domingo, 25 de junho de 2023

CARMEN VÁSCONES | Miguel Márquez e la aventura del eclipse

  

Miguel Alfonso Márquez Ordóñez, poeta venezolano nacido en Caracas (1955). Licenciado en Filosofía por la Universidad Católica Andrés Bello, hizo estudios de maestría en Filosofía en la Universidad Simón Bolívar y culminó Estudios Superiores en Psicoanálisis en el Instituto Clínico de Caracas-CID Caracas.

Miguel es autor de los siguientes poemarios: Cosas por decir (1982), Soneto al aire libre (1986), Poemas de Berna (1991), La casa, el paso (1992), A salvo en la penumbra (1998), Linaje de ofrenda (2001), La memoria y el anzuelo (2006), Fragmentos de la batalla (2010), Poemas de la independencia y el escarnio (2010), Reserva y esplendor (2011), Trinitarias de la cara y el envés (2014), Campana en el fondo del río (2015), Creyones sobre el asfalto (2016), Otras cosas por decir (2022) y Esta terca manía de vivir (2022).

Estas Otras cosas por decir, a su vez, es un tríptico conformado por los libros: Donde la aventura recomienza, Caligrafía del soliloquio y Miniaturas para decir un eclipse. Tiene 196 páginas. Como dato curioso está el que esta publicación incorpora quince ilustraciones a color del mismo autor en una faceta novedosa. Y es importante destacar el diseño de la obra, ya que estuvo en las manos de la reconocida artista gráfica Waleska Belisario, lo que hace de estas Otras cosas por decir un texto formalmente muy especial.

Este tríptico que hace tierra con las palabras en el mar de la vida, es también un homenaje al arte. Esto se refleja, entre otras cosas, en que el primer libro de este poeta se llamó Cosas por Decir y fue publicado en 1982. A cuarenta años de esta fecha, el reciente título parece marcar un regreso al inicio de la vocación y a aquello que la ha sostenido hasta la actualidad, pues por esta vía convoca a las fuerzas que participaron en la escritura de las letras de los primeros poemas –esas energías que aún perduran con un vigor renovado– y es ahora una hora de ver, de volver a acercarse de nuevo a tratar de entender el camino hacia lo indecible, desde otro tiempo, desde otro modo y con el soporte rítmico y las vueltas que dan las palabras y la imaginación de alguien en particular.

Este poemario es una buena puerta para acercarse a la poesía venezolana de hoy, a cierta manera de decirla, de escribirla, donde el habla ocupa un lugar significativo y abre un espacio propicio para leer un poco sobre algunas preguntas y asuntos que se pueden percibir en esta literatura.

 

No es la desdicha ni el dolor

lo que duele, somos nosotros.

Un amago de furia en el cuaderno,

ese deseo de ser que no cuaja

ni se entiende,

la sinrazón encontrada

en cualquier parte,

la piel agrietada por el desánimo,

esta raíz de chicha amarga,

somos nosotros, los de siempre,

somos nosotros mismos.

 

Voy leyendo, anoto impresiones como un observatorio del afuera y del adentro, voces de imágenes, trazos de colores. La palabra en la angustia espiral…

Aproximación al libro, tonos de temas, eslabonados entre pequeños guiones, microrrelato, verso corto como
haikus, en otras, versos alargados como la vida aguantando avance el reloj.

Las migas del pan no sólo la buscan las hormigas cuando ayudan a Psique a seleccionar las semillas del mito de las leyes fuera del Olimpo, o la aventura del eclipse. El autor ordeña la página vacía, aborda la ausencia, escenifica. El mirar ausculta pentagrama del punto sangre.

Cómo salir del manantial del dibujo, chorrea la acuarela como afectar temiendo salirse del papel, esquiva tijereta y cuchillo en la idea, la vida confronta la muerte dibujándola como una araña tejiendo la red...

El deseo atado al escudo libertario desata al juego acorralado en el trabalenguas. Quita amarras al pensamiento suicida y lo deja caer como una crayola tiznando la forma. Descansa la sensación en el agua, como feto chapoteando sin sospechar del adentro. Al margen el círculo de la rama…

Desacostumbrar, romper la monotonía del sistema del pensamiento, los unos, los otros y la esperanza en la puerta de espera, del mundo o qué mismo en estos laberintos del más y menos, con y sin, pero algo recomienza.

Sin jaula la sombra juega pañuelo apañando melodía de la respiración. El artista esculpe en la punta de la lengua del color, o de la tinta, tal despertar, ¿tiene acústica la verdad? Su instrumento es lo humano.

¿Epitafio la historia? Desigual ración para los que nacen…

El retrato de la hormiga fuera del método, la lengua aniquila sabor del saber, desmenuza acciones, observa, agarra idea, sigue secuencia, trozo de sueño, inconcluso escenario del tiempo, espacio despoblándose como la carestía y una moneda agujereada.

Agarra música de la infancia espantando la mosca de la hoja, la piel ciempiés de células, gusarapo del corazón los acertijos para el soñante. La guerra no rima…

 

Entonces nada… ridículo

 

Empeño no es lo mismo que empeñar y despeñarse. Prenda sin reclamo, el prendado queda desprendido, flota en la deuda. Nos depositan en la tierra al nacer y también al partir, ¿quién amontona la prenda? Préndete de ti, prendarse aún.

 

¿Cuál es el pleito que haces la pelea tuya?

 

Ojos, orejas, nariz, lengua, piel hacen contacto y evaden, andar de agache para no sobornar las ganas de aparecer o desaparecer. Claroscuro la paz. En página (a)taca tacón taconea paso. El doble papel del dibujo y letra observan al autor cabizbajo entre sus dedos agarrando alucinante noticia.

Desenreda la lluvia como una adivinanza en panza vacía. Tiene hambre la lombriz, el niño la sigue hasta verla en pico del gallo, muerde su dedo, ojos asustadizos.

 

Descascara fantasía, delinea forma, evacúa ruta.

 

Correspondencia, mensaje, hilo, enlaza con lápiz la infancia dentro del sobre a caber como un papel curioseando silencio y soledad del tiempo y del espacio escapándose de las manos de famosa hoja en blanco, papel en suspenso. La memoria un cine mudo desteñido, pone palabra a ciertas imágenes para precisar la descarga como el personaje de la epilepsia…

 

La materia del relato en carne viva

 

Avanzas y pasas, qué, dime, será. Cabe en pañuelo el árbol, el pájaro, el jardín, anidas fe en la gente y acuñas una verdad en acústica del recuerdo. Amamantas horas y al cachorro deseo de eso humano atrapando al sol en un dibujito del parvulito con la crayola del corazón de Lorca.

 

O el tiempo de vivir/ gota a gota

 


El niño ve trepar la cabra y la ve pintar con su pata sonetos en las cuevas… (Hermes se ríe de ocurrencia). La materia del relato en carne viva se desborona en muros de tantas lenguas, deslenguase al manifestar(se) –para unos como una ponzoña, para otros es apenas la esperanza, la espera presta a poner atención o llamar notoriedad.

 

¿si digo pan digo mañana? / ¿será que al hablar de antes hablo de lo que será? / ¿si digo vino se irá? / una cosa es otra cosa/ nada en la casa permanece en su sitio/ la casa sitiada es por fin un problema

 

La jarra del cuerpo tiene sed, hambre, hastío va diciendo el día que se (a)paga. El adentro y afuera piensa que abecedario del estado psíquico y de ortografía filial y lazo social es pleito. Dilema y martirio por eso de constituciones y ley arruinada por eso de trasquilar ovejas en la estación del frío… ¿Mortal aúlla?

 

Un hombre atrapado contra las cuerdas/ alguien muy desconfiable para oírlo/ pero le presto toda la atención y le pago/ y él justo en ese instante se quita la careta/ y sé que de aquí en adelante –indignado– me odiaré para siempre

 

Tirita la forma al saberse sin recomenzar. Errante la solitaria presencia se ausenta en la caligrafía del árbol, tótem y la palabra exiliada en el tabú, el humano sacrificado como un animal.

 

La vida se hace la muerta/ cuando la mortis/ pregunta por ella

El mundo se ha hecho un laberinto de minotauros.

Anna Freud le preguntó a su padre

si acaso era mejor suicidarse

él respondió: eso es lo que ellos quieren

 

Mariposas negras en la boca del estómago, como el intenso amor, como probar al fantasma de la vida o acaso
la metáfora del hambre insaciable, o más exacto, lo expresa así el autor:

 

Sin embargo, para la sopa,

no conozco un sabor

más delicioso que el de las mariposas negras,

las más grandes,

como esas que aparecen en el cine de terror.

A veces pienso que Madame Butterfly

debe ser

este temor en la boca del estómago

que se oculta en la densidad del bajo vientre.

Una mariposa sufriente y fantástica,

para el más intenso amor

 

No es pájaro de mal agüero esa aparición, desmitifica tal miedo esa mancha negra liviana con alas a la vuelta del horizonte cada letra en su vuelo contra o a favor del inventor... –Y qué hacer con el estorbo o con el acoquinado yo–

 

el cuento

el grito

la historia

pensar

las tres dimensiones de una obra

las perspectivas

cambiantes y fugaces

las asociaciones

 

 


  

 

CARMEN VÁSCONES (Ecuador, 1958), Licenciada en psicología, 1983, Psicóloga Clínica, 1984. Participó 3 años en taller de escritor Miguel Donoso Pareja, auspicio CCE. Ha laborado en investigación, documentación, capacitación, asesoría y dirección de proyectos en zonas marginales de Guayaquil, Manabí, Quevedo, Playas, quintil 1 de pobreza, en temas, deberes y derechos, atención al niño, la familia y comunidad en atención al maltrato, abuso sexual, violencia intrafamiliar, implementación de espacios creativos, diálogos y de integración de lazos sociales al interior de la convivencia barrial; capacitación e interactuar  en formación permanente a equipo de proyectos,  a dirigentes, familias y niños en la integración al aprendizaje de la educación “informal” a párvulos y orientación a familia en trato con hijos y replantear el modo de comprometerse en el vínculo afectivo y de diálogo al interior del hogar y en los espacios de grupos en la modalidad: círculo recreación y aprendizaje, que involucra gestiones integrales, esto es casa, barrio, y zonas interconectadas por un proyecto afín, mejorar calidad de vida, dar cabida al cambio, y que depende de asumir estar y colaborar y construir en trabajos en equipo, estos proyectos fueron  ejecutados con instituciones públicas y privadas.




MARIE DE VALON (Francia, 1948). Formada en la Ecole d’Art Martenot de París y ganadora de numerosos premios de exposiciones en Francia y en el extranjero, la mayor parte del trabajo de Marie de Valon encuentra su fuente en la naturaleza y su filosofía de vida. Inspirada por sus numerosas estancias en Florencia, Marie de Valon expresa la riqueza de la campiña toscana en sus primeras obras. En sus esculturas, Marie de Valon exalta su alegría por vivir; los cuerpos en volúmenes acurrucados parecen esperar la mano que los acaricie. Su arte profundamente humano nos conmueve, nos reconcilia con la Realidad. La pintura abstracta de Marie de Valon es un viaje sutil que parte de la Realidad. Marie de Valon combina un gesto de tradición con la creación contemporánea. Se produce un diálogo entre la materia y los gestos para dar forma a la emoción. Marie es la artista invitada de esta edición de Agulha Revista de Cultura.





Agulha Revista de Cultura

Número 232 | junho de 2023

Artista convidado: Marie de Valon (França, 1948)

editora | ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com

ARC Edições © 2023 

 


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