Por eso vengo de tan lejos
a plantarme en tu alfombra
Como gajo henchido.
MARÍA
CALCAÑO
Como
nunca antes se vio en nuestra literatura tal desparpajo. Y nos atrevemos a decir,
que vocalmente como sonoramente, tampoco se vio con este talante a vuelo rasante,
una poesía tan del decir de una mujer en las letras venezolanos y del continente.
Tal vez ese plantarse es ser considerada no sólo una compañía, ama de casa, madre:
sino también la agitada carne que demanda, precisa caricias, besos.
La Venezuela en la que María Calcaño
escribió, enmarcada todavía en las convenciones mantuanas, mas en la Maracaibo de
la autora, no tendía una alfombra para pasar suavemente de lo hogareño a lo literario.
Sin embargo, esta hermosísima mujer, dada en matrimonio a los 14 años, publica su
primer libro en 1935. “Alas fatales” y lo hace en Chile. Sabemos que la sociedad
chilena también es altamente clasista tanto que convencional. Este libro es criticado,
señalado, anatematizado. ¿Pero qué tiene para que suceda tal cosa? Después de todo
son palabras. Claro, son dichas por una mujer, una mujer palpitante y deseosa. Tendríamos
que referirnos a qué es el “deseo”. Deseo es lo que te hace falta, lo que te ayuda,
lo que necesitas. Ya había quedado atrás el modernismo, había todavía vestigios
de romanticismo y de realismo. Ahora claro, venían también los cambios estéticos
liderados por Europa. La autora lo que dice pertenece evidentemente, por como lo
dice a esa vanguardia.
Al leer la poesía de María Calcaño, pareciera
como es el común catalogar su belleza sumada a lo frívolo, mas ese bello ser, se
sabe, y sin pretensiones pregunta:
Cómo van a verme
buena
si me truena
la vida en las
venas. (“Grito
indomable”)
Deseo nombrado, en búsqueda de que sea
resarcido. Un esposo bebedor, seis hijos.
Una atadura que seguramente no pidió, pero le pasó. El juego de ser un ente femenino,
es tentador tanto que exigente, que pide ser bebido sin saciarse.
¡Si toda canción
Se me enreda
como una llamarada!
Y vengo sin
Dios
Y sin miedo…
Aún en la actualidad volteamos o nos
detenemos en quien hable o escriba así. En Calcaño, las letras venezolanas hacen
un hito. Ya lo había hecho en Uruguay Delmira Agostini. [1] Claro, si echamos un vistazo a lo escrito por Safo, no hay evidentemente
parangón, pero es un salto cuántico en Venezuela. “Y sin miedo”. Y es que la mujer
en un porcentaje grande del globo terráqueo siempre ha tenido miedo. Es que nuestra
isla en el conjuro de lo que es una mujer está representada en nuestra poetisa.
Habría que aludir en que pensó, cómo se sintió. Cuánta gente se alejó; sintiendo
las dos penas por ella. La escritora sin miedo cabalga, cual reina de espadas, no
juega o su juego es otro.
Y ahora que
nada me dices…
Habla de cosas
buenas,
Alegres, de
mentira.
Bésame intensamente…
Una pedimenta sencilla, que requiere
ser requerida. Hay una sed inmensa en esta mujer que es la efigie multiplicada de
miles antes que ella y después de ella. Un desdibujo de la persona, de un ser humano
que es una individualidad, una mirada, una captación distinta. Una mujer, no una
hembra. La posibilidad de expresarse la esgrime nuestra escritora a sabiendas de
un riesgo, de la exposición, no de cualquiera exposición sino de una que garantiza
o no su buen vivir, corrige: su vida. Ser un adorno de la casa es la visión que
una familia latinoamericana de entonces esculpía en el destino de sus hijas, casándolas
sin su consentimiento. Seguramente eso fue lo que le aconteció a Calcaño. Cuando
un ser humano no puede elegir, está en prisión. Un escritor obligado a casar, tendrá
sus escapatorias o hasta venganzas. Una mujer de entonces, no. Es tanto el dejar
de ser propiedad de mamá o papá para ser posesión del esposo. Eres fulana “de” tal.
En las culturas anglo pierdes tu apellido por el de él. ¿Era María Calcaño una esclava
bramante?
Mujer de hace poco, era un objeto. Al
escribirlo no estamos descubriendo el agua tibia, pero es que el agua aún sigue
quemando. Al escribir estas líneas los objetos siguen siendo mayormente femeninos,
con otro cristal para ser vistos. Digo, los objetos apetecibles, deseables, para
ser de satisfacción sexual, sirvientas quiero decir “ esposas”. Ante esto escribimos,
la vida sigue. Ah…pero leemos:
… ¡Si tengo
sangre insubordinada!
Y no puedo mostrarme
Dócil como una
criada,
Mientras tenga
Un recuerdo
de horizonte,
Un retazo de
cielo
Y una cresta
de monte!
Esos versos son de “Grito indomable”.
La docilidad, es ceder. No podemos por más que queramos deslindar a la mujer Calcaño
de sus letras. Es que ella está cosida a ellas. Hay otres autores que pueden ser
leídos, de hecho lo son, sin tener nada que ver con su sexo o circunstancia, pero
este no es el caso de María Calcaño. Tampoco se trata de psicoanalizarla, pero sus
letras son la voz de un pensamiento sin adornos o elipsis del lenguaje. Supongamos
que no sabemos nada de los tipos de personalidad o mentes, porque ya se sabe que
tenemos varias mentes. Nos llega a las manos un grupo de poemas, un libro o más
con
por eso vengo…a
sentirme los ojos dolorosos
Cuando me suba
el oleaje
De tus brazos
crespos.
El aire se hastía
Los deseos me
apresan…
…regreso fruta
de buen otoño
Voy minuciosa
por el sendero:
En cada hombre
veo un amante…
Lo pensado se hace carne, se manifiesta
como bien saben quienes ven algo más allá de lo físico. Calcaño vibra, late sexualmente,
es un erotismo el suyo que profesa en lo que escribe, mas no importa si no es una
sublimación. En un supuesto que fuese su frecuencia amatoria muy alta, el decir
de su poesía es contado en una economía justa de metáforas, sin demasiados adjetivos,
sin ocultar el juego, y por supuesto no hay espacio para lo burdo ni vulgar. La
maestría de la escritora está justamente allí. Además, es una seductora nata. Según
lo cita también Bravo en una carta a Jacinto Fombona Pachano: ¿Por qué cuando estoy escuchándolo a usted y
no se me quita de las piernas, [2] me restriega, y me hace cosquillas, y me pone
en un estado diabólico, algo juguetona, para usted, mi querido amiguito? Nuestra
poetisa pone a dormir un pequeño gatito entre sus senos. “Él no sabe nada. Es inocente. Si llegara a saber dónde se acuesta”.
Leerla es una invitación a revisar cuánto y cuánto en lo que se ha escrito acerca
de lo femenino es tan cercano, y sin embargo muy poco planteado. Y hay que sumarle
que hablar de sí misma es toda una paradoja, un vórtice. El encanto en la poesía
de María Calcaño es justamente ver caer la majestuosa cascada siendo su boca, su
piel, su mente la que vemos sin que nos envenene, pero si nos pique. No siente prurito,
no hay pena. Es su ser, sus letras. No se preocupó en forjar una imagen de escritora,
del tono de la escritora que no se ve reflejada necesariamente en sus escritos,
lo cual es casi siempre así, por lo menos en lo personal. La autora es y está en
sus versos.
…Luego mi hombre
cuando me toca,
Me encuentra
extraña para su boca.
Me apura íntegra
como a un panal.
Y toda en sueños,
fragante y nueva,
Así me dice
con dulce enredo:
¡Este inquietante
sabor que tienes!
Como en mi vida
Nunca he llevado
piedras preciosas.
Tiemblo de gozo
Cuando me tiendo…
Entra en el
cuarto,
En bocanadas
de luz el cielo
Y en mi cuerpo,
clave de ensueño,
Se abren las
alas de las estrellas
Como luciérnagas
maravillosas.
(De “Piedras preciosas”)
Unión de lo metafísico y lo corporal,
creando un elixir suave, con un dejo penetrante y afrutado, mas con la advertencia
de que varias copas del mismo te embriagarán para sumarte a quienes suspiran leyendo
estos versos que en su momento fueron censurados por la temerosidad de los que fingen.
NOTAS
1.
Bravo, M. Obra Poética completa de María Calcaño. Monte Avila Editores. 2008.
2. Fombona le trajo entre otras cosas un gatico.
MARIOZZI CARMONA MACHADO (Venezuela, 1963). Dramaturga, ensayista, escritora, locutora y directora del Teatro de Cámara Contemporáneo de Maracay. Ha estudiado medicina en la Universidad de Carabobo, canto y solfeo en el Conservatorio de Música del Estado Aragua y Artes Escénicas en la Universidad Central de Venezuela. Se desempeñó como articulista por muchos años en el análisis de teatro, danza, ballet y ópera para diversos diarios regionales. Ha obtenido diversos premios en poesía, narrativa y dramaturgia. Su obra Mujermente Hablando se publicó el año 2000 en la Ciudad de México. Cabe mencionar que en el país azteca estuvo en repertorio de la Compañía Luna y Señas dirigida por Daniela Esquivel y luego por Domingo Ferrandis por doce años. En marzo de 2017 su ensayo “Zamora, alma en vuelo perenne” gana el Premio Único de la Bienal del Centro Nacional de Historia de Venezuela. Desde Octubre 2018 forma parte del Proyecto Maracay-New York en el cual se lee su obra Mujermente Hablando y a su vez Carmona hace la lectura escenificada de Yoleros, la pieza del dramaturgo dominicano residenciando en la ciudad estadounidense Alex Vásquez Escaño. Luego Mujermente Hablando es dirigida por el reconocido director peruano Walter Ventosilla, enmaracada en el mencionado proyecto se estrena con tres funciones los días 10,11 y 12 de enero. El Teatro Círculo de Nueva York la becó para realizar el taller “La necesidad de escribir teatro” de marzo 6 a 22 de mayo 2021 modalidad online y cuya temática explora los temas de justicia social. En 2022, su obra Respuesta obtiene una mención de Honor, en el Concurso de Dramaturgia femenina Lina López de Aramburú, Venezuela.
VERÓNICA CABANILLAS SAMANIEGO (Perú, 1981), es poeta y artista visual. Ha expuesto individualmente en Lima y colectivamente en Europa y Latinoamérica: El surrealismo hoy, homenaje a Eugenio Granell, Museo Eugenio Granell, Santiago de Compostela, España (2012), El asombro del colmillo, Le Petit Canibaal, Valencia (2014); Ludwig Zeller, componiendo la ilusión, Galería Taller de Rokha, Santiago de Chile (2017); Cien años de Surrealismo, Centro Cultural Espacio Matta, Santiago de Chile (2019-2020), International exhibition of surrealism, Galería Kudak, El Cairo-Egipto (2022), Eco del surrealismo contemporáneo, Instituto francés de Alexandria, Egipto (2022). Verónica es la artista invitada de este número de Agulha Revista de Cultura.
Agulha Revista de Cultura
Número 238 | setembro de 2023
Artista convidada: Verónica Cabanillas Samaniego (Perú, 1981)
editora | ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com
ARC Edições © 2023
∞ contatos
https://www.instagram.com/agulharevistadecultura/
http://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/
ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com
Nenhum comentário:
Postar um comentário