En referencia a la temática
que nos ocupa, debemos señalar, como un gran culpable del desconocimiento y la importancia
de la literatura dominicana, a Max Henríquez Ureña, que en la obra citada, fue capaz
de señalar:
Las tendencias llamadas de vanguardia tuvieron, poca repercusión inmediata en Santo
Domingo, al revés de lo que había ocurrido con el modernismo, que no solo llegó
tarde y se esfumó prontamente, sino que, además, contó con pocos representantes
genuinos en las letras dominicanas. Santo Domingo es uno de los pocos países de
la América española donde el modernismo apenas alcanzó tardía y efímera vigencia.
Esa aseveración, la
hemos refutado en nuestro ensayo Modernismo
y criollismo en Santo Domingo en el siglo XIX (la turba letrada y los mitos literarios),
Universidad Tecnólogica de Santo Domingo, 2018. Si eso lo dijo un dominicano de
prosapia cultural como don Max, nadie se interesaría en la literatura de este país.
Aunque no lo toquemos
a fondo, debemos señalar algo sobre el modernismo en Santo Domingo a fines del siglo
XIX y principios del XX.
Contrario
a lo expuesto por don Max, demostramos en el libro citado, que en 1894, el mismo
año que Rubén Darío (1867-1916) y Ricardo Jaimes Freyre (1868-1933), editaron la
Revista de América, Fabio Fiallo (1866-1942)
y Tulio M. Cestero en la revista El Hogar
(1894/95), dieron a conocer los poemas en prosa de Azul de Darío y Tulio publicó
sus primeros poemas en prosa, y más tarde, apareció una dedicada al modernismo:
la Revista Ilustrada (1898-1900), y otros
poetas publicaron poemas en verso y en prosa, además de un nuevo criollismo, aunque
solo hubo un libro: Notas y Escorzos,
1998, de Tulio, de ensayos modernistas, que fue comentado por Darío.
La
vanguardia tempranamente en Santo Domingo y en el Caribe
Recordemos que la palabra
vanguardia, Avant-garde, en las artes,
es de la autoría del conde Claude Henri Saint-Simon (1760-1825), en su libro Opiniones literarias, filosóficas e industriales,
1823, en una discusión entre un artista y un industrial. Aunque se puso en boga
cuando lo utilizó Charles Baudelaire (1821-1867), en El corazón al desnudo de sus Diarios
íntimos alrededor de 1862-63. A pesar de que a final de ese siglo hubo movimientos
literarios y artísticos en Europa, especialmente en Francia, si recordamos que además
del romanticismo, tenemos parnasianismo, decadentismo y simbolismo, que podrían
catalogarse de vanguardistas, se considera el primero en el mundo al futurismo de
Fillipo Tommaso Marinetti (1876-1944), proclamado en Italia, más conocido por la
publicación del Primer Manifiesto en la primera plana de Le Fígaro de París el 20 de febrero de 1909.
En Latinoamérica
se publicó en Buenos Aires cuando Rubén Darío, al reproducirlo, lo comentó en La Nación el 5 de abril; el 6 de ese mes
el escritor portugués Manuel
de Sousa Pinto (¿…?), corresponsal del Correio da Manhã, ofreció la primera
noticia en Brasil, presentándolo como una provocación extravagante de artistas principiantes.
A fines de 1909, Almaquio Diniz (1880-1937) publicó en el Jornal de Noticias de
Bahía, la traducción del texto italiano del Manifiesto. Como no
tenemos noticias de cuándo se publicó en Cuba y Puerto Rico, más ligados a España,
donde tempranemente se reprodujo y discutió; asombra que, en Santo Domingo, el 30
de mayo de ese año, se presentara en el Nº. 98 de la revista Mefistófeles, comentado
por el director Luis E. Betances (1873-¿…?) en primera plana; luego el manifiesto
fue reproducido en La Cuna de América
Nº. 132, año IV, el 1º. de agosto, y más tarde en la revista Osiris, Nº. 21 de octubre de l910, Federico
García Godoy (1857-1924), el más importante crítico dominicano de esos años, lo
comentó, y entre otras cosas, dijo:
Con todas sus tremendas
extravagancias, el futurismo es un movimiento juvenil de espíritus caldeados por
aspiraciones en gran parte inasequibles o quiméricos, pero tienen el mérito de poseer
una convicción; de creer en lo que afirman, de consagrar todas sus energías a un
empeño que más o menos equivocadamente califican de salvador y fecundo. Luchar es
vivir.
El Manifiesto el Técnico, el segundo de Marinetti, se publica 11 de mayo
de 1912, y precisamente habla de las palabras en libertad, en la muerte del verso
libre y entre otras cosas:
I .- Es necesario destruir
la sintaxis, disponiendo los sustantivos al azar, tal como nacen. 2.- Se debe usar
el verbo en infinitivo para que se adapte elásticamente al sustantivo y no lo someta
al yo del escritor que observa o imagina. El verbo en infinitivo puede sólo dar
el sentido de la continuidad de la vida y la elasticidad de la intuición que la
percibe. 3.- Se debe abolir el adjetivo para que el sustantivo desnudo conserve
su color esencial. El adjetivo, que tiene en si mismo un carácter matizador, es
incompatible con nuestra visión dinámica, porque supone una pausa, una meditación.
4.- Todo sustantivo debe tener su doble, es decir el sustantivo debe ir seguido,
sin conjunción, de otro sustantivo al que está ligado por analogía. Ejemplo: hombre-torpedero,
mujer-golfo, multitud-resaca, plaza-embudo, puerta-grifo. 5.- Abolir también la
puntuación. Al suprimirse los adjetivos, los adverbios y las conjunciones, la puntuación
queda lógicamente anulada, en la continuidad variada de un estilo vivo que se crea
por si mismo sin las pausas absurdas de las comas y los puntos. Para acentuar ciertos
movimientos e indicar sus direcciones se emplearán signos matemáticos: + - x = (
) y signos musicales.
Este hecho,
unido a otras publicaciones y comentarios, debieron motivar a los jóvenes poetas,
como en Rusia, que
en diciembre de 1912, con el manifiesto “Bofetada al gusto del público“ firmado por los componentes
del grupo “Hylaea”, entre los cuales estaba Vladímir Mayakovski (1893-1930), se arriesgaron en plena revolución, perdiendo muchos su libertad
o sus vidas.
En Santo Domingo hubo
diversas publicaciones que citaban el futurismo o excitaban a la vanguardia. En
resumen: El 29
de abril de 1917 en la revista Letras Nº. 12, apareció un artículo del venezolano
Napoleón Acevedo (1896-1961), titulado La Poesía Futura, en el cual señala
claramente:
“Ante el maravilloso adelanto de
la poesía en nuestro siglo, más de una vez me asaltó esta idea: ¿Cuál habrá de ser
el porvenir de la poesía? Esa poesía arbitraria y, extravagante iniciada por Marinetti,
tiene algo de la gran poesía que triunfará, sin que por esto crea yo merezcan la
celebridad. […]
Del verso actual no se puede pasar sino a la prosa. El
porvenir de la poesía será ella. Los oídos ya están cansados de tanto verso bien
medido y de tanta música discreta. El consonante ha comenzado a decaer, y dentro
de poco veremos que ningún buen poeta se cuidará de él. […] La rima es una cosa inútil. Los griegos no la conocieron y sin
embargo Teócrito y Anacreonte escribieron poemas que todavía están palpitando dentro
del corazón de la humanidad. […] Un poeta
quiere vaciar en versos sus emociones intactas, no puede estar pendiente de si tal
o cual verso terminó en ada o ida, Los malos poetas, los que no harán versos
libres, porque el verso libre necesita ideas y ellos no saben poner en los suyos
sino música de palabras bonitas, dicen que el no usar la rima significa sentirse
incapaz de dominarla… Es un error, pues todo aquel que sepa su idioma conoce la
condición servil de las palabras”.
En el Caribe hispánico surgieron dos ismos vanguardistas en Puerto Rico
en 1913, sin que se nombrara el futurismo ni el manifiesto técnico de Marinetti
de 1912. Se trata del pancalismo y el panedismo del poeta Luis Lloréns Torres (1876-1944).
Luis Hernández Aquino (1907-1988) en su ensayo Nuestra Aventura Literaria, Editorial Universitaria, 1980, nos los describe,
diciendo que el pancalismo viene del griego: pan, todo y kalos, belleza, o sea,
que todo es bello y el panedismo, todo es verso. Que sí serían los primeros ismos
de Hispanoamérica.
En un artículo
de Klaus Miiller-Bergh (1936), titulado “Vicente Huidobro: futurista y Cuántico”
indica cuándo el chileno se refirió al futurismo, dos años antes de proclamar su
ismo vanguardista el creacionismo:
“Es muy evidente
que Vicente Huidobro (1893-1948) había leído cuidadosamente “Marinetti y el futurismo”
de Darío un ensayo de 1912 titulado “Marinetti y el futurismo”, cuyas ideas refina,
amplia y repite en un tono irónico, zumbón, mucho más agresivo que el del vate nicaragüense.
Así y todo es de notar que el ensayo “El futurismo” de Pasando y pasando (1914) es básicamente un comentario del poeta chileno
sobre los once puntos del primer manifiesto de Marinetti publicado en Le Figaro”.
Modernismo en Santo
Domingo a principios del siglo XX
Debemos aclarar lo que
es modernismo, porque hay una confusión. Durante mucho tiempo mientras seleccionábamos
los poemas que eran de ese movimiento, nos fijábamos solo en dos de sus aspectos:
Lo parnasiano y lo decadente: Si no había dioses grecolatinos, cisnes y lirios,
princesas azules y otros tópicos, decía que no lo eran, y lo echábamos a un lado,
sobre todo si la temática era el amor, por romántico. Olvidábamos que el romanticismo
modernista era muy diferente al decimonónico positivista. Bastaba comparar a estos
nuevos enamorados, con los tres románticos por excelencia del país: Salomé Ureña
de Henríquez (1850 -1897), José Joaquín Pérez (1845-1900) y Gastón Fernando Deligne
(1861-1913), llamados Dioses Mayores.
Sin embargo, no solo en la forma, por haber puesto de moda el poema en prosa, una
conquista del modernismo, si recordamos que “la forma arrastra el fondo”, sino por
ciertas sutilezas, sobre todo decadentistas, ya que profesaban el arte por el arte.
Olvidábamos el más importante de los movimientos nutricios: el simbolismo, por lo
del imperio de la idea o la interioridad.
El siglo
XX despierta en 1901 con el poema Del amor
y en 1904, El jardín de los sueños de
Tulio Manuel Cestero, y ese año, Heliotropo
de Américo Lugo (1870-1952). Vale decir, con un plaquette y dos libros de poemas en prosa, y sin embargo, Max señala
que fueron algunos sueltos los que introdujeron el modernismo en el país; que serían
válidos, si no hubiera textos impresos, como esos tres.
La Vanguardia y el Modernismo
a principios del siglo XX
Sin embargo, los jóvenes
poetas dominicanos “más avanzados” estaban inmersos en el modernismo, fundando el
grupo Los Nuevos en 1910, entre los cuales
estaba Otilio Vigil Díaz (1880-1961).
Acerca de
ese grupo, la revista Osiris Nº. 19, del 1º de septiembre de 1910,
con la firma del poeta modernista Arquímedes Cruz (1884-1958) habla de Nuevos rumbos, señalando claramente cuál
era su orientación. La revista Crisantemos
No. 1 de mayo de 1912, en el Pórtico invitó
poetas del grupo Los Nuevos, en especial,
esperando “La sinfonía pánica de Vigil Díaz, el exquisito orfebre”.
En la revista La Cuna de América No. 41 del 4 de febrero de 1912, en una nota de
prensa, hablando de unos banquetes semanales con diversos intelectuales:
En los que la frase
ática, helénica, traviesa, sonora como un violín y suave como un albo plumón níveo,
salta de los labios caldeados por la fina champán y por la rubia cerveza. Copian
estos distinguidos amigos las alegres y voluptuosas costumbres de nuestros sabios
maestros los gentiles atenienses y de los gloriosos elegidos de la Pléyade, el gran
cenáculo de Ronsard y Marot.
En el último banquete
ofició Vigil Díaz de pontífice pagano, ataviado con un pomposo mandil color de cielo
y ceñido en la alba muñeca como un rey numida, por dos ricos brazaletes profusamente
engastados en ópalos, rubíes, y esmeraldas.
Manifestación
clara de la actividad modernista de ese grupo y la jefatura de ese Primer Pontífice en la poesía dominicana.
De modo,
que los jóvenes poetas, entre los que se encontraba Vigil Díaz, pudieron dar el
salto vanguardista y pudo nacer tempranamente, como otros ismos o movimientos en
países europeos y en nuestro continente. Por eso, es oportuno que hablemos de un
libro de Vigil Díaz, precisamente, de 1912.
Características de Góndolas
de Vigil Díaz
Se trata
de un pequeño libro (6.5 X 4.5 pulgadas) con el título de Góndolas, sin que ni siquiera este nombre apareciera en el texto. En
1913 tuvo una segunda edición, que omiten o desconocen los críticos y comentarista
nacionales. Y no solo eso, sino que es la base de lo que llamaremos La novela del vedrinismo.
Empecemos
con un breve estudio de Góndolas:
La dedicatoria
principal es todo un programa de sus preferencias y lecturas. No hay en esta edición
ni prólogos ni epílogos, sino las explicaciones que hace En el propileo. Conocido ya que lo verdaderamente nuevo es el futurismo, esperaríamos ver la dedicatoria
a Marinetti; subrayando expresiones de su lenguaje, que denotaran su pensamiento
o adicción; sin embargo la dedicatoria que hace es la de un parnasiano cualquiera:
A Venus o Afrodita triunfal: Para ti, ebúrnea risa de los mares de “Chipre”,
donde la eufonía de la “Belleza” fue. A
las paganas Majestades de Paul Verlaine, Jean Larain y Oscar Wilde. A la finísima y transparente copa espiritual
del eminente clínico Doctor Salvador B. Gautier, cuyas facetas fulgen como lapidada
rosa de Germania. A Monseñor el “Deseo”.
Señalamos su dedicatoria a Venus y como si fueran
reyes para él a Verlaine (1844-1896), Lorain, a quien cita mal, es Jean Lorrain
(1855-1906) y a Oscar Wilde (1854-1900), que influyeron en los modernistas y no
eran para nada vanguardistas, sin faltar el decadentismo de Monseñor el “Deseo”.
Hay muchas más dedicatorias, pero estas son
las muestras de sus preferencias parnasianas y modernistas. He aquí lo del primer
poema con el título del Propileo (vestíbulo
de un templo o peristilo):
Si
eres de aquellos miserables que suplicaban en el atrio del templo, les dejaren negociar
el vino simbólico y los panes ácimos por pedazos de carne corrompida, márchate!...
no vayas a manchar el marmóreo pavimento, con la sangre que destila de tus garfios.
Como el exergo de una medalla cesárea, grabada tienes en la frente cretina y plebeya,
esta maldición: ¡mercader!...márchate...
si no quieres que te sangre el dorso fajedénico, con la recia cordatura de mi verbo
indignado: retírate, carroña! carroña!!....Por todos tus rebaños no cambiaré el
más amorfo de mis mármoles; guarda tu oro, con él no podrás comprar la menos bella
de mis estatuitas... Si eres bárbaro, político o guerrero, aviéntate también, pues
debes tener hediondo el velludo cuerpo y corrompida el alma; en Esparta y Roma adoraban
a Marte, en Athenas le odiaban por grosero y brutal!!... mas, si eres capaz de ofrendar
a la Emperatriz Inmortal, blancas palomas y ánforas de perfumes, cálzate las azules
sandalias y arrodíllate en el peristilo: –voy a oficiar!!...Arrodíllate, que abierto
está el áureo tabernáculo que guarda en sus pánidas entrañas, la helénica oblación
espiritual; nada te importe que la hora sea propicia o no a la perpetración del
exquisito gesto apolíneo, pues mientras la flauta tiemble emocionada bajo el labio
votivo, las melodías dilatarán sus ondas exultatorias.
¿Acaso no son muy modernistas
estas expresiones: el exergo de una medalla
cesárea; Esparta y Roma, Marte, Athenas, pánicas entrañas, helénica oblación espiritual?
¿O el más amorfo de mis mármoles y otros
términos francamente decadentistas?
Los títulos de los ocho
poemas restantes son: Sed triste; Terno lírico;
Vade-Mécum (imitación de Baudelaire), El elogio de la gitana; Pastilla de opio;
Antífona Salomónica; Palimpsesto y Lesbia.
En ninguno de los cuales hay novedades futuristas.
Como dijimos en Postumismo y vedrinismo primeras
vanguardias dominicanas, Editora Nacional, 2011, el análisis de los textos nos
lleva a encontrar al último de los parnasianos decadentistas criollos y, sin quizás,
al más depurado modernista nuestro, título que le hubiera satisfecho más que cualquier
otro.
También dijimos que las mujeres desnudas, el
poema del opio, el de Lesbia, lo que dice de Magdalena, y otros detalles, lo proclaman
como el primer poeta maldito dominicano,
título que no tiene nada de vanguardista, pero sí de decadente a lo Paul Verlaine
(1844-1896). Nadie se escandalizó públicamente por esas desnudeces, ni por sus detalles
lésbicos y tanto gustó el libro, que fue comentado por dos distinguidos escritores
de esos años.
En la segunda
edición de 1913, aunque no hay cambios en el texto, trae un artículo como prólogo
de Gustavo Mejía Ricart (1893-1950), en el cual lo acusa de plagiario, y otro elogioso,
que utiliza como epílogo de su gran amigo y compañero de bohemia, Ricardo V. Sánchez
Lustrino (1886-1915).
Este último, en sus tres páginas, confirma su
preciosismo modernista un poco Vargasvilesco:
Como yo, sufre la fiebre del “eterno femenino”, que va dejando en la ruta de la vida, el tierno aroma de las once mil vírgenes de la Leyenda Dorada con olfateo felino, de Silvano ansioso de embriaguez, por contrariar la vida que vislumbra en la muerte, ora contemplando con lascivia perversa a “Santa Teresa de Jesús” o bien ante los húmedos y finos brazos de la sádica Salomé.
Intermedio
del versolibrismo en la República Dominicana
Domingo Moreno
Jimenes (1894-1986), debutó en literatura con dos libros de poemas en 1916: Promesa Mis primeras notas y Vuelos y duelos, sin haber publicado antes
un solo verso. Situación realmente extraña.
En el primero señala
que fueron escritos de 1911 a 1915. Al final aparece ese titular: A Rubén Darío, después de leer Prosas Profanas.
Con estos versos demostrando rebeldía “Entré solo en el Arte, y aquí solo me tienes / ¡Alzándome en la cumbre
mirífica del Arte! // Soy una fuente seca que agua no vierto ahora, / Porque para
verterla de extraños manantiales / Prefiero ser estéril toda mi larga vida / Siempre
que siga nívea la albura del plumaje…”.
En el segundo, hay dos muestras de esa rebeldía, en un poema sin rima
como los famosos Versos libres de José
Martí (1853-1895), que es la primera muestra de la ausencia de ese aditamento en
nuestro país: Invitación al dolor, como se evidencia con los primeros cinco versos:
Y en otro recordando a José Asunción Silva (1865-1896):
Bajo unas nubes
blancas: Como nieves, como espumas, como velas milagrosamente blancas / Yerran tristes
por el éter tristemente melancólico, / y nos hablan, nos contemplan, nos sonríen.
// Como nieves dolorosas de los hielos dolorosos del pasado, / Como espumas rumorosas
de los mares rumorosos del presente, / Como velas misteriosas de los buques misteriosos
del futuro. // Mientras sigue dando vueltos, dando vueltas siempre el globo, / Y
los hombres siguen, siguen ignorando sus destinos…
Luego, Vigil Díaz,
publicó en el No. 2 de la revista La Primada
de América el 20 de noviembre de 1917, el poema Arabesco con el cual se ha dicho
que implantó el versolibrismo en el país:
Yo
no deseo glorias ni riquezas: solo anhelo perpetuarme / en un poema rojo como tus
labios, / blanco como tus manos. // Yo no deseo glorias ni riquezas: solo anhelo
/ perpetuarme en un poema sereno como tu frente, / sedoso como tu pelo, / ebúrneo
como tu garganta, / heroico como tus senos. // Yo no deseo glorias ni riquezas:
solo anhelo / perpetuarme en un poema breve como tus pies, / nephente y rítmico
como tus ansias: / un poema / que tenga el alma de Jesús / de Nerón / de Nietzsche
/ de San Francisco de Asis / de Santa Teresa de Jesús / de Lucrecia / de Cleopatra
/ y Salomé...
Aparte de que hay rimas asonantes y consonantes
labios-manos, pelo-senos-anhelo, garganta-ansias.
Que a los lectores de Vigil debieron parecerles sus clásicas prosas, sin olvidar
la serie de personajes típicos en un decadentista.
En ese intermedio entre la edición de su primer
libro y el segundo, Vigil Díaz solo publicó un solo poema que podría llamarse en
verso: el Soneto Bárbaro Nº 9, Visión lunática
en su siguiente libro, por lo que fue llamado lunófilo. Todos, incluyendo el resto de los Sonetos Bárbaros, son claramente
prosas. Mientras Moreno Jimenes, desde 1918 a 1920 publicó en la revista Letras, unos veinte, sin rima ni métrica,
llamado versolibrista afortunado al integrarlos en su libro Psalmos, de 1921.
El segundo
libro de Vigil Díaz de 1921
Galeras de
Pafos, llevó por
título, un volumen de poemas en prosa, salvo el citado que podría considerarse en
verso. Este tuvo un prólogo elogioso del poeta Ricardo Pérez Alfonseca (1892-1950)
el Benjamín del Modernismo, como lo llamó
Rubén Darío, y en el cual el propio Vigil se ratifica modernista en sus Palabras, al declarar:
…el título de este libro, nada tiene que ver con el alma de este
libro, que es casi inofensivo, trasparente y sencilla como una campiña; es simplemente
el cumplimiento de un canon parnasiano: todo título debe ser bello, poco importa
que no diga nada.
Confesándose parnasiano canónico,
es decir, modernista. Aunque, ese año aparece en la Proclama del Postumismo, detrás
de Domingo Moreno Jimenes, como señalaremos más adelante.
En los comentarios de Galeras de Pafos, mostramos lo que dijo Lorenzo
Despradel (1873-1927) en el Listín Diario
del 7 de abril de 1921:
Vigil Díaz
no viene con un manifiesto retumbante a decirnos que él aspira a fundar una escuela.
Alfonso
Concepción Tapshire (¿….?, el 17 de mayo, en el mismo periódico:
Vigil encierra
a un escritor llamado a descubrir nuevas y extrañas piedras preciosas en la profunda
mina del pensamiento, aunque sinceramente crea que en él no hay preocupación banal
de llegar a ser creador de nuevas escuelas.
En la revista Renacimiento Nos. 223 y 224 del
12 y el 20 de junio de 1920, el joven narrador Ángel
Rafael Lamarche (1899-1962), publicó dos artículos con el título El futuro credo
del arte, en los cuales señaló:
La poesía requiere el abandono
del encasillado de la simetría banal que la priva en las más de las veces, de clara
y emotiva explosión de ideas y sentimientos; ¡necesita hacer que la música del ritmo
viva en la intensidad rítmica de las palabras y no en polvorientos trastrueques,
que llega a ser en verdad lo que significa la vibración armónica del espíritu en
profunda liga con el pensamiento!...
Arte puro y libre bajo la égida
divina del espíritu distanciado por completo de los hueros pontífices hidrófobos
de su esterilidad ante la savia de los nuevos, y quienes solo alcanzan impotentes
de retener sus “glorias caducas” a fijar en nómina de mercería el número de los
que se titulan pomposamente elegidos, el arte rebosante de amor, puro como los cultos
de nuestra América y alma de nuestras mujeres; libre como las montañas que dirigen
su reto al espacio y el ideal que palpita, inconfundible, santo, impetuoso, en nuestros
corazones de hispano americanos, aceptadores únicamente del mandato de Dios.
Estas expresiones motivarían a los poetas liberadores,
a unirse, para dar el paso definitivo.
Domingo Moreno Jimenes en su tercer libro Psalmos reprodujo en dos entrevistas su ideología
postumista. Andrés Avelino publicó Fantaseos,
que incluye el Manifiesto Postumista. Empero, el acontecimiento especial fue la:
Proclama
del Movimiento Postumista
En marzo
La Cuna de América Nº. 19 del 1921, dedica
el número a la proclama del Movimiento Postumista, apareciendo los poetas y críticos
fundadores: Domingo Moreno Jimenes, con un poema y una selección, Andrés Avelino
y Rafael Augusto Zorrilla, acompañados de Vigil Díaz, Francisco Ulises Domínguez
(¿…?), Esteban Polanco Billini (¿…?) y R. M. Lora (¿…?) con un poema. Además, unas
notas de Luis Yépez (1885-1964) Cónsul venezolano en el país y de Ángel Rafael Lamarche.
Rafael Augusto Zorrilla, uno de los fundadores, habla del Origen del movimiento,
señalando, entre otras cosas:
Por
el año 1918 la revista “Letras” nos mostró una labor poética completamente extraña
a nuestra tradición literaria, esta labor, obra de un poeta personal, produjo entonces
entre los literatos de más fuste un ensordecedor escarceo; era natural que una lírica
como ésta, desprovista de toda traba métrica y desnuda de todo retórico amaneramiento,
no encontrara acogida a nuestro especial escepticismo por todo lo que trastorna
el pausado discurrir de las cosas. Sin embargo, en el ánimo del Director de la aludida
revista, escritor Horacio Blanco Fombona, y en el del esteta Vigil-Díaz se despertó
un entusiasmo a todas luces beneficioso para el atormentado autor.
Estos
no paraban mientes en todo momento y siempre que la ocasión lo permitía en alabar
públicamente el nuevo esquema espiritual.
Moreno
Jimenes, quien es el escritor a que he venido haciendo referencia. […] En aquellos
días, para restarse molestias, vióse precisado a refugiarse en los más íntimos.
En ese escaso número me encontraba yo. Nuestras ansias de libertad artística y nuestros
ideales estéticos, llegaron a hacerse tan idénticos, que nuestra amistad llegó a
los más dilatados dominios de la excelsitud. En los primeros meses del 1920 llegó
a esta ciudad el escritor Andrés Avelino, quien a postrimerías de ese año dio comienzo
a hacer pública su labor poética desde las columnas de La Cuna de América. Esta
labor, algo orientada en el campo de la evangelización nueva, tenía afinidad con
la de Moreno Jimenes, lo cual como consecuencia natural hizo que en muy breve tiempo,
el poeta Andrés Avelino, fuese nuestro más cordial camarada y compartiese con nosotros
nuestras íntimas veladas, a veces bajo la arboleda empapada de aliento lunar.
En sus Consideraciones sobre el Postumismo, Luis
Yépez, sostuvo:
Domingo Moreno Jimenes, el versolibrista afortunado
ha despertado con su labor a veces original y siempre desconcertante, un limitado
movimiento que se inicia con todas las dificultades, pobrezas e intriguillas inherentes
al caso.
Si
Moreno Jimenes no tiene las fuerzas necesarias, el “Postumismo” morirá o caerá fatalmente
en las espartanas manos de Leopoldo Vigil Díaz, ese versolibrista en prosa, sonetista
bárbaro que se ríe de todo y de todos. Vigil Díaz no haría más que Moreno Jimenes.
Vigil Díaz posee la fuerza incontrastable de la presencia de ánimo, pero esto no
es bastante para poder mantener la independencia de una rama de cultura artística”.
He
aquí el sencillo proceso, el fundamento de esa agrupación de intelectuales jóvenes,
poetas natos –aunque algunos como el esteta
de “Lunófila” vibren en la prosa– que ha tiempo rasga las brumas del misterio,
lanza en ristre, en las páginas de nuestras excertas literarias periódicas; y he
aquí también el origen del expresivo nombre bajo el cual se agrupan: postumistas.
Las letras nacionales
no han contado nunca con un núcleo que sostuviera una tendencia definida. En
la poesía hemos visto aparecer esporádicamente junto al romanticismo añoso y enervador
el taller milagroso y terso del parnasianismo; cerca al soplo místico, las arcadas
fatigantes de un clasisismo abigarrado y mal entendido.
No obstante, las críticas adversas que hubo
después. En el segundo número de marzo de 1922, La Cuna de América, redactada entonces por Lorenzo Despradel,
que tanto dudó del postumismo, de
acuerdo con una elogiosa crítica a Vigil Díaz, desplegó este titular en primera
plana:
Triunfo
del Postumismo
El
Postumismo, la creación rarísima de un grupo de jóvenes, que encontrando estrecho
el campo en que se desenvolvían sus facultades artísticas idearon nuevas modalidades
en la expresión de la poesía, ha tenido el último sábado un éxito ruidoso, con la
celebración de su primer aniversario.
Ese
año publican un folleto con el título Del movimiento Postumista, en el cual aparecen Domingo Moreno Jimenes,
Vigil Díaz con un poema “postumista” “Profesión de fe”. Avelino, Zorrilla y Rafael
Américo Henríquez. Luego, sin mención de Vigil, hubo Poemas postumistas de la Sociedad El Paladión de 1923, un Boletín Postumista y la Pequeña Antología postumista, 1924, de Andrés Avelino. Fundaron las revistas
X, del 1924, La Voz, 1926, hasta El Día Estético en 1928.
En su repercusión internacional, citamos a Moisés
Vicenzi (1895-1965) fechada el 3 de marzo de 1923 en Escazú, Costa Rica, es la primera
solidaridad interamericana con el movimiento, y con la obra de los poetas, manifestando
su deseo de formar parte de ese movimiento. De ese país Rafael Estrada (1901-1934).
Una carta de Juana de Ibarborou (1892-1979); poemas y comunicaciones de Víctor Raúl
Haya de la Torre (1895-1979), Magda Portal (1900-1989), Serafín Dalmar (1901-1980)
y Alejandro Gutiérrez (1906-1834). Aunque hay más poetas que colaboraron en El Día Estético, señalaremos lo referente
al Brasil.
En el periódico O Jornal
de Río de Janeiro, el 2 de febrero de 1927, aparece bajo el epígrafe de: LETRAS
HISPANO-AMERICANAS, en los titulares se lee Postumismo de Rafael Andrés Brenes
(1902-1950), que se desarrolla de la manera siguiente:
IV- O autor da Postumismo
destinao– para Europa que habla y América que calla. Vou, apesar de americano, falar
sobre elle graças gentileza de Brenes, que m’o enviou. Depois de collocar como prologo
uns versos estranhamente bellos e novos de Moreno Jimenes, formula a questao - ¿Qué
es el postumismo? Uma nova visao de vida- dil-o Jimenes, ao passo que Georges
Pillement, na “Revue de l’ Amérique Latine”- considera “uma nova poesia que tem
sua origem na lyriuca castelhana de seculo XV”- Andrés Brenes concorda con Jimenes
e refuta Pillement.
O postumismo e, afinal,
um jogo do espirito, um novo rytmo do pensamento, que nao tem medida nem duracao
por ismo que e eterno.
Refutan a Georges Pillement (1898-1984)
que había hablado de ese folleto.
Con estos datos demostramos que el postumismo
se mantuvo activo hasta la muerte de Moreno en 1986, resultando ser el movimiento
literario que completó más detalles técnicos y tradicionales en toda Latinoamérica.
PARTE
II | La novela literaria del vedrinismo
El poeta
Tomás Hernández Franco (1904-1952) estaba dolido por un artículo de Andrés Avelino
en la revista L… del 12 de
junio de 1921 titulado Rezos bohemios,
criticando ese libro suyo, y como al parecer no le gustó, tramó su venganza poética,
lográndola históricamente, como veremos más adelante.
El 29 de enero de 1923 dictó en París una conferencia
con el título de La poesie a la Republique Dommicaine, que luego se publicó
allí por Editions Ryhme Et Synthese y se reprodujo en Los Cuadernos Dominicanos de Cultura, Nos.
109 /110, septiembre/octubre de 1952.
Hay la traducción de Manuel Núñez (1957) que
utilizaremos, en Tomás Hernández Franco, Obras literarias Completas, estudio,
notas y composición de José Enrique García (1948), Consejo Presidencial de Cultura,
agosto 2000, y en el Tomo II de Tomás Hernández
Franco, Obras completas de la Sociedad Dominicana de Bibliófilos (2 tomos) 2019,
al hablar del postumismo, dijo:
Ahora quiero conversar
con ustedes de la única manifestación de poesía dominicana en los movimientos de
vanguardia.
La etiqueta de este
movimiento es francamente cómica. Si queremos formarnos una idea del programa de
la susodicha escuela que tiene pretensiones de ultra vanguardia, esta palabra postumismo
debe ser aceptada como definitiva.
Y más adelante señaló:
La figura más interesante de este movimiento
es Vigil Díaz.
El propio Vigil en una entrevista que le hiciera
Julio A. Cuello (1894-1964) en 1926 para la revista La Opinión, citado por
Manuel Rueda, entre otras cosas, dijo:
Yo
no soy postumista. Si he escrito algo asimilable ha sido para gentileza o mejor
intento de hacer notar que mis cuerdas se emocionan con todas las pulsaciones, que
puedo danzar en cualquier tono. Pero, realmente, mi caso es cosa distinta de esa.
Una clara manifestación de su falta de originalidad,
tan diferente a la rebeldía juvenil de Moreno Jimenes.
Inicio de
la novela del Vedrinismo
Hemos presentado
los hechos documentados. Omitiendo gran cantidad de ellos para no hacer más novelístico
este resumen.
El primer capítulo
de la novela aparece con el título de Los
ismos de las vanguardias, en el diario La Información de Santiago de
los caballeros el 5 de octubre de 1929. Al declarar Tomás Hernández Franco, estos
detalles:
El ultraísmo fue la caricatura española del
futurismo. El paroxismo es la concepción de un universo sincopado de Nicolás Braudin.
El creacionismo es la imbecilidad de Huidobro, elevada al cubo. El expresionismo,
movimiento netamente alemán –¡Oh maravilloso Frank Werfel– es la maravilla potencial
de fuerza centrífuga germana! El vedrinismo
es una delicia criolla que Vigil Díaz inventó un día para reírse de los postumistas:
viene de Vedrines el loco aéreo francés.
Hasta ahí, están claros
dos cosas: Se dice que sido un invento de Vigil, que lo ha hecho para burlarse de
los postumistas. Es decir, que el vedrinismo nació después del 1923, porque había
dicho que hasta entonces no hubo otro movimiento de vanguardia en el país. Además,
agregó que la palabra venía de Vedrines, el loco piloto francés.
A partir de ese argumento,
en el que ha estado de acuerdo el resto, por admisión o por omisión, por no existir
la palabra en ninguno de los documentos, sino que se ha dicho, de muchas maneras
que el postumismo era el primer movimiento de vanguardia del país.
Empero, el argumento de la novela del vedrinismo estaba latente,
y el crítico Pedro René Contín Aybar (1907-1981), en la primera edición de su Antología
poética dominicana, 1943, declaró
en el prólogo que lleva el título general de Carácter de la Poesía Dominicana,
en el inciso El morbo de la originalidad:
Los
cauces fueron normales hasta cuando Vigil Díaz “organizó” el vedhrinismo modalidad poética propia,
de una rareza singular, con nomás un seguidor estimable, Zacarías Espinal, y del
que arranca discutiblemente el Postumismo de Domingo Moreno Jimenes.
En la ficha de los poemas, de Vigil, agregó:
Hace poesía hermética. Inventa formas verbales. Crea
el vedhrinismo, estilo poético modernista,
anterior al ultraísmo de España,
y que fue el predecesor del postumismo
de Domingo Moreno Jimenes y, en cierto modo, su rumbo orientador, aunque
el postumismo no naciera de él.
29 años después, Manuel Rueda, en la Antología
Panorámica de la Poesía Dominicana Contemporánea 1912-1962, UCMM 1972, sostiene
en el prólogo unos conceptos que amplía en las Pgs. 418-428, en el fragmento de
su ensayo: Vigil Díaz: Vedrinismo y versolibrismo
en la República Dominicana, extraído de un supuesto libro inédito
titulado Literatura Dominicana de Vanguardia, que nunca se ha publicado:
1912.–
A pesar de la evidente paradoja, podemos decir que el Vedrinismo fue un movimiento
unipersonal cuyas posibilidades sobrepasaron en mucho los estrechos límites que
su creador imponía a la propia obra, Vigil Díaz fue sacerdote y acólito de una exclusiva
religión que andando el tiempo debía ser considerada como punto de partida de una
auténtica revolución literaria. […] El punto de partida lo dio fácilmente la publicación,
en 1912, de Góndolas de Vigil Díaz,
libro con el que surge, en el panorama de nuestra lírica la pirotecnia verbal y
revolucionaria del Vedrinismo, primer
movimiento literario de nuestra historia literaria e inicio de los de vanguardia
en América.
Respecto a Zacarías Espinal, Rueda dijo que:
Vigil
Díaz no tuvo adeptos; a pesar de ello, el poeta Zacarías Espinal al proclamarse
tardíamente como Vedrinista, se convierte en discípulo suyo.
Sosteniendo más adelante:
Junto
con la publicación de “Góndolas”, en 1912, y a raíz de la muerte de Jules Vedrín,
aviador francés que había adquirido fama en su vuelo Paris-Madrid y por haber creado
las peligrosas piruetas aéreas del looping
the loop, nace en Vigil Díaz la idea, como un homenaje de admiración a ese
humorista del espacio, de bautizar su propio concepto del arte con el nombre de
vedrinismo.
Más adelante, en una obra póstuma de Rueda,
Antología mayor de la literatura dominicana
(siglos XIX-XX) Poesía I, Editora
Corripio, 2006, tanto en el prólogo como en la presentación, mantiene el vedrinismo de Vigil Díaz, eximiéndolo de
su modernismo, aunque esta vez, dice que fue en honor de Jules Vedrines no de Jules
Vedrín, ni de 1912, sin aportar ninguna prueba escrita publicada. Y al presentar
a Domingo Moreno Jimenes, dice que nació en Santiago de los Caballeros, a pesar
de que en vida, Moreno hizo la aclaración de que fue en Santo Domingo.
Fíjense hasta dónde hemos llegado: Cuando una
de las altas figuras de nuestras letras, para no desdecirse, mantiene esos detalles
capitales de la novela, de la cual él
ha sido el último narrador.
En materia narrativa, la realidad y la historia
importan poco, la base está en los acontecimientos imaginarios y en la fantasía
del novelista. Desgraciadamente, en literatura, como en la vida, los hechos marcan
y determinan, y en materia de historia literaria, sin documentos que avalen lo que
se sostiene, se está haciendo una auténtica novelación.
De modo que estos dos últimos narradores sostuvieron
de manera tajante, en su parte de la novela,
que en 1912, con la publicación del libro Góndolas, Vigil Díaz había organizado y bautizado en honor del aviador francés
Jules Vedrín o Vedrines, fallecido el 21 de abril de 1919, no en 1912, y que el
vedrinismo había sido un movimiento literario
de vanguardia que se anticipó a los demás en América y que su único seguidor
fue Zacarías Espinal. Estas declaraciones jamás habían sido rebatidas, hasta que
lo hicimos nosotros en diversos artículos en vida de Rueda y en Postumismo y vedrinismo primeras vanguardias
dominicanas, citado.
La relación documentada de Vigil Díaz y Zacarías Espinal
La documentación de este acontecimiento cultural está publicada en
una nota de la Revista L... Nº.
22 del 5 de junio de 1921. Allí aparece un suelto anunciando que Vigil
Díaz había escrito el prólogo del primer libro de Zacarías Espinal (1898/99-1933),
el cual tenía un título novedoso e inquietante: Neurosis de cristal, que
ya alude a cierto estado de gracia causado por las drogas, especialmente por la
morfina, de la que ya era adicto para esa fecha, como también consta documentalmente.
En ese número se reproduce el soneto
de Espinal El ábside de la siesta, que según la dirección de la revista,
era el menos complejo del volumen, ya que se trataba de un libro abracadabrante,
como lo llamaría Vigil Díaz en dicho preámbulo.
Aunque nunca se haya publicado,
debemos retener el título: Neurosis de Cristal, por una razón muy simple.
Si en la segunda edición de Góndolas no aparece nada claro sobre el vedrinismo,
en este prólogo debió aparecer, por lo menos, el agradecimiento del creador del
ismo a su único discípulo,
entre líneas, podríamos encontrar detalles interesantes, porque Vigil Díaz lo publicó
en Del Sena al Ozama, Imprenta La Cuna de América, Santo Domingo, 1922.
Veamos el extraño soneto de Zacarías Espinal publicado
en 1921:
EL ÁBSIDE DE LA SIESTA
Se atempera la hora. Atipla la una y media / el reloj que rigora desenfrenos
malditos;/ y el sol que frauge ampos en vértigos i en ritos / columbra de rojeces
la fócula que asedia.// Ladra el gosque famélico exeando los plitos / que en la
cocina grata el plebano tamedia;/ y en un intercolumnio que frunge una comedia,
/ un coro de arlequines auscultan infinitos... // La anciana endocardíaca fragolla
a los sobrinos, / rondallas de truhanes y farsos campesinos / que aspiran como copos
de un “Orthas” diligente; // Lavan en cinco ruedas omisas aldeanas /la ropa que
a la tarde permutan las hermanas /que van a urdir breviarios a la ermita yacente.
Siendo justos, si este era el menos
problemático de los poemas que componían Neurosis de Cristal, nada
parecido a eso se había publicado jamás en la literatura dominicana, y no hay ninguna
deuda visible o influencia palpable del quehacer de Vigil Díaz. Además, desconcierta
que un poeta nacido el 27 de septiembre de 1901 poseyera un vocabulario tan rico
y variado.
Esta
es parte del prólogo de Vigil Díaz a Neurosis de Cristal, esa obra que nunca
se publicó, en el libro citado:
Ya está Ud. complacido, mi
caro y complicado poeta: aquí tiene el prólogo que convinimos, moderno, de
cinco pulgadas de longitud a lo sumo. (..) Por otra parte, quiero que se comprometa
Ud. formalmente, a no trocar sus montañas, tan majestuosas y armónicas, sus arroyuelos
musicales, sus verdegales praderas cargadas de odorantes limoneros, los tirsos de
virginales azucenas, y la gavillas de campánulas, amapolas y mirtos que sangran
en las candorosas manos de las encantadoras muchachas de su pueblo natal, las tardes
de doctrina, y en los anocheceres de jocundas novenas, a no cambiar su plácido y
sencillo San Cristóbal, donde el almo sol nace y muere prolífico, benéfico y venerable
como un Sultán.
Para no alargar demasiado estas
notas, señalaremos lo siguiente:
Zacarías Espinal el 9 de octubre
de 1926 en el Nº. 192 de la revista La Opinión,
utilizó la palabra, que luego se convertiría por magia crítica, como vedrinismo
o vendrinismo. Hela aquí:
VERSOS VHEDRINHISTAS
la
fatiga, inaguantable de los libros / de Ciencia... –el tedio de las teorías –los
problemas inútiles / –las fórmulas... / Beccaria: / Dalloz: Repertorie / Boitard:
/ Una mermelada híbrida de doctrinas confusas, / nomenclatura ófrica de postulados
imbéciles: / ¿Qué es el Crimen?- / Asechanza, / Elemento injusto, / ¿A qué se llama
gravidez? / I dentro de éste laberinto de lánguidas inopias / Surgen como la eficacia
de una aprobación: /Ferri, / Garrófalo, /Lombroso, / Páginas del Código Penal; /
Veinte años de trabajos forzados; O bien: Artículo 22-46-1208... infinis; / Orden
Ejecutiva 664 / Absuelto por insuficiencia de pruebas. / la poesía musical de los
jueces serenos / La acusación: / El Ministerio Público; / I pensar que Nervo no
sabía versos jurídicos; / Rubén Darío tampoco; / Que Moreno Jimenes no los sabrá
jamás... / la fatiga inaguantable de los libros / de Ciencia... / ¿En dónde están
/ El campo, / El Sol, La luna, Las estrellas? / Allá muy adentro, en el alma / de
los hombres que no saben condenar...
BER-BELISMO
Ya
yo lo sé todo... soy un sabio; / Anoche vi la Luna... / Me monté en automóvil y
salí por la ciudad: ¿I a qué / hora viniste? / No recuerdo... mi reloj marcaba la
de prima: // Ves?... / Eres un imbécil: / Te has olvidado de que no has vuelto todavía.
KRELIM
Esa
muchacha es bonita; / ¿Por qué? / Porque tiene la cara llena de pecas; / El cabello
oliente a aceite de higuereta; / Es tuerta: / I exhala de abajo de los brazos /
Un olor penetrante de grajo y de loción. / Esa muchacha es bonita; / ¿Por qué? /
Por que tiene el alma como un pedazo /de algodón”.
En 1928 o principios del 29, en el No. 2 del
Día Estético, la revista de los postumistas,
Vigil Díaz publica su primer poema vendrinista,
sin las haches y con una ene:
POEMA VENDRINISTA
“Esa Quitaescencia
del Indostán... / del Nilo... / de Athenas... / y de Roma... / reminiscencia inaccesible /de las Reynas lejanas...”.
Delatan al modernista decadentista, que siempre fue Vigil.
Ejemplo del vedrinismo de Zacarías Espinal del
29 de octubre 1930, tomado del libro Manuel
Zacarías Espinal, 1901-1933, Poemas, de 1961 de su sobrina Ligia Espinal de
Hoetink (¿….? ), reproducido en Crepúsculo
Perplejo (obra poética) de la Biblioteca Dominicana Básica, Editora Nacional,
2017:
VOLATINERA AMADRIANA
Volatinera Amadriana / de una Hispérides
narcótica / hisperéstetica y gótica / Glisera quintaesenciada. // Gazé de Hiperioma
alada / ultra-kocionika erótica / esfinge de Atherva hipótica // en Osquestrión
de Arkalada. // Leve Diotikmia de Ankuma, / etérea Hikar de Zatzuma //que fragua
aneimo de Oskin; // eres como un taumaturgo / “Darko” de Zivio o Panurgo / en Béer…opio…y
splin”.
Nadie
antes, solo él después, fue capaz de escribir algo parecido a ese extraño soneto.
Conclusión
de la novela del Vedrinismo
Tomás Hernández
Franco ha dicho que Vigil Díaz se ha inventado el vedrinismo para reírse de los
postumistas, de quiénes sostuvo, en 1923, que Vigil era la figura más interesante,
y que antes de ese movimiento, no hubo otro en el país.
Demostrada la publicación de 1926 de los poemas
vhedrinhistas de Zacarías Espinal, del
uso de una hache intercalada en el segundo novelador, Pedro René Contín Aybar, que
utiliza en 1943 esa letra que más nadie usó: vedhrinismo, hace sospechar que había leído lo de Zacarías, que sabía
que había haches, pero no recordaba dónde iba o iban.
De Manuel Rueda, al
redondear la leyenda, y darle la fuerza de su talento y de su imaginación, sosteniendo
que es en 1912, con Góndolas, que aparece,
y que en Galeras de Pafos de 1921, define
el vedrinismo, apoyándose en Charles Baudelaire (1821-1867), el dios mayor de los
modernistas. Además, que Moreno Jimenes, nació en Santiago, cuando fue en Santo
Domingo, de acuerdo con su acta
de nacimiento: como Domingo Segundo, en el Oficialato Civil de la Parroquia Mayor
de la Catedral. Acta No. 25, páginas 78-79 del Libro No. 9 del 1891-1895, que es el
colmo de la capacidad imaginativa del poeta Rueda.
Si se hubiera mencionado, no decimos proclamado
u organizado, insinuado apenas. Si Vigil o Espinal hubieran escrito siquiera
el nombre de Vedrín o Vedrines,
citando un avión incidentalmente, al acaso, en algunos de sus poemas, particularmente
Vigil, reacio a los artefactos modernos en su poesía, y tan apegado a los griegos
y romanos, nos conformaríamos. De modo que se trata del vedrinismo, algo que nunca se nombró, de lo que nunca se habló hasta
1926 cuando lo utiliza y lo inventa Zacarías Espinal y luego lo hace Vigil Díaz,
acostumbrado a hacer estas cosas, y quedar bien; como fue postumista en la proclamación, en la celebración
del primer año, y sencillamente luego lo negó, y todo el mundo dijo amén, hágase su santa voluntad. De ese curioso
modo, sin jugar billetes, se sacó la lotería crítica y un pasaporte a la historia.
Nada más. Nada menos.
Entenderíamos que Manuel Rueda. por inquina
personal, por el motivo que fuese, o por simple ojeriza contra Moreno, tratara y
consiguiera temporalmente destruir todo lo que él significaba; desde su nacimiento
mismo, hasta sus grandes logros: la imposición del verso libre en el país y la figura
principal del vanguardismo y del primer movimiento dominicano, el postumismo, al declarar que era Vigil
Díaz en un caso, con la organización del vedrinismo en 1912 al publicar a
Góndolas, y luego indicando que era quien había implantado el verso libre
en el país, a pesar de lo que hemos demostrado, que la implantación no está en los
poemas libres de Moreno, sino en el postumismo, después de muchas críticas adversas.
Nos lo explicamos, pero no el caso Contín Aybar,
que fue amigo de Moreno Jimenes, aunque le hizo reparos, reconoció su grandeza,
declarando que era la figura principal del postumismo, lo que alguna vez le regateó Rueda.
Lo de Hernández Franco es lo que dio pie para
que se dijera que es un homenaje a Vedrines,
también sin asidero documental alguno, ni ratificación de parte de Vigil o de Espinal,
que lo escribió de manera diferente, o el propio Vigil que redactó vendrinista,
y luego en su segundo poema Motete vedrinista,
revista Cromos, Nº. 36, del mes de octubre 1929, después del artículo
de Tomás.
El hecho
de que Pedro René Contín Aybar sostuviera irresponsablemente lo que más tarde Manuel
Rueda aclarara y magnificara sin ninguna base documental, diciendo que Vigil Díaz
lo inventó para su único seguidor, Zacarías Espinal, fue lo que dio pie al infundio.
Zacarías Espinal en agosto de 1929, tomado de
Vigil Díaz y Zacarías Espinal. Obras,
Consejo Presidencial de Cultura, 2000, Selección y notas de Diógenes Céspedes (1941),
sobre un poema de Julio A. Piñeyro (1890-1947) de su libro Ruinas, editado
en París, al decir que una Oda Magistral de este era un simple y complicado
poema vedrinista, pasaba a explicar que el término obedece a que es la viva
expresión del sub-consciente. Produciendo la única definición, por escueta que
parezca, de lo que era su vedrinismo, más cercano al surrealismo que a cualquier otro ismo.
Sin embargo, esa única definición
vedrinista que se conoce
hasta ahora, de parte del fundador del ismo,
no movimiento, que exige manifiestos y
corifeos, de que era la viva expresión del sub-consciente, tiene una importancia capital, que no
se le ha dado. Estamos en territorio de Sigmund Freud (1856-1935). Tanto es el avance
de Zacarías, que con esta simple definición, sin conocer quizás lo que se hacía
en París con el surrealismo, que
lanzó su primer manifiesto, en 1924 firmado por André
Breton (1896-1966), Louis Aragon (1897-1992), Paul Eluard /1895-1952), Benjamín
Péret (1899-1959), entre otros. Definido como “automatismo psíquico puro” que intenta
expresar “el funcionamiento real del pensamiento”. La importancia del mundo del
inconsciente y el poder revelador y transformador de los sueños conectan al surrealismo
con los principios del psicoanálisis, según la Enciclopedia Encarta, 2002.
De modo que ahora podremos hacer esta conexión:
Zacarías pudo saber algo de aquello en 1929. Era curioso y avanzado. De modo que
abrimos esa ventana a la investigación, y es posible que el vedrinismo de Zacarías Espinal pudo ser
la forma de un precoz surrealismo antillano, ya que coincide plenamente con los surrealistas
originales al indicar que era la viva expresión del sub-consciente, una definición
escueta, que a André Breton le hubiera fascinado y que sirve para señalar que esa
era una de las preocupaciones cardinales de Espinal, y en consecuencia, de su particular
vedrinismo. De aquí en adelante,
esperamos que los deudos festivales asuman esas herencias.
De este modo hemos
demostrado, aunque sea sucintamente, que la invención de Tomás Hernández Franco,
Pedro René Contin Aybar y Manuel Rueda no tiene asidero histórico por la ausencia
de documentaciones, salvo lo de Hernández Franco, que antes del postumismo no
hubo movimiento de vanguardia en el pais y aunque niega a Zacarías Espinal que
inventa el ismo vhedrinhista en 1926, se equivoca atribuyéndolo a Vigil Díaz
y por lo tanto, todo ha sido una novela literaria, que enseña a las nuevas
generaciones a buscar las fuentes y no creer en ningún crítico o comentarista, ni
siquiera en nosotros, sin que se les muestren o señalen los documentos que avalen
lo que se sostiene, porque con la historia no se juega.
Finalmente, creemos haber descifrado el ADN del cuerpo vedrinista: El señor
Otilio Vigil Díaz no es el padre de la criatura llamada vedrinismo, nacida
para la historia literaria en 1926. Por el contrario, el señor Manuel Zacarías Espinal,
es el padre literario de la criatura llamada vhedrinhismo, vendrinismo,
veedrinismo o vedrinismo, y Vigil Díaz,
su seguidor inmediato.
NOTA
Ensayo escrito a nuestro
pedido en noviembre de 2022.
MANUEL MORA SERRANO (República Dominicana, 1933-2023). Imenso colaborador da Agulha Revista de Cultura, sem o qual não teríamos abertas as portas da tradição lírica e do ensaísmo em seu país. A maior parte da sua vida foi dedicada à literatura, à pesquisa literária e à publicação de artigos de jornal sob o nome “Revelações” até receber em 2021 a mais alta distinção concedida a um escritor dominicano. Mora Serrano, natural de Pimentel, foi um grande defensor da literatura provinciana, e da Província Duarte mobilizou e conectou escritores e poetas com os mais premiados da Capital. Em 2013 recebeu o prêmio Caonabo de Oro, o segundo grande prêmio, antes do Prêmio Nacional, e depois do extinto Prêmio Siboney por seu romance Goeiza. Narrador, poeta, pesquisador incansável, Mora Serrano publicou seus ensaios sobre o modernismo na América Latina, sobre o Postumismo e sobre Domingo Moreno Jimenes, seu grande professor, seu amigo, cuja obra reivindicou ao longo de seus dias. É autor de La Luisa, El Ángel Plácido, Decir Samán, Juego de Domino; de poemas como Sinfonía en Miedo Mayor e Sinfonía en la Primavera, bem como a antologia Sempre haverá poesia romântica e Modernismo e Crioulismo em Santo Domingo, entre outros. Mora Serrano disse modestamente sobre si mesmo: “Vivo frustrado com as minhas obras porque estão cheias de defeitos literários. Não me considero grande coisa e como leitor exigente sinto pena do meu próprio trabalho e por isso não o faço. Não me considero candidato a nenhum prêmio. Nunca estou satisfeito com o que faço porque me considero um aprendiz, desculpe por desperdiçar seu tempo, nem eu nem o anjo merecemos tanto.” Apesar dessa forma de pensar, Manolito foi merecedor do importante Prêmio Nacional de Literatura 2021.
SÉRVULO ESMERALDO (Brasil, 1929-2017). Escultor, grabador y dibujante, Sérvulo Esmeraldo se inició profesionalmente en Fortaleza, a finales de los años 1940, en los talleres libres de SCAP – Sociedade Cearense de Artes Plásticas. Trasladado a São Paulo en 1951 para estudiar arquitectura, se sintió atraído por la efervescencia de la 1ª Bienal y su revolución artístico-cultural. Su exposición realizada en el MAM (SP), en 1957, le acreditó para un año de estudios en París, becado por el gobierno francés. Una temporada que se saldó con una estancia de más de veinte años. Y en el desarrollo de una obra plural y con muchas vertientes. En París, asistió a los talleres de Litografía de la École Nationale des Beaux-Arts y de Grabado en metal de Johnny Friedlaender, dedicándose en gran medida a este último, habiendo realizado incluso grabados a partir de gouaches y pinturas para Serge Poliakoff. Poseedor de una considerable obra grabada, editada y distribuida por importantes editoriales europeas, a mediados de los años 1960, Esmeraldo estaba decidido a no dedicarse exclusivamente al grabado. Estaba interesado en poner en práctica sus proyectos cinéticos. De la misma época datan las esculturas de plexiglás en blanco y negro, cuyo interés es la topología del volumen. Inició su regreso a Brasil en 1977, trabajando en proyectos de arte público que incluían esculturas monumentales en el paisaje urbano de Fortaleza, ciudad donde estableció su estudio en 1979. Fue creador y curador de la I y II Exposición Internacional de Arte Efímero. Esculturas (Fortaleza, 1986 y 1991). Con importantes exposiciones realizadas y participación en salones, bienales y otras exposiciones colectivas en Europa y América, su obra está representada en los principales museos del país y en colecciones públicas y privadas de Brasil y del exterior. Artista invitado en esta edición de Agulha Revista de Cultura.
Agulha Revista de Cultura
Número 249 | março de 2024
Artista convidado: Sérvulo Esmeraldo (Brasil, 1929-2017)
editora | ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com
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