma, sino con las armas en las manos, en uniforme de miliciano, como combatiente junto a los hombres del pueblo que creían en los postulados iniciales de la revolución. Pero —añade Fernando— que, así como ocurriera con tantos otros cubanos que abrazaron el ideario revolucionario en un principio, él también habría roto con el sistema en su momento. Yo también lo creo así.
Te hago este largo recuento de la trayectoria de Baragaño para explicarte por qué me parece que lo que Arcocha y yo escribimos sobre él en 1971 debiera ser actualizado. Baragaño murió, repentinamente, en 1962 por lo que no podemos saber, con certeza, qué habría sido del poeta-revolucionario. Arcocha, muerto ya, no puede reconsiderar lo que escribiera nueve años después de la muerte de aquél. Pero yo sí puedo hacerlo todavía, y, de hecho, últimamente he estado re-
escribiendo porciones de mi libro, particularmente la sección dedicada a Baragaño. No sé qué uso harías del texto de Arcocha y del mío, tal como aparecieran en AA #2 (los tengo y te los puedo enviar en formato Word.doc), pero se me ocurre que si han de aparecer en una de tus publicaciones quizás sería apropiado situarlos en el contexto histórico y acaso —esta idea es de Fernando— acompañarlos de un addendum a tales efectos. Para el próximo mes de enero yo podría tener listo mi texto —revisado y ampliado—sobre Baragaño, si pudieras esperar. De todos modos, “Mi amigo Baragaño” no es más que una breve crónica de mi encuentro con el poeta y algunas de las experiencias que tuve con él en La Habana de 1955-1959.
En cuanto a tu interés en la encuesta sobre la “Significación del surrealismo en la poesía contemporánea”, lamentablemente, casi todos los materiales que reuníamos entonces para lo que hubiera sido AA #3 o se han perdido o fueron devueltos a sus autores. La tal encuesta saldría de una correspondencia iniciada por Arcocha, Palenzuela y yo sobre ese tema, a la que invitaríamos a otros amigos escritores a que participaran en el debate. Quizá esto sea algo que todavía pudiéramos hacer —con tu participación, por supuesto— para AA #3… 

Abrazos,
Vicente Jiménez


Sent: Monday, February 20, 2006 4:01 PM
Subject: Check out La Habana Elegante - La más verbosa

Querido Floriano,
No conozco bien a Edmundo Desnoes. Te envío, por lo tanto, un anexo (en formato Word.doc) que contiene una breve nota biográfica y un artículo de Belkis Cuza Malé, directora de Linden Lane Magazine, quien lo conoce bien. El enlace te llevará a un dossier dedicado a Desnoes por la revista virtual La Habana Elegante.
Sé que tanto Reinaldo Arenas como Guillermo Cabrera Infante lo detestaban. Este último lo atacó duramente por incluir sus textos en una antología que, con el título Los Dispositivos en la flor (1981), se presentara como la primera antología que recogiera autores de la Isla y del exilio. Entre los escritores de la Isla incluidos aparece, muy prominentemente, Fidel Castro. Después de estar 20 años fuera de Cuba, sin jamás haber condenado el régime de Castro, regresó a la Isla en diciembre de 2002, a los 72 años de edad. No sé si aún está en Cuba, ni siquiera si vive todavía.
Recuerdo una anécdota de los años 80, en que invitan a Guillermo Cabrera Infante a un panel en un acto que tenía lugar en una universidad norteamericana. Cabrera Infante, al descubrir que Desnoes también forma parte del panel, rehusa tomar parte en aquel acto y se retira del escenario, no sin antes denunciar a Desnoes como agente castrista.
Creo, por mi parte, que como escritor Desnoes es, definitivamente, una figura menor en las letras cubanas.
Abraxas,
Vicente Jiménez


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Edição preparada por Floriano Martins. Página ilustrada com obras de Arshile Gorky (Armênia, 1904-1948), artista convidado da presente edição.


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Agulha Revista de Cultura
Número 124 | Dezembro de 2018
editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com
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revisão de textos & difusão | FLORIANO MARTINS | MÁRCIO SIMÕES




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