LA CREACIÓN POÉTICA & SUS ESPEJOS
LB | No es para mí una imagen sino una voz, una voz inmedible,
una voz que no emite sonido, sino que habla a través de lo escrito. No la persigo,
solo me dispongo a recibirla. Ya en el trance creativo todo puede ocurrir. Lo impredecible,
lo “inesperado” a lo que refiere Heráclito, lo indecible que Heidegger adjudica
a la poesía. La creatividad de la escritura no es mera voluntad, ni solo trance
pulsional, es algo que llega de manera diversa, aunque se está escribiendo mucho
antes de llegar al papel o a la pantalla. Registrarlo es solo el primer paso. Luego
viene la composición. Una labor que disfruto cuando percibo que hay buena consonancia
con el material escrito. Es un íntimo regocijo, pero también un desafío. El trance
creativo es un espacio-tiempo lúdico, fuera del tiempo cronológico. Crear es jugar
para mí, y ese locus me da una libertad. Igual, como estoy atravesado por muchas
lecturas y vivencias literarias, lo que hago con todo ese bagaje es intentar devorarlo.
Preciso esa antropofagia estética que me ayuda a no repetir sino a crear, justamente.
Esto implica una pluralidad de voces que no cumplen con la típica obra de voz unívoca.
Mi producción, tanto escrita como sonora o de puesta en voz, es polifónica y heteróclita.
Esto me llevó años reconocerlo y asimilarlo como una naturaleza propia. Creo que
el imaginario del siglo XXI está más abierto a concepciones más dinámicas y menos
rígidas de la compleja identidad de la criatura humana.
FM | ¿Tienes una esperanza de vida ideal? ¿Cuál? ¿De qué modo tu creación hace parte de ella?
LB | No estoy pensando en ninguna vida ideal.
Tampoco en lo construido desde la razón que estructura principios rígidos en el
orden estético, ni ideológico. Mi universo creativo tiene su propia mitología que
se manifiesta más allá de mi conciencia. Sé que como lector soy una hibridación
de culturas, un mestizaje de estéticas, y que mis registros son muy variados entre
sí. Contienen lo escritural, lo fónico, la puesta en voz, lo visual, la síntesis
o la proliferación, los códigos intermediales.
Mi creación participa
de esta concepción ontológica, una polifonía del ser, con la que no es fácil convivir.
Escribir también ayuda a sobrellevar esa complejidad.
FM | ¿Cómo
percibes las diferencias entre lo que pretendías crear y lo que realmente creas?
¿Te molesta este abismo sutil de vez en cuando? Si se ha reducido (o incluso desaparecido)
con el tiempo, ¿a qué atribuyes tal evidencia?
LB | Percibo esa diferencia en la etapa de
composición. Una vez que trabajo los materiales, y que el tiempo pone distancia
con lo escrito, he percibido esa distancia entre lo que estaba allí para decirse
y lo que está registrado. En tal sentido, escribo desde la puesta en voz de lo escrito.
Esto me ayuda mucho a definir el ritmo, para mí un elemento sustancial de lo poético.
Soy vocacionalmente músico, y eso influye en mi escritura. 3.2. Considero que, salvo
excepciones esa distancia es natural. Si hay un “abismo” es porque entonces lo escrito
está muy lejos, y acaso ese material no sirva. Si hay que hacerle muchos cambios
prefiero dejarlo de lado, porque tampoco se trata de forzarlo. 3.3. La experiencia
me ha servido para que la composición sea más fluida. Hay una paradoja allí. Por
un lado, conozco más mis caminos expresivos, y por otro, trato de evitar reiterarme;
si bien admito las obsesiones, intento abrir campos que me permitan explorar y descubrir
nuevos horizontes de mi escritura.
FM | Al visitar
el templo de Zoroastro, Italo Calvino descubre que el fuego real es el fuego oculto.
¿Cómo alimentas el fuego de la creación en tu escritura? ¿Podríamos hablar de la
existencia de algún rito?
LB | Estuve en una montaña de la antigua Persia, en una torre
de arcilla en la que ardía el fuego zoroástrico. Vi a la distancia que ese fuego
siempre encendido estaba desafiando al tiempo cronológico, y al clima, por cierto.
La poesía ha sido desde sus orígenes esa belleza que resiste al tiempo a través
de las palabras. Una memoria del instante que quiere enfrentarse a lo eterno. En
lo personal huyo de la solemnidad de ese planteo, pero su espina igual la tengo
clavada en algún lugar. El fuego de mi creación es mi fuego. Si estoy apagado entonces
no hay rito que valga. Tampoco me obligo a escribir desde el fuego. Valoro mucho
el silencio, por ejemplo, y creo que desde allí he escrito con igual intensidad
que desde el fuego. 4.2. Leer un texto motivante puede encender algo, pero insistir
en generar la chispa no me resulta. La meditación me ha ayudado a despejar a veces,
el amor siempre es una inspiración, pero a la vez, el amor es una catástrofe. Puede
dar buenos o malos poemas, pero ha sido el fuego mayúsculo en mi vida.
FM | ¿Crees que hay un exceso
de ideas en el mundo y que hay una especie de mal uso de esas ideas? ¿Es necesario
minar constantemente nuevas ideas o lo que falta en el mundo es orden y perseverancia
en las ideas existentes?
LB | Aunque para Platón el mundo de las ideas esté relacionado
con el arte, yo coincido más con lo que le responde Mallarmé a Edgar Degás, el pintor
—quien estaba intentando escribir y le había dicho que “tenía unas muy buenas ideas”—,
diciéndole que la poesía no se escribe con ideas sino con palabras. Las ideas están
más cerca de la filosofía. Pero en cuanto a la pregunta, no, no me parece que haya
un exceso de ideas; lo que sí falta es ser coherente con algunas ideas, o los caminos
para hacerlas realidad. Eso si hablamos de utopías. 5.2. “Orden y perseverancia”
son palabras que no me gustan, me suenan autoritarias, o por lo menos a ese proyecto
de las naciones del siglo XIX, cuya modernidad solo atendió, finalmente, a los intereses
de la clase dominante. Creo que en este presente hace falta más creatividad para
crear nuevas ideas que nos saquen de este pantano en el que parece la humanidad
se ha enterrado a sí misma.
FM | ¿Cómo has contribuido a
mejorar el mundo?
LB | No sé si he contribuido a esa tarea. Según dicen algunos
de mis estudiantes — justo en estos días estoy por jubilarme de 43 años de docencia
de la Literatura en el nivel secundario y en el nivel terciario— parece que sí les
he aportado, por lo menos a algunos/as, en su formación como profesionales y como
personas. Si eso es así, ese habría sido mi mejor aporte. He escrito cientos de
artículos, ensayos, estudios, prólogos, también varios libros incluso, pero el propósito
de la literatura no es para mí mejorar el mundo sino, acaso, aportar a ampliar mi
propia experiencia estética como una forma de crecimiento y de expansión del horizonte
humano. Quiero decir que no escribo con ningún propósito tan solidario; el arte
es una pulsión y una necesidad para quien lo experimenta, pero no un programa de
valores a aplicarse. No me afilio a la didascalia en el arte, prefiero la libertad
y el asombro de radicar allí lo que no se halla en el mundo. En tal sentido sigo
el concepto huidobriano de que el arte es otra naturaleza, que tiene valor en sí
misma.
FM | ¿Existe una realidad hispanoamericana
o el conjunto de sus 19 países aún no ha descubierto sus verdaderas perspectivas
culturales para la acción conjunta? ¿Cómo cree que debería funcionar esa América
tan deseada y a veces imposible?
LB | La utopía latinoamericana, no incluiría en esto a la península
ibérica, existe desde las luchas revolucionarias de la independencia. Simón Bolívar
y José Artigas, y más tarde José Martí, tuvieron sus proyectos en tal sentido, y
se enfrentaron a las enormes dificultades que, por intereses ajenos y propios, impiden
su realización. En materia cultural, el neocolonialismo impuso por tramos un aislamiento
de estos países entre sí, a pesar de su pertenencia a una similar situación cultural,
así como de estructuras de explotación. El concepto de Patria Grande, surgido en
la década del 20 del siglo anterior, volvió a tener un nuevo impulso a partir de
la década del 60. Pero ese impulso de rebelión y renovación fue barrido de manera
genocida, afectando a esa generación del 68 cuando los poderes hegemónicos percibieron
que había un gran movimiento global de cambios. Hubo, también coincidentemente en
los años 20 y en los 60 una proliferación de intercambios artísticos muy significativos
en materia poética y artística; fueron contextos revulsivos y, a la vez, de construcción
de tejidos culturales transnacionales. En lo interno hay otros asuntos que nos separan,
para empezar, las lenguas. Pero eso no debería ser un obstáculo sino motivo de intercambio
y enriquecimiento. Me refiero al español, al portugués, y al enorme patrimonio de
las lenguas nativas, negadas durante siglos, pero aún resistentes.
Creo que el intercambio
cultural en todas las disciplinas ha sido el lugar desde el cual esa integración
ha mantenido encendido el fuego de ese proyecto. Los sistemas políticos, atravesados
por intereses de las clases económicas multinacionales, han tenido como objetivo
la división y no la integración. Un cambio de mentalidad en la conciencia de la
hermandad sería el camino. Eso se practica en el día a día, en cómo recibimos a
los inmigrantes de los países vecinos, en las políticas de intercambio cultural
que, sin embargo, muy pocos gobiernos desarrollan en sus programas. Es mucho lo
que hay que trabajar para dar a conocer lo que se produce en cada país, en la región
y en el continente. Estamos invisibilizados por una ignorancia sistémica que nuestros
propios sistemas educativos no se proponen superar. Es decir, estamos actualmente
más lejos que nunca de la liberación, porque hoy se carece, básicamente, de la conciencia
de la esclavitud mental y social a la que las sociedades han sido sometidas.
FM | ¿Qué sueles leer fuera
del español? No me refiero sólo a la literatura, porque aquí me interesa evocar
tu entorno de lectura. ¿O crees que leer poetas es el único material imprescindible
para tu creación?
LB | Además del español, leo sobre todo en inglés y en portugués.
Los géneros que leo son variados. El ensayo es el prioritario. Ensayo literario,
filosófico, de teoría estética, también de ciencia política. De hecho, estudié dos
años de Filosofía y dos años de Ciencias Políticas, además de Literatura, que fue
lo que terminé académicamente. Realizé mi doctorado en Literatura Latinoamericana
en la Universidad de Notre Dame (Indiana, USA); si bien fue en un programa de lengua
española, la bibliografía de los cursos tenía un porcentaje muy grande en inglés.
No soy un buen lector de novelas, salvo cuando tengo que darlas en un curso; pero
soy un lector de cuentos. La cuentística anglosajona, portuguesa y francesa me gustan
mucho, pero la mejor de todas es, sin duda, la cuentística latinoamericana del siglo
XX. Ahora no leo casi en francés, como antes. Poesía leo en todos esos idiomas,
y también en italiano. Me fascina leer y traducir yo mismo, es un ejercicio de aprendizaje
muy disfrutable. Lo hago cotejando versiones en diferentes idiomas. Me gustaría
leer en guaraní, o en otras lenguas nativas. Pero es muy difícil aún acceder en
forma directa a las herramientas necesarias para ello. También leo historia y sociología,
sobre todo artículos de los que me nutro para el análisis literario. Estudié griego
para leer un poco a los antiguos. No logré hacerlo, pero el intento valió para acercarme
a la conciencia de ese idioma que, para mí, dio obras poéticas, filosóficas y mitos
que hasta hoy me inspiran.
FM | ¿Crees en la existencia
de la sociedad?
LB | Es una pregunta extraña. Vivimos en sociedad. En muchas
organizaciones de la sociedad a la vez. La familia es, en nuestro caso, la sociedad
más cercana. Pero también está el barrio, y la pequeña sociedad del trabajo; por
supuesto la sociedad civil y su necesaria intervención en la sociedad política y
en las vicisitudes de la sociedad de clases, y su incesante lucha; la sociedad de
los gremios y sindicatos o de organizaciones comunitarias es, a la vez, un pulmón
fundamental para la gestación de derechos humanos. La sociedad de los artistas también
existe, y se nutre de sus intercambios. He participado activamente en cada una de
estas formas de lo social. Soy un ser social. No podría vivir, ni me interesaría,
si no es en relación con la alteridad. La tarea poética es social. Sin lectores
ni audiencia, sin comunicación estética no tendría ningún sentido escribir. La devolución
de los otros nos permite conocer aquello de nosotros mismos que no podemos ver.
Aunque la escritura es también una forma de conocimiento de sí mismo.
FM | ¿Quién eres de todos modos?
LB | Si supiera quién soy acaso no escribiría. No es que escriba
para conocerme, aunque sí, a veces lo hago, para desconocerme. Para olvidarme de
quién creo que soy. Escribir es entrar en mis otros, o abrirles la puerta para que
el lenguaje traiga aquellos que están allí latentes, aquello que no sale a luz habitualmente.
En tal sentido es como soñar. También es como morirse un poco. Y como hacer el amor.
Es decir, hay siempre un misterio no develado en esa otra dimensión, en el encuentro
con el otro. Soy ese peregrino, acaso ese poeta camaleón (al que refiere el joven
John Keats) que explora mundos a través del lenguaje y de la voz.
FM | ¿Qué te parece la idea de incluir un poema propio, comentando algo que
motivó su creación?
EL BRASIL
El Brasil es un país tropical y maravilloso de América
del Sur,
limitado al norte por de Andrade
al sur por de Andrade
al este por de Andrade
al oeste por los países de habla hispana que le rodean
y no comprenden su lengua ni la alegría de su pueblo.
Las principales producciones de Brasil son:
Tupí or not Tupí, de de Andrade
Paulicea desvairada, de de Andrade
Brejo das almas, de de Andrade.
El Brasil cuenta con tres ciudadanos ilustres:
de Andrade, de
Andrade, y de Andrade.
Los otros habitantes
se llaman a sí mismos
Oswald, Mário,
Drummond,
pero todos responden
al unísono al apellido de Andrade.
De Andrade es
la única trinidad poética de América del Sur.
Pero sus obras
tricompletas aún no han sido publicadas ni comprendidas en español.
Motivó la escritura
del poema el diálogo a distancia con el poema “O Uruguai”, del poeta brasileño Murilo
Mendes (1901-1975), que sigue a continuación. Acaso algunas de las preguntas y respuestas
de este cuestionario están aquí respondidas, de manera poética e irónica, más concretamente
aquellas que hablan de esas dificultades de conocimiento y de intercambio que aún
hoy persisten entre las culturas de nuestros vecinos países de América del Sur.
El poema de Murilo, con su sesgo humorístico, refiere al colonialismo de la lengua
y la poesía francesa, que venía desde el siglo XIX, en un país de inmigrantes como
es Uruguay. Mi respuesta, remite a cómo el neocolonialismo, que persiste en nuestras
sociedades hasta el presente, impide que la cultura del resto de los países de América
conozca, por ejemplo, a esos tres grandes poetas del Brasil; así como muchos brasileños,
muy probablemente, también hoy los ignoren. Ese no acceso a la cultura propia, y
a la de nuestros países vecinos, es un síntoma muy claro de que no ha habido aún
una integración ni una democratización popular, y que las producciones culturales
y artísticas entre nuestras sociedades, aún precisa romper muchas limitaciones geopolíticas.
O URUGUAI
(Poema de Murilo Méndes)
O Uruguai é um belo
país da América do Sul, limitado ao norte por Lautréamont, ao sul por Laforgue,
a leste por Supervielle.
As principais produções
do Uruguai são: Lautréamont, Laforgue e Supervielle.
O Uruguai conta com
três habitantes: Lautréamont, Laforgue e Supervielle, que formam um governo colegiado.
Os outros habitantes acham-se exilados no Brasil visto não se darem nem com Lautréamont,
nem com Laforgue, nem com Supervielle.
LUIS BRAVO (Montevideo, 1957). Poeta, ensayista, investigador, profesor, Dr. en Literatura Latinoamericana por la Universidad de Notre Dame. En poesía ha publicado en diversos soportes en virtud de su poética intermedial: 12 libros, 6 plaquetes, 13 obras multimediales en CD, CDRom, DVD, Streaming. Entre sus obras destacan: Árbol veloz,1998; Liquen. 2003; bilingüe inglés-español, 2015; Algo pasa por la voz. 2008; Tamudando (DVD) 2010; Areñal/ ene topos bilingües & other sounds (CD) junto a J. Bennett, 2013; Lumbre, 2017; El Roce de las Voces (CD) junto a Orquesta de Poetas y J.A. Italiano, 2018. https://estudiosbanana.bandcamp.com/album/el-roce-de-las-voces; Voice & Shadow (New and selected poems)/ La Voz y la Sombra, bilingüe. Traducido por Catherine Jagoe y Jesse L. Kercheval, 2020.
CONEXÃO HISPÂNICA 2021-2023
http://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2022/12/conexao-hispanica-2021-2023_27.html
Conexão Hispânica
Curadoria & design: Floriano Martins
ARC Edições | Agulha Revista de Cultura
http://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/
Fortaleza CE Brasil 2022
Mucha gratitud con el gran Floriano Martins por esta entrevista y por sus proyectos poéticos de gran aporte. Un detalle: la foto mía que aquí figura fue tomada por la artista Paola Scagliotti. Nobleza obliga. Gracias!
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