LEMG | Mis primeras canciones, nacidas
en mi exilio voluntario en Costa Rica, son un reflejo del momento histórico de mi
país, de Centroamérica y América Latina en general. Son canciones que denuncian
la injusticia en Nicaragua bajo la dictadura militar de Somoza Debayle: la tierra
en pocas manos, la explotación de los obreros, el crimen y la tortura. En fin, no
se diferencian mucho de las canciones de Viglietti, Zitarrosa, Víctor Jara, Atahualpa
Yupanqui, Violeta Parra, para mencionar algunos. Mis primeras canciones fueron de
amor (1967-1970), fundamentalmente con influencias del rock en español. En 1970
doy un giro, y el compromiso ya no es solamente político, sino de identidad. Se
trata de recuperar la música folklórica, los ritmos auténticos de mi país (la mazurca,
la polka, el son nica, el vals, el palo de mayo), con las influencias también de
la música latinoamericana y del Caribe. Por supuesto que sobre todo con la experiencia
de los años, nos dimos cuenta que las etiquetas: canciones sociales, protesta, políticas,
revolucionarias, sandinistas, nueva canción, etc, no tenían mayor importancia; lo
más importante era el contenido: una canción cotidiana, íntimamente enraizada en
los problemas, las luchas, las aspiraciones, las alegrías, y la esperanza de nuestro
pueblo. En realidad, usamos etiquetas para diferenciar este tipo de canción de una
canción consumista o superficial.
P | ¿En qué consistió el llamado
Movimiento de la Nueva Canción y qué afinidades tenía con el grupo Tayacan? ¿Ya
contaban con instrumentos electrónicos?
LEMG | Sin duda alguna, el Movimiento
de la Nueva Canción Costarricense nació hermanado con todos los otros movimientos
espontáneos u organizados en América Latina y el Caribe. Tal vez lo más peculiar
y diferente estaba en la Nueva Trova, dada su propia situación. Sin embargo, el
concepto mundial de solidaridad con los pueblos que luchaban contra dictaduras militares
en América Latina, contra la guerra de Vietnam y el bloqueo a Cuba, nos hacía pertenecer
a un mismo movimiento que fue también artístico, estético; donde la poesía y el
trabajo musical siempre tuvo, independientemente de coyunturas o canciones urgentes,
una gran importancia que incluso puede apreciarse actualmente. El Grupo Tayacan
lo fundamos como grupo experimental, integrado por gente de Costa Rica, Nicaragua,
Venezuela y Chile, aunque el repertorio mayor estaba formado por mis canciones y
las de mi hermano Carlos. El formato era totalmente acústico, y dadas las condiciones
de Costa Rica, pasó mucho tiempo antes de que cantáramos con micrófonos. Lo hacíamos
en parques, manifestaciones, universidades, plazas públicas, iglesias, mercados,
etc. Entre 1975 y 1979 nacieron en Costa Rica varios grupos y solistas, algunos
de los cuales aún sobreviven. Las primeras experiencias con instrumentos electrónicos
datan de 1978 con el grupo experimental de Adrián Goizueta (argentino residente
en Costa Rica) y además con músicos académicos (cello, violín, flauta traversa).
Esta experiencia la llevé a Nicaragua en 1979 y en 1980 fundé el Grupo Mancotal
(con grupos de Rock, música académica, salsa y folklore).
P | ¿Podría decirse que tu residencia
en Costa Rica fue ocasional, fundamentalmente por ofrecerte un ambiente musical
más atractivo del que Nicaragua podía darte?
LEMG | Primero viajo a Costa Rica en 1967
para estudiar medicina en la Universidad. Luego me involucro con el grupo de rock
nacional Los Rufos y dejo los estudios para dedicarme totalmente a la música. Costa
Rica me ofrece fundamentalmente la libertad de expresión que no tengo en mi país.
Y aunque regreso cada año a Nicaragua, donde también empiezo a cantar públicamente
mis canciones más políticas, esto ya no resulta posible a partir de 1974. Recién
puedo regresar a Nicaragua en 1979. Mis discos son prohibidos y mis canciones censuradas
en la radio nicaragüense, a pesar de que todavía no tenía ninguna vinculación con
el FSLN y la lucha contra Somoza, al menos no directamente. También gracias a las
condiciones democráticas en Costa Rica, pude leer la literatura y escuchar la música
que no podía en mi propio país. Luego, en 1972 milito en la Juventud del Partido
Vanguardia Popular. Es en Costa Rica donde escribo mis primeras canciones al Gral.
Sandino (por la lectura de libros de Gregorio Selser, Neruda, Sergio Ramírez y Ernesto
Cardenal). También la poesía revolucionaria nicaragüense me inspiró a escribir mis
primeras canciones directamente contra el régimen somocista.
P | Al igual que otros nombres
dentro de la música popular –por ejemplo, Juan Manuel Serrat, Mercedes Sosa, Julio
Jaramillo–, fuiste siempre un gran viajero. Háblanos de esos viajes. ¿Es a partir
de tus viajes que surgirían versiones de tus canciones en otros idiomas?
LEMG | Yo realmente nunca pensé que viajaría
para cantar en otros países; menos me imaginé que viajaría por todo el mundo. Fue
mi oficio de trovador y de cantautor vinculado con la solidaridad y los aspectos
políticos y sociales, los que me llevaron a Alemania (RDA), Cuba, URSS, México,
Centroamérica, y poco a poco mi vida se convirtió en un viaje permanente. Desde
entonces soy y hasta ahora soy trovador errante. Efectivamente en algunos países
como Alemania, Holanda, Suecia, Japón y EEUU, mis canciones han sido traducidas
en los discos editados en esos países y durante los conciertos y entrevistas. Pero
también mis canciones han sido cantadas en español, en versiones de otros cantautores
como Amparo Ochoa (México), Sara González (Cuba), Holly Near (EEUU), Grupo Pueblo
Nuevo (Ecuador), y por supuesto por cantautores de Centroamérica.
P | ¿Cuándo y cómo conociste
a Björn Afzelius? ¿Qué es lo que más recuerdas del tiempo compartido con él en Nicaragua?
¿Y en Suecia?
LEMG | Conozco a Björn Afzelius, gracias
a la solidaridad de Suecia con Nicaragua, especialmente en cuanto a proyectos culturales
por medio de los cuales el pueblo sueco y su gobierno en la persona de Olof Palme,
[1] estuvieron cerca de Nicaragua. Muchos
sindicatos y organizaciones no gubernamentales han apoyado el proceso nicaragüense,
sobre todo después del triunfo de la revolución sandinista. Sin embargo, mi amistad
con Björn surge especialmente en los 90, precisamente cuando el FSLN es derrotado
electoralmente. Involucrados ambos en el proyecto de ayudar a la restauración del
Teatro Nacional Rubén Darío, el único teatro en Nicaragua, y el proyecto de convertir
las ruinas del antiguo Gran Hotel de Managua (pre-terremoto) en un centro cultural,
Björn y yo, acompañados por otros músicos de su viejo grupo Globetrotters y compañeros
de su generación, como Mikael Wiehe y Age Alexandersen, realizamos una serie de
conciertos en Suecia, Noruega, Finlandia, y Dinamarca en los años noventa. De la
misma manera Björn viajó al menos tres veces a Nicaragua para cantar junto a artistas
nicaragüenses y suecos. Fue en esos años que lo conocí, y nuestra amistad, aunque
reciente, y a pesar de la distancia y de la diferencia cultura, fue sincera y muy
linda. Él se interesó por estudiar español, impulsado también por su relación con
Cuba y Chile. Compartimos escenarios, viajes, desvelos, tragos, su casa y su familia,
mucha música y una gran amistad. Él tenía un sentido del humor muy particular: lo
que en Nicaragua llamamos un “jodedor”, bromista y rebelde, franco y espontáneo.
Después de cada concierto comíamos y tomábamos algo, conversábamos y tocábamos guitarra
hasta el amanecer. Creo que él también encontró en mi un amigo.
LEMG | No sé qué cobertura hubo de nuestros
conciertos y giras en otros países. Sé de algunas entrevistas en prensa escrita,
radio y televisión en Suecia. Teníamos la idea de hacer una grabación juntos, pero
lo único que pudo hacerse fue un video de parte de nuestra gira por Suecia. En esa
gira toqué junto a su grupo Los Bogoes, instrumento de percusión que no tocaba desde
mi juventud.
P | ¿Quién fue el autor de la
versión en español de Tusen bitar (Mil pedazos) de Björn Afzelius? ¿Es la primera
versión en español de una canción de Afzelius? ¿Llegaste a grabarla en algún disco
tuyo?
LEMG | Siempre me gustó esta canción,
desde la primera vez que la escuché. Sé que el texto no era suyo, pero su versión
fue realmente muy popular en Suecia. Me gustaba escucharlo cantando a coro con su
público. No recuerdo bien si escribí una versión completa o le envié a un amigo
que trabajaba con él –Francesco Hipólito– mi texto y me la devolvió
con algunas correcciones. Desgraciadamente nunca la grabé, pero es una deuda que
aún tengo.
P | ¿De qué manera la música
de Afzelius podría aproximarse al concepto de Nueva Canción?
LEMG | Como les decía al comienzo, no
importa en qué parte del mundo se escriba una canción que hable de la vida, la lucha
y la esperanza del pueblo. Creo que muchas canciones de Bob Dylan, John Lennon,
Pete Seeger, Joan Baez, Jackson Browne, y por supuesto, de Björn Afzelius reflejan
el mismo espíritu de la llamada Nueva Canción Latinoamericana. Tal vez por eso mismo,
Björn se identificó con las canciones de Silvio Rodríguez y hasta hizo versiones
suyas en sueco.
P | Para el pueblo sueco Nicaragua
y la lucha de su pueblo significó mucho durante mucho tiempo, pero mucho interés
se fue perdiendo a partir de la aparición en escena de Violeta Chamorro. Los medios
de comunicación ya no enfocaron en Nicaragua, y el proceso en términos generales
dejó de interesar. En combinación con que el discurso político en Suecia también
cambió, fundamentalmente a partir del asesinato de Olof Palme. ¿Qué significó la
solidaridad de Afzelius y la del pueblo sueco con la Nicaragua de la lucha sandinista?
¿De qué forma se recuerda esa solidaridad hoy día? ¿Se recuerda?
LEMG | La solidaridad la recuerdan mucho
más los pueblos que los gobiernos. Creo que el pueblo, sobre todo los más humildes,
los marginados, siempre recordarán los actos desinteresados de la solidaridad internacional,
venga de donde venga. Por supuesto que personalidades como Olof Palme, quien estuvo
en Nicaragua, han sido un gran estímulo y apoyo para el proyecto revolucionario
nicaragüense, y su lucha por la paz y la democracia. Desgraciadamente creo que hay
una nueva generación que no conoce, o al menos ignora, lo que significó la solidaridad.
Cuando Olof Palme fue asesinado realizamos un festival por la paz en Costa Rica,
Nicaragua y Guatemala con artistas de América Latina. Fue un modesto homenaje a
este hombre que se interesó por la paz y la democracia en nuestro continente. La
guerra en nuestro país -como toda guerra- fue cruel, despiadada, y nadie quiere
recordarla; y fue precisamente en esos momentos difíciles, entre 1978 y 1989, cuando
la solidaridad jugó un papel fundamental, no solamente en lo político, sino también
en los proyectos sociales y culturales. El mundo ha cambiado, la guerra está en
otros puntos del planeta. Terrorismo en el corazón de los EEUU, guerra entre Israel
y Palestina. De tal manera que Nicaragua vuelve a ser noticia según la magnitud
de los desastres naturales, su pobreza, el tráfico de drogas y la corrupción.
P | ¿Se ha materializado de alguna
forma esa solidaridad? ¿Llegó a construirse un teatro en Nicaragua tal como soñó
Afzelius?
LEMG | Desgraciadamente no llegó a concretarse
más que en la ayuda para el Teatro Rubén Darío y el proyecto discontinuo del Centro
Cultural Managua. Con Björn soñábamos que los artistas pudiéramos tener nuestro
propio espacio y que pudiéramos administrarlo de acuerdo a nuestros intereses; intereses
ya no políticos sino artísticos. Es también un sueño pendiente.
P | ¿Su significado quedó restringido
al sector de músicos o abarcó un espectro más amplio?
LEMG | Aunque Björn, junto a su pueblo
y organizaciones artísticas fue solidario con todos los aspectos de la revolución
nicaragüense, creo que el mayor interés lo despertó a nivel cultural y artístico.
P | ¿Qué buscabas exactamente
con la creación de la Fundación Mejía Godoy? ¿En esos encuentros semanales que allí
son promovidos se recuerda o está presente de alguna manera la música de Björn Afzelius?
Lo mismo me pregunto respecto de tu libro Relincho en la sangre (Relatos
de un trovador errante): ¿hay en tu libro fragmentos que recuerden la presencia
de Afzelius en tu país?
LEMG | Precisamente, después del 90, cuando
supuestamente todos los logros culturales del proceso revolucionario se estancan,
creamos la Fundación Mejía Godoy, sin fines de lucro y con el objetivo de tener
nuestro propio espacio cultural. Antes me había involucrado con otros artistas en
la asociación de cantautores nicaragüenses (ASCAN), asociación que Björn Afzelius
también apoyó en forma particular con un proyecto para el desarrollo de la música
nicaragüense. En nuestro local, La Casa de los Mejía Godoy, donde cada fin de semana
convocamos a la gente interesada en nuestra música, hablamos siempre de aquellos
artistas amigos que nos han influido con su ejemplo y su quehacer artístico. Björn,
sin duda, está entre ellos. Respecto a mi libro Relincho en la sangre, trata
de ser una autobiografía, con relatos y elementos de ficción, y aunque allí aparece
una foto con Bjorn, igual que con otros artistas, no hago un relato especialmente
dedicado a nuestra amistad.
LEMG | No tengo idea si Silvio ha realizado
versiones de la música de Björn.
P | ¿Hay algún músico en Nicaragua
que haya trabajado sobre alguna versión en español de sus textos? ¿Hay proyectos
de hacerlo?
LEMG | Tampoco tengo información al respecto.
Hay músicos como Katia y Salvador Cardenal, Engel Ortega que conocieron a Björn,
pero ninguno ha hecho temas de Afzelius, que yo sepa.
P | ¿Ha habido algún interés
por hacer conocer su novela En gång i Havanna (La Habana era una fiesta)?
¿Alguna editorial o editor ha tenido interés? ¿De qué manera la edición española
de Editorial Verbum ha circulado por Nicaragua?
LEMG | Su novela, que me envió autografiada,
ha sido vendida en Nicaragua en algunas librerías de Nicaragua.
P | ¿Qué significó o qué significa
en la memoria colectiva nicaragüense la solidaridad de Afzelius, la época de Olof
Palme y una Suecia abierta a los pueblos?
LEMG | Creo que a pesar de que el tiempo
ha pasado, es muy difícil que al pueblo sencillo se le olvide el gesto de solidaridad;
por lo tanto, el trabajo y entrega de Björn, el pueblo sueco y Olof Palme están
en la memoria y el corazón de los nicaragüenses. En Managua hay un centro de convenciones
que se llama Olof Palme.
P | ¿Con la muerte de Afzelius
se rompe el puente entre Nicaragua y Suecia, o comienza otra etapa? ¿Luego de su
muerte, tú personalmente continúas en contacto con Mikael Wiehe? ¿Y con algún integrante
de Hoola Bandoola, [2] el grupo original? ¿En ese caso con quién?
LEMG | Desgraciadamente no han continuado
los contactos con los músicos y artistas suecos. Björn era una persona muy interesada
en Nicaragua, pero pienso que ahora se centra la atención en otros puntos del mundo.
P | Si tuvieras que explicarle
a alguien que jamás escuchó la música de Afzelius quién fue Afzelius, ¿qué le dirías?
¿Qué le contarías para dejarlo con ganas de conocerlo?
LEMG | En primer lugar, que fue un artista
auténtico, honesto, solidario, de una gran calidez y calidad humana y artística.
Un luchador. Un hombre, y quizás un Quijote.
P | ¿Cuándo y de qué manera te
llegó la noticia de la muerte de Afzelius?
LEMG | La noticia de su muerte me llegó
el mismo día, vía e-mail a través un amigo común. Me impactó mucho, aún cuando ya
sabía que tenía cáncer.
P | ¿Qué pasó dentro tuyo en
ese momento? ¿De qué manera le rendiste tributo?
LEMG | Lloré en silencio. He tenido la
mala suerte de que en los últimos años han muerto varios amigos y amigas artistas
en México, Uruguay, Costa Rica. Escribí el poema que te envié, y que envié a sus
amigos y familia en Suecia. Compartí con mi público en mi siguiente concierto este
dolor, pero también, su recuerdo y su amistad.
P | Es muy valiosa tu tarea de
musicalización de versos de poetas tan importantes como Rubén Darío, Joaquín Pasos
y José Coronel Urtecho. ¿Este disco que preparas incluye solamente poetas nicaragüenses
o has incluido poetas de otros países? Por ejemplo, de Costa Rica.
P | ¿Cuál es, actualmente, la
situación de la canción popular en Nicaragua?
LEMG | La canción popular sobrevive a
la globalización, y a la enorme contaminación de música barata, comercial y superficial.
Los medios no difunden mucho nuestro trabajo, con excepción de algunos programas
especiales, aunque somos, inevitablemente, una referencia dada nuestra presencia
en los años 70-80, no sólo en el llamado Canto Testimonial, sino en la recuperación
del folklore y la música nicaragüense. El pueblo reconoce nuestra obra y la quiere.
Seguimos trabajando tercamente dentro y fuera de Nicaragua, con dignidad y orgullo
de defender nuestra identidad nacional. Tenemos relaciones con otros cantautores
y músicos de Centroamérica, México, Cuba y Latinoamérica.
NOTAS
1. Olof Palme, primer ministro de Suecia, asesinado
en febrero de 1986. Internacionalmente conocido y reconocido por su lucha en contra
de la guerra de Vietnam y su solidaridad con los pueblos latinoamericanos.
2. Hoola Bandoola Band: grupo sueco de música progresista de gran éxito durante la década del 70, integrada por Mikael Wiehe, Björn Afzelius, Peter Clemmedson, Povel Randén, Arne Franck, Per-Ove Kellgren y Håkan Skytte.
*****
Agulha Revista de Cultura
UMA AGULHA NA MESA O MUNDO NO PRATO
Número 187 | novembro de 2021
Curadoria: Daisy Zamora (Nicarágua, 1950)
Artista convidada: Berta Marenco (Nicarágua, 1949)
editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com
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