quinta-feira, 29 de dezembro de 2022

DAVID CORTÉS CABÁN (Puerto Rico, 1952)

LA CREACIÓN POÉTICA Y LOS ESPEJOS

 


FM | Como creador, ¿eres un perseguidor de imágenes o simplemente mantienes abiertas las puertas de la percepción para que entren?

 

DCC | Querido Martins, con esta pregunta me ayudas a reflexionar sobre el sentido creativo de mi trabajo, sentido que uno se cuestiona. Sin embargo, la motivación para escribir un poema muchas veces ocurre como una gratuidad que llega adherida al estado de ánimo. Esto ocurre por las imágenes del ambiente y por las palabras que usamos todos los días. Esas imágenes condicionan la naturaleza creativa y la intención del poema. En cierto modo, las imágenes son un soporte que ayuda a concretar esa percepción a la que te refieres. A veces hay imágenes que son como un sueño que reproducen otra realidad. En mi juventud pensaba que la imagen era esencial en la elaboración de un poema, y aún lo pienso. La naturaleza misma es una inmensa imagen que refleja los distintos contextos de la realidad. Tu pregunta encierra una gran verdad. Las imágenes son importantes, aunque no me percibo como un cazador de imágenes, pienso que sí, la imagines proveen un sentido más visual de la realidad. 

 

FM | ¿Tienes una esperanza de vida real? ¿Cuál? ¿De qué modo tu creación hace parte de ella?

 

DCC | Pienso que sin una esperanza de vida real mi mundo no podría sostenerse. Esto lo digo pensando en mi forma personal de vida, en la realidad de mi mundo poético; entendiendo la realidad como todo lo que me rodea, mi cotidianidad, las cosas que podría modificar, no ya la lejana, la que queda lejos de mi vida y mi voluntad. Mi vida real se apoya en un concepto cristiano de la vida, como la vida de los beduinos del desierto sin arraigos en lo terrenal. Como si viviera en una casa de campaña, igual que un forastero que sabe que está de paso por la tierra. Pero en la poesía uno no podría trazar su destino totalmente. La poesía es solo una ráfaga de luz que resplandece por un momento a la orilla del camino. Puede, tal vez, ser la esperanza, la certidumbre de algunos poetas. En mi caso, no suelo aferrarme a lo que escribo. Lo que escribo roza una realidad relampagueante y pasajera ¿Acaso mañana podremos ver las mismas cosas, hablar las mismas palabras, recorrer los mismos caminos? No sabemos, por cierto. Pienso, sin embargo, que nadie puede escaparse del contexto de su realidad cotidiana a menos que sea a través de la creación. Pero creo que la creación poética se funda en una realidad que refleja un sistema de relaciones que puede significar distintas cosas. Todo depende, de cómo percibimos el mundo exterior, y cómo las imágenes que llegan de esa naturaleza exterior influye en nuestro modo de entender el mundo.

 

FM | ¿Cómo percibes las diferencias entre lo que pretendes crear y lo que realmente creas? ¿Te molesta este abismo sutil de vez en cuando? Si se ha reducido (o incluso desaparecido) con el tiempo, ¿a qué atribuyes tal evidencia?

 

DCC | Pienso que todo depende de cómo el poeta aborda el proceso creativo. Es posible que algún poeta posea a priori una noción de lo que quiere escribir, la idea que intenta concretar en el poema. Sin embargo, durante el proceso poético no ayuda para nada marcar las diferencias entre lo que dice un poema o lo que intenta decir. Desde el punto de vista analítico uno puede pensar que se propuso expresar una cosa, pero la intuición tomó otro curso, el lenguaje abrió otras puertas a la imaginación, o reveló otras experiencias ocultas. Ahora bien, si me hallo satisfecho con lo que escribo no tengo por qué angustiarme ni caer en un dilema con lo que pienso que está bien, o sea, no intento establecer un conflicto con lo que escribo. Lo que sucede es que la creación puede muchas veces, y de distintas maneras, constituir un acto de insatisfacción. Pero hablando de mi relación con el lenguaje y no de la realidad que me rodea, puedo escribir un poema y al leerlo sentirme descontento si no llena mis expectaciones. Yo en verdad escribo de acuerdo a mis posibilidades vinculando lo escrito a un criterio y gusto personal. En todo caso, siempre sé que puedo corregir y tirar a la basura lo que no satisface mis expectativas. Esto es así porque ya existe una exigencia y también una distancia objetiva entre mi persona y el poema. Pienso que lo que llamas "molestia" debe interpretarse, por lo menos yo así lo entiendo, como una insatisfacción. Y ciertamente, ese "abismo sutil" no es más que el proceso de escribir representado en el asunto del poema. El desarrollo de las ideas es como un camino que nos conduce hacia un paisaje donde podemos explorar la relación de nuestra producción poética y su relación con el tiempo. La evidencia o el contexto real de ese conocimiento reside en la experiencia del poeta respecto a la escritura, y la conciencia que acaba fijando un sentido para juzgar lo que tiene valor, si en verdad hay algo de valor en lo que revela en el poema.

 

FM | Al visitar el templo de Zoroastro, Italo Calvino descubre que el fuego real es el fuego oculto. ¿Cómo alimentas el fuego de la creación en tu escritura? ¿Podríamos hablar de la existencia de algún rito?

 

DCC | La idea del fuego como una metáfora de la creación y de las relaciones personales y amorosas o aun del erotismo son manifestaciones humanas que fusionan nuestro ser con el mundo. Por eso solemos asociar el fuego con la pasión que nos consume y también purifica. Es posible, que en mi caso el fuego sea la exploración del yo, o más acertadamente de la esencia de las cosas que pasan formando una idea de lo que en poesía queremos decir. Por eso quizás en mis poemas no me adhiero a ningún rito, ni a lo que pueda marcar un propósito especial en mi trabajo. Es decir, creo que todas las cosas son parte de un continuo fluir en el tiempo. Todo forma parte de un mismo acto universal. Así es también la poesía; permanece si hay alguna virtud en ella, aunque uno ya haya traspasado el umbral de sus días en la tierra. Por otro lado, comprendemos que hay ritos que forman parte de la tradición. Pero en mi caso no me siento vinculado a ninguno. No siento la creatividad como un acto mecánico, o como una rutina. Creo que el rito pondría ser una atadura que deja fuera la espontaneidad y el asombro, aunque comprendo que hay escritores que siguen un proceso metódico de trabajo al que condicionan sus vidas y gustos personales. 

 

FM | ¿Crees que hay un exceso de ideas en el mundo y que hay una especie de mal uso de esas ideas? ¿Es necesario minar constantemente nuevas ideas o lo que falta en el mundo es orden y perseverancia en las ideas existentes?

 

DCC | No quisiera evadir esta pregunta, pero creo que presenta un modo muy generalizado del sentido y la percepción de la realidad, pues si en verdad vemos un exceso de ideas en el mundo, cabe entonces preguntarse ¿cuáles están demás? ¿cuáles contienen mayor sentido de la vida o cuáles contribuyen a crear un mejor mundo? Pienso esencialmente en lo fluctuante que suelen ser las ideas. Es decir, lo que hace décadas podía parecer una idea innovadora, hoy puede estar fuera de nuestra realidad. Creo que las ideas en el arte, en la vida y las instituciones deben apostar por cambios que ayuden a forjar un mundo más solidario. Parece que tendría que colocarme en un plano concreto para valorar el significado de mi entorno frente a las ideas que afectan al mundo. Porque el mundo está lleno de ideas. Ideas que fluyen a lo largo de la historia y constantemente entran en la experiencia humana de cada ser. Puedo hablar de las ideas que motivan mi interés, de las que conciernen mi proceso creativo, pero no de las que dominan el mundo político y sus intereses económicos. Sin embargo, tú conoces muy bien como poeta, pintor y gestor cultural que las ideas fluyen constantemente y nos relacionan con lo que está dentro o fuera de nuestro espacio cultural y geográfico. En el orden de la política posiblemente las malas ideas suelen convertirse en un desorden como sucede muchas veces. Y el poeta tiene hoy día que crear su propio espacio para expresar sus ideas. En mi caso, las ideas poéticas no creo que importen mucho, a no ser que concierne al ánimo del lector, y en este sentido las ideas del poema puedan tener cierta influencia en la vida del lector; me refiero, por supuesto, al estado emocional y al modo de comprender su realidad vital.     

 

FM | ¿Cómo has contribuido a mejorar el mundo?

 

DCC | Querido Martins, no sé si en verdad he contribuido a mejorar algo el mundo, pensando aquí en el mundo como una metáfora de la vida, de las complejas realidades sociales en las que nos movemos. Es posible que al leer mi poesía algún lector se identifique con lo que dice, y vea algo allí que impacte su propia existencia. Tomando en cuenta que la poesía es una labor espiritual más que material, una especie de diálogo silencioso entre el lector y el texto, me parece que si alguna virtud pudiera tener lo que escribo sería la que nos acerca a través de las ideas y sentimientos. No obstante, creo que lo mismo sucede también con la mayoría de los poetas. Sabemos, sin embargo, que a través de la historia la poesía proyecta diferentes asuntos, y algunos de ellos con el fin de mejorar la sociedad. La poesía de protesta social es quizás el mejor ejemplo de lo que digo. Y aunque no lo pensemos, el Romanticismo también fue una protesta para liberarse de los sentimientos que el Neoclasicismo soslayaba, sustituyendo el fuego de la vida por una visión fría de la realidad. En este sentido, podríamos incluir en esa explosión de temas, de estilos y desafíos sociales y estéticos que es la poesía de vanguardia, de la cual tú mismo eres un gran conocedor. Pero tu pregunta me plantea una situación que nunca había pensado, y obliga a sincerarme conmigo mismo pues ciertamente no puedo engañarme. Si algunos de mis poemas han influido al lector, habrá que ir tras esos lectores para ver qué nos cuentan. Sé que no hay que exagerar los beneficios de la poesía, pero esta puede impregnar la vida de un sentido más solidario. Creo ciertamente que la poesía es fundamental para la sociedad. No podemos ignorarla pues lo que dice contiene experiencias con las que podemos identificarnos y darnos una mejor percepción del mundo.

 

FM | ¿Existe una realidad hispanoamericana o el conjunto de sus 19 países aún no ha descubierto sus verdaderas perspectivas culturales para la acción conjunta? ¿Cómo cree que debería funcionar esa América tan deseada y a veces imposible?

 

DCC | En el marco de las culturas que conforman la geografía de la América Nuestra, como la llamó José Martí, la realidad hispanoamericana presenta una gran diversidad de voces y contextos artísticos. Y en el caso de las disciplinas que atañen a las artes podríamos crear instituciones y convenios que hicieran más accesible la comunicación y la integración cultural de Latinoamérica y el Caribe. Esto, sin embargo, dependería de muchos factores y mucha voluntad por parte de aquellos/as que trabajan en instituciones gubernamentales. Se requiere, como tú mismo sabes, de personas que tengan una mentalidad progresista y una visión real de la cultura y de su función como vehículo de unidad y conocimiento de nuestros pueblos. Yo estoy de acuerdo contigo y conozco tu esfuerzo. Sé cómo has venido a través de todos estos años integrando, en Agulha Revista de Cultura y los demás proyectos, tanta diversidad de voces y experiencias artísticas. En este contexto cabe mencionar que también hay escritores que abren espacios y se solidarizan con otros autores y países. Por supuesto, la idea que tú presentas podría expandirse para que haya más visibilidad y comunicación. Sin embargo, conozco algunos escritores que ya están realizando un trabajo excepcional, como por ejemplo el poeta mexicano José Ángel Leyva en la revista La Otra, y el trabajo y proyección que tuvo en un tiempo la revista Poesía en Valencia, Venezuela. También la actual labor de Omar Ortiz Forero en Colombia o la del dominicano Mateo Morrison en la República Dominicana o la revista digital New York Poetry Review, y, por otro lado, la labor que realiza el poeta Andrés Morales en el Blog, Página de Andrés Morales, y también el Portal de Poesía Ibero-americana del escritor Antonio Miranda. En Puerto Rico la revista Letras Salvajes del poeta Alberto Martínez-Márquez también establece puentes culturales. Menciono las que conozco y en las que a veces contribuyo, pues sé que también la revista digital Crear en Salamanca del poeta Alfredo Pérez Alencart, aunque fuera de la América, busca integrar a escritores de todos los ámbitos. Pero en un proyecto como el que piensas, tendrían que intervenir organismos e instituciones del gobierno que apoyen económicamente para que el trabajo de todos pueda ser compartido y tenga un mayor impacto, aunque apoyarse en instituciones gubernamentales podría traer también desagradables y complicadas imposiciones. 

 

FM | ¿Qué sueles leer fuera del español? No me refiero solo a la literatura, porque aquí me interesa evocar tu entorno de lectura. ¿O crees que leer poetas es el único material imprescindible para tu creación?

 

DCC | Ciertamente, pienso que un poeta debería leer todo aquello que ayude a profundizar su visión de mundo de una manera objetiva y saludable; libros de historia, de ciencias, de sociología, de religión o de cualquier otra disciplina que sea de interés. Recordemos, por ejemplo, la influencia freudiana en las artes y las literaturas de vanguardias del siglo XX. Creo que no debería de haber oposiciones entre las ciencias y las literaturas pues todo se funde en un mismo calidoscopio universal. Por otro lado, todo material impreso que aporte una visión objetiva de la realidad de nuestros pueblos ya sea política, social o económica es importante. Sin embargo, de la prensa y la industria hegemónica de las comunicaciones hay que cuidarse por la cantidad de fake news que sale continuamente al aire. Hay, como sabemos, una prensa escrita y televisiva que tiende a cobijar sus propios intereses y tergiversa la realidad y las luchas de nuestros pueblos. En mi caso, cuando el tiempo lo permite suelo leer cualquier cosa que llame mi atención. Suelo repasar textos de Whitman o capítulos de El Quijote, los Evangelios y los Salmos. Hace poco leí The Narrative of The Live of Frederick Douglass. Pienso que este libro debería ser material de lectura en todas las escuelas. Hace días encontré traducido al inglés The Noise of Time de Osip Mandelstam que he comenzado a leer. Por otro lado, creo que un poeta debería leer todo tipo de literatura que valga la pena, pues sabemos que la poesía se alimenta de todo. En los ensayos de Hostos, Emerson, Martí nos vinculamos con la poesía, así también sucede cuando leemos Cien años de soledad. En la historia de la literaria podríamos hablar de poetas que son también grandes novelistas, ensayistas o dramaturgos que manejan con el mismo rigor y destreza varios géneros literarios.

 

FM | ¿Crees en la existencia de la sociedad?

 

DCC | Seguro. No puedo negar la sociedad. Soy producto de un contexto social, me muevo dentro de un ámbito social real. Pero no pienso en esa idea tan frívola de aquellos sectores sociales alimentados por la soberbia y por una errada percepción del mundo. Cuando pienso en la sociedad pienso en la cultura y los valores humanos en un plano de referencias comunes. Es decir, en un sistema de referencias que ayudan a sostener el sentido de pertenencia. En mi caso, el lugar de mi origen y de las cosas que conciernen mi entorno en contraste, por supuesto, con la realidad y el contexto geográfico en el que viven otros seres. 

 

FM | ¿Quién eres de todos modos?

 

DCC | Soy un puertorriqueño que escribe poemas para que perdure lo que el tiempo no ha podido borrar.

 

FM | ¿Qué te parece la idea de incluir un poema propio, comentando algo que motivó su creación?

 

 

EL ENFERMO

 

A José Manuel Torres Santiago (in memoriam)

 

La mirada

queda sumida

en el reflejo

de la primera impresión

Es cuestión de segundos

un paso más hasta

que las piernas

insinúan

haberse movido

El esfuerzo requiere

que el cuerpo se aproxime

sin que las piernas

sientan el vértigo

como una hoja que cae

y pasa por un túnel oscuro

sin saber lo que acontece al final

Así el cuerpo va distanciándose

atraído por la claridad

que desaparece en la habitación.

 

(Del libro Lugar sin fin, México, Ciudad de México, La Otra, 2017).

 

Este poema trata sobre la angustia real de la vida. Las imágenes contienen la percepción de un ser en la soledad de su habitación afectado por la enfermedad de Parkinson. Describo el instante de esa impresión cuando visitaba a mi amigo en su apartamento del Bronx, Nueva York, para compartir y conversar sobre su poesía y sus libros. Trato de recoger esa memoria, la visión fugaz de un cuerpo cuya fortaleza va erosionándose en el tiempo. El poema es como un cuadro que retiene la dolorosa conciencia de esos instantes compartidos: la salud y el esplendor de la vida alejándose mientras uno se apega a los recuerdos buscando un punto de apoyo, como un buque que se arrima a un puerto desconocido sin saber qué sucederá al final o como si el cuerpo buscara aliviar su dolor en la mirada y compañía del visitante. Así, la claridad se desvanece en la habitación para insinuar la esperanza de ese modo de decir "adiós", y sellar esa despedida que nos permita otra vez volver a vernos. 

 

 


DAVID CORTÉS CABÁN (Arecibo, Puerto Rico, 1952). Poeta y ensayista. Posee una Maestría en Literatura Española e Hispanoamericana de The City College College (CUNY). Fue maestro en las Escuelas Públicas de Nueva York y profesor adjunto del Departamento de Lenguas Modernas de Hostos Community College of The City University of New York. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Poemas y otros silencios (1981), Al final de las palabras (1985), Una hora antes (1991), El libro de los regresos (1999), Ritual de pájaros: antología personal (2004), Islas (2011), y Lugar sin fin (2017). En ensayo, Visión poética en tres libros de Alfredo Pérez Alencart (2017) y el libro de cuentos y poemas en prosa, Presencia de lo efímero (2021). Sus poemas y reseñas literarias han aparecido en revistas de Puerto Rico, Estados Unidos, Latinoamérica, Croacia, Italia y España. En 2001 fue invitado a la V Bienal de Literatura Mario Picón Salas (Mérida, Venezuela) y, en ese mismo año, al II Festival Internacional de Poesía celebrado en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México. En 2006 asistió al Festival Mundial de Poesía de Venezuela, y en 2015 a la Feria Internacional del Libro de Venezuela dedicada a Puerto Rico. Ha participado también en varios Festivales Internacionales de Poesía de Puerto Rico, República Dominicana, México, Colombia y Nicaragua. En 2014 fue invitado a presentar “Noche de Juglaría: Cinco poetas venezolanos”, en Berna y Ginebra, Suiza. Ese mismo año la Universidad de Carabobo, Venezuela, le otorgó, en reconocimiento de su poesía, la Orden Alego Zuloaga Egusquiza en el Festival Internacional de Poesía de la ciudad de Valencia. En 2019 participó en el XXII Encuentro de Poetas Iberoamericanos, celebrado en el Colegio Fonseca de la Universidad de Salamanca, España.
 

 

 


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