sexta-feira, 30 de outubro de 2020

MACARENA BRAVO | Diálogo con Suzana Wald

 


En junio del año 2019 viajé a San Andrés Huayapan, a casa de Susana Wald y Ludwig Zeller, motivada por la necesidad de rescatar todo archivo ligado a la obra plástica de Susana Wald. Por “archivo” considero aquí todo tipo de documento que acompañe el proceso de producción de una pintura, una escultura, un grabado o un mural. Durante un mes y gracias a la generosidad de la artista, me sumergí en lo más profundo de estos documentos: fueron escaneado cuadernos, bocetos, fotografías, tarjetas, recortes de diario, boletas. Durante este proceso de inventario y digitalización, saltó a la vista la meticulosidad con la que la artista conserva el archivo de su obra. Esto nos ayuda a nosotras/os investigadores a comprender un poco más el trabajo de Susana Wald.

Dentro de los archivos inventariados, apareció un objeto intrigante y significativo, que fue trasladado desde Toronto cuando la pareja se mudó a Oaxaca en los noventa. Se trata de una caja de cartón que contiene sobres blancos ordenados y numerados del 1 al 120 que Susana llama catálogo y que contienen todo tipo de anotaciones relacionadas a la producción de cuadros que realizó en sus inicios como pintora de acrílico en mediano y gran formato (desde 1980). Cada sobre lleva un título inscrito e incluye –cuando está completo– una tarjeta descriptiva del cuadro (ficha técnica, anécdotas), una diapositiva y fotografías del proceso de la obra. Este formato de archivo da cuenta de lo acuciosa de la metodología de Susana Wald y de la honestidad con que aborda su proceso creativo. Así, esta caja transmite información que rodea la producción de una obra y que muchas veces ignoramos. Por último, para nosotros espectadores de una obra tan densa y prolífica como la de Susana Wald, este archivo tiene una vocación memorial, ya que sirve como certificado de cuadros que ya no existen o no están en posesión de la artista.

La perspectiva de género aplicada a la Historia del arte ha permitido revitalizar los testimonios de muchas artistas invisibilizadas por el relato de la Historia –realizado, hasta hace no mucho tiempo atrás, sólo por hombres-. Uno de los conflictos que atraviesa esta revitalización es justamente la falta de archivo y memoria consagrada a mujeres artistas de los siglos pasados. De allí la importancia de realizar entrevistas e indagar cuanto uno pueda sobre las maneras en que las artistas plantean su obra, su trabajo, su vida. La perspectiva de género aplicada a la historia del arte funciona como clave analítica para reactualizar los objetos de una producción artística, en este caso citamos esta caja que contiene anotaciones de toda índole (contexto, origen de la obra, recortes de diario, etc.).

El siguiente extracto de entrevista realizada durante la estadía de un mes en que trabajamos junto a Susana Wald en la digitalización de su archivo, aborda una reflexión espontánea de la artista respecto a su archivo, al feminismo, a la sicología y a su proceso creativo en general. El principio del extracto es interesante ya que hace mención a un autorretrato que la artista no finalizó y que se encuentra hoy extraviado. Lo interesante es que Susana Wald archivó esta pintura y la incluyó en su archivo-memoria, siendo la única obra que no existe pero que fue archivada –a su manera- dentro de su caja-catálogo.

 

MB | ¿Y por qué crees tú que lo guardaste igual y no tiraste o dijiste bueno, si no funciona el cuadro no lo archivo?

 

SW | No sé, esto es un archivo mío, personal. Y yo soy una persona honesta conmigo misma. Después de todo sí, soy honesta. Y desde los sesenta, del '64 en adelante yo trato de entender el fondo sicológico de las cosas. Y en ese lento proceso, larguísimo, de ahí hasta el 2000, yo gota a gota voy tratando de entender y de completar este nivel de acceso a lo real. Y en ese sentido te tengo que contar que por ejemplo la sicología de Jung, la de Freud no me ayuda nada, es la sicología de Jung la que me ayuda. Pero no estoy sola en esto. El movimiento feminista en los años en que yo he sido testigo y no participante, no tenía tampoco otra medida más que gestos violentísimos de quemar porta tetas o algo por el estilo. Pero esas son manifestaciones prácticamente infantiles. Si una cosa no le gusta al niño, rompe el juguete. Y las mujeres demoran también, las mujeres de mi generación demoran, las que son incluso analistas junguianas, demoran hasta por lo menos los ochenta, incluso los noventa en empezar a hacer publicaciones que ahora son totalmente básicas para toda mujer que quiere leer. Por ejemplo, esta mujer que escribe Las diosas de cada mujer. [1] Tiene mi edad y es una publicación no tan antigua. Hasta que pasa tiempo. Y ese tipo de libros ayuda mucho a las mujeres de mi generación y de las siguientes también. Pero para mi generación ese libro es una bomba y es una bomba por el hecho de que te pone delante un espejo digamos, sicológico, totalmente fehaciente, nítido y creíble. Y cambia entonces. O Betty de Shong Meador que escribe el libro que yo traduje, [2] eso cambia. Es un libro muy reciente.

 

MB | ¿En algunos de esos libros aparece el tema de los arquetipos y Artemis, figura en la que se basa tú serie de 19 cuadros realizados entre el 2016 y 2017?

 

SW | Sí, en los de la Jean Shinoda Bolen, sí. Ella ya [lo] propone en el primer libro y lo que pasa es que luego Jean Shinoda Bolen a medida que envejece y sus clientes envejecen, porque ella es analista practicante (ella escribe esto, por eso se sabe), lo dice con todas sus letras: a medida que envejece se da cuenta que el primer libro ya no sirve para la mujer mayor de cincuenta años. La mujer después de los cincuenta años, es decir, después de la menopausia entra inevitablemente en otra fase en el desarrollo humano como mujer. Cuando ya no es capaz de concebir hijos. Jean Shinoda Bolen dice que se observa desde hace doce mil años atrás, que con cada luna la mujer menstrúa. Este asunto lleva a las primeras religiones y se va viendo que de repente la mujer no menstrúa y luego hay un niño. Entonces en el principio de la vida de la mujer la sangre menstrual se convierte en una criatura. ¿Pero luego, cuando no hay sangre menstrual? Entonces hay una especie de sangre menstrual metafórica y eso se convierte según explica Bolen, en la sabiduría. Y efectivamente hay algo en eso, es verídica su percepción. Si se experimenta la menopausia y pasan unos cinco o seis años más y una se estabiliza. Porque la menopausia misma es un evento fuerte. Así como la llegada de la menstruación es un evento fuerte. Son los dos hitos grandes en la vida de una mujer. No solo sexual porque es obvio que hay un aspecto sexual, pero esa no es su expresión única, ni si quiera probablemente la básica. Si no que hay aspectos sicológicos y profundos en esto. Y en ese sentido a los 52 años, cuando pinto esto [3] yo estoy en transición, todavía no estoy menopaúsica. Voy donde mi médico y le digo “¿oye pero cuándo?”. Me dijo “no sabemos”. No había información para él, que era médico, ni para mí, que buscaba por todos lados. Todos los libros que se publican sobre la menopausia son posteriores al momento en que yo estoy pintando esto.

 


MB |
¿Por qué es un tabú crees tú? ¿Por qué no hay mujeres que se hagan cargo de estudiarlo?

 

SW | Eso sería decirlo desde el punto de vista de ahora. El patriarcado aplasta toda la sabiduría femenina. Ponen a la hoguera a la mujer sabia, durante […] Hay gente que calcula que son una cantidad espantosa las mujeres que se han quemado. La mujer que usa la sabiduría para el parto, o para la arbolaria. Es intolerable en el patriarcado cristiano. No sé en otro lado qué tal. Pero no solo católico, sino que protestante, ¿están las Brujas de Salem, no? Es una cosa que parte desde el punto de vista judío fariseo – y esto es explicación de Susana- que lo manifiesta en sus escritos Pablo de Tarso, el así llamado San Pablo, cuando le explica a su discípulo Timoteo que “la mujer no debe oírse ni verse”. Es decir, eso es una tradición que viene del Judaísmo. Y también, porque Pablo tiene una educación griega, también de la misoginia de Grecia. Se combinan esos dos en la persona de Pablo que es un hombre místico muy interesante en todo lo demás. Pero en este sentido manifiesta para nosotros lo que había como ideología entre los varones. Y cuyo dominio en esa época, sobre las mujeres, es total. Y ese dominio se mantiene hasta hace muy poco tiempo. Y hay lugares, como por ejemplo en Oaxaca, donde todavía el dominio del varón se mantiene. Hace muy poco he oído que una mujer que está pariendo en la Sierra, el marido no deja que se abra de piernas, le sujeta las piernas. Digamos que a uno no se le ocurre que eso pueda ser, ¿no?

 

MB | Todavía… claro.

 

SW | A nosotros ya no se nos ocurre. Pero existe todavía y ha de haber otros lugares, en otras creencias y sistemas sociales en que esto sigue. Yo encuentro que todas las conquistas del feminismo son muy frágiles. Somos muy pocas, y en tiempos muy recientes. Y para cualquier cambio humano profundo se necesita mucha gente y muchas generaciones. En esto del feminismo no creo que hayamos completado dos generaciones todavía, digamos de los logros. Y si tu lees a gente como Betty Friedan en tiempos más recientes, te das cuenta que sus insights son en su vejez. Como en el caso de Bolen que es muy amiga de Friedan. Hay insights que se dan en la vejez para ella misma. Entonces, por ejemplo ella hace este libro sobre Artemis, ¿te lo he mostrado? Es un libro bonito. Bastante recientemente, porque ella misma se describe a sí misma como una Artemis. Y yo desde la primera vez que leí Diosas en la mujer vieja, he estado muy identificada con ese arquetipo. Yo me siento bien en eso.

 

MB | Te interpela.

 

SW | Sí. Yo no soy Afrodita, ni Atena, aunque soy más Atena que Afrodita. Pero donde me siento completamente identificada es en el arquetipo de Artemis. Porque también no es un solo arquetipo el que te ajusta. Siempre son varios, no somos simples, ni somos tampoco unilaterales. Ningún ser humano, mujer ni hombre.

 

MB | Además Artemis tiene muchas lecturas…

 

SW | Desde muchos ángulos.

 


MB |
Claro, y no solamente es Artemis, sino que también es Hécate, es Selene.

 

SW | Bueno, lo que pasa es que la diosa siempre es triple. Y Artemis es la mujer fértil que no tiene hijos pero que protege a la parturienta, etc. De doncella, ella obtiene los favores con los cuales desarrolla su identidad y luego si la asocias a Hécate es porque ya está en otra fase. Hécate es la mujer que ya no es fértil, pasada de la época de procrear. Es fabuloso cómo se disfruta la vida más una vez que sale del embrollo uno que en mi caso se mantuvo como seis u ocho años.

 

MB | ¿Y qué me dices del autorretrato perteneciente a la serie Artemis, que haces para celebrar tus 80 años?

 

SW | Yo estoy partiendo, decido hacer una serie de cuadros para celebrar mis ochenta años. Y parto en forma 100% automática. Puedo mostrarte pedazos de eso y se puede fotografiar de cerca, realmente no se tiene idea a dónde va eso. Hay una paleta que elige uno al trabajar porque te gustó así o asá. Incluyes o no incluyes un color y empieza uno a aplicar eso y escucho música y de repente aparece una curva y resulta que tengo una foto que me hizo una joven, entonces agarro eso y coincide… es decir todo es azar objetivo, es surrealismo puro. Coincide el pedazo de frente que asoma del sombrero que ella ha fotografiado con una curva que yo tengo en la tela. Entonces sin pesar de que si va a caber o no, de que la proporción o esto, empiezo a trazar y surge el rostro. Ese es el autorretrato. Surge en una forma brutalmente fuerte, como “Las Mujeres de”. [4] No hay cognición ninguna en esa fase del trabajo.

 

MB | Una necesidad interior, casi.

 

SW | Es totalmente inconsciente el impulso. Y luego claro, cuando ya tengo rostro empiezo un trabajo y que lo describe Breton, bueno él no publica una cosa puramente automática, solamente en Pez Soluble. Y luego en el resto de las cosas hay un trabajo que hace después con el material que surgió en forma inconsciente y lo conviertes en algo literario, qué se yo, y en mi caso en algo pictórico. Entonces la aplicación de los últimos tonos de luz y todo eso ya es consciente. Totalmente. Y también uso para eso la foto, donde cae la luz, qué se yo. Pero ese es ya un trabajo consciente.

 

MB | Y haciendo una relectura o la lectura que yo como historiadora por ejemplo puedo hacer que, conociendo todo el antecedente de este autorretrato que no llevaste a cabo, que ya en tus ochenta que estás más parada en tus dos pies y más consciente de tu personalidad e identidad como pintora, ¿te parece coherente que este autorretrato inicie esta serie? Que Hallada en el Fuego inicie la Serie “Artemis”.

 

SW | Desde luego. Porque yo estoy entrando en la “Selva Oscura”. Yo me llamo Wald, me llamo “selva”. Y lo sé desde el primer momento en que parto con el trabajo. Y yo tengo una serie de dibujos hechos en el año 1999-2000, en ese tiempo crítico de mi salida del problema de fondo y ese se llama La selva oscura también. Y se refiere al verso que aparece en la primera estrofa de la Divina Comedia de Dante. Y visto desde el punto de los junguianos, la selva oscura del Dante es lo que ahora mencionamos como inconsciente. Y para el Dante como hombre saliendo del Medio Evo, es una oscuridad, es la voluntad de Dios, se llama de muchas maneras y es todo lo mismo. Y no importa que estés oyendo voces o teniendo alucinaciones, es lo que luego Freud y Jung elaboran como la idea del inconsciente. Ahora, Freud todavía titubea y lo llama el “sub consciente” porque dice que es lo que se te acumuló en vida. Y Jung dice que no, que es mucho más que eso, que incluye el conocimiento de la humanidad entera. Y que ya nacemos con algo. Cosa que los hace pelearse. Y a no dirigirse más. Primero ellos colaboran carne y uña juntos. Pero esa propuesta de Jung le resulta inconcebible a Freud. Freud está inscrito al cien en el siglo XIX y es un revolucionario absoluto de esa mentalidad. Es una bomba. Más allá de lo que propone este francés….

 

MB | Charcot.

 

SW | Charcot, [5] que conoce a fondo a Freud y es su antecedente. Pero Freud aporta una cosa completamente intolerable para la gente de su época y Jung aporta algo que es intolerable para Freud. Y que es lo que recogen las analistas de las mujeres, que a su vez aportan cosas que Jung no ha podido ver por nada del mundo. Ahora, Freud en su exasperación dice “¿qué quieren las mujeres?” y yo le digo “¿y por qué no les preguntas?”. Y lo que hace Jung es que les pregunta. La mayor parte de sus colaboradoras son mujeres. La Marie-Louise von Franz. Él trabaja con mujeres, su secretaria es mujer, la gente con quien él se deja analizar, son mujeres. Entonces Jung llega a un cierto punto, pero ni comparado a lo que llegan las otras analistas después de los ochenta. No hay comparación. Jung muere en los sesenta y ha puesto los cimientos, pero edificios siguen construyéndose. Y no acaba. Mi contribución es también una parte, eso lo veo yo ahora, no lo veo en el momento en que lo estoy haciendo. Las Mujeres de son una contribución cabalmente importante al estudio de la sicología femenina. Hay una idea de mueble. El mueble no sabe que es mueble entonces hace un mueble como un chiste. Pero yo soy mueble. Yo soy la silla en la cual se sienta la gente. O el sofá, como decía un sicólogo a quien consulté una vez “usted no es el sofá” pero yo no supe que no era el sofá. Y sin embargo me meto a hacer cosas que provienen también de algunas pinturas, no conscientemente y no en forma imitativa, pero Dalí es el que hace mueble de la mujer cuando hace la mujer con cajones.”

 

MB | Me acuerdo que me comentaste sobre cómo llegaste a hacer la primera Mujer de que le mandas a (Edouard) Jaguer [6] en una servilleta, y que provenía de este mueble de Kurt Seligman… [7]

 


SW |
No, no. Yo hago el dibujo en forma completamente juguetona, pero yo conozco el cuadro de Seligman y él ha hecho y mandado a construir con un tapisero un mueble que es una silla y las patas son piernas de mujeres con zapatos y todo. Muy bonito. El “ultramueble” lo llama él.

 

MB | ¿Y qué puentes puedes hacer entre el Ultramueble de Seligman y tu serie “Las Mujeres de”?

 

SW | Bueno, yo conozco la iconografía surrealista, estoy educada en eso. Entonces a mí me sucede constantemente que mientras hago una cosa, lo hago, estoy haciéndolo y después me siento a mirarlo y después digo “mmmm”. Aquí, por ejemplo, en este cuadro, [8] he pintado una cosa que yo no tenía intención de pintar, pero está ahí. Es un símbolo de Inana, que es una cosa de hace 4400 años. Ahora, yo había leído un libro sobre esta simbología y todo cuando pinté este cuadro, pero al pintar el cuadro yo no estoy pensando en nada. Y hace solamente tres semanas que me di cuenta que está… ¿entiendes? Porque lo he podido racionalizar otro poco. Y todo el proceso sicológico es un proceso de racionalización de los impulsos. Como te dijera, es un volcán el inconsciente: constantemente te hecha cosas para arriba y cuando se enfría la lava puedes tú ver qué propiedades tiene.

 

MB | Toma tiempo esta digestión…

 

SW | Y muchas veces en la lava caliente encuentras una burbuja y solamente cuando la rompes en loza aparece la amatista. Y eso ya de por sí es una metáfora interesante porque hay que romper muchas veces el embrujo de la manifestación inconsciente para llegar a la concientización, entonces ya se enfrió. Entonces hay que esperar otro tiempo y en eso estoy yo ahora. Ahora yo estoy así entre fases. Eso me ha pasado varias veces en la vida, he llegado a completar un ciclo y tiene que empezar otro.

 

MB | ¿Y registras este “entre fase”?

 

SW | Ahí tengo unos cuadritos que ahora no tengo idea qué diablos dicen. Claro que lo registro. Y cualquier cosa que me nace hago algún garabato y lo guardo. Es constante, este es un trabajo que yo hago constantemente. No sé si aquí hay algún ejemplo porque no están. Ahora qué es, no tengo idea, pero ese día me nació la idea. Ahora empiezo a desarrollar esto, que fue en febrero de este año (2019). Entonces es constante en mi vida, yo constantemente estoy haciendo unas huebaditas que hacen que surja algo después.

 

MB | Anotar siempre es bueno, ya sea en forma de dibujo o en escritura.

 

SW | Eso aprendí. Incluso, si surgen unas imágenes mientras me estoy durmiendo no me dejo dormir. Me levanto, me odio a mí misma, me digo: “¡Quiero dormir!”. Pero no me meto a dormir hasta que no lo tengo fijo, así defino mi dibujo como éste.

 

NOTAS

1. Jean Shinoda Bolen, Las diosas de cada mujer: una nueva psicología femenina, 2010, Edición DEBOLSILLO, España.

2. Se refiere al libro Tres grandes poemas de Enjeduana dedicados a Inana, publicado por la editorial de la Universidad Autónoma de la Ciudad de Méxica (UNAM) el 2009. El titulo origianl es Inanna, Lady of Largest Heart de Betty De Shong Meador publicado por la University of Texas Press en 2001.

3. Se refiere al autorretrato que hoy día no existe en formato físico.

4. Se refiere a la serie de retratos de mujeres asociadas a oficios realizados por hombres que realiza entre 1982 y 1989.

5. Se refiere a Jean-Martin Charcot (1825-1863), neurólogo francés y profesor de anatomía patológica. Sus trabajos sobre la hipnosis y la histeria, que se encuentran en el origen de la Escuela de la Salpêtriêre en París, inspiraron a Sigmund Freud quien fue su alumno y uno de sus primeros traductores en alemán.

6. Edouard Jaguer (1924-2006) fue un poeta, dibujante y crítico de arte francés, fundador, junto con su esposa Anne Ethuin, del grupo de reflexión y expresión artística Phases en el cual Susana Wald y Ludwig Zeller participaron en la mitad de la década del setenta. El grupo reunía a pintores, poetas, escritores europeos y latinoamericanos.

7. Kurt Seligman (1900-1962) fue un pintor y grabador surrealista suizo-estadounidense.

8. Síntesis Emblemática, 2010, acrílico sobre tela

 

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Agulha Revista de Cultura

UMA AGULHA NO MUNDO INTEIRO

Número 160 | novembro de 2020

Artista convidada: Susana Wald (Hungria, 1937)

Fotógrafa convidada: Dulce Ángel Vargas (México, 1981)

editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com

editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com

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