domingo, 23 de julho de 2023

AÍDA TOLEDO | La poesía de Cardoza Aragón como prueba concreta de su existencia

 

Nos interesa en este corto trabajo revisitar la poesía inicial de Cardoza en su periodo vanguardista, y aquí nos referimos al que corresponde a la vanguardia histórica [1] y posteriormente la que escribirá en el periodo de la postvanguardia, [2] antes de regresar a Guatemala durante el gobierno del presidente Arévalo en 1944. Y la mención de un último poema de su época guatemalteca, durante el gobierno de Jacobo Arbenz, que se considera un paradigma por los aportes poéticos y las estrategias novedosas de su construcción.

Luis Cardoza y Aragón nace en la ciudad de Antigua Guatemala en 1901. Se trata de la biografía de un escritor que al paso del tiempo ha cobrado la importancia que conserva su obra poética y ensayística, bastante desconocida para la población guatemalteca que por largo tiempo consideraba su figura asociada a las intrincadas relaciones políticas entre izquierdas y derechas.

Cardoza desde muy joven vive en la ciudad de Guatemala y durante sus años en la escuela secundaria tiene la experiencia y la formación política, aprendida con su padre, [3] la cual será fundamental para el desarrollo inicial de su literatura política. Se ha escrito poco sobre los inicios de la poesía de Cardoza, pero ahora por investigaciones relativamente recientes, sabemos que sus primeros textos aparecen publicados en diarios y revistas inclusive hasta escolares, y el perfil de los poemas se encuentra dentro de la estética modernista del momento. [4] Todo ello fue borrado por el mismo Cardoza de lo que él consideraba sus primeros libros, dado que su participación política en las primeras décadas del siglo era sumamente pragmática, adherida a las ideas que circulaban en Guatemala en este momento y se oponían a las dictaduras que impedían el desarrollo político y económico del país. [5] Hoy sabemos que esa primera fase de aprendizaje lírico, estuvo pendiente de su compromiso político y que aún no encontraba en el desarrollo del ensayo un campo fértil e idóneo para discutir sus ideas políticas. De esa cuenta los poemas publicados en el Unionista y el Estudiante, estaban dialogando con formas propias del modernismo, pero ya manejaban la actitud y la crítica que los americanistas de la postvanguardia latinoamericana, iban a tener en el periodo que va de 1930-45. Expresado en un poema temprano de 1920 “La canción de las razas” y publicado en el Unionista en ese momento, Cardoza va desarrollando un ideario antiimperialista y discutiendo sus ideas sobre la identidad cultural, tema que desarrollará a fondo en el ensayo. El primer intento ensayístico sucede también en 1920, cuando publica “El peligro de la intervención”, donde alude a la expansión que, como centro de poder económico, Estados Unidos estaba desarrollando en las primeras décadas del siglo XX, y el peligro que se corría en distintos espacios geográficos latinoamericanos con la penetración de este país. A un año y medio de la publicación, los efectos de la intervención se suceden en Guatemala.

Observar estos textos que Cardoza saca de su corpus poético nos revela dos cosas de su actitud frente a la poesía. Una, que no valora estos textos como parte de su obra lírica, los considera por otro lado, primeros ejercicios donde desarrolla el tema político y cultural, que es donde se encuentra inmerso por cuestiones de destino y de origen familiar, además porque el contexto social donde inicia el desarrollo del pensamiento político, puede ser definido hoy como excesivamente conservador y porque se encontraba en medio de una dictadura. Por otro lado, le da tiempo para ir perfilando estas ideas que son difíciles de trabajar en el género de la poesía, para luego pasar a otros géneros mucho más flexibles en la forma, donde se pueden desarrollar las ideas y las reflexiones culturales y políticas de forma mucho más independiente. No es ajeno a esa parte de su obra poética, que puede corresponder su estética, sobre todo en el campo de lo formal, a lo que conocemos como la segunda etapa del modernismo latinoamericano, pero precisamente esa etapa se encuentra de una u otra forma traslapada con el inicio de la estética de las vanguardias históricas, que aparecen oficialmente hacia 1909 en Europa cuando Marinetti publica el Manifiesto del futurismo y que se expanden por Latinoamérica a través del periodismo. La actitud de la población joven de Guatemala que se encontraba en medio de la dictadura de Estrada Cabrera, traía consigo una actitud beligerante, que tiene mucho que ver críticamente, con las ideas liberadoras de la vanguardia histórica. El carácter de sus textos poéticos podría parecernos anacrónico, pero no así sus prácticas liberadoras y pensantes, dado que precisamente en el año 1920, es cuando Cardoza logra construir su primer ensayo crítico político sobre el problema del momento, la intervención yanqui. El cual queda publicado en el Unionista, que se consideraba el periódico liberal del momento. A este primer ensayo político, Cardoza lo titula “El peligro de la intervención”.

 

Quien no está en el futuro no existe: Cardoza sale para Europa

En 1921 Luis Cardoza decide salir hacia California, donde pasa unos meses, su objetivo oficial era ir a estudiar medicina, pero terminará viajando hacia París y otros lugares de Europa, y el impacto que este viaje le causará dejará una huella muy fuerte en su primera poesía y siempre matizará sus escritos futuros tanto de crítica como de poesía. Una de sus tareas iniciales en París fue la de dedicarse a la lectura, lo que le proporcionará una veloz actualización de las nuevas corrientes estéticas en boga en Europa, actividad que hubiera sido casi imposible viviendo en la Guatemala dominada por Estrada Cabrera. Así nace Luna Park (1924), se trata de un libro que expresa una nueva realidad nunca antes sentida por un sujeto de las periferias. Escrito durante su estadía en Berlin, en un periodo entre guerras, deja constancia de este hecho histórico; pero sobre todo se trata del primer libro de un poeta latinoamericano en suelo europeo. Un poeta de 19 años que se enfrenta a uno de los centros más poderosos culturalmente. El lugar a donde los modernistas llegaron buscando el Dorado. La crítica ha señalado que precisamente el destino lleva a Cardoza en ese momento crucial, en un periodo de postguerra, donde la guerra había derribado varios muros. Para Cardoza el joven guatemalteco la postguerra le permitía codearse sin mayores problemas con Tristan Tzara, André Breton, Paul Eluard, Robert Desnos y Antonin Artaud, en esas fisuras que el caos permite y facilita. La poesía de Luna Park puede ser leída como un libro de poesía inicial y juvenil. [6] Lleno de referencias a la rapidez, la velocidad, el regocijo de vivir una vida menos conservadora, más impactante que la que vivía en Guatemala, desata en Cardoza la imaginación poética y el deseo, a él que venía de lidiar con pactos políticos en espacios represivos, se encuentra impactado por lo que ve, toca y observa con el ojo del migrante admirado: “El sol,/pastilla de perfume,/Quemábase en las torres de San Sulpicio” (Luna Park). El concepto del tiempo, de la forma en que está viviendo ese periodo de su vida, pleno de aprendizajes y situaciones nunca vistas por sus ojos lo harán escribir líneas donde podemos explicarnos su fascinación por las nuevas corrientes del pensamiento y la literatura con las que se encuentra a esa edad en Europa: “Espiritualidad de la materia:/Parecen nuestros cuerpos/Proyección de nuestras sombras,/Asomada el alma/ Al espectáculo del mundo,/Ha sentido en su fiebre mi fiebre,/ Y he oído el profundo/Latido de su corazón,/ Como si fuese a estallar” (Luna Park).

Dos años más tarde aparece su segundo libro, Maelstrom: films telescopiados (1926), en el título se advierte el impacto del poeta ante la nueva posibilidad de la imagen visual. Ya que para los vanguardistas históricos como Cardoza, el cine cambia la forma de ver la realidad. Los recursos de esta nueva sensibilidad van a establecer diálogos críticos con la literatura, con la poesía en su caso. Este libro posee una característica que marca la obra subsiguiente de Cardoza, inicia un trabajo arduo del poema en prosa, en el cual él es uno de los grandes maestros de la vanguardia histórica con este segundo libro. La fiebre del vanguardismo cardoziano, matizado por las diferentes tendencias, en un momento en que el poeta guatemalteco está abierto a lo nuevo, moderno y a veces grotesco que las vanguardias latinoamericanas lograron en suelo europeo, escribe dentro de este libro varios poemas paradigmas del poema en prosa centroamericano, uno de ellos posee una desacralización del fervor guatemalteco católico. Cardoza lo titula: “Natividad de nuestro señor el Clown”. En este texto el poeta logra una de las búsquedas inevitables de la vanguardia histórica, la de la originalidad, creando imágenes insólitas, visionarias articuladas por la estética del surrealismo y mediadas lingüisticamente por otros ismos cuyo impacto se encuentra más en el retrabajo de la imagen visionaria. Aquí un ejemplo: “Desperté. Me despertaron. Me despertó el Creador. Me orienté: marioneta en decorados despreciables. Sentí mi imaginación hervir levantando dulcemente mis parietales” (Maelstrom). La sensación de embriaguez se convierte en atmósfera de los poemas de este libro. Y los contenidos de este periodo poético de Cardoza nos permiten decir que trabajó a fondo dentro de distintas vertientes vanguardistas, impactado por la velocidad, los cambios en el tiempo, la rapidez con que también corría la imaginación en un momento en que la realidad iba siendo transformada enfrente de estos escritores que tenían la experiencia de las ruinas de la guerra, y encontraban cambios también insólitos, solo comprendidos por la rapidez con que avanzaba la modernidad en ese momento en Europa. Dedicado a poetas-padres como Jules Laforgue y Góngora, Cardoza hace lujo de metáforas y figuras literarias de insólita belleza en su tremendez vanguardista, así dice en el poema dedicado a Góngora: “Como un laberinto de espejos poblado de sirenas,/ como un gran caracol marino,/ como un gigante con temor de niño/ como una guillotina que cortase rosas,/ como un caleidoscopio de ternuras (Maelstrom). Sin perder de vista, sino encontrándose en un periodo de definiciones identitarias, pero desde un espacio íntimo, Cardoza dirá de sí mismo lo siguiente: “Soy esa lluvia añil, lunar, herida/cuando la tierra falta no sé en dónde,/en la sin fin caída al otro lado/estando un poco aquí todavía” (Maelstrom).


Junto a estos cambios y transformaciones poéticas, Cardoza va construyéndose como escritor donde el tiempo, el deseo y la imaginación van tomando forma. [7] No podríamos decir con exactitud si no haber vivido este periodo de juventud en el centro de los cambios escriturales, lo hubiera hecho menos o más poeta, lo que sí se puede afirmar es que este periodo de formación vanguardista lo construyó como uno de los poetas centroamericanos más importantes del momento, aunque esto no haya sido reconocido antes. Además, el destino también reuniría en París a distintos jóvenes latinoamericanos que no creemos se hubieran juntado por otras razones en otro lugar. O sea que el contacto, la relación, el compartir experiencias, poemas, deseos, ideales y carencias, también contribuyó a la formación del carácter poético de Cardoza en su primera juventud. Sabemos hoy que en 1929 haciendo la traducción del Rabinal Achí para Georges Raynaud, Cardoza descubre la Guatemala que no había podido ver viviendo en el mismo espacio geográfico, el proceso de extrañamiento en el que queda inmerso durante su estancia de aprendizaje en París, además lo hace descubrir una veta que le había quedado escondida por su identidad ladina, politizada y en un tiempo de extrema represión política, siendo niño y adolescente. El trabajo que hace con el Rabinal Achí es publicado con poca difusión en el año de 1929 en Guatemala. En ese mismo momento Cardoza decide viajar a otros lugares de Europa, y conocer por sí mismo las nuevas corrientes plásticas, y dispone vivir en Italia, ya había estado en España, Alemania, Bélgica y Austria, donde suponemos adquirió experiencia vital para la obra que en futuro escribiría. Un viaje realizado por el mismo tiempo a Marruecos le explicará mucho más a Cardoza la interpretación del orden colonial de Guatemala.

 

Cuando tu deseo de conocer obedece a razones poéticas

Esta experiencia europea dejará huella en el interés que le despierta el arte. De 1927 es el libro de crítica que le dedica a Carlos Mérida. Es el momento en que se vuelca hacia lo latinoamericano, pensando en Guatemala, y se da cuenta que México es la vanguardia de América. En 1929 va a la Habana y conoce a García Lorca y a Porfirio Barba Jacob. Es el momento en que Lorca va a Nueva York. Cardoza también conocerá esta ciudad en 1930, para tener la experiencia moderna, la cual se produce durante la depresión, es otro de sus papeles en el consulado guatemalteco. Sin embargo, esto cambia, pues entra al poder en Guatemala, Jorge Ubico y Cardoza renuncia al cargo, en 1932 vuelve a Europa y termina el libro iniciado, Pequeña sinfonía del nuevo mundo, que se publicará dieciséis años después por diversas razones. La crítica piensa que en este libro Cardoza expresa un decidido impulso renovador y una nueva intensidad lírica mantenida a lo largo de todo el libro de 150 páginas. [8]

 

Si no eres sino el eco de tu sombra sin cuerpo: el perfil filosófico-existencial de su poesía

En 1931 Cardoza escribe Cuatro recuerdos de infancia, poemas dedicados a su ciudad natal, Antigua Guatemala, donde ya se percibe el sentimiento de nostalgia que revisitará en otros poemas en relación con el significado que la tierra propia tendrá para él, y la relación embrionaria que Cardoza sostendrá de allí en adelante con las preocupaciones sobre la identidad cultural asociadas con Guatemala: “…/lunar, mental, intacta,/ tan igual a ti misma en mi recuerdo/ más que tú misma” (Poesía de Luis Cardoza y Aragón)

A fines de 1932 se instala definitivamente en México. En este lugar Cardoza encontrará una nueva casa, y se dará cuenta que vive la modernidad, y que no hay que ir tan lejos para vivirla. De toda esa experiencia enriquecedora es central su encuentro con los muralistas que críticamente le ofrecerá la escritura de otro libro: La nube y el reloj (1940).

Durante estos primeros doce años, Cardoza se dedicará a la crítica de arte, pero escribirá El sonámbulo (1937) y Poesías (1948). Consolidando los aprendizajes de la época vanguardista, Cardoza desarrolla lo que la crítica ha llamado valiosas exploraciones, atrevidos sondajes y ha logrado anticiparse a otros poetas latinoamericanos del periodo. Y aunque ha dejado atrás las experimentaciones de la vanguardia histórica inicial y formativa, su poesía de los años 30 y 40 se transformará en un laboratorio de reflexión filosófica y existencial. La soledad parece ser uno de los elementos que Cardoza explota en este periodo: “Solo de soledad y solitario y solo,/como el loco en el centro de su locura,/yo digo lo que tú me has dicho/con la ahogada voz del mar/en mis oídos de ceniza que canta”. (Poesia de Luis Cardoza y Aragón)

 

¿Cómo llegar si nunca me he marchado?: Cardoza vuelve a Guatemala

En 1944 Cardoza vuelve a Guatemala, ha caído Ubico, otro de los dictadores, desde México, acompañado por Guillermo Toriello, Cardoza es llevado a la frontera para que vuelva a Guatemala. Han pasado 24 años. En un nuevo periodo de aprendizaje porque los aires que dejó atrás han cambiado. En este periodo funda la Revista de Guatemala, y participa organizando y realizando actividades políticas. Lo nombran embajador en la Unión Soviética, Suecia y Noruega, y produce durante ese periodo su libro: Retorno al futuro: Moscú 1946 que se publica en 1948. Más tarde saldrá para Chile y Colombia como embajador, será una época de desgaste político que afecta su producción poética. En 1951 regresa a Guatemala, pero poco antes de que caiga Arbenz deberá salir hacia México y comenzar allí de cero.

De 1950, o sea los últimos años antes de salir para México exiliado una vez más, escribe uno de los poemas cumbre de su literatura, el homenaje que le hace a su compatriota, Rafael Landívar. Creemos que aquí retoma las estrategias de las vanguardias tempranas, acude a estrategias poéticas logrando frases novedosas, pero ya sacadas de su imaginería más localizada geográficamente en Latinoamérica, y específicamente en Guatemala, de hecho, hace uso del recurso dialógico para entablar una conversación con el Padre Landívar, estirpe que reconoce para sí mismo. Dice en el inicio del poema de la siguiente manera: “Bienvenido, campana de la torre más alta,/mira tu sueño muerto, suspira Santa Marta./ Y él le pregunta a Luis el Antigüeño con voz de hiedra y Pensativo río:/ ¿Por qué tan triste nuestra dulce patria?/ Por qué siempre su muerte prematura,/ grata y absurda, ardiente virgen viuda,/ amarga quemadura, plomo y ala?/ Tierra de nuestros muertos, madre sacra,/ tierra de nuestros hijos, levadura,/ tú, sonámbula náufraga, decantas/ en sueño y alma tu cabal cicuta”. (Poesía de Luis Cardoza y Aragón).

 

Referencias

Cardoza y Aragón, Luis. Poesía de Luis Cardoza y Aragón, Edición de Enrique Noriega. Guatemala: Editorial Cultura, 2015.

___. Poesías completas y algunas prosas. México: Fondo de Cultura Económica, 1977.

Rodríguez Cascante, Francisco. “Del panlatinismo a las vanguardias: los ideologemas de la modernidad en Luis Cardoza y Aragón”. Revista Comunicación. Vol. 13, año 25, No.1, enero-julio, 2004.

Prado Galán, Gilberto. Luis Cardoza y Aragón. Las ramas de su árbol. México: Fondo de Cultura Económica, 1997.

 

NOTAS

1. Entendemos por vanguardia histórica el periodo artístico en Latinoamérica que va de 1909 a 1930, donde se encuentra el periodo más experimental de esta época.

2. La postvanguardia se periodiza en Latinoamérica a partir de 1930, pero las fechas de caducación legales, varían según sea el lugar donde la modernidad arribó completamente, o donde nunca lo hizo, o donde llegó y se truncó. Para este tema ver Néstor García Canclini. Culturas híbridas.

3. El padre del futuro autor, Gregorio Cardoza, era un decidido opositor al régimen dictatorial y un seguro colaborador de El Unionista, órgano del Partido Unionista, medio que afrontaba al dictador y que fue “uno de los artífices del derrocamiento” del régimen de Manuel Estrada Cabrera. Francisco Rodríguez. Del panlatinismo a las vanguardias: los idelogemas de la modernidad en Luis Cardoza y Aragón”. Revista Comunicación. Vol.13, año 25, No.1, enero-julio 2004.

4. Los textos poéticos son los siguientes: “Una lágrima”, aparecido en la Revista Antigua, semanal de variedades, el 15 de agosto de 1919, número 15; “La canción de las razas”, publicada en El Unionista el sábado 19 de junio de 1920, número 118; “La sonrisa de la agonía”, “Las leyendas de las estrellas”, “Iglesia solitaria” y “El calvario de Jesús”, aparecidos en El Unionista, el lunes 6 de diciembre de 1920, en una página literaria dedicada a Rafael Arévalo Martínez; “La página blanca”, publicado en El Unionista el primero de enero de 1921, número 278; “María Antonieta” aparecido en El Unionista, jueves 10 de febrero de 1921. P Francisco Rodríguez. Del panlatinismo a las vanguardias: los idelogemas de la modernidad en Luis Cardoza y Aragón”. Revista Comunicación. Vol.13, año 25, No.1, enero-julio 2004.

5. Este texto de Cardoza es uno de los primeros de carácter ensayístico, publicado en 1920. “El peligro de la intervención”. En: El Instituto, año 1, número 5, sábado 15 de mayo de 1920. Semanario independiente, órgano de la Liga Unionista de Institutos de la República. Asimismo, aparece el único cuento escrito por Cardoza y Aragón y dedicado a Asturias: “Hombre sandwich”, que dio a conocer el periódico guatemalteco El Imparcial, el 31 de octubre de 1925. Francisco Rodríguez. Del panlatinismo a las vanguardias: los idelogemas de la modernidad en Luis Cardoza y Aragón”. Revista Comunicación. Vol.13, año 25, No.1, enero-julio 2004.

6. Cardoza explica que no le quiso hacer correcciones o alteraciones a este libro, porque para él se trataba de una escritura adolescente y juvenil y si lo corregía hubiera perdido el encanto del asombro que sintió al momento de escribirlo y publicarlo. De esto dijo que el libro lo “escribió un muchacho que aún no desprecio”. Luis Cardoza y Aragón. Poesías completas y algunas prosas. México: Fondo de Cultura Económica, 1977.

7. Gilberto Prado Galán. Luis Cardoza y Aragón. Las ramas de su árbol. México: Fondo de Cultura Económica, 1997, 15.

8. Poesías completas y algunas prosas.

 


Para los lectores que quieran leer poemas de este poeta en portugués, sugerimos visitar el proyecto “Atlas Lírico da América Hispânica”, de la revista Acrobata:

https://revistaacrobata.com.br/florianomartin/atlas-lirico-da-america-hispanica/3-poemas-de-luis-cardoza-y-aragon-guatemala-1901-1992/

 

 

AIDA TOLEDO (Guatemala, 1952). Poeta, narradora, ensa­yista, antologadora, tallerista, investigadora y docente. Obtuvo su licenciatura en letras por la Universidad de San Carlos de Guate­mala y con el apoyo de las Becas Fulbright su maestría y doctorado en Estudios Culturales por la Universidad de Pittsburgh. Trabajó en la Universidad de Alabama como profesora de lengua y literatura. En la actualidad es docente e investigadora en la Universidad Rafael Landívar de Guatemala. Aída se ha destacado por ser de las pocas guatemaltecas con estudios posdoctorales, sus múltiples publicaciones internacionales en México y Brasil. Además, es una mujer destacada por sus investigaciones pedagógicas y cambiando el rumbo de la educación universitaria en el país.

 

 

ABY RUIZ (Puerto Rico 1971). Artista visual que trabaja con pintura al óleo, dibujo e instalaciones. Su obra explora la naturaleza humana en diferentes situaciones en las que se expone el comportamiento de cada individuo. El cuerpo es la principal fuente de expresión en composiciones muy intensas donde en ocasiones aparece algún elemento de humor. Los temas más desarrollados por el artista están relacionados con la infancia, la sexualidad, la mortalidad, la inocencia, la violencia y la ternura, y son abordados en espacios indefinidos e imágenes recortadas. Ruiz se involucró en las artes desde temprana edad, tomó clases de pintura con Pablo San Segundo y estudió pintura, dibujo y grabado en la Escuela Especializada de Bellas Artes de Arecibo bajo la tutela del profesor y artista Rolando Borges Soto. Su obra ha sido presentada en numerosas exposiciones internacionales en Estados Unidos, Panamá, Canadá y República Dominicana. Aby Ruiz es el artista invitado de esta edición de Agulha Revista de Cultura.

 

 


 


  Agulha Revista de Cultura

Número 34 | julho de 2023

Artista convidada: Aby Ruiz (Puerto Rico, 1971)

editora | ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com

ARC Edições © 2023 

 


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