En Argentina fue donde más amenazaron a Joan, nos echaron
de un hotel, tiraron bombas lacrimógenas en una reunión (...) siempre había un Ford
Falcón sin placas que nos seguía a todas partes. Dentro de él había cuatro tipos
misteriosos.
JULIO EMILIO MOLINÉ
En 1980 Moliné comenzó a trabajar como documentalista
en una estación de televisión en San José, California, afiliada a la cadena PBS.
Su documental (en asociación con John Chapman) There But For Fortune sigue a la cantante Joan Báez en una frustrada gira por América
Latina. Este documental ganó varios premios.
Su documental en tres partes Silicon Valley fue estrenado en 1986
y es considerado como una de las fuentes históricas más importantes acerca de la
industria de alta tecnología en esa área. Incluye entrevistas con Steve Jobs y Steve
Wozniak (APPLE), Bob Noyce y Gordon Moore (INTEL), Jerry Sanders (AMD) y otros.
En 1989, Moliné fue uno de los productores de la serie
The astronomers, la primera serie de televisión
que utilizo CGI para reproducir eventos astronómicos.
Moliné fue también productor de la serie Intimate strangers acerca de microbiología;
la serie North mission road acerca de
medicina forense; Storytime, una serie
acerca de la literatura para niños; Great
quakes, acerca de grandes terremotos que han azotado al mundo en el siglo veinte.
VMI | Julio, ¿cómo te integraste
a la gira humanitaria y de conciertos que Joan Báez realizó en 1981 por Argentina,
Brasil y Chile para solidarizarse con las víctimas de esas dictaduras?
JEM | Un lunes por la mañana a finales de abril de 1981
recibí un llamado en el trabajo (yo trabajaba en una estación de televisión) de
parte de mi amigo John Chapman, un cineasta independiente de San Francisco. Me dijo:
“Que tal te gustaría ir en gira por Latinoamérica con Joan Báez por un mes? ¿Qué te parece? La filmamos y hacemos un
documental.”
Yo hablo castellano, había vivido muchos años en Chile,
y había viajado por Argentina, así es que John pensó que era un buen socio para
esta aventura. John era un tipo muy interesante. Un poco mayor que yo, había trabajado
en Apocalypse Now con Francis
Coppola y de ahí se enamoró del cine. Hasta aparece como extra en una de las últimas
escenas de esa película. En 1978 fue a Nicaragua durante la revolución Sandinista
y filmó un documental muy bueno, Scenes
of a Revolution. Como yo también había estado filmando en ese entonces
en Nicaragua nos hicimos amigos.
No dude en contestarle que sí, que yo lo ayudaría a
filmar, aunque no tenía vacaciones así es que tendría que conseguir permiso sin
sueldo de mi trabajo.
La otra complicación era que mi esposa estaba embarazada
y se suponía que nuestra hija llegaría durante la gira, así es que tendría que consultar
con ella para ver si esto le parecía buena idea. Generosamente ella dijo que si.
Y nuestra hija Andrea nació cuando estábamos en Buenos Aires entrevistando a un
periodista del New York Times.
La noche de ese lunes cuando recibí el llamado de John
nos reunimos con Joan en un restorán chino en Palo Alto. Joan me dio el visto bueno
y empezamos los trámites de preparación.
VMI | ¿Qué impresión te causó Joan?
JEM | Recuerdo haber estado un poco en shock por estar
comiendo arroz chino con una persona tan famosa. Además de ser una mujer muy atractiva,
ella era muy amigable y cálida. Nos hizo un montón de preguntas acerca de Latinoamérica,
algunas muy bien informadas y otras no tanto, y pagó por la comida.
Ella me dejo una muy buena impresión por su cortesía
y su buen humor.
VMI | ¿Qué día comenzó la gira?
JEM | John y yo partimos de San Francisco el tres de
mayo de 1981. Nos reunimos con Joan y Jeannie ese día en Ciudad de México, donde
hicimos una entrevista con la doctora argentina Laura Bonaparte (su familia sufrió
mucho a manos de la dictadura), y esa noche Joan dio un concierto en donde aprovechamos
de probar los equipos.
Al día siguiente partimos a Argentina donde estuvimos
hasta mayo 15, día en el cual cruzamos los Andes rumbo a Chile. Allí estuvimos en
Santiago hasta el 19 de mayo, cuando partimos a Brasil. Estuvimos en Sao Paulo y
Rio por algunos días (no recuerdo las fechas exactas) y luego fuimos a Nicaragua.
Después de eso John y yo volvimos a USA y Joan y Jeannie fueron a Venezuela.
VMI | Esa gira quedó registrada,
salvo el viaje a Venezuela y Nicaragua, en el maravilloso documental Joan Báez in Latin America: There but for fortune.
¿De quién fue la idea de realizar el documental? ¿Cuál era el objetivo? ¿Cómo se
financió?
JEM | El principal motor del documental fue John Chapman,
quien convenció a Joan de lo bueno que sería grabar su gira para la historia. Mucho
del financiamiento para la gira vino de Diamonds & Rust, la compañía de Joan
en California. Mi salario lo pago KTEH TV, la estación de televisión en San José,
California, en donde yo trabajaba en ese entonces. Cuando yo pedí permiso sin pago
para ir con Joan a Latinoamérica a filmar, Peter Baker, mi productor ejecutivo,
convenció a Maynard Orme, el gerente de la estación, que esto era una idea que ellos
debían apoyar. Fue un acto de coraje que ya casi no se ve en estos días, porque
yo había trabajado allí menos de un año (y solo tenía 27 años). KTEH también presto
los equipos de filmación, financió la post producción, y los gastos editoriales.
El pobre John la vio bastante difícil durante la post producción porque el era independiente
así es que nadie le estaba pagando nada.
Trágicamente, John Chapman falleció en un accidente
en 1983, menos de un año después de que terminamos el documental. Él estaba filmando
un documental en Micronesia.
VMI | ¿Crees que Joan Báez imaginaba
que iba a recibir amenazas de muerte, bombas, gases lacrimógenos y censura de sus
conciertos en los tres países?
JEM | No. Ella creía que sería difícil, pero nunca hasta
el extremo que lo fue. Quien sembró la semilla de la gira en la mente de Joan fue
el escritor chileno Fernando Alegría, que entonces era profesor de literatura en
Stanford. Él creía que las cosas estaban ablandándose un poco en el Cono Sur y que
la visita de Joan daría mucha energía a los pueblos latinoamericanos y en especial,
a los que estaban protestando contra las dictaduras.
VMI | ¿Cómo hicieron para filmar
el documental estando todo el tiempo vigilados por los cuerpos represivos de las
dictaduras?
Muchas de las escenas del documental son interiores:
conciertos, departamentos, casas de amigos, etc. Así podíamos dejar la vigilancia
afuera y filmar lo que podíamos con las pocas luces que teníamos. Para las escenas
exteriores generalmente íbamos sin Joan porque ella atraía mucha atención. ¡Salíamos
John y yo con la cámara y ya! Hasta me acuerdo haber ido solo a una población pobre
una tarde, en las afueras de Buenos Aires, a filmar a los pobladores. Algunas de
estas tomas están en el documental.
VMI | ¿Quiénes integraban el equipo
de Joan Báez además de ti?
JEM | Solo viajamos cuatro: Joan, Jeannie Murphy, que
era como la productora/manager de Joan, John y yo. Curiosamente, en Chile la prensa
amarilla insinuó que John y yo éramos “los amigos” de Joan y Jeannie pero eso era
una invención de gente a servicio de la dictadura. Sin embargo, a mis amigos en
Chile esto les causo mucha gracia y me lo hicieron saber repetidamente. En cada
país hubo mucha gente que nos ayudó y que hizo posible que solo nosotros cuatro
pudiéramos hacer la gira y el documental.
VMI | ¿Hubo un país
más peligroso que otros o en todos Joan Báez fue perseguida por igual?
JEM | Lejos lo de más susto fue Argentina, aunque creo
que los militares estaban más interesados en que a Joan no le sucediera nada que
en causarle daño. Especulación mía, pero creo que en Chile Pinochet estaba mucho
más seguro de su poder en comparación a los militares argentinos o brasileños. Brasil
en ese entonces era una casa de locos, o por lo menos así lo sentí yo.
En Argentina fue donde más amenazaron a Joan, nos echaron
de un hotel, tiraron bombas lacrimógenas en una reunión, etc. Además, siempre había
un Ford Falcón sin placas que nos seguía a todas partes. Dentro de él había cuatro
tipos misteriosos. En Buenos Aires fue el único lugar donde yo estuve realmente
asustado, llegué hasta dudar si debía echar a andar el auto porque podía tener una
bomba. Esa noche de mi susto, a propósito, fue la noche que nació mi hija, y yo
estaba tratando de contactarme con mi esposa en uno de esos centros telefónicos
que se usaban entonces.
En Chile la cuestión fue más sutil. Igual Joan no pudo
cantar en conciertos pagados, pero por lo menos pudo cantar en público. Si nos siguieron
yo no me di cuenta, pero seguro que lo hicieron.
Brasil estaba sufriendo una epidemia de “car bombings”
(carro-bombas) en esos días, muchos de los cuales fueron atribuidos a la dictadura
cuando la verdad se supo después. Pero en ese entonces no lo sabíamos, y la dictadura
lo usó para prevenir los conciertos para “proteger al público.”
VMI | ¿Con que organizaciones de
derechos humanos y personalidades se reunió Joan Báez en cada país? ¿Cuál encuentro,
o encuentros, crees que la impactaron más emocionalmente?
JEM | En Argentina y Chile el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) fue el
que más esfuerzo puso para organizar los encuentros de Joan con el pueblo. En Buenos
Aires ellos ayudaron a Joan a contactarse con las Madres de Plaza de Mayo y con
otros activistas y víctimas de la dictadura.
Lo que más la impactó debieras preguntárselo a ella,
pero en mi opinión sus reuniones con las Madres en Argentina y Chile fueron muy
impresionantes. Joan misma lo dijo, que los problemas con los conciertos no eran
nada comparados con el sufrimiento de las madres. Y quedaba muy afectada después
de las reuniones con ellas. Adolfo Pérez Esquivel, en Argentina, fue muy impactante
también, por su coraje y su sencillez. Con Joan se tenían un respeto mutuo profundo
basado en su admiración por el pacifismo de Gandhi.
VMI | Un año antes Pérez Esquivel,
ex prisionero de la dictadura argentina, había recibo el Premio Nobel de la Paz,
¿recuerdas cómo fue el primer encuentro entre Joan y él?
JEM | Él estaba esperándonos esa noche en el aeropuerto
en Buenos Aires y nos ayudó para que no tuviéramos problemas en la aduana. Los burócratas
de turno estaban muy interesados en saber porque teníamos tantos rollos de película.
Tratamos de explicarles que era porque estábamos haciendo una “home movie” (película
casera) para Joan, pero teníamos problemas de que nos creyeran.
Adolfo intervino y mediante presión suave pero directa
les aseguró que todo lo que traíamos no era fuera de lo usual para una artista como
Joan. Era tarde esa noche así es que nos fuimos directo al hotel a dormir.
Al día siguiente hubo una conferencia de prensa en el
SERPAJ, con Adolfo y Joan con una buena cantidad de periodistas. No recuerdo haber
visto cámaras de televisión. Esta escena está en el documental.
VMI | ¿Recuerdas cómo fue el primer
encuentro de Joan con las Madres de Plaza de Mayo de Argentina?
JEM | El primer encuentro fue una visita que hicimos
a una oficina grande cerca del centro de Buenos Aires. Puede que haya sido la sede
de las Madres, pero no tengo constancia de esto.
Había unas treinta o cuarenta personas allí, muchas
de ellas madres, y se sentaron en contra de las paredes de unas piezas grandes,
casi con las manos cruzadas en su falda. Algunas tenían un pañuelo blanco.
Después de un breve momento tenso, Joan saco la guitarra
y cantó un par de canciones. Luego se sentó junto a las madres. Una de ellas le
empezó a contar su tragedia mientras Joan escuchaba. Se abrazaron y la madre lloraba.
Al final Joan canto otra canción. Cuando nos fuimos
de allí Joan estaba muy triste.
VMI | ¿Joan pudo marchar con las
Madres en la Plaza de Mayo?
JEM | Joan no pudo marchar ese jueves con las madres.
Esa mañana se habían reunido los dirigentes del SERPAJ y acordaron que era contraproducente
que Joan marchara esa tarde. Adolfo no estaba de acuerdo y así lo dijo.
Joan tampoco estaba muy contenta con esta decisión,
pero respetó lo que querían porque los que vivían allí eran los que tendrían que
sufrir las consecuencias.
Esos eran días muy frágiles en Argentina y los directivos
del SERPAJ creían que la dictadura iba a utilizar la aparición de Joan junto a las
madres como una intervención extranjera con intereses opuestos al pueblo argentino.
Esa tarde Joan estuvo dando vueltas a la plaza en un
taxi. Nosotros nos bajamos y yo tomé fotos y John filmó a las madres. Es por eso
que no aparece Joan marchando con las madres en el documental.
VMI | ¿Joan pudo cantar en público
en Buenos Aires?
JEM | En Argentina Joan no pudo cantar en público. Si
mal no recuerdo cantó en un departamento con mucha gente que había sufrido a manos
de la dictadura, en el SERPAJ, y no recuerdo que haya cantado en otro sitio, y nunca
abierto al público.
Curiosamente el viernes ocho de mayo (la noche que nació
mi hija acá en California), después de entrevistar al periodista del NY Times fuimos
a un concierto de Charly García y Gilberto Gil.
Al terminar el concierto fuimos a recoger nuestro auto
(un amigo del SERPAJ nos llevaba a todos lados), y descubrimos que los cuatro neumáticos
estaban pinchados. Era la forma que los del Ford Falcón se aseguraron que no nos
iban a perder en la multitud del concierto.
Esa noche Joan volvió al hotel muy deprimida.
VMI | ¿Deprimida por los neumáticos
pinchados o por no poder cantar?
JEM | Los neumáticos era lo de menos. Ella estaba triste
y frustrada porque se le prohibía hacer lo que ella había venido a hacer que era
cantar.
Ahora, muchos años después, creo que no hubiera pasado
absolutamente nada si Joan hubiera cantado. Quizá hubiera sido una válvula de escape
para el pueblo que en ese entonces estaba tan azotado, pero no creo que Joan hubiera
dicho algo desde el escenario para poner en problemas a los organizadores de los
conciertos.
VMI | ¿Joan se lamentaba por lo
que la dictadura le estaba haciendo?
JEM | Nunca escuché a Joan lamentarse. Ese no es su
estilo.
VMI | ¿Cuál es su estilo?
JEM | Estoico. Sin quejarse de sus penas personales
porque reconoce que hay otros que llevan penas mucho más grandes.
VMI | ¿En qué idioma se comunicaba
Joan?
JEM | Siempre en inglés. Ella entiende el castellano
muy bien, pero se siente mucho más cómoda comunicándose en inglés.
VMI | ¿Tú hacías de traductor además
de filmar y sacar fotos?
JEM | Yo era co-director del documental, sonidista,
fotógrafo e interprete. Algunas veces también fui camarógrafo.
VMI | Después viajaron a Chile.
¿Cómo trató Pinochet a Joan Báez?
JEM | Bueno, nunca tuvimos una reunión con Pinochet
ni mucho menos. En general el trato fue más sofisticado que en Argentina, pero igual
Joan no pudo dar conciertos pagados. Un personaje famoso en Chile por su trabajo
en el folclore y en la radio, Ricardo García, nos dijo en una entrevista que no
existía una prohibición formal en contra de Joan, pero lo que si había era una “self-censorship”
(autocensura) donde todos tenían miedo de organizar algo por lo que pudiera pasar.
Es obvio que fuimos vigilados, pero de una forma mucho
más sutil que en Argentina.
Al salir de Chile rumbo a Brasil nos robaron un par
de rollos de película de una de mis maletas. Cuando le contamos esto a nuestros
amigos en Chile ellos hicieron una demanda judicial (sin éxito) y se movieron bastante
con este asunto.
Seis meses después llego un paquete sin remitente a
la estación de TV donde yo trabajaba con los dos rollos de película que habían sido
robados. Nunca resolvimos el misterio.
Un par de años más tarde, en 1983, quise volver a Chile
a visitar a mis padres. Iríamos en el mes de julio. Un mes antes de nuestra visita,
ya con los pasajes comprados, recibimos un llamado de Chile de mi padre diciendo
que era mejor que no fuéramos porque ellos estaban recibiendo llamadas telefónicas
en la madrugada que decían: “Julio va a morir en julio.” Cancelamos ese viaje. En
1985 pudimos ir a Chile con la familia, pero íbamos muy asustados.
VMI | Espeluznante. ¿Los rollos
los pudieron incluir en el documental o ya lo habían editado?
JEM | Según recuerdo, todavía había tiempo de incluir
el material en el documental, pero no había nada tan valioso que lo mereciera. Mucho
material muy bueno no se incluyó.
VMI | ¿Con qué activistas y organismos
de derechos humanos pudo reunirse Joan en Chile?
JEM | Principalmente con SERPAJ y artistas chilenos.
También tuvo una reunión con víctimas de la dictadura en la Vicaria de la Solidaridad,
en el centro de Santiago.
VMI | ¿Recuerdas cómo fue ese encuentro
con las víctimas?
JEM | Fue muy emocionante, con las madres llorando en
el patio central de la Vicaria.
Joan cantó “No Nos Moverán” y las madres se le unieron. Una
de ellas tomó el brazo de Joan y orgullosa cantaba con ella. Le regalaron un chaleco
de lana, estilo chilote, que Joan usó mucho durante el resto del viaje.
Tengo una foto de John Chapman filmando a Joan en ese
patio cantando con las madres y atrás se ve un gran letrero dedicado a Oscar Romero
que dice: “Nadie muere para siempre.”
VMI | En Chile logró dar un concierto
casi clandestino, ¿recuerdas cómo se organizó? ¿cómo se sentían Joan y el público?
JEM | En Chile Joan canto en varias partes: en una peña
en el centro de Santiago, en un servicio religioso católico en una iglesia católica
en la plaza Pedro de Valdivia, en un auditorio de una iglesia en Ñuñoa, en la sede
Macul de la Universidad de Chile, y en un par de reuniones en casas de artistas
o amigos del SERPAJ.
El único “concierto” fue el del auditorio de la iglesia
donde había tres buses de policías afuera. No recuerdo si se bajaron de los buses,
pero llama la atención de que estuvieran allí porque creo que el concierto se organizó
ese mismo día, no recuerdo por quien. ¿Cómo supo la policía que habría un concierto
esa noche?
Esa noche también cantaron músicos chilenos como Santiago
Del Nuevo Extremo y otros. El auditorio estaba repleto y afuera en la calle también.
Pusieron altoparlantes para que los que estaban afuera pudieran escuchar.
Recuerdo que había muchas personas que eran famosas,
artistas, cantantes, actores, etc., que estaban en contra del régimen de Pinochet.
Cuando Joan cantó “We shall
not be moved” (No nos
moverán) el público empezó a cantar “el pueblo unido jamás será vencido”
que era una de las consignas de la Unidad Popular durante el gobierno de Allende.
Ahí sí que tuve miedo, pensando en la policía afuera. Si hubieran tirado una bomba
lacrimógena adentro hubiera sido muy peligroso porque el auditorio estaba repleto
y las puertas cerradas.
VMI | Hay un CD, pirata lamentablemente,
de ese concierto y por eso sé que la canción era “Here’s to you” (Esto es para Usted)
y al final de la canción Joan dice, en español, “Sí, es verdad”. Es un momento que
eriza la piel, de emoción y de miedo. ¿Recuerdas cómo se sintió Joan después del
concierto? ¿contenta? ¿atemorizada por la policía?
JEM | Lo que recuerdo es que Joan estaba muy contenta
por haber podido cantar. Hasta ese entonces había sufrido mucha frustración y ese
público chileno respondió de una forma tan enérgica y vital que le levantó el ánimo
a Joan.
No recuerdo que ella estuviera atemorizada por la policía
chilena. Ellos estaban de uniforme y se comportaron en forma disciplinada. Era peor
en Buenos Aires donde andaban de civil y las amenazas llovían y nadie sabía de dónde
venían.
VMI | De Chile partieron hacia Brasil
y, ¿cómo fue Joan recibida allí?
JEM | El pueblo brasileño la recibió con mucho cariño,
y a pesar de que tampoco pudo cantar, cada vez que aparecía en público la gente
la aplaudía.
Joan se reunió con muchos representantes del Partido
de los Trabajadores (PT). Eduardo Suplicy, que creo era un congresista en ese entonces,
nos llevó a muchos lados, incluso a una reunión con Lula en las afueras de Sao Paulo en el sindicato de
los trabajadores de autos.
Suplicy trató de conseguir un permiso para que Joan
pudiera dar un concierto, hasta me acuerdo que fuimos a una estación de policía
local para que Suplicy hiciera los trámites, pero sin éxito.
Fuimos a un concierto de Ze Ramalho y él la recibió
muy amablemente en el vestuario (entre nubes de humo de yerba), pero le pidieron
que no cantara, porque tenían temor de lo que pudiera suceder con las autoridades.
VMI | ¿Por qué?
JEM | Yo creo que era autocensura, pero puede haber
habido amenazas, de esto no estoy seguro. Después Joan subió al escenario y bailó
mientras Ze cantaba. El público la ovacionó.
La compañía discográfica de Joan en Brasil nos trató
muy bien pero también ellos estaban muy frustrados porque se les escapaba una muy
buena oportunidad de publicitar sus discos en Brasil.
También la entrevistaron en Globo TV donde no nos dejaron filmar. Recuerdo que ni siquiera querían
que John y yo entráramos al edificio. Nunca pudimos ver esa entrevista porque no
la mandaron como habían prometido.
VMI | De allí partieron ¿a Venezuela
o Nicaragua?
JEM | De Brasil nos fuimos a Nicaragua donde el trato
fue totalmente opuesto. El gobierno Sandinista la recibió como una visita de honor
y organizó conciertos y entrevistas para Joan.
VMI | ¿Cuáles eran las canciones
que más cantaba?
JEM | Joan ajustaba su programa de canciones de acuerdo
a la audiencia. En Argentina, por ejemplo, cantaba mucho “Don’t Cry for me Argentina”, y en Chile
“Gracias a la Vida”, de Violeta Parra.
En Brasil le gustó mucho una canción que se llama “Cálice” y creo que la aprendió allí mismo y pasó a ser parte de su
repertorio. En Nicaragua aprendió una canción escrita por un sandinista que había
estado preso y torturado por la guardia nacional de Somoza, “Mi Venganza Personal”, creo que se llama.
También esta pasó a ser parte de su repertorio. Se trata de aprender a perdonar
a los viejos enemigos.
Mi canción favorita que Joan cantaba era “No Woman, No Cry” de Bob Marley. También cantaba “Imagine” (John Lennon), “There
But For Fortune” (Phil Ochs), “We
Shall Not Be Moved”, “Blowin in the
Wind”, “Amazing Grace”, “Diamonds & Rust”, y otras que olvido.
VMI | ¿Quieres contar alguna anécdota
de Joan en cada país?
JEM | En Argentina nos echaron del hotel diciendo que
estaba lleno lo que era totalmente falso porque estaba casi vacio. Recuerdo al pobre
manager del hotel diciéndole a Joan “que lo lamentaba mucho, pero bla bla bla” y
Joan casi riéndose en su cara. Era claro que habían presionado a la gente del hotel
para que nos echaran.
No recuerdo en que hotel recibieron a Joan después de
esto, pero John y yo nos alojamos en la casa de una familia que había perdido a
su hijo en la guerra sucia. Esto fue muy emocionante y hasta hoy me da pena cuando
lo recuerdo.
Como anécdota de Chile te doy lo que escribió recientemente
mi amigo Antonio De La Fuente en su blog: “Camino
de Santiago”:
El día 6 de enero, en LA, CA, mi amigo JM exhibe dos
series de fotos de los tiempos analógicos. Ilustra la invitación una de JB en Brasil,
en 1981.
La imagen viene al pelo porque en esos tiempos analógicos,
antes de Brasil, JB estuvo en Chile en pleno pinochetismo y, 33 años después de
aquella visita, planea
volver. Tendría tres cosas
que contar de ese entonces, pero lo dejo en dos. En la conferencia de prensa final,
a punto ya de embarcar JB rumbo a Brasil, había más hombres de gris que periodistas.
Los hombres de gris fotografiaban a los periodistas y los periodistas fotografiaban
a los hombres de gris. En blanco y negro, por supuesto.
En otra ocasión, JB cantaba para un grupo reducido y,
por accidente, una periodista cultural volcó un vaso de vino tinto sobre los inmaculados
pantalones de la estrella, que en seguida se eclipsó y reapareció un par de minutos
más tarde vestida con otro pantalón blanco inmaculado. Desde entonces sé que una
estrella siempre tiene un pantalón de recambio a mano. Antonio De La Fuente
En Brasil dos hombres de gris de la policía vinieron
a la pieza de Joan en el hotel en San Pablo a decirle que el concierto que se había
organizado en una iglesia estaba suspendido.
Era ya casi la hora del concierto así es que igual fuimos
al auditorio que estaba repleto de gente, y Joan se sentó entre los espectadores
y todos juntos cantaron un par de canciones a cappella.
Los pobres tipos policías que vinieron a la puerta estaban
como avergonzados y hasta un poco impresionados con Joan, pero igual tenían “un
deber que cumplir.”
En Nicaragua el ministro del Interior, el comandante
Tomas Borge, estaba fascinado con Joan, así es que una noche después de un concierto
en Managua nos llevó a todos en caravana a un restorán a comer. Ya era casi la medianoche
así es que nosotros éramos los únicos comiendo ahí.
Como Borge no hablaba inglés yo tenía que traducir lo
que decía. Al poco rato me puse incomodo porque estaba claro que el líder sandinista
tenia ideas románticas con Joan. Quería llevarla “a ver el volcán de noche.” Joan
no paraba de reírse porque todo esto le causaba mucha gracia.
En vez del volcán, Joan convenció al ministro de que
nos llevara a una cárcel en las afueras de Managua en donde estaban presos los ex-guardia
nacional de Somoza.
Llegamos allí en caravana como a las dos de mañana,
y el jefe de la prisión nos llevó a todos a ver a los prisioneros, que estaban durmiendo.
Se prenden las luces y la sorpresa de todos ellos de
ver esa comitiva de visita debe haber sido mayúscula. Joan empezó a hablar con algunos
de los prisioneros mientras yo traducía. Uno de ellos, un hombre de unos treinta
años le cuenta que lo tienen allí sin cargos, y ni siquiera le dicen porque lo tienen
preso. Joan me pide que le diga esto a Tomas Borge. Borge llama al director de la
prisión y le pregunta acerca del caso de este hombre. No estaba muy claro de que
se le acusaba. Borge le dice al director que lo deje libre. Van los guardias a la
celda de este hombre, agarran sus cosas y lo sacan para afuera como si lo fueran
a dejar en libertad. Al parecer esa era la intención, pero nunca nos enteramos si
en realidad lo liberaron esa noche.
VMI | Me imagino que Joan Báez,
tú y todo el equipo tienen que haber pasado mucho miedo. Aunque Joan ya había pasado
las navidades del 1972 soportando los bombardeos en Hanói, las dictaduras eran tan
mortíferas como un B-52. Si la viste con miedo y quieres (y puedes) compartir ese
recuerdo, ¿cuándo la viste más asustada? ¿y cómo se comportaba Joan con miedo?
JEM | Nunca la vi con miedo que se notara. La vi preocupada,
frustrada, y a veces impaciente, pero siempre en control de sí misma. Y eso que
pasábamos prácticamente todo el día juntos.
En general la vi con pena por las historias de la gente,
y también muy preocupada por los demás, por lo que les podía suceder. Creo que Joan
estaba muy consciente de que su fama la protegía, pero los que se reunían con ella
no necesariamente tendrían la misma protección una vez que Joan no estuviera allí.
Recuerda de que los militares no querían que a ella le sucediera algo en su país
porque habría sido un escándalo internacional. Por eso creo que todas las situaciones
de “peligro” fueron ocasionadas por elementos que se salían de su programa de instrucciones.
Ahora, es posible que ella hubiera sentido miedo y que yo no me diera cuenta. John
Lennon había sido asesinado menos de seis meses antes en Nueva York, dándole un
carácter siniestro a la presencia de una persona famosa en una calle pública.
Personalmente, tuve mucho miedo en Buenos Aires el ocho
de mayo cuando fui a llamar a California para saber del nacimiento de mi hija que
había nacido un par de horas antes. Después de reparar los neumáticos del auto,
me lo prestaron para ir a una central telefónica. Dejé al grupo en un restorán y
me dirigí a uno de los centros telefónicos en el centro de la ciudad. Allí llamé,
y al salir, me di cuenta de que me estaban siguiendo. Me subí al auto y me paralicé
al ver cómo un par de tipos me miraba desde la acera. Pensé, ¿e habrán puesto una
bomba al auto? Nada sucedió. Pero estuve súper asustado. Lo divertido es que cuando
me fui rumbo al restorán, no lo podía encontrar así es que me estacioné, y empecé
a caminar. Los dos tipos me seguían, y yo estaba muy cansado por toda la actividad
del día y el nacimiento de mi hija. De repente me di vuelta y a boca de jarro
les pregunté: ¿dónde está Joan? Se hicieron los lesos, pero cuando les insistí,
me señalaron un local al otro lado de la calle.
VMI | Si es una indiscreción no
me contestes, ¿la viste llorar alguna vez?
JEM | No. La vi impaciente y de mal humor un par de
veces, pero en general ella era constante como una roca.
VMI | ¿Y cantar? En aquella época
tenía fama de que se la pasaba cantando todo el tiempo, en cualquier lugar, haciendo
excelentes imitaciones de cantantes como Mercedes Sosa.
JEM | No recuerdo esto. Me acuerdo de que dibujaba (bastante
bien) en un cuaderno de apuntes.
En Nicaragua una tarde nos encontramos solos Joan y
yo, en el living de la casa en donde alojábamos. No recuerdo en donde estaban los
demás, quizás durmiendo. Mientras yo revisaba mis equipos ella jugaba con su guitarra.
De repente me preguntó si quería escuchar alguna canción en especial. Yo le dije
“No Woman No Cry”. Y ella empezó
a tocarla. Ahí fue cuando tomé algunos de mis retratos favoritos de Joan. Fue un
momento muy bonito.
VMI | Un hermoso retrato. ¿Ella
era siempre así de sencilla? ¿Su fama intimidaba?
JEM | Joan siempre trataba de ser amable con la gente.
Una vez me vio impaciente y me dijo “courage is grace under pressure”, (El coraje es mantener la gracia bajo presión)
una cita de Ernest Hemingway.
Su actitud era muy consecuente con sus ideas de pacifismo,
y de respeto a los derechos humanos, en el sentido de que poco vale andar predicando
estas ideas y al mismo tiempo tratar al prójimo de forma miserable. Está claro que
ella usaba su fama para conseguir lo que ella quería, que en gran parte se trataba
de dar ayuda a las víctimas de las violaciones de derechos humanos.
Creo que ella se sentía muy cómoda con su fama. Hay
que recordar que ya era famosa a los veinte años, así que la atención de la gente
no la afectaba mucho. Ella era muy cuidadosa de siempre portarse como si la estuvieran
viendo muchas personas. Muy pocas veces la vi bajar la guardia.
Antes yo había estado con gente famosa pero nunca por
un periodo de tiempo tan largo, y tan cerca. Me impresionó mucho cómo la fama de
Joan afectaba a la gente. Todos trataban de acercarse a ella, y hasta a mí me trataban
distinto cuando me veían con ella. Era muy extraño.
VMI | ¿Qué hicieron con el documental
cuando regresaron a Estados Unidos?
JEM | Una vez llegamos de vuelta a California, empezamos
el trabajo de organizar todos los materiales que habíamos colectado. Transferimos
todos los rollos a video y empezamos a editar. A comienzos de agosto teníamos una
versión de un poco más de noventa minutos.
Por ahí por setiembre del 1981 fuimos con Joan y Jeannie
a Washington DC porque ella quería reunirse con políticos en USA para informarles
de lo que había aprendido en América Latina. También dio un concierto que filmamos
y que es el comienzo del documental. Ella se entrevistó con Ted Kennedy, el representante
Harkin, y muchos otros que aparecen en el documental. Con el nuevo material hicimos
una versión de una hora que terminamos en marzo de 1982. Lo transferimos a 16mm
y tuvimos una première en San Francisco, una en Los Ángeles y una en Santa Barbará.
Luego apareció en televisión nacional en mayo de ese año.
VMI | ¿Cómo fue la reacción del
público?
JEM | La reacción del público fue muy positiva en las
tres partes. En Santa Barbará fue la última premier y me acuerdo haber estado parado
atrás con Joan viendo el documental. Cuando terminó ella me dijo que estaba orgullosa
del trabajo que todos habíamos hecho.
VMI | ¿Cuál fue el destino del documental?
¿Festivales de cine? ¿Proyección en cadenas de televisión de otros países?
JEM | El documental ganó un par de premios en festivales
(San Francisco State Broadcast Media Award; Mill Valley Film Festival y otros que
no recuerdo). No sé si se mostró en otros países.
VMI | ¿Las víctimas de las dictaduras
que aparecen en el documental lo pudieron ver?
JEM | Mandamos una copia al SERPAJ en Argentina y otra
a Chile. No sé si pudieron mostrarlo al público, pero la mayor parte estaba en ingles
así es que esto puede haber impedido una difusión mayor.
VMI | ¿No había dinero para subtítulos?
JEM | Si, esa es la verdad. Hoy es mucho más fácil y
económico hacer subtítulos, pero en ese entonces era bastante trabajo.
Además, ya se había cumplido el objetivo principal que
era publicitar en la USA de Reagan lo que estaba sucediendo en el Cono Sur.
VMI | ¿Crees que Joan pudo recuperar
el dinero que invirtió en el documental?
JEM | La gira por el Cono Sur fue un fracaso comercial
porque no pudo hacer ningún concierto donde se vendieran entradas. Creo que en México
y en Venezuela sí hubo conciertos comerciales. Nuestros gastos (John y yo) fueron
mínimos porque en varios países dormimos en casas de amigos para ahorrar gastos
de hotel. El documental se mostró a nivel nacional en USA, pero fue en televisión
pública, que generalmente paga muy poco por sus documentales.
VMI | Después de pasar todo un mes
con ella, ¿qué significó Joan Báez en tu vida?
JEM | Joan fue una inspiración profunda, pero yo era
tan joven que quizá no supe darme cuenta en ese momento lo especial de estar con
ella y de vivir lo que había sucedido.
Ahora cuando miro atrás me siento afortunado por haber
vivido esa experiencia histórica.
VMI | ¿Qué es lo mejor que puedes
decir de ella y que casi nadie sepa?
JEM | Su vida como persona famosa ha sido examinada
a tal punto de que dudo ofrecer algo exclusivo.
Lo que más me sorprendió de Joan fueron su alta inteligencia,
su fidelidad a sus principios, y su sentido del humor. Ella es muy divertida en
privado, y hace bromas a costa de los tontos.
También es muy rápida en ver el verdadero carácter de
las personas que va conociendo.
VMI | ¿Seguiste viendo a Joan después
de la gira?
JEM | Si, nos vimos varias veces durante la edición
del documental y con John filmamos varias entrevistas más con ella en su casa.
Perdimos contacto por ahí por 1983 después de la muerte
de John Chapman, y algunos años más tarde yo me vine a Los Ángeles por motivos de
trabajo, y perdimos comunicación.
VMI | Estás realizando una exposición
de fotos de Joan de esa gira histórica, ¿dónde, cuándo y hasta cuándo?
JEM | Es una exposición llamada RECOLLECTIONS en una
galería en La Canada Flintridge (un suburbio de Los Ángeles). Comenzó la primera
semana de enero y termina a comienzos de marzo.
NOTA
Entrevista
realizada en 3 de marzo de 2014.
Agulha Revista de Cultura
Número 250 | abril de 2024
Artista convidado: Javier Marin (México, 1962)
editora | Elys Regina Zils | elysre@gmail.com
ARC Edições © 2024
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ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com
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