Esta conversación fue publicada originalmente en
la revista Altazor (Chile).
Inmediatamente después de su publicación, me escribió mi amiga María Helena
Giraldo González (Colombia, 1959), con un comentario muy interesante,
destacando pasajes de la entrevista. Luego le pedí que ampliara el texto porque
me interesaría mucho incluirlo en nuestra edición de Agulha Revista de Cultura. Aprovecho también el momento para
incluir nuevos poemas de Ernestina Elorriaga.
FM | Tina, ¿qué pasa con la vida mientras estás creando?
EE | La vida es creación. Estar vivo, respirar, sentir, emocionarse,
permitirnos andar el día con ojos de asombro es andar en estado de creación.
Pensar en lo que estoy escribiendo, oír música,
salir a saludar las plantas, elegir qué libro he de leer en el transporte
público, eso pasa con mi vida (la vida) porque mientras todo eso pasa me
alimento de lo que nutre lo que escribo.
¡La vida está ahí, besándome la boca!
FM | Hay un poema tuyo en que leemos que ser otro es una ardua tarea. Por
supuesto que hablas más allá de la alteridad que implica la creación. Es como
aceptar el imperativo de la presencia múltiple de personajes que nos llegan
como la prueba de que la vida es un sendero sin fin. Con eso, tu poética se
acerca más del drama que del mundo lírico. Pero, ¿desde cuándo? ¿Y cómo la
realidad te enseña sus mecanismos necesarios para convertir ese doble trueco de
videncias & evidencias que encontramos en tus poemas
EE
|
Mi madre repetía esa frase, en una cantinela que me molestaba cuando era
adolescente, pero que implicaba estar atento a no hacer al otro aquello que no
nos agrada nos hagan a nosotros, un ejercicio de tolerancia y paciencia,
no es fácil ser otro.
De las relaciones humanas más complejas, es la relación madre/hija.
El poemario es un intento de reconstrucción de esa casa inexistente,
porque una casa habitada por el miedo no es una casa, en el sentido de hogar,
de lar.
Hay en esa casa batallas no resueltas, la madre peleando con el tizón de
la noche, la madre peleando con un río embravecido. Hay el deseo de
reconstrucción con el otro/la otra, no hay idea de demolición. La vida es con
el otro/la otra la vida, siempre.
FM
|
La morada de un creador es el lenguaje, pero me parece que desde el punto en
que este lenguaje sea fruto de su respiro, de su percepción de los peligros y
el voltaje de su presencia en el mundo. Me gustaría recordar una observación de
Berta Lucía Estrada en un comentario sobre tu libro El miedo de una casa
inexistente (2019): En el mundo e la infamia, donde los exilados no vuelven, o
donde los inmigrantes mueren en las costas de Occidente, no hay libre albedrío.
La tragedia no da respiro, repite una y otra vez los pasos del delirio. Por eso
es una casa inexistente, una casa de humo, una casa de niebla, una casa de
tinieblas, de frío y de desamparo. El pasado es un eterno presente y el futuro
ya se ha vivido desde los tiempos más antiguos. ¿Podrías hablar un
poco del nacimiento del tema de este poemario?
EE | La Casa inexistente es
la experiencia de la orfandad, pero orfandad no de abandono, sino de entrega
sin fin. Una orfandad no enclavada, sino transcurrida. El haberse abierto paso
por la ausencia, hasta el encuentro de todo lo ausente, de haber sido todos los
nombres hasta no tener nombre.
O a la inversa de no tener nombre a tenerlo.
Es huérfana una madre cuando se extravía a los ojos del hijo si
no estoy a tu lado y me salvo contigo.
Nombres extraviados, nombres en los días por venir. Un camino de
regreso, de principio a fin, siempre iluminado, eternamente temido, conjurado.
FM | Por
supuesto que en tu libro la grandeza poética no se deja dominar por los lugares
comunes del nacionalismo y lo que Octavio Paz llamaba de su desmesura
retórica. De todos modos, me gustaría saber lo que piensas de las
relaciones entre la estética y las recetas morales. ¿Cuál sería, después
de todo, la moral del poeta?
EE | No hay
moral del poeta. No debe existir un corsé que apretuje la libertad de la
palabra en el universo del lenguaje, estaríamos en riesgo. La poesía, con más
razón lo estaría si la palabra es amordazada.
Creo que en la poesía debe
prevalecer la ética de la subversión, debe ser inconforme, disidente, lo que
significa que no debe haber en ella sombra alguna de propaganda
política, no se debe confundir la estética con la denuncia social. La ética de
la poesía y del poeta es la de no ser fieles a la moda, debe creer
y crecer en sus posibilidades estéticas etc. etc.
FM | ¿Hay un
tiempo que crees que es el destino del poeta, en el sentido de que su vida es
la dinámica obsesiva de ir o regresar a ese tiempo imaginario y deseante?
EE | No lo he
pensado, pero creo que la poesía me acecha, me desafía, intento llegar a una
escritura que siempre me es inalcanzable o al menos no me deja conforme y
eso implica el regreso y otra vez la búsqueda.
EE
| En
tercera persona. Tina no tiene trucos imprescindibles a la hora de nombrar su
experiencia poética. Su yo lírico es un sujeto desnudo ora es una niña que
busca el sitio donde el cielo copula con la tierra o es un niño que brota de un
corazón llevando una piedra caliente o es quien arroja preguntas como dardos a
la lengua de su padre. Su yo lírico no se agazapa detrás de grandes nombres más
bien es un sujeto frágil frente a la inmensidad, atiborrado de preguntas.
FM
| Si
cambiamos el concepto de símbolo, y jugamos con las nuevas perspectivas que
sugiere este cambio, podemos encontrar auténticas perlas. Pienso, por ejemplo,
en confundir intencionadamente polvo
y poesía. Esta última se convertiría
en una fuerza creativa respecto al semen. Ahora bien, esto es lo que también
significa poesía. Pensemos entonces en pasar a la pobreza, que se conoce como símbolo del desprendimiento del
espíritu en la búsqueda ascética. Pero esto es también lo que representa la
poesía. ¿Podemos entonces concebir la poesía como la suma de todos los
símbolos?
EE
| La
poesía es suma y es eternidad. Ella está en todas partes, lo que no hay o no
alcanza son sus traductores, sujetos que logren concatenar gran parte de su
universo simbólico y condensarlo en una obra, tarea que ha sido realizada por
aquellos a los que consideramos los grandes maestros como Lorca, Vallejo,
Hernández, tarea que nos quita el sueño a todos quienes andamos por sus aguas. La
poesía seguirá su camino más allá de la finitud humana.
FM
| En
medio de tantos viajes, tu equipaje siempre lleno de cosas nuevas y sensaciones
de mundos tocados por primera vez, ¿bajo qué circunstancias creas? Pregunto por
ese momento en que nos sentamos a escribir un poema, un libro.
EE
| Las
circunstancias son diversas. La escritura viene o no viene por un viaje. Pero
hay un viaje, un viaje interior, una piedra lanzada, demorada en el aire y mi
cuerpo lenguaje traduciendo, haciéndome saber que todo es posible entre el
nacer y el morir, que todo es desconocimiento y que la escritura de poesía es
el intento por develar aquello que no se habla, pero necesita decirse, volverse
palabra, en fin, traducirse.
FM
| La
pregunta fatal: ¿qué ha estado haciendo Tina últimamente?: planes de vida,
cartas del tiempo, el juego de ir y venir a través de las líneas trenzadas del
horizonte…
EE
| No
sé si estoy haciendo, o estoy siendo hecha. Los mandatos laborales consumen
gran parte de mis días pero allí peleando con la adversidad, escribo, corrijo,
leo mucho, leo mis textos en vos alta, me escucho y me digo que soy feliz, que
la poesía es lo mejor que me pasó. Cuidó
de mi adolescencia, fue mi refugio y ahora en esta edad madura me sigue cuidando,
me ofrenda su misterio y a ella me entrego.
FM
| ¿Olvidamos
algo?
EE
| Floriano,
mucho agradezco este espacio de pensar y pensarme, con y desde la poesía. También
quiero celebrar todo lo que haces en torno a ella, la poesía ha de estar muy
agradecida… ¿O no?
Y
NADA PUDO HACER
Le supliqué a la
virgencita de Itatí
y nada pudo hacer
le rogué al
Gauchito Gil
y nada pudo hacer
até el pañuelito
por sus puntas
e imploré
Santo Pilatos la
cola te ato
si
no se va no te desato
el vientre crecía
a pesar de mis ruegos
entonces fui por
dios
pero los hombres
habían vendado sus
ojos.
POEMA
SIN TESTIGOS
¿Alguien ignora
que en la ciénaga no crecen los lirios?
¿Qué quedará de mí?
si la zozobra abre
sus estrías
en lo hondo de mi
cuerpo
¿Quién cuidara mi
costado?
ser la niña que
ensucia la palabra
niña sin infancia
a la que el olvido
negará sus ojos
cómo recorrer mi
nombre
andar por sus
cantos
si la puntilla de
sus letras ha sido mancillada
¿Cómo decir
con el terror
demorado en la lengua?
MAL
SUEÑO
Aquello es un mal
sueño
una pesadilla con
bestias que retornan
me aferro como
puedo
a la fragilidad de
mi carne
apenas un temblor
cortando el frío
¿Quién lo decidió?
rota mi voz
me expulsan del
nido
¿Quién enunciará
entonces la palabra?
¿Quién denunciará
a la bestia?
¿A qué fosa
arrojarán su crimen?
¿Por qué ocultan
el nombre de la bestia?
¿Por qué?
MARIA HELENA GIRALDO
GONZÁLEZ | La
poética de Tina Elorriaga, un río que atraviesa la pampa
El poeta con su escritura intenta asir la vida misma, relámpago lleno de contrastes. Tina Elorriaga en la entrevista que le hizo Floriano Martins en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia 2022, dice: “La vida es creación. Estar vivo, emocionarse, permitirnos andar el día con ojos de asombro, andar en estado de creación”.
Andar el día con ojos de asombro, andar en estado de creación, es ir en
contravía con el objetivo del capitalismo “que todo marche bien”, siendo la
creación nada rentable, y el poeta y el arte en general, indeseables en esta
sociedad postmoderna hecha de prisas y resultados inmediatos.
Andar el día con ojos de asombro, algo tan ajeno al capitalismo que, aliado
con el estamento económico y político, induce a los individuos a trabajar más,
y gastar en diversiones que el mismo promociona.
El poeta con su creación ilumina la oscuridad de su vientre lleno de
vocablos inéditos. Busca vaciarse de los significantes amo del lenguaje y del
medio social, ¿qué tienen estos significantes?, nos llevan a lo más mortífero
de nosotros mismos, hasta conducirnos a la guerra, a las fraternidades y al
amor, no posibles, en tiempos de paz, a las luchas religiosas, a la absurda
cotidianidad con su ética de los bienes, haciéndonos gravitar como zombis
alrededor de los objetos de consumo, y las premisas capitalistas.
Premisas que homogenizan el sentir, pensar y actuar en torno al mercado,
indicativo de que vivimos en la ciudad de los discursos, siendo el del amo
moderno, el capitalismo, alineado con el discurso de la ciencia y el
universitario, cuya política, nos dirá
Sidi Askofaré en Clínica de sujeto y del lazo social 2012, “dominar,
someter y controlar las relaciones del lazo social sobre un fondo de
“forclusión del sujeto del inconsciente,”, lo que significa estar en el ámbito
de las identificaciones, idealizaciones e ideologías propias de la psicología
de masas, de la verdad enlazada al poder; también del saber, desde el sujeto
cartesiano: “Pienso, luego soy”.
Lacan subvierte lo dicho por Descartes: “Donde pienso no soy”. Podemos
decir que somos sujetos del conocimiento y sujetos del inconsciente, sujetos
divididos entre saber y verdad.
Sin embargo, un poeta poseído por el asombro, con huesos y carne
atravesados por lo indomable de su ser, su obra y estilo, no van desligados de
su decir e historia; la fealdad o belleza que retratan es un saber hacer con la
palabra, con los recursos del lenguaje, para nombrar de otra manera su propio
infierno, lo innombrable de sí y de los lectores que se ven así mismos
reflejados en la obra.
El artista nos permite constatar que no hay verdades absolutas, que el no
todo es la esencia de lo humano, su obra misma lo evidencia. No todo puede ser
dicho. Hunde su ser en coordinadas no
conocidas, palpando el respirar del mundo. Ajeno a la moral en su proceso de
escritura, en su fluir de río. No está amarrado a los dichos propios del
lenguaje, padre de todos los nacimientos, la humanización, al mismo tiempo nos
ata a los discursos, exclusiones, y racismos.
La creación, como dice Tina Elorriaga en la entrevista, “es un acto ético
no moral”. En este sentido, la creación además de ser un acto ético es
político, en tanto el poeta no abandona lo que lo desgarra por dentro, no lo
abandona hasta sacarlo a la luz, no retrocede hasta amasar ese imposible de su
decir, apenas balbucea lo que alimenta a su corazón herido, y las palabras no
alcanzan a nombrar. Más él persiste en el texto, aunque lo angustie, lanza la
casa íntima al vacío, en el silencio de la noche o en la algarabía del día.
La misma Tina nos lo deja sentir cuando plantea: “no debe existir un corsé
que apretuje la libertad de la palabra”. Igualmente, su persistencia: “intento
llegar a una escritura que siempre me es inalcanzable o al menos no me deja
conforme y eso implica el regreso y otra vez la búsqueda”. Esto denota su
posición ética y política en la búsqueda de lo que siempre se escapa, pero ella
no renuncia, retorna, una y otra vez, a la palaba que se desliza por su cuerpo
y se hace canto. También su poética está
en el reino de la estética, llena de imágenes de esa percepción de mundo que la
acompaña, de la miseria humana que hiere sus ojos y su corazón, más nada tiene
que ver su obra con el panfleto, o las arengas políticas.
Su estilo lo ha ido forjando el tiempo, las lecturas, los poetas amados, es lo que nos muestra Tina Elorriaga en la bella entrevista que nos trae Floriano Martins. Hasta sus respuestas tienen la fluidez y la espontaneidad de los espíritus libres, toda ella es río que atraviesa la pampa.
FLORIANO MARTINS (Brasil, 1957). Poeta, editor, dramaturgo, ensayista, artista visual y traductor. En 1999 creó Agulha Revista de Cultura. Coordinó (2005-2010) la colección “Ponte Velha” de autores portugueses en Escritos Editora (São Paulo). Curador del proyecto “Atlas Lírico de Hispanoamérica”, de la revista Acrobata. Estuvo presente en festivales de poesía realizados en países como Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Ecuador, España, México, Nicaragua, Panamá, Portugal y Venezuela. Curador de la Bienal Internacional del Libro de Ceará (Brasil, 2008), y miembro del jurado del Premio Casa das Américas (Cuba, 2009), fue profesor invitado en la Universidad de Cincinnati (Ohio, Estados Unidos, 2010). Traductor de libros de César Moro, Federico García Lorca, Guillermo Cabrera Infante, Vicente Huidobro, Hans Arp, Juan Calzadilla, Enrique Molina, Jorge Luis Borges, Aldo Pellegrini y Pablo Antonio Cuadra. Creador y miembro de la Red de Aproximaciones Líricas. Entre sus libros más recientes se encuentran Un poco más de surrealismo no hará ningún daño a la realidad (ensayo, México, 2015), O iluminismo é uma baleia (teatro, Brasil, en colaboración con Zuca Sardan, 2016), Antes que a árvore se feche (poesía completa, Brasil, 2020), Naufragios del tiempo (novela, con Berta Lucía Estrada, 2020), Las mujeres desaparecidas (poesía, Chile, 2022) y Sombras no jardim (prosa poética, Brasil, 2023).
MARIA HELENA GIRALDO GONZÁLEZ (Colombia, 1959). Poeta, ensayista, narradora. Administradora Educativa, Psicóloga social, especialista en Psicología clínica con énfasis en salud mental, asociada del Foro Lacaniano de Psicoanálisis de Medellín. Primera mención Concurso Nacional de poesía Porfirio Barba Jacob de Envigado y en el Concurso Nacional de Asmedas. Premio José Asunción Silva 2019. Publicaciones en la revista Ciudad, meFisto, Universidad de Medellín. Periódicos: Confabulación, revista Virtual Latinoamericana La Otra, Revista Raíz Invertida, Revista Innombrable, en la Revista Ciudad varios ensayos publicados. Revista Vericuetos, Francia. Revista chilena, Mal de ojo. En la revista peruana La manzana Mordida, Revista Extramuro de Uruguay, Proyecto Atlas Lírico de Hispanoamérica. Libros publicados: Lobos incendiarios (2007), La ciudad de tus ojos (2012), Otro nombre el viento (2018).
ROBERT EDMOND JONES (Estados Unidos, 1887-1954). Cenógrafo, iluminador e figurinista, conhecido por incorporar a nova encenação ao drama americano, este notável criador buscou sempre integrar elementos cênicos à narrativa, em vez de mantê-los separados e indiferentes da ação da peça. Seu estilo visual, muitas vezes referido como realismo simplificado, combinava o uso ousado e vívido de cores e iluminação simples, mas dramática. Seus projetos inovadores para a American Opera Company de Vladimir Rosing em 1927 e 1928 foram elogiados pela crítica. Jones também trouxe seu estilo expressionista para muitas produções realizadas pelo Theatre Guild, com designs inovadores para The Philadelphia Story (1937), Othello (1943) e The Iceman Cometh (1946). O maior sucesso comercial de Jones foi com The Green Pastures (1930), que, se incluirmos seu renascimento em 1951, teve um total de 1.642 apresentações. Seu livro The Dramatic Imagination é considerado a obra definitiva sobre a cenografia moderna da primeira metade do século XX. Robert Edmond Jones é o artista convidado da presente edição da Agulha Revista de Cultura.
Agulha Revista de Cultura
Número 247 | janeiro de 2024
Artista convidado: Robert Edmond Jones (Estados Unidos, 1887-1954)
editora | ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com
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