sábado, 13 de abril de 2024

ALEJANDRO PAULINO RAMOS | Josefina Padilla Deschamps y sus luchas por la democracia y la libertad

 

Doña Josefina Padilla, que nació en Santiago de los Caballeros en 1924, formó parte de una familia que desde finales del siglo XIX se identificó con la lucha por la democracia y la libertad, como lo fue Eugenio Deschamps, ferviente luchador en aquellos años contra la dictadura de Ulises Heureaux (Lilís). Perteneció a la primera generación de mujeres que enfrentaron abiertamente la dictadura de Trujillo. Con su muerte el 13 de noviembre del presente año desapareció la última mujer que simbolizó en enfrentamiento contra la tiranía a mediados de los años cuarenta del siglo XX.

 

La Resistencia estudiantil contra la “Guardia Universitaria Presidente Trujillo” (GUPT)

Los estudiantes de la Universidad de Santo Domingo estaban obligados a ingresar a la Guardia Universitaria, que desde 1937 había sustituido en la institución de educación superior, a la Asociación Nacional de Estudiantes Universitarios (ANEU). Esta última se había destacado en la lucha contra las medidas dictatoriales en el sistema educativo dominicano. De no ingresar a ese organismo de control político de característica civil-militar, los estudiantes se arriesgaban a que se les impidiera la matriculación y se les perseguía como opositores al régimen.

Después de un tiempo, muchos de los bachilleres disidentes con la dictadura, comenzaron a usar como táctica de sobrevivencia inscribirse en la GUPT, aunque se tuvieran ideas y sentimientos contrarios a la política de Trujillo. Pertenecer a la Guardia era una forma de ocultar los verdaderos intereses políticos y así evitar la represión. Muchas conciencias libres se ocultan bajo esos denigrantes uniformes —dice Luis F. Mejía— en espera de hora propicia, pues el disimulo es la forma de resistencia de los débiles.

Sin embargo, esto no siempre era suficiente para evitar la
envestida de los servicios de espionajes instalados en la Universidad, pues los líderes de la GUPT sabían y así lo expresaban, que el estudiante universitario era «impulsivo, reaccionario, orgulloso, terco a veces, obstinado siempre, noble en el fondo, invencible en sus aspiraciones y propósitos». Por esa razón, Max R. Garrido, oficial de leyes de la GUPT, alertaba en el interés de que sus actividades y su cooperación tenían que estar siempre bajo vigilancia: Estimulado en su natural propensión a las explosiones de entusiasmo y a toda clase de aventuras, unas veces por propósitos tendenciosos o utilitaristas y otras por reacción o como deseo de participar anticipadamente en la vida social de su pueblo, su cooperación debe ser siempre objeto de preferente atención y delicado estudio para que no lo desvirtúen ni adulteren corrientes malsanas de opinión, ni contrarias tendencias a los vitales intereses de la patria.

 

“La Viuda de Padilla”: el Teatro Universitario contra Trujillo

El régimen aprovechaba todas las actividades públicas para promover las bondades del mandatario y las realizaciones de su gobierno. Todo, absolutamente todo, se le quería hacer creer al pueblo, que era el resultado de la decisión y mandato de Trujillo. Al acercarse la fecha del primer centenario de la República proclamada en febrero de 1844, el gobierno activó los mecanismos de propaganda para celebrar dicha fecha, en la que el dictador sobresalía como el padre de la patria nueva. La Guardia Universitaria, como era lógico suponer, tomó bajo responsabilidad los actos de los estudiantes de la USD; pero, al parecer, desconocía que en la Academia se iba asentando de manera secreta un sector estudiantil que rechazaba la política trujillista.

La noche del 23 de febrero de 1944, en un acto que contó con la presencia de la primera dama María Martínez de Trujillo, su hija Flor de Oro Trujillo, así como diplomáticos y funcionarios, el Teatro Universitario presentó en la ruina de San Francisco la obra teatral La viuda de Padilla, basada en la «tragedia original del poeta español Francisco Martínez de la Rosa». El periódico La Nación dejó expresamente reseñado, que la organización del espectáculo, en cuanto se relaciona con el orden del mismo, la comodidad del público […], estuvo a cargo de la Guardia Universitaria Presidente Trujillo.

La presentación de la obra era un discreto atrevimiento de algunos profesores y estudiantes, que la seleccionaron para ser llevada a la tabla a sabiendas de que, en 1844, durante la lucha de Juan Pablo Duarte y La Trinitaria, La viuda de Padilla había sido utilizada por la sociedad la Filantrópica para exaltar los ánimos libertarios contra la opresión del gobierno haitiano.

Tal vez por esa razón, la joven Angélica Aybar Nicolás, en función de presentadora del grupo de teatro, al dirigirse al público explicó en acertadas palabras, dichas con profundo sentido, tanto el significado artístico cultural del Teatro Universitario, como las razones históricas que sobre cualesquiera otras pesaron en el ánimo de los universitarios para elegir precisamente La viuda de Padilla como obra que sirviese al conjunto dramático de la Universidad para su primera actuación pública.


De aquel acontecimiento y del impacto que tuvo sobre el público reunido en la ruina de San Francisco, dice Jesús de Galíndez en su obra La Era de Trujillo (1956), que las raíces de la agitación estudiantil en la Universidad tuvo su origen en la presentación de La viuda de Padilla en 1944: Cuando el Vicerrector Lic. Bonilla Atiles agrupó unos cuantos muchachos y muchachas para representar el drama La viuda de Padilla como aportación universitaria a las fiestas; es un drama español que alaba la rebeldía de los Comuneros castellanos contra el nuevo régimen absolutista del Emperador Carlos V, y pese a su flojera literaria tiene varias expresiones en defensa de la libertad; los trinitarios de Duarte lo utilizaron antes de 1844 como símbolo de su lucha clandestina contra la ocupación, y a Bonilla se le ocurrió aprovechar el pretexto de esta recordación histórica dominicana para repetir la protesta simbólica contra el régimen actual.

En la presentación de la obra tuvo papel protagónico la estudiante Josefina Padilla Deschamps, pues ella fue la responsable de interpretar La viuda de Padilla, lo que fue destacado por el periódico La Nación al decir que la joven estudiante de medicina realizó una admirable interpretación del difícil papel de La viuda de Padilla. Junto a la joven Deschamps, también tuvo destacada participación quien años después sería su esposo, el estudiante de derecho Rafael Augusto Sánchez Sanlley (que luego fue asesinado por la dictadura). Ambos, en sus papeles principales, arrancaron aplausos en una emocionante escena con la cual hizo su presentación el Teatro universitario. Las autoridades no sospecharon el simbolismo —narra Galíndez en su libro— pero aquel grupo de estudiantes floreció en una serie de círculos de estudio espontáneos, que poco a poco se fueron transformando en la organización clandestina en parte descubierta por la policía en el verano de 1945, y más tarde en la organización política Juventud Democrática.

 

Josefina Padilla Deschamps en la Juventud Democrática (JD)

Entre los muchos miembros de la Juventud Democrática se destacaron los estudiantes Manuel Mena Blonda, Virgilio Díaz Grullón, Carmen Natalia, Silvia Padilla Deschamps, Bolívar Kundhart, Rafael Reyes Valdez y Josefina Deschamps. Esta última, aun perteneciendo a la Guardia Universitaria mantenía una discreta relación con la Juventud Revolucionaria desde 1944, por lo que era mantenida bajo vigilancia por los espías de la GUPT. Posteriormente, en 1946, Josefina Padilla se destacó como la representación femenina en el comité central de la Juventud Democrática. Juan José Cruz, que fue miembro de la Juventud Democrática y escribió la memoria de esa organización en un libro que tituló Bajo la barbarie (1997), hace referencia a las actividades de las hermanas Deschamps, Carmen Natalia y otros estudiantes en los tiempos que públicamente enfrentaban al régimen de Trujillo, y hace referencia al tipo de actividades que desarrollaban en las calles de la ciudad de Santo Domingo en 1946:

 

Propaganda, mítines y ventas de periódicos (aunque no era mandatario hacerlo públicamente pero que sí lo hicimos también en ocasiones), actividades estas que aceran las voluntades y compenetran los compañeros que corren los mismos riesgos. En estas faenas de ventas de periódicos en las calles veo en mi memoria a Rafael Valera (Fefé), Vinicio Echavarría, Rafael Mieses Peguero (Cocuyo) y otros compañeros universitarios o normalistas, catalizados generalmente por Carmen Natalia Martínez B. Recuerdo esas para mis extrañas acciones (porque en las calles nunca se sabía lo que podía ocurrir), las realizadas junto a Carlos Lizardo y/o Josefina Padilla Deschamps y su hermana Silvia […]. Josefina Padilla —dice Juan José Cruz— era la representación femenina en el Comité Central y pionera por tanto entre las que asumieron la responsabilidad de enfrentar la maquinaria trujillista cara a cara.

 


Las actividades de la Juventud Democrática, que surgió de manera pública en 1946, estuvieron vinculadas a la agrupación comunista conocida como Partido Socialista Popular (PSP), que acosado por la persecución política del gobierno terminó cesando en sus actividades en 1947. Varios de los líderes del PSP y de la JD, apresados y llevados a la cárcel terminaron alejados, por lo menos de manera pública, de las actividades políticas. Otros salieron al exilio, mientras que algunos, entre ellos Josefina Padilla Deschamps, simularon arrepentimiento a la espera de nuevas oportunidades libertarias.

 

Josefina Padilla Deschamps en la transición a la democracia

Josefina Padilla, graduada de doctora en Medicina, tuvo como esposo al abogado Rafael Augusto Sánchez Sanlley, quien fue miembro de una familia que se destacó en la lucha contra Trujillo. Perseguido por el régimen y tenido como opositor, fue víctima de la dictadura cuando en la primera semana después de la muerte del tirano Rafael L. Trujillo, se dice que el 2 de junio de 1961 fue apresado por los servicios de inteligencias del régimen y fue desaparecido para siempre. Por esa lamentable circunstancia, doña Josefina era conocida entre sus relacionados y amigos políticos como “La Viuda”, una referencia clara vinculante con la presentación de la obra teatral en 1944, donde ella y Sánchez Sanlley fueron los dos personajes principales. Pese a la muerte de su esposo, nunca más volvió a casarse y se dedicó por entero a la crianza de sus hijos.

 

Participando en la lucha por la libertad

En las elecciones generales de 1962, fue candidata a la presidencia acompañando a Alfonso Moreno Martínez, candidato por el Partido Revolucionario Social Cristiano. Posteriormente participó en la contienda bélica de abril de 1965 y al terminar la guerra se integró al movimiento de lucha por la transformación académica que sacudió desde 1966 la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), destacándose como activista del Movimiento Renovador. En su condición de profesora de la institución ocupó la vicerrectoría académica a finales de los años ochenta.


Como profesional de la Medicina, doña Josefina Padilla se especializó en el área de la sicología y la siquiatría, condición profesional que compartió con trabajos comunitarios a través del Centro de Investigación y Apoyo Cultural (CIAC). En sus trabajos comunitarios contaba con la Colaboración de José Antonio Cuevas (Papi Cuevas), un militante revolucionario vinculado para entonces al Núcleo Comunista de los Trabajadores (NCT), que dirigía Rafael-Fafa-Taveras. Bajo la responsabilidad de Josefina Padilla, pues ella era la directora del CIAC, se desarrollaron programas de salud comunitaria en la comunidad de Tamayo y en otras comunidades pobres de la región Sur, y se publicaron libros, revistas y boletines con los mismos fines de educación popular.

 

Josefina Padilla y la lucha política posterior a la dictadura

Doña Josefina Padilla mantuvo militancia política permanente desde los tiempos en que militó en la Juventud Democrática y el Partido Socialista Popular, organizaciones que a mediados de los años cuarenta actuaban abiertamente en oposición a Trujillo.

Aunque debido a la represión política pareció desvincularse de las actividades oposicionistas, su esposo mantuvo su lucha contra la dictadura. Posterior a la muerte violenta del dictador en 1961, la doctora Padilla Deschamps formó parte por breve tiempo en el Partido Revolucionario Social Cristiano (PRSC), que había surgido a finales de 1961. En esa organización, en su condición de dirigente, fue candidata a la vicepresidencia de la República junto al doctor Alfonso Moreno Martínez.

Con marcada simpatía con el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, tuvo participación en la guerra de abril de 1965, y luego simpatizó, de manera discreta, a la lucha contra la política represiva de los doce años de gobierno del doctor Joaquín Balaguer, defendiendo los lineamientos políticos del Movimiento Popular Dominicano (MPD). Posteriormente a la división de esa organización de izquierda en 1977, mantuvo relación con el Núcleo Comunista de los Trabajadores (NCT), y luego de la desaparición de esa agrupación, formó parte como, siempre desde una colaboración discreta, con el Bloque Socialista (BS), partido de izquierda que dirigió Fafa Taveras junto a Cucuyo Báez y Moisés Blanco Genao.

Alejada de la política militante desde finales del siglo XX, siempre se mantuvo apoyando la lucha por la democracia y la libertad de los dominicanos, pero su situación de salud la fue apartando de la vida pública. Falleció el domingo 13 de noviembre del 2022.

 



 

ALEJANDRO PAULINO RAMOS (República Dominicana, 1951). Graduado de Licenciado en Historia (1980) y con Maestría en Historia dominicana (2006), por la Universidad Autónoma de Santo Domingo, tiene además una especialidad en Historia del Caribe por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Miembro correspondiente de la Academia Dominicana de la Historia, fue bibliotecario de la Biblioteca Central de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (1973-2007), director de la Biblioteca del AGN (2005-2011), y subdirector del Archivo General de la Nación (2011-2017). Entre sus libros publicados se encuentran: Las ideas marxistas en la República Dominicana (1985); Vida y obra de Ercilia Pepín (1987); Historia de la primera biblioteca universitaria de Santo Domingo (1997); Diccionario del folklore y la cultura dominicana (2006); El Paladión: de la ocupación militar norteamericana a la dictadura de Trujillo (2010); Bachata y Son en la historia musical dominicana (2017); Los intelectuales y la intervención militar norteamericana, 1916-1924 (2017); La Comisión Nacionalista y la ocupación americana de 1916 (2017). Coautor del Diccionario biográfico-histórico puertorriqueño (1985); La Sociedad civil dominicana (2010), y la Historia del Ministerio de Relaciones Exteriores, 1844-2000 (2018).

 

 

JAVIER MARÍN (México, 1962). Con una trayectoria activa de más de treinta años, la obra de Javier Marín gira en torno al cuerpo humano como entidad integral, involucrando el análisis en el proceso creativo basado en la construcción y deconstrucción de formas tridimensionales. Aunque la escultura ha sido su punto focal, ahora incluye el dibujo y la fotografía como disciplinas centrales. Javier Marin es el artista invitado de nuestra presente edición de Agulha Revista de Cultura.

 






Agulha Revista de Cultura

Número 250 | abril de 2024

Artista convidado: Javier Marin (México, 1962)

editora | Elys Regina Zils | elysre@gmail.com

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