segunda-feira, 15 de janeiro de 2024

FLORIANO MARTINS | La ilusión transitoria de los espacios – Una conversación con Carolina Zamudio

 


Este es un diálogo que busca provocar las reflexiones de la poeta Carolina Zamudio sobre el mundo que habita, como creadora, ciudadana insólita, lectora, productora cultural, persona llena de lo que podría llamarse una intensidad de vivir, una mujer consciente de su representación social, que quizás se centra más en la política del momento que en su versión opuesta y contradictoria, el momento de la política, aunque éste sea el gran subterfugio de nuestra época. Carolina desarrolló un proyecto cultural integral en Uruguay, donde reside desde hace 7 años, la creación de una fundación impulsada por lo que ella misma define como la intención de comprometerse con la producción literaria como vehículo de desarrollo cultural en el territorio del Río de la Plata y [que] tiene como finalidad primordial facilitar la escritura, la investigación y la concreción de proyectos de escritores de todo el mundo, sobre todo uruguayos y argentinos. Para los lectores de Agulha Revista de Cultura tenemos ahora una reveladora mesa de conversación, donde la entrevistada puede introducirnos en su mundo, tanto el de la creación poética como el de la producción cultural.

Carolina Zamudio (Argentina, 1973). Poeta, periodista y ensayista. Es una de las referentes de la poesía argentina de su generación en el mundo. Creadora y Directora de la Fundación Cultural Esteros (www.esteros.org), de la Revista Literaria y el Encuentro de Poesía del mismo nombre. Periodista por la Universidad Católica Argentina y Magister en Comunicación Institucional y Asuntos Públicos por la Universidad Argentina de la Empresa. Premio Universitarios Siglo XXI del Diario La Nación, Corona al Poeta en el Eiseddfod del Chubut y Senado de la Nación. Publicó: Seguir al viento, Ediciones Último Reino, 2013 (Argentina); La oscuridad de lo que brilla, edición bilingüe español/inglés, Artepoética press, 2015 (Estados Unidos) y Confluencia, 2023 (Bolivia); Doble fondo XII, Musgonia Colección, 2016 (Colombia); Rituales del azar, edición bilingüe español/francés, Éditions Villa-Cisneros, 2017 (Francia); Teoría sobre la belleza, Imaginante, 2017 (Argentina); La timidez de los árboles, Hilo de Plata Editores, 2018 (Colombia) y Yaugurú, 2022 (Uruguay); El propio río, Colección Lima Lee, 2020 (Perú) y El Ángel Editor, 2022 (Ecuador), Vértice, Raffaelli Editore, 2020, edición bilingüe español/italiano (Italia) y Las certezas son del sol, Valparaíso Ediciones, 2021 (España). Ha asistido a eventos literarios en Colombia, Estados Unidos, Perú, Cuba, España, Ecuador, Bolivia, Argentina, Francia y Marruecos, entre otros. Colabora como periodista y ensayista para diversos medios. Vivió y trabajó en Emiratos Árabes Unidos, Suiza, Colombia y Uruguay, donde reside en la actualidad.

 

FM | Desde la creación de la Fundación Esteros hasta la actualidad, ¿ha habido algo que haya cambiado significativamente en tu idea de crearla? Pienso tanto en los planes iniciales que no funcionaron como en la perspectiva de nuevos logros.

 

CZ | Leyendo la introducción al diálogo más esta pregunta, me veo tentada a responder que sí y que no al mismo tiempo. A pesar de que algunos de los planes primigenios no se hayan podido concretar al momento, creo que la génesis y objetivos globales del proyecto siguen intactos y, fundamentalmente, que fuimos adaptándonos y reconvirtiéndonos conforme el paso del tiempo, de acuerdo a las posibilidades y oportunidades del momento y del entorno. Y no me sorprende porque es algo inherente a mi personalidad e historia de vida, que de alguna forma debe haber ido permeando en el proyecto personal y el del equipo de Esteros. Por otra parte, también descubrí que es una condición esencial para la supervivencia de los proyectos culturales, al menos gestionados desde este sur del mundo.   

 

FM | En 2023 se llevó a cabo la 4ta edición del “Encuentro Esteros”, siempre con una rica programación. ¿Cómo satisfacen el público y la prensa tus expectativas? Las lecturas de poemas se repiten en Hispanoamérica desde los años 60, cuando los directores de las revistas El cuerno emplumado (México) y Eco Contemporáneo (Argentina) se unieron y diseñaron este modelo de expresión artística. Desde entonces, ¿qué ha cambiado en tal situación? ¿Qué hay de nuevo en eventos similares actuales, incluido el que diriges?

 

CZ | Efectivamente se realizó la cuarta edición del Encuentro Esteros, que se llevó a cabo en la Feria Internacional del Libro de Montevideo con el apoyo de la Cámara Uruguaya del Libro y otras instituciones. Se realiza en la feria y otras locaciones, como la Fundación Benedetti y el flamante Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry. Tanto la presencia de público, como la respuesta de la prensa fueron muy satisfactorias. Tengo la sensación de que el hecho que Uruguay sea un país pequeño, pero con una altísima calidad y sensibilidad poética lo convierten en un caso muy interesante para la realización de este tipo de eventos poéticos a los que los poetas vienen con muchas ansias y, mejor aún, regresan conformes a sus países. Se trata de un encuentro también pequeño (ese el espíritu que queremos mantener), pero en el que confluyen poetas de quince países, más un número mayor de creadores locales. La variada y nutrida calidad de los poetas posibilita que un público competente, que asiste voluntariamente, acompañe siempre y disfrute. Sumado a eso, la prensa que entiende del esfuerzo detrás de la iniciativa y celebra la llegada de escritores de diferentes nacionalidades que se reúnen cinco días para sumar sus registros y brindar su talento. Hemos tenido presencia en radio, prensa gráfica y TV, más medios digitales, locales e internacionales. Respecto de las características de época, creo que el gran diferencial, en el caso del Encuentro Esteros, es la posibilidad de realizar un encuentro de poetas integramente presencial que se transmite virtualmente a todo el mundo le da un alcance inusitado y muy valioso.

 


FM
| ¿Qué tan efectiva ha sido la “Colección Flor del Espinillo”? Tras la publicación de los primeros 20 títulos en 2020, la colección parece haber dejado de existir. ¿Hay alguna planificación para su regreso?

 

CZ | La “Colección Flor del Espinillo” reunió, en libros dobles, a cuarenta poetas del mundo en 2020 y a un número mayor aún en 2021 cuando los encuentros, por motivos obvios, fueron virtuales, aunque no por eso menos profesionales y ricos. Los libros, además de haber sido impresos, se encuentran en formato digital. En los años subsiguientes la afortunada posibilidad de que se pudieran realizar de forma presencial desviaron los esfuerzos logísticos y económicos a otro tipo de necesidades. Ninguna puerta está cerrada y ojalá la flexibilidad, la fuerza de trabajo y la creatividad nos permita continuarlos en próximas ediciones. Los proyectos, como la vida misma, creo, querido Floriano, son una suerte de conjunción de azar y buenas voluntades, garra y trabajo. La magia también hace sus maravillas. Que esta pregunta tuya oficie sus sortilegios en todas direcciones.

 

FM | En 2019 apareció la revista Esteros, en su primer editorial preguntaba por los motivos de crear una revista de literatura. En este texto presentas el espíritu de la publicación, cuando observas: Esteros es una revista de divulgación, investigación, estudio y compendio –acotado, pero ilimitado– de las letras todas, de todas las formas posibles también de abarcarla. Sin más pretensiones, ni menos, que incluir las mayores manifestaciones posibles de esta disciplina que nos apasiona, desde los clásicos hasta los escritores contemporáneos encumbrados, desde los que salen a la literatura justo ahora o, visto de otro modo, entran al universo más íntimo de las letras a compartir su obra en ciernes. Surgen muchas preguntas y curiosidades, desde el apoyo financiero del proyecto hasta su inserción en el panorama tanto uruguayo como continental en materia de proyectos similares. Este aspecto, en particular, es algo que siempre nos ha preocupado mucho en Agulha Revista de Cultura: ¿cómo establecer relaciones de complicidad efectiva con periódicos de otros países? Me gustaría saber tu opinión sobre cada uno de estos detalles.

 

CZ | La Revista Esteros, uno de los proyectos insignia de la Fundación Cultural Esteros, es una acción autogestionada que no recibe apoyo económico alguno al momento. No obstante, la Fundación recibió la categoria de Fondos de Incentivo Cultural otorgada por el Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay. Desde Esteros estamos muy en línea con Aghula, dado lo cual hemos realizado alianzas de cooperación para la realización de eventos y otras aventuras con instituciones culturales de México, Colombia, Argentina, Ecuador y Brasil, entre otros países. Nada más fructífero que esas colaboraciones en circunstancias en las que el apoyo de los privados, por caso, es muy difícil de obtener.

 

FM | ¿Cómo se definen las agendas de cada número de la revista? Pienso, en particular, en aquellas muestras dedicadas a la tradición lírica de otros países, como la poesía árabe contemporánea, lo mismo en relación con Argentina, la poesía de mujeres uruguayas o la reciente exposición de jóvenes poetas brasileños.

 

CZ | Para nosotros es muy importante pensar la revista como una unidad y que presente material de calidad y relevancia para los lectores. Nuestra nota de portada es algo que se conversa, piensa y busca particularmente. Por otra parte, contamos con colaboradores en todo el mundo que siempre aportan material interesante, voces nuevas o textos reveladores sobre escritores clásicos.

 

FM | Llevas siete años viviendo en Uruguay. ¿Te sientes ya aclimatada al entorno cultural del país? ¿Y cómo ha sido tu relación con los poetas uruguayos? ¿Cómo ha sido relevante esta convivencia en la creación de tu propia poesía? Pienso en nombres más antiguos, como Julio Herrera y Reissig, pasando por Juan Cunha, Marosa di Giorgio, hasta nombres más recientes, como Alfredo Fressia y Rafael Courtoisie, este último ha sido un valioso cómplice en tus proyectos. ¿Sería posible alguna relación de aproximaciones estéticas entre las literaturas uruguayas y argentinas?

 

CZ | Poco a poco fui conociendo a poetas uruguayos, descubriendo sus voces, entablando amistades y hasta proyectos colaborativos. He leído mucha poesía uruguaya a lo largo de la vida, pero solo viviendo aquí pude enraizar y entender algo que me parece muy propio de la poesía uruguaya contemporânea: el ritmo. Y que probablemente, sospecho, tenga que ver con la fuerte impronta musical de Uruguay. Sea como sea, es un rasgo muy característico que, siento, atraviesa gran parte de la producción de estos años y los anteriores. No estoy hablando de los poetas uruguayos de culto ni los premiados en el mundo. Es un fenómeno que observo con la literatura que llega a mis manos, la que reseño o la que escucho en los recitales. Considero que en la actualidad existentes menos aproximaciones estéticas entre Uruguay y Argentina que las que podrían esperarse por proximidad geográfica, algo que aplica también a la idiossincrasia, entre otras cosas. Es al menos mi personal perspectiva como extranjera arraigada en este país. 

 


FM
| Quiero hacer dos citas de Octavio Paz como punto de partida para tus reflexiones. En la primera de ellas, el poeta mexicano nos dice: Dos extremos, dos imposturas: el nacionalismo y la ideología. Además, la desmesura retórica, la visión sumaria de la historia, las invenciones convertidas en recetas, los lugares comunes, el patetismo. Se trata de una lista muy intrigante, expuesta en una entrevista de 1988, y que está muy de actualidad hoy, tanto en la política como en la cultura. ¿Ha tenido alguna vez la poesía la fuerza para combatir estas distorsiones de la identidad, este violento desprecio por el humanismo, u opera en un territorio invisible que afecta sólo a quienes la comparten y que, en rigor, son una parte cada vez más pequeña de la humanidad?

 

CZ | Ya no hay tiempo para la poesía. Y está bien. Ejercerla, de por sí, es un acto de resistencia moral e intelectual. La obstinada creación poética es un bien escaso en un mundo que produce en serie y copia, donde dominan las tendencias, los likes y fanatismos.

 

FM | En otra entrevista, de 1979, Octavio Paz observa que la moral del poeta es verbal: es lealtad a la palabra. Sin embargo, el poeta también se integra en el mundo como uno más de sus personajes, como un ser social, un individuo aprisionado por leyes y convenciones. ¿Cómo convive la poeta Carolina Zamudio con ese doble que la distingue, por ejemplo, de ese segmento de humanidad que no es creativo?

 

CZ | Coincido plenamente con la cita de Paz. Desde mi acotado razonamiento, considero que donde los poetas nos sentimos más activos y efervescentes es en el terreno de la poesía. Y eso es de por sí nadar a contracorriente, porque el poeta necesita de tiempos lentos, paz e introspección. O incluso de una chispa creativa que es muchas veces efímera. Así que no es fácil insertarse en un mundo de prisas e instantaneidad, donde los resultados son de corto plazo, justo al revés de lo que busca la poesía.

 

FM | ¿Cómo te preguntas sobre la creación poética? ¿Qué buscas cuando creas? ¿Qué interlocutor secreto encuentra en Carolina Zamudio, cuando está creando sus poemas, alguien que quiera hablar con ella? En definitiva: ¿qué motiva la existencia de tu poema?

 


CZ
| La creación poética es la que me inquiere a mí, porque ninguna certeza puede hallarse en nada de lo que haya escrito al momento. Inquietar al lector es mi mayor obsesión, incluso con el texto más simple o, mejor aún, más todavía en ese caso. Quizá lo logre algunas veces, cómo saberlo… mientras tanto se sigue escribiendo, con ese solo norte, además de la necesidad intrínseca de hacerlo. Y leyendo, no necesariamente poesía, sino todo lo que llegue a mis manos, las cosas más insólitas, y sobre todo viviendo intensa o plácidamente, de acuerdo al momento. Escribiendo con fruición o permaneciendo largos meses en ‘silencio poético’, por necesidad también. Supongo que algún lector anochecido sería el mejor interlocutor para una poeta a menudo insomne y que escribe mayormente de noche. En ese territorio en pausa del mundo que da la oscuridad, los árboles y las estrellas, los fantasmas externos e internos, la luz que dan las sombras, el silencio que oye son una compañía extraordinaria y, por qué no, los mejores interlocutores. Por último, solo la necesidad y el deseo de hacerlo motiva la existencia de mi poesía. Nada más prescindible que ella. Para Poesía, hablemos de los poetas muertos a quienes nosotros, lectores, le garantizamos con ojos y oídos, memoria y emoción, su inmortalidad.

 

FM | ¿Qué truco del lenguaje define mejor tu creación poética: la ilusión del tiempo o del espacio?

 

CZ | Sin dudas la del tiempo, que es todos y uno solo. El espacio es siempre una ilusión transitoria.

 

FM | ¿Olvidamos algo?

 

CZ | El humor. En mi caso se olvidaron de otorgármelo por genética, por eso lo busco, a veces infructuosamente, cada día.

…cerrando las puertas de 2023.

 



FLORIANO MARTINS (Brasil, 1957). Poeta, editor, dramaturgo, ensayista, artista visual y traductor. En 1999 creó Agulha Revista de Cultura. Coordinó (2005-2010) la colección “Ponte Velha” de autores portugueses en Escritos Editora (São Paulo). Curador del proyecto “Atlas Lírico de Hispanoamérica”, de la revista Acrobata. Estuvo presente en festivales de poesía realizados en países como Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Ecuador, España, México, Nicaragua, Panamá, Portugal y Venezuela. Curador de la Bienal Internacional del Libro de Ceará (Brasil, 2008), y miembro del jurado del Premio Casa das Américas (Cuba, 2009), fue profesor invitado en la Universidad de Cincinnati (Ohio, Estados Unidos, 2010). Traductor de libros de César Moro, Federico García Lorca, Guillermo Cabrera Infante, Vicente Huidobro, Hans Arp, Juan Calzadilla, Enrique Molina, Jorge Luis Borges, Aldo Pellegrini y Pablo Antonio Cuadra. Creador y miembro de la Red de Aproximaciones Líricas. Entre sus libros más recientes se encuentran Un poco más de surrealismo no hará ningún daño a la realidad (ensayo, México, 2015), O iluminismo é uma baleia (teatro, Brasil, en colaboración con Zuca Sardan, 2016), Antes que a árvore se feche (poesía completa, Brasil, 2020), Naufragios del tiempo (novela, con Berta Lucía Estrada, 2020), Las mujeres desaparecidas (poesía, Chile, 2022) y Sombras no jardim (prosa poética, Brasil, 2023).

 

 


ROBERT EDMOND JONES (Estados Unidos, 1887-1954). Cenógrafo, iluminador e figurinista, conhecido por incorporar a nova encenação ao drama americano, este notável criador buscou sempre integrar elementos cênicos à narrativa, em vez de mantê-los separados e indiferentes da ação da peça. Seu estilo visual, muitas vezes referido como realismo simplificado, combinava o uso ousado e vívido de cores e iluminação simples, mas dramática. Seus projetos inovadores para a American Opera Company de Vladimir Rosing em 1927 e 1928 foram elogiados pela crítica. Jones também trouxe seu estilo expressionista para muitas produções realizadas pelo Theatre Guild, com designs inovadores para The Philadelphia Story (1937), Othello (1943) e The Iceman Cometh (1946). O maior sucesso comercial de Jones foi com The Green Pastures (1930), que, se incluirmos seu renascimento em 1951, teve um total de 1.642 apresentações. Seu livro The Dramatic Imagination é considerado a obra definitiva sobre a cenografia moderna da primeira metade do século XX. Robert Edmond Jones é o artista convidado da presente edição da Agulha Revista de Cultura.


 

 


Agulha Revista de Cultura

Número 247 | janeiro de 2024

Artista convidado: Robert Edmond Jones (Estados Unidos, 1887-1954)

editora | ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com

ARC Edições © 2024


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