domingo, 9 de julho de 2023

SANDRA LORENZANO | Después del último cielo – Algunas voces de la literatura palestina

 


He ganado ser más lúcido

no para ser feliz con mis noches de luna

sino testigo de la masacre.

 

Estos versos del excepcional poeta palestino Mahmud Darwish quizás sean la más clara representación de las páginas que siguen: páginas dolidas, enojadas, nostálgicas. No hay felicidad posible en ellas, sólo el desgarrado testimonio de la violencia en contra de un pueblo, de una cultura, de una memoria, de una sensibilidad, de una historia.

La banalidad del mal. La misma de la que hablara Hanna Arendt, pero ahora con cambio de roles y de actores. Como escribió Edward Said, lo que el Holocausto es para los judíos es la Nakba para los palestinos. [1]

No pretendo hacer en estas líneas un análisis político ni histórico de una barbarie innombrable, sino buscar las palabras que nos lleven del horror a la empatía; las palabras con las que construir la tierra simbólica que todas y todos necesitamos para vivir.

Como cuenta Luz Gómez en su hermosa presentación a la obra de Darwish, al poeta le gustaba recordar que en árabe casa y verso comparten una misma palabra, bait. Hoy toda la literatura palestina está marcada por la búsqueda de esa casa, de ese hogar que les ha sido arrebatado. Los escritores reconstruyen en sus textos una nación.

En cada uno, el amor por su tierra –tierra de naranjas y olivos, tierra de dioses y profetas- está atravesado por la muerte y el exilio.

Si la nueva literatura israelí –la que llega después de autores tan comprometidos con la construcción de una paz real entre Israel y Palestina como David Grossman, Amos Oz y Yehoshua, por mencionar a los más conocidos- ha dejado un poco de lado este conflicto y es cada vez más diversa en temáticas y géneros, la palestina sigue priorizando lo documental y militante. [2]

En esta antología aparecen algunas de las principales voces contemporáneas de una literatura que tiene un origen milenario.

Destaca, por ejemplo, entre los mayores, Gassan Kanafani (Acre, Palestina, 1936). Reconocido intelectual y dirigente político, exiliado en 1948, y en cuya obra aparecen las preguntas sobre la identidad palestina, la patria, los refugiados. Kanafani fue asesinado en Beirut por el gobierno israelí en 1972.

Sobre la literatura de los exiliados y refugiados palestinos habría que recordar aquello que dice Carlos Martínez-Assad, uno de los principales conocedores de la historia y la cultura árabes en México, cuando hablando de la época clásica dice que el lugar más destacado de la literatura árabe es el relato de viajeros. Rihla significa viaje, partida, marcha, salida, periplo, itinerario, emigración, concepto este último vinculado de forma particular a su cultura y que se aplica hasta ahora. [3] Así, viaje, memoria, resistencia y tradición tejen un entramado en el que se sostiene la identidad del pueblo palestino.

Copio un fragmento de La Tierra de la Naranja Triste:

 

Y empecé a sollozar, tu madre aún miraba las naranjas en silencio, en los ojos de tu padre estaba el reflejo de todos los árboles de naranja que le había dejado a los israelíes en el camino... todos los árboles de naranja que él había plantado. Fracasó al tratar de parar las lágrimas que le llenaban los ojos cuando estuvo en frente del oficial de policía.

Al llegar a Saida, nos convertimos en refugiados.

 

La fecha en que se ubica el relato es clave. En una literatura tan antigua como la literatura árabe, 1948 señala el fin de una época: se trata de la Nakba que significa literalmente la catástrofe y marca el momento en que los palestinos debieron abandonar sus hogares, sufriendo así un nuevo tiempo de persecución y muerte.

Ha escrito el diplomático Saeb Erekat, Nakba es la negación sistemática a cada palestino del derecho a vivir en su tierra y al pueblo palestino del derecho a su identidad nacional y política. [4]


Otro de los autores ya clásicos dentro de la actual literatura palestina es Tawfiq Zayyad (Nazaret, 1929- Valle del Jordán, 1994), quien fue miembro del Partido Comunista y líder de la Intifada de 1976, está considerado uno de los máximos poetas de la Resistencia Palestina.

Históricamente la poesía ha sido fundamental en la cultura árabe; especialmente una poesía oral y performativa. Ésa es una herencia presente en los poetas del siglo XX y el XXI que abrevan en sus fuentes, pero le dan al mismo tiempo una fuerte carga al tema de la lucha ante el invasor israelí. Versos como éstos de Zayyad forman parte ya de la memoria colectiva:

 

No nos iremos

Aquí sobre vuestros pechos persistimos,

como una muralla,

hambrientos,

desnudos,

provocadores,

declamando poemas.

Somos los guardianes de la sombra,

de los naranjos y de los olivos,

sembramos las ideas como la levadura en la masa...

cuando tengamos sed

exprimiremos piedras,

y comeremos tierra

cuando tengamos hambre,

pero no nos iremos

aquí tenemos un pasado,

un presente

aquí está nuestro futuro.

 

Nacida algunos años después que Zayyad y Kanafani se encuentra Liana Badr (Jerusalén, 1950), una de las dos mujeres presentes en la selección. Es novelista, periodista, poeta y directora de cine. Vivió en Jordania y Beirut, ahora vive nuevamente en Palestina. El cuento incluido, “Una huerta sólo se riega con agua del cielo”, relata un episodio de los tantos que suceden en los territorios ocupados: el asesinato de un hijo a manos del ejército israelí y el llanto de una madre ante el cuerpo sin vida. Una imagen que en América Latina nos resulta dolorosamente familiar. Antígona nos hermana.

Hussein Barghutti (Ramallah, 1954) pasó su infancia entre el pueblo de Kobar donde nació y vivía su madre, y Beirut, donde trabajaba su padre. Estudió en Budapest y en Washington DC, y está considerado uno de los más completos escritores de su generación: ensayista, crítico, letrista, dramaturgo y filósofo. Regresó a Palestina poco antes de morir de cáncer en el año 2002. “Así las cosas” es uno de los dos poemas de Barghutti que se incluyen. Cito estos versos que hablan al mismo tiempo de memoria, de soledad, de suma de tradición y modernidad –ciudades antiguas y jazz–, temas que se repiten en la literatura que nos ocupa:

 

…un nuevo frío muerde en el aire

y me inclino

por donde me derriban las fuerzas: hacia la memoria

hecha de ciudades antiguas, o hacia una bodega

hecha de palabras que son cantina iluminada

donde retumba el jazz

 


Entre los más jóvenes seleccionados se encuentran Fakhry Ratrout (Al-Zarqā, Jordania, 1972) que vive actualmente en Nicaragua donde, a comienzos del siglo XX, había migrado su bisabuelo. En sus versos dice:

 

Sólo Jericó carga en silencio el peso de la historia.

En Jericó aprendí el alfabeto

y conté una por una las palmeras.

No tengo nada de Jericó,

sólo el sentimiento de soledad

como una palmera que alcanza el cielo.

 

El siguiente es Mazen Maarouf (Beirut, 1978) que nació en el seno de una familia palestina refugiada en Líbano. Se ha dedicado a la militancia en el pacifismo; es un permanente invitado a foros por la paz, y vive actualmente en Islandia. Su libro más conocido es Chistes para milicianos, traducido a varias lenguas. Cito unas pocas líneas:

 

A veces, cuando los enfrentamientos se intensificaban y los milicianos empleaban la artillería pesada como el mortero y el RPG, mamá y mi hermano, asustados, se echaban en el suelo del corredor que pasa entre la sala, la cocina y el baño. Yo, en cambio, me quedaba de pie, al lado de la tele —que era la ubicación más expuesta a los francotiradores— con la vela en la mano. Impávido, arrojaba luz a la mata de chile. Creí que nuestras almas —la mía y la de mi hermano, la de papá y la de mamá— vivían adentro de los chilitos. Creía que así ninguno de nosotros moriría, y sobre todo que no moriría papá, que no volvía a casa hasta la noche.

 

Asrad Fayadh (Abha, Arabia Saudita, 1980), por su parte, reside en Arabia Saudita donde se ha dedicado a la escritura y a las artes visuales, participando incluso en la Bienal de Venecia. Sin embargo, allí en 2015 fue condenado a muerte, acusado de "apostasía" por su libro Instrucciones en el interior. Un fuerte movimiento internacional encabezado por organizaciones de derechos humanos logró que se conmutara la pena a ocho años de prisión y 800 latigazos.

Estos versos pertenecen al libro en cuestión:

 

Refugiado: el último de la fila, esperando tu pedazo de patria.

Esperar: ya lo había hecho tu abuelo, sin saber porqué.

El pedazo: eres tú.

Patria: un carnet para colocar en la billetera.

Billetes: papeles que llevan el retrato de los jefes.

Retrato: ocupa tu lugar hasta que vuelvas a tu país.

El Retorno: un ser mítico, de los cuentos de la abuela.

Se acabó la primera clase.

Vamos a la segunda: tú... ¿qué significas?

 


Cierro con la obra de Lena Khalaf Tuffaha que pertenece a la primera generación de escritores palestinos nacida en Estados Unidos. Ha recibido importantes reconocimientos por su obra poética. Transcribo aquí un fragmento de sus textos en los cuales de manera implícita se subraya el carácter colectivo de la creación, algo que nos lleva desde la más absoluta contemporaneidad, la de las redes sociales, a los orígenes de la literatura. Los temas vuelven a ser los de la denuncia ante los horrores de una guerra injusta: si la Nakba es muerte, la palabra es vida que resiste.

 

Ver cuerpos quemándose sin poder acercarte, porque bien sabes que el próximo bombardeo es en 40 segundos, y que será puntual.

Ver a tus hijos en la cara, sus ojos clavados en la tuya, pero volteas el rostro hacia el otro lado.

Medir la distancia entre la ventana que va hacia la calle y el baño.

Cuando siempre decías que ibas a tapar ese pequeño agujero en la pared del salón, y fue él quien creció para salvarte la vida.

Cuando la diferencia entre una silla y una mesa es la misma que entre la vida y muerte. Cuando el sueño de conseguir un cigarrillo es tan lejano como el sueño de liberar Palestina. Cuando un minuto es un día y medio.

La guerra es todo esto, y mucho más.

 

Traer las voces de los escritores palestinos hoy a México es seguir celebrando la resistencia y la memoria. Es hermanar nuestras luchas. Es hacer de la búsqueda estética un ejercicio que suma ética y política.

 

¿Dónde deberíamos ir después de la última frontera;

dónde debieran volar los pájaros después del último cielo?

 

Nos pregunta Mahmoud Darwish: estas páginas buscan las respuestas, aun sabiendo que son inasibles.

Por ellxs. Por nosotrxs. Por lxs que vendrán.

 

NOTAS

1. Edward Said, La cuestión palestina, Madrid, Debate, 2013 (primera edición 1979, inglés).

2. Ver “Literatura ocupada”, reportaje de Maribel Marín Yarza, en El País, Madrid, 29 de junio de 2016.

3. Carlos Martínez Assad, “Viaje por las letras árabes”, Revista de la Universidad de México, UNAM, número 110, abril de 2013.

4. Saeb Erekat, “La Nakba palestina”, en El País, España, 16 de mayo de 2018. Saeb Erekat es el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina y un colaborador frencuente del periódico español. 

 

                                                                      


SANDRA LORENZANO (Argentina, 1960). Narradora, poeta y ensayista argentina-mexicana. Doctora en Letras por la UNAM, se desempeña como Directora de Cultura y Comunicación de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM y como Coordinadora del Proyecto «Cultura y migración» (UNAM-Unesco-Universidad Autónoma de Madrid). Sandra radica en México desde 1976, como parte de la ola de exilio debido a la dictadura argentina de 1976-1983, cuando tenía dieciséis años. Creó y condujo durante seis años el programa “En busca del cuento perdido”, primer taller literario radiofónico del país, en el Instituto Mexicano de la Radio. Su obra Escrituras de sobrevivencia. Narrativa argentina y dictadura (2001) obtuvo mención especial en el Premio Nacional de Ensayo Literario José Revueltas. Sus obras han sido traducidas al inglés y al italiano. En 2012, escribió Fuga en mí menor, obra que fue presentada en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y que, a diferencia de otros textos de la autora, no toca el tema de la dictadura argentina y desarrolla como temas la música y la memoria. Fue vicerrectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana. Es parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte en México. Entre sus libros, las novelas La estirpe del silencio (2015) y El día que no fue (Alfaguara, 2019), y el ensayo Escrituras de sobrevivencia. Narrativa argentina y dictadura (UAM, 2001).
 

 


IO ANGELI (Grecia, 1960). Estudió pintura en la Escuela de Bellas Artes de Atenas y continuó sus estudios de maestría con una beca en Londres en el Royal College of Art y Central – Saint Martin’s School of Art & Design (1988-1991). Ha presentado su trabajo en 17 exposiciones individuales y ha participado en muchas exposiciones colectivas en Grecia y en el extranjero y ha colaborado con la Galería Zoumboulakis desde 2013. Entre las muestras individuales más recientes se encuentran: Boundaries (2015); Is it a trap? (2019); y Slalom (2023), todas ellas en Zoumboulakis Galleries, en Atenas. Sus obras se encuentran en colecciones públicas y privadas. Trabaja como profesora en la Universidad de West Attica. Io Angeli es la artista invitada de esta edición de Agulha Revista de Cultura.

 


Agulha Revista de Cultura

Número 233 | julho de 2023

Artista convidada: Io Angeli (Grécia, 1960)

editora | ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com

ARC Edições © 2023 

 


∞ contatos

https://www.instagram.com/agulharevistadecultura/

http://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/

ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com

 





 

 

Nenhum comentário:

Postar um comentário