quinta-feira, 22 de junho de 2023

ANA ANCA | El camino es la poesía

 

“Los europeos de espíritu clarificador, los que luchan también aquí por una patria grande más humana y más justa, podrían ayudarnos mejor si revisaran a fondo su manera de vernos.  La solidaridad con nuestros sueños no nos hará sentir menos solos, mientras no se concrete con actos de respaldo legítimo a los pueblos que asuman la ilusión de tener una vida propia en el reparto del mundo”. Estas palabras siguen vigentes en este siglo 21 y las pronunció Gabriel García Márquez al aceptar el premio Nóbel de Literatura en 1982, a más de cuatro décadas y si en ese entonces, estuvimos con la soga al cuello con esperanzas, ahora morimos como moscas en pandemia con el selfie en vivo y en directo con fotos macabras que nos insensibilizan con una globalización descarnada, draculesca y, bien cocinada por la revolución comunicacional: automatización e inteligencia artificial AI, Big Data…

La hermandad de la patria grande con diversas manifestaciones culturales nos maniene en pie, sin olvidar que tenemos en común el haber sido colonizados de formas tan aberrantes y fundados en la mas abyecta violación primigenia para ser extinguidos, pero, seguimos en resistencia cinco siglos despues y nos mantenemos con valores de la convivencia, cultura ancestral, memorias subversivas, comunidad y heterogeneidad polifónica de artistas con sus creaciones y la recherche de la memoria…

   El goteo del hambre, con las becas de sobrevivencia para el desarrollo cultural son condicionamientos serviles, vejámenes que desprecian por décadas el “sorteo del pan” que tampoco resuelve y, mas bien generan desunión por los mendrugos.

 Las políticas culturales son indignas, marginales que desoyen a sus creadores, artistas que se mueren de hambre en la mas cruel indigencia. Con la eterna pregunta emulando a Hamlet ¿To be or not to be, that is the question? se manda todo al cipote o como el cubano Nicolás Guillén, que tenía que elegir entre ir al cine o dejar de comer sardinas, o quizás nos la ingeniamos casi siempre “un día sí y el otro también”, es cuestión de resistencia “inventamos o erramos”, de resiliencia amorosa dolorosa. ¿Cómo se escribe con hambre espiritual, desesperanza y muertes?

   Las escritoras y escritores somos campeones ascetas y nos repreguntamos como hizo Vallejo, Anaís Nin o nuestras ancestras, abuelas y madres, que estiraban el tiempo para medio escribir y siempre inventaban cuentos con lluvias, rayos, duendes, cerros encantados, rios habladores…

  La oralidad y musicalidad sin métricas ni escrituras eran sus decires sacados de sueños, ellas montaban su obra e interpretaban sus cuentos diversos con mas imginación todos los días, criando a la prole; en estos tiempos el dinero se esfuma y es un lujo conseguir hojas bond, al menos en Venezuela y los libros inalcanzables. Todavía se es mal vista al ser descubierta leyendo y si es pillada escribiendo poemas, la exclusión es casi inmmediata, porque se percibe como “perder el tiempo” de ser irresponsables y tontos o simplemente ser burguesa…

 Todas las épocas y décadas están sujetas a subjetivades y condiciones sociopolíticas y en mi memoria, fue la década del 80, de mi promoción profesional, una década de “muerte lenta”, y eso que viví la huída al carnicero General Morales Bermúdez al tumbar al General Velazco Alvarado en Perú o cuando se desataron los demonios a la muerte del pesidente Chávez en Venezuela; fue en el segundo gobierno del “Rey” Carlos Andrés Pérez mi peor pesadilla de cine continuado y la gente se moría de hambre en las calles y los alimentos de perros y gatos fueron exquisiteces, muy poco se habla de los suicidios familiares en Perú y Venezuela con Racumin -veneno para las ratas- (bolsitas happy de color brillante que las vendían en los mercados como el mentol chino “cura pesares” o las abortivas Citotex).

Las tormenta políticas, las marchas, de migrantes sureñas, de camaradas al montarse en tarimas y, llamar al pueblo eran todos los días y muchos eran atacados por la polícia y los “encapuchados” ‘‘ñángaras” -de izquierda y comunistas- eran el blanco de las redadas y, encadenados con los brazos salíamos a paso lento, regular y carrera fraterna y ay! quien se soltaba de las cadenas, era casi imposible retomar y  encontrar a los panas -teníamos “huequitos de encuentros” o era mejor “ir a llorar pal Valle”.

       Las “desapariciones” son producto venezolano como los tequeños que tanto le gustaba al “Rey Carlos Andrés” y, entonces ¿cómo se escribían poesía, cuentos y se participaba en Talleres literarios?

   La saudade, melancolía, “la noche más oscura del alma”, y profesores cómplices, poetas y grupos de artistas comprometidos políticamente nos abrían otros caminos; como el compromiso del Arte como proceso político, eso implicaba perder la familia y romper la promesa “del jamás nunca escribir”;  ay Caracas! de mi pasión nocturna, sin saber nada de la noche y alcohol, fueron los poetas que me adoptaron a cuenta y riesgo, panas terribles y amorosos, grupo del mas puro machismo comparable al religioso, como aprendí en carne viva, pasantías descarnadas, silencio del alma, sueños, esperanzas que me forjaron por una década, hasta que deserté con mis alas con nuevos grupos de escritores para fundar editoriales alternativas y colectivos literarios.

 Realmente cuando se está picada de culebra es imposible dejar de escribir o verla de lejos y hasta el día de hoy continuamos con los Colectivos en continuo movimiento y, antes de la huída forzada, en ese proceso formativo conocí  al profe poeta Carlos Noguera, quien me alentó a escribir, corregir y leer los ejercicios poéticos en  los  talleres de Creación literaria de la Escuela de Psicología y luego, comencé a estudiar en los años 90 en la Escuela de Letras y mi profesor el poeta Rafael Cadenas con el Taller Litertura y vida, la poeta Hanny Ossot marcaron mi vida para darme cuenta que jamás alcanzaría a la poesía, a la palabra, pero siempre intentaría y quizás escuchara su voz …  

  Pasa el tiempo “y el cuerpo cobarde” se agota y mis ansias crecen, me alumbran al medio día o en cualquier punto y, seguimos más apaleados que el pobre Vallejo sin poder organizarnos, creyendo que somos unos elegidos y resulta que eso le pasa a todo nuestro gremio al trabajar con las palabras, ilusiones y seducciones dejadas que nos golpean el rostro. Las Editoriales Alternativas, las autopublicaciones son luchas a contracorriente y la vida personal o familiar se pierde o se aclimata al sistema predador y hasta nos reconocen como poetas oficiales.

 Nos reinventamos y mutamos al saber que el tiempo los recreamos todos los días, y no en el tiempo cronométrico, de la desesperanza, canibalismo, son tiempos creadores del arte, pegados a nosotros, de frente y no los vemos muchas veces por la rutina doméstica, “a control remoto”. La vitalidad se precipita con el deseo y goce atento a la escucha de un cuerpo en la naturaleza que nos muestra su mas pura sensualidad, nada de eso se ve, solo se siente hechizos de infantes, jóvenes, seres adultos en la mas dulce pureza, o en un pueblo que palpita, en cuerpos poéticos; la belleza emana de éllos y la poesía brota recién nacida.  Somos agua y lluvia amada, manos callosas y suaves al contacto de pelambres… Aquí, en la patria grande, nadie se cansa y “nadie se para ni para coger impulso”.

  Tenemos filtros o somos humedades de visiones occidentalistas y todas son referentes, teorías, acercamientos a realidades y la filosofía del yoismo, la efervescencia acuosa, del “quítate tu para ponerme yo”, experiencias traumáticas del serruche del piso fueron marcas de esas etapas terribles que, aún se reciclan y esa contradicción egoismo y sociedad acompaña al hombre desde el inicio de la socieddad dividida en clases, desde la pérdida de la relación fraterrna, de la lucha de todos contra todos. Disociación que produce cambios tan profundos en la psique, la moral, la ética, en la relación de los seres entre sí y con el medio ambiente. 

    En este capitalismo neoliberal salvaje se agudizan las patologías, enfermedades de egoísmo, individualismo, aislamiento, la melancolía de la soledad, depresión y suicidio… es terrible encontrarse con amigos disociados, antisocial, carentes de tomar decisiones sociales y de creer en la justicia social; no conciben que en las diversidades, diferentes colores bemoles se gesta el concierto del arte, de la vida amorosa y la desunión es el gesto soberbio, inhumano que maltrata a ótros y ótras y el negativismoa coprender que sólo  en sociedad se puede realizar, que se beneficia sólo si la sociedad se beneficia. El asunto es el trabajo creativo, la resistencia, en rebeldía acompañada, en las conspiraciones bajo estrellas y en amar lo que se hace.  Aprendí la disciplina del hacer escritural en diferentes espacios, en soledad y grupos literarios con un malestar en cuanto a mi oficio, casi un vicio obsesivo que me asalta y se instala con voces extrañas, en trance al repetir mantras u otras con insomnios, estados febriles, visiones, monólogos que me cierran la razón y ese deambular en sueños me deshacen; ¿esas voces de dónde salen? no lo sé, y ya ni me importa, ahora son  mas tranquilas y reaparecen tenaces; demasiados  golpes y  muertes y el impulso, ímpetu instintivo, feroz me abraza al filo de la noche, a la Madre noche, al bosque abierto con cerros hablantes, palpitan.

  La economía mientras mas se deprime liberamos formas de vidas colectivas con festividades al festejar la vida, la sobrevida y ya ni sé como llamarla, muchos de nuestros países de Latinoamérica se encuentran entre los más desiguales del mundo y esto alimenta un caldo de cultivo para el virus y la inestabilidad política, y es importante que a pesar de la bota im perialista y muerte por hambre a Cuba, Venezuela, Nicaragua “el eje del mal” sacamos valor y dignidad  de nuestra herencia ancestral y héroes libertarios que tanto como Haití, Caracas fueron sitios marginados y ¿cómo pudieron organizar una gesta ante el imperio español?

 Seguimos resistiendo con el Arte en sus diferentes manifestaciones y esto se tiene que restregar al exigir soberanía, autonomía en nuestras decisiones, al contar nuestras historias, modos de ser y versificar; la cultura las hacemos los marginados con educación liberadora. Por ejemplo, en la Costa Rica rural del siglo pasado, tuve la dicha de compartir con el escritor José León Sánchez - el autor de la novela “La isla de los hombres solos” (1963) que fue escrita en la cárcel, al ser acusdo injustamente y purgar sentencia, y la Literatura le ayudó a cambiar su vida.

 La cultura transforma a las personas, al dar confianza y creer en la humanidad podemos lograr sueños de esperanza y libertad; otro recuerdo son los Talleres de Creacion y Vida impartidos por el profe poeta  -Rafael Cadenas que los utilicé en la Comunidad Terapéutica, José Félix Ribas en la ciudad de Maturin  Monagas y, tuvimos el honor de su visita y se creó creó la Biblioteca homónima; con inolvidables escritores y pintores que pasaron y se recuperaron, como: Rafael Rodríguez Calcaño, Alejandro  Guerere, Gonzalo Nieves, Miguel Gracia y ótros que están registrados enla Página Literaria del Periódico Oriental de Monagas  por los años 90…

   Recuerdo muchísimo los ejercicios de relajación y la concentración en el silencio – con un registro personal por éllos y las terapeutas, quienes hacían retroalimentaciones personales, y estas palabras eran claves para resistir el proceso de un fin de semana largo, momentos en que la soledad y venta de drogas los movilizaban para huir, o también el nuevo ingreso de pacientes femeninas.

  El manejo del silencio es uno de los puntos neurales para la creación poética y, en esto era tan especial el poeta Rafael Cadenas que nunca levantó la voz -desde que lo conocí- al bullicio de estudiantes y siempre guardaba silencio y esperaba tranquilo sin reclamar, sus reflexiones en torno a las trampas del lenguaje, el ego, el asombro y la curiosidad fueron tan certeros en los pacientes como en nosotros, sus estudiantes pichones de poetas.  Sus experiencias al exilio en Trinidad les maravillaba a los chicos y se identificaban con el desarraigo y dolor. Mis traumas migrantes encontraban compañía y en ese entonces vivía la miseria económica que no podía solventar el cuido de mis hijos del divorcio y se los entregan al padre pudiente y esa etapa rudísima fue el poeta mi almohada y hasta aprendí a reir…   

 Recuerdo en voz del poeta Cadenas como escribió su libro Derrota y hasta ahora mi devoción es inmortal.  Siempre me repetía que el Amor no tiene nada que ver con el poder y solo el amor nos hace -siempre soy un caudal tormentoso. Es cierto, somos lo que amamos, debemos escuchar al silencio, crecer en el espíritu, amar en silencio, en una mirada y, a mi particularmente me ayudó a descubrir el lenguaje del silencio y sigo en el intento y creo que es sostén para la poesía; nos dice el poeta: ¿qué diferencia existe, por ejemplo, entre un árbol, un deseo, una palabra? Todo, absolutamente todo, forma parte de la realidad, que es, en última instancia, desconocida. Pero siendo desconocida, nos constituye, es nuestro fondo, por lo que también le pertenecemos, lo cual nos confiere una dignidad que no percibimos ni tampoco solemos honrar, pues, ¿cuándo la tenemos presente con fuerza decisiva? (…) si un árbol es un milagro, no lo es menos un deseo, una palabra, ¿por qué habríamos de otorgarle un puesto mayor al árbol? ¿porque no está “contaminado” por el yo? ¿porque es trasunto de desconocido? ¿quién nos autoriza establecer divisiones? ¿no es falta de humildad hacer afirmaciones sobre lo que es o no es real?  (En torno al lenguaje.  Cadenas Rafael (1985) UCV Caracas pag, 8)

 

   El cuerpo ante la homogeneización

 

   Los cuerpos como instrumentos de resistencias, cuentan sus modos de supervivencias ante las invasiones colonizadoras, en esta segunda o tercera neocolonización es el reducto que arde, resistimos con la creación en sus diferentes manifestaciones. El pueblo creador resiste con sus cuerpos como arma de guerra que responde en diversas formas y lo lleva consigo al reconstruir procesos en el tejido social.

 La creación Occidental implanta negando las potencialidades del ser humano y en especial del mestizo, indígena, negro, indio, campesino y; si acaso logra algún éxito se le considera exótico y otras acepciones risibles.

  La corporalidad es la insurgencia en todas sus manifestaciones, carga en sus carnes, músculos, huesos, sexo, órganos, sangre, sustancias excretoras, neuronas, cerebro, energías o espíritu.

 El sistema neoliberal salvaje no nos puede controlar y para “equilibrar” usa sus medios, como la revolución digita para manipular las percepciones e instala sus paradigmas, teorías en torno de lo qué es Arte, quién crea, bajo qué códigos de cánon que está montado en el mercado del arte, la moda de las instalaciones y performances; mientras menos complejo, sin reflexiones va a reinar la cultura tránsfuga del deshecho y circularidad del consumo.

 El proceso de socialización y las universidades cumplen sus objetivos al castrar las potencialidades creadoras y los enfilan al sistema utilitarista.

  El escritor Santos Boaventura de Sousa nos habla de la “injusticia cognitiva”, cuando los conocimientos ancestrales, la cultura oral no son aceptados por la cultura occidental por no ser “científicos” y agrega que vamos a la “ecología de saberes” donde pueda existir un intercambio verdadero entre los constructos intelectuales con los saberes populares, tradicionales no occidentales.  Conocimientos que han sobrevivido ancestralmente y se transmiten de forma oral, pero, también con la propia experiencia, cuando se participa activamente en ese mundo paralelo que se pretende conocer con métodos occidentales es absurdo y el arte ancestral nos posibilita conocernos e identificarnos. Pero, el poder de la cultura occidental no lo valida, nos filtran del saber dominante y como se aprende, y la escritura se somete por una autoridad a ótro que supuestamente nada sabe el mestizo, carece del saber, está vacío y se le forma.  Existe una política homogeneizante del arte con prácticas occidentales.

  De Sousa plantea que, si se logra modificar el pensamiento, es posible identificar y explorar otras áreas.

 La corporalidad es el ejercicio político de autonomía y de logro ciudadano porque se empodera de su cuerpo al reconstruir la memoria histórica del oprimido, este cuestiona su pasado, el contexto social presente y todo lo que le rodea para su creación. El desnudo corporal, pinturas, tatuajes, incrustaciones en el cerebro, sexo, piel son acercamientos a ese mundo que nos espera y respira.  

  

Palabras Esenciales y Restauradoras

 

Nada sé y, sin embargo, la tarde me escucha.

JOHN KEATS

 

 Todo es un misterio al escribir y leer poesía.  Nunca es una actividad mecánica, es casi un malestar que se agita, mueve, resuena y crece en otras dimensiones, más allá del cronómetro y de las actividades cotidianas; una fuerza que se impone e invade, parecida al dormir y sueño, pero, se está más despierta, en trances de palabras, palabras hipnóticas, abandonado todo, en silencio…

      Nada nos pertenece, ni los cuerpos ni voces, ¿quiénes somos, ¿quién soy, de dónde vienen las voces? y por qué luego digo que esas palabras son mis poemas, poesía, y afano en publicitarlas para repetir ciclos del eterno Samsara, en goces yoicos del “mundanal ruido” (casi siempre las trampas del lenguaje con su codicia y vanidad necesitan reconocimiento y aplausos).

 Todos y todas utilizamos el lenguaje para la comunicación, y sabemos que los medios de comunicación masiva (gran paradoja) son un poder controlado, que nos incomunica y casi intoxica por la excesiva información; y para colmo desaparecen carreras humanísticas que exigían reflexionar ¿serán carreras muertas como las lenguas extintas -durante el último siglo han desaparecido alrededor de 400 idiomas- del latín, griego antiguo y ótras?                                                   

 Los filósofos y literatos van por ese camino, así pues, la tendencia es la globalización cultural y tecnológica.  Todavía los poetas insisten, a pesar de sí mismos y las presiones harto conocidas de la inutilidad de la poesía, pero las crisis “bordeline”, nos muestra historia, repotencian la imaginación creadora. Las palabras nos hermanan, como penúltimo reducto al principio de la Ley del Amor, nos acompaña.

   El poeta Fernando Pessoa decía que los poetas son unos farsantes, (tuvo más de cien heterónimos), y agrega: “el amor es una muestra mortal de la inmortalidad.  Nunca amamos a nadie: amamos, sólo, la idea que tenemos de alguien. Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos. Me siento tan aislado que puedo palparlas y leer palabras”.  Fue el poeta del “desasosiego” y desarraigo, solo con sus recuerdos y de su gran amor  Ofelia…

  Tal vez en nuevos procesos depurativos con menos egos y narcisismos, sería otro cantar… todavía existen poetas que cuidan y restauran el alma con el fuego de las palabras, cual Nicodemo renaceremos en plena pandemia si escuchamos con el corazón.

Quizás las reflexiones, conciencia ante el temor de la muerte por el covid 19 ayuden a restaurar  la esencia espiritual, y creemos que la poesía y el arte nos ayudan  a resistir con nuevos lenguajes devenidos del agua y fuego... Los jóvenes admiran de buena fe a los escritores y poetas como a sus maestros o profesores, porque se dan cuenta del amor y vocación de entrega en la labor pedagógica, pero ¿que sucede cuándo éstos arman tribus de dioses “más allá del bien y el mal” y se ufanan con verborreas falsas?

En principio, es casi imposible ser poeta, porque se carece de humildad y algunas veces provoca pedirles votos de silencio, cuando cogen un micrófono.  En estos tiempos se ejercitan recitales literarios vía on-line y hay mucha catarsis que ayudan… y bien la pandemía ha roto las presenciales, pero las “cadenas poéticas” son insufribles.  Reconozco la importancia de grabar un video, porque se revisan los textos, pero, en un “cadáver exquisito” en vivo on line con horas en mares supra catárticos ... 

  

       La vida poética es un misterio, todo es sagrado como el respirar, caminar, bostezar. No sé los motivos, causas y de repente ni siquiera sean estas reflexiones o conceptos, es realmente algo como una energía insoportable y ese por qué escribir versos sean quizás carencias y algo me resuena el poeta colombiano Felipe García Quintero al decir “aunque la poesía no sane ni cure, sí restituye, pues lo suyo no será el rescate de algo o salvamento de alguien, sólo la restitución de ese algo para alguien, un desconocido siempre” (Agua rota).

   Quizas por momentos las pérdidas continuas nos hacen retornar a la casa de la infancia, a los amores, familia, territorios vividos o al cuerpo, cuerpos perdidos, muertes de una misma, perdones o palabras nunca dichas, tormentos y éxitos que se calman con palabras, palabras esenciales; e insisto al  decir que no sabemos nada y sólo la fuerza divina nos atrae con su amor infinito, pero el peso de las pasiones e insatisfacción nos atan a vivir o repetir deja vu terrenales, expiación y peregrinaciones.

   No lo sabemos porque todo está en movimiento, vibraciones, para el descubrimiento, un  tránsito continuo a nuevas formas, hay un misterio, sagrado, enigmas, ¿de dónde venimos quien escribe? palabras, palabra que fluyen para hilar y dar voces a los seres que nos  habitan “por la gracia de revelar sin comprender, por el secreto de la belleza y lo bello del misterio, lo cual constituye la poesía como evidencia y resistencia”,  una conexión al extrañamiento, sin temor, es  una rendición  del yo, de los egos a una vida sencilla y amorosa con la fuerza del ánima que nos alienta a la trascendencia.

     San Juan de la Cruz, poeta místico nos decía: que el alma que anda en amor, ni cansa, ni se cansa.  “¿Qué más quieres, oh alma, y qué mas buscas fuera de ti, pues dentro de ti tienes tus riquezas, tus deleites, tu satisfacción, tu hartura y tu reino, que es tu Amado, a quien desea y busca tu alma?”           

                          

 

Resiliencia Cultural

 

Pienso que las palabras hay que conquistarlas, viviéndolas.

J. L. BORGES

 

Acudimos al Encuentro Local de Iniciativas Artísticas y Culturales Escazú 2022, coordinado por la Municipalidad de Escazú, para mirarnos con esperanza y, quizás encontrarnos en el viaje y despertar en compañía del Ótro, tan igual en inquietudes y necesidades; y así, vamos a la mar abierta con más torrentes broncos, corrientes internas en la aparente calma del mar.

 Decía Marcel Proust que “la lectura es una amistad” y al leernos  “a vuelo de guáchara” -ave nocturna de Venezuela- nos escuchamos un sábado (01-10) por la mañanita hasta las cuatro, con una disposición generadora de retroalimentación, fuerzas, para neutralizar las dificultades, rechazos, burlas, mentiras malicia, burocracia… al aumentar esperanzas y, ratificar nuestras creencias en la fuerza vital del Arte para cambiar y transformar la sociedad, con actitudes proactivas, ante respuestas disímiles de proyectos que “duermen”; pero, él, la Artista mantiene su fuego incandescente de los veinte, -aunque, el ninguneo cala- “todo parecido es pura casualidad.”

 El artista se mantiene férreo a su Arte, tiene bjetivos y sabe darle vueltas con ingenio y trabaja en pequeños grupos, solo o acompañado. La resiliencia empodera, despierta y le torna empático al encontrar seres parecidos en esta suerte, de locura casi sadomasoquista, que, con obsesiva disciplina aumenta el pulir sus creaciones rechazadas, “Se sufre pero se goza”, y así, con gestos expectantes, curiosos, preocupados, alegres, dedican su tiempo a creer una vez más y,  comparten con el equipo de producción las dinámicas lúdicas al desbloquear defensas, con juegos dirigidos por Andrei -más de 30  artistas con mundos interiores alterados por secuelas pandémicas. A pesar de todo los fracasos nos fortalecen y con más interogantes vamos a integrar sueños posibles. Somos almas dadoras de esperanzas; ¿qué nos constituye?  El quid es hacer realidad al tejer en conjunto, cohesionar y sumar nuestras divergencias e incorporar un Arte integral humanista, para todas y todos sin clases y poder lograr alianzas, una bisagra en coordinación con el apoyo presupuestario de los entes -neural- municipales y privados… (recuerdo a la amiga escritora Anacristina Rossi, “yo no espero nada y todo lo quiero ya, el cambio climático nos mata y no sé que pase mañana, mi tiempo se acorta …” y en parte es cierto porque hemos dejado pasar “olvidar” y todo parece un dejá vu, una catarsis colectiva).

 Al intercambiar anécdotas, mundos diferentes se abre una Gestalt, campos de fuerzas “el todo es más que la suma de las partes” donde  la reflexión y resiliencia genera vínculos al detectar problemas y fortalezas comunes (buena ubicación geográfica, recursos naturales, identidad, talento, pasión, diversidad  y el bien común , falta de voluntad política, difusión, desinformación de la política cultural, poca participación ciudadana, falta de presupuesto y recursos económicos) de los once grupos culturales- desde la necesidad de una Orquesta de Cámara,  Escazú en Escena, Agroecologia sanadora, Balet integral, Compañía de danza, espacios perma- nentes adecuados, “que no se pierdan talentos”, Escazuceños Icónicos, Talleres de Mascarad-das, Talleres de Creación Literaria, crear Bibliotecas de Literatura y Arte , Comunidad Los Despiertos, proyecto fotográfico, rescate de Boyeros, Centro del libro, Bilblioteca virtual y de libros físicos, rescate de las Brujas, Ensamble folclórico Chicasquí. “Leer descoloniza”. 

 

Esperanza y Justicia Social


    Los sueños, esperanza y amor son posibles realidades que necesitan del cuido, hacer diario, en forma disciplinada, tierna y constante, como el criar las hijas e hijos.

Nada escapa del hilván terrenal, espiritual al entrelazar e interactuar responsablemente, de saber que nuestras intenciones y conductas tienen consecuencias personales y sociales. El individuo es un organismo biopsicosocioemocional que alcanza niveles de maduración y crecimiento al estar en grupos -está comprobado la tortura del aislamiento- porque necesita la compañía, esperanzas al compartir sueños posibles, como ese gran sueño del amor en  pareja -que se realiza en vida,  con paciencia, diálogo y resiliencia- el cual, en paralelo nos ayuda a ensanchar el corazón, la casa, hogar a compartir con mas seres humanos, es posible “parar el sufrimiento y muerte” la deshumanidad a nuestro alrededor con nuestras gestas no violentas.

La pandemia visibilizó más las injusticias en América Latina y, ese casi “natural” de todas las mañanas el aparecer de nuevos mendigos jóvenes, adolescentes que, duermen en las puertas de las casas, alrededor de los mercados, iglesias, panaderías y cementerios esperando algún mendrugo de pan...  Los comentarios de las personas -que dicen algo del maltrato- es que no se merecen nada, por ser “drogadictos” y otros ni los quieren ver.  Las calles se visten de muerte temprana por hambre y no son películas del África ni la India son chicos y chicas que se mueren y otros de obesidad y consumo de drogas permitidas –aumentó la violencia intrapsíquica y social- en gobiernos e instituciones de espaldas a la sociedad, con una violencia e indiferencia que nos congela de miedo, rabia o de tomar la palabra y dialogar para accionar…

Me conmueve la ovación de muchas mujeres y jóvenes con el triunfo del nuevo presidente de Colombia Gustavo Petro, que trae esperanzas y sueños de justicia social, a un pueblo tan golpeado por el poder político, económico, social y global. Ese discurso fue tan cargado de amor, que invocó al respeto de las diferencias, al cero revanchismo, sumar adhesiones a la causa de la justicia social con diálogos en las regiones, ir a la Colombia afrodescendiente, a sus sabiduría milenaria de los pueblos abórigenes, a la fuerza del mestizaje a esa “raza cósmica”, ir con la llama amorosa a las ótras y ótros  -la población electoral participante fue de diez millones y la población es de cincuenta millones- pidió la liberacíon de los presos políticos,  la  persecusión a los campesinos por defender sus tierras, a los de pensar distinto…

  Nada es imposible cuando se parte del valor humano, del humanismo con paz, diálogo y libertad y esas palabras me taladran al recuerdo del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías -asumió el 2 de febreo de 1999 el gobierno de la República  Bolivariana de Venezuela-, con las repeticiones de esas palabras a casi una década de su desaparición física, en la alocución del primer presidente de izquierda Petro, que gracias a  la resistencia de los pueblos asumirá el siete de agosto y, a partir de allí la geopolítica de la Patria Grande será otro cantar y,  mas trabajo de hormiguitas será oficio de cada uno de nosotros y nosotras, porque es imposible delegar las responsabilidades y reconstrucción al presidente y su equipo, ese trabajo implica, como se dijo, en líneas arriba es de todos los días, como la crianza y cuido de los hijos e hijas con conocimiento, ejemplo y amor.

 Es tan difícil la resolución de conflictos, en nuestra amada Patria grande, que sin confianza y una ética mínima de responsabilidades, amor al prójimo y a la naturaleza sería imposible, pero la esperanza, resiliencia de creer en nuestras fortalezas para andar por este arduo camino de  traiciones, corrupciones, endoracismo, burocracia parasitaria, élites y amiguismos, familias peleadas, hijas e hijos  violentados, campesinos y aborigenes en la esclavitud -el feudalismo aún pervive-  ataques internos y externos serán a la orden del día, noche y sueños…las maquinaciones con la prensa mediática y redes serán los puntos inmediatos y, el pueblo necesita rearmarse con el conocimiento y sensibilidad para lidiar y cambiar en la reconstrucción de Colombia como la autopercepción,  percepción, estima individual y grupal.

  Fue gratificante escuchar al presidente Petro solicitar una reunión urgente con la OEA, con el presidente de Estados Unidos, para abrir una Agenda ecológica,  de la Madre naturaleza, a la Pachamama para  el uso de energías limpias y evitar el efecto invernadero en nuestra Amazonia, fue una de sus propuestas que  resonó con aplausos, es innegable la conciencia ambiental y, algo que enfatizó y estamos de acuerdo, con el gobierno democrático, sin intromisión de imperios, es la autodeterminación de los pueblos, a elecciones libres y al uso del capital, inversiones y ganancias justas sin la explotación del ser ni de la tierra -cero agrovenenos con cultivos orgánicos- y el retorno de una cultura del amor, del humanismo.

Invocamos a la no-violencia, al desarme, pacifismo y anotamos las reflexiones de la académica Aurora Marquina (2003) que “la violencia nos es tan cercana que a veces resulta difícil reconocerla, sobre todo es difícil caer en cuenta de nuestra propia violencia”. ¿Ustedes creen que Bush, Aznar o Blair dirían que éllos son violentos?, ¿Ustedes creen que los políticos que mienten como bellacos ante el pueblo, prometiendo cosas y soluciones a problemas graves como pueden ser la sanidad, la educación, la vivienda, etcétera, aún a sabiendas de que no van a hacerlo, se consideran violentos?, -¿Ustedes creen que el patrón se considera violento por enriquecerse mientras que a alguno de sus trabajadores apenas les llega para vivir?, ¿ustedes creen que se consideran violentos los explotadores de las minas de diamentes en África, aunque se tengan datos fehacientes de la miseria en la que viven los mineros así como de la pobreza de los países explotados?, ¿ustedes creen que se sienten violentos los maridos que llegan a casa y dan a la mujer un trato de servidumbre? Estos no son pequeños detalles. Son actos de violencia y como dice Humberto Maturana: nosotros afirmamos que en el corazón de las dificultades del hombre actual está su desconocimiento del conocer. En las escuelas y universidades -agregamos- poco se conoce de la fisiología del organismo reproductor del humano y animales, menos de dónde vienen los pollitos, o ¿qué es un huevo y para qué sirve?

La curiosidad y creatividad viene determinada en cartillas bajo patrones moldeadores de condicionamientos, bajo una forma de percibir el mundo, la vida. “No es el conocimiento, sino el conocimiento del conocimiento lo que obliga. No es el saber que la bomba mata, sino lo que queremos hacer con la bomba lo que determina el que la queramos hacer explotar o no. Esto corrientemente se ignora o se quiere desconocer para evitar la responsabilidad que nos cabe en todos nuestros actos cotidianos, ya que todos nuestros actos, sin excepción, contribuyen a fomar el mundo en que existimos y que validamos, precisamente a través de ellos, en un proceso que configura nuestro devenir. Ciegos ante esta trascendencia de nuestros actos pretendemos que el mundo tiene un devenir independiente de nosotros que justifica nuestra irresponsabilidad en éllos, y confundimos la imagen que buscamos proyectar, el papel que representamos, con el ser que verdaderamente construimos en nuestro diario vivir.  No tenemos que minusvalorar ninguna violencia y menos hoy, tiempo en el que los corazones están desorientados y los cuerpos tensos. Es el momento de relajar el cuerpo, el corazón y la mente”. (Aportes para una educación no violenta)

 Somos la maravilla de la creación y de la pervesión y, somos nada ante la inmensidad del universo, somos apenas un instante, una peluza o lágrima al caer la tarde o en este día más largo por el solsticio de verano en el hemisferio norte, con un sol fijo, tibio ardiente que se ríe comprensivamente con nuestra inmadurez.                             

 

Jorge Debravo: entre volcanes

 

Entre la conexión de los dos volcanes más altos de Costa Rica, nació el poeta Jorge Delio Bravo Brenes, del Irazú a 3432 m.s.n.m y el Turrialba,  3340 m.s.n.m.

  Estamos dentro del cinturón de fuego del Pacífico, con 112 volcanes, de los cuales hay cinco activos: Arenal, Rincón de la vieja, Poás, Irazú y Turrialba.

  La fuerza telúrica, de las entrañas, dolor humano ante las injusticias le improntan en su creación poética, con una voz inconfundible trangresora y humana, al poeta del Guayabo, Santa Cruz (Cartago) “cordillera central”, quien nació un 31 de enero de 1938, de familia campesina muy pobre, y gracias a una beca pudo concluir la educación primaria, el poeta Debravo.

   Las brechas se extreman con la pandemia en todos los campos, y el educativo segrega más con la educación digital, por carecer de condiciones estructurales formativas y económicas en los pueblos subdesarrollados; al menos era un poco regular con la educación presencial en Costa Rica, pero, el Covid 19 visibilizó las desigualdades, y continúa “la muerte lenta” desde el “descubrimiento” por los colonizadores y ahora, se mantiene por sus secuaces burócratas…

  La educación “está en salsa” y casi se podría afirmar “quien no maneja las plataformas digitales, no existen en el Mundo virtual”, pero la resistencia cultural nos reflota y casi leer libros en físico, es una rebeldía y más compartir lecturas de poemas, y así me siento al retomar los fuegos del poeta visionario Debravo, quien vivió esa hegemonía predadora y el ‘vicio de leer’ …

  ¿Quiénes son los nuevos gamonales, terranientes, dueños de los ríos, de las tierras o del planeta?  Eternas luchas y batallas de los pueblos, ahora de nuevo “recolonizados”, y siempre me resuena “el pueblo unido jamás será vencido” u otras consignas que nuestros abuelos y padres cantaban en las marchas del cono sur (ahora se reactivan como los volcanes) con Inti-illimani, Yuyachkani,  Quilapayun, Atahualpa Yupanqui, los Jara, los Parra, Tupac Amaru… y así vamos en huídas, andantes a recorrer el planeta  a reconocernos que somos de carne y hueso, “cazadores y recolectores” con sueños sin límites, pero  la unipolaridad mundial, la guerrea Estados unidos…

     Leer al mundo, sentir sus gestos y amar a los seres, nos convoca al abrir el umbral poético Debravo, quien nunca será abandonado, aún de muerto, por la musa y en su corta existencia dispuso su fructífera creación; ella nos exige servirla sin descanso.

  Desde niño, sin zapatos ni alimentos no podía evitar ser hechizado al fuego del volcán, a “jugar con el fuego”, a imaginar sus nieblas y temblores y rugidos de entrañas, que quizás ya las entonaba en las palabras y en la adolescencia le hervía el fuego divino, Eros amante y pasional le quema y abre, arde en los olores con su lengua rebelde y amorosa. 

  La sensualidad y éxtasis ante los campos, olores y cielos de rocas volcánicas le hacen salir de si, para volcarse en la solidaridad del pueblo “yo no soy yo, yo soy tu hermano”, la comunidad humana, la sociedad comunal y comunista; y le es casi imposible su desnudez, ante la brega del campesino, al decir “pido ternura, silencio, paz y cena”, casi comparables con los poetas Whitman, Vallejo, Hernández y Neruda en comunión, compasión: “yo sé que hay manos hechas con pieles negras”, con  su poesía directa, llana, chamánica, en conexión con la vía láctea con todo el universo nos comunica y entrelaza.

   Estas líneas las inicié y abandoné antes de la pandemia en Costa rica y me detuvo el poeta Asuero con su devoción a Debravo, ante unas reflexiones sobre la patria, el mundo, las migraciones y la poesía, en el teatro poético William Paterson, ante la pregunta ¿cual es la patria de los poetas?  en el día nacional de la poesía (por decreto ejecutivo en 1996) en honor al día del natalicio del bardo Jorge Debravo. Y así con la reclusión me puse a dialogar día y noche con él y necesité ir a su pueblo en tren, a sentir y escuchar sus poemas; ver y remirar el espacio volcánico, las rocas, que una vez lo parió y sentía un cuido del aire del poeta, a mi alma en duelo por la pérdida física del escritor de Venezuela Nómar Oporte y me anima amar las cenizas y renacer en piedras volcánicas.

 El poeta Jorge Debravo es un diamante extraterreste, que no ha sido estudiado y se le canta casi siempre en eventos, pero, siento una extraña cercanía, de otras vidas y ya, forma parte de mi, del planeta poético, y permanezco entre montañas, volcanes y naves no identificadas, pero bien conocidas por los poetas que siempre “viajamos”…

 En medio de la terrible realidad, al saqueo del alma en pandemia, sus fuegos y cenizas de poemas, logran rehacer los sentidos, los cuerpos en mas luchas, sin límites y las migraciones o errancias, debería ser un derecho humano (los aborígenes no tenemos fronteras) y quizás estamos con estas huídas, de America Central al norte a unas nuevas repoblaciones o fundaciones, porque, con ese tapabocas, sorda ciega y muda la estatua de la libertad se hunde  ante el “pánico, miedo, terror” de las hordas bárbaras de los pueblos, que salen en cambote. (Bien eso, es otro cantar con el poder del mestizaje…) mejor escuchemos al poeta Debravo:

 

  Quiero hacer con los brazos/un solo brazo dulce/que rodee la tierra/Yo deseo que todo, que la vida sea/nuestra/como el agua y el viento/Que nadie tenga mas la finca mía, el/barco… /Sino la finca nuestra, de Nosotros los/hombres (Nosotros los hombres)

 

  Es tan fácil encasillar para algunos lectores de poesía a “vuelo de guáchara”, decir, que son poemas sociales, románticos, pero, él es poeta vidente, de la época de guerrillas, de la revolución cubana  y sueña con la esperanza y justicia social, “No es una carga es mi hermano” (de los Hollies en 1969) el los gritaba en los sesenta  y critica al sistema opresor (funda el Círculo de poetas Costarricences en 1961); imaginen la valentía y rebeldía por el bien común en una Costa Rica campesina, sin recursos minerales,  de abigeos y caciques de Tiquicia, a un  poeta con ideas y praxis de igualdad y libertad y que,  ahora el Valle Josefino,  mantiene una endogamia cultural sin percibir la periferia, de poetas marginados…

  La vanguardia se viste con poesía Debravo, escrita por un superviviente de la gran depresión económica, política y cultural,  que solo sueña, ama y hace en su entorno y  genética fogosa, de madre volcánica que le  hiere, marca y sana con sus lavas lúcidas de “yo no quiero un cuchillo en manos de la patria/Ni un cuchillo ni un rifle para nadie:/La tierra es para todos/Como el aire/Me gustaría tener manos enormes,/Violentas y salvajes,/Para arrancar fronteras una a una/ Y dejar de frontera sólo el aire/Cogeré las guerras de la punta/ Y no dejaré una en el paisaje/Y abriré la tierra para todos/como si fuera el aire./Que el aire no es de nadie, nadie, nadie/Y todos tienen su parcela de aire” (Nocturno sin patria).

    Poeta Aquariano, libre al viento, con rugidos de las entrañas nos sacudes con ese llamado de cuido y amor entre nosotros, al amor fraterno y del equilibrio de las fuerzas, conocías bien la opresión y tanto te costó terminar el bachillerato, pero, tu sensibilidad y olfato poético nunca desmayó, y siempre con  las lecturas, de oficio autodidacta, comunicador social y de trabajo remunerado (Inspector de la Caja de Seguros Costarricense), le facilitó más cercanía con las desigualdades del trabajador y ya, a punto de iniciar estudios universitarios de periodismo, le atropellan en su moto.

   Es uno de los más leídos en Costa Rica (en su honor es el día de la poesía nacional) y la tierna Margarita  Salazar Madrigal,  viuda y musa, edita sus obras, lee sus poemas y en el documental estrenado el 31 de enero 2021 “El grito más humano”, nos  cuenta las penurias económicas, el descubrir del amor,  la vida en pareja, y como escribía el poeta en su corta vida de enamorado esposo: “Hay maderas que/ tienen un sabor/y perfume/tan propios que/cuando se las/huele o se las/besa/ya no son olvidadas/nunca mas en la/vida/porque eres/fatalmente/inolvidable…”

   Expresa ternura y sensualidad, al nombrar la madera con el símil del cuerpo de mujer “hasta la muerte/cuando se las huele o se las besa”.

 Hay muchísimo que reflexionar en torno a su obra poética, con las ideas sugerentes, claras y sobre la vida sencilla, del respeto al otro, ótra, protección a la naturaleza y a sí mismo, y como nos insta (narra su padre en el documental, que desde niño, lleva un libro y le miraba y preguntaba del campo al trabajar) a imaginar, soñar, a que si es posible un mundo diferente, y escuchen esa esperanza vital de la pareja de soñadores, de Yoko Ono y John Lennon, tan parecida a las ideas del poeta, con la balada Imagine   (septiembre del 71) “puedes decir que soy un soñador/ pero no soy el único/ espero que algún día te unas a nosotros/y el mundo será como uno/imagina que no existen propiedades/me pregunto si puedes hacerlo/no hay necesidad de codicia o hambre/una hermandad de la humanidad/imagina toda la gente /compartiendo todo el mundo…”

  Es el himno de la esperanza y paz, ahora y siempre, el cual fue compartido por el poeta venezolano Osuna, cuando escribía estas líneas y las sumé con alegría con los sueños del poeta Jorge Debravo, en los cincuenta, sesenta y de tantos poetas, madres, padres y seres anónimos. En reclusión amante del silencio y soledad, trato de encontrar a esa habitante, y no sé quien o quienes me habitan, en la quietud andante me sumergo en los cielos verdes “es un largo camino… ¿por qué no compartirlo”? (dicen los Hollies).

 Así irrumpen gotas, caen una a una, e imagino que somos esa comunidad soñada, ser poros, piel, haciendo un mundo mejor, mas hermoso, con la balada Imagine, soñemos y hagamos el amor fraterno, sin separaciones ni dualidades, en una especie de ser cada uno poros, que en conjunto es una piel, ser un poro del cosmos respirando en conjunto, y así, vamos, a dar las gracias a las semillas del cielo, los volcanes, al temblor del amor en tu voz, nuestras voces…

 Estamos vivos y sentimos las emociones y sentimientos, que nos llevan a llorar de felicidad, y realmente me inspira alegría (recuerdos de migrante jovencita en tierras venezolanas) el amigo poeta William Osuna al compartir Imagine y saber que, al poeta Gabriel Jiménez le guste o mejor dicho sea su himno, y sueño, que la interprete algún día…

 Poeta de los vientos volcánicos nos abrazas al fuego deseante de liberarnos, con ese libro maravilloso de Nosotros los hombres (1966) que fue publicado a un añito del viaje eterno con solo 29 años; sus libros son numerosos y les invitmos a leer, y aquí van algunos:

 

   Milagro abierto, Vórtices, Los despiertos, Guerrilleros, Canciones cotidianas, Los nuevos ojos, El canto absurdo, Tierra nuestra, Canciones de amor y paz…

 

   A mas de medio siglo de su muerte, el mundo necesita, que esa voz inmortal sea compartida, con mas investigaciones y publicaciones de las obras inéditas y se le otorgue el doctorado honoris causa, (bien merecido sería y a su esposa bella guerrera, le motivaría más en vida, elevar la voz del poeta más humano, siento que Vallejo se contenta con los Poemas Humanos publicados, por Georgette). Vamos a reconstruirnos con mas ternura y poesía: “No pido eternidades/llenas de estrellas blancas/./Pido ternura, cena, /silencio, pan, casa…/Soy hombre, es decir,/Animal con palabras./Y exijo, por lo tanto,que me dejen usarlas” (Hombre). 

  

Literatura LiberAndo LiberArte

 

En esta época pandémica se nos ha visibilizado la literatura, casi en penúltima instancia nos aferrarnos a libros, en búsqueda solitaria o solidaria, que nos ayuden a intercambiar cuentos, poesía, ensayos históricos, religiosos, fábulas, novelas clásicas y contemporáneas, una gama variable, que no es posible anotar y tampoco es el motivo de estas líneas; quizás el común denominador sea la incertidumbre y tener la certeza de nuestra fragilidad. Nada somos y nos extinguimos al soplo del devenir…

Nadamos en la incertidumbre con el salvavidas de la literarura, que nos hace posible viajar a mundos tan parecidos a éste, pero con otras vestiduras; y no es olvidar o escapar de esta realidad; al contrario, nos ayuda a visualizar, orienta y calma. Nunca la vida ha sido color rosa, y hasta éllas tienen espinas.

La literatura nos abre el pensamiento, la conciencia reflexiva, a darnos cuenta que no somos los únicos, individuos u organismos; porque, nos hace comprender que somos parte del medio ambiente y que todos somos afectados, como ahora, por el virus COVID 19. Seamos honestos y recordemos que esas advertencias fueron hechas por los científicos (los efectos del calentamiento global…) y novelistas de ciencia ficción o pura distopía, que fueron llevadas al cine; pero, como nos creemos “únicos e invencibles”.

La literatura como una madre o padre siempre espera al “hijo pródigo”, maravilla del amor incondicional, que nos salva.  En cada etapa de la vida, los libros conforman la personalidad y aún antes de nacer, los libros leídos por las gestantes (Lectura en vientre) ayudan a tener buena conexión psicoemocional (estímulos aplicados a futuras madres adolescentes con cuentos, poemas les ayudan a aprender a hilar discursos, a nombrar y aceptar al bebe o beba).

La literatura nos da la posibilidad de abrazar sentimientos positivos, como la solidaridad y compasión, y ahora estamos sin poder tener contacto físico, sin “leernos” los gestos y mas solos con tapabocas y en vía digital mas asépticos o catárticos...  Hay programos dedicados a lecturas “Cuentos y poesía”, como la escenificación de obras teatrales que son narradas, las novelas por el “telón cultural” y emisoras culturales o cualquier medio on line, que nos acompaña. La voz humana encanta a los radioescuchas y es tan tierno, sublime, escuchar a los niños y niñas recitando, como a los jóvenes, adultos rapsodas (tan imborrable las narraciones de nuestras abuelas). El asunto es escuchar nuestra voz interior y la lectura silenciosa es un buen inicio, como las lecturas en frío…

  Aquí recordamos el aprendizaje de lecturas colectivas en la escuela donde las maestras nos dejaron su impronta amorosa, con cuentos mágicos y poemas cantados, para luego descubrir la lectura, al descifrar las letras y palabras con el “color de las vocales”, cada quien puede hacer su retrospección lectora… (grato recuerdo en los talleres de lecturas y creación literaria con NEO).

En estos tiempos de pandemia nos acompaña la literatura en cualquier formato y evoca la imaginación creadora, casi una especie de “amor eterno” o fidelidad, nos esperan siempre los libros al darle vida y darnos en continua retroalimentación, un ritual al abrir la tapa, rozar y moldear las palabras, repetir sonidos que nos resuenan.

Nos amoldamos casi a los libros digitales, pero extrañamos el contacto, de sus hojas, olores con matices que traen memorias, y si es más usado es mejor o más viejo, añejo cual vino o brandy.  Duele al ser extraviado; pienso en la arqueología de cada biblioteca, pero me subyuga, la sorpresa al descubrir un libro, que nunca había estado presente y de pronto se instala en una, invade e hipnotiza; también los libros on line los imagino en papiros desenrollados lentamente, con códigos… la literatura es lúdica y nos inventamos identidades, personajes, que nos atrapan y guindan casi en la última página.

     Siempre hay un hechizo, un secuestro adictivo, de seguir en búsquedas y despertares lentos o la iluminación “eureka”.  Solo sé quien la descubre, no la puede dejar, es un viaje de autoconocimiento interminable, olvido del tiempo y espacio, viaje cósmico, desdoblamientos o extensiones del ser, que nos habla al corazón, mente y nos rehacen. La literatura nos sirve cual Lazarus, nos  resucita, concientiza al valor intrínseco y poder de la imaginación liberadora.

No es ningún endiosamiento ni creencia ingenua, esta creacón humana ha sido infravalorada y percibida como pérdida del tiempo o que es hecha por seres improductivos. Ese poder humano revive en pandemia para una posible trascendencia o al menos depurar los demonios y poder ser una con la madre naturaleza (Pachamama).  Todavía no se comprende que la literatura no es solo para  los literatos,  es un derecho humano, aire de cada individuo, razón, encanto y goce con nuevas visiones y portales perceptivos: la literatura nos da la palanca de apoyo al Despertar en conexión intuitiva, íntima comunión corporal y emocional, porque sentimos y pensamos con algo más que el cuerpo y cerebro, el entendimiento espiritual, iluminacíon que late en cada ser humano y todos podemos leer, desde el rostro de la madre, los gestos, los cuerpos, timbres de las voces y ese agregado que nos imanta es la literatura, esencia espiritual humana donada a quien la descubra: el mundo literario variopinto, es como “la vida misma” nos gesta e insta a descifrar y quizás, escribir ese Libro de vida, subjetivo, que nos aguarda y en pandemia necesitamos dar…

 Habíamos señalado en párrafos anteriores, que la Literatura nos ayuda a conocer los yoes que nos habitan, a dialogar, y a poder resistir en estos tiempos difíciles al compartir inseguridades, miedos atávicos y también son fuentes energéticas y nos revitalizan, son “vitaminas del alma” (literatura dedicada a las personas desahuciadas). La capacidad renacedora con la resiliencia lectora, sustenta y prepara para nuevas hecatombes; no estoy hablando de terapias ansiolíticas adecuadas en pacientes, sino de fortificar el espíritu, una prevención individual y familiar o comunitaria que un estado humanista, debería tener en cuenta, porque la salud de la psiquis y el espiritu está mermada con la reclusión forzada y poco sabemos de sus secuelas en pandemia. Así pues, mientras tengamos que contarnos algo… cual Sherezade o radio bemba, la literatura será eterna y cambiarán sus formatos, y seguiremos con la curiosidad lectora y hasta los aliens nos leen de lo divertidos humanos. Parto de la esperanza y del buen porvenir y ese retorno de la quema de libros, fascismo están como “caimán de pozo”, pero, no me quitan los sueños y la vía on line democratizó la comunicación o el librepensamiento se entubó, solo sé, que la literatura está ganando espacios y nos queda hurgar en las redes con criterios para no ser atrapados. El amor lector nos sostiene y eleva aferrarnos a “los cuentos de la abuela”; y que ardan los fascitas o de repente retornamos como la pelicula de Ray Bradbury Farenheit 451, no sé, y retornamos al bosque en mímesis de lecturas favoritas. Renacen editoriales pequeñas y más Literatura con nuevos lectores y lectoras, escritores como sorgo y eso es bien que algo queda con el tiempo o destiempo. Parafraseo a la amiga de Nómar, escritora uruguaya la Cristina Peri Rossi, que el leer es una droga. Élla decía del amor. Y mejor no digo del eterno Georgie Borges… En un juego de barajas, quizás todo cambie o quizás sean lecturas telepáticas …nada sabemos.

 

 


 


ANA ANCA (Perú, 1955). Se desempeña como Psicóloga, catedrática de la Universidad de Oriente (jubilada), locutora, comunicadora social; con estudios en Letras y Filosofía, en Procesos cognitivos y doctorado en Ciencias Sociales.  Desde hace tres décadas se dedica a la difusión y promoción cultural a través de medios impresos y audiovisuales con temas diversos, columnista nacional e internacional, editora, prologuista, jurado en premios literarios, conferencista en el campo Motivacional, Resiliencia y de Estrés post traumático como tallerista y presentadora en encuentros literarios y festivales de libros en la Habana (Cuba), Cali, Cartagena de indias (Colombia), Granada, Siguenza, Barranco de Viznar (España), Cundinamarca (Ecuador), Venezuela, Lima, Panamá y Costa Rica. Ha publicado libros de poesía y ensayos desde 1987, siendo éstos: “Mimetismo Pendular”, “Huídos de Saturno”, “Aquapoe”, “Siete Moradas´´, “Bonsai´´, “Desde el mismo punto”, “Anacópula”. Actualmente forma parte del staff Topradiohd.com, participa en los “Miércoles de poesía”, voluntariado al centro de residencia geriátrica Doña Emma, estudios on-line del campo jungniano. Libros editados: Notas para UNA, Avatares pandémicos, Desalojada.  Actualmente dicta talleres, psicoterapias y coordina edición de proyectos culturales.  Activa en la ACE (Asociación Costarricense de Escritoras), del Buen Vivir C.R. y Sociedad Juglares Pacacua.



MARIE DE VALON (Francia, 1948). Formada en la Ecole d’Art Martenot de París y ganadora de numerosos premios de exposiciones en Francia y en el extranjero, la mayor parte del trabajo de Marie de Valon encuentra su fuente en la naturaleza y su filosofía de vida. Inspirada por sus numerosas estancias en Florencia, Marie de Valon expresa la riqueza de la campiña toscana en sus primeras obras. En sus esculturas, Marie de Valon exalta su alegría por vivir; los cuerpos en volúmenes acurrucados parecen esperar la mano que los acaricie. Su arte profundamente humano nos conmueve, nos reconcilia con la Realidad. La pintura abstracta de Marie de Valon es un viaje sutil que parte de la Realidad. Marie de Valon combina un gesto de tradición con la creación contemporánea. Se produce un diálogo entre la materia y los gestos para dar forma a la emoción. Marie es la artista invitada de esta edición de Agulha Revista de Cultura.



Agulha Revista de Cultura

Número 232 | junho de 2023

Artista convidado: Marie de Valon (França, 1948)

editora | ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com

ARC Edições © 2023 

 


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