terça-feira, 28 de dezembro de 2021

MARIA ESTHER ZARACHO R. | Giselle Caputo y la poesía como intuición del cotidiano

 


¿Con cuanta frecuencia podemos detenernos, observar y valorar el andar poético de las escritoras de nuestra generación? Cuando me invitaron a escribir un ensayo sobre la nueva poesía paraguaya pensé: “quiero escribir sobre mujeres que hacen poesía”. Mujeres que forman parte de una corriente no solo de escritura, sino de edición, gestión cultural, y participación en actividades colectivas de difusión literaria, mujeres como Giselle Caputo.

Giselle nació en Buenos Aires, Argentina, en el año 1986. Radica en Asunción, Paraguay, desde 1991. Es licenciada en Letras por la Universidad Nacional de Asunción. Ha publicado los poemarios: Batel (Felicita Ñembyense Cartonera, Asunción, 2008) y17 (El Guajhú Ediciones, Asunción, 2016). Lleva trabajando los últimos años en un proyecto denominado Ensayo que reúne su poesía más reciente (2019-2021).

Sus poemas forman parte de varias antologías y sitios digitales. En su rol de editora integró el equipo de la revista literaria y autogestiva El Guajhú y fundó junto con Cesar Barreto Aike Biene ediciones, que también contó con una plataforma web.

Respecto al nacimiento de Aike Biene (2017) la autora señala “yo intuía una cierta orfandad relacionada a la difusión y visibilización de las obras literarias de autores menores en Paraguay, voces aisladas”. [1]


En “Una visión de la escritura sub40 en el Paraguay” (2008), la periodista y escritora Norma Flores Allende menciona que “a medida que el lanzamiento y publicación de obras aumentan, es la crítica literaria y la búsqueda de una mayor calidad en los textos. En este sentido, una iniciativa importante ha sido la revista El Guajhú, revista literaria en donde estuvieron involucrados los jóvenes escritores Giselle Caputo, Miguel Arias, Cave Ogdon, Christian Kent y Camila Recalde”.

La misma autora refiere que “las mujeres jóvenes escritoras se encuentran teniendo gran protagonismo en la nueva generación por la alta calidad reconocida de sus textos y su notable actividad (…). Muchas de ellas lideran o han liderado iniciativas como editoriales, talleres o agrupaciones”. [2]

En su primer poemario llamado Batel (Tercer mundo,2008) Giselle escribe en jopara (cruce de español y guaraní que forma parte de la expresión cotidiana del paraguayo):

 

Igual mañana en Asunción

fermentará el orden de siempre:

se confundirán el céntrico amanecer del cemento

y su olor a funcionario

con los jagua’ís [3] que hurgan en los costales de las bocacalles.

 

La contemplación de lo habitual que se desprende del poema, no sin antes pasar por el filtro de una aguda ironía, es parte del origen mismo de su escritura. Como menciona en un podcast publicado por el Centro Cultural Juan de Salazar, Giselle refiere que la poesía siempre se manifestó en ella como una intuición. Al respecto expresa “…no le había asignado un nombre o una disciplina a lo que me pasaba, pero es como que yo tenía una mirada sobre las cosas, un detenimiento en los detalles, que se elaboraban de forma mental, después empecé a leer literatura, empecé a leer, poetas franceses, simbolistas y descubrí que ese era el lugar de mi espíritu”. [4]

Soportar la realidad asuncena a veces obliga a ensayar un alterego. Como en resguardo bajo la sombra de un árbol en una tarde infernal de verano, Giselle en ocasiones escribe versos como estos bajo el heterónimo de Clara Salinas: [5]

 

de todos los ruidos del universo

si extirpáramos el de la palabra

entonces el desplome,

la realidad abierta,

el aleteo de un murciélago

cortando la noche

mientras caíamos

de las bicicletas

 

La condición de raíz y resguardo seguro que constituye la palabra, el paso de los días, el detenimiento amoroso de la poeta ante el desplome de la realidad no solo se evidencia en el mencionado poema, si no en su obra posterior:

 

escolares y ómnibus trazan dibujos extraños en la ciudad,

que tienen la forma circular de la rutina.

(17) El guajhú ediciones, 2016.

 


En el prólogo del mismo libro Miguel Arias expresa que “escribir un poema en este tiempo es amar la palabra, una pausa”. En 17 como en un tiempo detenido, sobrevolamos edificios, las diferentes estaciones y en particular el invierno, las calles de una ciudad hostil, afectos varios. Somos testigos de una contemplación poética con una dimensión no solo estética sino política, en especial en fragmentos como este:

 

las oficinas son habitaciones bélicas

donde duermen, atroces,

los cobardes de la patria.

 

La poesía es pausa, valentía, calle, ojos en el futuro dudando de la seguridad, la felicidad, el pasado, todas las cosas que se dan por hecho, porque:

 

No serÍa prudente

asumir que todos los presentes

vienen de un pretérito mejor

 

La autora asume como postura la existencia como ensayo, búsqueda a tientas, incluso seguir error tras error, la palabra, el silencio:

 

 Todos los pasos habrán de ser en falso

Entre disparos, lo que vive y no, se improvisa

en los titulares.

descubro, como antes, el viejo ejercicio del silencio.

 

 Ensayo (2021) recolecta su poesía más reciente. Este experimento es también una suerte de declaración que juega con el nombre del gÉnero literario y una forma de comprender la vida. El material (inédito) refleja un ejercicio de complicidad e intimidad que establece la poeta con los lectores, a partir de epígrafes que indican caminos que se bifurcan, elecciones o rechazos, tachaduras o afirmaciones, múltiples sentidos a partir de los cuales se abre la posibilidad a una nueva realidad:

 

la lluvia cae lejos

y un eclipse del verde azul

sobre el cemento

no quiere ser entendido

ni explicado

nos riega un presentimiento 5

 


De cierta forma, la última obra da pie a la idea de encuentro entre el poeta y los lectores. Sea por la vía de la escritura, la edición o la gestión cultural muchas mujeres de esta generación participan de una noción ampliada de lo “literario”. Escribir sobre las mujeres que hacen poesía paraguaya hoy es como sentarnos a una misma mesa. En este fragmento de autobiografía de evocación beat la poeta declara:

 

Yo que me senté a la mesa de los locos, de nuevo,

que charlé de boludeces importantes

con los poetas más preciosos de mi generación.

 

Participar de la misma reunión, habitar el mismo tiempo y sus angustias, encontrar en la poesía la subversión al orden de las calles y en la pausa, el antídoto para la aceleración insensible son los recursos más valiosos de la poesía de Giselle. Poesía que nos comparte con su fina intuición del cotidiano y que nos revela lo que habita en su espíritu.

 

NOTAS

1. El acto subversivo de leer, en https://highclass.com.py/arte/6700/el-acto-subversivo-de-leer/.

2. Una visión de la escritura sub-40 en Paraguay en: https://medium.com/@NormaFloresAllende/una-visi%C3%B3n-de-la-escritura-sub40-en-el-paraguay-264a17fe53a6.

3. Jagua’ís: perritos (guaraní).

4. Personaje Z #19 con Giselle Caputo en www.youtube.com/watch?v=Mro_NYcT-lw.

5. Sitio web de Aike Biene ediciones en https://aikebiene.wordpress.com/2018/09/07/3-textos-poeticos-de-clara-salinas/.




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[A partir de janeiro de 2022]
 

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Número 198 | dezembro de 2021

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