Poeta,
pintora, fotógrafa, dibujante, lectora y soñadora. Desde niña fue salpicada por
el color, la escritura, la ensoñación, la cotidianidad mágica.
El
recuento de sus experiencias, de sus andanzas creativas las podemos rastrear en
los años sesenta: en esa convulsa, y revolucionaria década, Leila, estampó su impronta
en su natal São Paulo al organizar la 13ª
Exposición Internacional del Surrealismo, al lado de los artistas Sergio Lima
y Paulo Antonio de
Paranaguá. La muestra contó con la participación de los artistas más destacados
del Surrealismo Internacional. El resultado de esta manifestación quedó suscrito
por el catálogo A phala, donde Ferraz
participó y rubricó textos y propuestas de gran importancia y vigencia.
Sus estructuras visuales
escriturales (a la manera de los códices prehispánicos mesoamericanos –los que escriben
y pintan…–) están respaldadas y reafirmadas por lo onírico, la mancha azarosa y
automática, un entramado o tejido metafórico, muchas veces bicolor, aleación de
formas, poemas que vuelan, objetos con doble y triple interpretación… ¡Ensambles
mágicos!
Por medio de la liberación
de las premisas y reglas impuestas por las sociedades frívolas y tradicionales,
Leila Ferraz, –desde hace 60 años– vislumbró la senda para la expresión de sus múltiples
conocimientos y saberes… La poeta lo refiere:
La poesía pasó a ser mi oráculo. A través de
esta voz interior llena de revelaciones y misterios yo emergí, muchas veces, para
la creación no solo de poemas, también de dibujos, grabados que mostraban un mundo
mágico y hechicero. Criaturas estelares y astrológicas obtenían forma en los poemas
y trabajos gráficos. Figuras alquímicas, taxidermistas del tiempo, sibilas y sus
resonancias… Ese “trance” poético, por decirlo así, surgía con frecuencia en mis
poemas y manifestaciones plásticas, como en las pinturas, grabados y dibujos. Misteriosas
imágenes que podían tomar cualquier forma de materialización.
Sus recientes incursiones son a la manera de los cadáveres exquisitos, y nuestra artista los practica con amigos y colegas; en ellos los “puentes son prodigiosos”: rudimentos poéticos, áreas visuales, fotos instantáneas, metáforas teatrales, mundos paralelos, recuerdos e invenciones.
AP | Leila, en tu trabajo poético no hay temas centrales, más bien es un amplio circuito de formas, ángulos, esbozos, textos, fotos, recursos… se rastrean máculas surrealistas, oleajes del psicoanálisis, y propuestas conceptuales… ¿Cómo es tu diálogo con la creación?
LF | Alfonso, mi trabajo refleja la magia de la vida y la percepción de las cosas cotidianas. Es el encantamiento en todas sus facetas. Creo que jamás me ligaré a un tema central. Y si lo llegara a hacer, estaría limitando mi creación, que siempre corrió libre y ágil. Los circuitos de las formas a las que tú te refieres son las herramientas de mis manifestaciones que se expresan por medio de fotografías, pinturas, grabados, dibujos o collages, y por supuesto, poemas y textos. De cierta forma, me pregunto: ¿por qué he de inmovilizarme? ¿Por qué habría de vincularme a una sola forma de expresión?
AP | Algunos poetas se apoyan en fotografías para escribir su poema, la descripción de un paisaje, documentar alguna abstracción… En tu caso vos trabajás con los diferentes lenguajes visuales… Se me ocurre que será importante conocer tu impresión de como descifrás el entorno de una foto para llevarla a la poesía… ¿O lo contrario?
LF | Dos pasiones crecieron
conmigo desde la infancia: la fotografía y la lectura. Yo pasaba horas entretenida
y concentrada mirando e imaginando mientras deslizaba el dedo, era como una caricia,
en cada imagen de los álbumes fotográficos de mi familia. Esa lectura sensual, por
decirlo de ese modo, me contaba historias. Construí un mundo personal en mi imaginación.
Eran viajes infinitos. Percibía como cada persona actuaba en ese universo mágico
y fascinante del tiempo en el espacio fotográfico. Me imaginaba como cada persona
fotografiada vislumbraba la misma historia bajo su punto de vista. Y como las historias
podían ser diferentes para cada una. ¡La misma historia!
Considero
que fue a partir de ahí que se dio el inicio de mi proceso creativo y pasé a dibujar
personajes inicialmente concebidos en lo instantáneo, y posteriormente los trasladé
para otros contextos, donde tomaban caminos diversos. Salían de sus marcos, de sus
espacios establecidos, y ganaban nuevos cuerpos, nuevos lugares, nuevas vidas y
otros sentimientos.
No
existían límites para mi imaginación. Esos descubrimientos de mi niñez hicieron
que yo quisiera ser artista y poeta desde muchacha.
La
misma fascinación que las fotografías ejercían sobre mi surgió con la lectura. Aprendí
a leer desde niña de un modo precoz e devoré las obras completas de Julio Verne.
Comencé
y no paré nunca más de leer. Mi universo era lo imaginario.
Era
una explosión de intuiciones y una conformación racional consciente y necesaria
para existir y sobrevivir.
¡Creo
que de ese modo contesto tu otra pregunta! Y reafirmo: mis imágenes –abstractas
o no– andan en conjunto. Entro y salgo de ellas por los poemas o dibujos. Permanezco
en otras por la fotografía y salgo de ellas con un poema.
Me gustaría hablar un poco sobre el universo femenino
en la creación. Considero que muchas mujeres producen arte durante un período determinado
de sus vidas y resurgen en otros momentos renovadas con nuevos lenguajes. ¿A qué
se deben esas interrupciones? ¿Es como retomar el camino de la vida de las artes
después de consolidar toda su formación artística y cultural?
En muchas ocasiones a las mujeres se les hace
obligatorio volcarse a las tareas del hogar o incluso en su labor profesional para
sustentar los hijos o la familia, principalmente en los tiempos actuales, en que
ese hecho es una regla.
Tanto en la poesía, como en las artes plásticas,
y en la fotografía, revelo una mirada femenina, vinculada con el concepto sicosocial
y lo maravilloso. No es extraño que, en el intento de dar un sentido y visibilidad
a mis creaciones, surgieran espacios perceptibles muchas veces distanciados de una
continuidad o tema central.
Como mujer, digo: el diálogo con la creación se
da en relación a la mirada y la búsqueda de lo bello y lo desconocido. En ese sentido
soy una aprendiz contumaz y fortalecida de estrategias femeninas ya conciliadas
en la psicología de mi alma, sin intentar conectarme a nada más que no sea lo mágico,
lo encantador o lo arrebatador. ¡Esos momentos están presenten en mi obra poética!
Es el retrato de mi asombro, el deslumbramiento, la perdición, amor, o dolor.
Con el nacimiento de mi amor por las palabras
y por las formas surgió también una certeza de libertad interior que jamás me abandonó.
Por tanto, crear y expresar mi creación a través de todos los medios posibles fue
tan natural como hablar, correr, jugar, amar, danzar, o aprender técnicas de expresión
artística.
En relación con la segunda pregunta, para mí el
mundo creativo es tan intenso, que simplemente brota. Mis poemas tratan de mi relación
emocional con las palabras y sus significados. Todos los significados posibles adquieren
forma concreta y visualizo las palabras en mi imaginación. De ese modo, al escribir
un poema o texto, dejo que las palabras fluyan por los sonidos y los significados
que poseen. Ellas están de tal forma ligadas a mí que forman parte de mi cuerpo.
Se adentran en mi ser y así fluyen, vierten, desabrochan, y nacen en un gesto de
ofrenda.
Las palabras son mis instrumentos afinados y articulados
a las imágenes. Es un proceso mneumónico e intuitivo que hace parte de mi personalidad,
de mi alma.
De hecho, trabajo con diferentes lenguajes y busco
la forma de perfeccionarme con ellos. Curiosamente, no recuerdo el hecho de elegir
una foto, por ejemplo, para llevarla a la poesía y viceversa. Por otra parte, paradójicamente,
mis expresiones artísticas, sean un dibujo, foto o poema, valida mis deseos ante
del arte.
¡Siempre estoy frente al enigma! A veces utilizo
un lápiz o pincel para desvelarlo. En otras ocasiones, la cámara fotográfica para
revelarla. Hace algunos años usé el grabado para vencerlo por la dificultad y me
encantó el resultado sorprendente que obtuve. Pero, siempre, siempre, respeto el
misterio del descubrimiento, la revelación y la intuición.
Un proceso alquímico y mágico cuya explicación
está contenida en su liberación para el mundo sensible y tangible. El placer del
retorno de mi mirada está siempre lleno de misterios.
Hay una oscilación de la mirada diferente para cada forma de expresión artística y ese hecho antes de seducir al otro, me seduce a mí misma.
AP | En los últimos años del siglo XX se denominó “creación genuina” a cualquier “bártulo”, “objetos de la sociedad de consumo”, “adefesios industriales”, para citar unos pocos ejemplos… ¿Cuál es tu mirada a esta tendencia contemporánea? ¿Decadencia del arte?
LF | Alfonso, en cuanto a esa cuestión de que en el siglo XX se denominó “creación genuina”, a los “objetos de la sociedad de consumo”, tengo que decirte que como publicista que fui durante muchos años, el mercado –incluido el de las artes– deseó recalcar representatividad y alto grado de importancia cultural para refrendar acciones de marketing inherentes al campo de la producción industrial y seriada. Al final, la publicidad también se utiliza como una herramienta y soporte pertinente en el territorio de las artes.
Esta tendencia contemporánea –llamémosla así–, “metalenguaje”, adquirió valor
de mercado porque la representación tendría la comprensión inmediata del gran público
y generaría controversias de gran impacto en todos los medios. No creo en la “decadencia
del arte”. El arte es un proceso evolutivo para más o para menos de acuerdo con
el momento histórico de la cultura humana. No es para demonizar algo que pasó de
la tecnología al arte sin comprender las revoluciones cada vez más frecuentes, provocadas
por la evolución de los diversos campos del conocimiento. No tenemos que volver
la mirada atrás, o si fuera así, mejor pasemos el borrador en lo que se ha dicho.
AP | Considero que en los
ámbitos surrealistas (las góndolas surrealistas) se da con mayor fluidez lo que
se denomina “creación interactiva”, en otras palabras, el hecho de ser fotógrafo,
poeta, instalador, ceramista, editor y organizador de eventos culturales… La reflexión
me lleva a preguntarte: ¿Podrías hablarnos de la expo surrealista realizada en São
Paulo en los años sesentas?
LF | Mucho se ha dicho y escrito sobre la 13ª. Exposición Internacional del Surrealismo
realizada en São Paulo en los años sesenta.
En 1965 me casé con Sergio Claudio de Franceschi Lima –el gran articulador
del Movimiento Surrealista en São Paulo– no obstante, me limitaré a conversar de
los temas puntuales para la realización de la Muestra, y que se refieren a mi participación.
En ese tiempo (1965), tuve mis primeros contactos con el Surrealismo y con el Movimiento
Surrealista de París. Sin duda, quedé marcada para siempre… porque el surrealismo
es un estado del alma y presupone una manera de ser y actuar en el mundo. Hecho
que, aun cuando me envolvía en otros movimientos del arte contemporáneo, jamás me
aparté de él –principalmente en lo que se refiere a mi arrebatamiento por la poesía–.
Desde el principio me identifiqué con el pensamiento revolucionario surrealista,
las reivindicaciones de lo sagrado y la posibilidad de ampliar mi mirada salvaje
a la vida, de desarrollar un espíritu libertario y desencadenante de fuerzas mágicas
como forma de expresión en el arte.
La exposición surrealista de 1967 pretendió terminar, –según una exhortación contenida en la propia revista A Phala–, con “juicios primarios sobre el surrealismo, provenientes del desconocimiento o del confort mental y del provincianismo, a partir, en la mayoría de las veces, de obras y no de sus autorizaciones, sino de personas más interesadas en una actividad decorativa de evasión de mundos fantásticos o irreales, de creaciones meramente superficiales de esteticismos”. [1]
El Surrealismo es
un orden del ser que se cuestiona a sí mismo y a cada avance de su existencia reformula
las concepciones mentales que lo configuran como un movimiento organizado.
Al relacionarse
con todas las posibilidades de expresión humana y de ésta con el mundo, el Surrealismo
es el único movimiento del pensamiento moderno que, constantemente abierto, propone
como perspectiva la aventura de la Vida.
Por medio
de toda su evolución histórica, el Surrealismo ha sido y continúa siendo, la punta
más fina del maravilloso mundo humano.
Las reivindicaciones
y su revuelta interior, desde la efervescencia de su inicio hasta el clamor por
un nuevo mytho a partir de 1940, permanecen siendo lo que de más auténtico surgió
de los pasajes emocionales de la esencia humana en su anhelo de totalidad, de liberación.
La trayectoria
nocturna del erotismo y de la magia, se conjugan con el fulgor de la realidad de
la Poesía en todas sus manifestaciones.
El Surrealismo
propone en los días de hoy la conjugación excepcional de las fuerzas antagónicas
que rigen lo humano, a través de la imantación permanente de los instintos y del
conocimiento tradicional.
En la brecha
majestuosa del porvenir, el Surrealismo es la flor ascendente.
Son de fundamental importancia para la comprensión de mi trabajo, los textos
que escribí para la revista A Phala, en
su orden: I. “Introducción al pensamiento Mágico Surrealista”; II. “Del Arte y del
Juego entre los Mágicos”; III. “La Quiromancia y el Montaje de la Exposición, como
Mano Mágica”.
Mi contribución para el montaje de la Exposición se amplió también para la
escogencia del tema: la mano y su intrínseca relación con las obras expuestas y
un fragmento del texto de André Breton: “Del Surrealismo y de sus obras vivas” que
podía ser leído e interpretado por el asistente a la Muestra, bajo la óptica del
autor. Mi intención fue constituir el montaje en términos mágicos y laberínticos
y proporcionar al visitante la oportunidad de “experimentar” la posibilidad de una
iniciación y un nuevo orden de misterios y comprensión del Arte.
Las “conexiones” serían metafóricamente las líneas y los senderos de los
cuales la palma de la mano humana está constituida y aumentada de señales del destino.
Por lo tanto, el montaje obedeció
a una orden determinada de iniciación a los misterios de las palabras por medio
de las relaciones visuales con las obras allí expuestas.
La lectura planteada pretendió
revelar el salto de la simple figuración plástica para constituirse, antes de todo,
en un movimiento de vida.
En la medida en que cada frase
del texto llevaba a una imagen (obra, vestuario, dibujo, collage, escultura etc.),
por medio de hilos, el visitante podría deslizarse por el Espacio de acuerdo con
la visión propuesta.
Para la exposición inventé un
objeto de funcionamiento simbólico –“El anti-cinturón de castidad”– como propuesta
de liberación del placer femenino, generalmente prohibido a las propias mujeres.
Publiqué en la revista A Phala un texto titulado “Homenaje de los siglos” –una exaltación surrealista a la mujer”,
ensayo fascinante, a mi modo de ver, y totalmente libertario sobre el dominio que
la mujer debe ejercer sobre su propio cuerpo, pensamientos, creaciones, escogencias,
deseos. Una celebración inédita del femenino en el Brasil. El texto nos remite a
un concepto hoy, más que nunca, puesto en debate: el asunto del Andrógino Primordial.
Allí hago mención “a la reunificación
del ser humano sexualmente dividido en su unidad original, donde él no era ni hombre,
ni mujer, sin embargo, simplemente el ser humano desembocará en la reunificación
del ciclo terrestre con el paraíso en la consumación de los tiempos” (De Divisionebus Naturae II4, II8 de Scot Erigène) Leila Ferraz Lima en A Phala – junio de 1967.
Siempre en A Phala
presento una traducción para el portugués de un manuscrito de Charles Fourier,
impreso por las Ediciones Antropos/París escrito por Simone Debout para el catálogo,
bajo el tema “L’Androgyne Primordial”. Es posible que esta traducción de Charles
Fourier haya sido la primera publicada en Brasil.
Mi poema “Mi amor yo te hablo de un amor”, publicado en A phala, posteriormente integraría la edición de An Internationbal Anthology – Surrealist Women, con la introducción de Penelope Rosemont (University of Texas Press – Austin). En ese mismo libro fue publicado mi ensayo “Secret of Surrealism Magic Art”. 1ª. edición – 1998.
En esta Muestra participaron nombres emblemáticos del Movimiento Surrealista Internacional y sin duda fue una exposición de Vanguardia. Lo mismo sucedió con la escogencia de los temas de la Muestra y de los trabajos expuestos, creo que, si ese movimiento hubiera continuado, hoy tendríamos una historia de mayor relevancia en el panorama del Arte Brasileño.
AP | En muchos de tus poemas hablás de solidaridad, de viajes, azar, pero también del “amor”… Lo anterior me mueve a preguntarte: ¿Cómo lo podrías describir, pintar, recitar, musicalizar…?
LF | Si, en muchos de mis
poemas –sin divulgar– hablo de viajes interiores y alrededor
de muchas ciudades y países que visité. El azar siempre aparece en algunos de mis
poemas, pues ellos llegan sin pedir licencia. Algunas veces ellos permanecen, otras,
los desecho. Dolor y amor surgen en alto voltaje…
Son
más de sesenta años de poesía, escribo desde muy joven. En la adolescencia tuve
contacto con Fernando Pessoa –hecho que
me influenció sobremanera–. En aquella época, mis poemas eran densos y hablaban
sobre mis inquietudes, dolores del alma y de las cosas que yo no comprendía. Solo
intuía.
Después,
me zambullí en el Surrealismo y la escritura automática se convirtió en un punto
de luz sublime. Ella iluminó mis palabras, sentimientos, deseos e inspiraciones.
La poesía pasó a ser mi oráculo. A través de esta voz interior llena de revelaciones
y misterios yo emergí, muchas veces, para la creación no solo de poemas, también
de dibujos, grabados que mostraban un mundo mágico y hechicero. Criaturas estelares
y astrológicas obtenían forma en los poemas y trabajos gráficos. Figuras alquímicas,
taxidermistas del tiempo, sibilas y sus resonancias… Ese “trance” poético, por decirlo
así, surgía con frecuencia en mis poemas y manifestaciones plásticas, como en las
pinturas, grabados y dibujos. Misteriosas imágenes que podían tomar cualquier forma
de materialización.
A
los días, con todo, dos puntos se fijaron en mí como faroles: la poesía y la fotografía.
No obstante, recientemente, mi expresión fotográfica volvió a manifestarse cargada
de simbologías y significados algunas veces herméticos. Mis últimos collages –y
fotomontajes– a partir del soporte de la fotografía digital y sus recursos de edición
son una fuente de evidencia de ese acontecimiento… Para mí una verdadera revelación.
Tú me preguntas, si yo podría ¿hacer música? No sé. Solo una vez, en la Cooperativa
de los Artistas Plásticos de São Paulo, presenté una ¡performance poética! Fue un
bello evento que me dio mucho placer y la señal de practicar manifestaciones semejantes
adelante. Lo que no me sucede ahora. El deseo está incubado en mi imaginación. Por
otro lado, trabajé como publicista, durante décadas, y produje muchos guiones para
comerciales que se convirtieron en filmes comerciales. Esa instrumentación era accesible,
no obstante, todavía no elaboro nada de ese modo considerando mi imaginario y la
poética.
Retomo
nuestra conversa, te comento un poco sobre mi libro Cometas. Creo que, en esos poemas, transgredí poco. Al contrario de
lo que sucedió y todavía acontece en mis trabajos. En Cometas, los poemas son serenos, sin arrobos o pasiones. Hoy, para mí,
se asemejan a una imagen en cámara lenta. Imágenes suaves que existían dentro de
mí y procuraban ganar vida. Yo misma publiqué los cien ejemplares del libro. Muy
bien realizado con recursos gráficos que yo tenía a mi disposición y el acabado
también artesanal. Era como una tentativa de presentar una bella edición… quizá
es algo que ¡no sobrevive a los 30 días! ¿Cómo te explico? No sé. Esta es la primera
vez que me pongo a analizar mi libro Cometas.
Me parece que la transgresión en mí consistió en colocar un sobre color naranja
que ocupaba las páginas centrales del libro. Dentro de ese sobre hay una foto en
tonos azules que revela un detalle de un desnudo. Como te digo, el libro entero
solo existió y tuvo un sentido que se identificaba con mi mundo mágico, porque dentro
del sobre había un poema visual con la imagen de lo femenino. La adolescente, la
muchacha, la mujer que soy yo en su transgresión plena.
Poemas Plásticos –una planicie
sin dramas en mi obra–. Un momento de belleza intensa porque las palabras fluyen
y afloran los sentimientos y los sonidos de la naturaleza de las cosas. Me parece
que en Poemas Plásticos realicé un matrimonio
alquímico, sin valerme obligatoriamente de la alquimia como sentido implícito. En
esos dos libros, mi desorden tomó una forma sensible, posible, única y desarmada.
Confluyen las imágenes y las palabras. Una revelación.
Meu
mago, meu bruxo de milhões de instantes, meu dia de Ulisses chegando a Ítaca.
Subo as escadas inexistentes do teu olhar mágico.
Quero pronunciar teu nome,
Mas me tapam a boca mil mãos de pais e mães distantes.
Lá no teu quarto de Samurai te vejo sobre o leito desfeito
De braços abertos e sorriso pronunciando meu nome…
Venha e cole teu corpo ao meu Olimpo.
AP | Este fragmento esgrimido de tu poema “Primeiro Mestre – o mago” (Catálogo de la Expo Las llaves del deseo) es muy apropiado para medir tu energía poética y tu brazo broncíneo con tea ardiente en el corazón de la magia, ¿deslumbramiento o posesión hechicera?
LF | Me gustó mucho tu expresión
¡brazo broncíneo! ¡Que bella pregunta!
Hace mucho tiempo percibo la unión total de mi voz poética y audible al acto de
escribir automáticamente. En un cierto sentido, al verter mis poemas, vivo una “experiencia
límite” –como Roland Barthes la describe–.
No
voy a afirmar que es una revelación, más bien creo que es un encantamiento. El acto
poético desencadena un proceso de sucesivos encantamientos. En ese proceso, mi memoria
se abre para las experiencias vividas y para los sueños soñados. No hay puertas,
umbrales o verjas para mi imaginario. Las palabras se sueltan –pero no se marchan–.
A través de las palabras
reflejo mis elecciones y ellas ya no me abandonan. Por el contrario, se refinan
y encanta mi ser –el único ser– capaz de captar y revelar un orden universal paricular.
No creo que sea mediúmnidad o que yo reciba algo que alguien me transmita del más allá, sin mi conocimiento. Por el contrario, pasé a tener pleno dominio de ese estado hasta el momento de concluirlo. Muchas veces creo que es la emoción que se manifiesta en su forma más sublime, bella, tocada por la fuerza del amor. Capaz de “abrigar varias conciencias”. Me encantaría que fuera una posesión hechicera –pero no lo es–. Es, eso sí, un abrazo con la inspiración. Esa fuerza, esa energía que levanta mi brazo de bronce ardiente y lo sumerge en el corazón de la magia, como tú apuntas.
AP | En tu trayecto –fotos, textos, cadáveres exquisitos, complicidades poéticas visuales– has tatuado una impronta de incuestionable coraje y cuantía, sin embargo, creo que es importante destacar tu trabajo dentro de los parámetros del “automatismo”, eso me lleva a preguntarte: ¿Podés contarnos o adelantar como es el libro que trabajás con tu parceiro Floriano Martins?
LF | Me parece haber adelantado,
en la respuesta anterior, un segmento de mi proceso de escritura automática o “automatismo”.
Con certeza, el acto de escribir poemas no es un “monólogo interior”. Más bien es
sumergirse en las aguas más profundas del océano anímico –mi espacio interior–. Esté donde me encuentre.
Fui tatuada al nacer, figuradamente hablando, y seré de ese modo para siempre.
Tengo un canal abierto
con lo desconocido. Con lo prohibido y con la Belleza. Me familiaricé, durante toda
mi vida en viajar del subconsciente al inconsciente y viceversa, sin precisar o
acudir, obligatoriamente, al espiritismo o a los estados alterados de conciencia.
Yo me entrego al delirio con la certeza de conformar una creación en las manos –muchas
veces sorprendente para mí misma–.
Un
juego que practico hasta el día de hoy es el de iniciar un texto o poema con una
palabra y después la asocio a todos los posibles sinónimos. En un momento dado llego
a la paradoja de las imágenes: y entonces me veo en la posición de resolverlo. Para
eso, utilizo un antónimo de la palabra inicial y continúo con el texto o el poema
en el más puro estado lúdico. Ese fue un juego que comencé a hacer desde niña y
que me sirvió más tarde para comprender el momento necesario de concluir un proceso
automático para transformarlo en algo importante.
En
el caso del poema “Primeiro Mestre – o Mago”, tal hecho no ocurrió. El poema me llegó como
la imagen de un recuerdo. La diferencia es que las palabras –cargadas de los significados
que deseé– resultaron una expresión de fuerza ardiente, apasionada. Ese momento
raro de iluminación plena de un instante de mi vida es vislumbrar la eternidad,
sin cualquier sombra de duda. Mis poemas son así.
Con Floriano Martins
rebasamos los límites de nuestros contornos y conquistamos un espacio de pensamiento
y deseo. Comenzamos a escribir poemas sin habernos conocido personalmente. En algún
momento de nuestras correspondencias, el voltaje alquímico fue tan fuerte que dejamos
de ser Floriano y Leila y nos transformamos en un flujo poético al unísono. Unimos
nuestras personalidades trazando una entrañable línea de tensión entre lo erótico
y lo poético, como afirma Floriano en uno de nuestros diálogos, y así criamos y
nos criamos en los poemas.
Nosotros nos superamos
a través de esos poemas y fuimos transgresores de los sentidos y de la conciencia.
Fuimos atemporales y sublimes. Abandonamos nuestros cuerpos y nos manipulamos en
el campo de la alquimia y de la magia. Fuimos delirantes, quiero decir, entramos
en una especie de delirio y nos entregamos al placer de descubrir lo primordial
que nos unió. Navegamos de uno para el otro en versos. Libres y revolucionarios.
Transgresores.
El libro estará configurado de poemas de Floriano Martins, mis poemas y otros en complicidad. Las imágenes plásticas que vengo criando para ese libro acompañarán los poemas de Floriano… y las imágenes plásticas que él creó estarán al lado de mis poemas. También incluiremos los poemas al alimón. Me parece que este desarrollo es una idea linda sobre el automatismo surrealista y la construcción de un “cadáver exquisito”, trabajado por dos poetas que se lanzan en una aventura sin fin por las profundidades de sus existencias y pasiones.
AP | De alguna manera “¡Brasil no conoce a Brasil!” Es una máxima que se balancea en el péndulo y nos transporta a muchos campos: la política, la economía, el arte, el fútbol, los carnavales, el militarismo… en los medios impresos y electrónicos planetarios se argumenta –a favor y en contra– del “Gigante del Sur”. ¿Tu ojeada a la encrucijada brasileña?
LF | El arte es un lenguaje.
Y como tal, posee un enorme vocabulario de poder y de interpretación. Creo que solo
por la consideración de esos dos aspectos somos capaces de descifrar imágenes y
de posicionarnos delante de los diversos campos de actuación de la cultura brasileña.
Podemos comprender como Cultura Brasileña los campos que tú destacaste: política,
economía, fútbol, los carnavales, el militarismo, el arte, entre otros, como ciencia
y tecnologías.
En mi opinión, Brasil vive hoy una crisis de aguda identidad. Y tal hecho se refleja en las Artes –dejaré de lado los demás campos– que pasan a ser un péndulo de conceptos que oscilan entre convenciones y desconstrucciones. En los días actuales, quiérase o no, el artista, el escritor, el poeta, el músico se ven obligados a tomar partido y comprometerse personalmente o en grupos para poder desplazar “el lenguaje de sus centros de poder”.
NOTA
1. Las comillas se refieren a una alerta contenida en
la propia revista A Phala – agosto de
1967.
ALFONSO PEÑA | (Costa Rica, 1950-2022). Fue narrador, ensayista y editor. Autor de libros como Noches de celofán (1996), La novena generación (1991) y Labios pintados de azul (2004). Fundó y dirigió Ediciones Andrómeda y la revista Matérika. Junto a su compañera Amirah Gazel produjo “Las llaves del deseo”, 2016, la primera exposición surrealista internacional realizada en Centroamérica, que reunió 350 obras de 107 artistas representando a 26 países. Alfonso es el homenajeado de esta edición de Agulha Revista de Cultura.
MAX LEIVA (Guatemala, 1966). Es un artista contemporáneo conocido por sus expresivas esculturas figurativas. Estudió durante tres años en la Escuela Nacional de Artes Plásticas Rafael Rodríguez Padilla, y luego se matriculó en la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Ha participado en importantes simposios de escultura en diferentes partes del mundo y con el apoyo de empresas organizó el 1er y 2do Festival Internacional de Escultura “Guatemala Inmortal”. Es participante de exposiciones colectivas y Ferias Internacionales de Arte en Miami, California, Colorado; entre otros. Sus últimas exposiciones individuales, Museo de Arte del Salvador en 2016, “Pernexus” Ciudad de Guatemala en 2018, “Sinopsis” Palm Springs, California en 2019 y “Relieves” en Ciudad de Guatemala en noviembre de 2022. Creador de varios monumentos públicos como el Monumento a Miguel Ángel Asturias en la Avenida Reforma, Ciudad de Guatemala en 1999. De acuerdo con el crítico Noël Coret, Max Leiva nos muestra que la escultura puede fusionar refinamiento y expresividad, fuerza creativa y contraste, elegancia en la forma y la sinceridad de su creador. En cada una de sus piezas plasma una imaginación inquieta, elaborando poemas visuales concebidos para reencantar nuestros sueños, sueños en un mundo donde todo es ternura y voluptuosidad. Max Leiva es nuestro artista invitado para esta edición de Agulha Revista de Cultura.
Agulha Revista de Cultura
Número 235 | agosto de 2023
Artista convidado: Max Leiva (Guatemala, 1966)
editora | ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com
ARC Edições © 2023
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ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com
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