te vas volviendo
en más de un sentido [1]
escribe en el inicio
de su poema “Según pasan los años (Gozque te ipsum)”, y sus versos se abren como
un presagio, haciendo lo que dice, nombrando la polisemia que en su voz será polifonía.
Una polifonía que viene en parte de la imitación de diferentes registros: el lírico
clásico, el burocrático, la canción romántica, el irónico, la broma de la intertextualidad
sin aviso. Pero también del juego con los vocablos, los sintagmas rotos, las palabras
remplazando a otras de sonido similar pero sentido diferente.
Todo esto convierte
al poema un espacio de libertad en el que puede operar una escritura con intención,
trayendo la exploración desde otras disciplinas. ¿Es ella quien busca esta combinación?
En parte sí, y en parte no. Thénon es un ser que se mueve en un entorno urbano y
en el mundo de la cultura. De allí saca el sustento. De allí el hambre y la satisfacción.
El resto es su magia de cirujana para lograr lo que se propone.
Dice Franco Berardi
en Fenomenología del Fin: El problema es:
¿cómo sucede que, bajo ciertas circunstancias, los signos conjugados dan a la luz
un significado? ¿Cómo sucede que, bajo ciertas circunstancias, los eventos se convierten
en historias y las percepciones conjugadas en realidad? Witold Gombrowicz sugiere
que la realidad es el efecto de una obsesión. [2]
Thénon contesta desde
la carta que le envía a Ana Barrenechea el 12 de enero de 1984: Estoy tan cerca que no puedo decir demasiado,
excepto que creo haber dado un paso más allá de distancias, tanto en libertad como
en aproximación a la música. Como podrás comprobar, es legible de cualquier manera,
aunque hay una manera favorita mía que no te anticipo. Para esto fui rigurosísima
con la diagramación. [3] Escuchemos entonces la música que sucede en el poema
“Plegaria y Boda”, al cual se refiere en la carta.
yo siempre juegas tú siempre juego siempre tú juegas siempre
yo
La ruptura de la conjugación
verbal con respecto a los pronombres la lleva, circularmente, al próximo sentido
y la repetición le da un ritmo que se acelera hasta llegar a ese último vertiginoso
siempre yo, que queda sonando con mucha más fuerza que el primero. La rueda de la
plegaria, el lazo de la boda, el yo un poco egoísta del final, que contiene al tú.
El poema, hecho de palabras, excede lo escrito porque le ha tomado, gracias al ritmo,
el pulso a la lengua, su juego natural, infantil, animal. El sentido a primera vista
es simple, la imagen es sencilla. Es el ritmo el que le da la potencia de una lengua
inventada.
La idea se refuerza
en la carta que le envía a Renata Treitel el 14 de noviembre de 1982: Los subrayados, los paréntesis y demás cosas
no responden al deseo de transmitir mundos insólitos sino también a una voluntad
precisa de orden musical. [4]
En el camino del ritmo
puede llegar al punto explícito de incluir el eco de un canto de cancha, apelando
al juego de palabras, tan propio de los vanguardistas, para que suene adentro del
lector la música interna que conoce, subiendo el volumen al sentido del absurdo
que quiere generar. Así cantamos adentro nuestro en Murgatorio:
Olé olé
olé ola
yo soy el nieto
de mi papá
olé olé
olé olá
voy al psicólogo
a investigar. [5]
olé olé
olé olá
nadie con testa
en
el más
a
cá
El ritmo toma entonces,
como en otros poemas suyos no solo el sonido y el corte de verso, sino también la
espacialidad. Se expande en el espacio, usa barras, paréntesis, mayúsculas, blancos.
No solo juega con la diagramación, sino que lleva adelante una verdadera puesta
en escena con su modo de ocupar la hoja como lo hace la danza o la puesta en escena
teatral. Se articulan el tiempo del ritmo y el escenario de la hoja creando en un
lenguaje híbrido una belleza otra. Pero es un ritmo a veces trabado y necesariamente
roto, como la danza contemporánea.
Para ver este tipo de
trabajo textual se pueden ver estos versos de su poema “Libretos” –insólitamente
actuales– donde remplaza algunas letras por puntos, como jugando con el lector al
juego infantil del ahorcado, pero también invitándolo a ser un espectador activo
y presente.
Agotados los medios para obtener el amor
(:elemento plegable en forma de pajarita)
Se alza la Vía Verdadera
Cuyo tránsito no es fácil
Pero sí inevitable
Como es inevitable
Sobrevivir a las b..bas
Mirá los japoneses cucaracha
Hermanos del mundo
Necesitamos mantas vacunas
Aspiradoras . .che en polvo
……. Famél…. ……
….sitamos plasma rencor y whisky dietético. [6]
En otros poemas, además
de la espacialidad de la escena, la voz de Thénon, trabaja el diálogo absurdo que
parece extraído de una obra de Beckett.
-¿dónde está la salida?
-¿perdón?
-le preguntaba dónde está la salida
-no
no hay salida
-¿pero cómo si yo entré?
-claro
yo la recuerdo
además la estoy viendo
pero salida
salida no hay
¿vió? [7]
En algunos poemas es
la grafía la que construye la escena polifónica, como en este irónico poema de 1986,
en el que la mayúscula y la minúscula logran un contrapunto delirante:
ORIENTACIÓN: [8]
NO PUEDO MÁS: ventanilla de al lado
QUE DESGRACIA SOY: primer piso
NADIE ME QUIERE: oficina seis
ME LO HACEN A PROPOSITO: ala oeste
ESTOY MUY SOLA: pasando el puesto de las flores
TENEMOS QUE HABLAR: corredor del fondo
VOS NO ME COMPRENDES: siguiendo la flechita
COMO PUDISTE HACERME ESO: cerrado por vacaciones
Mar calmo y próspero viaje
Uh
Leer como develar
Los múltiples lenguajes traídos de otras artes
le permiten a Thenon generar extrañeza a través de diferentes juegos con el tiempo
rítmico del poema y el espacio de la hoja en blanco, pero también le permiten velar
el sentido.
Este velo, ese modo
de mirar a través de, tal vez es una necesidad dolorosa de quien escribió en medio
de una dictadura militar, como la que aconteció en la Argentina, pero también es
quizás el resultado de ser, además de poeta, fotógrafa. Entre 1967 y 1984, Thénon
no publicó. De esos diecisiete años, siete acompañó a Iris Scarccheri por el mundo,
para retratarla en movimiento. Entonces comprendí
que me había encontrado con la danza/era más, mucho más que la belleza./Era la verdad
pura./Me alegré de estar viva y nunca más la abandoné. [9] – dice Thénon de
este período. Otra vez la superposición. La danza, el ritmo, el tiempo suspendido
del poema y la imagen de Iris en el aire como si fuera realmente capaz de flotar.
La obsesión, y el velo.
Su operación como fotógrafa
se nota especialmente en La Trasgresión, [10]
cuento largo o nouvelle inédito en el
que, luego de avanzar con un registro burocrático durante varias hojas llega a momentos
de alto contenido poético y terrible capacidad de denuncia. La narrativa le ofrece
un espacio más amplio, quizás más parecido al de la fotografía, en la que todo narra
dentro en un desorden natural, lejos de la lógica que se necesita para llevar adelante
un texto.
Igual que el Studium
y el Punctum del que habla Barthes en su libro La Cámara Lúcida, este texto narrativo
de Thénon lleva al lector por párrafos donde transita lugares comunes o definiciones
previsibles hasta llegar a decir como una obviedad cosas terribles como: Todo aquel que no estuviese de acuerdo con que
las cosas son así, será pasado por las armas, previo juicio sumarísimo y su cadáver
será entregado al juez de turno de la justicia diez días después de fusilado.
[11] La emulación del registro burocrático y la desafectivdad que trae página tras
página de golpe se topan con la naturalización de la pena de muerte. La rareza de
la entregar el cuerpo al juez después del muerto, lo que implica matar primero y
dar después apariencia de legalidad, se aplana al decirlo sin estridencia, igual
que una foto esconde alguna imagen impactante en medio de objetos inútiles.
La operación de romper
el lenguaje a través de todos los mecanismos que encuentra a la mano, constituye
en Thénon algo más grande: la búsqueda de una religión profana, como ella misma
la nombra. Una búsqueda creativa que intenta llegar a lugares donde unos pocos se
animaron a llegar.
Susana Thenon es, sin
exagerar, un dios de la poesía. Porque la volvió a empezar. Le dio luz y la bailó.
No como una música armónica, no como una danza clásica sino como quien muestra el
caos que solo puede ver quien detrás de lentes gruesos se apresta a mirar lo sutil.
Un nuevo tiempo y espacio en el poema. Porque como ella misma observa: …alguna fractura tiene que haber ocurrido mundialmente
para que yo haya empezado a escribir así. [12]
NOTAS
En 2017 el Archivo IIAC recibió como donación
de María Negroni manuscritos de Susana Thénon. Entre ellos hay poemas sueltos, textos
inéditos, cartas, transcripciones de poemas ajenos, fotografías y traducciones.
Algunos folios están escritos a máquina, otros son originales de puño y letra. Allí
es posible capturar atisbos del proceso creativo de la poeta. Ante la posibilidad
que ofrecen estos materiales, en 2018, un grupo de poetas egresados de la Maestría
en Escritura Creativa de UNTREF emprendió el trabajo de estudiar la poética de Thénon
a la luz de esta nueva perspectiva. De ese modo, surgió “Palimpsestos”, proyecto
de investigación colectivo que coordina María Negroni, cuyos propósitos son básicamente
dos: la escritura que nace del estudio pormenorizado de la opera omnia de Thénon, por un lado, y la producción audiovisual de un
documental que dé idea de nuestro proceso de trabajo, por otro. Participamos de
“Palimpsestos”: Corina Dellutri, Lucrecia Frassetto, Gisela Galimi, Iair Kon, Alfredo
Luna y Analía de la Fuente. Este ensayo es parte de ese trabajo.
[1] Thénon Susana. La Morada Imposible Tomo I. Edición a cargo de Ana Barrenechea y María
Negroni. Buenos Aires, Ediciones Corregidor, 2001.
[2] Berardi, Franco. Fenomenología del Fin. Buenos Aires, Caja Negra, 2017
[3] Thénon Susana. La Morada Imposible Tomo II. Edición a cargo de Ana Barrenechea y María
Negroni. Buenos Aires, Ediciones Corregidor, 2019.
[4] Thénon Susana. Idem.
[5] Thénon Susana. La Morada Imposible Tomo I. Edición a cargo de Ana Barrenechea y María
Negroni. Buenos Aires, Ediciones Corregidor, 2001.
[6] Thénon Susana. Idem.
[7] Thénon Susana. Idem.
[8] Thénon Susana. La Morada Imposible Tomo II. Edición a cargo de Ana Barrenechea y María
Negroni. Buenos Aires, Ediciones Corregidor, 2019.
[9] Thénon Susana. La Morada Imposible Tomo I. Poema dedicatoria en el álbum de fotos de
Iris Scaccheri Edición a cargo de Ana Barrenechea y María Negroni. Buenos Aires,
Ediciones Corregidor, 2001.
[10] Este texto forma parte de la obra inédita
que se encuentra en el Archivo IIAC.
[11] Thénon Susana. La Transgresión. Manuscrito Inédito.
[12]
Thénon Susana. La Morada Imposible
Tomo II. Edición a cargo de Ana Barrenechea y María Negroni. Buenos Aires, Ediciones
Corregidor 2019.
GISELA GALIMI (Argentina, 1968). Poeta, ensayista. Coautora de Documentos de Comunicación Institucional (EDUCA 2007). En 2010 ganó el subsidio del Fondo Metropolitano de las Artes, para su libro Protagonistas de la Cultura de Buenos Aires y Espectáculos 1810-2010 (2013). Colaboró desde 2007 a 2012 con el Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires. Desde 2012 realiza el “Ciclo de Poesía Intertextos”, que une la poesía con otras artes. Ha trabajado en Buenos Aires en los diarios: Ámbito Financiero, La Prensa y Clarín. También ha colaborado en las revistas: Nueva, Prensa Económica y Target, como periodista económica y turística. Su poesía se encuentra en los libros: Claroscuro y Colorado (2005), Para que nada cambie (2012), Memoria de la piedra (2015), Flamenquitos y otros poemas (2017) y Mi cuerpo ajeno (2019).
XUL SOLAR (Argentina, 1887-1963). Su pintura visionaria traspasa los límites de la pura abstracción, al ver surgir de ella el mito transfigurado, figura esencial de su interpretación del mundo. Es una pintura en la que se produce la fusión de narración y espejismo. Xul Solar también fue músico, místico y astrólogo. En su pasión por la invención, nos trajo ejemplos insólitos, como un teatro de marionetas con personajes sacados de los signos del zodiaco, la creación de un lenguaje artificial y un intrigante piano de 28 notas. En gran parte, la originalidad de la obra de Xul Solar proviene precisamente de su permanente debate entre tradición y modernidad.
Agulha Revista de Cultura
Número 229 | maio de 2023
Artista convidado: Xul Solar (Argentina, 1887-1963)
editora | ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com
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