quinta-feira, 29 de dezembro de 2022

TATIANA OROÑO (Uruguay, 1947)

LA CREACIÓN POÉTICA & SUS ESPEJOS

 


FM | Como creadora, ¿eres un perseguidor de imágenes o simplemente mantienes abiertas las puertas de la percepción para que entren?

 

TO | Mantengo abiertas las puertas de la percepción al entorno y a la interioridad, fuentes ambas proveedoras de imágenes. Ellas llegan y cuando llegan les doy la bienvenida.

 

FM | ¿Tienes una esperanza de vida ideal? ¿Cuál? ¿De qué modo tu creación hace parte de ella?

 

TO | Una vida ideal sería una distinta a la mía: menos responsabilidades familiares, menos desgaste laboral, ¡más viajes! y una estadía financiada para escribir libre de cualquier otra obligación durante un mes… ¡Un mes entregado al contacto con otros escritores o poetas, beneficiarios del mismo privilegio, y a mi propia producción! El ideal sería ese, pero la esperanza de que se haga realidad no la tengo. A causa de eso tengo que dar vuelta la pregunta y contestar que mi obra hace parte de mi vida real.

 

FM | ¿Cómo percibes las diferencias entre lo que pretendías crear y lo que realmente creas? ¿Te molesta este abismo sutil de vez en cuando? Si se ha reducido (o incluso desaparecido) con el tiempo, ¿a qué atribuyes tal evidencia?

 

TO | Las oposiciones que han tensado mi trabajo radican fundamentalmente entre lo que hubiera deseado disfrutar –tiempo de ocio creativo- y aquello de lo que dispuse: escasez de oportunidades, siempre “poco tiempo”. Ahora, a mis 75 años, aunque abandoné la crítica periodística y estoy jubilada de la docencia, sigo activa en el campo de la investigación y en el de la vida cotidiana, entorno familiar y rutinas domésticas. Se han reducido las tensiones que me cercaron. Ha llegado la oportunidad de revisar y depurar tantos borradores acumulados. Y también la de escribir relativamente menos apremiada. Acaso comenzando recién a descubrir en las realizaciones contemporáneas de otros/as poetas excelencias que me hubiera gustado alcanzar. Un descubrimiento tardío sin duda. (Como por ejemplo cierta poesía que envuelve en una atmósfera saturada de referencialidades móviles, mutantes, que no se articula en torno a un asunto o motivo sino en un torno a un lenguaje denso cuya productividad es extraída de un fondo inagotable de imágenes y confluencias.)

 

FM | Al visitar el templo de Zoroastro, Italo Calvino descubre que el fuego real es el fuego oculto. ¿Cómo alimentas el fuego de la creación en tu escritura? ¿Podríamos hablar de laexistencia de algún rito?

 

TO | Un estímulo eficaz siempre resultó ser la lectura de buena poesía. Esa poesía que parece invitarte al diálogo, a responder con tu palabra, en tu propia lengua poética. Esa poesía –y a veces, esa prosa- que te inspira. Para escribir preciso silencio. Y la mayor intimidad posible. Es un trabajo delicadísimo.

 

FM | ¿Crees que hay un exceso de ideas en el mundo y que hay una especie de mal uso de esas ideas? ¿Es necesario minar constantemente nuevas ideas o lo que falta en el mundo es orden y perseverancia en las ideas existentes?

 

TO | Son preguntas difíciles de responder. El mundo de las ideas es materia de la filosofía. Para dar mi humilde punto de vista debo exceder los márgenes de tus preguntas y decir que además de ideas lo que hay en el mundo es materialidades, cosas, bienes, cuerpos, y que la historia es historia de los conflictos entre materialidades e ideas o, eventualmente, ideales. Que algunas/os persistan mientras otras/os cambian me parece explicable. Hoy la idea eje de las comunidades no puede ser otra que la defensa del medio ambiente. Esa es una idea que tiene cuarenta años en la agenda internacional, una idea nueva. Pero, como lo que hay en exceso en el mundo es injusticia - muy injusta es la distribución de los bienes materiales, así como también la de los culturales, incluidos los bienes del pensamiento- la defensa del medio ambiente ante la crisis climática que nos amenaza como especie –esa idea-fuerza en la agenda global-, es desatendida por los gobiernos de los países que más responsabilidades tienen en la contaminación planetaria.

 

FM | ¿Cómo has contribuido a mejorar el mundo?

 

TO | Como he podido. Sosteniendo una familia de miembros solidarios entre sí, dispuestos a la solidaridad responsable con los demás miembros de la sociedad, amigos de flora y fauna. También he intentado contribuir con mi trabajo, tanto el remunerado como el honorario. Y aun procuro aportar a mejorar la calidad –decir “del mundo” suena excesivo- del pensarnos como seres sociales con mi poesía y mi prosa poética. De mi autobiografía poética – Libro de horas - escojo este fragmento que ojalá pueda ilustrar, así sea a media luz, la respuesta anterior.

 

FM | ¿Existe una realidad hispanoamericana o el conjunto de sus 19 países aún no ha descubierto sus verdaderas perspectivas culturales para la acción conjunta? ¿Cómo cree que debería funcionar esa América tan deseada y a veces imposible?

 

TO | América Latina ha sido el continente más violado, fueron palabras del Prof. Iván Schulman al iniciar curso al que asistí, sobre Modernismo y José Martí, en Montevideo, hace ya varias décadas. Nuestras riquezas naturales han sido y son el origen de nuestras desventuras: hemos sido víctimas del colonialismo, del poscolonialismo y la globalización despiadada. No creo que haya otro camino que la defensa del medio ambiente y de los derechos humanos simultáneamente, hoy día, procurando ampliar y fortalecer la unión de las mayorías tras esas reivindicaciones vitales, exigiendo paz y no guerra. He escuchado con mucho respeto las recientes alocuciones del presidente colombiano, Gustavo Petro, respecto a estos temas continentales y también concernientes a la vida de la especie sobre la Tierra. Por todo esto creo en la poesía como actividad pacificadora, sensibilizadora, socializadora.

 

FM | ¿Qué sueles leer fuera del español? No me refiero sólo a la literatura, porque aquí me interesa evocar tu entorno de lectura. ¿O crees que leer poetas es el único material imprescindible para tu creación?

 

TO | Leo mucho y no solo poesía. Leo la prensa diaria, semanarios y el mensuario Le Monde. Me interesa el género del ensayo especialmente. Me interesa la investigación. Me interesa la música, el cine, el teatro. En poesía he leído en francés, portugués e italiano a lo largo de mi formación académica y también luego, es decir siempre. Lamentablemente mi inglés no me ha permitido disfrutar plenamente de la poesía anglosajona. Pero el texto que comparto es ilustrativo de cómo la emoción estética ante el hecho teatral también pudo convertirse en material de creación literaria.

 

FM | ¿Crees en la existencia dela sociedad?

 

TO | Claro que sí, en la existencia de la sociedad y los conflictos que la tensionan. En Uruguay, país con prestigio de excepción democrática en América Latina, arrastramos sin embargo la vergonzosa herencia de impunidad obtenida por manipulación de códigos, amparos políticos y pactos de silencio por quienes cometieron delitos de lesa humanidad durante la dictadura civil-militar. Una figura representativa de ese pasado ominoso fue el militar José Nino Gavazzo, de infeliz memoria. Digo esto para facilitar la interpretación del texto que comparto.

 

FM | ¿Quién eres de todos modos?

 

TO | Yo soy yo y mis circunstancias, te diría, parafraseando al filósofo José Ortega y Gasset. O acaso también podría responderte a lo Rimbaud: yo es otra… Yo soy yo y la que escribe. He aquí dos textos que acaso sean ilustrativos de los trabajos del yo.

 

FM | ¿Qué te parece la idea de incluir un poema propio, comentando algo que motivó su creación?

 

ESCRIBIR

 

Escribir para ser una, para echar cuerpo. Pero antes, tener que hacer mil cosas. Por

tanto: para ser una, hacer mil y una. ¿De qué escribir? De una cuenta que no cierra: para

llegar a una, pasar por mil y una.

Escribir es una finalidad que se transforma antes de ejecutarse. Se escribe para

llegar (para poder llegar) a ser quien se es. Pero para alcanzar el objetivo deben ser

alcanzados y dejados atrás muchos otros. En consecuencia, llegar a ser quien se es

resultaría ser el objetivo del objetivo del objetivo. Una aguja en un pajar.

Una va y hace toda la fuerza que puede para adelante. (Escribo adelante porque

pienso que el pasado es lo que se deja atrás.) Se hace fuerza para que la voluntad de

escribir no se achique con la postergación. Se posterga porque sólo en otro lugar (que

me imagino adelante, es decir, después) se podría escribir, ya que aquí no se puede

porque siempre hay cosas que hacer. Pero el deseo es tan empecinado que hace fuerza,

igual. Sólo que el movimiento de tracción, sostenido, que no cesa, que no debe cesar,

transforma el movimiento. Puede desviarlo en busca de un atajo que adelante para el

costado cuando todavía estoy atrás. En consecuencia, tanto atrás como adelante, escribir

quedará marcado por el drenaje de energía puesto en propiciar la ocasión, aguardarla,

saber darla por perdida y volver a propiciar el momento de escribir, es decir, de echar

cuerpo. No habrá tema que sea más suyo que ése. Ni avance de una página sin marcha

atrás.

Vuelvo al principio. Escribir es una finalidad que se transforma antes de

ejecutarse porque las demoras, sustituciones y desvíos de los sucesivos planes de

ejecución devoran energía de espera como si esto - perder tiempo haciendo cosas que

hay que hacer, en lugar de lo que de veras hay que hacer- se impusiera como finalidad

sustitutiva de la finalidad.

Si ese esfuerzo por sacarse de arriba los obstáculos que cada día pone en el

camino del proyecto de escribir se vuelve carrera de obstáculos, no se podrá llegar a ser

quien se es, por el buen camino. Entonces se escribe sobre esa imposibilidad. Por el

camino que sea.

En ese caso, quizá hasta cambie la dirección del gesto: escribir para volver a lo

anterior a todo. A la manada. Para refugiarse del hostigamiento hacia adelante que

obliga a andar echando cuerpo a marcha forzada. Ir a echar el cuerpo en el pasto.

Escribir en el aire.

 

Morada móvil (Artefato, Montevideo, 2004).

 

 

 


TATIANA OROÑO (Uruguay, 1947). Poeta, professora de Língua e Literatura Espanhola, com mestrado em Literatura Latino-americana. Obra poética publicada: El alfabeto verde (1979), Poemas (1982), Tajos (1990), Bajamar (1996), Tout fut ce qui ne fut pas (2004). Sobre ela comenta o poeta e ensaísta uruguaio Luis Bravo: “Tatiana Oroño é uma voz referencial na poesia uruguaia atual. A contenção formal, a sensibilidade precisa e a intimidade pensante nutrem o corpo de sua escrita. A consciência da linguagem como seu próprio corpo faz com que sua poesia apareça como (in) carne de si: escreva para ser um, tome corpo
. Sua poética aborda o emocional a partir de uma certa distância enunciativa.”

 

 

 


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