FM | ¿Cuándo
te llama la atención el poema y te invita a escribirlo? ¿Tradición familiar, amigos
de la calle o del colegio, fruto del azar, etc.?
MM | Yo creo
que esa pregunta está relacionada, en lo personal, con la lectura. Con la tradición
a la que uno tiene acceso y que de alguna manera gatilla un impulso, una disposición.
Hay autores cuyas poéticas ensanchan universos y algo queda temblando, como diría
Huidobro, después de leerlos. Ese temblor puede ser una señal. O una suerte de posta
para que uno se acerque a ese proceso creativo, que decantará finalmente (y es lo
esperable) en una impronta, donde se necesitará de esa base para despegar. Pero
también está el contacto con otras disciplinas, con otros universos que van ensanchando
el radio de acción y generan otras formas de diálogo, que por supuesto, nos ofrecen
mayores posibilidades a la hora de abordar a esa esquiva página en blanco o encantadora
de serpientes, como yo le llamo. Un cuadro, una fotografía, una película, una pieza
musical etc., el diálogo con diversas corrientes del pensamiento siempre ha derivado
en una suerte de cantera de la cual se ha nutrido y se sigue nutriendo la poesía.
Tomando un solo ejemplo, cuánto han sido determinantes a través de los siglos las
sagradas escrituras para resignificarlas o interpelarlas.
FM | ¿Las lecturas
(¿sólo poesía?) son determinantes, únicas, en común con otro tipo de experiencia?
MM | Sobre
lo mismo, el diálogo con todos aquellos autores que nos han precedido es algo primordial,
el conocimiento de la tradición, desde ese primer poema épico y portentoso que es
el Gilgamesh, derivando en otras épicas, como son La Ilíada o La
Odisea, los poetas latinos, la poesía de oriente y de ahí en adelante todo lo
que asoma en el horizonte creativo para nutrir y darle forma a nuestra propia escritura.
Era Cioran quien decía: Lo que hace a los malos poetas más malos aún es que
sólo leen a poetas. Cuanto provecho sacarían de un libro de botánica o de geología.
Sólo hay enriquecimiento cuando se frecuentan disciplinas alejadas de la propia. Por eso yo coincido con Huidobro en su carácter
interdisciplinario, en su preocupación por conocer otras realidades. Ese Huidobro
que llega a un París en guerra, en 1916, y entra en contacto con esa vanguardia
prodigiosa precedida por Picasso, Gris, Apollinaire, Tzara, Arp, Desnos, Delaunay,
Jacob, Breton, Ernst, Man Ray, Duchamp y tantos otros que forjaron las bases de
nuevas formas de ver e interpretar la realidad.
FM | Ya desde
su juventud puedes contar con una fortuna crítica constante, también a nivel internacional.
¿Cuál consideras que es el motivo más destacado de este interés por tu poesía?
MM | Yo entiendo
la escritura no adscrita a un proceso ritual. A ciertas estéticas que no tienen
grandes cambios formales ni de fondo, pero sin duda su peso específico las hace
ser superlativas (cito a Juarroz o Teillier, por ejemplo). Mi apuesta va hacia el
constante diálogo con otras tradiciones y autores. Y creo que ahí está su absolución
o su condena. Si bien en mis comienzos el peso de la tradición latinoamericana (Vallejo,
Huidobro, Neruda, Borges, Paz etc.), fue insoslayable, lentamente comienzo a derivar
hacia otras coordenadas, donde finalmente Lewis Carroll se convierte en un faro
gravitante. El concepto del nonsense o carencia
de sentido, que derivará más tarde en el dadaísmo o el absurdo, con todos sus
grandes adalides como Tzara, Ionesco, Beckett, Vian etc., es lo que más me atrajo.
El poema como algo insólito, impredecible. La creación de realidades que solo tienen
validez en la lógica del texto. Por lo tanto, ese proceso de constante búsqueda,
de poemarios tan distantes los unos de los otros pero que dialogan en su raíz es,
a lo mejor, el motivo de ese supuesto interés que tú señalas. Me quedo tal vez con
esa lección de humildad que mencionaba Gonzalo Rojas, de no saber lo que es llegar,
por un lado, eso es lo que te hace grande, y por otro, no ser la medida de nada
sino más bien, parte de un coro de voces. O de manera más precisa, como aseguraba
el célebre antipoeta, el mejor poema es el que aun no escribo y no escribiré jamás.
MM | Creo que
a partir de ese tercer poemario que es La muerte tiene los días contados,
hay una búsqueda por la unidad temática. Toda mi obra posterior lleva esa impronta
(Esperando a Perec, Jardín de escombros, Partitura para aves de mal agüero). Es difícil
generar una unidad con retazos, poemas sueltos o con textos de índole variada, como
una especie (y perdón por la expresión tan poco afortunada) de popurrí poético o creativo. Yo sintonizo
más bien con el gran autor irlandés W. B. Yeats, quien planteaba que cada poema,
por su ubicación, está obligado a dialogar con las páginas precedentes y de cierta
forma anunciar las venideras. Incluso en aquellos libros que son antológicos como
El mago de la soledad o Lengua de Nadie, subyace la visión de conjunto
o de unidad, ya sea lineal o temática.
FM | Eres parte
de una de las tradiciones poéticas más densas y refrescantes del continente. No
es frecuente que un creador pueda contar con antepasados como Gabriela Mistral,
Huidobro, de Rokha, Neruda, del Valle, Díaz-Casanueva, Parra, Rojas, entre muchos
otros. ¿Cómo identificas su presencia en tu vida? (Nótese que no me refiero sólo
a la creación poética).
MM | Por buena
o mala fortuna, he sido parte (como bien dices) de una de las tradiciones más gravitantes
de la lengua castellana en el siglo XX. Y eso para el poeta que recién comienza
conlleva una enorme responsabilidad. O te dedicas seriamente a esto o mejor abandonas.
Ahora, yendo específicamente a tu pregunta, creo que tiene que ver con asumir una
responsabilidad, tal vez una ética de la estética, como aconsejaba el escritor Volodia
Teitelboim. Esa ética de Rulfo, de Rimbaud, y de algunos otros, tan recomendable
para aquellos escritores torrenciales. Cuando tienes la certeza de que lo que estás
haciendo no es mejor que lo precedente (cito a Rulfo) es mejor callarse. El callamiento,
del cual hablaba Rojas, para volver a la lectura y encontrar necesariamente ahí
nuevas posibilidades.
FM | ¿Qué importancia
tiene la presencia femenina en esta extensa y constantemente renovada tradición
poética de su país?
MM | Tiene
una presencia esencial y enriquecedora. El redescubrimiento de voces señeras como
Teresa Wilms Montt, María Monvel o Stella Díaz Varín, al peso específico de ciertas
obras como las de Soledad Fariña, Carmen Berenguer, Cecilia Vicuña, Elvira Hernández,
Teresa Calderón, Rosabetty Muñoz, Isabel Gómez, Bárbara Délano, Malú Urriola, Maribel
Mora Curriao, Alejandra del Río, Damsi Figueroa etc., han resignificado y revitalizado
el panorama poético chileno, otorgándole una nueva forma de temple y conocimiento,
que lleva implícito, sin duda, en la matriz, su carácter reivindicatorio y de identidad.
MM | Yo entiendo
al artista, y en este caso al poeta, como una especie de vector, y también de pararrayos.
Pero para ello debe estar implícito su carácter social y colectivo.
Difundir el trabajo de otros por el valor o
afinidad que reconocemos en sus obras y no necesariamente porque sean nuestros amigos,
creo que alude a esa premisa. Algo que puede resultar extraño en estos tiempos de
mezquindades y egolatrías, donde el tráfico de influencias, el intercambio de favores
o el juicio vencido por la gratitud, pesan más que el valor intrínseco de una obra.
Pero siento que también existe cierta complicidad para que esto ocurra, expresada
en el hecho de no reconocer al otro cuando no pertenece a un grupo determinado y,
por el contrario, con qué descarada exageración se promueve al que se es más cercano.
FM | La culminación
de esta identificación con el mundo editorial es, sin duda, la creación de la revista
Altazor, que permite la más amplia difusión
de la poesía de todo el mundo. De alguna manera esto me recuerda a por los menos
dos antecedentes nobles, las revistas Hora
de Poesía (España) y Poesía Sempre
(Brasil), pero sin hacer comparaciones, sobre todo porque Altazor tiene hoy ese cómplice notable que es Internet. Hablemos de
Altazor: su origen, planes, logros, destino.
MM | Revista
Altazor de la FVH nace con la finalidad
de difundir lo mejor de la poesía latinoamericana y universal. Pero también ser
un punto de encuentro de los nuevos creadores en las diversas lenguas.
Cuenta a la fecha con 15 destacados autores
extranjeros y 5 chilenos que tienen una sección permanente en la revista. 15 traductores
en diez idiomas. Poemas, artículos, ensayos, entrevistas de premios Nobel, Cervantes,
Reina Sofía, Pulitzer. Antologías de poetas provenientes de países europeos, asiáticos,
africanos, Hispanoamérica y Estados Unidos.
También dispone de un notable acervo literario
cedido por importantes instituciones, universidades, editoriales, revistas y festivales
provenientes de diversas partes del mundo.
Cuenta, además, con diversas secciones y es
utilizada en varias universidades de Latinoamérica y Europa como material de estudio.
El lanzamiento oficial en la web y redes sociales
tuvo lugar el 01 de julio de 2019. Desde su creación, la revista ha superado los
tres millones de visitas, más de 6.000 posts publicados y lectores de más de cien
países han interactuado en sus páginas, por lo cual nos sentimos muy honrados y
agradecidos
MM | Quisiera
mencionar que he impartido talleres literarios durante más de dos décadas y lo que
puedo señalar al amparo de esta experiencia es que el proceso creativo está supeditado
a múltiples factores. Uno de ellos y quizás el más fundamental tiene que ver con
la lectura. Sin lectura no hay escritura. Conocer la tradición es un medio y no
un fin, pero un medio necesario, fundamental. La lectura nos da una visión de campo,
nos permite acercarnos a distintos imaginarios y ampliar nuestro radio de acción.
Nos da mayores elementos de juicio, nos templa, nos determina. Cuando se ha escrito
tanto y tan notable, cómo podemos nosotros proponer algo donde parece que se hubiera
dicho todo. Ese es el tema de fondo, si no somos capaces de expresar ese algo por
lo cual seamos identificados, al final no valdrá la pena el esfuerzo. Escribir esas
pocas palabras verdaderas a las que se refería Machado, pero finalmente nuestras.
FLORIANO MARTINS (Brasil, 1957). Poeta, ensaísta, tradutor e editor da Agulha Revista de Cultura. Seus estudos sobre Surrealismo lhe levaram à publicação, dentre outros livros, de três volumes intitulados A bússola do acaso – trilogia do surrealismo (2024). Tradutor de poetas como Pablo Antonio Cuadra, Enrique Molina, César Moro, dentre outros, está por publicar uma antologia história, intitulada Esfinge insone – 100 poetas surrealistas, sendo também autor de uma vasta obra poética, cujo título mais recente é Detrás de las puertas que todavía no encontramos (2024).
TARŌ OKAMOTO (Japão, 1911-1996). Filho do cartunista Ippei Okamoto e da escritora Kanoko Okamoto. Estudou na Sorbonne nos anos 1930 e criou muitas obras de arte, após a II Guerra Mundial. Foi um artista e escritor prolífico até sua morte. Entre os artistas com os quais Okamoto se associou durante a sua estadia em Paris estiveram André Breton e Kurt Seligmann, este último uma autoridade surrealista em magia e que conheceu os pais de Okamoto durante uma viagem ao Japão, em 1936. Okamoto também se associou com Pablo Picasso, Man Ray, Robert Capa e sua parceira, Gerda Tarō, que adotou o primeiro nome de Okamoto como seu próprio sobrenome. Em 1964, Tarō Okamoto publicou um livro intitulado Shinpi Nihon (Mistérios no Japão). Seu interesse em mistérios japoneses foi provocado por uma visita feita ao Museu Nacional de Tóquio. Depois de ficar intrigado com a cerâmica Jōmon que encontrou lá, ele viajou por todo o Japão para investigar o que entendia como o mistério que se encontra sob a cultura japonesa e, em seguida, publicou Nihon Sai hakken – Geijutsu Fudoki (Redescoberta do Japão – Topografia de Arte). Tarō Okamoto é o artista convidado desta edição de Agulha Revista de Cultura, e sua presença entre nós se deu graças à generosidade do bailarino e tradutor Daniel Aleixo. Sugerimos visitar o Museu de Arte Tarō Okamoto: https://taro-okamoto.or.jp.
Agulha Revista de Cultura
Número 259 | janeiro de 2025
Artista convidado: Tarō Okamoto (Japão, 1911-1996)
Editores:
Floriano Martins | floriano.agulha@gmail.com
Elys Regina Zils | elysre@gmail.com
ARC Edições © 2025
∞ contatos
https://www.instagram.com/agulharevistadecultura/
http://arcagulharevistadecultura.blogspot.com/
FLORIANO MARTINS | floriano.agulha@gmail.com
ELYS REGINA ZILS | elysre@gmail.com
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