domingo, 20 de agosto de 2023

JEANETTE AMIT | Diálogo con Laureano Albán

 


Nada y todo son lo mismo, porque donde nada existe todo puede existir.

LAUREANO ALBÁN

 

La creatividad como transfiguración

Lo que vos querrás saber sobre la creación, yo lo conozco. Ahora, secretos sexuales no todos los conozco. Secretos científicos, casi ninguno. Secretos de la creación todos los que querrás.

Bueno, mi experiencia es que la creación no sale, la creación es. ¿Cómo te explicara? Esta columna, esta casa, no es, está siendo constantemente creada, o sea, solamente la infinita creación mantiene la infinita realidad. ¿Me entiendes? La gente cree que la creación es un estado de excepción. No. La creación permanente es el estado eterno de todas las cosas, es lo único que hace girar al mundo. Ahora, ¿cómo opera eso? Opera a través de la transfiguración constante. La creación es un estado de transfiguración: conocimientos previos se convierten en conocimientos nuevos. Lo que se transfigura son las relaciones de la materia, del espacio, del significado, obviamente, y de la capacidad de la simbolización…

Espérate un momentito, esto es interesante, la pregunta ¿qué se transfigura? Es que te voy a explicar, hay una cosa muy bonita que es esa relación que hay entre lo que llaman fondo y forma. Es decir, no existe fondo sin forma, se sabe ya, pero como la forma es lo que manifiesta lo que llamamos fondo, que es una entelequia, una abstracción, verdad, entonces siempre toda creación es una configuración nueva de la forma que conlleva una manifestación nueva del fondo, de un fondo nuevo. Entonces, si vos cambiás, por ejemplo, si vos tenés una represa que tiene unas turbinas para 1000 kilogramos de agua por segundo y metés dos turbinas más, tenés 1500 kilogramos por segundo. Es otra realidad, otra fuerza que manejar, creás otra realidad. Entonces, todo, todo, todo cambio que se haga a la forma configura un cambio a los significados que hay detrás de la forma. Entonces, la creación es la toma de elementos preexistentes para crear una realidad nueva.

 

La creación poética

¿Cómo funciona en literatura? Pues en literatura funciona muy sencillo. En literatura lo que hace el escritor es en un momento determinado utilizar un código específico de la cultura, de la palabra literaria... Al tomar un sistema de códigos de la cultura que tienen un significado y una potencialidad de variaciones de significado... Estoy muy abstracto, qué majadero que estoy yo... Y para combinar los elementos en una nueva creación. Ahora, la creación conlleva una riqueza interior... A nivel conceptual, a nivel intuitivo y a nivel estético. Sí, lo que hace el hombre al crear es continuar la creación de la naturaleza, de Dios, de la evolución, de lo que se llame... incrementarla y focalizarla dentro de una creación cultural. Es dejarse llevar por el poema, sin perder control sobre el poema.

El poema que vos hacés, también te hace. Eso me decía Luis Rosales. Si yo digo, por ejemplo… te miro a vos y te digo, así de pronto: “eres como la esfinge que del silencio surge, que entre cabellos y sueños aparece"; eso, de alguna manera, me está descubriendo algo tuyo a mí… Bueno, otra cosa, que la creación son imágenes, verdad, imágenes interconectadas, organizadas, musicales, pictóricas, plásticas o literarias, pero son imágenes. Nada que pueda ser concebido lo puede ser sin ser una imagen.

Mirá, yo pienso, claro, que son cosas escandalosas lo que yo digo a veces, verdad, que el ser humano crea a partir de la nada, porque... Por ejemplo, los tibetanos dicen, el budismo tibetano, que el alma del hombre es la nada, por eso el ser humano es inmortal e indestructible. Ahora, cuando nada y todo son lo mismo, porque donde nada existe todo puede existir.

Yo creo que el creador es el que está, el que no pertenece en el fondo a ninguna religión, a ninguna ideología, a ninguna tendencia, porque tiene el valor de vivir en el abismo. Pero el abismo le da mucho miedo a la gente, porque la gente necesita como una barandilla en que apoyarse, una muleta. Vivir en el abismo es saber que detrás de nosotros no hay nada más que nosotros mismos, o sea, lo que nosotros levantemos. Incluso la memoria, pues se olvida completamente entre una vida y otra. Y somos el borde de nuestra memoria siempre. A partir de esa nada podemos crear el todo. Pues cómo se puede crear algo si no hay espacio para hacerlo ahí. No sé. El arte, la creación está entre lo posible y lo imposible. O sería lo posible de lo imposible.

Yo creo que la creación es muy fácil. Nada más que hay que, de alguna manera, qué sé yo, como una descontextualización cultural... Fácil y difícil. Yo no sé si viste una oración que escribí. Es una oración que dice que me he dado cuenta de que no hay cosas fáciles ni difíciles, sino cosas posibles e imposibles. Todo depende de la providencia, si coincide con vos en el momento adecuado es posible, si no coincide es imposible... es decir, entre la providencia y el deseo.


Un poema no agota la creación. Porque no coincide con el estado normal de la conciencia, es un estado alterado de la conciencia. Cuando uno está creando, a uno se le pueden pasar los días y no se da cuenta, o los minutos o los segundos.

Yo he llegado a un momento de mi vida en que lo que llamamos creación, llamémoslo así, es el estado del universo, es el estado de todo, es la constitución mía, es la constitución tuya, es lo que constituye las cosas. La creación no es un fenómeno para mí, en este momento... en este proceso de mi vida, no es un fenómeno ajeno, ni siquiera supletorio ni excepcional ni nada, de la realidad, no, es que mi realidad existe para la creación. Tal vez se oye un poquillo raro, pero la única realidad que existe es la creación. Sí, no hay otra realidad más que la creada y la que se está creando constantemente. O sea, no es que yo crea que cuando hago un poema estoy creando ahí. Sí, estoy creando, pero estoy creando algo que de alguna manera es substancial al universo.

 

El proceso de realización del poema

En el caso mío yo opero así: vos me decís a mí una palabra. Decime una palabra cualquiera.

Abrigo.

Bueno, me decís abrigo. Entonces yo inmediatamente sé que abrigo está en un campo semántico entre el frío y el calor, eso lo sabe mi mente racional, mi mente humana, digámoslo así, verdad. Entonces, ya me llegó una imagen sobre el abrigo: “al abrigo de todas las estrellas hoy me desnudo para ti”, y ya eso me da una pauta. Entonces, ya va a resultar un abrigo, posiblemente un poema, por lo que yo sospecho, erótico-cósmico sobre lo que es el abrigo. “Al abrigo de todas las estrellas hoy me desnudo para ti”, ves, “porque tú eres ese trozo de sol que le falta a mi vida cuando se está quemando noche a noche entre sombras”, y ahí sigo. Pero vos te das cuenta que, si yo hubiera seguido la secuencia racional, hubiera hecho tal vez otra cosa, pero entro por una secuencia inesperada. Entonces, para mí, la creación es muy inesperada siempre. Yo no pensé un segundo la imagen original, que después se puede proliferar. Estar al abrigo de todas las estrellas, eso es una loquera. No estoy al abrigo de un abrazo, al abrigo de una cobija. Eso es lo bonito, llevar una, como dice por ahí Peggy von Mayer [1] creo, hasta las últimas consecuencias de interrelación entre todas las cosas. ¡Qué sé yo, eso a mí me fascina! Es una diversión que se paga caro, porque se paga con la vida, verdad, se cambia la vida por eso. Pero, es decir, yo creo así, obsesivamente quiero escribir un poema, entonces, me voy a la práctica, perdóname, oíste, yo, “y esta flor que aún no está entre mis manos la tejerá el silencio cuando yo…”

¿Qué no es compulsivo? ¿Qué no es obsesivo? Mirá, si vos cogés el motor de un vehículo de explosión, un motor de explosión perdón, no un vehículo de explosión, un vehículo de explosión es de esos que ponen en Rambo para que estallen llenos de dinamita. Un motor de explosión, ¿qué es?: 6 cilindros obsesivamente trabajando organizados para mover el carro. ¿Qué es tu cuerpo? Una obsesión por vencer los microbios, las bacterias, sentir, tocar, ver, oír, caminar, moverse… ¡Una obsesión por estar vivo! Y, mientras tu cuerpo esté obsesionado en estar vivo, estarás viva. Cuando tu cuerpo ya no pueda cumplir esa obsesión, porque falla una unidad del sistema, estarás muerta. Es decir, yo no conozco nada más que obsesiones. A mí, cuando me dicen que soy un obsesionado, yo digo muchas gracias. Es como de Perogrullo, no hay nada más que obsesiones.

Lo que pasa es que a la gente como que le da miedo el riesgo. Costa Rica, como dicen que tiene una prudente mediocridad, los costarricenses... Un día estuve con un astrólogo tico, un amigo mío, que sabe de astrología, pero es muy tico, como que no quiere afirmar nada, como que “no, es que parece que Saturno”... En cambio, tengo una astróloga española que más bien peca de lo otro, verdad, de énfasis. No, es decir, la obsesión de esta braza es estarse quemando, está hecha así incluso químicamente con las cochinadas que le ponen. Detrás de mí hay una obsesión por crear. Yo me atormento mucho. Julieta no comprende eso, me regaña todo el tiempo, porque ella como piscis lo que quiere es estar bien, a los piscis les gusta estar bien, estar tranquilos y esa es su tendencia maravillosa y peligrosa. Yo, como capricornio, mi obsesión es hacer lo que yo creo que es mi destino, esa es la torta, verdad. Entonces claro, los capricornio a veces no vemos matices pequeños, placeres pequeños, por estar viendo esa obsesión.


Yo necesito escribir por lo menos tres poemas por día mínimo los próximos diez años. Y tengo que organizar toda mi vida para escribir tres poemas por días, así, tres. Y, como sabés, salen casi terminados, les falta una coma o un adjetivo; cualitativamente los revisamos, gente que sabe, y son buenos, poemas muy buenos.

 

Una obra creada transpersonalmente

Yo creo que somos una multitud. Yo sí creo en la teoría transpersonal, que yo sé que ya es anti-psicológica, anti-psiquiátrica, verdad, como le llaman. Somos una muchedumbre. Yo prefiero decir la obra que a través mío se ha dado, que decir mi obra. Me parece incómodo decir mi obra. Lo que pasa es que es un poco aparatoso decir la obra que a través mío se ha dado, un poco enredado. Pero yo no creo que yo escriba solo los poemas, si valen algo, como alguna gente cree, y son poemas buenos, como alguna gente cree, y yo creo a veces, con entusiasmo, soy tan ingenuo que a veces lo creo, es porque es transpersonal, no soy yo solamente. ¡Imposible! Porque salen cosas que yo no estoy pensando para nada, que no estoy pensando en este estado de conciencia. Yo creo que la poesía cada vez utiliza más el supraconsciente, verdad. El ser humano cada vez va a utilizar más el supraconsciente. ¿Qué es el supraconsciente? Bueno, es un poco el Dios interno, verdad, la personalidad interna, la nada absoluta que es el todo, donde todo está. No se sabe, es un misterio. No es racional. No se puede racionalizar.

¿Sabés lo que es un supernumerario? Sería un factor que numera el detalle… bueno, no entremos con la matemática. Digamos que lo que se hace, por ejemplo, yo en Enciclopedia de las maravillas, ¿qué es lo que hago?, lo que hago es esto: coger un tema y hacer accesible cierta dosis de creación y luz a través de ese tema, pues obviamente entrando en los mundos emotivos y afiliativos humanos, imaginativos humanos. Porque yo no creo que nosotros seamos humanos, nosotros estamos en la cultura humana y estamos en un cuerpo antropoidal que es el físico, pero no somos humanos en el sentido de que no somos ontológicamente humanos. Somos coyunturalmente humanos, eso sí lo creo. Claro, mientras funcionamos como humanos coyunturalmente utilizamos lenguajes, el metalenguaje literario o el que sea, que sean asequibles por nuestra mente, por nuestra naturaleza humana y por las personas humanas que nos rodean. Nosotros somos bichos cósmicos. Esa es una sensación muy fuerte... Y, además, lo que hacemos es divinizar todo lo que tocamos, hasta divinizar las cosas malas que hacemos, pueden ser divinamente malas.

La limitación permite un encausamiento y la definición. Si yo uso un instrumento de cualquier tipo, si estamos hablando piano obviamente no puedo tocar violín con el piano. No, es que es imposible, no podés más que comunicar a través de un instrumento. Ese es el famoso dilema de la orquesta sinfónica, verdad, que son todos los instrumentos juntos, es el más grande de todos los instrumentos musicales que existen, una orquesta, y el director es el que está ejecutando. En Enciclopedia, por ejemplo, habría algo parecido, es una sinfonía de muchísimos instrumentos. Vos tenés ahí, por ejemplo, poemas que son muy eróticos, poemas que son religiosos, poemas que son sociales como el de El Barro, pero a la vez es metafísico, muy afiliativo. Entonces, tal vez Enciclopedia puede ser una gran sinfonía de muchísimas voces. Poli... ¿Muchas voces cómo se dice? Polifónico. Entonces, es un ejercicio muy polifónico de la poesía, la Enciclopedia. A mí me parece un buen descubrimiento para dedicarle el resto de la vida.

 

Todo gira alrededor de la creación: del yo interior al no yo

El problema mío es que yo nunca pude escoger. A mí no se me dio la oportunidad de escoger. Es como una persona que está en el centro de un río muy caudaloso y bajan grandes tornadas de agua con gran fuerza. ¿Qué puede hacer? Nadar o flotar, pero es un acuanauta, no puede hacer nada más que ser acuanauta. Yo he estado siempre ahí metido, nunca he podido escoger. Ya a mi edad, imagínate, casi 60 años, ¿qué voy a poder escoger nada? Si fracaso como poeta es toda mi vida la que fracasa; si triunfo, pues triunfo como poeta, es toda mi vida la que triunfa. No puedo hacer nada. O sea, cómo te explicara, crear no ha sido una escogencia a nivel de lo que yo recuerdo, ha sido un estado...


Todo gira alrededor de la creación, todo va para la creación, desde la pareja hasta la familia, hasta la economía, todo. Ahora, la elaboración. Julieta, por ejemplo, dice a veces, y alguna gente lo dice también, que el genio se hace a través de la elaboración persistente del trabajo. Yo no creo que se hace. Si se trabaja mucho en la dirección adecuada, que es la inocencia más inteligente que puede existir, que es la lucidez inmediata y profunda del creador, el genio creador surge no porque vos lo inventés, sino porque lo revelás. O sea, el tipo que frota la lamparita de Aladino y sale el genio no está inventando el genio, eso es obvio, lo que está haciendo es que el genio salga. Sí, si no creás todos los días, no podés de ninguna manera producir una obra manifestada. Es tan sencillo como eso. Si no hacés el amor con tu amado, no podés tener un hijo, si es que querés tener un hijo, verdad.

Se crea porque es un problema de crecimiento. O sea, uno, desde que uno nace, se está expandiendo y está ocupando espacios. Del yo interior al no yo, que es todo lo demás, uno está ocupando espacios incorporándolos al yo. Y la creación es una de las formas más intensas de expandir el yo, de ir llenando espacios, universos. O sea, yo escribo no para un público determinado, no para una época determinada, volitivamente, sino que escribo, creo aquello que yo... Es que es una cosa como tonta que discute la gente. Usted no puede crear más que lo que puede crear. Es como el juego de naipes adivinatorios, tirás el tarot y salen las cartas que tienen que salir y no salen otras.

Obviamente, me he dado cuenta de que en la poesía mía lo que hay es una enorme vorágine. Hay una poesía en que todo está en movimiento gigantesco, las cosas pequeñas, las grandes, las medianas. Ahora, yo comencé con temas muy universales, como todos los poetas jóvenes, y acabé hablando o del pezón de la amada o de la hoja de hierba, porque ahí estaba lo más grande, lo más significativo. Acabé no, estoy ahí en eso ahora. Eso es Enciclopedia, yo creo que está claro.

Entonces, ¿cuáles grandes temas habría? En el estudio que hacen de la Enciclopedia, sobre todo Fred y Peggy, hablan bastante sobre eso, sobre que es una poesía en que las cosas se hacen y se deshacen constantemente. O sea, que si yo te digo por ejemplo “el arcángel de la voz en mi garganta se ha quedado mudo para cantar este beso que te doy”, yo no sé si es un juego de palabras o qué, pero lo que es obvio es que hay un oxímoron, y toda la poesía mía trabaja con el oxímoron, algo que descubrió Fred Fornoff [2] en el estudio que hizo. Y lo que Peggy ha descubierto, entre otras cosas, es que es una poesía en la cual, a través de niveles de sugerencia, todas las cosas están relacionadas con todas las cosas.

Y entonces, la poesía... Un día le decía a una joven que estuvo por aquí, que una enciclopedia que define cosas en poesía es una paradoja de sí misma, porque la poesía no define nada, porque define destruyendo las definiciones. Es complicado, o sea, echando el ácido del milagro en las definiciones de lo convenido.

 

NOTAS

Esta entrevista es parte del trabajo realizado por Jeanette Amit para su tesis de licenciatura en psicología en el año 2000, con el objetivo de indagar la forma en que las personas creativas dentro de algún ámbito de las artes o las letras se explican su proceso de trabajo particular y, de manera más general, el quehacer artístico. La versión que aquí se publica fue editada y resumida a partir de la transcripción de la conversación con el poeta Laureano Albán.

1. Peggy von Mayer, profesora jubilada de la Facultad de Letras de la Universidad de Costa Rica.

2. Frederick H. Fornoff. Traductor al inglés de gran parte de la obra de Laureano Albán, en particular de la Enciclopedia de las maravillas.

 

 


JEANETTE AMIT (Israel, 1972). Poeta, ensayista. Creció como costarricense. Licenciada en Psicología, Máster en Literatura Latinoamericana, Doctora en Estudios de la sociedad y la cultura. Ha trabajado como docente universitaria y editora académica. Autora de tres poemarios: Testigos del vértigo (1997), Asedios de la luz (premiado por la Editorial de la Universidad de Costa Rica, 2001) y La lucidez del cuerpo (2008). Además de variados artículos académicos, también es autora del texto didáctico del Programa de Humanidades de la Universidad Estatal a Distancia titulado Lenguaje y Realidad Social (2014, 2022).

 

 


CELINA PORTELLA (Brasil, 1977). Artista plástica invitada de esta edición de Agulha Revista de Cultura. Fue nominada a premios, como la Beca ICCO/SP-Arte 2016; EFG Bank & Art-Nexus Acquisition Award, en SP-Arte 2015 y Pipa Award 2013 y 2017. Fue premiada en Salón Acme/Casa Wabi Residence en Oaxaca, México (2020); en la XX Bienal Internacional de Artes Visuales de Santa Cruz, en Bolivia (2016), y también en el II Concurso de Videoarte Fundaj, en Recife (2008). Obtuvo la beca del Programa de Fomento a la Creación, Experimentación e Investigación Artística SEC+Faperj, en 2016; por el 1er Programa de Fomento de la Cultura Carioca en las Artes Visuales, en 2013; por la Beca de Apoyo a la Investigación y Creación Artística, de la Secretaría de Estado de Cultura, en 2012, y por la beca del Centro de Arte y Tecnología de la EAV Parque Lage, en Río de Janeiro, en 2010. Participó de residencias artísticas en Bag Factory Artists ‘Studios, en Johannesburgo, Sudáfrica; en el Centre International d'Accueil et d'Échanges des Récollets, en París; en LABMIS, en el Museo de Imagen y Sonido, en São Paulo; en Galeria Kiosko, en Santa Cruz de La Sierra, Bolivia, entre otros. Desarrolló proyectos y expuso en varias instituciones y galerías de Brasil y del exterior, entre las que se encuentran: Sesc São Paulo, Centro Cultural Banco do Brasil, EAV Parque Lage, Caixa Cultural, Centro Municipal de Arte Hélio Oiticica, MAC Santiago de Chile, Uj Art Galería, Galería Cremallera, Galería Kiosko, A Gentil Carioca. De las participaciones en exposiciones colectivas, se destacan Histórias da Dança no MASP, São Paulo, 2020; Salón Acme 08 | Ciudad de México, 2020; Crestas Trienal de Artes, en Sesc Sorocaba, 2017; III Muestra del Programa de Exposiciones del Centro Cultural São Paulo, 2012 y “Nova arte nova”, en el Centro Cultural Banco do Brasil en Río de Janeiro y São Paulo, 2009. Como bailarina y co-creadora, trabajó con las coreógrafas Lia Rodrigues y Joao Saldanha. Celina es de Río de Janeiro y actualmente vive en São Paulo. Estudió Diseño en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro y se graduó en Bellas Artes en la Université Paris VIII.

 



Agulha Revista de Cultura

Número 236 | agosto de 2023

Artista convidada: Celina Portella (Brasil, 1977)

editora | ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com

ARC Edições © 2023 

 


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