El Antiguo Colegio de San IIdelfonso, le rinden un sencillo homenaje al pintor peruano Fernando de Szyszlo (Lima, 1925). El arte de Szyszlo impresiona, domina nuestra mirada por su espacio imaginario; más que acrílicos sobre tela, sus cuadros son la pintura misma. No pretende representar una cultura prehispánica, antigua o moderna: es manifestación de un espacio innegable. En su obra hay una mirada despierta que está interrelacionada en su globalidad en un juego poético. Y la figura, la atmósfera, el vacío, los sentidos, gritan lo mismo: espacio que encuentra presencias Lúcido, Szyszlo llamó a una serie de pinturas Sol negro, la negrura es ritmo, límite cromático del lenguaje; el sol es su contraparte, ¿ sentido opuesto? No, simplemente es la transformación de la materia.
Es cierto que el histórico de Szyszlo desarrolló su primer estilo entre 1956 y 1968, pero su postura personal y artísticamente, comparativamente más equilibrada, le permitió seguir un curso independiente en medio de la comprometida situación de los diversos movimientos plásticos que tomaban fuerza en esos años. Le ayudó, en este sentido, no necesitar una ruptura abrupta con el modelo surrealista europeo, y el cultivo de sus orígenes, pero también supo comprender y aprovechar, al modo americano, cierta fuerza de lo gestual –en momento con aciertos interesantes– y una visión más libre del cambio pictórico. Por todo ello, en el momento de la crisis del informalismo europeo, del expresionismo abstracto de Nueva York y de los movimientos de vanguardia, Szyszlo prosiguió con su peculiar mundo de entrelazar dos culturas. Por otra parte, estrechando al máximo el límite de lo expresivo, su sabiduría pictórica cobró un nuevo vuelo, que a veces, en series como Camino a Mendieta, Mar de Lurín o Abolición de la muerte, alcanza un refinamiento cromático y una elegancia sobresaliente.
¿Cómo si no hubiera logrado hacer Szyszlo lo que ahora hace?, ¿Cómo si no habría arribado a la profundidad y la intensidad de su obra actual? Los cuadros, dibujos y grabados, son un ejemplo de síntesis compositiva, pero, sobre todo, nos llevan al corazón del color como un diálogo de la luz y la sombra, como una musical hondura del negro, esa saturada suma de todos lo colores, y del cual Joan Miró decía que esa la profundidad cromática de la pintura.
Cuando se observan las piezas del artista, esta secuencia de imágenes horizontes y verticales, a veces de cuadrados, imponen un orden negro en el que, paulatinamente, se percibe que está habitado por un drama luminoso, generándose así una curiosa dinámica de profundidad/superficie o viceversa. Resulta en momentos emocionante ver ahora aquellos cuadros, pero al iniciarse la década de los setenta, Szyszlo, como otros contemporáneos de América Latina, se amanera y cae en un cómodo formalismo que, literalmente, arruina su trabajo inicial. Desgraciadamente, son mayoría las épocas creativas sin interés que ilustran este declive en su obra. En ciertos momentos, su obra última es una reiteración de los motivos, del encuadre compositivo y el grafismo con que el artista apunta, de forma sucinta, las ligeras insinuaciones figurativas que arman el conjunto de su campo visual. Sobrevive también, el maestro del color, aunque reafirmando su progresivo atrevimiento, que, desde hace algunos años, le han hecho sintetizar su gama de colores, cuya acidez no ha rebajado, sin embargo, ese toque de cálida sensualidad que siempre transmite su pintura.
Sean cuales sean, y aun sin conocer el impacto que pudiera tener hoy día la obra de Fernando de Szyszlo en las nuevas generaciones, estoy convencido de que el efecto será, como siempre ocurre con los pocos maestros latinoamericanos de su generación, el de situar al espectador un poco más allá de la belleza y mucho más cerca de la creación, aún con las limitaciones propias de un lenguaje estético, cada vez menos presente.
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Miguel Angel Muñoz (México, 1972). Poeta, historiador y crítico de arte. Es autor de los libros de ensayo: La imaginación del instante: signos de José Luis Cuevas (2001), Materia y pintura: aproximaciones a la obra de Albert Ràfols-Casamada (2002), y Travesías (2004). Es director de la revista literaria Tinta Seca. Contacto: miguelamunozpalos@prodigy.net.mx. Página ilustrada con obras del artista Fernando de Szyszlo (Perú).
El período de enero de 2010 hasta diciembre de 2011 Agulha Revista de Cultura cambia su nombre para Agulha Hispânica, bajo la coordinación editorial general de Floriano Martins, para atender la necesidad de circulación periódica de ideas, reflexiones, propuestas, acompañamiento crítico de aspectos relevantes en lo que se refiere al tema de la cultura en América Hispánica. La revista, de circulación bimestral, ha tratado de temas generales ligados al arte y a la cultura, constituyendo un fórum amplio de discusión de asuntos diversos, estableciendo puntos de contacto entre los países hispano-americanos que posibiliten mayor articulación entre sus referentes. Acompañamiento general de traducción y revisión a cargo de Gladys Mendía y Floriano Martins. |
quarta-feira, 19 de novembro de 2014
Fernando de Szyszlo: el diálogo con la pintura | Miguel Ángel Muñoz
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