Visto así, Yves Klein
pudiera ser lo uno y lo otro, y podríamos conformarnos con la conciencia de esa
duplicidad; no obstante, podemos, deberíamos aspirar a más, a profundizar en los
dos supuestos para profundizar en el enigma de su creatividad. Hannan Weitemeier
interpretó sus pinturas monocromáticas como un espacio de meditación en el que primó
la búsqueda de valores absolutos. Esa observación ya lo situó en la encrucijada
que aquí apuntamos, la que va desde los valores plásticos en apariencia reduccionistas,
lo cual tampoco es exactamente así, hasta el desarrollo intelectivo de unos valores
superiores a los que supuestamente responderían.
Sería muy fácil posicionarse
de un modo impulsivo; mas un viaje a Tokio y la capacidad para la concentración
deducida de la cultura oriental nos invita a replantearlo todo, a interpretar las
relaciones plásticas con una sensibilidad distinta para interpretar las claves internas,
que ya no son las del arte occidental. Teniéndolo en cuenta adquiere sentido la
afirmación de Hannan Weitemeier sobre la pérdida de intensidad del color y la superficie
monocromática por la acción de los aglutinantes como desafío técnico; y también
la interpretación estética de la misma autora relativa a los matices individuales
de esos campos de color únicos, y cómo a través de éstos pudo interpretar caracteres
de delicadeza, elegancia, rudeza, grosería etc…
Desde el punto de vista
técnico Hannan Weitemeier afirmó que la pintura de Ives Klein aúna cielo y tierra
y disuelve el horizonte en el plano, o, lo que es lo mismo, unifica los espacios
prescindiendo de la perspectiva y de cualquier interpretación o valoración espacial,
reduciéndolos a uno solo y autosuficiente en sí. Según estimó, consiguió así un
estado de ánimo autónomo entre la distancia interminable y la proximidad accesible,
justificado con la impregnación del color como propósito y su manifestación en la
contemplación como una forma pura y verdadera, a lo que ayuda la separación de la
pared y la consiguiente ingravidez que lo solía presentarlo, a diferencia del objeto
contemplativo que suponía la pintura tradicional (incluidas las vanguardias anteriores).
Hannan Weitemeier se
apoyó en la venta de dos obras inmateriales de Ives Klein en esa exposición para
argumentar sus valores plásticos y, con ello, el discurso con el que en la misma
muestra proclamó el inicio de la Época pneumática,
en la que estimó el límite entre lo subjetivo y lo objetivo y la importancia de
la sensibilidad para vivirlo y determinarlo. Esa fusión de los límites es una máxima
surrealista en el sentido filosófico anunciado por Herbert Read, y alude al mismo
tiempo a un nuevo modo de realismo, propio de la pintura conceptual más avanzada
de los años cincuenta y sesenta.
Si fuese cierta esa
venta, o mejor dicho, si la compra la hubiese hecho un particular con el dinero
ganado con su esfuerzo diario y no una institución, deberíamos preguntarnos cómo
puede pagarse por una obra de arte, esto es, por un bien material, que no existe
como tal, sino sólo en tanto que idea del mismo. Sería como pagar por nada, sólo
por un recuerdo, por algo que es y se tiene pero no está. La respuesta es muy evidente,
en la sociedad del crédito, previa a la sociedad virtual actual, ser es una parte
de la realidad que se impone a esa otra del tener, y, por lo tanto, un modo de realismo
específico, de ese momento y no de otro anterior.
Cathrin Klingsöhr-Leroy se preguntó si el surrealismo es un dictado sin control, una vez que admitió que no obedece a los mecanismos de la visión óptica, sino a la interpretación de la realidad mediante ideas y la interpretación de la imaginación y los sueños. A ello responde la decalcomanía o monotipia de color extendido sobre una superficie de color lisa a la que se aplica la presión de otra superficie que lo modifica. Ese razonamiento puede entenderse aquí como un punto de inflexión para la reconsideración de la creatividad de Ives Klein, que ya no puede discutirse en cuanto a la realidad física de los procedimientos y tampoco en cuanto a la identidad estética de sus planteamientos. Si antes nos quedaba muy lejos del surrealismo, ahora parece surgir de sus fundamentos más profundos, como si compartiera una misma identidad (conceptual) por mucho que no partiera de sus manifiestos ni del ideario estético que defendieron sus principales representantes, tanto figurativos como abstractos.
ANDRÉS LUQUE TERUEL | Doctor en Historia del Arte y Profesor Titular en el Departamento de Historia del Arte de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla desde 1999. En la actualidad es Director de Relaciones Institucionales de la Universidad de Sevilla y pertenece al Cabildo Alfonso X El Sabio y la Real Academia de Ciencias, Artes y Letras San Dionisio de Jerez de la Frontera; y es responsable del Grupo de Investigación Vanguardias, Últimas Tendencias y Patrimonio Artístico (Hum.1030). Tiene publicados libros como Juego, Ser y Sentido del Arte (1999); Vigencia de las vanguardias en la pintura sevillana (2007); Luis Ortega Bru. Vanguardia inédita (2011); Juan Manuel Rodríguez Ojeda. El diseño como fundamento artístico (2020); entre otros.
HÉLIO ROLA | (Brasil, 1936). Pintor, desenhista, escultor, gravador. Estudou na Sociedade Cearense de Artes Plásticas em 1949. Formado em medicina em 1961, cinco anos depois finaliza curso de pós-graduação em Bioquímica pela USP. Entre 1967 e 1970, estuda pintura com Joseph Tobin e Agnes Hart no Art Student’s League, em Nova Iorque (Estados Unidos), período em que aproveita para frequentar a Liga de Estudantes de Arte da cidade e trabalhar como pesquisador no The Public Health Research Institute. Como membro do Grupo Aranha realiza diversos painéis de pintura mural coletiva em Fortaleza e São Paulo. Artista inventivo e destacado no panorama da Arte Postal, que soube transpor para o ambiente digital. Entre suas mais importantes exposições, encontram-se as retrospectivas “Cidades” (Centro Dragão do Mar de Arte e Cultura, Fortaleza, 2005) e “Um Atlas para Hélio Rôla” (Museu de Arte Contemporânea, Fortaleza, 2021), sob a curadoria, respectivamente de Floriano Martins e Flávia Muluc.
Agulha Revista de Cultura
Série SURREALISMO SURREALISTAS # 14
Número 213 | julho de 2022
Artista convidado: Hélio Rola (Brasil, 1936)
editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com
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