quarta-feira, 7 de setembro de 2022

MADELINE MILLÁN | Carmen Amato, poeta y fotógrafa de la frontera

 


Mi poesía está muy ligada a lo visual. Otra de mis pasiones es la fotografía. Creo que tiendo a buscar la poesía fotográfica y la fotografía poética.

CARMEN AMATO

 

Al final de esta entrevista aparecen las referencias a otras dos entrevistas realizadas a Carmen Amato. Iniciamos el diálogo con la poeta, activista cultural y feminista de Aguas Calientes pero juarense desde los cuatro años. Al decir que es feminista, nos quedamos cortos. Los poemas relacionados al feminicidio no caen en la teorización ni en la mera protesta. Es puro dolor humano que, por desgracia, tiene género.

 

MM | En un artículo publicado por internet, Juaritos Literario (21 de junio por Nohemí Damián de Paz), veo que te presentan como “Una poeta fotógrafa”. Recuerdo una famosa fotografía tuya donde se ve a una joven mexicana saltando al otro lado de la frontera. Esa fotografía me llevaría a pensar que también haces foto periodismo. ¿Qué opinas tú de ambas relaciones foto-poesía y foto-periodismo?

 

CA | Madeline, primeramente, te agradezco que te tomes este tiempo para conversar conmigo y conocerme un poco más. Muchas gracias por la distinción que me haces.

Ahora responderé concretamente tu primera pregunta. Para mí la fotografía se realiza con el verbo ver, al igual que la poesía, muchas veces mis ojos van registrando todo antes que mi cerebro lo elabore. Observo mucho el paisaje y la naturaleza, la gente, las multitudes, la arquitectura, todo lo que me interesa lo miro casi al punto de la contemplación.

He llegado a pensar de mí que más que productora de imágenes, que sería lo más acorde con la tecnología y el tiempo actual, soy una cazadora de imágenes, y en ese sentido creo que sí hago “fotoperiodismo”, a veces solo para mí, soy consciente que mucha de mi fotografía es documental.

La otra parte, la de la fotografía-poesía, se produce cuando en eso que ya registré visualmente, de manera inevitable encuentro elementos poéticos o empiezo a darle un significado poético a las imágenes visuales y a veces me llevan a escribir algún poema.

Entre la imagen fotográfica que logro capturar con la cámara y la imagen poética que ésta a veces me provoca, hay un puente simbólico que se llama “revelación”. La “revelación” literal que se da en el cuarto oscuro (anteriormente, ahora más que revelación es “aparición”) y la “revelación” poética en el poema, sería el vínculo entre lo que llamaríamos fotografía documental (foto periodismo) y foto poesía que maneja imágenes poéticas.

Sería lo que nos da la imagen, lo que aparece de pronto ante nuestros ojos o mente, más allá de lo que tenemos enfrente.

 

MM | En varios de tus poemarios, Hoy somos del silencio (1992) y El silencio que se hiela en la blancura de las hojas (1997) y El silencio de lo que cae (2000), observo la palabra “silencio” como una especie de leit motif u obsesión en tu creación. ¿Cómo percibes tú el silencio en la poesía y en la fotografía; ¿cómo lo abordas tú?

 

CA | Fue sin darme cuenta que empecé a escribir del o con el silencio, quizá fue cuando inicié mi trabajo en talleres poéticos tratando de verbalizar mis emociones y silencios: el primer librito que hice se llamó Pregúntale al silencio, eran pequeños versos sobre la muerte de mi madre. El silencio en la poesía quizá tiene que ver con la imposibilidad de hablar con o de las personas, a veces porque no se prestan, a veces porque ya no están. Una imposibilidad a veces recurrente.

En la fotografía, para mí, generalmente está presente el silencio, porque como acto solitario, el silencio se percibe en la soledad de los espacios, en todo caso sería un diálogo silencioso con la naturaleza, la ciudad, el aire, y quizá las imágenes captadas sean las respuestas del medio ante la cámara.


Aun cuando he tomado fotografía de manifestaciones y multitudes pocas veces hablo con la gente siempre me acompaña el silencio. Ver en silencio y capturar lo que se pueda, y compartir mediante las imágenes ese momento, aunque a veces me tardo en hacerlo, pero ya queda fijado el momento de la historia en el papel o en la fotografía.

 

MM | Estás en la frontera del norte de México, Juárez para ser más específicos, y te lleva a rendirle tributo y darle voz cada vez que puedes a la mujer. ¿Cómo lo haces desde tu trinchera como gestora cultural, poeta y fotógrafa? Cítanos de tu obra para poder seguirte los pasos. Regálanos, una selección de poemas para ver de lo que hablamos.

 

CA | He publicado 9 libros de poesía, estos incluyen un libro con los poemas de la maestra Dolores Castro y fotografías mías, titulado: Soy todo lo que vuela. Éste fue editado por la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) en 2011, y una agenda atemporal titulada ASFALTURAS. Que reúne 40 fotografías mías acompañadas de 40 poemas de poetas latinoamericanos. Entre estos libros algunos de los más importantes son: Gestación de la luz (Chihuahua Arde Editoras 2006); Estación Tempe (Izote Press, 2010) y Bitácora de la lluvia (Universidad Autónoma de Chihuahua, 2015). Como gestora cultural he organizado muchísimos eventos, lecturas, talleres, presentaciones de libros y otras actividades culturales. Los que sobresalen es la organización de 9 Encuentros Internacionales de Poetas en Ciudad Juárez entre 1998 y 2015. En los dos últimos años impartí talleres de Autobiografía y Poesía, en diversos espacios y con diferentes instancias culturales, y algunos también de forma independiente. Especialmente importantes resultaron los talleres llevados a cabo en el Centro de Rehabilitación Social (Ce.Re.So.) en Ciudad Juárez.

 

Un breve poema de Preguntale al silencio:

 

Estás en el aire

que mueve los árboles,

estás en la luz,

estás en la tarde,

en el jardín, la casa,

estás en todo

como si estuvieras,

aunque todo grite

que ya no estás.

 

Te comparto otro poema que más que todo es una reflexión fotográfica:

 

Todo pudo haberse ido por la coladera

pero lo salvó el instante.

Lo que siempre está, pasa de largo

si no lo fija el ojo, la mirada:

ese “push pin” que pone en el pizarrón

de la permanencia el instante fugaz

como una mariposa, que aunque efímera,

queda impregnada en la retina del tiempo

   -espectador de la vida-

y pasa de la invisibilidad a la permanencia.

 

Todo pudo haberse ido por la coladera

de la prisa, pero lo capturó el ojo

de la cámara y lo mantendrá cautivo

hasta la decoloración

                 o el olvido.

 


Estos poemas fueron escritos hace algunos años a raíz del asesinato de Marisela Escobedo en las puertas del Edificio de Gobierno mientras ella pedía justicia para su hija asesinada, y el otro es por las mujeres asesinadas cuando en una reunión se dijeron sus nombres para que no permanecieran en el anonimato a pesar de su muerte.

 

UNA LETANIA DE MUJERES

 

I

Yo no quería,

no podía escribir

acerca de ellas.

Quién puede reflexionar sobre el dolor

cuando el dolor agobia.

Yo no quería hablar de ellas

su muerte estaba adentro

enquistada,

extendiéndose entre el silencio

y la impotencia.

Yo no quería tocar la llaga

miraba desde lejos

el velorio

en el que yo también era difunta.

Yo no quería.

me hastiaba tanta muerte dentro

y fuera,

pero esta tarde cada nombre en la lista

de las muertas, fue una gota de aceite

hirviendo entre mis venas,

se aceleró mi ritmo, subieron a los ojos

la rabia y la impotencia

cuando pronuncié cada uno

de los nombres de esa lista

cuyo registro otras mujeres levantaron

como estandartes

en la memoria colectiva.

281 nombres, más las cruces

de esas mujeres muertas

que carecen de nombre

y de rostro.

 

II

Aquí está su letanía, oídla.

Adriana,

Aída, y Alejandra,

Alicia, Alma, Amalia, Amelia,

Amparo, Ana, Apolonia, Araceli, Argelia,

Bárbara, Bertha, Blanca, Brenda, Brisa, Carolina,

Cecilia, Celia Cynthia, Clara, Claudia, Cristina,

Dalia, Deisy, Domitila, Donna, Dora,

Elba, Elena, Elsa, Elizabeth, Elodia,

Elsa, Elva, Elvira, Emilia, Eréndira,

Erika, Esmeralda, Estefanía, Eugenia

Fabiola, Fátima, Francisca, Flor, Gabriela,

Gladys, Gloria, Graciela, Guadalupe,

Guillermina, Hester, Hilda, Ignacia, Inés, Irene,

Irma, Jacqueline, Jessica, Juana Julieta, Julia,

Karina, Laura, Leticia, Liliana, Lilia,

Linda, Lorenza, Lourdes, Luz, Lucila,

Manuela, Marcela, Margarita,

María Agustina, María de Jesús, María

de la luz, María de los Ángeles, María

del Rosario, María Elena, María Estela,

María Eugenia, María Inés, María Irma.

María Isabel, María, Isela, María, María,

María Luisa, María Rosa, María Sagrario,

María Maura, María Santos, María

Saturnina, María Teresa, María Victoria,

Maribel, Maritza, Martha, Mayra,

Mercedes, Mireya, Miriam,

Nancy, Nora, Norma, Olga Alicia,

Otilia, Paloma Patricia,Paula,

Paulina, Perla, Petra, Raquel, Reina,

Rocío, Rosa Margarita, Rosalba, Rosario,

Sandra, Silvia, Sofía Soledad, Sonia, Susana,

Teresa, Teresita, Teodora,

Tomasa, Vanesa, Verónica, Victoria,

Violeta, Virginia, Viridiana,

Yolanda, Zenaida, Zulema,

Y setenta más sin nombre,

Y setenta más sin rostro,

Pero setenta veces siete más viva su muerte,

brillando por su ausencia.

 

7

Sus nombres como estrellas

brillan en la noche

de la injusticia humana,

sus nombres, como flores

pudren el aire de la justicia

escamoteada.

Sus nombres son fuego ardiendo

en la memoria de los años,

Las cruces con sus nombres

son malas notas en la conducta del gobierno,

son tachas (X) en lo que de humanidad

le queda al mundo.

Que esta letanía de nombres

sea el NUEVO grito que se escuche

en cada celebración de independencia

por los siglos de los siglos

hasta que algún día

se haga Justicia

 

LXII

Impunidad exponencial

Marisela dijo

- a mi hija

la mataron tres veces-

el marido asesino,

cuando escapó de la justicia,

y cuando lo absolvieron los jueces.

 

Ella

-su madre-

buscando justicia

sostuvo sus tres muertes,

hasta que se convirtió

en la cuarta.

Muerte tan absurda y dolorosa

como a quien se le condena

a cuatro cadenas perpetuas

y no le alcanza la vida para pagarlas.

 

8

Así a Marisela y a Rocío

no les alcanza la muerte

para morir tantas veces.

La justicia tal vez será

La quinta ……

 

LXIII

Ironía legislativa

Ahora los jueces

serán sometidos

a juicio político

y requieren protección

a Derechos Humanos

y asilo al país vecino,

Claman justicia.

Ahora si

que en la casa del herrero…

 


MM | ¿Cómo se logra poetizar el feminicidio desde la poesía y desde la fotografía?

 

CA | Poetizar es una forma de ser. Una vez leí que la realidad es como es, no es poética ni no poética en sí, nosotros tendemos a poetizar los hechos y las acciones. Es una manera de ver y de decir. Creo que toda poetización hace contacto con tu interior, con el hecho que te impacta y cómo te impacta y con tu lenguaje o manera de expresión. A veces la palabra poetizar suena a romanticismo y enamoramiento, y hay situaciones que para nada son románticas ni fuentes de amor, pero eso no impide que te aproximes con tus recursos a hablar de ellas. Personalmente, me puedo aproximar desde la poesía a los feminicidios, pero más pocas veces desde la fotografía, es duro mirarlo y no dejo de hacerlo porque tampoco me gusta cerrar los ojos, pero aunque no son imágenes que particularmente busco también a veces se me aparecen.

 

MM | ¿Qué otros mexicanos y mexicanas son poetas y fotógrafos que, según tu criterio, debamos conocer, ver y leer?

 

CA | Puedo mencionar a Celeste Alba Iris, poeta norteña radicada ahora en San Luis Potosí.

 

 


Madeline Millan (Porto Rico, 1959). Poeta, narradora e tradutora. Leciona no Departamento de Línguas e Literaturas Modernas do Fashion Institute of Technology/SUNY. Publicou os seguintes livros: Para no morir por segunda vez (2002), De toros y estrellas (2004), 365 esquinas (2009), Leche/Milk (Prêmio Nacional de Poesia, PEN Internacional de Porto Rico, 2009), Día Cero (2010), y Contracantos: Del aire a la rosa (diálogo com 22 pinturas inspiradas no Canto V, Divina Comédia de Dante, menção ao PR International PEN). Que el mar no me falte é sua antologia poética pessoal (Editorial Isla Negra, Porto Rico-República Dominicana, 2019). Seus poemas foram traduzidos para o inglês, francês, árabe, português e italiano. Durante uma década dirigiu as leituras de poesia bilíngues realizadas no lendário e agora extinto Cornelia Street Café. A partir deste período, edita e publica uma antologia internacional bilíngue intitulada Cornelia Nights/Noches de Cornelia (2008). Em relação à sua tese de doutorado em cinema e literatura, criou a primeira revista latino-americana de cinema eletrônico. Durante seu ano sabático (2015) escreveu um roteiro intitulado Alwalida, dirigido pelo diretor catalão Manuel Polls: https://vimeo.com/221172365 (Código: Madeline). Em 2017 foi bolsista da Fundação Valparaíso, em Mojácar/Espanha, para iniciar os desenhos de uma narrativa poética para crianças, Secreto escondido en un caracol. Atualmente dirige com Pilar Blanco, a “Casa Pilar”, uma residência para artistas e escritores em Chapala, México.

 

 


Nossa artista convidada nesta edição da Agulha Revista de Cultura é a fotógrafa francesa Agnès Geoffray. Uma valiosa leitura crítica de Eva Wittocx situa sua obra como um ideal equilíbrio entre realidade e ficção, entre situações cotidianas e impensáveis. Suas fotografias, instalações e vídeos combinam o desconhecido com o aterrorizante, como nos contos de fadas populares. Um fascínio pelos vestígios visíveis e invisíveis de desordem, ou mesmo desastre, em situações e eventos cotidianos está subjacente aos textos, fotografias, vídeos e apresentações de slides em STUK. Em fotografias quase inteiramente brancas, composições horríveis inspiradas em imagens da mídia, ou composições com as quais estamos familiarizados da iconografia tradicional, escapam aos olhos do público. Outra importante voz crítica, a da curadora belga Katerina Gregos, destaca que todas as fotografias de Geoffray podem ser vistas como lugares latentes de devir e equivalentes espaciais que representam nossos medos infantis ou nossos piores pesadelos adultos. Mas, além de seu impacto visual sinistro e imersivo, as fotografias de Geoffray acabam abrindo um espaço para a imaginação e para a ficção e, nesse espaço, as possibilidades de interpretação são ilimitadas. Agradecemos à fotógrafa sua imediata aceitação de participar da presente edição.




Agulha Revista de Cultura

Número 216 | setembro de 2022

Artista convidada: Agnès Geoffray (França, 1973) 

editor geral | FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com

editor assistente | MÁRCIO SIMÕES | mxsimoes@hotmail.com

concepção editorial, logo, design, revisão de textos & difusão | FLORIANO MARTINS

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