LA CREACIÓN POÉTICA Y LOS ESPEJOS
DCC
| Querido Martins,
con esta pregunta me ayudas a reflexionar sobre el sentido creativo de mi trabajo,
sentido que uno se cuestiona. Sin embargo, la motivación para escribir un poema
muchas veces ocurre como una gratuidad que llega adherida al estado de ánimo. Esto
ocurre por las imágenes del ambiente y por las palabras que usamos todos los días.
Esas imágenes condicionan la naturaleza creativa y la intención del poema. En cierto
modo, las imágenes son un soporte que ayuda a concretar esa percepción a la que
te refieres. A veces hay imágenes que son como un sueño que reproducen otra realidad.
En mi juventud pensaba que la imagen era esencial en la elaboración de un poema,
y aún lo pienso. La naturaleza misma es una inmensa imagen que refleja los distintos
contextos de la realidad. Tu pregunta encierra una gran verdad. Las imágenes son
importantes, aunque no me percibo como un cazador de imágenes, pienso que sí, la
imagines proveen un sentido más visual de la realidad.
FM
| ¿Tienes una
esperanza de vida real? ¿Cuál? ¿De qué modo tu creación hace parte de ella?
DCC
| Pienso que
sin una esperanza de vida real mi mundo no podría sostenerse. Esto lo digo pensando
en mi forma personal de vida, en la realidad de mi mundo poético; entendiendo la
realidad como todo lo que me rodea, mi cotidianidad, las cosas que podría modificar,
no ya la lejana, la que queda lejos de mi vida y mi voluntad. Mi vida real se apoya
en un concepto cristiano de la vida, como la vida de los beduinos del desierto sin
arraigos en lo terrenal. Como si viviera en una casa de campaña, igual que un forastero
que sabe que está de paso por la tierra. Pero en la poesía uno no podría trazar
su destino totalmente. La poesía es solo una ráfaga de luz que resplandece por un
momento a la orilla del camino. Puede, tal vez, ser la esperanza, la certidumbre
de algunos poetas. En mi caso, no suelo aferrarme a lo que escribo. Lo que escribo
roza una realidad relampagueante y pasajera ¿Acaso mañana podremos ver las mismas
cosas, hablar las mismas palabras, recorrer los mismos caminos? No sabemos, por
cierto. Pienso, sin embargo, que nadie puede escaparse del contexto de su realidad
cotidiana a menos que sea a través de la creación. Pero creo que la creación poética
se funda en una realidad que refleja un sistema de relaciones que puede significar distintas cosas. Todo depende,
de cómo percibimos el mundo exterior, y cómo las imágenes que llegan de esa naturaleza
exterior influye en nuestro modo de entender el mundo.
FM
| ¿Cómo percibes
las diferencias entre lo que pretendes crear y lo que realmente creas? ¿Te molesta
este abismo sutil de vez en cuando? Si se ha reducido (o incluso desaparecido) con
el tiempo, ¿a qué atribuyes tal evidencia?
DCC
| Pienso que
todo depende de cómo el poeta aborda el proceso creativo. Es posible que algún poeta
posea a priori una noción de lo que quiere escribir,
la idea que intenta concretar en el poema. Sin embargo, durante el proceso poético
no ayuda para nada marcar las diferencias entre lo que dice un poema o lo que intenta
decir. Desde el punto de vista analítico uno puede pensar que se propuso expresar
una cosa, pero la intuición tomó otro curso, el lenguaje abrió otras puertas a la
imaginación, o reveló otras experiencias ocultas. Ahora bien, si me hallo satisfecho
con lo que escribo no tengo por qué angustiarme ni caer en un dilema con lo que
pienso que está bien, o sea, no intento establecer un conflicto con lo que escribo.
Lo que sucede es que la creación puede muchas veces, y de distintas maneras, constituir
un acto de insatisfacción. Pero hablando de mi relación con el lenguaje y no de
la realidad que me rodea, puedo escribir un poema y al leerlo sentirme descontento
si no llena mis expectaciones. Yo en verdad escribo de acuerdo a mis posibilidades
vinculando lo escrito a un criterio y gusto personal. En todo caso, siempre sé que
puedo corregir y tirar a la basura lo que no satisface mis expectativas. Esto es
así porque ya existe una exigencia y también una distancia objetiva entre mi persona
y el poema. Pienso que lo que llamas "molestia" debe interpretarse, por
lo menos yo así lo entiendo, como una insatisfacción. Y ciertamente, ese "abismo
sutil" no es más que el proceso de escribir representado en el asunto del poema.
El desarrollo de las ideas es como un camino que nos conduce hacia un paisaje donde
podemos explorar la relación de nuestra producción poética y su relación con el
tiempo. La evidencia o el contexto real de ese conocimiento reside en la experiencia
del poeta respecto a la escritura, y la conciencia que acaba fijando un sentido
para juzgar lo que tiene valor, si en verdad hay algo de valor en lo que revela
en el poema.
FM
| Al visitar
el templo de Zoroastro, Italo Calvino descubre que el fuego
real es el fuego oculto. ¿Cómo alimentas el fuego de la creación en tu
escritura? ¿Podríamos hablar de la existencia de algún rito?
DCC
| La idea del
fuego como una metáfora de la creación y de las relaciones personales y amorosas
o aun del erotismo son manifestaciones humanas que fusionan nuestro ser con el mundo.
Por eso solemos asociar el fuego con la pasión que nos consume y también purifica.
Es posible, que en mi caso el fuego sea la exploración del yo, o más acertadamente
de la esencia de las cosas que pasan formando una idea de lo que en poesía queremos
decir. Por eso quizás en mis poemas no me adhiero a ningún rito, ni a lo que pueda
marcar un propósito especial en mi trabajo. Es decir, creo que todas las cosas son
parte de un continuo fluir en el tiempo. Todo forma parte de un mismo acto universal.
Así es también la poesía; permanece si hay alguna virtud en ella, aunque uno ya
haya traspasado el umbral de sus días en la tierra. Por otro lado, comprendemos
que hay ritos que forman parte de la tradición. Pero en mi caso no me siento vinculado
a ninguno. No siento la creatividad como un acto mecánico, o como una rutina. Creo
que el rito pondría ser una atadura que deja fuera la espontaneidad y el asombro,
aunque comprendo que hay escritores que siguen un proceso metódico de trabajo al
que condicionan sus vidas y gustos personales.
FM
| ¿Crees que
hay un exceso de ideas en el mundo y que hay una especie de mal uso de esas ideas?
¿Es necesario minar constantemente nuevas ideas o lo que falta en el mundo es orden
y perseverancia en las ideas existentes?
DCC
| No quisiera
evadir esta pregunta, pero creo que presenta un modo muy generalizado del sentido
y la percepción de la realidad, pues si en verdad vemos un exceso de ideas en el
mundo, cabe entonces preguntarse ¿cuáles están demás? ¿cuáles contienen mayor sentido
de la vida o cuáles contribuyen a crear un mejor mundo? Pienso esencialmente en
lo fluctuante que suelen ser las ideas. Es decir, lo que hace décadas podía parecer
una idea innovadora, hoy puede estar fuera de nuestra realidad. Creo que las ideas
en el arte, en la vida y las instituciones deben apostar por cambios que ayuden
a forjar un mundo más solidario. Parece que tendría que colocarme en un plano concreto
para valorar el significado de mi entorno frente a las ideas que afectan al mundo.
Porque el mundo está lleno de ideas. Ideas que fluyen a lo largo de la historia
y constantemente entran en la experiencia humana de cada ser. Puedo hablar de las
ideas que motivan mi interés, de las que conciernen mi proceso creativo, pero no
de las que dominan el mundo político y sus intereses económicos. Sin embargo, tú
conoces muy bien como poeta, pintor y gestor cultural que las ideas fluyen constantemente
y nos relacionan con lo que está dentro o fuera de nuestro espacio cultural y geográfico.
En el orden de la política posiblemente las malas ideas suelen convertirse en un
desorden como sucede muchas veces. Y el poeta tiene hoy día que crear su propio
espacio para expresar sus ideas. En mi caso, las ideas poéticas no creo que importen
mucho, a no ser que concierne al ánimo del lector, y en este sentido las ideas del
poema puedan tener cierta influencia en la vida del lector; me refiero, por supuesto,
al estado emocional y al modo de comprender su realidad vital.
FM
| ¿Cómo has
contribuido a mejorar el mundo?
DCC
| Querido Martins,
no sé si en verdad he contribuido a mejorar algo el mundo, pensando aquí en el mundo
como una metáfora de la vida, de las complejas realidades sociales en las que nos
movemos. Es posible que al leer mi poesía algún lector se identifique con lo que
dice, y vea algo allí que impacte su propia existencia. Tomando en cuenta que la
poesía es una labor espiritual más que material, una especie de diálogo silencioso
entre el lector y el texto, me parece que si alguna virtud pudiera tener lo que
escribo sería la que nos acerca a través de las ideas y sentimientos. No obstante,
creo que lo mismo sucede también con la mayoría de los poetas. Sabemos, sin embargo,
que a través de la historia la poesía proyecta diferentes asuntos, y algunos de
ellos con el fin de mejorar la sociedad. La poesía de protesta social es quizás
el mejor ejemplo de lo que digo. Y aunque no lo pensemos, el Romanticismo también
fue una protesta para liberarse de los sentimientos que el Neoclasicismo soslayaba,
sustituyendo el fuego de la vida por una visión fría de la realidad. En este sentido,
podríamos incluir en esa explosión de temas, de estilos y desafíos sociales y estéticos
que es la poesía de vanguardia, de la cual tú mismo eres un gran conocedor. Pero
tu pregunta me plantea una situación que nunca había pensado, y obliga a sincerarme
conmigo mismo pues ciertamente no puedo engañarme. Si algunos de mis poemas han
influido al lector, habrá que ir tras esos lectores para ver qué nos cuentan. Sé
que no hay que exagerar los beneficios de la poesía, pero esta puede impregnar la
vida de un sentido más solidario. Creo ciertamente que la poesía es fundamental
para la sociedad. No podemos ignorarla pues lo que dice contiene experiencias con
las que podemos identificarnos y darnos una mejor percepción del mundo.
FM
| ¿Existe una
realidad hispanoamericana o el conjunto de sus 19 países aún no ha descubierto sus
verdaderas perspectivas culturales para la acción conjunta? ¿Cómo cree que debería
funcionar esa América tan deseada y a veces imposible?
DCC
| En el marco
de las culturas que conforman la geografía de la América Nuestra, como la llamó
José Martí, la realidad hispanoamericana presenta una gran diversidad de voces y
contextos artísticos. Y en el caso de las disciplinas que atañen a las artes podríamos
crear instituciones y convenios que hicieran más accesible la comunicación y la
integración cultural de Latinoamérica y el Caribe. Esto, sin embargo, dependería
de muchos factores y mucha voluntad por parte de aquellos/as que trabajan en instituciones
gubernamentales. Se requiere, como tú mismo sabes, de personas que tengan una mentalidad
progresista y una visión real de la cultura y de su función como vehículo de unidad
y conocimiento de nuestros pueblos. Yo estoy de acuerdo contigo y conozco tu esfuerzo.
Sé cómo has venido a través de todos estos años integrando, en Agulha Revista de Cultura y los
demás proyectos, tanta diversidad de voces y experiencias
artísticas. En este contexto cabe mencionar que también hay escritores que abren
espacios y se solidarizan con otros autores y países. Por supuesto, la idea que
tú presentas podría expandirse para que haya más visibilidad y comunicación. Sin
embargo, conozco algunos escritores que ya están realizando un trabajo excepcional,
como por ejemplo el poeta mexicano José Ángel Leyva en la revista La Otra, y el trabajo y proyección que tuvo en un tiempo
la revista Poesía en Valencia, Venezuela. También
la actual labor de Omar Ortiz Forero en Colombia o la del dominicano Mateo Morrison
en la República Dominicana o la revista digital New York
Poetry Review, y, por otro lado, la labor que realiza el poeta Andrés
Morales en el Blog, Página de Andrés Morales, y también el Portal de Poesía
Ibero-americana del escritor Antonio Miranda. En Puerto Rico la revista
Letras Salvajes del poeta Alberto Martínez-Márquez
también establece puentes culturales. Menciono las que conozco y en las que a veces
contribuyo, pues sé que también la revista digital Crear
en Salamanca del poeta Alfredo Pérez Alencart, aunque fuera de la América,
busca integrar a escritores de todos los ámbitos. Pero
en un proyecto como el que piensas, tendrían que intervenir organismos e instituciones
del gobierno que apoyen económicamente para que el trabajo de todos pueda ser compartido
y tenga un mayor impacto, aunque apoyarse en instituciones gubernamentales podría
traer también desagradables y complicadas imposiciones.
FM
| ¿Qué sueles
leer fuera del español? No me refiero solo a la literatura, porque aquí me interesa
evocar tu entorno de lectura. ¿O crees que leer poetas es el único material imprescindible
para tu creación?
DCC
| Ciertamente,
pienso que un poeta debería leer todo aquello que ayude a profundizar su visión
de mundo de una manera objetiva y saludable; libros de historia, de ciencias, de
sociología, de religión o de cualquier otra disciplina que sea de interés. Recordemos,
por ejemplo, la influencia freudiana en las artes y las literaturas de vanguardias
del siglo XX. Creo que no debería de haber oposiciones entre las ciencias y las
literaturas pues todo se funde en un mismo calidoscopio universal. Por otro lado,
todo material impreso que aporte una visión objetiva de la realidad de nuestros
pueblos ya sea política, social o económica es importante. Sin embargo, de la prensa
y la industria hegemónica de las comunicaciones hay que cuidarse por la cantidad
de fake news que sale continuamente al aire. Hay,
como sabemos, una prensa escrita y televisiva que tiende a cobijar sus propios intereses
y tergiversa la realidad y las luchas de nuestros pueblos. En mi caso, cuando el
tiempo lo permite suelo leer cualquier cosa que llame mi atención. Suelo repasar
textos de Whitman o capítulos de El Quijote, los
Evangelios y los Salmos. Hace poco
leí The Narrative of
The Live of Frederick Douglass. Pienso que este
libro debería ser material de lectura en todas las escuelas. Hace días encontré
traducido al inglés The Noise of Time de Osip
Mandelstam que he comenzado a leer. Por otro lado, creo que un poeta debería leer
todo tipo de literatura que valga la pena, pues sabemos que la poesía se alimenta
de todo. En los ensayos de Hostos, Emerson, Martí nos vinculamos con la poesía,
así también sucede cuando leemos Cien años de soledad. En
la historia de la literaria podríamos hablar de poetas que son también grandes novelistas,
ensayistas o dramaturgos que manejan con el mismo rigor y destreza varios géneros
literarios.
FM
| ¿Crees en
la existencia de la sociedad?
DCC
| Seguro. No
puedo negar la sociedad. Soy producto de un contexto social, me muevo dentro de
un ámbito social real. Pero no pienso en esa idea tan frívola de aquellos sectores
sociales alimentados por la soberbia y por una errada percepción del mundo. Cuando
pienso en la sociedad pienso en la cultura y los valores humanos en un plano de
referencias comunes. Es decir, en un sistema de referencias que ayudan a sostener
el sentido de pertenencia. En mi caso, el lugar de mi origen y de las cosas que
conciernen mi entorno en contraste, por supuesto, con la realidad y el contexto
geográfico en el que viven otros seres.
FM
| ¿Quién eres
de todos modos?
DCC
| Soy un puertorriqueño
que escribe poemas para que perdure lo que el tiempo no ha podido borrar.
FM | ¿Qué te parece la idea de incluir un poema propio, comentando algo que
motivó su creación?
EL ENFERMO
A José Manuel Torres Santiago (in memoriam)
La mirada
queda sumida
en el reflejo
de la primera impresión
Es cuestión de segundos
un paso más hasta
que las piernas
insinúan
haberse movido
El esfuerzo requiere
que el cuerpo se aproxime
sin que las piernas
sientan el vértigo
como una hoja que cae
y pasa por un túnel oscuro
sin saber lo que acontece al final
Así el cuerpo va distanciándose
atraído por la claridad
que desaparece en la habitación.
(Del libro
Lugar
sin fin, México, Ciudad de México, La Otra, 2017).
Este poema trata sobre la angustia real de la vida. Las imágenes contienen la percepción de un ser en la soledad de su habitación afectado por la enfermedad de Parkinson. Describo el instante de esa impresión cuando visitaba a mi amigo en su apartamento del Bronx, Nueva York, para compartir y conversar sobre su poesía y sus libros. Trato de recoger esa memoria, la visión fugaz de un cuerpo cuya fortaleza va erosionándose en el tiempo. El poema es como un cuadro que retiene la dolorosa conciencia de esos instantes compartidos: la salud y el esplendor de la vida alejándose mientras uno se apega a los recuerdos buscando un punto de apoyo, como un buque que se arrima a un puerto desconocido sin saber qué sucederá al final o como si el cuerpo buscara aliviar su dolor en la mirada y compañía del visitante. Así, la claridad se desvanece en la habitación para insinuar la esperanza de ese modo de decir "adiós", y sellar esa despedida que nos permita otra vez volver a vernos.
DAVID CORTÉS CABÁN (Arecibo, Puerto Rico, 1952). Poeta y ensayista. Posee una Maestría en Literatura Española e Hispanoamericana de The City College College (CUNY). Fue maestro en las Escuelas Públicas de Nueva York y profesor adjunto del Departamento de Lenguas Modernas de Hostos Community College of The City University of New York. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Poemas y otros silencios (1981), Al final de las palabras (1985), Una hora antes (1991), El libro de los regresos (1999), Ritual de pájaros: antología personal (2004), Islas (2011), y Lugar sin fin (2017). En ensayo, Visión poética en tres libros de Alfredo Pérez Alencart (2017) y el libro de cuentos y poemas en prosa, Presencia de lo efímero (2021). Sus poemas y reseñas literarias han aparecido en revistas de Puerto Rico, Estados Unidos, Latinoamérica, Croacia, Italia y España. En 2001 fue invitado a la V Bienal de Literatura Mario Picón Salas (Mérida, Venezuela) y, en ese mismo año, al II Festival Internacional de Poesía celebrado en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México. En 2006 asistió al Festival Mundial de Poesía de Venezuela, y en 2015 a la Feria Internacional del Libro de Venezuela dedicada a Puerto Rico. Ha participado también en varios Festivales Internacionales de Poesía de Puerto Rico, República Dominicana, México, Colombia y Nicaragua. En 2014 fue invitado a presentar “Noche de Juglaría: Cinco poetas venezolanos”, en Berna y Ginebra, Suiza. Ese mismo año la Universidad de Carabobo, Venezuela, le otorgó, en reconocimiento de su poesía, la Orden Alego Zuloaga Egusquiza en el Festival Internacional de Poesía de la ciudad de Valencia. En 2019 participó en el XXII Encuentro de Poetas Iberoamericanos, celebrado en el Colegio Fonseca de la Universidad de Salamanca, España.
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HISPÂNICA 2021-2023
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