Giselle nació en Buenos Aires, Argentina, en el año 1986. Radica en
Asunción, Paraguay, desde 1991. Es licenciada en Letras por la Universidad Nacional
de Asunción. Ha publicado los poemarios: Batel (Felicita
Ñembyense Cartonera, Asunción, 2008) y17 (El Guajhú
Ediciones, Asunción, 2016). Lleva trabajando los últimos años en un proyecto denominado
Ensayo que reúne su poesía más reciente (2019-2021).
Sus poemas forman parte de varias antologías y sitios digitales. En
su rol de editora integró el equipo de la revista literaria y autogestiva El Guajhú y fundó junto con Cesar Barreto Aike Biene ediciones,
que también contó con una plataforma web.
Respecto al nacimiento de Aike Biene (2017) la autora señala “yo
intuía una cierta orfandad relacionada a la difusión y visibilización de las obras
literarias de autores menores en Paraguay, voces aisladas”. [1]
La misma autora refiere que “las mujeres jóvenes escritoras se encuentran
teniendo gran protagonismo en la nueva generación por la alta calidad reconocida
de sus textos y su notable actividad (…). Muchas de ellas lideran o han liderado
iniciativas como editoriales, talleres o agrupaciones”. [2]
En su primer poemario llamado Batel (Tercer mundo,2008) Giselle
escribe en jopara (cruce de español y guaraní que forma parte de la expresión cotidiana
del paraguayo):
Igual mañana en Asunción
fermentará el orden de siempre:
se confundirán el céntrico amanecer del cemento
y su olor a funcionario
con los jagua’ís [3] que hurgan en los costales de las
bocacalles.
La contemplación de lo habitual que se desprende del poema, no sin
antes pasar por el filtro de una aguda ironía, es parte del origen mismo de su escritura.
Como menciona en un podcast publicado por el Centro Cultural Juan de Salazar, Giselle
refiere que la poesía siempre se manifestó en ella como una intuición. Al respecto
expresa “…no le había asignado un nombre o una disciplina a lo que me pasaba,
pero es como que yo tenía una mirada sobre las cosas, un detenimiento en los detalles,
que se elaboraban de forma mental, después empecé a leer literatura, empecé a leer,
poetas franceses, simbolistas y descubrí que ese era el lugar de mi espíritu”.
[4]
Soportar la realidad asuncena a veces obliga a ensayar un alterego.
Como en resguardo bajo la sombra de un árbol en una tarde infernal de verano, Giselle
en ocasiones escribe versos como estos bajo el heterónimo de Clara Salinas: [5]
de todos los
ruidos del universo
si extirpáramos
el de la palabra
entonces el
desplome,
la realidad
abierta,
el aleteo de
un murciélago
cortando la
noche
mientras caíamos
de las bicicletas
La condición de raíz y resguardo seguro que constituye la palabra,
el paso de los días, el detenimiento amoroso de la poeta ante el desplome de la
realidad no solo se evidencia en el mencionado poema, si no en su obra posterior:
escolares y ómnibus trazan dibujos extraños en la
ciudad,
que tienen la forma circular de la rutina.
(17) El guajhú ediciones,
2016.
las oficinas son habitaciones bélicas
donde duermen, atroces,
los cobardes de la patria.
La poesía es pausa, valentía, calle, ojos en el futuro dudando de la
seguridad, la felicidad, el pasado, todas las cosas que se dan por hecho, porque:
No serÍa prudente
asumir que todos los presentes
vienen de un pretérito mejor
La autora asume como postura la existencia como ensayo, búsqueda a
tientas, incluso seguir error tras error, la palabra, el silencio:
Todos los
pasos habrán de ser en falso
Entre disparos, lo que vive y no, se improvisa
en los titulares.
descubro, como antes, el viejo ejercicio del silencio.
Ensayo (2021) recolecta
su poesía más reciente. Este experimento es también una suerte de declaración que
juega con el nombre del gÉnero literario y una forma de comprender la vida. El material
(inédito) refleja un ejercicio de complicidad e intimidad que establece la poeta
con los lectores, a partir de epígrafes que indican caminos que se bifurcan, elecciones
o rechazos, tachaduras o afirmaciones, múltiples sentidos a partir de los cuales
se abre la posibilidad a una nueva realidad:
la lluvia cae lejos
y un eclipse del verde azul
sobre el cemento
no quiere ser entendido
ni explicado
nos riega un presentimiento 5
Yo que me senté a la mesa de los locos, de nuevo,
que charlé de boludeces importantes
con los poetas más preciosos de mi generación.
Participar de la misma reunión, habitar el mismo tiempo y sus angustias,
encontrar en la poesía la subversión al orden de las calles y en la pausa, el antídoto
para la aceleración insensible son los recursos más valiosos de la poesía de Giselle.
Poesía que nos comparte con su fina intuición del cotidiano y que nos revela lo
que habita en su espíritu.
NOTAS
1. El acto subversivo
de leer, en https://highclass.com.py/arte/6700/el-acto-subversivo-de-leer/.
2. Una visión de la
escritura sub-40 en Paraguay en: https://medium.com/@NormaFloresAllende/una-visi%C3%B3n-de-la-escritura-sub40-en-el-paraguay-264a17fe53a6.
3. Jagua’ís: perritos (guaraní).
4. Personaje Z #19 con Giselle Caputo en www.youtube.com/watch?v=Mro_NYcT-lw.
5. Sitio web de Aike Biene ediciones en https://aikebiene.wordpress.com/2018/09/07/3-textos-poeticos-de-clara-salinas/.
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UMA AGULHA NA MESA O MUNDO NO PRATO
Número 198 | dezembro de 2021
Artista convidada: Evelyne Axell (Bélgica, 1935-1972)
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