FLR | Usted es reconocido por grandes proyectos de ilustración.
Pienso en la edición de Martín Fierro; en la célebre Metamorfosis, de Kakfa; en
las obras de Joseph Conrad y de Edgar Allan Poe; en la reciente adaptación
dibujada de Drácula, y en sus libros Tinta China, Mambo Urbano y El Viejo Uno
Dos, entre muchas otras producciones. ¿Cómo piensa la relación entre el texto y
la imagen en sus trabajos tanto de ilustración como de adaptación total?
LS | Desde siempre sentí que el dibujo es una forma de narrar;
no es casual que muchos escritores dibujen y viceversa. Una imagen siempre nos
cuenta algo, así sea un simple retrato. Por lo tanto, la relación de ambas
partes —texto y dibujo— es, según lo entiendo, un natural complemento. Muchas
veces una imagen nos dice cosas que es imposible traducir con palabras,
amplifica una idea, le da otras resonancias.
FLR | Sus primeras publicaciones fueron en revistas de humor
como Tía Vicenta, Humor y Péndulo, entre muchas otras. ¿Cómo entiende la
actualidad, la insistencia y la supervivencia de la gran tradición del humor
gráfico en la Argentina?
LS | Sí, me formé en los medios gráficos y fue allí donde
aprendí todo lo que un ilustrador necesita. Mi paso por el humor fue una excusa
para dibujar. Creo que de alguna manera participé en un momento cumbre del
humor gráfico. Somos un pueblo melancólico, inventores del tango y de otras
nostalgias, por lo tanto, el humor es una necesidad básica que compensa esa
parte. Hay muchas vertientes donde el humor transita: el folklore, la
literatura y, por supuesto, los medios gráficos. Hubo una época en la que las
revistas de humor eran una epidemia, recuerdo algunos títulos: Rico Tipo, El
ratón de occidente, Satiricón, Hortensia, Mengano, Humor, Sancho. Esto era por
los sesenta y los setenta, una época complicada política y socialmente.
LS | Un artista no nace de un repollo, somos eslabones. Desde
la historieta a las ilustraciones de Roberto Páez, los grabados de Goya, el
cine, la música y la literatura impregnaron mi trabajo. Y lo siguen haciendo;
por ejemplo, cuando dibujé La metamorfosis, de Franz Kafka, no podía dejar de
escuchar Tábula rasa, de Arvo Part. Pienso que algo de eso entró en los
dibujos, no sabría decir en que parte, pero no puedo dejar de evocar esa
melodía cuando los miro.
FLR | En los últimos años, dentro del marco de las
universidades de arte, las prácticas tradicionales se encuentran en disputa con
los nuevos medios y con las nuevas tendencias en el mercado del arte. ¿Ha
cambiado mucho este contexto desde sus años de estudio en la Universidad de
Cuyo? ¿Cómo se relaciona su producción con estas nuevas tendencias de consumo?
LS | Como bien dice el I
Ching, todo está en perpetuo movimiento. Seguramente siempre pasó, basta
revisar la historia del arte para entender que es así. Tal vez hoy todo es más
vertiginoso, pero recuerdo que cuando era estudiante de artes plásticas decían
que la pintura de caballete había muerto; en aquellos días estaba en el
candelero el arte cinético. Hoy Duchamp, cuya producción fue mínima si la
comparamos con la de Picasso que hizo todo, ocupa un lugar en el basamento
conceptual porque tal vez estamos en un momento en el que todo debe tener una
lógica. Sin embargo, siempre hay gente que escapa del rebaño: muchos jóvenes
siguen pintando.
FLR | De sus declaraciones encuentro fundamental la idea de que
el dibujo piensa y de que la producción en este campo está acompañada por un
tipo especial de narración. En este sentido, ¿qué estrategias comunicativas le
habilita el dibujo como medio artístico y qué ventajas posee este medio
respecto a otras formas de producción?
LS | No creo que sea más ventajoso dibujar que escribir, un
poema puede expresar una cosa a la que tal vez no sea posible aproximarse por
otro medio. El dibujo es un lenguaje que escapa a la lógica, es el lenguaje con
el que crecí, mi lengua materna. Por lo tanto, mi comunicación básica pasa por
ese lugar, más allá de mi interés por la literatura, es lo que sé hacer.
LS | Soy ecléctico y me cuesta clasificarme en determinada
escuela, tal vez porque uno no tiene la conciencia y la posibilidad de ver lo
que otros ven; siempre recuerdo un poema de Cesare Pavese que habla de un
nadador que ignora la estela que deja en el agua mientras nada.
FLR | ¿En qué aspectos considera que radica el lugar periférico
que la Historia del Arte le ha dado al mundo de la ilustración y del humor
gráfico?
FLR | Algunas de sus últimas obras (como otros trabajos suyos
en coyunturas diferentes) denotan una manera sumamente crítica de pensar el
contexto político actual en la Argentina. ¿Cuál cree que es el valor de estos
gestos militantes hoy? ¿Qué papel puede jugar, actualmente, el dibujo como
herramienta política?
LS | Ante tanto ruido mediático, ante tanta mentira
organizada, ante el cinismo de estos gobiernos liberales, me salen algunos
exabruptos en forma de dibujos, no sé si sirven de algo, pero cuando los hago,
me siento más liviano.
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FEDERICO
LUIS RUVITUSO. Historiador de arte. Entrevista originalmente publicada
en Armiliar # 1, mayo 2017.
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Agulha Revista de Cultura
UMA AGULHA NA MESA O MUNDO NO PRATO
Número 185 | novembro de 2021
Curadoria: Floriano Martins (Brasil, 1957)
Artista convidado: Luis Scafati (Argentina, 1947)
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