domingo, 16 de novembro de 2014

De trovadores y juglares | Américo Ochoa

Américo Ochoa

Trasfondo cruzado

Difícilmente se puede hablar de Robin Hood sin que aparezca la imagen del juglar. La leyenda de Robin de Loksley se ubica en el Siglo XII y se entrelaza con las del personaje histórico Ricardo I de Inglaterra, conocido como Corazón de León. Este tiempo coincide también con la aparición inicial de trovadores y juglares. Del periodo de las invasiones (S. III a S.VII) hasta la época de la caballería (S. XI a S. XII) el escritor ensalzaba principalmente las gestas heroicas de las castas militares en una especie de crónicas de guerra. Las recitaciones en las cortes podían venir de los mismos protagonistas; es decir, de poetas guerreros (Corazón de León, fue uno de ellos). Las cortes acogen, posteriormente, en su seno a poetas especializados y depurados en el arte de la escritura.  
Eligio PichardoArnold Hauser anota que Los primeros poetas que se distinguen personalmente en la época heroica y de las invasiones eran desde luego guerreros y pertenecían al sequito del Rey; al menos en Beowulf intervienen de forma activa los príncipes y los héroes. Pero pronto estos distinguidos aficionados y poetas de ocasión son sustituidos por poetas profesionales, que en adelante constituyen uno de los elementos indispensables de una corte principesca, y en la mayoría de los casos no son ya guerreros. (Historia social de la literatura y el arte).
Se dice que Carlomagno mandó recopilar una serie de “cantos bárbaros”, lo cual muestra un interés por conservar no solo la forma de escritura sino, también, sus contenidos históricos. No obstante, el padre de la escritura épica es Homero, la diferencia estriba en que, posteriormente el poeta pertenece de manera directa a las cortes. Aunque el poeta heroico, propiamente dicho, desaparece con el interés exclusivo por tópicos heroicos y con los cambios de las circunstancias históricas y sociales, la temática sobrevive a la época.
Hacia los siglos XI y XII los cantares de gesta son ampliamente divulgados por trovadores y juglares, pero ya no son la única temática. Aparece el asunto del amor humano, exaltando éste a escalas de sublimación muy elevadas; acuñando también tópicos del desamor, en los que la mujer aparece teniendo una atención idílica, un tanto alejada de la condición social de la mujer real en la vida cotidiana. Se desarrollan temáticas relacionadas con la moral y la conducta estipuladas en las normas de la caballería. La época caballeresca llega a formar parte de la Historia Universal debido a que hay una transformación social importante en su protagonismo; llega a ser una clase social poderosa y coercitiva de la estructura en una mezcla de guerrero y ejemplaridad al servicio del reinado y de la iglesia. De tal situación derivan grandes escritos, leyendas e historias llenas de riquezas temáticas como valor, fe, bondad, templanza, justicia, generosidad, gentileza; es decir “caballerosidad”.
Las circunstancias derivan en múltiples formas de caballerías, de las cuales, la poesía, y la literatura en general, no escatima esfuerzos en representar desde sus inicios hasta su decadencia; se puede ver que la perdurabilidad de la temática va desde  Mío Cid (1200) a Don Quijote (1615). Por supuesto, quedan muchos personajes, unos reales y otros de leyenda como el caso Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador; el Rey Arturo, cuya leyenda viene desde el Siglo VI unida a la de Lancelot y una infinidad de representaciones legendarias.
Siendo que la iglesia era, en gran parte, el soporte financiero y promotora de la estructura militar de caballería, saca provecho para intentar restablecer el control en Tierras Santas en manos de musulmanes e impulsa la época de las Cruzadas; lo cual implica una embestida contra los pueblos no cristianos, principalmente judíos y musulmanes. Las cruzadas desembocan en las llamadas Guerras Santas. La cristiandad libra grandes batallas por el control. La primera cruzada, único éxito militar importante de los cristiano, culmina con la conquista de Jerusalén  el 15 de julio de 1099. Saladino aparece en escena; luego de múltiples victorias retomando ciudades y puertos en manos de los cruzados, asedia Jerusalén y retoma la ciudad en octubre de 1187.
Los cristianos habían perdido bastiones importantes y tienen una derrota principal ante las implacables fuerzas de Saladino el 4 de julio de 1187, en Los Cuernos de Hattin. No conforme con los acontecimientos, en una nueva arremetida con varios ejércitos, incluido el de Corazón de León, vuelven a perder, logrando un pacto pírrico con Saladino, en complejas negociaciones, para que perdonara miles de vidas cristianas y les permitiera un acceso restringido a la Ciudad Santa. Corazón de León Muere alcanzado por una flecha el 6 de abril de 1199. Saladino muere en Damasco en 1193. Los cristianos continuaron organizando cruzada tras cruzada durante más de dos siglos.
Eligio PichardoParalelamente a la formación de caballerías al mando de los reyes surgen otras estructuras de órdenes puramente cristianas, como la Orden de San Juan, los teutones, templarios y los hospitalarios. Estas, llegan a ser un soporte indispensable en las cruzadas. La Orden del Temple, o Caballeros Templarios es constituida por Hugo Payens hacia 1119. Inicialmente cumplen una función casi de protectores de caminos, para peregrinos cristianos que viajaban hacia Jerusalem; luego se llegan a constituir, quizás, en el batallón cristiano más temido en la región. Por méritos militares y privilegios adquiridos llegan a tener un desarrollo de poderío; entre esos prerrogativas se cuenta el hecho de que, lo que fuera el Templo del Rey Salomón se constituyera en su Cuartel General, (de ahí su nombre, Caballeros del Templo, de donde son expulsados por Saladino. Cabe anotar que las palabras templo y temple no guardan relación alguna); otra gran prerrogativa fue la Bula Papal, que les da gran independencia para actuar. Pero su visión estratégica no solo era de carácter militar, sino política, económica y de expansión.
En un lapso corto sus arcas se ven acrecentadas y se convierten en los banqueros de gran parte de Europa. Crece su fama y respeto hasta convertirse en leyenda por sus estrategias de ataque y combate cuerpo a cuerpo, de la cual se dice que un solo templario equivalía a nueve soldados de cualquier otro ejército; pese a su legendaria fama en Europa, no pudieron con las fuerzas de Saladino.

El origen provenzal

Todos estos y demás matices históricos se convierten en necesarios componentes para entender la fibra literaria que se trenza hondamente en la época del nacimiento de trovadores y juglares. La mezcla de poesía y música es popularizada por los trovadores, quienes tienen su origen en Aquitania, al sur de Francia (Provenza), donde se practicaba la culta y versátil lengua de Oc. Los trovadores, generalmente tenían un nivel social, cultural e intelectual muy refinado; como el caso de Guillermo IX de Poitiers, Conde de Aquitania (1086-1127), el más viejo trovador conocido. Todos eran auténticos creadores de alto coturno y promotores de lo suyo; es decir, en esencia, cantautores. Corazón de León, aunque nació en Oxford en 1157, también fue investido como Duque de Aquitania en 1168, se sabe que fue poeta refinado en la lengua de Oc.
Por su parte, el juglar era más un difusor errante; un intérprete que iba de lugar en lugar, de corte en corte divulgando noticias, historias, literatura propia o escrita por otros en una magna labor de desarrollo histórico, cultural y social; puesto que, el analfabetismo era una condición generalizada fuera de los círculos áulicos. La actividad juglaresca permitía la interacción entre el pueblo, la literatura y el canto. Podía ser un diestro ejecutor de varios instrumentos; mezclaba múltiples variantes de expresión para ganarse la vida, como el mimo o el malabarismo. Incluso, podía ser perseguido por difundir música no eclesiástica y promover cantos populares. Igualmente sabía improvisar o readaptar con facilidad los escritos según fuera la ocasión, el lugar o el público al que se presentara. Muchas veces los juglares tenían una procedencia social y cultural un tanto elevada; algunos eran monjes desertores, siendo que mezclaba sus dones de cantor con las de saltibanquis o volatinero, esos agregados le daban un carácter más popular y lo separaban automáticamente de la música culta. Las múltiples habilidades del juglar, sus repertorios y carácter errante le brindan gran popularidad y hace que persistan durante toda la edad media, mientras que el trovador tiende a desaparecer. 
Aunque algunos juglares terminan desempeñando de bufones cortesanos, el bufón ya existía desde la antigüedad griega y romana; en la edad media sigue teniendo una presencia importante, generalmente de entretenimiento; reside en los castillos, su función era propiamente de carácter solaz y complaciente e incluso llega adquirir títulos de nobleza y fortuna. Se sabe que Leonardo da Vinci tenía menos sueldo que el bufón en una de las cortes donde estuvo. 
Sobre la diferencia entre el poeta-trovador y el juglar, los Les Luthier, en El Rey enamorado,  hacen una interesante, alusiva y refinada parodia a su estilo; que muestra la diferencia social y cultural entre ambos personajes, destacando el carácter juguetón, chocarrero, charlatanezco y crítico del juglar contrapuesto al romancero. –Ven Juglar, acerquémonos al balcón de María para darle una serenata …

Eligio PichardoSobre lo culto y lo popular

Por otra parte, es importante apuntar que la diferencia entre el carácter popular y culto que se menciona no solamente es marcado por la procedencia de la clase social de quien la escribe. La música culta o docta, aunque se desarrolla más en la edad media en europea (mester de clerecía) toma sus orígenes de otras culturas de la antigüedad. La poesía culta gozaba un refinamiento de exquisitez de vocablo; denotación de complejidad estructural literaria en la versación de la rima y métrica, que la distingue de la poesía popular (mester de juglería). El cantar de los juglares tenía muchas veces un matiz subversivo, en cuanto podía ser un canto punzante y crítico de la iglesia y el orden establecido en general, lo que en definitiva denota la procedencia de clases.
Lógicamente, existen diferencias sobre de las connotaciones del concepto “popular” de la época, su significancia en distintos periodos históricos y en nuestro tiempo; así como la diferencia entre lo “culto” y lo “inculto”, cuestión que puede ser controversial. Sobre esto Juan García Única, de la Universidad de Granada, España, en De juglaría y clerecía: el falso problema de lo culto y lo popular en la invención de los dos mesteres, escribe sobre el caso español que “La poesía del siglo XIII castellano quedó reducida así a la confrontación entre una escuela culta y una escuela popular, lo cual en cierta manera no es gratuito en tanto que en las más profundas raíces de esta terminología lo que ha quedado anclado es la suposición de que el espíritu tradicional castellano, es decir, el popular mester de juglaría, encarnando los valores esenciales de Castilla, matriz de España, habría vencido en virtud de su propia fuerza a esa “primera escuela de poesía erudita en el arte castellano”, como la definiese Menéndez Pelayo, llamada un tanto discutiblemente mester de clerecía” .
Más adelante dice Allá por los siglos XII y XIII, señalará Zumthor, se producirá un proceso de auto-colonización en los primeros textos de las lenguas vulgares (…) que,  no es, por tanto, la lucha entre un lenguaje culto y otro popular, sino simplemente la lucha de la lengua romance por legitimarse como escritura a imagen y semejanza de la Escritura, algo que en realidad sólo le preocupará a la clerecía.  (www.ucm.es/info/especulo/numero42/dejuglar.html)
Estos términos no solo tiene connotaciones en la música y la poesía; puesto que las características sociales de lo culto y popular en términos sociales también es distinta según cambia la sociedad. El “pueblo” en términos medievales, obviamente, tendrá otros valores que el nuestro.

La Nueva Trova

Un milenio después, las historias del Rey Arturo, Robin de Loksley y todos los personajes siguen apasionando y podemos ver producciones cinematográficas sobre estos temas. Igualmente se sigue hablando de trovas y trovadores. En la actualidad existe el concepto de Nueva Trova y forma parte ya de la historia e identidad latinoamericana. Fuera de los marcos ojivales de crucería del gótico y de las arduas campañas militares cristianas contra musulmanes, sarracenos y judíos; pero en un contexto oloroso a pólvora y sangre de la recién pasada Segunda Guerra Mundial, surgen las tensiones de la peligrosa Guerra Fría en la segunda mitad del Siglo XX. La recomposición geopolítica mundial, surgida de la Segunda Guerra, deja a Estados Unidos en una posición favorable para su desarrollo como imperio y a Latinoamérica maniatada y amordazada en el “patio trasero”.
Plagada de dictaduras militares; agrietada por sendas diferencias sociales, injusticias, represiones y todo tipo de vejámenes venidos desde la conquista, América Latina se debate en luchas populares por alcanzar mejores suertes. Las condiciones reales del continente son propicias para el caldo de cultivo ideológico marxista, que ofertaba el logro de una utópica libertad a través de la lucha armada. También la fuerte carga antiimperialista es componente importante en las luchas populares latinoamericanas de la época.
Eligio PichardoSobre el contexto del nacimiento de la nueva trova, Fabiola Velasco apunta Los años sesenta son la matriz de cambios ideológicos mundiales que marcaron nuevos ejes directrices en la conciencia social y colectiva de los jóvenes. En América Latina, Cuba acababa de estrenar su Revolución en 1959 y se erigía como un estandarte de esperanza, libertad y lucha antiimperialista anhelada y admirada por los grupos de izquierda que proliferaban con rapidez en los países latinoamericanos.
   Propiamente sobre la formación, más adelante Velasco Continúa: Durante el Encuentro de Música Latinoamericana en La Habana, en 1972, músicos militantes se reunieron para discutir las formas a través de las cuales el cantor debía participar en la lucha revolucionaria, y los mecanismos que debían propiciarse para evitar la penetración cultural imperialista. Aunado a esto, los participantes dedicaron un apartado para dilucidar el debate interno entre lo culto y lo popular dentro de la música. (…) La exposición más clara de estas inquietudes se vio reflejada en la mesa redonda donde participaron César Bolaños de Perú, Víctor Jara de Chile, Daniel Viglietti de Uruguay, Harold Gramatges de Cuba y Luigi Nono de Italia (…). El cantor y compositor debía devolverle al pueblo su legítima identidad cultural, definida por lo autóctono latinoamericano y enmarcada en la sensibilidad poética propia de cada país. (“La Nueva Canción Latinoamericana. Notas sobre su origen y definición”. Presente y Pasado.Revista de Historia # 23. www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/23057/1/articulo9.pdf)
Bueno, la relación de este renacer de los trovadores en América latina con lo planteado al inicio de este ensayo es obvia, por lo que no ahondaremos aquí en su análisis, con el que se puede discurrir mucha tinta. Lo que sí no podemos dejar de mencionar, es que, de esta nueva etapa de trova y juglaría han desaparecido muchos de sus integrantes y antecesores, entre ellos Facundo Cabral, que deja en la pupila de la memoria colectiva la imagen clara del cantor continental enraizado en las características de la época que le tocó vivir.
Si se calla el cantor muere de espanto la esperanza, la luz y la alegría… Debe el canto ser luz sobre los campos, iluminando siempre a los de abajo. Que no calle el cantor porque el silencio cobarde apaña la maldad que oprime. No saben que los cantores de agachada no callarán jamás… nos recalca uno de los grandes representantes, Horacio guaraní. Difícilmente se puede hablar de nuestro tiempo sin que aparezca la imagen de nuevo trovador.
Américo Ochoa (El Salvador, 1960). Poeta y artista. Desde sus 20 años vive en Costa Rica. Autor de A la hora del sol (1989), Equinoccio (1992), y Círculos viciosos (2000).Contacto: americocho@hotmail.com. Página ilustrada con obras del artista Eligio Pichardo (República Dominicana).

El período de enero de 2010 hasta diciembre de 2011 Agulha Revista de Cultura cambia su nombre para Agulha Hispânicabajo la coordinación editorial general de Floriano Martins, para atender la necesidad de circulación periódica de ideas, reflexiones, propuestas, acompañamiento crítico de aspectos relevantes en lo que se refiere al tema de la cultura en América Hispánica. La revista, de circulación bimestral, ha tratado de temas generales ligados al arte y a la cultura, constituyendo un fórum amplio de discusión de asuntos diversos, estableciendo puntos de contacto entre los países hispano-americanos que  posibiliten mayor articulación entre sus referentes. Acompañamiento general de traducción y revisión a cargo de Gladys Mendía y Floriano Martins.

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