Kitasono Katue
En una ocasión André Breton dictaminó que el Surrealismo es lo que será.
De ser esto cierto entonces la poesía de Kitasono Katue se inserta plenamente dentro de
lo que autor de Nadja quiso para el futuro del movimiento que él fundara
casi un siglo atrás. ¿En qué consiste la inserción de la poesía de Kitasono dentro
de la corriente surrealista? Para responder a esta pregunta habría que hacer varias
distinciones que nos ayudarían a situarla. En primer lugar, porque Kitasono es japonés,
y el Surrealismo recibió en su país natal la única acogida favorable que obtuvo
en el Asia.
Veamos algunos detalles de esa acogida y los participantes
más importantes de la misma. En el Dictionnaire General Du Surréalisme et ses
Environs, [1] sus autores Adam Biro y René Passeron mencionan que el Surrealismo
penetró en el Japón por la misma vía que lo hiciera en Francia: a través del Dadaísmo.
En 1920 una publicación llamada Yorozu-choho señaló la existencia de Dada
por primera vez en ese país. Shinkichi Takahashi poeta que a la sazón contaba con
diez y nueve años de edad, señaló la relación entre el Dadaísmo y el Zen proclamándose
de inmediato seguidor de ambos. Ese mismo año el Futurismo también hace su entrada
en Tokio. En 1923 el poeta y teatrista Tomoyoshi Murayama organiza un grupo de tendencia
futurista/ dadaísta que terminó fusionándose en una sociedad llamada Sanka,
la cual devino en 1929 en una asociación de artistas proletarios. De entrada, pues,
tenemos que tres corrientes revolucionarias penetran en el Japon impregnadas de
las ideas que habría de subvertir el orden artístico y social de Europa: el Dadaísmo,
el Futurismo y el Marxismo. El Surrealismo se encontraba a la vuelta de la esquina.
El Futurismo, por su parte, se inclinó hacia la violencia de corte fascista, dejando
a pesar de ello, una huella profunda en las tendencias más radicales del arte de
principios del siglo XX. Esas tendencias, sin embargo, se inclinaban hacia el comunismo
que comenzaba a implantarse en la Rusia de los zares. Aún el estalinismo no había
mostrado su verdadera faz, mientras que las diversas formas que tomara el fascismo
iban apoderándose de Italia primero y eventualmente de Alemania, España y el Japón.
Fue también frente a esos acontecimientos que el Surrealismo naciente tuvo que enfrentarse
tanto en Europa como en el país que nos ocupa.
La crisis intelectual que esto provocó en el Occidente,
no se hizo esperar en el Japón. Si a partir de 1925 se comenzaron a publicar textos
de Breton, Eluard y Aragon en una revista titulada Bungei-tambi, lo cierto
es que la poca información que poseían los poetas japoneses acerca de las fuentes
del Surrealismo, los hizo confundir las metas últimas de ese movimiento. Existe
además otro obstáculo que facilitó esa falta de comprensión: la ausencia de una
tradición romántica en la cultura japonesa. El Romanticismo (sobre todo el alemán)
como es sabido, marcó al Surrealismo de una manera indeleble brindándole muchas
de sus características más conocidas. A pesar de ello el intento de incorporar una
tendencia surrealista a la poesía japonesa continuó. En 1927 aparece por primera
vez una antología de la poesía surrealista titulada Fukuiku Taru Kafu Yo
(en francés: Flagrant Chauffeur). En 1928 el poeta Junzaburu Nishiwaki publicó
un ensayo sobre “El Arte Poético Surrealista”, donde toma sus distancias con respecto
al exceso de tradición romántica dentro del Surrealismo, al expresar que “la tradición
ofusca el poder del pensamiento” [2] al mismo tiempo que acercándose
al pensamiento de Breton dice:
La poesía se hace posible sólo
a través de la antinomía entre la realidad y la no-realidad. La surrealidad sólo
es posible mediante la dialéctica hegeliana.
Es indispensable reconocer la
realidad ordinaria para establecer la surrealidad. En efecto la surrealidad sólo
es posible en contraste con la realidad. No creo que exista la surrealidad independientemente…
A su vez el poeta/pintor Shuzo Takiguchi publicó durante
esa misma época un importante ensayo sobre “El Movimiento Surrealista en Francia”.
Entre 1925 y 1940 numerosas publicaciones se sucedieron dando a conocer los manifiestos
de Breton hasta que, en 1940 bajo el peso de la represión policíaca decretada por
el estado, el grupo se disolvió.
A partir de 1930 el movimiento surrealista japonés se
orienta más hacia el dominio plástico.
[3] El pintor Ichiro Fukuzawa
quien en Paris se vio influido por Chagall, Chirico y Max Ernst, introduce a estos
pintores en el Japón además de Tanguy, Arp, Miro y Picabia, en una exposición que
habría de tener fuerte repercusión. Entre 1938 y 1941 se producen en torno a estas
exposiciones una serie de sucesos que habrían de consolidar la influencia surrealista
en el Japon al mismo tiempo que sellaría su destino.
1) El llamado “affaire” Kobé donde su club de poetas surrealistas aliados a
los comunistas, organizaron varios actos entre los cuales la presentatación del
film de Man Ray y Robert Desnos L'Etoile de mer. Al proclamarse en contra
de la invasión japonesa a la China, la policía intervino arrestando a casi todos
sus manifestantes.
2) El “affaire” de la revista semiclandestina Rien el 8 de diciembre
de 1940, cuya posición francamente pro comunista los llevó a ser condenados a la
cárcel y después a ser enviados a los campos de batalla.
3) El “affaire” Hiroshima en el cual varios grupos revolucionarios, entre ellos
los surrealistas, alegaron frente al juez que “practicaban el Sur- realismo como
un medio de participar en la revolución proletaria y comunista…”
Estos tres “affaires” marcaron la disolución oficial
del grupo, aunque una serie de pintores como Noburu Kitawi, Shuzo Takiguchi, Tetsumi
Kudo, Shuntaro Tanigawa entre otros, continuaron expresándose dentro del Surrealismo.
Fue Takiguchi quien se mantuvo militando dentro del
grupo formado en Paris, al punto de aparecer en el Dictionnaire Abrége du Surrealisme
publicado en 1938. Este poeta/pintor fue el autor de la primera monografía que se
escribiera sobre Joan Miró, manteniéndose de paso en estrecho contacto con Marcel
Duchamp a quien le dedicara uno de sus libros-objetos: To and From Rrose Sélavy,
Paroles de Marcel Duchamp. En 1930 tradujo Le Surrealisme et la Peinture
de Breton y en 1936 publica el libro de Eluard y Breton L'Immaculée Conception,
una de las obras fundamentales del Surrealismo.
Es dentro de ese contexto donde se desenvuelve la vida y la obra de Kitasono Katue. Pero antes habría que hacer una segunda distinción: la importancia que adquirió el Zen para el pensamiento surrealista. En una entrevista que André Breton le concediera a Jose Maria Valverde para el Correo Literario de Madrid en 1950, el poeta menciona el ying-yang del pensamiento chino y el Zen como uno de los aportes principales para que el surrealismo sea lo que será. La mención del Zen en cuanto a Breton se refiere, está relacionada con su idea de lograr el acto surrealista por excelencia que consiste en superar las viejas antinomias que impiden el “cambio de vida” inserto en su ideal utópico. Por su parte alrededor del Zen se han desarrollado numerosas corrientes de pensamiento occidental: desde su identificación con el nihilismo dadaísta, hasta sus puntos de contacto con la filosofía de Heidegger. Las convergencias del Budismo Zen con ciertas corrientes del misticismo cristiano, sobre todo con el Maestro Eckhardt, han sido bien estudiadas, sin olvidar, desde luego, la influencia que ejerciera en la vanguardia musical con John Cage a la cabeza. Breton fue lector atento del místico renano a quien Taisetsu Suzuki, que Breton conocía, le dedicara más de un estudio, convirtiéndose en un instrumento indispensable para la creación de esos puntos de contacto. Pero ha sido sobre todo el aspecto aparentemente absurdo e irracional del pensamiento Zen, con el humor subyacente de sus Koans, lo que ha calado en la poesía surrealista y en las primeras etapas de la obra de Kitasono. Por su parte Joan Miro y André Masson (los dos pintores surrealistas más cercanos al pensamiento oriental) reflejaron en muchas de sus obras la influencia de los maestros calígrafos allegados al Zen. Los nexos entre el Surrealismo y el Zen, aunque no asimilados del todo, ofrecieron nuevas posibilidades de explorar una serie de ejercicios mentales dirigidos hacia el conocimiento surrealista de la realidad. Muchos de los llamados juegos surrealistas, como los Cadáveres Exquisitos, contienen un elemento Zen que no puede ser ignorado.
¿Fue Kitasono Katue en ese sentido un surrealista? Karl
Young en su introducción a la antología del poeta Oceans beyond monotonous space,
[4]
señala algunos puntos de contacto, sobre todo en sus obras de la primera etapa.
Para Young el conjunto de su obra refleja una semejanza con Renga forma poética
que requiere colaboración entre varios autores, cuyas raíces se encuentran en maestros
Zen como Matsuo Basho (1644-1694). Octavio Paz cuya cercanía al Surrealismo es bien
conocida, practicó esa técnica. Para Young, sin embargo, lo que atrajo a los grupos
surrealistas japoneses hacia el Surrealismo fue “su yuxtaposición de ideas e imágenes
incongruentes”. Ese principio que se encontraba en la base misma de la poética surrealista
concebida por Breton, parte de Pierre Reverdy y su definición de la imagen como
el producto de una relación entre dos realidades opuestas. El collage que Max Ernst
inventara es el resultado de esas aproximaciones. Pero Kitasone marcha por otros
caminos. Después de sus poemas experimentales como Electrical Annuciation
(1925) donde recurre a una descomposición del lenguaje que continúa la línea establecida
por los dadaístas, sus Human Dismantlement Poems (1926) parecen sufrir una
implosión de su mirada hacia unas estructuras verbales cercanas al Zen por una parte
y por la otra al humor negro surrealista:
CABEZA
en el reverso del rostro
insertar unos lentes azules
atisbar cada dia
tranquilidad
BOCA
ondas sonoras mordisqueando
lamiendo medias rojas
con un óvalo triangular, una
línea recta
en la fauce del apetito, una
cloaca
fluye, aplasta, fermenta, hace
surgir el humo
un neumático raído
un destupidor para besar
Por ahí penetra Katue dentro de una poesía que no habrá
de abandonar enteramente hasta su última etapa dedicada a la poesía visual, aunque
con intervalos de experimentos concretos como en su poema MAGIA (1934).
Mientras Ezra Pound aparece en el horizonte, y con él una forma de visualizar la poesía que los surrealistas no habían adoptado. Si el discurso de estos se inclinaba hacia la adopción de un lenguaje que en el fondo no rompía con su estructura tradicional, Pound hizo lo contrario. Desde ese punto de vista tanto el poeta de los Cantos como Joyce, Gertrude Stein o e.e. Cummings fueron más lejos. En el caso de Pound las angularidades cubistas parecieron adaptarse mejor a la manera de expresarse que Kitasono utilizó en sus poemas. Sus poemas “Cónicos” son un ejemplo de ello. Sea como fuere, Pound se entusiasmó por la poesía de Kitasone, dándola a conocer. Es en este punto donde el poeta japonés adquiere su propia libertad expresiva tomando a su vez un punto de vista crítico con respecto al surrealismo ortodoxo al mismo tiempo que comienza a explorar otras vías de comunicación que lo llevarían, a la larga, a sus experimentos visuales. A pesar de ello todavía en 1934 escribió en inglés su Opera Poetica como homenaje a Paul Eluard quien aún militaba dentro de las filas del surrealismo. Es curioso que Kitasono haya escogido al que fue quizás el más clásico de todos los surrealistas, sobre todo después de haber escrito en sus poemas “cónicos” cosas como estas:
EL BASTON O ESPEJUELOS DEL NINO QUE DISMINUIA BOTONES
DE CRISTAL
Danza. O manía del globo ocular
del niño hecho de metal ligero. Llevo ahora conmigo el libro Laibnitii opera philosophica, monto un paracaídas
de cristal y en un espacio que de pronto se torna transparente: me topo con una
ciudad puramente blanca, una ciudad cubista, y caigo verticalmente.
EL ACROBATA OCEANICO
Trae un periscopio para que atisbes. Y después de mirar, Qué aburrido. No está
bien. Abro un libro negro de notas y escribo
de paso Plerumque gratae princpibus vices. Cerdos mueren de repente.
Dentro de lo absurdo de los escenarios aparece una estructura
cubista (afín con una mirada Zen), cercana a los poemas en prosa titulados Le
Cornet á Des de Max Jacob. Desconozco si Katue tenía conocimiento de la obra
del poeta amigo de los cubistas, pero el mismo humor y su forma de expresarlo los
acerca. La configuración cubista le permitió a este poeta elaborar una poesía alejada
del discurso lírico que caracterizó las obras de un Eluard o Aragon. Al mismo tiempo,
le preparó el camino hacia la “plasticidad” del poema que terminó convirtiéndose
en poesía visual. En ese proceso el uso de la cámara de fotografiar le sirvió como
un instrumento idóneo, así como ocurriera con otros artistas allegados al Surrealismo:
Yamamoto Kansuke es un buen ejemplo de ello.
Hacia mediados de la década de los treinta aparece la
revista Vou la cual le sirvió como una plataforma para ir expresando sus
ideas. Su relación con Pound continuó madurando a pesar de las distancias y las
dificultades de comunicación. El papel que ambos jugaron en la formación de sus
respectivas ideas ha sido subrayado por Karl Young en la introducción a los poemas
de Kitasone. El “Imaginismo” de Pound, por ejemplo, le sirvió para desarrollar su
concepto de ideoplástica, concepto que se remonta hasta la famosa fórmula
de Horacio: Ut Pictura Poesis y que el pintor surrealista de origen rumano,
Víctor Brauner, desarrolló durante esa misma década bajo el rótulo de pictopoesía.
Esa idea, esencial para entender la estética surrealista, puede ser el vínculo que
une la poesía visual de Kitasone con el desarrollo que ulteriormente quería darle
André Breton a su movimiento. Young refiriéndose al “Imaginismo” de Pound indica
cómo al romper con la orden tradicional de la línea poética, descubrieron “momentos
sorpresivos de percepción”. Me parece que si contrastamos la imaginación peculiar
que surge del Zen, con aquella del Surrealismo, añadiéndole la versión personal
que Kitasone le fue brindando a su poesía, llegamos a esos “momentos sorpresivos
de percepción”.
Queda, sin embargo, otro punto que tocar antes de llegar
a la síntesis que Kitasone lograra en su poesía visual. Este punto está relacionado
con la abstracción pictórica que influyera en este poeta. Karl Young hace mención
de Joseph Albers como uno de los pintores que atrajo la mirada del japonés. Otro
sería Malevich, sobre todo el Malevich de “Blanco sobre Blanco” y “Negro sobre Negro”
a quien Kitasone le rindiera homenaje en un poema titulado Espacio Monótono:
cuadrado blanco
dentro
cuadrado blanco
dentro
cuadrado negro
dentro
cuadrado negro
......
blanco
dentro
blanco
dentro
negro
En otro poema donde la voz de Getrude Stein se hace
escuchar:
un
cuadrado negro
es
un
cuadrado negro
...
un
cuadrado blanco
es
un
cuadrado blanco
....
Estos poemas que forman parte de su libro Garasu
no kuchihige (El bigote de cristal) publicado en 1956, emplea una amplia gama
de colores además del blanco y el negro. La intensa concentración de estos poemas,
y la calidad diamantina de los mismos, nos hace recordar que también dentro del
Surrealismo algunos poetas se expresaron de la misma manera. Pienso en un René Char
o en Clement Magloire Saint Aude el poeta haitiano que Breton saludara como uno
de los grandes exponentes de la más reciente poesía surrealista. Pero (y aquí de
nuevo Kitasone toma rumbo propio) sus referencias musicales (como al compositor
Oliver Messiaen) no pueden ser desestimadas. Existe en esos poemas suyos una materia
musical escondida que podemos encontrar en las aparentemente simples estructuras
de Antón Von Webern, en el Schoenberg del Pierrot Lunar o en las versiones
que Pierre Boulez hiciera de la poesia de René Char y de Stephan Mallarmé. En el
siguiente poema podemos apreciar la condensación verbal de Kitasone tan cercana
a las intensas notas musicales de los compositores mencionados:
EL VIOLIN DILUIDO
antes
allí
como en el cilindro
del viento
rasgado
no era
antes
allí
semejante a la voz
con la forma
de un caracol descubierto
no era
rosado
y heliotropo y
fragancia
de sándalo
desvaneciéndose
en la brumosa distancia
también
pirámide de
soledad
prisma de ojos de lechos de
cristal de océanos de sombra
de árboles
de seda
de limones
cansancio
de púrpura
y entonces
una vez más
ciudad de arena
desaparecida
La cercanía de estos poemas con el abstraccionismo de
tendencia concreta es obvia. Tanto los pintores que continuaron por esa vía de expresión
como los poetas concretos que surgieron en el Brasil durante la década de los cincuenta,
le deben a la música como a la arquitectura el andamiaje de sus creaciones. El siguiente
poema de Kitasone que forma parte de su libro Azul (1979) forma parte de
esa corriente:
POEMA OPTICO
sobre
un
cuadrado
de
agua
cuadrado azul
de
viento
azul
den
tro
cuadrado
negro
cuadrado
negro
del árbol
den
tro
cuadrado azul
de
agua azul
con
cuadrado
negro
adentro
En 1966 Kitasone llegó a un punto de saturación con
el lenguaje. El uso de la cámara de fotografiar le proporcionó ver la realidad bajo
otra óptica: aquella según la cual “ser es ser percibido” de acuerdo con la conocida
afirmación que hiciera el filósofo George Berkeley (1685-1753). Las “sorpresivas”
percepciones que Kitasone descubriera con su cámara le hizo cambiar el rumbo de
su poesía, haciéndole renegar de las bases fundamentales en las cuales se había
asentado. En sus Notas sobre la poesía plástica
(1966) declaró entonces:
Las palabras son los símbolos más inciertos inventados por los hombres como vía de comunicación. Aún más: Zen, la filosofía y la religión etc. las han convertido en basura inservible. Es pura estupidez que los poemas, los productos de los poetas, pertenecen a instituciones anticuadas como el Zen y la filosofía.
Después de ese cambio radical de dirección la única
salida posible para Kitasono era renunciar al lenguaje escrito a favor de lo visual.
En cierto sentido no hizo otra cosa sino volver a las fuentes de un lenguaje anterior,
que se servía de signos o de imágenes para comunicarse, como los “Mutus Liber' de
los alquimistas. Su “atanor' en este caso fue la cámara de fotografiar. En la conclusión
del mismo texto arriba citado, expresó entonces lo siguiente:
Crearé mi poesía a través del
lente de mi cámara, con pedazos de papel, cartones, cristales etc. Este es el nacimiento
de una nueva poesía.
De esa manera como concluyera Karl Young, “Kitasono
extendió las posibilidades del Surrealismo, probando ir más lejos que sus compañeros
del Norte del Atlántico, al romper con la forma linear y con la lógica, explorando
al mismo tiempo nuevos modos referenciales de Poesía Visual”.
El Surrealismo como un movimiento específico que aparece
en el campo del arte y la poesía moderna, lejos de cerrarse en cánones fijos, encuentra
su apertura en los poetas “herejes” del mismo. Es posible que lo que Breton pedía
para que su movimiento continuase teniendo relevancia consistía precisamente en
la práctica de la herejía término que significa “escoger”. ¿Acaso las inclinaciones
ideológicas de su madurez no marcharon por ese mismo camino? Breton que en el fondo
siempre fue amante de los pensadores herejes, pidió en un momento “el ocultamiento”
del Surrealismo. La última exposición internacional que él dirigiera, (en la galería
L’Oeil, Paris, diciembre 1965), se hizo bajo el slogan caro a Charles Fourier, de
L’Ecart Absolu. Me parece que, al adoptar esa misma actitud, Kitasono Katue
le abrió paradójicamente nuevos horizontes, con su propio Ecart Absolu, al
surrealismo que lo atrajera en su primera juventud.
NOTAS:
1. Adam Biro et René Passeron Dictionnaire Général
Du Surrealisme et ses Environs, Presses Universitaires de France, Fribourg,
Suisse, 1982.
2. Juan W. Bahk: Surrealismo y Budismo Zen, Convergencias
y Divergencias, Editorial Verbum, España, 1997.
3. Ver Jean-Louis Bedouin Vingt Ans de Surrealisme
(1939-1959) Denoel Paris, 1961.
4. Oceans Beyond the Monotonous Space: Selected poems
of Kitasono Katue, (1902-1978), Traducidos por John Solt, Introducción por Karl
Young, Editado por Karl Young y John Solt. Highmoon Books, Hollywood,
California, 2007.
*****
Agulha Revista de Cultura
UMA AGULHA NO
MUNDO INTEIRO
Número 159 |
outubro de 2020
Artista convidada:
Mariana Palova (México, 1990)
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