LA CREACIÓN POÉTICA & SUS ESPEJOS
MM
| En
la vivencia que he tenido con los poemas creo que lo que me une más al proceso creativo
es la terquedad, el insistir en la búsqueda de aquello que tiene como resultado
una frase, una estrofa, una combinación fortuita y rara de palabras. Hablo de perseverar
en el reacomodo de la gramática simbólica e imaginaria que también tiene como constancia
el trabajo, que no es exactamente una disciplina, sino más bien por los lados de
la obstinación sin tormento y como oficio, es decir, la tarea de trabajar con frecuencia
en el asunto de la configuración imantada de las palabras. Este proceso supone:
a) mantenerse en la lógica de la búsqueda, en el sentido cavafiano de Ítaca, donde
lo que importa es el camino, pues muchas veces lo hecho se disuelve pronto en el
aire y es o no aparece nada o vemos claramente los zigzagueos del error; b) una
dedicación explorativa que con curiosidad mantiene las antenas de la percepción
bien despiertas; c) cierta orientación lúdica para unir, separar, inventar elementos
en una tierra enigmática; d) el conocer esos momentos en los cuales la subjetividad
está más proclive a abrir las esclusas del poema o casi que necesita de inmediato
un soporte para expresar algo que no quiere ni puede esperar más; e) favorecer los
contextos que acentúan la cercanía al diálogo con el mundo interior: lugares, climas,
personas, horas, músicas, películas, silencios, soledades; f) la lectura como un
entusiasmo continuo ante lo escrito que generosa irriga la geografía de la sensibilidad;
g) la audición al sueño, a lo soñado, ha sido y es un puente fabuloso para el cultivo
de la imagen y de las adivinanzas; h) una disposición amorosa que parte del principio
que allí, frente al cuaderno o la computadora, uno va a dar, entregar, parir una
criatura que no existía (lo que funciona también cuando se trata de expulsar, sacar
afuera o incluso de vomitar algo insoportable y es cuando después viene la calma,
la reconciliación); i) cultivar el hábito permanente de la “atención”, tal como
la entendía el poeta venezolano Armando Rojas Guardia: “Solo la atención, disciplinadamente
cultivada, tal como ha sido concebida, diseñada y practicada desde hace milenios
por diversas tradiciones espirituales y religiosas, nos permite, al conectarnos
con lo concreto que está más acá de la empecinada voluntad de abstracción y que
fulgura como evidencia más allá de nuestras enrarecidas pantallas mentales, acceder
a la percepción total y fruitiva de la realidad, tal como está resplandece desde
sí misma”. Y, por último, j) mantener al día el deseo de encontrar la quinta pata
del gato, es decir, ese elemento clave de los impulsos internos: la curiosidad,
entendida como deseo de saber, y vinculada también con el asombro clásico como actitud
filosófica fundamental. De esta manera poética la recrea Cervantes para introducir
el meollo de lo que ocurre con el eterno personaje de la novela universal: “Es,
pues, de saber que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso, que eran
los más del año, se daba a leer libros de caballerías, con tanta afición y gusto,
que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la administración de
su hacienda. Y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas
hanegas de tierra de sembradura para comprar libros de caballerías en que leer (…)”.
FM | ¿Tienes una esperanza
de vida ideal? ¿Cuál? ¿De qué modo tu creación hace parte de ella?
MM
| La
esperanza fundamental que siento más cercana al tono de la pregunta es la que me
lleva a idear lo que he escrito dentro del acervo patrimonial del país, que forme
parte de una memoria personal, familiar, colectiva, de determinado determinado tiempo
y lugar. Es decir, que sea un registro de la experiencia y los vaivenes, las vueltas
y revueltas que se presentaron en el camino y lo que la poesía alcanzó a formalizar
de eso y aquello; del mismo modo que con gran respeto miro hacia el pasado y leo
y contemplo páginas de gentes que incluso andan desaparecidas de la bibliografía
al uso de lo contemporáneo. En Venezuela son muchos los artistas olvidados, así
que la tarea sería estar dentro de los que van a permanecer en lucha con la desmemoria
que anda campante por este país desde hace bastante. Tal vez, la esperanza sea que
mis libros resuciten con cosas que decir y por decir en las manos de lectoras y
lectores jóvenes del futuro.
FM | ¿Cómo percibes
las diferencias entre lo que pretendías crear y lo que realmente creas? ¿Te molesta
este abismo sutil de vez en cuando? Si se ha reducido (o incluso desaparecido) con
el tiempo, ¿a qué atribuyes tal evidencia?
MM
| Siempre
hay algo que no resulta como uno quiere, y en la mayoría de los casos, los resultados
son inimaginables. Y esa brecha es extraordinaria, en tanto que lo que me guía es
la aventura, la experimentación, el acercamiento a lo impredecible. En este sentido,
encuentro un espíritu de calidad en esa fuerza que tiene lo que se escapa a lo conocido,
una fuerza de verdad-interior, estremecimiento acaso, algo que viene a conmover,
a marcar una presencia sensible con la que sentimos una alianza en el origen.
FM | Al visitar el templo
de Zoroastro, Italo Calvino descubre que el fuego real es el fuego oculto. ¿Cómo
alimentas el fuego de la creación en tu escritura? ¿Podríamos hablar de la existencia
de algún rito?
MM
| En
una época solía beber licor para tonificar los canales poéticos y pienso que esos
fuegos hacían lo suyo sin duda. Y lo hacían bien. Ahora, cuando no uso bebidas,
cocaína ni cigarros, percibo que el lugar desde donde escribo es otro, y percibo
una especie de desbloqueo de una manera de decir que en la actualidad siento más
ágil y elástica en la elaboración y las derivaciones, y de paso, más afín al encuentro
con lo que se llama (en la poesía) la voz propia. Pienso que después de los sesenta
años es cuando me acerco a esta dimensión donde siento que ahí, en las palabras
del poema, me parezco más a lo que escribo. También debo agregar que lo hecho en
esta etapa es una producción hermana de las anteriores, con señas particulares que
reconozco de antes, con la presencia dominante de la imaginación, del salto verbal
a las garras del tigre, de unos ritos, exacto, como dice la pregunta, no previos,
sino en aquello que se dice que me parece conserva un aire de familia en la mayoría
de lo que he escrito o al menos así lo leo. Hay transformaciones que a su vez establecen
uniones, enlaces y maneras de mirar el pasado donde hay unas vías comunes. En cuanto
al fuego que alimenta la dinámica del poema, me parece que la opinión de Calvino
es muy sabia, pues lo indecible es interior, extraño y viene en uno de lejos, lo
cultivo con respeto, mientras busco que, con él –con algo parecido al silencio–,
estén abiertos los caminos de la ausencia, esos que hacen viable la difícil permisividad
de la fluidez.
FM | ¿Crees que hay
un exceso de ideas en el mundo y que hay una especie de mal uso de esas ideas? ¿Es
necesario minar constantemente nuevas ideas o lo que falta en el mundo es orden
y perseverancia en las ideas existentes?
MM
| A
mi manera de ver, el mundo es un desastre. Si después de un siglo tan terrible como
el siglo xx, vemos que estamos tan
cerca de una catástrofe aún peor, bueno, no hay que ser muy avispado para sacar
consecuencias. Las ideas son las mismas: autoritarismo, imperialismo, neocolonialismos,
fanatismos, terrofagia, intolerancia, el Poder en las diversas maneras que tiene
de entenderse como sometedor en el mundo de los que gobiernan y los que obedecen.
Estamos, además, en la confrontación de inmensos poderes mundiales que buscan sus
nuevos perfiles en el contexto de un planeta diferente que no sabemos cómo saldrá
de esta tormenta. Y en este reajuste parece que lo peor está a la vuelta de la esquina.
A mi juicio, lo que hace
falta es la osadía de nuevos rumbos existenciales en contra de la masacre y la muerte,
en contra de las dictaduras, de la intolerancia, del sometimiento, de la arrogancia,
del militarismo. Y claro que hace falta poner al día ideas libertarias a tono con
una vida mejor en el sentido humano y democrático, pacifista, ecologista, artístico,
de bienestar para las mayorías, y en contra de la opresión económica, militar, jurídica,
política, educativa. Hacen falta otros gritos, otra gente.
FM | ¿Cómo has contribuido
a mejorar el mundo?
MM
| Oye…
qué pregunta, querido Floriano.
El mundo, lo que se llama
el mundo me queda muy lejos. Así que los cantos que compongo desde mi parroquia
les alegran los días a unos muy contados pocos. Eso es todo.
FM | ¿Existe una realidad
hispanoamericana o el conjunto de sus 19 países aún no ha descubierto sus verdaderas
perspectivas culturales para la acción conjunta? ¿Cómo cree que debería funcionar
esa América tan deseada y a veces imposible?
MM
| Creo
que esta pregunta y la anterior están tocadas por un optimismo político del que
me siento ajeno. Vivo en un país que conoció un enorme vigor con la llegada de Chávez
a la presidencia con un conjunto de ideas que efectivamente apuntaban no solo a
“mejorar el mundo”, sino, sobre todo, a construir un mundo mejor en lo que
al país se refiere. Después de varios años de crecimiento en varios rubros claves,
el chavismo ofrece hoy cifras claras de desbarajuste y ruina en áreas fundamentales
como luz, agua, hospitales, inflación, educación en todos los niveles, alimentación,
vías de comunicación, libertad de prensa, migración, producción de bienes. En fin,
lo que me da es pereza el pensar en acciones conjuntas de Hispanoamérica y cosas
por el estilo.
Quizás es mejor partir desde
la imposibilidad que señalas en cuanto a países que trabajan juntos en la búsqueda
de objetivos comunes. La Gran Colombia fue una idea poderosa que terminó muy mal.
Es un ejemplo ilustre del fracaso colectivo. La atomización, la fragmentación, la
división, son ciertamente un perfil de nuestros países, y por allí seguramente que
las fuerzas imperiales han tenido un éxito extraordinario. Es muy difícil imaginar
otros escenarios. En lo personal, me llama la atención el triunfo de Petro en Colombia,
parece mentira que lo haya logrado en un país tan injusto y cruel con las mayorías
pobres de ese país. Le deseo éxito en su gestión, en una gestión que desde ya enseña
con ese querer mantener el diálogo de par en par para la Colombia posible en la
tolerancia, el reencuentro, la libertad, la justicia y el perdón. Ojalá le vaya
bien. No las tiene fácil.
FM | ¿Qué sueles leer
fuera del español? No me refiero sólo a la literatura, porque aquí me interesa evocar
tu entorno de lectura. ¿O crees que leer poetas es el único material imprescindible
para tu creación?
MM
| Caramba,
Floriano, has apuntado a una zona débil en mí al no conocer otros idiomas y creo
que me hubiera gustado. A veces pienso que estaría bien reanudar los estudios de
inglés. He leído en español y lo he disfrutado cantidad y ahora es que me queda
por leer en este idioma tan hermoso, y no solo poemas, sino ensayos, psicología,
filosofía, crítica literaria, biografías, novelas. Por cierto, hace poco leí la
traducción del libro de memorias de Patti Smith y me encantó: Éramos unos niños.
En este momento leo un libro delicioso: El infinito en un junco. La invención
de los libros en el mundo antiguo (de Irene vallejo). Y lo que tengo por leer
ni te cuento, jamás podré alcanzar la lectura de un porcentaje razonable de la fabulosa
biblioteca digital que he ido enriqueciendo a diario. Lo que me falta es tiempo
y locura.
FM | ¿Crees en la existencia
de la sociedad?
MM
| Lo
que estoy seguro es que ella no cree en mí. Y tampoco me importa mucho.
FM | ¿Quién eres de
todos modos?
MM
| Un
dado que da vueltas en el vértigo de las palabras y la imaginación.
… Y de nuevo te doy las gracias
por el amor que pones en lo que haces, querido poeta, por mantener siempre tu antorcha
encendida en las conjunciones, los cruces, los enlaces, esa cadena de nombres, eventos,
palabras, poemas, entrevistas, ensayos, fotos, pinturas, videos, revistas, músicas,
para fijar una manera surrealista de estar con el espíritu abierto a las ideas,
la crítica, la reflexión, la creación, y el acercamiento desde tu precioso idioma
portugués hacia el español donde has hecho una casa a la que no pocos entramos con
satisfacción, encanto y alegría.
FM | ¿Qué te parece la idea de incluir un poema
propio, comentando algo que motivó su creación?
en
la espesa laguna de los saurios
el
grueso olor a monte
y
a tormenta
es
medianoche
Tal vez, uno de los elementos
más constantes de la poesía es que se trata de una inagotable dimensión de la vida
donde las cosas no se consumen en el acto de la comprensión del significado como
quien despacha un problema, no es la comprensión comunicacional lo que más interesa
y suscita curiosidad, asombro. Está fuera del marco de una mirada capitalista que
paga por tener determinado objeto de consumo y lo incorpora a una lista de mercancías
que son suyas, que le pertenecen. La relación con el poema no es así, está dentro
de un registro no comercial, y bien podríamos decir que el poema es algo dotado
de ser. Y el ser es una incógnita, es el mismo misterio que uno contempla en la
vasta carpa de las estrellas como en el corazón desde el que percibimos la existencia.
Afuera y adentro traspasados por una misma interrogación y por acercamientos de
sentido que son inagotables, ese territorio donde el decir y el silencio se enamoran,
e imantados y rotos, separados, se cortejan, se buscan, se necesitan La lectura
de la poesía es una convocatoria a la configuración de canales paralelos que no
figuran en los mapas. Cada poema es una invitación al viaje, y cada lectura es una
sorpresa. Pues el ser es como un prisma y como este tiene varias caras, varias luces
y dependen del ánimo de quien se da a la tarea de resucitar las palabras, como dijo
el sabio caraqueño Simón Rodríguez en el siglo XIX: LEER, ES RESUCITAR IDEAS, SEPULTADAS en el PAPEL. Cada Palabra es un EPITAFIO
y, para hacer esta especie de MILAGRO! es menester conocer los ESPÍRITUS de las
difuntas, o tener ESPÍRITUS EQUIVALENTES que subrogarles. Y resucitar ideas
es darles vida y espiritualizar la letra en cada aproximación a lo que se capta
allí, a lo que reaparece, a lo que resurge, como a lo que se deja entrever y a lo
que se mantiene en el centro inaccesible del sentido y del significado en la más
pura imposibilidad.
Entonces, escribir un poema
no es ir a vaciar en un formato específico una materia preconcebida. La escritura
y la lectura se juntan en el ángulo de ir al encuentro de algo que no sabemos qué
es, y ese no saber es lo que las anima a la aventura, lo que las sostiene, lo que
les da una riqueza singular, un ser que no se agota, quizás porque también incluye
al no ser, como el yin y el yang al contener la luz y la sombra, lo racional y lo
irracional. Lo que se dice en un poema está más allá de la semántica, a la manera
de cómo se leen los sueños por los caminos de la adivinanza y de la interpretación.
En fin, me viene esto a cuento en el contexto de la invitación que me hace Floriano
Martins a que comente un poema que haya escrito y es este poema que está al inicio
de estas palabras el que pone en la pista de despegue estas ideas para que intente
lo que de alguna manera quiero hacer al estar en contacto con esos versos. Pero
cada poema es un regalo y su presencia está vinculada siempre con la prodigiosa
dinámica del amor, y no se deja someter como si fuera una cifra más en una caja
registradora.
En el caso de este poema,
es necesario recordar que está en un libro que publiqué en diciembre del año 2021,
que se llama Otras cosas por decir y está ubicado en la primera parte, la
que lleva por título Donde la aventura recomienza. Y esta primera parte o
primer libro de la trilogía que está en ese libro, me señala los puentes empáticos
de lo que ando buscando desde la coincidencia que subrayan palabras como “aventura”
y “recomenzar” en el contexto de hablar de la poesía y lo que venía diciendo sobre
el arte de los versos. Y es cierto, hay otras dimensiones del entendimiento y de
la lectura, pues no es exactamente el “yo” quien coloca las barajas en la mesa,
hay otras zonas que se activan, que se ponen en movimiento.
Al leer, por ejemplo, el
poema 32, donde el primer verso dice: “en la espesa laguna de los saurios”, entro
de una vez en la geografía onírica de un lago muy oscuro que con frecuencia me recibe
con franjas iluminadas que me llevan a un territorio sensual donde gentes, sirenas
y animales nadan, circulan y disfrutan del agua y de sus cuerpos en la nocturnidad
donde sus fantásticos movimientos resplandecen y, sobre todo, hay un clima de algo
naciente, de un origen extraño y deseable, de una grafía tropical de la memoria
y de las fuentes primordiales de la vida. Luego leo: “el grueso olor a monte/ y
a tormenta”, y esto parece ser el contacto con algo que sale de esa acuarela de
la imaginación al asomar el registro que hace el olfato de los densos perfumes de
los montes que pueden ser de Venus y de los espesos montes que huelen con intensidad
inocultable, y una tormenta que presagia el encuentro con elementos amenazantes
que darán por terminado el tiempo del paraíso y el reingreso a los límites terribles
de la historia. Luego de dos espacios leo una sentencia: “es medianoche”, que es
como decir: es el momento de la pesadilla o del insomnio, de la angustia o del miedo,
o es probable que sea la hora del brusco despertar. Quién sabe. En todo caso, leo
este poema con familiaridad mítica.
Para concluir por el momento
estas palabras, me viene ahora la idea de que a “saurios” solo le falta una “c”,
para que también podamos escribir: “curiosas”, y esta curiosidad de lagartos y reptiles
está involucrada con la poesía desde las manzanas bíblicas de la creación… Y por
estos montes es posible agregar también, que cantando se va el caimán para Barranquilla
con una muchacha en la boca.
MIGUEL MÁRQUEZ (Venezuela, 1955). Licenciado en Filosofía. Escritor, poeta, editor. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Cosas por decir (1982), Soneto al aire libre (1986), Poemas de Berna (1991), La casa, el paso (1992), A salvo en la penumbra (1998), Linaje de ofrenda (2001), La memoria y el anzuelo (2006), Fragmentos de la batalla (2010), Poemas de la independencia y el escarnio (2010), Reserva y esplendor (2011), Trinitarias de la cara y el envés (2014), Campana en el fondo del río (2015), Creyones sobre el asfalto (2016), Otras cosas por decir (2021).
CONEXÃO HISPÂNICA 2021-2023
http://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/2022/12/conexao-hispanica-2021-2023_27.html
Conexão Hispânica
Curadoria & design: Floriano
Martins
ARC Edições | Agulha Revista
de Cultura
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Fortaleza CE Brasil 2022
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