El orfebre de las emociones
Eugenio Montejo (1938-2008) fue un destacado
poeta y ensayista venezolano, considerado uno de los más importantes de la literatura
latinoamericana del siglo XX. En su obra, Montejo exploró temas como la identidad,
la memoria, la naturaleza, la cotidianidad y la historia, con una voz poética caracterizada
por su sensibilidad, sutileza y claridad.
Nacido en Caracas, Montejo
comenzó su carrera literaria en los años 60, formando parte de un grupo de poetas
que renovaron la poesía venezolana de la época. Sus poemarios: Élegos (1967),
Muerte y memoria (1972), Algunas palabras (1976), Terredad
(1978), Trópico absoluto (1982), Alfabeto del mundo (1987), Adiós
al siglo XX (1992) y Partitura de la cigarra (1999), presentaron una
poesía que exploraba la relación entre el ser humano y su entorno natural, con una
sensibilidad que abarcaba desde la nostalgia por lo perdido hasta la celebración
de lo cotidiano. Gustavo Guerrero, el escritor, poeta y editor venezolano, lo llamó
“el orfebre de las emociones”.
Su obra se caracteriza
por una fuerte sensibilidad hacia los elementos naturales, la nostalgia, la contemplación
y el amor. En este ensayo, se explorará uno de los aspectos más destacados de la
poética de Eugenio Montejo: su compromiso con la creación de una poesía que refleje
la realidad de su entorno y que, al mismo tiempo, tenga un valor universal.
Montejo creía que la
poesía debía ser un reflejo de la realidad en la que vivía. En sus poemas, se puede
ver su preocupación por la situación social, política y cultural de Venezuela y
de América Latina en general. Él entendía que la poesía no debía estar alejada de
la realidad, sino que debía ser una herramienta para transformarla. En este sentido,
la poesía de Montejo se puede considerar como una poesía comprometida.
Uno de los temas recurrentes
en la poesía de Montejo es la naturaleza. El poeta sentía una profunda conexión
con el mundo natural y utilizaba la naturaleza como una forma de explorar los temas
más profundos de la existencia humana. En muchos de sus poemas, se puede ver una
especie de diálogo entre el poeta y la naturaleza. Este diálogo es una forma de
entender la relación del ser humano con el mundo que lo rodea, así como una forma
de explorar su propia identidad.
Otro aspecto importante
de la poética de Montejo es su interés por la memoria y la nostalgia. El poeta se
preocupaba por el paso del tiempo y por la pérdida de los lugares y las personas
que habían sido importantes en su vida. En su poesía, se puede ver una búsqueda
constante de la memoria, una forma de volver al pasado para entender el presente
y construir el futuro. En muchos de sus poemas, Montejo utiliza la nostalgia como
una forma de conectarse con sus raíces y de comprender su propia identidad.
La dimensión
cósmica en Eugenio Montejo
La poesía es la última
religión que nos queda.
EUGENIO MONTEJO
La poesía de Montejo destaca por su valor universal.
A pesar de que el poeta se preocupaba por la situación particular de su país, su
obra trasciende las fronteras geográficas y culturales. Montejo creía que la poesía
debía ser una forma de comunicación universal, capaz de unir a las personas más
allá de las diferencias de idioma, cultura y nacionalidad. La poesía de Montejo
es una poesía que habla de la condición humana en general, una poesía que busca
la conexión entre los seres humanos. En su poema “La tierra giró para acercarnos”,
[1] incluido en Alfabeto del mundo
nos dice:
LA TIERRA giró para acercarnos,
giró sobre sí misma y en nosotros,
hasta juntarnos por fin en este sueño,
como fue escrito en el Simposio.
Pasaron noches, nieves y solsticios;
pasó el tiempo en minutos y milenios.
Una carreta que iba para Nínive
llegó a Nebraska.
Un gallo cantó lejos del mundo,
en la previda a merios mil de nuestros padres.
La tierra giró musicalmente
llevándonos a bordo;
no cesó de girar un solo instante,
como si tanto amor, tanto milagro
sólo fuera un adagio hace mucho ya escrito
entre las partituras del Simposio.
Terredad es además
fiel a lo dicho por Eugenio con ocasión de una lectura en Carmona cuando se presentó
el número 20 de la revista “Palimpsesto”, un día de febrero de 2005. Allí contó
que él quería “nombrar la condición tan extraña del hombre en la tierra, de
saberse aquí entre dos nadas, la que nos precede y la que nos sigue”. [2]
Emocionada, busqué en
YouTube si existía la grabación de este evento y así fue como lo pude ver y escuchar
de sus propios labios. Y continúa diciendo:
Entonces, se me ocurrió esta palabra (Terredad), la condición
de efímeros para nosotros y al mismo tiempo el deber de esa efemeridad que nos impulsa
naturalmente a la confraternidad, a la convivencia, a darnos y socorrernos unos
a otros, pero de modo natural, como toda religión, todo principio ético lo dicta
al hombre en todas las lenguas de la tierra.
Terredad es un libro
que se caracteriza por su profundidad, por la sutileza de su lenguaje, por la sensibilidad
de su poesía. Es un libro que nos lleva a reflexionar sobre la relación entre el
ser humano y su entorno natural, sobre la historia y la memoria, sobre la identidad
y la cultura. Es un libro que nos invita a descubrir la belleza y la complejidad
del mundo que nos rodea, y que nos ayuda a comprender la dimensión más profunda
de la existencia humana. En el poema “Sólo la tierra” [3] nos dice:
Siempre seré fiel a
la noche
y al fuego de todas
sus estrellas
pero miradas desde aquí,
no podría irme, no sé
habitar otro paisaje.
Ni con la muerte dejaría
que mis cenizas salgan
de sus campos.
La tierra es el único planeta
que prefiere los hombres
a los ángeles.
En Terredad,
Montejo nos muestra cómo la naturaleza es una fuente de sabiduría y de inspiración,
y cómo nuestra relación con ella es fundamental para nuestra supervivencia como
seres humanos. A través de sus poemas, nos lleva a descubrir la magia del entorno
y los espacios naturales, y a conectarnos con la esencia más profunda de la vida.
En el poema “Un samán” nos recuerda:
Crecí
a la lenta luz del trópico
mirando
las iguanas atar el arco iris
a
mi corteza.
Con las últimas hojas me ilumino
levitando en el verde.
Quise ser lo que soy: un samán de estos campos,
que el leñador disponga de mis ramas
para su buena lumbre.
Ya no temo los fuegos.
Pero Terredad
también es un libro que aborda temas cotidianos, que nos invita a reflexionar sobre
la realidad que nos rodea y sobre nuestra responsabilidad como ciudadanos. Dice
el poeta en una entrevista que le hiciera Julio Ortegas para el libro El hacer
poético (Universidad Veracruzana, México, 2008), dice Montejo:
En el poema “Una ciudad”
[4] se refleja:
Escribo para fundar
una ciudad
donde las piedras tengan
nombres propios
y el sol las llame siempre
al alba, despertándolas.
Quiero elevarla junto
al río
que llevo y que me lleva
para que a su rumor
crezca el paisaje.
Mido planos, niveles,
geometrías,
construyo andamios sólidos,
quiero que el odio sea
convexo
y el amor cóncavo y
exacto.
Una ciudad con el tacto
de un cuerpo
de franco rostro y cabellos
flotantes
con hoteles que bajen
en gradas hasta el mar
y tabernas de antiguas
guitarras.
Busco la arquitectura
subjetiva
de puentes, columnas,
catedrales
creada en palabras nuevas
con el abecedario de
las formas fuertes.
Una ciudad poblada de
deseos
donde encuentre su techo
el que pase
y la recorra hasta la
muerte
o más tarde tal vez
entre el viento fantasma
sin que ya nada lo destierre.
Si hay un libro que
nos invita a descubrir la riqueza y la complejidad de la existencia humana, y que
nos muestra la capacidad de la poesía para transformar, es Terredad. Libro
que nos recuerda que, a pesar de las dificultades y los obstáculos, siempre hay
una luz de esperanza que nos guía y nos inspira:
VUELVE A TUS DIOSES PROFUNDOS
Vuelve a tus dioses profundos,
están intactos,
están dentro con sus llamas
velando,
ningún soplo del tiempo los
apaga.
Los silenciosos dioses prácticos
ocultos en la porosidad de las
cosas.
Has rodado en el mundo más que
ningún guijarro,
perdiste tu nombre, tu ciudad,
asido a visiones fragmentarias,
de tantas horas ¿qué retienes?
La música de ser
es disonante
pero la vida continúa
y ciertos acordes prevalecen.
La tierra es redonda por deseo
de tanto gravitar,
la tierra redondeará todas
las cosas
cada una a su término.
De tantos viajes por el mar,
de tantas noches al pie de tu
lámpara,
sólo estas voces te circundan,
descifra en ellas el eco de
tus dioses,
están intactos,
están cruzando mudos con sus
ojos de peces
adentro de tu sangre. [5]
Tuyo
es el tiempo cuando tu cuerpo pasa
con el temblor del mundo,
el tiempo,
no tu cuerpo.
Tu cuerpo está aquí, tendido al sol, soñando,
se despertó
contigo una mañana
cuando
quiso la tierra.
Tuyo
es el tacto de las manos, no las manos;
la
luz llenándote los ojos, no los ojos;
acaso
un árbol, un pájaro que mires,
lo demás
es ajeno.
Cuanto la tierra presta aquí se queda,
es de
la tierra.
Sólo trajimos el tiempo de estar vivos
entre el relámpago y el viento;
el tiempo en que tu cuerpo gira con el mundo,
el hoy, el grito delante del milagro;
la llama que arde con la vela, no la vela,
la nada de donde todo se suspende,
– eso es lo nuestro.
NOTAS
1. Eugenio Montejo: Alfabeto del mundo. FCE, 1988.
2. Eugenio Montejo: Terredad.
Ediciones Actual, 2011.
3. Ibid.
4. Ibid.
5. Ibid.
6. Eugenio Montejo: Adiós
al siglo XX. Ediciones Actual, 2013.
GLADYS MENDÍA (Venezuela, 1975). Poeta, ensayista, editora. Traductora del portugués al castellano, contando entre sus trabajos de traducción la antología poética de Roberto Piva titulada La catedral del desorden (2017). Fue becaria de la Fundación Neruda (2003 y 2017). Participó en el Taller de creación poética con Raúl Zurita (2006). Ha publicado en diversas revistas literarias, así como también en antologías. Sus libros: El tiempo es la herida que gotea, 2009; El alcohol de los estados intermedios, 2009; La silenciosa desesperación del sueño, 2010; La grita. Reescritura de Las Moradas, de Teresa de Ávila, 2011; Inquietantes dislocaciones del pulso, 2012; El cantar de los manglares, 2018, Telemática. Reflexiones de una adicta digital, 2021; LUCES ALTAS luces de peligro, 2022 y sus más recientes libros co-creados con Inteligencia Artificial: Fosforescencia tigra, Aire y Memorias de árboles (2023). Es editora fundadora de la Revista de Literatura y Artes LP5.cl y LP5 Editora, desde el año 2004. Cofundadora de la Furia del Libro (Feria de editoriales independientes, Chile). Como editora ha desarrollado más de veinticinco colecciones entre poesía, narrativa, ensayo y audiovisuales, publicando a más de 500 autores. Integra, con Floriano Martins y Elys Regina Zils, el equipo de traductores del “Atlas Lírico de Hispanoamérica”, de la revista brasileña Acrobata.
CELINA PORTELLA (Brasil, 1977). Artista plástica invitada de esta edición de Agulha Revista de Cultura. Fue nominada a premios, como la Beca ICCO/SP-Arte 2016; EFG Bank & Art-Nexus Acquisition Award, en SP-Arte 2015 y Pipa Award 2013 y 2017. Fue premiada en Salón Acme/Casa Wabi Residence en Oaxaca, México (2020); en la XX Bienal Internacional de Artes Visuales de Santa Cruz, en Bolivia (2016), y también en el II Concurso de Videoarte Fundaj, en Recife (2008). Obtuvo la beca del Programa de Fomento a la Creación, Experimentación e Investigación Artística SEC+Faperj, en 2016; por el 1er Programa de Fomento de la Cultura Carioca en las Artes Visuales, en 2013; por la Beca de Apoyo a la Investigación y Creación Artística, de la Secretaría de Estado de Cultura, en 2012, y por la beca del Centro de Arte y Tecnología de la EAV Parque Lage, en Río de Janeiro, en 2010. Participó de residencias artísticas en Bag Factory Artists ‘Studios, en Johannesburgo, Sudáfrica; en el Centre International d'Accueil et d'Échanges des Récollets, en París; en LABMIS, en el Museo de Imagen y Sonido, en São Paulo; en Galeria Kiosko, en Santa Cruz de La Sierra, Bolivia, entre otros. Desarrolló proyectos y expuso en varias instituciones y galerías de Brasil y del exterior, entre las que se encuentran: Sesc São Paulo, Centro Cultural Banco do Brasil, EAV Parque Lage, Caixa Cultural, Centro Municipal de Arte Hélio Oiticica, MAC Santiago de Chile, Uj Art Galería, Galería Cremallera, Galería Kiosko, A Gentil Carioca. De las participaciones en exposiciones colectivas, se destacan Histórias da Dança no MASP, São Paulo, 2020; Salón Acme 08 | Ciudad de México, 2020; Crestas Trienal de Artes, en Sesc Sorocaba, 2017; III Muestra del Programa de Exposiciones del Centro Cultural São Paulo, 2012 y “Nova arte nova”, en el Centro Cultural Banco do Brasil en Río de Janeiro y São Paulo, 2009. Como bailarina y co-creadora, trabajó con las coreógrafas Lia Rodrigues y Joao Saldanha. Celina es de Río de Janeiro y actualmente vive en São Paulo. Estudió Diseño en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro y se graduó en Bellas Artes en la Université Paris VIII.
Agulha Revista de Cultura
Número 236 | agosto de 2023
Artista convidada: Celina Portella (Brasil, 1977)
editora | ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com
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∞ contatos
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